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Ella fue la luz de su mundo-Adaptacion-JoeyTú[TERMINADA]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Ella fue la luz de su mundo-Adaptacion-JoeyTú
Nombre: Ella fue la luz de su Mundo
Autor: Diana Palmer
Adaptacion: Si es de Diana Palmer :)
Género: Romance basicamente.
Advertencias: Ninguna :)
Otras páginas: puede ser porq es una adaptacion.
ELLA FUE LA LUZ DE SU MUNDO
____ Steele, amaba su trabajo. Su carrera profesional
de enfermería le había traído gran alegría; una alegría que ella trató de
compartir con todos sus pacientes. Sin embargo, en todos sus años de cuidar a los enfermos, nunca conoció a un paciente como Joseph Jonas.
Joe, estaba temporalmente ciego, y a
pesar de sus horas de oración, bondad y gran persistencia, ____ no podía
penetrar la pared de la oscuridad. Pero en este caso, ____ cometió un error; se
enamoró de su paciente.
Y ahora, los únicos remedios eran: un gramo de fe y un corazón lleno de esperanza.
Autor: Diana Palmer
Adaptacion: Si es de Diana Palmer :)
Género: Romance basicamente.
Advertencias: Ninguna :)
Otras páginas: puede ser porq es una adaptacion.
ELLA FUE LA LUZ DE SU MUNDO
____ Steele, amaba su trabajo. Su carrera profesional
de enfermería le había traído gran alegría; una alegría que ella trató de
compartir con todos sus pacientes. Sin embargo, en todos sus años de cuidar a los enfermos, nunca conoció a un paciente como Joseph Jonas.
Joe, estaba temporalmente ciego, y a
pesar de sus horas de oración, bondad y gran persistencia, ____ no podía
penetrar la pared de la oscuridad. Pero en este caso, ____ cometió un error; se
enamoró de su paciente.
Y ahora, los únicos remedios eran: un gramo de fe y un corazón lleno de esperanza.
Hola soy Zai :) y esta es la segunda novela que subo pero la otra no tuvo muchas lectoras asiq la cancele espero q esta si la lean :) es una historia de verdad muy linda!!! que hasta me hizo :(
De verdad es muy tierna asiq espero que les guste :)
:P
De verdad es muy tierna asiq espero que les guste :)
:P
zai
Re: Ella fue la luz de su mundo-Adaptacion-JoeyTú[TERMINADA]
hola
soy tu PRIMERA fiel lectora
me encanta el argumento coloca
ya el primer capitulo
me encanta tu nove
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaa
soy tu PRIMERA fiel lectora
me encanta el argumento coloca
ya el primer capitulo
me encanta tu nove
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaa
ElitzJb
Re: Ella fue la luz de su mundo-Adaptacion-JoeyTú[TERMINADA]
SEGUUNDAA LECTOORAAAA!!!
AAAII SIGUELAAAA!!!!
AAAII SIGUELAAAA!!!!
chelis
Re: Ella fue la luz de su mundo-Adaptacion-JoeyTú[TERMINADA]
yo quiero quiero!!!
3era lectora! :D :D
3era lectora! :D :D
Augustinesg
Re: Ella fue la luz de su mundo-Adaptacion-JoeyTú[TERMINADA]
ElitzJb escribió:hola
soy tu PRIMERA fiel lectora
me encanta el argumento coloca
ya el primer capitulo
me encanta tu nove
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaa
Gracias!!! Bienvenida
Ya subo el primer capitulo :)
y espero que te guste la nove :)
zai
Re: Ella fue la luz de su mundo-Adaptacion-JoeyTú[TERMINADA]
chelis escribió:SEGUUNDAA LECTOORAAAA!!!
AAAII SIGUELAAAA!!!!
Hola!!! Bienvenida
Ahora subo el primer capitulo completo :)
Espero que te guste la nove :)
zai
Re: Ella fue la luz de su mundo-Adaptacion-JoeyTú[TERMINADA]
Augustinesg escribió:yo quiero quiero!!!
3era lectora! :D :D
Bienvenida!!!!
Ahora subo :)
Espero que te guste :)
zai
Re: Ella fue la luz de su mundo-Adaptacion-JoeyTú[TERMINADA]
Capítulo 1
____ vio a la señora Pibbs, de pie
sobre ella tomándole el pulso. Por un momento, ella estuvo de regreso en la
clase de estudiante de enfermería de seis años antes, viendo a la señora Pibbs
dar indicaciones sobre el procedimiento de enfermería. Pero en cuanto sintió
las punzadas del dolor de cabeza y las contusiones en su cuerpo delgado, se dio
cuenta, que no estaba en clases. Ella era una paciente en el Hospital General
de Ashton. Sintió tiesa su cara cuando trató de hablar y su cabeza le palpitaba
deforma intolerable.
-¿Madre? – logró decir débilmente. La señora Pibb suspiró, tocando con su
mano la de la joven sobre la sábana blanca.
-Lo siento, querida. – dijo suavemente. Las lágrimas corrían por el rostro
nórdico, nublando los ojos color marrón, en su marco de pelo alborotado rubio
platino. Ella había sabido antes de hacer la pregunta. Su último recuerdo era
la posición poco natural de su madre en la maraña metálica del asiento
delantero. Pero esperaba…
-Tu padre está aquí – dijo la señora Pibbs. A ____ le dolían los ojos.
-No. – dijo ella con frialdad. La mujer mayor la miró sorprendida.
-¿No deseas ver al señor Steele? ____ cerró los ojos. Después de lo que su
madre le había confesado antes del accidente, no quería volver a verlo.
-No me siento bien para verlo – dijo fuerte.
-Usted no ha sido herida de gravedad, enfermera. – le recordó la señora
Pibb con voz de tutor. – Solo tiene algunas contusiones y laceraciones
profundas; ni un hueso roto. Estás en observación por una conmoción cerebral y
en shock, más que por cualquier otro daño.
-Ya lo sé. Por favor, señora Pibbs, estoy tan cansada. La cara de la mujer
regordeta se derritió un poco ante la mirada. A pesar de su fachada de piedra,
en el fondo era un malvavisco.
-Está bien. – aceptó finalmente. – Le diré que aún no estás lista.
-¿Le preguntó algo? ____ parpadeó.
-El funeral… ¿Está mi tía Helen preocupándose de ello; o debo yo…?
-Tu tía y yo hablamos brevemente hoy en la mañana. Todo está siendo
atendido – fue la respuesta tranquila. ____ asintió con la cabeza, cerrando los
ojos con cansancio. Parecía una pesadilla. ¡Si tan solo pudiera despertar!
-Voy a decirle al señor Steele que no estás en condiciones de recibirlo –
agregó la señora Pibbs formalmente y dejó sola a ____. ____ volvió la cara
hacia la pared. No podía soportar siquiera la vista de su padre o el sonido de
su nombre. Pobre Mandy, pobre pequeña Mandy, que no tuvo las armas para
sobrevivir sola después de veinticinco años de estar segura. Era inevitable que
tarde o temprano se rompiera. Después de las primeras semanas después que el
divorcio terminara, ____ había estado esperando que algo así, pasara. Pero no
lo había estado cuando Jack Steele anunció su matrimonio con una de las mujeres
con las que trabajaba, una rubia de aspecto maternal, que ____ solo había visto
una vez. Mandy se había aferrado a su trabajo en una tienda de flores,
aparentemente feliz y con todo para vivir. Hasta que Jack se había casado hacía
tres meses. Y luego, la noche anterior, Mandy, la había llamado llorando
histérica y le pidió conversar con ella. ____ fue con ella, como siempre que
Mandy la llamaba y encontró a su madre bebiendo.
-Vamos a cenar. – le rogó Mandy, con sus ojos marrones llorosos por
lágrimas ardientes y su cara arrugada, mostrando su edad. –No puedo soportar
estar sola. Vamos a cenar y a conversar. Pensé que querrías volver a casa y
vivir conmigo otra vez.
____ había estado tan abatida y lo estaba aún por esa solicitud de su madre.
No quería volver a casa de nuevo, quería su independencia. Tenía que encontrar
una manera amable de decirle eso a Mandy y la estaba buscando, cuando iban
hacia el auto.
-Voy a conducir – insistió Mandy. – Estoy bien, cariño, de verdad. Solo
bebí un par de martinis, ya sabes, nada muy fuerte. Sube. En ese momento, ____ debería haber
insistido en conducir, pero se había alterado con la repentina petición de su
madre de volver a vivir con ella, que subió obedientemente al asiento delantero
del auto.
-Va a ser bonito tenerte en casa de nuevo. – susurró Mandy, dirigiéndose a
un restaurante cercano.
-Pero mamá… – comenzó a decir ____.
-Tu padre dijo que no lo harías, pero yo sabía que mentía. –continuó
Mandy, imperturbable. Las lágrimas surgieron de repente en sus ojos y sus manos
temblaban en el volante.
-Él dijo que tú estabas contenta de que nos hubiéramos divorciado, así tú
podrías pasar más tiempo con él sin… sin tener que verme al mismo tiempo. Él
dijo que me odiabas. ____ recordaba como contuvo el aliento mientras miraba
fijamente a su madre.
-¡No! – exclamó. - ¡Nunca he dicho tal cosa! La fina boca de Mandy comenzó
a temblar.
-Él me hizo estar de acuerdo con el divorcio… ya sabes. Me hizo…
-¿Papá? – preguntó sorprendida. No sonaba como algo que hubiera dicho su
padre, pero Mandy no le mentiría, sin duda.
-Ha habido otras mujeres desde que nos casamos, ____. –continuó con
vehemencia. – Él se casó conmigo solo por que tú venías en camino. Y trató de
liberarse de ti, tan pronto como se enteró…____ estaba devastada. Abrió la boca para hablar, pero su madre no la
dejaba decir de una palabra.
- Te he llamado esta noche por que había decidido que…que iba a suicidarme.
– Mandy se rió histéricamente y sus manos se aferraron con fuerza la volante y
aceleró el auto. – Pero entonces me puse a pensar, que no necesito hacer eso,
no necesito estar sola. Tú puedes venir a casa y quedarte conmigo. No necesitas
estar sola en tu departamento.
-Pero no estoy sola, comparto el departamento. – trató ____ de razonar con ella.
-Va a ser tan divertido. – continuó Mandy salvajemente. Volvió su cabeza
para mirar a ____.- Él nunca te deseó, pero yo si. Tú eras mi bebé, mi niña…
-Mamá ¡Cuidado! ____ alcanzó a ver el camión, pero Mandy no. Antes que
pudiera conseguir que su mente funcionara, el camión estaba encima de ellas. Entonces,
solo había habido el sonido del metal crujiendo y las astillas de vidrio…____
sintió correr ardiente lágrimas por sus mejillas. Lloraba amargamente. No solo
había perdido a su madre. Ahora entendía porqué había tenido esos argumentos
todo el tiempo, porque sus padres habían sido tan hostiles el uno con el otro.
Incluso explicaba porque su padre no se le había acercado desde su divorcio. Se
había casado con su madre solo por que tuvo que hacerlo. Él nunca la quiso.
Nunca. No era extraño entonces, que siempre estuviera lejos de casa. No le extrañaba
que nunca hubiera tratado de construir algún tipo de relación con su hija. Él
la había odiado, por que lo había obligado a casarse con una mujer que no amaba,
que nunca había amado. De pronto, la señora Pibbs entró en la habitación y ____
se secó las lágrimas con la punta de la sábana.
- Tu padre se ha ido – dijo a la joven, la enfermera, estremeciéndose ante
las profundas laceraciones en la piel de ____, una vez impecable. Habría
cicatrices, aunque la señora Pibbs, había decidido no decírselo aún a ____.
Había tenido bastante por un día. ____ lamió sus labios secos.
-Gracias señora Pibbs.
-¿Dolor de cabeza? – preguntó, esbozando una sonrisa pálida.
-Uno asesino. ¿Podría darme algo?
-Tan pronto como el doctor Willis haga su ronda. Y eso será en pocos
minutos. – dijo, mirando su reloj pulsera. ____ se dio cuenta de la incomodidad
que sentía en su cara y sintió las vendas en sus mejillas.
-Mi cara… – comenzó a decir.
-Te curarás muy bien – dijo la señora Pibbs, firmemente. – Era inevitable,
con todos esos vidrios rotos. No es tan malo, cariño. Estás viva. Tienes mucha
suerte de haber estado usando el cinturón de seguridad. El labio inferior de
____ temblaba.
-Señora Pibbs, mi madre… ¿fue rápido? La mujer mayor suspiró.
-Fue instantáneo. Los asistentes de la ambulancia nos lo dijeron. Ahora a
descansar. No insistas en ellos, solo descansa. El recuerdo se desvanecerá,
también los cortes. Solo se necesita tiempo. Los ojos de la señora Pibbs, se
pusieron tristes de repente.
-____, yo perdí a mi madre cuando tenía quince años. Recuerdo muy bien
como duele. Todavía la extraño, pero el dolor pasa. Y lo hará.
-¡Si yo hubiera insistido en conducir! – exclamó ____, y las lágrimas
regresaron a sus ojos. – ¡Todo es mi culpa!
-No, querida, no lo es. El camión que golpeó el auto de tu madre se paso
un alto. Incluso si tú hubieras ido conduciendo, no habría podido evitarse. La
enfermera se movió hacia delante y apartó el salvaje pelo rubio, lejos de la
cara magullada de ____
-El chofer del camión solo salió con algunos rasguños. ¿No son así las
cosas? – añadió con una sonrisa triste. ____ se mordió el labio.
-Si. – murmuró ella.
-A propósito, Jenny dijo que vendría a verte más tarde. Y la señorita Ena
preguntó por ti. – agregó la enfermera. ____ no pudo reprimir una sonrisa
pequeña, incluso a través de su dolor. La señorita Ena, había sufrido una
operación a la vesícula y fue la perdición del personal de enfermería; pero extrañamente
le había tomado cariño a ____ y haría cualquier cosa por la joven enfermera.
-Por favor, dígale a ella, que estaré de vuelta al servicio la noche del
viernes. – Dijo ____ suavemente.
-Eso estará para ti, pero dependerá de cómo te encuentres para entonces. –
fue la respuesta de la señora Pibbs. – Vamos a esperar a hablar sobre el
funeral hasta que el doctor Willis te haya visto. Tienes que estar preparada.
Es muy posible que se nieguen a dejarte a ir. Los ojos de ____ se nublaron de
nuevo.
-Pero debo hacerlo.
- Tienes que ponerte bien – replicó la señora Pibbs... – La veré más
tarde, enfermera. – Estoy muy ocupada, pero quise comprobar como estabas. El
doctor Willis estará por aquí dentro de poco. Ella hizo una pausa en la puerta
y sus ojos estaban sinceramente afectados, cuando vio la cabeza rubia
recostarse sobre la almohada. Algo iba muy mal aquí, muy mal. El padre de ____
dijo lo mismo, cuando ella le informó que ____ se negó a verlo. Pero él no iba
a insistir, le dijo a la señora Pibbs. ____ tendría que salir sola de esto. Pero
¿podría hacerlo? Se preguntó la señora Pibbs.
El doctor Willis la visitó treinta
minutos más tarde y ____ fue trasladada poco después a rayos X. Durante el
resto del día, otras pruebas se llevaron a cabo y los resultados fueron
correlacionados, y por la noche, a la llorosa enfermera, le dieron el
veredicto.
-No hay funeral – dijo el doctor Willis en su ronda nocturna. – Lo siento,
____, pero una conmoción cerebral, no es algo para jugar, tu cabeza sufrió un
gran golpe. No puedo correr el riesgo de dejarte ir tan pronto.
-Entonces, ¿se puede posponer el funeral? – preguntó esperanzada. Él negó
con la cabeza.
-Tu tía no está en condiciones de posponerlo. – dijo sin rodeos.
Y él debía saberlo. Su tía Helen era su paciente también. – Mandy era su
única pariente, aparte de ti. Ella está bastante devastada. No, ____. Mientras
más pronto se acabe, mejor.
-Pero deseo ir – se lamentó amargamente ____.
-Lo sé. Y entiendo por qué. – dijo suavemente. – Pero sabes que el cuerpo
es solo el envase. La sustancia, la chispa que era su alma, ya está con Dios.
Sería como mirar un vaso vacío. Las palabras eran extrañamente re confortables
y tenían sentido. Pero ellas no hacían que el dolor fuera más llevadero. El
doctor Willis le tomó el pulso y le examinó los ojos.
-¿Debo llamar a Dick y hacerlo venir para que hable contigo? – le preguntó
cuando terminó, nombrando a su ministro. Ella asintió con la cabeza.
-Si, por favor. Sería de gran ayuda en estos momentos. Tía Helen, ¿va a
venir a verme? Él negó con la cabeza.
-Esta noche he tenido que sedarla. El shock para ambas, fue demasiado.
¿Dónde está Jack? Pensé que estaría contigo.
-Mi padre tiene una familia en que pensar. – dijo con amargura. El doctor
la miró fijamente.
- Tú también eres su familia.
-Dígaselo a él. – dijo secamente, mirando hacia otro lado. – Porque ni
siquiera me ha llamado por teléfono desde el divorcio. Desde que salí de casa.
Desde que entré a trabajar como enfermera. ¡Nunca!
-Ya veo.
-No, no lo hace. – y miró la sábana blanca del hospital. – Lo siento mucho,
doctor Willis, sé que solo estaba tratando de ayudar, pero esto es algo que
tengo que solucionar por mí misma. Él asintió.
-Si puedo ayudar, lo haré. Conozco a tu familia desde hace mucho tiempo.
Ella le sonrió.
-Si, gracias.
- Te vamos a mantener aquí por dos o tres días, dependiendo de cómo
progreses. – le dijo suavemente. – Me gustaría darte algo para el dolor. Pero
solo Dios puede hacer eso.
La tía Helen vino a verla a la mañana siguiente, vestida con un traje azul
extremadamente caro, con un gran sombrero, pareciendo muy elegante. Se parecía
mucho a Mandy, pero ella era más alta y más delgada. Y mucho más emocional.
-¡Oh, querida! – dijo, arrojándose sobre ____, envuelta en una nube de
perfume caro y un pañuelo de gasa. – Oh querida, que hombre más horrible para
las dos. ¡Pobre Mandy! ____, que estaba empezando a tener un poco de control
sobre sus emociones, al oír a su tía, lloró otra vez.
-Lo sé. Tía Helen, ella era tan infeliz, tan miserable. – dijo en voz baja.
-Lo sé. Le dije que nunca debería haberse casado con ese hombre. Se lo
advertí, pero nunca me quiso escuchar. Helen se apartó con un suspiro y entre
lágrimas.
-Supe en el mismo momento en que me habló sobre el divorcio, que no
estaría mucho más tiempo con nosotras. No era lo suficientemente fuerte para
vivir sola, ya sabes.
-Si, lo sé. – ____ gimió. – Todo pasó tan rápido, ella había estado bebiendo…
-Ellos me lo dijeron. Pero querida, ¿por qué dejaste que ella condujera?
¿No te diste cuenta de lo que podría pasar? ____ sintió rígida la cara.
-De todas las cosas estúpidas para hacer, debiste haber tomado las llaves
de ella, en primer lugar.
Los ojos marrones tan parecidos a los de su madre, la estaban acusando.
-¿Por qué, por el amor de Dios, la dejaste conducir ____?
____ no podía ni siquiera pensar en una respuesta. Llegó a ciegas al timbre y lo pulsó. Una minuto más tarde, una enfermera entró en
la habitación.
-Enfermera, ¿le puede mostrar a mi tía la salida, por favor?
____ lo pidió con fuerza, sin mirar a su tía, quien estaba sorprendida,
obviamente. La enfermera supo que estaba
pasando, al mirar el rostro demacrado de su paciente.
-Lo siento, pero la señorita Steele, no puede ser molestada. Tiene una conmoción cerebral. – dijo la
enfermera con firmeza. - ¿Quiera venir
conmigo, por favor?
Como si se hubiera dado cuenta de lo que había estado diciendo, la cara de
Helen se puso blanca de repente.
-Cariño, lo siento tanto…
Pero ____ cerró los ojos, para no ver.
La pesadilla parecía que no iba a terminar nunca, y se preguntó si todo
el mundo la culpaba a ella por la muerte de su madre. Volvió la cara hacia la almohada y lloró como
un niño.
El ministro la visitó esa misma noche, después que el funeral había
terminado y ____ derramó su corazón en él.
-Y es mi culpa, incluso la tía Helen, dice es que mi culpa. – confesó.
-No es culpa de nadie, ____. – dijo él, sonriendo en silencio.
Era un hombre amable que la hacía sentir consuelo y seguridad.
-Cuando la vida es tomada, es solo por que Dios ha decidido que Él tiene más necesidad de
aquella vida, que los que estamos vinculados con ella aquí, en la tierra. La gente no muere por ninguna razón, ____, o
por que sea culpa de alguien. Dios es
quien decide el momento de la muerte, no uno de nosotros.
-Pero todo el mundo piensa que es culpa mía. ¡Yo debí haberla detenido, debí haberlo
intentado!
-Y si lo hubieras hecho, algo más habría pasado – dijo él en voz baja.
-Creo firmemente, en que las cosas pasan, como Dios quiere que pasen.
-No puedo ver nada. – Confesó con cansancio – salvo que mi madre se ha ido
y que ahora no tengo a nadie. Hasta la
tía Helen me odia.
-Tú tía estaba literalmente en lágrimas por lo que te dijo esta mañana. –
corrigió él. – Ella quería volver y
pedirte disculpas, pero tenía miedo que no la dejaras entrar en la
habitación. Estaba molesta. Tú sabes como es Helen.
-¿Qué voy a hacer? – le preguntó, secándose las lágrimas.
-Vas a seguir con tu vida. – dijo simplemente. – La vida le pertenece a Dios, lo sabes. Tu profesión es una de servicio. ¿No es la mejor manera de pasar la pena,
disminuyendo el dolor de los demás?
Se sentía cálida por dentro al pensar, que la enfermería era mucho más
para ella, que una profesión. Era una
forma de vida, curar a los enfermos, ayudar a los heridos, consolar a los
afligidos. Si, pensó, y sonrió. Si, así sería como se ayudaría. Pero era más fácil decirlo que hacerlo, lamentablemente. En los días y las semanas que siguieron,
olvidar fue imposible.
Después de la primera semana, el tiempo parecía volar. ____ hizo la ronda en su sala, haciendo una
pausa para ver a la señorita Ena, que estaba poniéndose difícil otra vez. La delgada anciana había exigido su inyección
a una hora temprana, pero ____, se limitó a sonreír y a esponjar las almohadas
con su eficiencia habitual.
-Ahora, señorita Ena – dijo con una sonrisa tranquila – sabe que no voy a
ignorar la orden del doctor Sanders, así que no me lo pida. Supongamos que le traigo unos de los
voluntarios que vienen a ayudar, para que le lea hasta que llegue el
momento. ¿La ayudaría eso?
La cara agria de la señorita Ena se iluminó un poco.
-Bueno, supongo que ayudaría. – dijo de mala gana.
Ella puso su cuerpo delgado contra la almohada con un suspiro.
-Si. – dijo en un tono más suave. –
Gracias. Ayudaría mucho.
-Sé que los hospitales son difíciles para las personas que están acostumbradas
a la horticultura, a pasear por los bosques y apodar arbustos. – confesó ____,
poniéndole una mano sobre el hombro delgado. Pero en muy poco tiempo usted
estará bien de nuevo y hará lo que quiera. Sol téngalo en cuenta. Créame, esto le
ayudará a pasar el tiempo mucho más rápido. La señorita Ena, sonrió débilmente.
-No estoy acostumbrada a estar en cama. – confesó – y no quiero ser
desagradable. Es solo que odio sentirme impotente.
-Lo sé. – le dijo ____ en voz baja. – A nadie le gusta. – y ahuecó las
almohadas de nuevo. ¿Qué tal un poco de televisión ahora? Hay un programa
especial sobre la entrega de premios a la música country – añadió, conociendo
la afición de la anciana por ese tipo de música. El rostro de la anciana se
iluminó.
-Eso estaría bien – dijo después de un minuto. ____ encendió el televisor
y buscó el canal, ocultando una sonrisa dela señorita Ena. Varias semanas
después, ____ fue llamada a la oficina de la señora Pibbs y supo sin preguntar,
cual era la razón.
-Me gustaría olvidar esto, enfermera. – dijo levantando la carta de
renuncia que ____ había puesto sobre su escritorio, temprano en la mañana,
cuando entró en servicio. – La enfermería ha sido su vida. Seguramente, no
pretenderás tirar todos estos años deformación, ¿no? Los ojos de ____ se
turbaron.
-Necesito tiempo. – dijo en voz baja. – Tiempo para superar la muerte de
mi madre, tiempo para ordenar mis prioridades, tiempo para recuperarme. Yo… yo
no puedo soportar un entorno familiar ahora mismo. La señora Pibbs se echó
hacia atrás con un suspiro.
-Entiendo. – dijo frunciendo el ceño y los labios. – Lo que necesitas es
un cambio de escenario. Puedo tener una sugerencia para ti. Una amiga mía está
buscando una enfermera privada para su hijo. Vive en algún lugar olvidado de
Dios, en la costa Atlántica. Él es ciego.
-Yo no había pensado en hacer servicios privados. – murmuró ____.
- Tienes que mantenerte. – le recordó la señora Pibbs. – Aunque el salario
sea bueno, debo advertirte que no todo será tranquilidad. Entiendo que el hijo
de Lorraine tiene un genio de los mil demonios. Él era un ejecutivo, ya sabes,
con mucho poder y autoridad. Ha sido relegado a una posición figurativa en su empresa
de electrónica.
-¿La ceguera es permanente?
-No lo sé. Lorraine está bastante desesperada; sin embargo –añadió con una
pequeña sonrisa – Él no es un hombre fácil de cuidar. La señora Pibbs había
hecho de esto un desafío, que quizás ____ necesitaba.
-Tal vez – murmuró – sería justo lo que necesito. La enfermera mayor,
asintió con aire de suficiencia.
-Podría ser justo lo que Joe necesita también. ____ alzó la vista.
-¿Es ese su nombre?
-Si. Joe Joseph Jonas. Es holandés. Inmediatamente ____ se imaginó un hombre
con un pequeño bigote, muy rubio, recordando al único holandés con el que había
tenido contacto, el señor van Ryker, que una vez había sido paciente del hospital.
Ella sonrió suavemente. Tal vez él podría enseñarle holandés, mientras ella lo
ayudaba adaptarse a su ceguera. Y al ayudarlo, quizás ella se olvidaría de su
propia angustia.
Esa noche, estaba peinando su cabello rubio platino, cuando Jenny entró
como un remolino, con las horquillas volando, mientras se apresuraba en sacarse
su uniforme de enfermera y ponerse un vestido.
-¿No vas a salir esta noche? – le preguntó Jenny desde el baño.
-No iré a ninguna parte – respondió ____, con una sonrisa en el espejo. –
Estoy teniendo una noche tranquila.
-Siempre hay noches tranquilas. ¿Por qué no vienes con Gerald y conmigo?
-No, gracias. Prefiero reponer mi sueño. Me han llamado dos veces en los
tres días pasados. ¿Cómo está esa niña que tiene pulmonía, que es paciente del
doctor Hames?
-Está respondiendo. Creo que lo logrará. Jenny volvió a la habitación con
un vestido blanco y verde a rayas, a juego con medias verdes.
-Oye, dime de que trata ese rumor acerca de tu renuncia. – le preguntó
Jenny. Jenny no era una persona que prestara oído a chismes, sin poner reparos,
para llegar a la verdad. Era lo que más admiraba ____ de ella.
-Es verdad. – dijo de mala gana; por que le gustaba su compañera de piso y
la echaría de menos. – Estoy a la espera de oír hablar de un trabajo que la
señora Pibbs conoce, y he renunciado oficialmente, a partir del próximo lunes.
-Oh, ____. – se quejó Jenny.
- Te escribiré. – le prometió. – Y tú también lo harás. No es para siempre.
-Es por la muerte de tu madre, ¿no? – le preguntó Jenny. – Si, me imagino
que es duro para ti, estar siempre en un lugar que te la está recordando
constantemente. Y la situación entre tu familia y tú…Los ojos de ____ se
nublaron y se dio la vuelta.
-Voy a estar bien. – logró decir. – Que lo pases muy bien esta noche –
añadió con una nota brillante. Jenny suspiró mientra recogía su bolso.
-¿Puedo traerte algo cuando vuelva? ¿Qué tal un filete mignon, una bata de
seda, un Rolls Royce, un hombre...? ____ se rió.
-¿Qué te parecen unas dos horas extras de sueño, para poner en mi
bolsillo, cuando el viejo doctor Grimm me llama, para que lo ayude a curar a un
herido por arma blanca y me cuenta todos sus antecedentes médicos antes de
despedirme?
-Veré lo que puedo hacer. – prometió Jenny. – Buenas noches.
-Buenas noches.
____ vio a la señora Pibbs, de pie
sobre ella tomándole el pulso. Por un momento, ella estuvo de regreso en la
clase de estudiante de enfermería de seis años antes, viendo a la señora Pibbs
dar indicaciones sobre el procedimiento de enfermería. Pero en cuanto sintió
las punzadas del dolor de cabeza y las contusiones en su cuerpo delgado, se dio
cuenta, que no estaba en clases. Ella era una paciente en el Hospital General
de Ashton. Sintió tiesa su cara cuando trató de hablar y su cabeza le palpitaba
deforma intolerable.
-¿Madre? – logró decir débilmente. La señora Pibb suspiró, tocando con su
mano la de la joven sobre la sábana blanca.
-Lo siento, querida. – dijo suavemente. Las lágrimas corrían por el rostro
nórdico, nublando los ojos color marrón, en su marco de pelo alborotado rubio
platino. Ella había sabido antes de hacer la pregunta. Su último recuerdo era
la posición poco natural de su madre en la maraña metálica del asiento
delantero. Pero esperaba…
-Tu padre está aquí – dijo la señora Pibbs. A ____ le dolían los ojos.
-No. – dijo ella con frialdad. La mujer mayor la miró sorprendida.
-¿No deseas ver al señor Steele? ____ cerró los ojos. Después de lo que su
madre le había confesado antes del accidente, no quería volver a verlo.
-No me siento bien para verlo – dijo fuerte.
-Usted no ha sido herida de gravedad, enfermera. – le recordó la señora
Pibb con voz de tutor. – Solo tiene algunas contusiones y laceraciones
profundas; ni un hueso roto. Estás en observación por una conmoción cerebral y
en shock, más que por cualquier otro daño.
-Ya lo sé. Por favor, señora Pibbs, estoy tan cansada. La cara de la mujer
regordeta se derritió un poco ante la mirada. A pesar de su fachada de piedra,
en el fondo era un malvavisco.
-Está bien. – aceptó finalmente. – Le diré que aún no estás lista.
-¿Le preguntó algo? ____ parpadeó.
-El funeral… ¿Está mi tía Helen preocupándose de ello; o debo yo…?
-Tu tía y yo hablamos brevemente hoy en la mañana. Todo está siendo
atendido – fue la respuesta tranquila. ____ asintió con la cabeza, cerrando los
ojos con cansancio. Parecía una pesadilla. ¡Si tan solo pudiera despertar!
-Voy a decirle al señor Steele que no estás en condiciones de recibirlo –
agregó la señora Pibbs formalmente y dejó sola a ____. ____ volvió la cara
hacia la pared. No podía soportar siquiera la vista de su padre o el sonido de
su nombre. Pobre Mandy, pobre pequeña Mandy, que no tuvo las armas para
sobrevivir sola después de veinticinco años de estar segura. Era inevitable que
tarde o temprano se rompiera. Después de las primeras semanas después que el
divorcio terminara, ____ había estado esperando que algo así, pasara. Pero no
lo había estado cuando Jack Steele anunció su matrimonio con una de las mujeres
con las que trabajaba, una rubia de aspecto maternal, que ____ solo había visto
una vez. Mandy se había aferrado a su trabajo en una tienda de flores,
aparentemente feliz y con todo para vivir. Hasta que Jack se había casado hacía
tres meses. Y luego, la noche anterior, Mandy, la había llamado llorando
histérica y le pidió conversar con ella. ____ fue con ella, como siempre que
Mandy la llamaba y encontró a su madre bebiendo.
-Vamos a cenar. – le rogó Mandy, con sus ojos marrones llorosos por
lágrimas ardientes y su cara arrugada, mostrando su edad. –No puedo soportar
estar sola. Vamos a cenar y a conversar. Pensé que querrías volver a casa y
vivir conmigo otra vez.
____ había estado tan abatida y lo estaba aún por esa solicitud de su madre.
No quería volver a casa de nuevo, quería su independencia. Tenía que encontrar
una manera amable de decirle eso a Mandy y la estaba buscando, cuando iban
hacia el auto.
-Voy a conducir – insistió Mandy. – Estoy bien, cariño, de verdad. Solo
bebí un par de martinis, ya sabes, nada muy fuerte. Sube. En ese momento, ____ debería haber
insistido en conducir, pero se había alterado con la repentina petición de su
madre de volver a vivir con ella, que subió obedientemente al asiento delantero
del auto.
-Va a ser bonito tenerte en casa de nuevo. – susurró Mandy, dirigiéndose a
un restaurante cercano.
-Pero mamá… – comenzó a decir ____.
-Tu padre dijo que no lo harías, pero yo sabía que mentía. –continuó
Mandy, imperturbable. Las lágrimas surgieron de repente en sus ojos y sus manos
temblaban en el volante.
-Él dijo que tú estabas contenta de que nos hubiéramos divorciado, así tú
podrías pasar más tiempo con él sin… sin tener que verme al mismo tiempo. Él
dijo que me odiabas. ____ recordaba como contuvo el aliento mientras miraba
fijamente a su madre.
-¡No! – exclamó. - ¡Nunca he dicho tal cosa! La fina boca de Mandy comenzó
a temblar.
-Él me hizo estar de acuerdo con el divorcio… ya sabes. Me hizo…
-¿Papá? – preguntó sorprendida. No sonaba como algo que hubiera dicho su
padre, pero Mandy no le mentiría, sin duda.
-Ha habido otras mujeres desde que nos casamos, ____. –continuó con
vehemencia. – Él se casó conmigo solo por que tú venías en camino. Y trató de
liberarse de ti, tan pronto como se enteró…____ estaba devastada. Abrió la boca para hablar, pero su madre no la
dejaba decir de una palabra.
- Te he llamado esta noche por que había decidido que…que iba a suicidarme.
– Mandy se rió histéricamente y sus manos se aferraron con fuerza la volante y
aceleró el auto. – Pero entonces me puse a pensar, que no necesito hacer eso,
no necesito estar sola. Tú puedes venir a casa y quedarte conmigo. No necesitas
estar sola en tu departamento.
-Pero no estoy sola, comparto el departamento. – trató ____ de razonar con ella.
-Va a ser tan divertido. – continuó Mandy salvajemente. Volvió su cabeza
para mirar a ____.- Él nunca te deseó, pero yo si. Tú eras mi bebé, mi niña…
-Mamá ¡Cuidado! ____ alcanzó a ver el camión, pero Mandy no. Antes que
pudiera conseguir que su mente funcionara, el camión estaba encima de ellas. Entonces,
solo había habido el sonido del metal crujiendo y las astillas de vidrio…____
sintió correr ardiente lágrimas por sus mejillas. Lloraba amargamente. No solo
había perdido a su madre. Ahora entendía porqué había tenido esos argumentos
todo el tiempo, porque sus padres habían sido tan hostiles el uno con el otro.
Incluso explicaba porque su padre no se le había acercado desde su divorcio. Se
había casado con su madre solo por que tuvo que hacerlo. Él nunca la quiso.
Nunca. No era extraño entonces, que siempre estuviera lejos de casa. No le extrañaba
que nunca hubiera tratado de construir algún tipo de relación con su hija. Él
la había odiado, por que lo había obligado a casarse con una mujer que no amaba,
que nunca había amado. De pronto, la señora Pibbs entró en la habitación y ____
se secó las lágrimas con la punta de la sábana.
- Tu padre se ha ido – dijo a la joven, la enfermera, estremeciéndose ante
las profundas laceraciones en la piel de ____, una vez impecable. Habría
cicatrices, aunque la señora Pibbs, había decidido no decírselo aún a ____.
Había tenido bastante por un día. ____ lamió sus labios secos.
-Gracias señora Pibbs.
-¿Dolor de cabeza? – preguntó, esbozando una sonrisa pálida.
-Uno asesino. ¿Podría darme algo?
-Tan pronto como el doctor Willis haga su ronda. Y eso será en pocos
minutos. – dijo, mirando su reloj pulsera. ____ se dio cuenta de la incomodidad
que sentía en su cara y sintió las vendas en sus mejillas.
-Mi cara… – comenzó a decir.
-Te curarás muy bien – dijo la señora Pibbs, firmemente. – Era inevitable,
con todos esos vidrios rotos. No es tan malo, cariño. Estás viva. Tienes mucha
suerte de haber estado usando el cinturón de seguridad. El labio inferior de
____ temblaba.
-Señora Pibbs, mi madre… ¿fue rápido? La mujer mayor suspiró.
-Fue instantáneo. Los asistentes de la ambulancia nos lo dijeron. Ahora a
descansar. No insistas en ellos, solo descansa. El recuerdo se desvanecerá,
también los cortes. Solo se necesita tiempo. Los ojos de la señora Pibbs, se
pusieron tristes de repente.
-____, yo perdí a mi madre cuando tenía quince años. Recuerdo muy bien
como duele. Todavía la extraño, pero el dolor pasa. Y lo hará.
-¡Si yo hubiera insistido en conducir! – exclamó ____, y las lágrimas
regresaron a sus ojos. – ¡Todo es mi culpa!
-No, querida, no lo es. El camión que golpeó el auto de tu madre se paso
un alto. Incluso si tú hubieras ido conduciendo, no habría podido evitarse. La
enfermera se movió hacia delante y apartó el salvaje pelo rubio, lejos de la
cara magullada de ____
-El chofer del camión solo salió con algunos rasguños. ¿No son así las
cosas? – añadió con una sonrisa triste. ____ se mordió el labio.
-Si. – murmuró ella.
-A propósito, Jenny dijo que vendría a verte más tarde. Y la señorita Ena
preguntó por ti. – agregó la enfermera. ____ no pudo reprimir una sonrisa
pequeña, incluso a través de su dolor. La señorita Ena, había sufrido una
operación a la vesícula y fue la perdición del personal de enfermería; pero extrañamente
le había tomado cariño a ____ y haría cualquier cosa por la joven enfermera.
-Por favor, dígale a ella, que estaré de vuelta al servicio la noche del
viernes. – Dijo ____ suavemente.
-Eso estará para ti, pero dependerá de cómo te encuentres para entonces. –
fue la respuesta de la señora Pibbs. – Vamos a esperar a hablar sobre el
funeral hasta que el doctor Willis te haya visto. Tienes que estar preparada.
Es muy posible que se nieguen a dejarte a ir. Los ojos de ____ se nublaron de
nuevo.
-Pero debo hacerlo.
- Tienes que ponerte bien – replicó la señora Pibbs... – La veré más
tarde, enfermera. – Estoy muy ocupada, pero quise comprobar como estabas. El
doctor Willis estará por aquí dentro de poco. Ella hizo una pausa en la puerta
y sus ojos estaban sinceramente afectados, cuando vio la cabeza rubia
recostarse sobre la almohada. Algo iba muy mal aquí, muy mal. El padre de ____
dijo lo mismo, cuando ella le informó que ____ se negó a verlo. Pero él no iba
a insistir, le dijo a la señora Pibbs. ____ tendría que salir sola de esto. Pero
¿podría hacerlo? Se preguntó la señora Pibbs.
El doctor Willis la visitó treinta
minutos más tarde y ____ fue trasladada poco después a rayos X. Durante el
resto del día, otras pruebas se llevaron a cabo y los resultados fueron
correlacionados, y por la noche, a la llorosa enfermera, le dieron el
veredicto.
-No hay funeral – dijo el doctor Willis en su ronda nocturna. – Lo siento,
____, pero una conmoción cerebral, no es algo para jugar, tu cabeza sufrió un
gran golpe. No puedo correr el riesgo de dejarte ir tan pronto.
-Entonces, ¿se puede posponer el funeral? – preguntó esperanzada. Él negó
con la cabeza.
-Tu tía no está en condiciones de posponerlo. – dijo sin rodeos.
Y él debía saberlo. Su tía Helen era su paciente también. – Mandy era su
única pariente, aparte de ti. Ella está bastante devastada. No, ____. Mientras
más pronto se acabe, mejor.
-Pero deseo ir – se lamentó amargamente ____.
-Lo sé. Y entiendo por qué. – dijo suavemente. – Pero sabes que el cuerpo
es solo el envase. La sustancia, la chispa que era su alma, ya está con Dios.
Sería como mirar un vaso vacío. Las palabras eran extrañamente re confortables
y tenían sentido. Pero ellas no hacían que el dolor fuera más llevadero. El
doctor Willis le tomó el pulso y le examinó los ojos.
-¿Debo llamar a Dick y hacerlo venir para que hable contigo? – le preguntó
cuando terminó, nombrando a su ministro. Ella asintió con la cabeza.
-Si, por favor. Sería de gran ayuda en estos momentos. Tía Helen, ¿va a
venir a verme? Él negó con la cabeza.
-Esta noche he tenido que sedarla. El shock para ambas, fue demasiado.
¿Dónde está Jack? Pensé que estaría contigo.
-Mi padre tiene una familia en que pensar. – dijo con amargura. El doctor
la miró fijamente.
- Tú también eres su familia.
-Dígaselo a él. – dijo secamente, mirando hacia otro lado. – Porque ni
siquiera me ha llamado por teléfono desde el divorcio. Desde que salí de casa.
Desde que entré a trabajar como enfermera. ¡Nunca!
-Ya veo.
-No, no lo hace. – y miró la sábana blanca del hospital. – Lo siento mucho,
doctor Willis, sé que solo estaba tratando de ayudar, pero esto es algo que
tengo que solucionar por mí misma. Él asintió.
-Si puedo ayudar, lo haré. Conozco a tu familia desde hace mucho tiempo.
Ella le sonrió.
-Si, gracias.
- Te vamos a mantener aquí por dos o tres días, dependiendo de cómo
progreses. – le dijo suavemente. – Me gustaría darte algo para el dolor. Pero
solo Dios puede hacer eso.
* * * *
La tía Helen vino a verla a la mañana siguiente, vestida con un traje azul
extremadamente caro, con un gran sombrero, pareciendo muy elegante. Se parecía
mucho a Mandy, pero ella era más alta y más delgada. Y mucho más emocional.
-¡Oh, querida! – dijo, arrojándose sobre ____, envuelta en una nube de
perfume caro y un pañuelo de gasa. – Oh querida, que hombre más horrible para
las dos. ¡Pobre Mandy! ____, que estaba empezando a tener un poco de control
sobre sus emociones, al oír a su tía, lloró otra vez.
-Lo sé. Tía Helen, ella era tan infeliz, tan miserable. – dijo en voz baja.
-Lo sé. Le dije que nunca debería haberse casado con ese hombre. Se lo
advertí, pero nunca me quiso escuchar. Helen se apartó con un suspiro y entre
lágrimas.
-Supe en el mismo momento en que me habló sobre el divorcio, que no
estaría mucho más tiempo con nosotras. No era lo suficientemente fuerte para
vivir sola, ya sabes.
-Si, lo sé. – ____ gimió. – Todo pasó tan rápido, ella había estado bebiendo…
-Ellos me lo dijeron. Pero querida, ¿por qué dejaste que ella condujera?
¿No te diste cuenta de lo que podría pasar? ____ sintió rígida la cara.
-De todas las cosas estúpidas para hacer, debiste haber tomado las llaves
de ella, en primer lugar.
Los ojos marrones tan parecidos a los de su madre, la estaban acusando.
-¿Por qué, por el amor de Dios, la dejaste conducir ____?
____ no podía ni siquiera pensar en una respuesta. Llegó a ciegas al timbre y lo pulsó. Una minuto más tarde, una enfermera entró en
la habitación.
-Enfermera, ¿le puede mostrar a mi tía la salida, por favor?
____ lo pidió con fuerza, sin mirar a su tía, quien estaba sorprendida,
obviamente. La enfermera supo que estaba
pasando, al mirar el rostro demacrado de su paciente.
-Lo siento, pero la señorita Steele, no puede ser molestada. Tiene una conmoción cerebral. – dijo la
enfermera con firmeza. - ¿Quiera venir
conmigo, por favor?
Como si se hubiera dado cuenta de lo que había estado diciendo, la cara de
Helen se puso blanca de repente.
-Cariño, lo siento tanto…
Pero ____ cerró los ojos, para no ver.
La pesadilla parecía que no iba a terminar nunca, y se preguntó si todo
el mundo la culpaba a ella por la muerte de su madre. Volvió la cara hacia la almohada y lloró como
un niño.
El ministro la visitó esa misma noche, después que el funeral había
terminado y ____ derramó su corazón en él.
-Y es mi culpa, incluso la tía Helen, dice es que mi culpa. – confesó.
-No es culpa de nadie, ____. – dijo él, sonriendo en silencio.
Era un hombre amable que la hacía sentir consuelo y seguridad.
-Cuando la vida es tomada, es solo por que Dios ha decidido que Él tiene más necesidad de
aquella vida, que los que estamos vinculados con ella aquí, en la tierra. La gente no muere por ninguna razón, ____, o
por que sea culpa de alguien. Dios es
quien decide el momento de la muerte, no uno de nosotros.
-Pero todo el mundo piensa que es culpa mía. ¡Yo debí haberla detenido, debí haberlo
intentado!
-Y si lo hubieras hecho, algo más habría pasado – dijo él en voz baja.
-Creo firmemente, en que las cosas pasan, como Dios quiere que pasen.
-No puedo ver nada. – Confesó con cansancio – salvo que mi madre se ha ido
y que ahora no tengo a nadie. Hasta la
tía Helen me odia.
-Tú tía estaba literalmente en lágrimas por lo que te dijo esta mañana. –
corrigió él. – Ella quería volver y
pedirte disculpas, pero tenía miedo que no la dejaras entrar en la
habitación. Estaba molesta. Tú sabes como es Helen.
-¿Qué voy a hacer? – le preguntó, secándose las lágrimas.
-Vas a seguir con tu vida. – dijo simplemente. – La vida le pertenece a Dios, lo sabes. Tu profesión es una de servicio. ¿No es la mejor manera de pasar la pena,
disminuyendo el dolor de los demás?
Se sentía cálida por dentro al pensar, que la enfermería era mucho más
para ella, que una profesión. Era una
forma de vida, curar a los enfermos, ayudar a los heridos, consolar a los
afligidos. Si, pensó, y sonrió. Si, así sería como se ayudaría. Pero era más fácil decirlo que hacerlo, lamentablemente. En los días y las semanas que siguieron,
olvidar fue imposible.
Después de la primera semana, el tiempo parecía volar. ____ hizo la ronda en su sala, haciendo una
pausa para ver a la señorita Ena, que estaba poniéndose difícil otra vez. La delgada anciana había exigido su inyección
a una hora temprana, pero ____, se limitó a sonreír y a esponjar las almohadas
con su eficiencia habitual.
-Ahora, señorita Ena – dijo con una sonrisa tranquila – sabe que no voy a
ignorar la orden del doctor Sanders, así que no me lo pida. Supongamos que le traigo unos de los
voluntarios que vienen a ayudar, para que le lea hasta que llegue el
momento. ¿La ayudaría eso?
La cara agria de la señorita Ena se iluminó un poco.
-Bueno, supongo que ayudaría. – dijo de mala gana.
Ella puso su cuerpo delgado contra la almohada con un suspiro.
-Si. – dijo en un tono más suave. –
Gracias. Ayudaría mucho.
-Sé que los hospitales son difíciles para las personas que están acostumbradas
a la horticultura, a pasear por los bosques y apodar arbustos. – confesó ____,
poniéndole una mano sobre el hombro delgado. Pero en muy poco tiempo usted
estará bien de nuevo y hará lo que quiera. Sol téngalo en cuenta. Créame, esto le
ayudará a pasar el tiempo mucho más rápido. La señorita Ena, sonrió débilmente.
-No estoy acostumbrada a estar en cama. – confesó – y no quiero ser
desagradable. Es solo que odio sentirme impotente.
-Lo sé. – le dijo ____ en voz baja. – A nadie le gusta. – y ahuecó las
almohadas de nuevo. ¿Qué tal un poco de televisión ahora? Hay un programa
especial sobre la entrega de premios a la música country – añadió, conociendo
la afición de la anciana por ese tipo de música. El rostro de la anciana se
iluminó.
-Eso estaría bien – dijo después de un minuto. ____ encendió el televisor
y buscó el canal, ocultando una sonrisa dela señorita Ena. Varias semanas
después, ____ fue llamada a la oficina de la señora Pibbs y supo sin preguntar,
cual era la razón.
-Me gustaría olvidar esto, enfermera. – dijo levantando la carta de
renuncia que ____ había puesto sobre su escritorio, temprano en la mañana,
cuando entró en servicio. – La enfermería ha sido su vida. Seguramente, no
pretenderás tirar todos estos años deformación, ¿no? Los ojos de ____ se
turbaron.
-Necesito tiempo. – dijo en voz baja. – Tiempo para superar la muerte de
mi madre, tiempo para ordenar mis prioridades, tiempo para recuperarme. Yo… yo
no puedo soportar un entorno familiar ahora mismo. La señora Pibbs se echó
hacia atrás con un suspiro.
-Entiendo. – dijo frunciendo el ceño y los labios. – Lo que necesitas es
un cambio de escenario. Puedo tener una sugerencia para ti. Una amiga mía está
buscando una enfermera privada para su hijo. Vive en algún lugar olvidado de
Dios, en la costa Atlántica. Él es ciego.
-Yo no había pensado en hacer servicios privados. – murmuró ____.
- Tienes que mantenerte. – le recordó la señora Pibbs. – Aunque el salario
sea bueno, debo advertirte que no todo será tranquilidad. Entiendo que el hijo
de Lorraine tiene un genio de los mil demonios. Él era un ejecutivo, ya sabes,
con mucho poder y autoridad. Ha sido relegado a una posición figurativa en su empresa
de electrónica.
-¿La ceguera es permanente?
-No lo sé. Lorraine está bastante desesperada; sin embargo –añadió con una
pequeña sonrisa – Él no es un hombre fácil de cuidar. La señora Pibbs había
hecho de esto un desafío, que quizás ____ necesitaba.
-Tal vez – murmuró – sería justo lo que necesito. La enfermera mayor,
asintió con aire de suficiencia.
-Podría ser justo lo que Joe necesita también. ____ alzó la vista.
-¿Es ese su nombre?
-Si. Joe Joseph Jonas. Es holandés. Inmediatamente ____ se imaginó un hombre
con un pequeño bigote, muy rubio, recordando al único holandés con el que había
tenido contacto, el señor van Ryker, que una vez había sido paciente del hospital.
Ella sonrió suavemente. Tal vez él podría enseñarle holandés, mientras ella lo
ayudaba adaptarse a su ceguera. Y al ayudarlo, quizás ella se olvidaría de su
propia angustia.
Esa noche, estaba peinando su cabello rubio platino, cuando Jenny entró
como un remolino, con las horquillas volando, mientras se apresuraba en sacarse
su uniforme de enfermera y ponerse un vestido.
-¿No vas a salir esta noche? – le preguntó Jenny desde el baño.
-No iré a ninguna parte – respondió ____, con una sonrisa en el espejo. –
Estoy teniendo una noche tranquila.
-Siempre hay noches tranquilas. ¿Por qué no vienes con Gerald y conmigo?
-No, gracias. Prefiero reponer mi sueño. Me han llamado dos veces en los
tres días pasados. ¿Cómo está esa niña que tiene pulmonía, que es paciente del
doctor Hames?
-Está respondiendo. Creo que lo logrará. Jenny volvió a la habitación con
un vestido blanco y verde a rayas, a juego con medias verdes.
-Oye, dime de que trata ese rumor acerca de tu renuncia. – le preguntó
Jenny. Jenny no era una persona que prestara oído a chismes, sin poner reparos,
para llegar a la verdad. Era lo que más admiraba ____ de ella.
-Es verdad. – dijo de mala gana; por que le gustaba su compañera de piso y
la echaría de menos. – Estoy a la espera de oír hablar de un trabajo que la
señora Pibbs conoce, y he renunciado oficialmente, a partir del próximo lunes.
-Oh, ____. – se quejó Jenny.
- Te escribiré. – le prometió. – Y tú también lo harás. No es para siempre.
-Es por la muerte de tu madre, ¿no? – le preguntó Jenny. – Si, me imagino
que es duro para ti, estar siempre en un lugar que te la está recordando
constantemente. Y la situación entre tu familia y tú…Los ojos de ____ se
nublaron y se dio la vuelta.
-Voy a estar bien. – logró decir. – Que lo pases muy bien esta noche –
añadió con una nota brillante. Jenny suspiró mientra recogía su bolso.
-¿Puedo traerte algo cuando vuelva? ¿Qué tal un filete mignon, una bata de
seda, un Rolls Royce, un hombre...? ____ se rió.
-¿Qué te parecen unas dos horas extras de sueño, para poner en mi
bolsillo, cuando el viejo doctor Grimm me llama, para que lo ayude a curar a un
herido por arma blanca y me cuenta todos sus antecedentes médicos antes de
despedirme?
-Veré lo que puedo hacer. – prometió Jenny. – Buenas noches.
-Buenas noches.
Bienvenidas y Gracias de nuevo por leer la nove!!
Les dejo todo el primer capi porq esta parte es como una introduccion recien en el otro aparece Joe :)
Les dejo todo el primer capi porq esta parte es como una introduccion recien en el otro aparece Joe :)
zai
Re: Ella fue la luz de su mundo-Adaptacion-JoeyTú[TERMINADA]
:lloro: :lloro: :(
ELLAA NO TUVOO LA CUULPAAAAA!!!!
PERO SU TIA SI QUE SE PAASOOO!!!!!
AAAIIII :wut: COOOOOOMOO SERAA JOEEEE!!!???
ELLAA NO TUVOO LA CUULPAAAAA!!!!
PERO SU TIA SI QUE SE PAASOOO!!!!!
AAAIIII :wut: COOOOOOMOO SERAA JOEEEE!!!???
chelis
Re: Ella fue la luz de su mundo-Adaptacion-JoeyTú[TERMINADA]
hay q desgracia tan fea
pobre de la rayis q piense q ella fue la culpable cunado no es cierto :(
siguela ya quiero mas capitulos por favor
pobre de la rayis q piense q ella fue la culpable cunado no es cierto :(
siguela ya quiero mas capitulos por favor
ElitzJb
Re: Ella fue la luz de su mundo-Adaptacion-JoeyTú[TERMINADA]
nueva lectopra se ve muy linda la nove
siguela :9
siguela :9
andreita
Re: Ella fue la luz de su mundo-Adaptacion-JoeyTú[TERMINADA]
chelis escribió: :(
ELLAA NO TUVOO LA CUULPAAAAA!!!!
PERO SU TIA SI QUE SE PAASOOO!!!!!
AAAIIII COOOOOOMOO SERAA JOEEEE!!!???
Si a mi tambien me dio ganas de matar a la ti en este cap...
Ahora subo otro pero en este tampoco aparece Joe bueno no del todo pero aparece de otra forma jajaj es como que aparece de apoquito :)
zai
Re: Ella fue la luz de su mundo-Adaptacion-JoeyTú[TERMINADA]
JB&1D2 escribió:Nueva lectora
Bienvenida
Gracias por leer :)
Ahora subo otro :)
zai
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