La segunda a la derecha y todo recto hacia el amanecer

En el intermedio entre la lluvia de cristales y la llegada al hospital mi mente es un papel en blanco. En mi mente sólo están los ojos redondos como aceitunas del ciervo...Ahora en mi mente se repite de forma incansable una pregunta, ¿Dónde está Zayn? Hay tres médicos a mi alerededor, examinándome y haciendo que mira ha una pequeña lucecita. Debemos de estar en una de las salas de urgencias, porque hay más personas en la sala, en un estado más lamentable que el mío.

-¿Cómo te encuentras? -Me pregunta uno de los médicos, que lleva gafas y sigue moviendo la infernal lucecita frente a mí.

-¿Dónde está Zayn? -Por la cara que ha puesto el médico puedo suponer que mi boca no ha emitido ningún sonido claro. Carraspeo para aclarar mi garganta seca y me preparo para repetir la pregunta. -¿Dónde está Zayn?

Los tres se miran entre sí diciéndose con la mirada algo que mi aturdida mente no sabe descifrar. Espero lo más paciente que puedo a que me digan algo pero esa paciencia disminuye a medida que el silencio se hace más insoportable.

-Avalon... -Si sabe mi nombre quiere decir que mi madre ya ha llegado al hospital y debe de estar histérica perdida en la sala de espera.

-¿Dónde está? -Una mala sensación comienza ha recorrer mi cuerpo lleno de arañazos y la sangre a bombear en mi cabeza -¡Dejarme verle, por favor!

-Señorita Lyons la están tratando, no puede verle... -Me dice otro médico con una voz menos fría que el anterior y con un poco de tacto.

-¡Dejarme ver a Zayn, por favor! -Empiezo a llorar tengo la sensación de que las cosas van peor de lo que ya están. -Por favor... -Ruego ahogada por las lágrimas.

Otra vez vuelven a mirarse, el que parece ser el jefe o el que ocupa un mayor cargo en el hospital asiente con la cabeza.

-Acompáñeme señorita Lyons. -El chico castaño que me ha tratado antes con suavidad me tiende la mano para que me incorpore de la cama.

Al hacerlo siento un mareo y tengo la tentavia de caer al suelo, pero me contendo porque si notan mi debilidad no me dejaran ver a Zayn. Salimos de la sala de urgencias y caminamos por los amplios pasillos del hospital, sé que hemos llegado cuando veo a los padres de Zayn, nuestros amigos y a mi familia sentados en la sala de espera. Llorando. Al verme, mi madre llega para abrazarme, provocando otro mareo al estrecharme tanto contra ella.

-Gracias a Dios que estás bien. -Dice con lágrimas en los ojos.

-¿Cómo está Zayn? -Es lo único que me importa en estos momentos.

No responde y el silencio solo se llena por el llanto de los padres de Zayn. Lilly Malik se acerca a mí, agarra mi mano y deposita un beso en ella.

-Quiere verte... -No puede pronunciar nada más a causa del llanto, pero sé que esa frase es inacabada y que el final no es bueno.

Él médico que me ha acompañado indica la puerta en la que se encuentra,234, una puerta blanca con el picaporte dorado. Paso sin demorar más mi encuentro con Zayn, cuando cierro la puerta y poso por primera vez la mirada en él, se me cae el corazón a los pies.

Está rodeado de cables que emiten unos ruidos agudos horribles. Un tubo recore su nariz para ayudarle a respirar, tiene un parche en el lado izquierdo de la frente, un corte en el labio y unos cuantos más por toda la cara... Un collarín le rodea el cuello, tiene el brazo izquierdo escayolado, y una venda tapa la mitad de su torso desnudo. Pienso que me voy a morir al verle así.

Reuno un valor del que no me creía capaz y con pasos quedos me acerco a él. Pongo mi mano sobre la suya y Zayn la estrecha abriendo sus precisos ojos a la vez. Unos ojos que parece que se han quedado sin vida.

-Hola, mi amor. -Le saludo cuando dos lágrimas emprenden su camino por mi mejilla.

Acaricio la parte de su rostro que no tiene ninguna herida y puedo ver como sus facciones se relajan un poco ante ese contacto.

-Hola... -Su voz es un sonido enrronquecido apenas inaudible, acompañado por una tos débil.

Se le ve tan mal... ¿Por qué no frenó cuándo le pedí que lo hiciera, por qué no me hizo caso?

-Avalon... -me llama -...escúchame.

Centro toda mi atención es sus preciosos ojos marrones y grandes, que ahora casi no pueden apreciarse.

-Dime. -Le digo limpiando mis lágrimas.

-¿Me prometes que vas a ser feliz? -Un susurro más ronco y débil que el anterior...

-Sólo si tú estás a mi lado. -Respondo mientras me agacho para darle un beso, sus labios están resecos y han adquirido un tono morado.

-Mi amor... -Suelta un gemido de dolor -... eres lo mejor que me ha pasado nunca y no me arrepiento de haberme quedado castigado contigo en aquél aula porque si no nunca te hubiera conocido...

-No te despidas. Te vas ha poner bien, ya lo verás. -En el fondo ni yo misma me creía esas palabras.

Algo parecido a una sonrisa se dibuja en su cara, luego traga saliva intentando sacar fuerzas de donde no las tiene.

-Yo siempre voy a estar a tu lado, pase lo que pase.

-¡Zayn no me dejes, no puedes morirte! -Mi cuerpo se ha convertido en desesperación, en una que casi no me deja respirar -¡Quédate conmigo, por favor! -Le beso una y otra vez y luego me abrazo con cuidado a él.

-Te amo... -escucho que susurra.

Esas palabras van seguidas por un pitido intenso y constante, uno que me penetra el oido, el corazón... Levanto la vista, esperando no encontrarme lo que me encuentro. A mi novio, al amor de mi vida, el capitán del equipo de fútbol el chico por el que todas suspiran.... muerto.

-¡No, Zayn! -empiezo a mover su cuerpo sin vida, desesperada. -¡No te mueras, por favor!

Entran dos médicos a por mí apartándome de Zayn. Pataleo, araño, grito. Consigo soltarme una, dos, tres veces pero nunca consigo llegar hasta Zayn de nuevo. Me llevan hasta la puerta en volandas y lo último que veo antes de que la puerta se cierre frente a mí es como tapan del rostro de Zayn con una manta blanca...

Fiestas que duran hasta el amanecer, estudiar arte en una de las mejores universidades de todo Londres, clases de ballet por la tardes, los mejores amigos del mundo, una familia. Y un novio que por el que muchas suspiran y por el que muchas la envidian. Logan Henderson, ojos que enamoran, sonrisa que encandila.

Todo lo que cualquier chica de diecinueve años desearía. Pero de un día para otro, como sale y se pone el sol día tras día. Su vida cambia por completo. Descubre que las malas decisiones tienen consecuencias y que una noche de pasión con su novio no compensa lo que acaba de pasarle...

Está embarazada de dos meses y las cosas empezarán a cambiar a una velocidad de vértigo. Esas dos palabras tendrán graves consecuencias, la crítica de muchas de las fans del joven hacia ella. La decepción de su hermano mayor , tener que olvidar muchas cosas que antes le gustaban.

Y sobre todo, la reacción de su novio. Logan no tomará bien la noticia, tiene veinte años, está en el apogeo de su carrera musical y piensa que un hijo es un impedimento para disfrutar de su juventud. Ireland y Logan tendrán varias peleas, la chica está muy decepcionada con él por su reacción.

Logan cambiará de opinión, a pesar de que finalmente los dos aceptan su nueva situación tendrán que enfrentarse a varios problemas antes de que su hijo nazca.