Venganza...

Caminaba por las frías calles de Londres mientras pensaba en mi nuevo "hogar". Sentía emoción, pero a la vez sentía una tristeza inmensa dentro de mi. Conocería el lugar donde nací, pero me separaría del que me crié.
Quería escapar con mis amigos unos días, pero con la noticia tan apresurada de mamá, no me dio tiempo de pensarlo. Aunque aún podía hacerlo no quería arruinar los planes de mi madre, porque eso eran, sus planes. Papá ni yo estábamos muy de acuerdo con la decisión repentina de mamá.
Estaba deprimida, ¿qué pasaría con mis amigos? ¿Seguiríamos en contacto? ¿Me extrañarían?
Todas esas preguntas paseaban vagamente por mi cabeza, mientras mi subconsciente pensaba solamente lo negativo. Nunca le encontraba algo bueno a las cosas y esta no sería la excepción.
Aún seguí caminando. Miraba las botas nuevas que me había comprado mi madre. Eran realmente hermosas, seguramente las arruinaría. Estaba nublado, suponía que llovería y se mojarían hasta el último rincón y quedarían sin uso. Después mamá me diría: "si viste que estaba nublado para que te las pones". A lo que yo le contestaría: "madre estoy tan deprimida por que viaje que no me di cuenta". Al último terminaría comprándome otras -reí en mi mente.
Seguía mirando tontamente mis botas mientras caminaba. Lo que no era bueno, ya que esto causo que chocara con un enorme poste de luz que yacía en mi cara. Caí al suelo y provocó un leve gemido de dolor.
-¿Estas bien? - escuché detrás de mi.
Me quedé callada, oh dios, conocía esa voz.
-Si... Estoy bien.
-No lo creo.
-En serios fue sólo...
Callé otra vez. Estaba sintiendo algo caliente dentro de mi nariz... Mierda, estaba sangrando. Quise levantarme pero él no me dejo.
-A ver, déjame ayudarte.
-Estoy bien, sólo es un sangrado leve .
-Vamos a mi casa.
-No James, no quiero molestar.
-Claro que no lo haces _______. En serio, no quiero que te desangres.
Las mariposas habían despertado. Me sentía patética, él había visto como choqué estúpidamente con el poste.
-Esta bien, sólo en lo que me botara el sagrado.
-Vamos -dijo mientras se curvaban sus hermosos labios en una sonrisa que dejaba a la vista su perfecta dentadura.
Caminábamos hacia la casa de James. Estaba nerviosa y apenada. ¿Se reiría de mi? Dios sentía que la vergüenza me comía cada vez que caminaba.
-Tengo una pregunta para ti -dije.
-Dime.
-¿Viste cuando choqué con el poste? -pregunté con mis mejillas hirviendo.
James rió.
-Si, si lo vi.
-¡Dios, que vergüenza, seguramente me vi patética! -exclamé tapándome la cara, mientras paraba en seco en medio de la banqueta.
Jame se acercó a mi y retiró mis manos. Lo mire tan apenada.
Él tomo mis mejillas, me miro a los ojos y susurro.
-Yo pienso que te veías preciosa.


Chicas espero que les guste el capítulo.
Las hermosas lectoras que leen "La amante de mi esposo." Les aviso que mañana subiré un capítulo después de la escuela, gracias por leer, las quiero.

SIIIIIIIIIIIIIII mañana? x q no hoy? :P