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Un Amante de Ensueño | Harry Styles y tú
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Un Amante de Ensueño | Harry Styles y tú
Ficha
+Nombre: Un Amante de Ensueño
+Autor: Sherrilyn Kenyon, Del libro con el mismo nombre.
+Adaptación: Si.
+Género: Hot {Aunque más que nada Generales}
+Advertencias: Contiene escenas subidas de tono.
+Otras Páginas: Facebook.
Un Amante de Ensueño
Prólogo
Alguna vez pensaste encontrar el Amor detras de un Pequeño y Viejo libro estancado en el tiempo? ¿no verdad? Pues es hora de que tu historia Cambie, si _______ Alexander estas a punto de conocer la Historia de Harry Edward de Macedonia, un dios cuya Familia nunca lo apoyo y fue forzado a arreglarcelas en el mundo de la antigua Grecia Antes de cristo como pudiera, pero ante sus logros, despierta el odio de su hermano, quien le levanta una maldicion la cual lo encierra de un libro y cada vez que sea embocado, debe satisfacer la necesidades sexuales de sus embocadoras...Pero todo sera diferente, cuando en pleno siglo 21, mas de 2.000 años despues de su tiempo. una de sus embocadoras, no resulta ser lo que el esperaba...
Última edición por nane♔ el Mar 15 Ene 2013, 10:27 am, editado 10 veces
nane♔
Re: Un Amante de Ensueño | Harry Styles y tú
No lo hagas, no la adaptes, no con Harry, no a Julian.
Zarek
Re: Un Amante de Ensueño | Harry Styles y tú
Como siempre tu Fiel lectora :love: comos sabes que te amo te comentaré nena e.e hgfjghjgd
Me encanto la nove, esta genial el prólogo. y que mejor que la subas tú :$ hgghjgfjhgf Nos estamos leyendo Nena
PD: Siguela!
Me encanto la nove, esta genial el prólogo. y que mejor que la subas tú :$ hgghjgfjhgf Nos estamos leyendo Nena
PD: Siguela!
i'mfuckingcrazy
Re: Un Amante de Ensueño | Harry Styles y tú
Amo este Libro! y más aún con Harry! hahaha siguela
Flo Xx
Flo Xx
FutureMrsStyles
Re: Un Amante de Ensueño | Harry Styles y tú
Capitulo 01
«Harry Edward de Macedonia.
Sostenlo sobre el pecho y pronuncia su nombre tres veces a medianoche, bajo la luz de la luna llena. Él vendrá a ti y hasta la siguiente luna, su cuerpo estará a tu disposición. Su único objetivo será complacerte, servirte. Saborearte. Entre sus brazos aprenderás el significado de la palabra « ραяαíѕσ »
—Cielo, necesitas que te echen un buen polvo.—
__________(tu) Alexander se estremeció al escuchar el grito de Selena en mitad del pequeño Café de Nueva Orleáns, donde se encontraban apurando los restos del almuerzo, consistente en judías rojas con arroz.
Desafortunadamente para ella, la voz de su amiga poseía un encantador timbre agudo que podía hacerse oír incluso en mitad de un huracán. Y que en esta ocasión, fue seguido de un repentino silencio en el atestado local.
Al echar un vistazo a las mesas cercanas, _______ percibió que los hombres dejaban de hablar, y se giraban para observarlas con mucho más interés del que a ella le gustaría.
*¡Jesús! ¿Aprenderá alguna vez Selena a hablar en voz baja? O peor aún, ¿Qué será lo próximo que haga, quitarse la ropa y bailar desnuda sobre las mesas? Otra vez.*
Por enésima vez desde que se conocieron, _______ deseaba que Selena pudiese sentirse avergonzada. Pero su vistosa, y a menudo extravagante, amiga no conocía el significado de dicha palabra.
Se tapó la cara con las manos e hizo lo que pudo por ignorar a los curiosos mirones. Un deseo irrefrenable de deslizarse bajo la mesa, acompañado de una urgencia aún mayor de darle una buena patada a Selena, la consumían.
—¿Por qué no hablas un poquito más alto, Lanie?(A Selena le dicen Lanie y Madame Selene)— murmuró —Supongo que los hombres de Canadá no habrán podido escucharte.—
—Oh, no lo sé— dijo el guapísimo camarero moreno al detenerse junto a su mesa —Seguramente se dirigen hacia aquí mientras hablamos.—
Un calor abrasador tomó por asalto las mejillas de _______ ante la diabólica sonrisa que le dedicó el camarero, obviamente en edad de acudir a la universidad.
—¿Puedo ofrecerles algo más, señoras?— preguntó, y después miró directamente a _______. —O para ser más exactos, ¿hay algo que pueda hacer por usted, señora?.—
*¿Qué tal una bolsa con la que taparme la cabeza y un garrote para golpear a Lanie?*
—Creo que ya hemos acabado— contestó _______ con las mejillas ardiendo. Definitivamente, mataría a Lanie por esto. —Sólo necesitamos la cuenta.—
—Muy bien, entonces— dijo sacando la nota, y escribiendo algo en la parte superior del papel. La colocó justo delante de _______. —Puede hacerme una llamadita si necesita cualquier cosa.—
Una vez el camarero se marchó, _______ se dio cuenta de que había anotado su nombre y su teléfono en la parte superior del papel.
Lanie le echó un vistazo y soltó una carcajada.
—Espera y verás— le dijo _______, reprimiendo una sonrisa mientras calculaba el importe de la mitad de la cuenta con su Palm Pilot. —Me las pagarás.—
Lanie ignoró la amenaza y se dedicó a buscar el dinero en su bolso adornado con cuentas.
—Sí, sí. Eso lo dices ahora. Si yo estuviese en tu lugar, marcaría ese número. Es monísimo el chico.—
—Jovencísimo— corrigió _______. —Y creo que voy a pasar. Lo último que necesito es que me encierren por corrupción de menores.—
Lanie paseó la mirada por el preciso lugar donde el camarero esperaba, con una cadera apoyada en la barra.
—Sí, pero don Soy Igualito a Brad Pitt, que está ahí enfrente, bien lo merece. Me pregunto si tendrá algún hermano mayor...—
—Y yo me pregunto cuánto estaría dispuesto a pagar Bill por saber que su mujer se ha pasado todo el almuerzo comiéndose con los ojos a un chico.—
Lanie resopló mientras dejaba el dinero sobre la mesa.
—No me lo estoy comiendo. Lo estoy evaluando para ti. Después de todo, era de tu vida sexual de lo que hablábamos.—
—Bueno, mi vida sexual es sensacional y no le interesa a la gente que nos rodea.— Y tras soltar el dinero en la mesa, cogió el último trozo de queso y se encaminó hacia la puerta.
—No te enfades— le dijo Lanie mientras salía tras ella a la calle, atestada de turistas y de los clientes habituales de los establecimientos de Jackson Square.
Las notas de jazz de un solitario saxofón se escuchaban por encima de la cacofonía de voces, caballos y motores de automóviles; una oleada de calor típico de Louisiana las recibió al salir a la calle.
Intentado no hacer caso del aire, tan espeso que dificultaba la respiración, _______ se abrió camino entre la multitud y los tenderetes ambulantes, dispuestos a lo largo de la valla de hierro que rodeaba Jackson Square.
—Sabes que es cierto— le dijo Lanie una vez la alcanzó. —Quiero decir, ¡Dios mío, _______!, ¿Cuánto hace? ¿Dos años?.—
—Cuatro— contestó ella con aire ausente. —¿Pero a quién le interesa llevar la cuenta?—
—¿Cuatro años sin tener relaciones sexuales?— repitió Selena incrédula.
Varios mirones se detuvieron, curiosos, para observar alternativamente a Selena y a _______.
Ajena -como era habitual en ella- a la atención que despertaban, Selena continuó sin detenerse.
—No me digas que tú has olvidado que estamos en plena Era de la Electrónica. O sea, vamos a ver, ¿alguno de tus pacientes sabe que llevas tanto tiempo sin echar un polvo?.—
_______ acabó de tragarse el trozo de queso y le dedicó a su amiga una desagradable y furiosa mirada. ¿Es que la intención de Selena era la de gritar a todo pulmón, en plena Vieux Carre, sus asuntos personales a todo humano y caballo que pasara por la zona?
—Baja la voz— le dijo, y añadió con sequedad —No creo que sea de la incumbencia de mis pacientes si soy o no la reencarnación de la Virgen. Y con respecto a la Era de la Electrónica, no quiero tener una relación con algo que viene acompañado de una etiqueta con advertencias y unas pilas.—
Selena soltó un bufido.
—Sí, vale, oyéndote hablar se diría que la mayoría de los hombres deberían venir acompañados de una etiqueta con esta advertencia:— alzó las manos para enmarcar la siguiente afirmación —Atención, por favor, Alerta Psíquica. Yo, macho-man, soy propenso a sufrir horribles cambios de humor, y a poner caras largas, y poseo la habilidad de decir la verdad a una mujer sobre su peso, sin previo aviso.—
_______ soltó una carcajada. Había soltado de carretilla, en innumerables ocasiones, ese discursito sobre las etiquetas que deberían llevar los hombres.
—Ah, ya lo entiendo, Doctora Amor— dijo Selena imitando la voz de la doctora Ruth. —Usted se limita a sentarse y escuchar cómo sus pacientes le largan todos los detalles íntimos de sus encuentros sexuales, mientras usted vive como un miembro vitalicio del "Club de las Bragas de Teflón"— bajando la voz, Selena añadió —No puedo creer que después de todo lo que has escuchado en tus sesiones, nada haya conseguido revolucionar tus hormonas.— _______ le lanzó una mirada divertida.
—Bueno, a ver, soy una sexóloga. No me beneficiaría mucho que mis pacientes se dedicaran a hacerme experimentar la petit mort mientras echan fuera todos sus problemas. En serio, Lanie, perdería el título.—
—Pues no entiendo cómo puedes aconsejarles, cuando ni siquiera te acercas a un hombre.—
Haciendo una mueca, _______ comenzó a caminar hacia el lado opuesto de la plaza, justo frente a la Oficina de Información Turística, donde Selena había instalado su puestecillo para echar las cartas y leer las líneas de las manos.
Cuando llegó al tenderete -una mesa cubierta con una faldilla de color morado intenso-, suspiró.
—Sabes que no me importaría quedar con un hombre que se mereciera que me depilara las piernas. Pero la mayoría resulta ser una pérdida de tiempo tan evidente que prefiero sentarme en el sofá y ver las reposiciones de Hee Haw.—
Selena le dedicó una expresión irritada.
—¿Qué tenía de malo Jerry?—
—Mal aliento.—
—¿Y Jamie?—
—Le encantaba hurgarse en la nariz. Especialmente durante la cena.—
—¿Tony?—
_______ miró a Selena y ésta alzó las manos.
—Vale, quizás tuviera un pequeño problema con lo de las apuestas. Pero es que todos necesitamos distraernos con algo.—
_______ la miró furiosa.
—Eh, Madame Selene, ¿ya has regresado de almorzar?— le preguntó Petra desde el puestecillo situado justo al lado del suyo, en el que vendía objetos de loza y dibujos, hechos por ella.
Unos años más joven que ellas, Petra tenía una larga melena negra y siempre llevaba ropas que a __________ le hacían pensar que estaba delante de un hada. Su vestimenta de hoy consistía en una liviana falda blanca, que hubiese resultado obscena de no ser por los leotardos rosados que llevaba debajo, y una preciosa camisa de estilo medieval.
—Sí, ya he vuelto— le contestó Selena mientras se arrodillaba para abrir la tapa del carrito de la compra que todas las mañanas aseguraba a la verja de hierro con una de esas cadenas que se usan para las bicicletas. —¿Algo interesante durante mi ausencia?.—
—Un par de chicos cogieron una de tus tarjetas, y dijeron que regresarían después de comer.—
—Gracias— dijo Selena guardando el monedero en el carro, sacó la caja de puros azul donde guardaba el dinero y las cartas de tarot -siempre envueltas en un pañuelo de seda negra-, y un delgado, pero gigantesco, libro con tapas de cuero marrón que _______ no había visto nunca.
Selena se colocó su enorme pamela de paja, se dio la vuelta y se puso en pie.
—¿Tus artículos tienen los precios marcados?— preguntó a Petra.
Lanie cogió el libro.
—A que tengo una idea.—
El escalofrío que sintió ante las palabras de Lanie le llegó hasta los huesos, y eso que el calor era agobiante. Y ella no se asustaba fácilmente. Bueno, a no ser que su amiga estuviera involucrada con una de sus ideas típicas de "mamá gallina".
—¿No será otra sesión de espiritismo?.—
—No, esto es mejor.—
En su interior, _______ se encogió y comenzó a preguntarse qué sería de su vida en esos momentos si hubiese tenido una compañera de habitación normal el primer año en Tulane, en lugar de Selena Quiero Ser Una Gitana Traviesa. De algo estaba segura: no estaría discutiendo de su vida sexual en medio de una calle llena de gente.
En ese momento, se fijó en lo diferentes que eran. Ella soportaba el húmedo calor con un ligero vestido sin mangas de seda color crema, de Ralph Lauren, y llevaba el pelo oscuro recogido en un sofisticado moño. En contraste, Lanie llevaba una larga y vaporosa falda negra con un ceñido top de tirantes morado que apenas le cubría sus generosos senos. El pelo castaño y rizado, que le llegaba a los hombros, estaba recogido con un pañuelo de seda negra, con motas semejantes a las de un leopardo.
El atuendo se completaba con unos enormes pendientes de plata, en forma de luna llena, que colgaban prácticamente hasta los hombros. Sin mencionar el yacimiento de plata que se había colocado en ambas muñecas, en forma de ciento cincuenta pulseras. Pulseras que tintineaban cada vez que se movía.
La gente siempre había reparado en sus diferencias físicas, pero ella sabía que Selena escondía una mente astuta y una gran inseguridad bajo su «єχótι¢σ» atuendo. Por dentro, se parecían mucho más de lo que cualquiera podía imaginar.
Excepto en la extraña creencia que Lanie había desarrollado por el ocultismo. Y en su insaciable apetito sexual.
Acercándose a ella, Lanie dejó el libro en las manos -poco dispuestas a cogerlo- de _______ y comenzó a pasar hojas. Se las arregló para no dejarlo caer. Y para no poner los ojos en blanco por la exasperación que la invadía.
—Encontré esto el otro día, en esa vieja librería que hay junto al Museo de Cera. Estaba cubierto por una montaña de polvo; intentaba encontrar un libro sobre psicometría cuando de repente vi éste, ¡Voilà!— dijo señalando triunfalmente a la página.
_______ miró el dibujo y se quedó con la boca abierta. Jamás había visto algo parecido.
El hombre del dibujo era fascinante, y la pintura estaba realizada con asombroso detalle. Si no fuese por las marcas dejadas en la página al haber sido impresa, se diría que se trataba de una fotografía actual de alguna antigua estatua griega. No, se corrigió a sí misma: de un dios griego.
Estaba claro que ningún mortal podía jamás tener
esa pinta tan fantástica.
Gloriosamente desnudo, el tipo exudaba poder, autoridad y una aplastante y salvaje sexualidad. Aunque su pose pareciera ser casual, daba la sensación de estar contemplando un depredador listo para ponerse en acción en cualquier momento. Las venas se le marcaban en aquel cuerpo perfecto que prometía poseer una fuerza inigualable, diseñada específicamente para proporcionar placer a una mujer.
Con la boca seca, _______ observó los músculos, que tenían las proporciones adecuadas para su altura y su peso. Contempló la profunda hendedura que separaba los duros pectorales y bajó hasta el estómago -esculpido con forma de tableta de chocolate-, que suplicaba ser acariciado por una mano femenina.
Y entonces llegó al ombligo. Y después a...
Bueno, no se les había ocurrido tapar aquello con una hoja de parra. ¿Y por qué deberían haberlo hecho? ¿Quién, en su sano juicio, iba a querer ocultar unos atributos masculinos tan estupendos? Y siguiendo con aquella línea de pensamiento, ¿quién necesitaría un consolador con pilas teniendo aquello en su casa?. Se humedeció los labios y volvió a la cara.
Mientras contemplaba los afilados y apuestos contornos del rostro, y los labios -con una diabólica sonrisa apenas esbozada-, le asaltó la imagen de una ligera brisa agitando esos marrones mechones, aclarados por el sol, que se ensortijaban alrededor del cuello, especialmente diseñado para cubrirlo de húmedos besos. Y de aquellos penetrantes ojos de color marrón claro, mientras alzaba una lanza sobre la cabeza, y gritaba.
El sofocante aire que le rodeaba se estremeció ligeramente de forma repentina, y le acarició las partes de su cuerpo expuestas a la brisa.
Casi podía escuchar el profundo timbre de la voz del tipo, y sentir cómo aquellos musculosos brazos la envolvían y la atraían hacia un pecho duro como una roca, mientras su cálido aliento le rozaba la oreja.
Percibía unas manos fuertes y expertas que vagaban por su cuerpo, y le proporcionaban un deleite exquisito, mientras buscaban sus más recónditos lugares.
Un escalofrío le recorrió la espalda y el cuerpo comenzó a palpitarle en zonas donde nunca había pensado que aquello pudiese ocurrir. Sentía un dolor fiero y exigente que jamás había experimentado.
Parpadeó y volvió a mirar a Lanie, para ver si también ella se había visto afectada del mismo modo. Pero si así era, no daba señales de ello. Debía estar alucinando. ¡Exacto! Las especias de las judías le habían llegado al cerebro y lo habían convertido en papilla.
—¿Qué opinas de él?— le preguntó Lanie, mirándola por fin a los ojos.
Última edición por Aѕтнeиofoвια≈ el Jue 06 Dic 2012, 8:59 pm, editado 2 veces
nane♔
Re: Un Amante de Ensueño | Harry Styles y tú
Sinceramente me encantó la novela, Dime Ami iglhgf
Porfavor Siguela! :)
Porfavor Siguela! :)
PotatodeNialler
Re: Un Amante de Ensueño | Harry Styles y tú
AmiHoran escribió:Sinceramente me encantó la novela, Dime Ami iglhgf
Porfavor Siguela! :)
Hola Ami, daskhasklghkldfa a mi también me encanta *-* Pronto subiré!
nane♔
Re: Un Amante de Ensueño | Harry Styles y tú
jgsgkjdg primer cap y ya me emocioné :$ i'm so proud dsdjdk tu sabes que te amo y bla bla bla! Sigue subiendo que me dejas con la intriga
i'mfuckingcrazy
Re: Un Amante de Ensueño | Harry Styles y tú
i'mfuckingcrazy escribió:jgsgkfkjfdfjd primer cap y ya me emocioné :$ i'm so proud akjsksk tu sabes que te amo y bla bla bla! Sigue subiendo que me dejas con la intriga
my dear crazy :B fkjdshgdg tu sabes que tambien te amo locamente gjgfhgfjhg y sí, mañana subo el 2 ܤ luv ya!
nane♔
Re: Un Amante de Ensueño | Harry Styles y tú
Capitulo 02
«Su condena fue eterna: nunca encontraría la satisfacción por más que la buscase; anhelaría las caricias de aquélla que le invocara, pero tendría que proporcionarle un placer exquisito y supremo.
De luna a luna, yacería junto a una mujer y le haría el amor, hasta que fuese obligado a abandonar el mundo»
___________ se encogió de hombros, en un esfuerzo por olvidar la hoguera que abrasaba su cuerpo. Pero sus ojos volvieron a demorarse en las perfectas formas del hombre.
—Se parece a un paciente que tuvo cita ayer.—
Bueno, no era exactamente cierto... el chico que había estado en su consulta era medianamente atractivo, pero nada que ver con el hombre del dibujo. ¡Jamás había visto algo así en toda su vida!
—¿De verdad?— los ojos de Lanie adquirieron un matiz oscuro que pronosticaba el comienzo de su sermón sobre las oportunidades de conseguir una cita y la intervención del destino.
—Sí— dijo cortando a Lanie antes de que pudiese comenzar a hablar. —Me dijo que era una lesbiana atrapada en el cuerpo de un hombre.— Lanie abrió la boca, muda de asombro. Cogió el libro, quitándoselo a ___________ de las manos, y lo cerró con fuerza mientras la miraba furiosa.
—Siempre conoces a las personas más extrañas.— ___________ alzó una ceja.
—Ni se te ocurra decirlo— dijo Lanie mientras ocupaba su sitio habitual tras la mesa. Colocó el libro a su lado. —Te lo advierto; esto— dijo, dando dos golpecitos al libro —es lo que estás buscando.—
___________ miró fijamente a su amiga mientras pensaba en lo absolutamente convincente que parecía Madame Selene -autoproclamada Señora de la Luna-, sentada tras sus cartas de tarot, con aquella mesa morada, y el misterioso libro bajo las manos. En ese momento, casi podía creer que Lanie era en realidad una esotérica gitana. Si creyera en esas cosas.
—Vale— dijo ___________ dándose por vencida. —Deja de hablar con rodeos y dime qué tienen que ver ese libro y ese dibujo con mi vida sexual.— El rostro de Lanie adoptó una expresión bastante seria.
—El tipo que te he enseñado... Harry... es un esclavo sexual griego que está obligado a cumplir los deseos de aquélla que le invoque, y a adorarla.—
___________ se rió con ganas. Sabía que estaba siendo muy maleducada, pero no pudo evitarlo. ¿Cómo demonios iba creer Lanie, una licenciada en historia antigua y en física, premiada con la beca Rhodes, y con un doctorado en filosofía, en algo tan ridículo, aun con todas sus excentricidades?
—No te rías. Lo digo en serio.—
—Ya lo sé, eso es lo que me hace gracia— se aclaró la garganta y se serenó. —Vale, ¿qué tengo que hacer?, ¿quitarme la ropa y bailar desnuda en Pontchartrain a medianoche?— un leve intento de sonrisa curvó sus labios, sin importarle que los ojos de Lanie se oscurecieran a modo de aviso. —Tienes razón, me encargaré de conseguir una buena sesión de sexo, pero no creo que sea con un espléndido esclavo sexual griego.—
El libro se cayó de la mesa. Lanie dio un grito, se levantó de un salto y tiró la silla.
___________ jadeó.
—Lo empujaste con el codo, ¿verdad?— Lanie negó con la cabeza muy despacio; tenía los ojos abiertos como platos. —Confiésalo, Lanie.—
—No fui yo— dijo con una expresión mortalmente seria. —Creo que lo ofendiste.—
Moviendo la cabeza ante aquella necedad, ___________ sacó del bolso las gafas de sol y las llaves. Bien, estupendo, esto se parecía a la época de la facultad, cuando Lanie le habló de usar una Guija, y lo amañó todo para que le dijese que se iba a casar con un dios griego cuando cumpliera los treinta años, y que iba a tener seis hijos con él. Hasta el día de hoy, Yare se negaba a admitir que había sido ella la que dirigiera el puntero. Y, en este preciso momento, hacía demasiado calor bajo el implacable sol de agosto como para discutir
—Mira, necesito regresar al despacho. Tengo una cita a las dos en punto y no quiero coger un atasco— le dijo mientras se ponía las Ray-Ban. —¿Vendrás entonces esta noche?.—
—No me lo perdería por nada del mundo. Llevaré el vino.—
—Bien, te veo a las ocho.— E hizo una larga pausa para añadir: —Dile a Bill que hola y que gracias por dejarte visitarme por mi cumpleaños.— Selena la observó alejarse y sonrió.
—Espera a ver tu regalo— susurró, y recogió el libro del suelo. Pasó la mano por la suave tapa de cuero repujado, y quitó unas motas de polvo.
Volvió a abrirlo y observó de nuevo el maravilloso dibujo; aquellos ojos habían sido dibujados con tinta negra, y aun así, daban la impresión de ser de un profundo marrón claro.
Por una sola vez su hechizo iba a funcionar. Estaba segura.
—Te gustará ________, Harry— murmuró dirigiéndose al hombre mientras recorría con los dedos su cuerpo perfecto. —Pero debo advertirte algo: acabaría con la paciencia de un santo. Y traspasar sus defensas va a resultar más duro que abrir una brecha en la muralla de Troya. No obstante, si alguien puede ayudarla, ése eres tú.— Sintió que el libro desprendía una súbita oleada de calor bajo su mano, y supo instintivamente que era la forma que Harry elegía para darle la razón.
_________ pensaba que estaba loca a causa de sus creencias, pero siendo la séptima hija de una séptima hija, y con la sangre gitana que corría por sus venas, Selena sabía que había ciertas cosas en la vida que desafiaban cualquier explicación. Ciertas corrientes de energía misteriosa que pasaban desapercibidas, esperando que alguien las canalizara.
Y esa noche habría luna llena.
Devolvió el libro a la seguridad del carrito de la compra y lo cerró con llave. Estaba segura que había sido cosa del destino que el libro llegara hasta ella. Había sentido su llamada tan pronto como se acercó a la estantería donde yacía.
Puesto que llevaba dos años felizmente casada, supo que no estaba destinado a ella. La usaba para llegar donde lo necesitaban. Hasta _________. Su sonrisa se ensanchó. ¿Cómo sería tener a este increíblemente apuesto esclavo sexual griego a tu disposición y disponer de él durante todo un mes?... Sí. Éste era, definitivamente, un regalo de cumpleaños que __________ recordaría durante el resto de su vida.
nane♔
Re: Un Amante de Ensueño | Harry Styles y tú
Capitulo 03
«Poseedor de una fuerza suprema y de un valor sin parangón, fue bendecido por los dioses, amado por los mortales y deseado por todas las mujeres que posaban los ojos en él. No conocía la ley, y no acataba ninguna.»
Unas horas más tarde, __________ suspiró al abrir la puerta de su dúplex y poner el pie en el suelo encerado del vestíbulo. Dejó el montón de cartas que llevaba en la mano sobre la antigua mesa de alas abatibles, que decoraba el rincón adyacente a la escalera, y cerró la puerta tras ella, echando el pestillo. Las llaves fueron a parar al lado de la correspondencia.
Mientras se quitaba a tirones los zapatos negros de tacón, el silencio le golpeó los oídos y se le formó un nudo en la garganta. Todas las noches la misma rutina tranquila: entrar a un hogar vacío, clasificar el correo, leer un libro, llamar a Lanie, comprobar el contestador e irse a la cama.
Lanie tenía razón, la vida de __________ era una aburrida y escueta investigación sobre la monotonía. A los veintinueve años, __________ estaba muy cansada de su vida. ¡Demonios!, incluso Jamie -el incansable buscador de tesoros nasales- comenzaba a parecer atractivo. Bueno, quizás Jamie no. Y menos su nariz, pero seguro que había alguien ahí afuera, en algún lugar, que no era un cretino. ¿O no?.
Mientras subía las escaleras, decidió que vivir de forma independiente no era tan espantoso. Al menos, tenía mucho tiempo para dedicar a sus entretenimientos favoritos. O también podría buscar nuevos pasatiempos, pensaba mientras caminaba por el pasillo que llevaba a su dormitorio. Algún día, encontraría un entretenimiento divertido.
Cruzó la habitación y dejó caer los zapatos junto a la cama. No tardó nada en cambiarse de ropa.
Acababa de recogerse el pelo en una coleta cuando sonó el timbre. Bajó de nuevo las escaleras para dejar pasar a Lanie. Tan pronto como abrió la puerta, su amiga le soltó enojada:
—No irás a ponerte eso esta noche, ¿verdad?—
__________ echó un vistazo a los vaqueros llenos de agujeros y después se fijó en su enorme camiseta de manga corta.
—¿Desde cuándo te preocupa mi aspecto?— Y entonces lo vio; en la enorme cesta de mimbre que Selena utilizaba para llevar las compras. —¡Uf! No. Ese libro otra vez, no.—
Con una expresión ligeramente irritada, Lanie le contestó:
—¿Sabes cuál es tu problema, _________?—
_________ miró al techo, rogando a los cielos un poco de ayuda. Desafortunadamente, no la escucharon.
—¿Cuál? ¿Que no me trastorna la luz de la luna y que no arrojo mi gordo y pecoso cuerpo sobre cualquier hombre que conozco?—
—Que no tienes ni idea de lo encantadora que eres en realidad.—
Mientras __________ se quedaba allí plantada, muda de asombro ante el poco frecuente comentario, Lanie llevó el libro a la salita de estar y lo colocó sobre la mesita de café. Sacó el vino de la cesta y se dirigió a la cocina. _________ no se molestó en seguirla. Había encargado una pizza antes de salir del trabajo, y sabía que Lanie estaría buscando unas copas.
Empujada por un resorte invisible, ___________ se acercó a la mesita donde estaba el libro. Espontáneamente, extendió la mano y tocó la suave cubierta de cuero. Podría jurar que había sentido una caricia en la mejilla. Qué ridiculez. *No crees en esta basura.*
__________ pasó la mano por el cuero y notó que no había título, ni ninguna otra inscripción. Abrió la tapa. Era el libro más extraño que había visto en su vida. Las páginas parecían haber formado parte, originariamente, de un rollo de pergamino, que más tarde había sido transformado en un libro. El amarillento papel se arrugó bajos sus dedos al pasar la primera página; en ella había un elaborado símbolo hecho a mano, formado por la intersección de tres triángulos y la atrayente imagen de tres mujeres unidas por varias espadas.
__________ frunció el ceño esforzándose por recordar si aquello podía ser una especie de antiguo símbolo griego. Aún más intrigada que antes, pasó unas cuantas páginas y descubrió que estaba completamente en blanco, excepto aquellas tres hojas... *Qué extraño...*. Debía de haber sido algún tipo de cuaderno de bocetos de un pintor, o de un escultor, decidió. Eso sería lo único que explicase que las páginas estuviesen en blanco. Algo tuvo que suceder antes de que el artista tuviera oportunidad de añadir algo más al libro. Pero eso no acababa de explicar por qué las páginas parecían mucho más antiguas que la encuadernación...
Retrocedió hasta llegar al dibujo del hombre, y observó con atención la inscripción que había sobre él, pero no pudo sacar nada en claro. Al contrario que Lanie, ella evitó las clases de lenguas antiguas en la facultad como si fueran veneno; y si no hubiese sido por su amiga, jamás habría superado aquella parte fundamental en su currículum.
—Definitivamente, creo que es griego— dijo sin aliento cuando volvió a mirar al hombre.
Era sorprendente. Absolutamente perfecto e incitante. Increíblemente fascinante. Cautivada por completo, se preguntó cuánto tiempo se tardaría en hacer un dibujo tan perfecto. Alguien debía haber pasado años dedicado a la tarea; porque aquel tipo parecía estar preparado para saltar del libro y meterse en su casa.
nane♔
Re: Un Amante de Ensueño | Harry Styles y tú
Me encanta siguela porfavor! Soy bel new reader! :)
Belguty
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