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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
The internship "Second Chances" [Original]
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 1 de 1. • Comparte
The internship "Second Chances" [Original]
Nombre: The internship "Seconds Chances"
Autora: Lita Malfoy
Adaptación: No
Género: De todo
Advertencias: No, no lo creo
Otras páginas: no
The internship "Second Chances"
El internado Segundas oportunidades. Un internado donde llegan los chicos problemas de todos lados del mundo. Un internado lleno de problemas, amores, dramas, risas e idioteces.
En donde todos tus problemas tienen solución, o en donde puedes encontrar más problemas.
Te terminas acostumbrando a eso, al hecho de los problemas. Por eso llegaste aquí, no es así? Pero aquí, no hay nadie que no merezca una segunda oportunidad. Porque todos tenemos defectos, pero también todos tenemos virtudes.
Bienvenidos al internado Segundas oportunidades. En donde debes descubrir cuál es la razón por la cual tienes derecho a tener una segunda oportunidad.
Adelante, las puertas siempre están abiertas para quien necesite ayuda, no. Las puertas están siempre abiertas para quien merezca ayuda.
Prefacio:
- Bienvenidos, Bienvenidos, Bienvenidos- suena la voz de la directora Bonnielle, llenando el auditorio, repleto de chicos- Les doy la bienvenida a un nuevo año aquí en "Segundas oportunidades". A los alumnos antiguos les recuerdo que deben respetar las reglas y a los nuevos les aviso.
- Igual que cada año- se burla en voz baja Shane, haciendo que Eleonor ría
- Aquí encontraran todo lo que buscan...- prosigue
- Si, menos la libertad- suelta en un murmuro Spencer, mientras Nolan evoza una sonrisa divertida
-....Aquí encontraran una segunda oportunidad, una oportunidad de cambiar el curso de sus vidas- habla- aquí encontraran la razón de porque merecen una segunda oportunidad...
- Yo se porque la merezco- le murmura Dylan a Andy- no hice nada
- Nadie te cree, amigo- rie Andy
-....Bueno, como ya dije antes, bienvenidos- sonrie la directora- y siguiendo el lema del colegio les repido: Adelante, las puertas siempre están abiertas para quien necesite ayuda. no. Las puertas están siempre abiertas para quien merezca ayuda.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Nolan Murffey: Only the beginning
La luz del sol comenzo a entrar por la ventana del avión, molestando al chico que dormía en aquel asiento #21, sin nadie sentado a su lado.
Él era Nolan Murffey. De pelo negro, de piel siempre palida y levemente adornada por algunos moretones de color negro. Delgado y muy alto, siempre tan desconfiado de si mismo que asustaba. Casi siempre con la mirada perdida, nerviosa y suplicante de ayuda. O piedad, en realidad. Pero nadie fue capaz de ser piadoso con el pequeño e indefenso Nolan, ninguno de ellos. De hecho, nadie lo fue. Porque jamás nadie le creyo.
Abrio los ojos al notar que ya estaban aterrizando. Se sentó derecho, mientras sentía como las turbulencia lo sacudían con cierta rudeza.
Sabía lo que le esperaba al bajarse, sabía que al poner un pie en tierra tendría que ir a ese asqueroso internado. Solo y olvidado por su maldita y asquerosa familia.
Con sinceridad odiaba con su alma a su familia. Eran un monton de idiotas que no le creían, igual que el resto. Sobretodo a su hermano Vincent. Se llevaba bastante bien con su hermana, Cassey, y prima, Flayers. Pero Cassey fue la primera en llamarlo mentiroso cuando los problemas empezaron a surgir. Así que solo tiene a Flayers, que era la única que le creía porque los había visto. Los vio, un miércoles luego de gimnasia, golpeándolo e insultándolo, él sin quejarse recibia las patadas, mientras de su boca ensangrentada salian leves quejas, que no podía controlar. Entre esos chicos estaba su primo, el hermano de Flay, Valeon.
Aun concervaba en su cuerpo algunos moretones grandes y oscurecidos, pero eso sanaria, esas cosas siempre sanaban.
Tomo sus maletas y camino hasta el taxi que lo esperaba. Detestaba el hecho de saber que no había otra opción, pero odiaba más el hecho de saber la razón de porque no había otra. Por defenderse, por intentar hacer la diferencia. No era justo. Pero él sabía bien que generalmente la vida no era justa, al menos no con él. Mientras él iba a un lugar que era su equivalente a la carcél, sus atacantes disfrutaban de su hermosa escuela, con total libertad, de seguro burlándose de otro chico o de él.
Al llegar, noto que ese lugar era como, básicamente, una ciudad. Camino hasta la administración a la entrada del internado, para terminar su incripción.
- Buenos días, cariño- lo saludo la secretaria, Eline, amable y regordeta, que veía a cada uno de ellos como sus hijos, lo cual era extraño porque la mayoría habían hecho cosas bastante malas para llegar ahí- Necesitas algo?- él iba a hablar pero ella lo interrumpió- Eres nuevo, verdad? Jamás te había visto el chico asintió- tu nombre?
- Nolan Royer Murffey Jons- murmuro con nerviosismo, la señora tecleo con rapidez en el computador frente a ella
- Aquí estas cariño- sonrió- estas en el departamento #5, en la habitación #36. Con Emmeline Spencer Wood- le dijo de corrido, él había anotado todo en una pequeña libreta- ok, este es tu horario. Las clases empiezan el lunes. Suerte querido- informo- ah, y bienvenido a “Segundas oportunidades”
El chico caminó arrastrando sus maletas, maldiciendo en voz baja a su vida. Hasta que finalmente encontró el edificio, subió dificultosamente las escaleras. Al llegar se reviso sus bolsillos. Eline había olvidado darle su llave.
- Hey niño- escucho una voz detrás de él, una chica. Morena, alta y de bonita sonrisa- Como estas?
- Bien- fue lo único que salió de la boca del chico
- Como te llamas?- pregunto ella, él no respondió, no se sentiá comodo por lo que no la miraba a los ojos y jugeteaba con sus dedos- Yo me llamo Annie, Annabeth Skith- se presentó
- Nolan Murffey- murmuro apenas audible
- Que pasa inútil?- se burlo, riendo cruelmente- Te comio la lengua el gato, nerd?
El chico de piel palida bajo la cabeza con rapidez, por inersia, costumbre, resignación e instinto. Esperando más insultos para él, pero no fue así, nunca llegaron. El siguente insulto que sus oídos escucharon fue para Annabeth, proviniendo de una chica rubia algo molesta. Era Alta, de ojos grises y en su cuello colgaba una cadena de plata con una cruz invertida de color negro, que relucía con elegancía.
- Porque no te vas, rubiecita?- pregunto arta Annie
- Porque no te mueres, Huequiita?- replico la rubia de forma burlona, cansada de oir la voz chillona de Annabeth
Aquella chica era la compañera de cuarto de Nolan, Spencer Woood. Nolan las miraba con ojos atonitos, admirando la pequeña pelea que se formaba en el pasillo. Ambas seguían peleando con la misma intensidad y fuerza que en el comienzo. Pero al final, Annie se rindió, llendose mientras la rubia le dedicaba notorias miradas de odio. Que si fueran puñales hubieran matado a la chica 300 veces, en cinco segundos.
- Hola- sonrio a medias esa chica- Soy Spencer Wood, tu compañera de cuarto- él asintió- también soy nueva. Llegue aquí este año, así que estoy perdida igual que tu. Me tomo una hora encontrar el edificio- bromeo, ambos rieron divertidos
- Me habían dicho que te llamabas…
- Si, pero no hay apodos con mi nombre así que solo llamame Spencer- susurro- O Spence, Pence o Corn- él la mira extrañado por el ultimo apodo- por Connor, mi otro nombre
- Soy Nolan Murffey, dime como quieras- sonríe
- Ok, tienes la llave, Nou?- pregunta, él la mira extrañado- que? No puedo llamarte así?- él guarda silencio- lo siento, es que dijiste que...
- No, no es eso- la interrumpió- solo que…nadie me había llamado así, jamás- bajo la mirada nuevamente- ah, y no. No la tengo
- Ñaaa, no importa- ella abre la puerta- adelante
El cuarto era simplemente enorme, a niveles desproporcionales. Con dos balcones con vista a la hermosa costa, en lados distintos de la habítacion. Dos camas matrimoniales bastante separadas la una de la otra. Dos escritorios con lámparas, dos closets, dos libreros con puertas de vidrio y una enorme televisión de plasma con reproductor de DVD. Las paredes eran de color blanco y tenían marcos de madera en las puertas y ventanales.
- Increible- fue lo único que salió de la boca del anonadado chico, que miraba a su alrededor con mucho entusiasmo
La rubia eligio su cama primero, cuando se tiro de espandas a la cama de la izquiera. Él dejo una de sus maletas ensima de la cama de la derecha.
Una chica bajita se asomo por la puerta que aun estaba abierta, era castaña de piel palida y de cara seria.
- Diculpen- llama la atención de ambos- esto es de alguno de ustedes?- pregunta ella, mostrando un bolso negro y un gatito pequeño de ese mismo color
- Oh Tayler- lo tomo, y también tomo el bolso- Soy espencer, y gracias- se presento- él es Nolan
- Soy Clove- se presenta con una pequeña sonrisa- y no es nada, tu gatito se colo a mi habitación- apunto a la puerta de enfrente
- Es escurridizo- murmuro ella- sabes, para agradecerte podrías almorzar con nosotros- volteo a ver a su compañero- Nou, que te parece?
- Claro- levanta los hombros con resignación
- Ok, voy a cambiarme- sonríe Clove, ahora más abiertamente
Al salir, la rubia volteo a ver al chico que acomodaba sus libros en su librero vació. El chico paliducho, tenía una mirada triste en los ojos, no muy rara en él, pero claro que para Spencer era extraña, no le gustaba ver a la gente triste, y mucho menos por la razón por la cual él estaba triste.
Ella podía reconocer esos ojos en cualquier lado, tristes y resignados. Completamente llenos de rencor, cuyo dueño había sido maltratado durante añis, hasta el punto de que ya no siente que puede defenderse, siente de seguro, que nadie puede ayudarlo o que nadie quiere ayudarlo.
- No debiste dejar que ese chica te tratara así, sabes?- le dice
- No interesa- miente- no importa, estoy bien
- Bien?- rie casi cruelmente- sabes, mi hermanito tiene un amigo. Casper, lindo de ojos hermosos y cabello rubio. Un buen chico realmente- dijo con voz clara y algo dulce, lo que aterro a Nolan- lo golpeaban, demasiado. Desde que tenía 8 años, lo insultaban y golpeaban todos los días, durante 5 años. Siempre decía lo mismo “No interesa” “No me importa” “Estoy bien”- él la miraba fijo, iba a mentir, de nuevo
- Y que hay con eso?- sabía lo que seguía
- Intento suicidarse- y ahí estaba- en su cumpleaños, luego de que Inne y sus amigos lo golpearan en plena fiesta
- No es lo mismo—dice, mintiendo
Nolan sabía que mentia, sabía que esos “Esoy bien” “no importa” “no interesa” no eran ciertos, que eran solo una pared que escondia lo que pasaba adentro de ti. Tenía claro cuanto dolían os insultos, los golpes y las burlas, cuanto duele el tener que seguir mintiendo. Cuando te rodean diez chicos y no puedes espacapar, y mucho menos defenderte. Cuando estas solo caminado y sientes como te empugan y te botan al suelo mientras te golpean.Cuando ya no intentas defenderte, solo te quedas ahí, mientras las quejas involuntarias salen de tu boca ensangrentada, sin permiso ni deseo propio.
La mirada de la chica estaba pegada a la de Nolan, simplemente ella lo sabía. Ademas sus ojos lo delataban
- Bueno, vamos?- se sintió la voz de Clove, cortando esa unión momentania entre ellos dos
- Claro- respondieron a la vez
Los tres chicos iban caminando por las calles del internado. Clove, Spence y Nou se llevaban bien, los tres tenían muchas cosas en común. No les gustaban las fiestas, odiaban a los abusivos y eran bastante listos
- No te creo- reía Nolan, de la manera más honesta que había reído en años
- Te lo juro, la golpee- insistia la rubia, mientras sus nuevos amigos reía- de todos formas se lo merecía
- Eres peor que yo- se burlo Clove- al menos llegaste hoy y te dieron poco tiempo, yo…me tendre que quedar aquí hasta a los 18 y llegue a los 13
- Espera, cuantos años tienes?- pregunto Nolan
- Tengo 15- dice ella llevándose a la boca un pedazo de pizza
- Llevas dos años aquí?- gritan la rubia y el pelinegro
- Si- responde con obviedad ella
- Yo no me quedare aquí dos años- sentencian de manera segura ambos
El almuerzo prosiguió con normalidad. Entonces fue cuando Nolan se sintió feliz de haber ido. Porque quizá esa era la oportunidad de empezar de nuevo, de tener una vida normal y amigos. Sintió que nunca antes había estado tan feliz de la decisión de sus padres.
Autora: Lita Malfoy
Adaptación: No
Género: De todo
Advertencias: No, no lo creo
Otras páginas: no
The internship "Second Chances"
El internado Segundas oportunidades. Un internado donde llegan los chicos problemas de todos lados del mundo. Un internado lleno de problemas, amores, dramas, risas e idioteces.
En donde todos tus problemas tienen solución, o en donde puedes encontrar más problemas.
Te terminas acostumbrando a eso, al hecho de los problemas. Por eso llegaste aquí, no es así? Pero aquí, no hay nadie que no merezca una segunda oportunidad. Porque todos tenemos defectos, pero también todos tenemos virtudes.
Bienvenidos al internado Segundas oportunidades. En donde debes descubrir cuál es la razón por la cual tienes derecho a tener una segunda oportunidad.
Adelante, las puertas siempre están abiertas para quien necesite ayuda, no. Las puertas están siempre abiertas para quien merezca ayuda.
Prefacio:
- Bienvenidos, Bienvenidos, Bienvenidos- suena la voz de la directora Bonnielle, llenando el auditorio, repleto de chicos- Les doy la bienvenida a un nuevo año aquí en "Segundas oportunidades". A los alumnos antiguos les recuerdo que deben respetar las reglas y a los nuevos les aviso.
- Igual que cada año- se burla en voz baja Shane, haciendo que Eleonor ría
- Aquí encontraran todo lo que buscan...- prosigue
- Si, menos la libertad- suelta en un murmuro Spencer, mientras Nolan evoza una sonrisa divertida
-....Aquí encontraran una segunda oportunidad, una oportunidad de cambiar el curso de sus vidas- habla- aquí encontraran la razón de porque merecen una segunda oportunidad...
- Yo se porque la merezco- le murmura Dylan a Andy- no hice nada
- Nadie te cree, amigo- rie Andy
-....Bueno, como ya dije antes, bienvenidos- sonrie la directora- y siguiendo el lema del colegio les repido: Adelante, las puertas siempre están abiertas para quien necesite ayuda. no. Las puertas están siempre abiertas para quien merezca ayuda.
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Nolan Murffey: Only the beginning
La luz del sol comenzo a entrar por la ventana del avión, molestando al chico que dormía en aquel asiento #21, sin nadie sentado a su lado.
Él era Nolan Murffey. De pelo negro, de piel siempre palida y levemente adornada por algunos moretones de color negro. Delgado y muy alto, siempre tan desconfiado de si mismo que asustaba. Casi siempre con la mirada perdida, nerviosa y suplicante de ayuda. O piedad, en realidad. Pero nadie fue capaz de ser piadoso con el pequeño e indefenso Nolan, ninguno de ellos. De hecho, nadie lo fue. Porque jamás nadie le creyo.
Abrio los ojos al notar que ya estaban aterrizando. Se sentó derecho, mientras sentía como las turbulencia lo sacudían con cierta rudeza.
Sabía lo que le esperaba al bajarse, sabía que al poner un pie en tierra tendría que ir a ese asqueroso internado. Solo y olvidado por su maldita y asquerosa familia.
Con sinceridad odiaba con su alma a su familia. Eran un monton de idiotas que no le creían, igual que el resto. Sobretodo a su hermano Vincent. Se llevaba bastante bien con su hermana, Cassey, y prima, Flayers. Pero Cassey fue la primera en llamarlo mentiroso cuando los problemas empezaron a surgir. Así que solo tiene a Flayers, que era la única que le creía porque los había visto. Los vio, un miércoles luego de gimnasia, golpeándolo e insultándolo, él sin quejarse recibia las patadas, mientras de su boca ensangrentada salian leves quejas, que no podía controlar. Entre esos chicos estaba su primo, el hermano de Flay, Valeon.
Aun concervaba en su cuerpo algunos moretones grandes y oscurecidos, pero eso sanaria, esas cosas siempre sanaban.
Tomo sus maletas y camino hasta el taxi que lo esperaba. Detestaba el hecho de saber que no había otra opción, pero odiaba más el hecho de saber la razón de porque no había otra. Por defenderse, por intentar hacer la diferencia. No era justo. Pero él sabía bien que generalmente la vida no era justa, al menos no con él. Mientras él iba a un lugar que era su equivalente a la carcél, sus atacantes disfrutaban de su hermosa escuela, con total libertad, de seguro burlándose de otro chico o de él.
Al llegar, noto que ese lugar era como, básicamente, una ciudad. Camino hasta la administración a la entrada del internado, para terminar su incripción.
- Buenos días, cariño- lo saludo la secretaria, Eline, amable y regordeta, que veía a cada uno de ellos como sus hijos, lo cual era extraño porque la mayoría habían hecho cosas bastante malas para llegar ahí- Necesitas algo?- él iba a hablar pero ella lo interrumpió- Eres nuevo, verdad? Jamás te había visto el chico asintió- tu nombre?
- Nolan Royer Murffey Jons- murmuro con nerviosismo, la señora tecleo con rapidez en el computador frente a ella
- Aquí estas cariño- sonrió- estas en el departamento #5, en la habitación #36. Con Emmeline Spencer Wood- le dijo de corrido, él había anotado todo en una pequeña libreta- ok, este es tu horario. Las clases empiezan el lunes. Suerte querido- informo- ah, y bienvenido a “Segundas oportunidades”
El chico caminó arrastrando sus maletas, maldiciendo en voz baja a su vida. Hasta que finalmente encontró el edificio, subió dificultosamente las escaleras. Al llegar se reviso sus bolsillos. Eline había olvidado darle su llave.
- Hey niño- escucho una voz detrás de él, una chica. Morena, alta y de bonita sonrisa- Como estas?
- Bien- fue lo único que salió de la boca del chico
- Como te llamas?- pregunto ella, él no respondió, no se sentiá comodo por lo que no la miraba a los ojos y jugeteaba con sus dedos- Yo me llamo Annie, Annabeth Skith- se presentó
- Nolan Murffey- murmuro apenas audible
- Que pasa inútil?- se burlo, riendo cruelmente- Te comio la lengua el gato, nerd?
El chico de piel palida bajo la cabeza con rapidez, por inersia, costumbre, resignación e instinto. Esperando más insultos para él, pero no fue así, nunca llegaron. El siguente insulto que sus oídos escucharon fue para Annabeth, proviniendo de una chica rubia algo molesta. Era Alta, de ojos grises y en su cuello colgaba una cadena de plata con una cruz invertida de color negro, que relucía con elegancía.
- Porque no te vas, rubiecita?- pregunto arta Annie
- Porque no te mueres, Huequiita?- replico la rubia de forma burlona, cansada de oir la voz chillona de Annabeth
Aquella chica era la compañera de cuarto de Nolan, Spencer Woood. Nolan las miraba con ojos atonitos, admirando la pequeña pelea que se formaba en el pasillo. Ambas seguían peleando con la misma intensidad y fuerza que en el comienzo. Pero al final, Annie se rindió, llendose mientras la rubia le dedicaba notorias miradas de odio. Que si fueran puñales hubieran matado a la chica 300 veces, en cinco segundos.
- Hola- sonrio a medias esa chica- Soy Spencer Wood, tu compañera de cuarto- él asintió- también soy nueva. Llegue aquí este año, así que estoy perdida igual que tu. Me tomo una hora encontrar el edificio- bromeo, ambos rieron divertidos
- Me habían dicho que te llamabas…
- Si, pero no hay apodos con mi nombre así que solo llamame Spencer- susurro- O Spence, Pence o Corn- él la mira extrañado por el ultimo apodo- por Connor, mi otro nombre
- Soy Nolan Murffey, dime como quieras- sonríe
- Ok, tienes la llave, Nou?- pregunta, él la mira extrañado- que? No puedo llamarte así?- él guarda silencio- lo siento, es que dijiste que...
- No, no es eso- la interrumpió- solo que…nadie me había llamado así, jamás- bajo la mirada nuevamente- ah, y no. No la tengo
- Ñaaa, no importa- ella abre la puerta- adelante
El cuarto era simplemente enorme, a niveles desproporcionales. Con dos balcones con vista a la hermosa costa, en lados distintos de la habítacion. Dos camas matrimoniales bastante separadas la una de la otra. Dos escritorios con lámparas, dos closets, dos libreros con puertas de vidrio y una enorme televisión de plasma con reproductor de DVD. Las paredes eran de color blanco y tenían marcos de madera en las puertas y ventanales.
- Increible- fue lo único que salió de la boca del anonadado chico, que miraba a su alrededor con mucho entusiasmo
La rubia eligio su cama primero, cuando se tiro de espandas a la cama de la izquiera. Él dejo una de sus maletas ensima de la cama de la derecha.
Una chica bajita se asomo por la puerta que aun estaba abierta, era castaña de piel palida y de cara seria.
- Diculpen- llama la atención de ambos- esto es de alguno de ustedes?- pregunta ella, mostrando un bolso negro y un gatito pequeño de ese mismo color
- Oh Tayler- lo tomo, y también tomo el bolso- Soy espencer, y gracias- se presento- él es Nolan
- Soy Clove- se presenta con una pequeña sonrisa- y no es nada, tu gatito se colo a mi habitación- apunto a la puerta de enfrente
- Es escurridizo- murmuro ella- sabes, para agradecerte podrías almorzar con nosotros- volteo a ver a su compañero- Nou, que te parece?
- Claro- levanta los hombros con resignación
- Ok, voy a cambiarme- sonríe Clove, ahora más abiertamente
Al salir, la rubia volteo a ver al chico que acomodaba sus libros en su librero vació. El chico paliducho, tenía una mirada triste en los ojos, no muy rara en él, pero claro que para Spencer era extraña, no le gustaba ver a la gente triste, y mucho menos por la razón por la cual él estaba triste.
Ella podía reconocer esos ojos en cualquier lado, tristes y resignados. Completamente llenos de rencor, cuyo dueño había sido maltratado durante añis, hasta el punto de que ya no siente que puede defenderse, siente de seguro, que nadie puede ayudarlo o que nadie quiere ayudarlo.
- No debiste dejar que ese chica te tratara así, sabes?- le dice
- No interesa- miente- no importa, estoy bien
- Bien?- rie casi cruelmente- sabes, mi hermanito tiene un amigo. Casper, lindo de ojos hermosos y cabello rubio. Un buen chico realmente- dijo con voz clara y algo dulce, lo que aterro a Nolan- lo golpeaban, demasiado. Desde que tenía 8 años, lo insultaban y golpeaban todos los días, durante 5 años. Siempre decía lo mismo “No interesa” “No me importa” “Estoy bien”- él la miraba fijo, iba a mentir, de nuevo
- Y que hay con eso?- sabía lo que seguía
- Intento suicidarse- y ahí estaba- en su cumpleaños, luego de que Inne y sus amigos lo golpearan en plena fiesta
- No es lo mismo—dice, mintiendo
Nolan sabía que mentia, sabía que esos “Esoy bien” “no importa” “no interesa” no eran ciertos, que eran solo una pared que escondia lo que pasaba adentro de ti. Tenía claro cuanto dolían os insultos, los golpes y las burlas, cuanto duele el tener que seguir mintiendo. Cuando te rodean diez chicos y no puedes espacapar, y mucho menos defenderte. Cuando estas solo caminado y sientes como te empugan y te botan al suelo mientras te golpean.Cuando ya no intentas defenderte, solo te quedas ahí, mientras las quejas involuntarias salen de tu boca ensangrentada, sin permiso ni deseo propio.
La mirada de la chica estaba pegada a la de Nolan, simplemente ella lo sabía. Ademas sus ojos lo delataban
- Bueno, vamos?- se sintió la voz de Clove, cortando esa unión momentania entre ellos dos
- Claro- respondieron a la vez
Los tres chicos iban caminando por las calles del internado. Clove, Spence y Nou se llevaban bien, los tres tenían muchas cosas en común. No les gustaban las fiestas, odiaban a los abusivos y eran bastante listos
- No te creo- reía Nolan, de la manera más honesta que había reído en años
- Te lo juro, la golpee- insistia la rubia, mientras sus nuevos amigos reía- de todos formas se lo merecía
- Eres peor que yo- se burlo Clove- al menos llegaste hoy y te dieron poco tiempo, yo…me tendre que quedar aquí hasta a los 18 y llegue a los 13
- Espera, cuantos años tienes?- pregunto Nolan
- Tengo 15- dice ella llevándose a la boca un pedazo de pizza
- Llevas dos años aquí?- gritan la rubia y el pelinegro
- Si- responde con obviedad ella
- Yo no me quedare aquí dos años- sentencian de manera segura ambos
El almuerzo prosiguió con normalidad. Entonces fue cuando Nolan se sintió feliz de haber ido. Porque quizá esa era la oportunidad de empezar de nuevo, de tener una vida normal y amigos. Sintió que nunca antes había estado tan feliz de la decisión de sus padres.
Última edición por Lita Malfoy el Sáb 03 Nov 2012, 7:44 am, editado 1 vez
Lita Malfoy
Re: The internship "Second Chances" [Original]
Me ha gustado como escribes :) me llamo Daniela a tus ordenes(? ah jajajajaja se ve muy interesante jnbcjhvdbckck
Invitado
Invitado
Re: The internship "Second Chances" [Original]
Draco Flint: “Just a bad boy”
- Despierta inutil- le grito el guardia de turno, abriendo la reja de su celda
- Que pasa?- pregunto el chico
- Pagaron tu fianza- informo el guardia
- Quien?- pregunto sorprendido
A los pocos segundos, se maldigo por su propia pregunta. AL terminar de hacerla, una chica de cabello negro y bastante guapa, había que admitir, se le lanzo a los brazos. Courney, esa latosa chica que estaba tan enamorada de él. En el fondo apresiaba que lo hubiera sacado de la carcél pero ella era simplemente insoportable, con esa voz chillona y esos labios que siempre querían besuquearlo, al principio estaba bien, pero ahora ya no.
En realidad, a él jamás había querido acostarse con alguien más de 1 mes seguido. Las chicas creían que por llevar tanto durmiendo con él, Draco había desarrollado cierto cariño por ellas, pero no era así. Jamás sería así, porque él no era capaz de desarrollar aquel sentimiento, para algunos resultaba tan lindo, pero para él tan asqueroso y preblematico.
No quería sentirlo, literalmente era solo una carga. Estar con una chica por el resto de su vida? Patetico. Realmente él no comprendía a su padre, que en verdad parecía cada vez más enamorado de su madre. La miraba con esos ojos verdes, que brillaban cada vez que se posaban en ella. Draco no era capaz de eso, no. No se creía capaz de enamorarse, sentirse así…para él….era patético y asqueroso.
Su madre también estaba ahí, lo miraba con reproche como era lo usual. La mirada ególatra de Draco no cambiaba, estaba fijamente puesta en su madre, junto con esa sonrisa inútil en su rostro. Maden, su hermano menor, lo miraba divertido. Draco adoraba a su hermano, se parecía mucho a él, solo que menos impulsivo y estúpido que él. Siempre fue así, él por definición era: Un egoísta, ególatra e imbécil chico, acostumbrado a siempre conseguir lo que quiere. Pero su hermano, su pequeño compañero en el crimen, mucho más centrado, la voz de la razón en todo lo que Draco podía llegar a necesitar. Era listo, jamás lo atrapaban, muy cuidadoso y precavido, cualidades que Draco no poseía.
- Hola Karen- saluda a su madre, sonriendo coquetamente, mientras ella lo miraba reprochante aun. Su hermano soltó una risa- y tu de que te ries enano?- lo abraza con fuerza
- De tu cara de rana, Draco- se rie
La mirada del chico se desvió a su madre, quien le dio un tríptico informatico, mientras lo miraba ahora casi de manera burlona. Él tomo el tríptico con miedo, no era buena señal esa sonrisa en la cara de su madre, noto que Maden cerraba los ojos con fuerza, intentando cerrarse en su mundo. Cuando lo leyó, un pequeño grito escapo de sus labios temblorosos por los nervios “Internado Segundas Oportunidades”
- Mamá….?- murmuro nerviosamente- mamá, tu no….
- Lo siento, Draco- lo mira- pero ya no se que más hacer- levanta los hombross- tu padre y yo creemos que es lo mejor para ti, debes dejar de comportarte así
- Soy tu hijo- grita, haciendo que su hermano se sobre saltara- no te desajas de mi- le pide- prometo ser bueno
- Draco, por favor solo vámonos- le pide Made
Ya en el auto, solos y sin Courney, se puso los audífonos y pulso el “Play” en su Mp3, intentando encerrarse en su pequeño mundo, evadiendo cualquier tipo de comentario o disculpa que pudiera salir de la boca de su madre o hermano. Se concentro en leer el trptico. En realidad no se veía tan mal, pero estaba seguro de que ese lugar sería básicamente su infierno. Los alumnos debían estar al menos 3 años si llegaban por alguna de las siguientes razónes: Problemas psicológicos o antecedentes penales.
El chico Flint jamás fue uno de los más cuerdos de su clase y con sus muchos antecedentes de seguro cumpliría los cuarenta años antes de salir de aquel sitio.
Al llegar a su casa, subió a su cuarto furioso y cerro la puerta dando un portazo que resonó en todo el lugar. Según su madre debía ir el lunes, junto a la policía para que estuvieran cien por ciento seguros de que llegara.
Era eso o irse preso, él lo entendía, era su maldita y ultima oportunidad de revenirse, cambiar y dejar de ser un idiota, que ojala no tenga sida antes de cumplir los 18 años.
Aun así, él no quería cambiar, él consideraba que estaba bien como él era, quizá lastimo a todas esas chicas que durmieron con él esperando amor eterno, pero con sinceridad a él no le importaba. Le importaban una mierda los corazónes rotos, las lagrimas y no le importaba nada cuanto dolieran sus palabras.
Al fin, llego el Lunes. Un Malhumorado Draco subía al auto de los policías, de mala manera. Ya sentado, bajo la ventana del asiento trasero para poder hablarle a su hermano.
- No te metas en problemas Maden- le dijo- No hagas enogar a mamá- su hermano rio- es enserio
Durmio casi todo el camino, intentando convencerse a su mismo de que quizá el auto chocaria antes de llegar y él moriría. Pero una idea casi maqueavelica ocupo su triste y deprimida mente. Aquellas chicas no lo conocían, no sabían como él era, por lo tanto las chicas de ese internado se habían convertido en presa fácil para él, un verdadero experto en lo que de conquista se tratara, por supuesto que el chico no duduraria en el momento de coquetear.
Él era así, insensible y egoísta, no pensaba jamás que lo que había podía traer consecuencias. No le intereso jamás, en lo más minimo, lo que puedes hacer cuando rompes un corazón, No porque jamás se haya enamorado, sino porque más bien, no cree que el resto se pueda enamorar. Era un maldito en muchas maneras, y él lo sabía, mas intentaba convencerse de que hay chicos peores que él, que jamás en su vida se quedarían con una chica si la embarazan. Si hay algo que él no haría es eso, debes aceptar y hacerte responsable por tus errores.
El auto se detuvo afuera del internado. La mandíbula del chico cayo sorprendida, el lugar era enorme.
Llevo sus maletas arrastrando hasta su cuarto, el cuarto numero #37, del edificio 5. No había nadie en él, pero Draco sabía que tendría una compañera de cuarto con la cual compartiría habitación. Ella sería, pensaba él, la única con la cual no se acostaría. Simplemente porque no le convenía, pasaría demasiado tiempo con ella, compartirían cuarto durante demasiado tiempo.
Pudo su mochila sobre la cama vacía, las clases de ese día se habían suspendido, por un problema con un profesor, así que su plan sería a pasear.
- Hola- saludo al ver a la chica que acababa de entrar- Soy Draco
- Clove- se presenta y le da un estrechón de manos
- Seré tu compañero de cuarto- sonrió él, ella levanto una ceja, mirándolo con ojos de desprecio
- Si no me lo decías, no lo hubiera podido deducirlo yo sola- suelta con un poco de asco en su voz
Ella, sin duda alguna, no era lo que él esperaba, él esperaba a una pequeña hueca que no le diera demasiados problemas. Pero de seguro la “Enanita” sería un gran desafio, le pondría muchos problemas a la hora de darle una escusa para que saliera del cuarto mientras él se follaba a una que otra chica. Pero sería divertido tener alguien con la cual discutir y reir de cosas estúpidas pero chistosas
- Tenemos las mismas clases?- pregunta Draco
- No- responde secamente ella- soy un año menor. Tu tienes clases con…- mira el horario de Draco- tienes clases con…Spencer casi todo el martes , Nolan en historia el viernes y nadie más que yo conozca.
- Quienes son?
- Son mis amigos- explica- pero no les agradaras jamás
- Eres un mujeriego, se te nota en los ojos- él frunce el ceño- si llevas el suficiente tiempo aquí, comienza a notar ese tipo de cosas. No lo tomes personal
- Creo que seremos amigos- rie él, en realidad la chica tenía personalidad y una actitud bastante mala, y eso le agrada
- Si- rie ella también- yo igual
Ambos estaban en el cuarto, hablando de las reglas del internado. Eran bastante simples y comprensibles, pero algunas causaban que Draco se estremeciera pensando en aquellas prohibiciones que para él eran tan básicas para a existencia. Como el hecho de que nadie podía salir después de las 12 de la noche, él siempre salía a esas horas porque la mayoría de las chicas ya habían terminado con sus novios a esa hora. A Clove le parecío divertidoel escuchar el quejido que salía de la boca del castaño, mientras un pequeño brillo malévolo desapareció de su mirada. Otras como el no poder tomar o drogarse no causaban ningún efecto en el chico. De hecho, podría decirse que lo calmaba, porque la idea de que un drogadicto lo golpeara un drogadicto por la noche no le hacia ninguna gracia.
- Bueno, creo que eso es todo- dice la chica levantándose del suelo
- Debo de suponer que no eres así con todos, no?- pregunta-
- Suelo ser bastante…no lo se- da un par de vueltas- suelo estar siempre a la defensiva- Solo contigo, y Spence y Nolan, que me agradan, soy más amable- sonríe- además debemos llevarnos bien, si compartiremos cuarto durante toda nuestra sentencia, no crees?
- - Sip- murmura- será un placer- le guiña el ojo
- Otra cosa- le dice
- Que?
- No me coquetees- sentencia
- Claro- asiente- creo que yo…
- No, solo no me coquetees- lo callo
- Vale- baja la cabeza- oye, crees que yo les agrade a esos chicos? A Nolan y a Spencer?
- Spencer es una chica
Una chica? Eso lo cambiaba todo, primero su nombre era genial y segundo, de seguro era una estúpida engreída. Aunque eso ultimo podía dudarse, porque Clove no parecía juntarse con huequitas.
Clove lo miraba, parecía apunto de tener un ataque. Estaba concentrado, mirando desde el balcón todo el resto del edificio. Al parecer, no entendía muy bien el porque de estar ahí, o más bien no entendía porque hacía lo que hacía. De un modo u otro hacía todo mal y que ejemplo le daba a Maden. Pero él sabía que su hermano sabía que no se debían hacer esas cosas, era un chico listo.
Camino hasta su cama, abrió su mochila, para luego sacar un libro. Se sentó, mirando a la pared, apoyando su espalda en la base de la cama. Le gustaba el silencio, el saber que no había nadie que lo juzgara en ese cuarto, solo Clove, que estaba demasiado ocupada leyendo su libro de historia universal como para darse cuenta de lo que él hacía o dejaba de hacer.
- Te molesta si fumo?- pregunta el chico, con voz alta y clara
- No, a menos que sea marihuana- contesta
- No, yo no le hago a eso
- Sería lo ultimo- rie- adelante, has lo que quieras
- Despierta inutil- le grito el guardia de turno, abriendo la reja de su celda
- Que pasa?- pregunto el chico
- Pagaron tu fianza- informo el guardia
- Quien?- pregunto sorprendido
A los pocos segundos, se maldigo por su propia pregunta. AL terminar de hacerla, una chica de cabello negro y bastante guapa, había que admitir, se le lanzo a los brazos. Courney, esa latosa chica que estaba tan enamorada de él. En el fondo apresiaba que lo hubiera sacado de la carcél pero ella era simplemente insoportable, con esa voz chillona y esos labios que siempre querían besuquearlo, al principio estaba bien, pero ahora ya no.
En realidad, a él jamás había querido acostarse con alguien más de 1 mes seguido. Las chicas creían que por llevar tanto durmiendo con él, Draco había desarrollado cierto cariño por ellas, pero no era así. Jamás sería así, porque él no era capaz de desarrollar aquel sentimiento, para algunos resultaba tan lindo, pero para él tan asqueroso y preblematico.
No quería sentirlo, literalmente era solo una carga. Estar con una chica por el resto de su vida? Patetico. Realmente él no comprendía a su padre, que en verdad parecía cada vez más enamorado de su madre. La miraba con esos ojos verdes, que brillaban cada vez que se posaban en ella. Draco no era capaz de eso, no. No se creía capaz de enamorarse, sentirse así…para él….era patético y asqueroso.
Su madre también estaba ahí, lo miraba con reproche como era lo usual. La mirada ególatra de Draco no cambiaba, estaba fijamente puesta en su madre, junto con esa sonrisa inútil en su rostro. Maden, su hermano menor, lo miraba divertido. Draco adoraba a su hermano, se parecía mucho a él, solo que menos impulsivo y estúpido que él. Siempre fue así, él por definición era: Un egoísta, ególatra e imbécil chico, acostumbrado a siempre conseguir lo que quiere. Pero su hermano, su pequeño compañero en el crimen, mucho más centrado, la voz de la razón en todo lo que Draco podía llegar a necesitar. Era listo, jamás lo atrapaban, muy cuidadoso y precavido, cualidades que Draco no poseía.
- Hola Karen- saluda a su madre, sonriendo coquetamente, mientras ella lo miraba reprochante aun. Su hermano soltó una risa- y tu de que te ries enano?- lo abraza con fuerza
- De tu cara de rana, Draco- se rie
La mirada del chico se desvió a su madre, quien le dio un tríptico informatico, mientras lo miraba ahora casi de manera burlona. Él tomo el tríptico con miedo, no era buena señal esa sonrisa en la cara de su madre, noto que Maden cerraba los ojos con fuerza, intentando cerrarse en su mundo. Cuando lo leyó, un pequeño grito escapo de sus labios temblorosos por los nervios “Internado Segundas Oportunidades”
- Mamá….?- murmuro nerviosamente- mamá, tu no….
- Lo siento, Draco- lo mira- pero ya no se que más hacer- levanta los hombross- tu padre y yo creemos que es lo mejor para ti, debes dejar de comportarte así
- Soy tu hijo- grita, haciendo que su hermano se sobre saltara- no te desajas de mi- le pide- prometo ser bueno
- Draco, por favor solo vámonos- le pide Made
Ya en el auto, solos y sin Courney, se puso los audífonos y pulso el “Play” en su Mp3, intentando encerrarse en su pequeño mundo, evadiendo cualquier tipo de comentario o disculpa que pudiera salir de la boca de su madre o hermano. Se concentro en leer el trptico. En realidad no se veía tan mal, pero estaba seguro de que ese lugar sería básicamente su infierno. Los alumnos debían estar al menos 3 años si llegaban por alguna de las siguientes razónes: Problemas psicológicos o antecedentes penales.
El chico Flint jamás fue uno de los más cuerdos de su clase y con sus muchos antecedentes de seguro cumpliría los cuarenta años antes de salir de aquel sitio.
Al llegar a su casa, subió a su cuarto furioso y cerro la puerta dando un portazo que resonó en todo el lugar. Según su madre debía ir el lunes, junto a la policía para que estuvieran cien por ciento seguros de que llegara.
Era eso o irse preso, él lo entendía, era su maldita y ultima oportunidad de revenirse, cambiar y dejar de ser un idiota, que ojala no tenga sida antes de cumplir los 18 años.
Aun así, él no quería cambiar, él consideraba que estaba bien como él era, quizá lastimo a todas esas chicas que durmieron con él esperando amor eterno, pero con sinceridad a él no le importaba. Le importaban una mierda los corazónes rotos, las lagrimas y no le importaba nada cuanto dolieran sus palabras.
Al fin, llego el Lunes. Un Malhumorado Draco subía al auto de los policías, de mala manera. Ya sentado, bajo la ventana del asiento trasero para poder hablarle a su hermano.
- No te metas en problemas Maden- le dijo- No hagas enogar a mamá- su hermano rio- es enserio
Durmio casi todo el camino, intentando convencerse a su mismo de que quizá el auto chocaria antes de llegar y él moriría. Pero una idea casi maqueavelica ocupo su triste y deprimida mente. Aquellas chicas no lo conocían, no sabían como él era, por lo tanto las chicas de ese internado se habían convertido en presa fácil para él, un verdadero experto en lo que de conquista se tratara, por supuesto que el chico no duduraria en el momento de coquetear.
Él era así, insensible y egoísta, no pensaba jamás que lo que había podía traer consecuencias. No le intereso jamás, en lo más minimo, lo que puedes hacer cuando rompes un corazón, No porque jamás se haya enamorado, sino porque más bien, no cree que el resto se pueda enamorar. Era un maldito en muchas maneras, y él lo sabía, mas intentaba convencerse de que hay chicos peores que él, que jamás en su vida se quedarían con una chica si la embarazan. Si hay algo que él no haría es eso, debes aceptar y hacerte responsable por tus errores.
El auto se detuvo afuera del internado. La mandíbula del chico cayo sorprendida, el lugar era enorme.
Llevo sus maletas arrastrando hasta su cuarto, el cuarto numero #37, del edificio 5. No había nadie en él, pero Draco sabía que tendría una compañera de cuarto con la cual compartiría habitación. Ella sería, pensaba él, la única con la cual no se acostaría. Simplemente porque no le convenía, pasaría demasiado tiempo con ella, compartirían cuarto durante demasiado tiempo.
Pudo su mochila sobre la cama vacía, las clases de ese día se habían suspendido, por un problema con un profesor, así que su plan sería a pasear.
- Hola- saludo al ver a la chica que acababa de entrar- Soy Draco
- Clove- se presenta y le da un estrechón de manos
- Seré tu compañero de cuarto- sonrió él, ella levanto una ceja, mirándolo con ojos de desprecio
- Si no me lo decías, no lo hubiera podido deducirlo yo sola- suelta con un poco de asco en su voz
Ella, sin duda alguna, no era lo que él esperaba, él esperaba a una pequeña hueca que no le diera demasiados problemas. Pero de seguro la “Enanita” sería un gran desafio, le pondría muchos problemas a la hora de darle una escusa para que saliera del cuarto mientras él se follaba a una que otra chica. Pero sería divertido tener alguien con la cual discutir y reir de cosas estúpidas pero chistosas
- Tenemos las mismas clases?- pregunta Draco
- No- responde secamente ella- soy un año menor. Tu tienes clases con…- mira el horario de Draco- tienes clases con…Spencer casi todo el martes , Nolan en historia el viernes y nadie más que yo conozca.
- Quienes son?
- Son mis amigos- explica- pero no les agradaras jamás
- Eres un mujeriego, se te nota en los ojos- él frunce el ceño- si llevas el suficiente tiempo aquí, comienza a notar ese tipo de cosas. No lo tomes personal
- Creo que seremos amigos- rie él, en realidad la chica tenía personalidad y una actitud bastante mala, y eso le agrada
- Si- rie ella también- yo igual
Ambos estaban en el cuarto, hablando de las reglas del internado. Eran bastante simples y comprensibles, pero algunas causaban que Draco se estremeciera pensando en aquellas prohibiciones que para él eran tan básicas para a existencia. Como el hecho de que nadie podía salir después de las 12 de la noche, él siempre salía a esas horas porque la mayoría de las chicas ya habían terminado con sus novios a esa hora. A Clove le parecío divertidoel escuchar el quejido que salía de la boca del castaño, mientras un pequeño brillo malévolo desapareció de su mirada. Otras como el no poder tomar o drogarse no causaban ningún efecto en el chico. De hecho, podría decirse que lo calmaba, porque la idea de que un drogadicto lo golpeara un drogadicto por la noche no le hacia ninguna gracia.
- Bueno, creo que eso es todo- dice la chica levantándose del suelo
- Debo de suponer que no eres así con todos, no?- pregunta-
- Suelo ser bastante…no lo se- da un par de vueltas- suelo estar siempre a la defensiva- Solo contigo, y Spence y Nolan, que me agradan, soy más amable- sonríe- además debemos llevarnos bien, si compartiremos cuarto durante toda nuestra sentencia, no crees?
- - Sip- murmura- será un placer- le guiña el ojo
- Otra cosa- le dice
- Que?
- No me coquetees- sentencia
- Claro- asiente- creo que yo…
- No, solo no me coquetees- lo callo
- Vale- baja la cabeza- oye, crees que yo les agrade a esos chicos? A Nolan y a Spencer?
- Spencer es una chica
Una chica? Eso lo cambiaba todo, primero su nombre era genial y segundo, de seguro era una estúpida engreída. Aunque eso ultimo podía dudarse, porque Clove no parecía juntarse con huequitas.
Clove lo miraba, parecía apunto de tener un ataque. Estaba concentrado, mirando desde el balcón todo el resto del edificio. Al parecer, no entendía muy bien el porque de estar ahí, o más bien no entendía porque hacía lo que hacía. De un modo u otro hacía todo mal y que ejemplo le daba a Maden. Pero él sabía que su hermano sabía que no se debían hacer esas cosas, era un chico listo.
Camino hasta su cama, abrió su mochila, para luego sacar un libro. Se sentó, mirando a la pared, apoyando su espalda en la base de la cama. Le gustaba el silencio, el saber que no había nadie que lo juzgara en ese cuarto, solo Clove, que estaba demasiado ocupada leyendo su libro de historia universal como para darse cuenta de lo que él hacía o dejaba de hacer.
- Te molesta si fumo?- pregunta el chico, con voz alta y clara
- No, a menos que sea marihuana- contesta
- No, yo no le hago a eso
- Sería lo ultimo- rie- adelante, has lo que quieras
Lita Malfoy
Re: The internship "Second Chances" [Original]
ahhhh me encanto. quiero seguir leyendo. eres estupenda honey, FELICIDADES! LO AME!
Lou F. Bleatle
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