You're my reason to be

Hola! Soy nueva aquí. Me llamo Javiera, pero todos me dicen Javi. Me gusta mucho leer y escribir, aunque casi nunca quedo 100% conforme de lo que hago.
Este One Shot es uno de los primeros que escribí, es parte de una novela que alguna vez pasó por mi mentecilla, así que espero les guste a pesar de que mis expectativas no son grandes. Cualquier comentario es bien recibido.
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-¿Estoy bien, seguro? –pregunté una vez más.
-Estás preciosa, te lo he dicho 3 veces- rió transmitiéndome confianza. –Te amarán tan solo de presencia.
-De acuerdo – suspiré –Gracias – sonreí.
Drew abrió la puerta –por fin, gracias a mí y mi inseguridad- y entramos a su morada. Era bastante amplia; al entrar estaba la sala, o más bien un pasillo ancho que se adornaba con cuadros en la muralla, y un par de muebles como mesas con floreros y dos sitiales, más una bella y gran lámpara cayendo del techo; había también, por el lado izquierdo, una entrada a lo que pude ver era el comedor por el cual se llegaba a la cocina, que tenía salida (o entrada) por el otro extremo de la muralla. Justo en frente de nosotros había un gran ventanal del largo de la pared, vestido de finos visillos color nieve transparente, amarrados y dejando a la vista el inmenso patio cubierto de un pasto color verde bosque que pertenecía al sitio de los Hamilton, y en el cual había un quincho, una piscina y un par de juegos que supuse, eran del hermano menor de Drew. Entrando de nuevo, en la muralla del lado derecho, había un cuadro de la familia vestidos de la época colonial; luego una puerta color blanco pasteurizado –que más tarde supe era el baño de visitas-, y después uno de los sitiales antes mencionados. Por este lado también estaba la escalera y en ella un niño de unos nueve o diez años que nos observaba atento.
-¡Hola! Sí que eres linda –dijo mientras bajaba –supongo que mi hermano no tiene mal gusto después de todo.
Reí -¡Hola! Y pues, gracias…
-Mike –completó él – Me llamo Mike, bonita.
Yo volví a reír.
-Es mi hermano menor, Shay; y Mike, te recuerdo que es MI novia –dijo Drew burlón y recalcando el “mi” -¿Dónde están los demás, enano?
-Nick fue a comprar algo y mis papás están en la cocina.
-Ok, gracias. Ven -me tomó de la mano y me dirigió hasta el lugar que se adornaba, principalmente, de cuadros al óleo con ‘escenas frutales’ de distintos tamaños y colores.
-¡Hola, llegaron! –Se acercó la Sra. Hamilton, de cabellera lisa, hasta los hombros, dueña de una gran sonrisa y de estatura general. –Mucho gusto, al fin te conozco, querida- Fue muy amable y… maternal.
-Hola, el gusto es mío; soy Shay –saludé algo tímida pero contenta.
Se acercó ahora un señor un poco más alto que Grace –la mamá de Drew-, con lentes y también de carisma agradable; Robert. –Lo sabemos- sonrió –Drew no deja de hablar de ti –eso me provocó un risa nerviosa y que mis mejillas se tornaran rosadas. Drew bajó la cabeza algo avergonzado, pero sonriendo.
-Papá…
-¿Qué? Es verdad – dijo Mike, apareciendo de repente.
Sonó el timbre y este último fue a abrir. Llegó de vuelta a la cocina junto a un joven de unos veinte años, bien parecido y del porte de Drew.
-Hola…Shay, ¿cierto? –me saludó… ¿coqueto?
-Sí, tú debes ser Nick –sonreí tímida.
-El mismo –besó mi mejilla –vivito y coleando –rió e hizo una mirada con la que confirmé mis sospechas anteriores. Me incomodé.
-Bueno, -dijo Grace- ahora que llegaste, Nick, nos podemos sentar a comer.
Pasamos al comedor –del cual noté que tenía la llegada al living por otro costado, y en el cual vi un piano más los sillones y cosas típicas con las que normalmente se adorna este espacio- y me ubiqué al lado de Drew y su madre. Aunque ella se negó, la ayudé a servir los platos. La verdad es que todos eran tan amables, que prácticamente de inmediato se evaporaron los nervios que me habitaban. La conversación empezó por lo rico que cocinaba la mamá de mi novio, y así fue fluyendo entre todos con naturalidad; de un tema se pasaba a otro y esto sirvió para conocernos. Cada vez se hacía más amena; eso hasta que llegó el momento que fervientemente deseaba evitar…
-¿Y tu familia, Shay? –preguntó Mike. Sentí que todo lo que había comido hasta ese momento, se revolvía en mi estómago. Pude notar, también, que Drew se molestó un poco, sus facciones cambiaron y me di cuenta como trató de, secamente, cambiar el tema. Le di a entender con la mirada que no se preocupara, aunque yo estaba ya a punto de estallar en llanto.
-Ellos, hum –tosí – pues, soy hija única, y mis padres murieron hace tres meses en un accidente ferroviario. –Lo dije lo más calmada posible, sin embargo se me escaparon dos lágrimas que quité rápidamente de mi rostro. La expresión de mi novio hacía creer que mataría a Mike. La que atinó a decir algo luego de ese silencio –de cinco o seis segundos, pero para mí de cinco o seis minutos- fue Grace.
-Oh, querida, lo siento mucho; te pido perdón por…
-No se preocupen, ustedes no sabían. No se disculpen por nada.
-Pero, hijo, ¿por qué no nos dijiste algo?… -dijo Robert.
Drew permaneció en silencio.
-Es que yo le he dicho que no me gusta mucho hablar del tema ni que las personas me tengan lástima. –hablé por él.
-Shay, perdón por preguntar –Mike tenía la cabeza gacha.
-Les dije que no se preocuparan –traté de sonreír y a la vez de hacer que todos los ojos desorbitados y preocupados que se posaban en mi, hicieran lo mismo.
-Pero bueno, como no te gusta hablar del tema, y es comprensible, -anunció Nick con ganas de hacer creer que no había pasado nada –hablemos de otra cosa. ¿Se han fijado que últimamente la gente ya no compra pianos como el que tenemos en el living, si no que órganos pequeños como el de Drew? – el cambio de tema fue ‘brusco’ y el nuevo algo tonto, quizá, pero era necesario. Le agradecí con la mirada.
-Sí, es verdad, lo he notado. El otro día pasé por fuera de una de esas tiendas de música que hay en Central Park, “Classic instruments”, y los pianos, hasta los más antiguos, estaban muy baratos…-continuó Grace.
-Y, ¿alguno de Uds., toca? –pregunté intentando meterme de lleno en el diálogo.
-Todos –dijo Mike –menos yo. –Hizo un puchero -Estoy aprendiendo…
La velada siguió su curso y fue tan y más agradable que antes. No sé si lo que Drew me había dicho, “te amarán tan solo de presencia”, se había cumplido, pero yo ya les había tomado cariño a todos y me sentía realmente cómoda, como si fuera de su familia; y, bueno, de alguna forma, así era…
Después de una sobremesa en la que aparte de conversar jugamos ‘Pictionary’ –y en la cual, debo decir, nos reímos mucho- Drew me mostró la casa y luego fuimos a su cuarto. Era fantástico, las paredes estaban pintadas de un color azul oscuro –su tonalidad preferida-, pero quedaba a la perfección con el resto de la decoración. Era bastante amplio, en este tenía una cama de 1 1/2 plaza con un plumón blanco y un par de almohadas, más el peluche que le había regalado hace unas semanas –era un monito con una banana que tenía escrito ‘Te quiero’-; a un costado se encontraba un velador que sostenía una lámpara, un libro y que se yo lo que habría en los cajones. Al frente de su cama, y por el lado derecho de la puerta por la cual habíamos entrado, estaba su clóset. Ya imaginaba la cantidad de ropa y zapatos de marca que tenía Drew, era algo vanidoso y la verdad que bastante preocupado en ese sentido, siempre vestía bien - y bueno, tenía las posibilidades de hacerlo sin problemas, según me había dado cuenta tan solo por el barrio en donde vivían- y me atrevería a decir que si sumáramos, él me ganaría en el total de ropa. Por el lado opuesto a la muralla que topaba con su cama, había un órgano –el que había mencionado Nick-, dos guitarras: una eléctrica y una electroacústica, un estante con distintas cosas, y abajo un estéreo, más un sofá. El suelo estaba tapizado de piso flotante y tenía una pequeña alfombra color gris en la bajada de cama. En frente a la puerta había un ventanal que daba a un balcón. Nos dirigimos a este y quedé maravillada. Apostaría a que a él pertenecía la mejor vista de New York de la ciudad. Nos dispusimos a mirarla y a observar el cielo, estaba despejado para ser Noviembre.
-Shay, en serio disculpa por lo de antes. Te juro que voy a matar a mi hermano…- pasó su brazo alrededor mío y empezó a hacerme cariño.
-Te dije que está bien, Drew. Tengo que aprender a hablar del tema sin llorar, ya han pasado tres meses.
-Sí, y pueden pasar tres meses o tres años más, eso no quiere decir que tengas que hacerte la fuerte. Si bien es cierto, el tiempo cura todas las heridas, pero el tiempo lo hace a su tiempo –recalcó esa frase- no al que tú crees adecuado. Además que hace bien llorar cuando se quiere hacerlo, aguantarte todo eso puede terminar con alguna enfermedad, incluso. –Sonó cariñoso, preocupado y realmente interesado en que le prestara atención.
-Sí –suspiré y apoyé mi cabeza en su hombro –supongo que tienes razón… y lo bueno de todo esto, es que sé que cuando necesite llorar o hablar del tema, lo puedo hacer contigo –eso me salió algo tímido y en tono de pregunta, casi.
Drew me abrazó y besó mi pelo.
-Por supuesto, amor. ¿Y sabes en qué más tengo razón? –me preguntó con voz de sabio
-¿En qué? –reí
-En que mi novia es la niña más linda de todo el infinito universo, que me siento afortunado al saber que me pertenece a MÍ tanta perfección, interior y exterior, y que si algún día se le ocurre dejarme, cometeré alguna locura como suicidio –me di media vuelta y quedamos de frente (él ya se había girado). Estiré un poco mi cabeza y le di un pequeño besito en los labios.
-Me gusta pertenecerte, eres lo único que tengo –dije y lo abracé con fuerza. El me correspondió y estuvimos así un rato. Me gustaba estar así, me hacía sentir protegida y querida. Sentí cuando levantó su muñeca viendo su dorado reloj, que, según me había contado, se lo regaló su abuelo cuando cumplió los 12 años.
-¿Qué hora es? –pregunté.
-Feliz aniversario de un mes. –me besó tiernamente –Las 00:01.- Le sonreí y lo besé de nuevo. Cada beso era tierno, no apurados, pero si apasionados, y cualquiera que nos viera hasta a unos 15 mts. de distancia, podía notar el amor y la necesidad de seguir así que había en ambos. Nuestros labios eran como los engranes que hacen funcionar cualquier máquina; diminutos, tal vez, pero esenciales el uno con el otro para que el aparato pueda cumplir la función destinada a la que está. Bajó sus manos de mi espalda a mi cintura y juntamos nuestras frentes. Dejé mis ojos cerrados por un momento, como para grabarlo en mi memoria y no olvidarlo nunca.
-Sé que, oficialmente, llevamos juntos solo 1 mes, pero…
-¿Pero?...- me miró de esa manera que no me hace desfallecer tan solo porque quiero seguir viendo sus ojos color avellana por más tiempo, y esto, a la vez, me hace sentir que las piernas ya no me pueden, y que en cualquier momento caigo. Es un círculo vicioso, mas el vicio más codiciado que cualquier ser humano, en cualquier parte del mundo, podría querer, desear, necesitar… Sus ojos brillaban a la luz de la luna.
-¿Es posible que te ame?- enseguida me di cuenta de que él había entendido que mi pregunta no requería un “sí, es posible” o un “no, no es posible” como respuesta.
-Yo también te amo, Salt. –su sonrisa se agrandó junto con la mía. Lo besé una vez más.
-Me alegra oír eso, Hamilton.- Nos volvimos a besar, pero este beso fue especial; ambos sentíamos nuestras sonrisas en la boca del otro, y eso nos impedía continuar con nuestro juego, sin embargo, ninguno daba término, o señales de que lo haría. Pronto acabamos en risas y cómodamente abrazados, apoyados en la pared y sentados en el piso. Ninguno decía nada, pero el momento no pudo haber estado más cerca de la perfección.


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Done! No olviden comentar, por favor. Se los agradecería mucho, todo me sirve! :D

Primera lectora.... que lindo¡¡¡ q tierno.. sabes? eso de llorar cuando sientes q debes hacerlo me llego al corazon¡¡¡ eres muy buena escritora...

Holangas! Gracias por ser mi primera lectora :) Gracias por tu cumplidos y espero tenerte de nuevo cuando suba otros OS y/o novelas :B

Javi escribió:Holangas! Gracias por ser mi primera lectora :) Gracias por tu cumplidos y espero tenerte de nuevo cuando suba otros OS y/o novelas :B

Claro q si¡¡¡ aqui me tendras... eres muy buena y el one shot me encanto....