Casualidades. {Nick Jonas}

Nombre: Casualidades.
Autor: Helena Jonas
Adaptación: No.
Género: Romance y un poco de todo.
Advertencias: Podéis cambiar el nombre de cualquier personaje por el vuestro.
Otras páginas: ..
Las calles estaban desiertas a esa hora, los pasos de alguien corriendo se escuchaban por toda la calle. Estaba oscuro y los perros de alguna casa vecina ladraban al escucharla. Cualquiera diría que esto es el principio de una historia de terror, pero no.

Helena llegaba tarde a casa, y eso que ya le habían advertido que tenía que llegar temprano aquel día, que no se pasara de la hora límite. Le esperaba una sorpresa. No habían querido decirle que era aquella sorpresa, pero tratándose de sus padres seguro que es era algo que no le haría mucha gracia. Últimamente no hacían mas que darle disgustos, decirle cosas que no le gustaban, ponerle castigos sin motivo y enfadarse. Menudos padres. Pero cuando abrió la puerta de casa todo estaba en silencio, ninguna voz empezó a chillar diciendo que había llegado tarde, nada. Su hermano, Michael, estaba sentado en uno de los sofás y sus padres en otro. Michael era el hermano gemelo de Helena, el único hermano que tenía y el tampoco se había librado de los castigos aquel mes.
El silencio que llenaba el salón ponía los pelos de punta. Sus padres la miraban con una expresión que no sabía como definir, se cogían de la mano pero no se miraban a la cara. A Helena se le calló el alma a los pies al pensar en que podría haberse muerto alguien especial o importante.
-Helena, sientate. ¿Quieres?- Le dijo su madre con gesto amable.
Pudo notar en su voz que algo no iba bien, porque le había costado decir aquellas dos palabras sin que la voz se le quebrase. Helena hizo caso sin preguntar nada, se sentó junto a su hermano y guardó silencio hasta que uno de sus padres se decidió a hablar.
-Hace ya un par de mese que vuestra madre y yo no estamos...- Su padre se paró, pensando en como continuar la frase, pero Michael lo cortó.
-¿Comprensivos? Ya.- Quizás no uso el tono mas adecuado.
-...bien.- Finalizó al fin.
-Nos ha costado tomar esta decisión y no es fácil para nosotros, queremos que lo sepáis.- Ambos se apretaron las manos que tenían cogidas, su madre parecía estar a punto de echarse a llorar.
-¿Que pasa mama?- Al fin Helena se atrevió a preguntar.
-Nos separamos.-
Y con aquellas palabras que dijo su padre, el mundo, definitivamente, se le había caído encima. Se hubiera esperado cualquier cosa, cualquiera menos esa. ¿Que iba a pasar ahora? ¿Quién se iría? ¿Y donde? ¿Podría ver a ambos todos los días? Mil y una preguntas pasaron por su cabeza. No podía estar pasando aquello. Su madre se había llevado una mano a la boca y habia soltado la de su padre, estaba llorando. ¿Por que lloraba? ¿No era una decisión que ellos querían? No entendía nada. Ninguno de los dos dijo nada, pero sus expresiones no es que fueran de estar conformes o de ser comprensivos.
-Mañana os vais con mama a Jersey, subid a hacer las maletas.- Les dijo su padre mientras se levantaba del sofá y salía del comedor.
-¿Que?- Aquellas palabras fueron suficientes como para hacerles reaccionar, pero no para sacarles del atontamiento.
Su madre asintió con la cabeza mientras se levantaba y les hacía un gesto con las manos, para que hicieran caso y subieran. ¿Ahora se supone que iban a cambiar de vida?

Continuará...


NOTAS:Espero que os haya gustado el primer capitulo. Es de introducción y es corto, espero que los demás me salgan mejor. ¡Besis!

Capitulo 2

Diecisiete años de vida tirados por la borda, abandonados. Así lo veía Helena cunado dejaron Washington hace casi un mes. Se habían mudado a un barrio de casas bajas con jardín, muy bonito todo, si no fuera por el detalle de que no vería a su padre hasta las vacaciones de navidad. Su vida había dado un giro repentino en un segundo, pero ya no podía hacer nada. La mudanza había salido bien y todo estaba en orden dentro de la casa. Salvo por un pequeño detalle, todo estaba en orden.
Helena había salido a dar un paseo por el barrio, a conocer un poco las calles para no perderse. Cada día caminaba un poco mas y llegaba mas lejos. Pero aquella mañana, cuando se acercaba a la casa, vio algo que le resultó un poco extraño. Un chico, algo mayor que ella y mas alto, de pelo negro y rizado estaba en la cera, delante de la casa, mirándola con las manos metidas dentro de los bolsillos.
-Perdón... ¿Buscas a alguien?- Se atrevió a preguntar a aquel desconocido que miraba su casa sin ningún corte.
Helena lo sacó de sus pensamientos en ese mismo instante, el chico se sorprendió de escuchar una voz a apenas tres pasos de el.
-No. Eh...- Se llevo la mano a la nuca, llevando la mirada de la casa a Helena. -¿Sabes quién vive aquí?-
-Si, yo.- Contestó no muy segura. No sabía quien era aquel chica ni por que estaba mirando su casa. ¿Pensaría comprarla antes de que su madre lo hiciera? Pero no dijo nada mas, esperó a que el hablara.
-Oh...que corte.- Sus mejillas se enrojecieron levemente. -Yo vivía aquí antes, psava por aquí, solo me preguntaba quién viviría ahora.- Decía la verdad, lo hacía muy bien. -Disculpa...- Y comenzó a caminar.
Aun sin saber por que lo hizo, Helena dudó uno instantes, pero finalmente lo hizo. Avanzó unos pasos hasta llegar a la altura de aquel desconocido, le tocó el hombro con delicadeza y con una sonrisa leve le hizo la propuesta.
-¿Quieres pasar?- Aunque no estaba muy segura.
El chico la miró algo extrañado, aunque se podía ver que estaba contento de haber escuchado aquello. En su cara, había algo que le resultaba familiar, como si ya lo hubiera visto antes, aunque no lograba saber por que.
-De verdad que te lo agradezco, pero tengo que irme.- Le dedicó una leve sonrisa y se dio media vuelta para seguir su camino.
Aunque le alivió que dijera que no, por que tampoco sabía si podía fiarse de el o no, pensó que quizás el había dicho que no por educación o algo. Ella también hubiera dicho que no, además era una desconocida. Pero de todos modos, había sacado algo bueno de aquel encuentro, ahora sabía quién era una de las personas que antes había vivido ahí, aunque no conociera su nombre.

···

Limpiar el desván. ¿De verdad? Le daba un poco de miedo subir allí arriba sola, hasta que llegaran su madre y Michael de hacer la compra, ella tenía que ordenar aquello, ese era el trato. Y ahora que había subido y había comprobado que aquello estaba de todo menos limpio, se arrepentía de no haber escogido ir de compras, por mucho que lo odiara. Pero cuanto antes se pusiera, antes podría quitar ese aspecto lúgubre y sombrío que tenía todo. Apartó las cortinas que tapaban la ventana para que entrara la luz y apartó algunas cajas hacia los lados para que hubiera mas espacio. Al mover la última caja, la parte de abajo de esta se rompió, dejando caer unas cuantas fotos, un peluche de un oso y una caja de metal...

NOTAS: Gracias por leer. Necesito dos personas que quieran que su nombre aparezca en la historia.Así qeu los dos primeros nombre serán los que salgan ^^ Espero que sigáis leyendo y os guste.
¡Besis!

Wow tu historia es muy atrapante! o.o
Yo quiero seguir leyendo asi que siguela pronto! :D

¿De quienes seran esas fotos? Estoy bastante intrigada!
Soy nueva lectora y me llamo May :)

Muchas gracias por dejar tu comentario May ^^
Me alegro de que te haya gustado! Y espero poder subir hoy otro capitulo, mas largo que el segundo claro.. jaja
Eres la primera en comentar y tu nombre saldrá en la historia ^3^

Helena Jonas escribió:Muchas gracias por dejar tu comentario May ^^
Me alegro de que te haya gustado! Y espero poder subir hoy otro capitulo, mas largo que el segundo claro.. jaja
Eres la primera en comentar y tu nombre saldrá en la historia ^3^

Hola! De nada, al contrario gracias por subir tu nove!
Hace mucho que no leo una nove de los Jonas yo solia escribir de ellos antes pero
cuando el foro cambio creo q se eliminaron!
Wuju fui la primera eso me alegra! :D Seguro sera genial ver mi nombre en tu increible historia.

Saludos!

An! Gracias por leer! Tendré tu nombre en cuenta para la nove también *-* jajajajaja

May, gracias de nuevo *-*

Esta noche subo capitulo chicas, siento haber tardado D:

--

Capitulo 3

El oso de peluche, a pesar de ser algo viejo, quedaba perfectamente sobre la cama del dormitorio de Helena. Había bajado el oso, las fotos y la caja de metal allí para poder verlo mejor y mas tranquila. Su madre y su hermano llegarían pronto y no quería que ellos supieran aquello. Podía parecer una tontería, pero le gustaba la idea de tener un secreto guardado. Las fotos eran de hacía años, o eso era lo que parecía por la ropa que llevaban en ellas, seguramente eran de la gente que vivió allí antes que ellos. Como aquel chico, ya casi se le había olvidado que un extraño se había plantado en frente de su casa a mirarla.
Helena se detuvo en una de las fotos, era muy similar a una escena que ella había vivido de pequeña. Un árbol de navidad completamente decorado con tres niños en pijama jugando con sus regalos en el salón. Hacía años que ella no recibía juguetes como regalo, si no dinero, una especie de paga. Le recordaba a los días de navidad, cuando ella y su hermano jugaban con los regalos que acababan de abrir en el salón, sin preocupaciones, sin problemas... Pero ahora eso se había terminado. Pasó a otra de las fotos, un niño de pelo rizado y negro que posaba sonriendo levemente, aunque no miraba a la cámara, parecía estar mirando otra cosa. Estaba casi segura, de que aquel niño era el mirón, o si no algún hermano suyo. En el reverso de la foto, un nombre escrito a bolígrafo azul, escrito con una letra que a ella le pareció preciosa, se podía leer un nombre y una fecha; Nicholas - 1998.

Helena abrió el cajón del escritorio vacío, guardó las fotos y la caja lo mas rápido que pudo cuando escuchó cerrarse la puerta de la entrada.
-¡Helena ya estámos aquí!- La voz de su madre sonaba desde la entrada, subiendo las escaleras. Helena salió de su cuarto, sin preocuparse de cerrar la puerta antes de salir, ya lo había guardado todo.
-He apartado las cajas y he abierto las ventanas.- Le dijo a su madre.


Habían pasado un par de días desde que Helena encontró aquellas cosas en el desvan. Y por mucho que lo intentó no consiguió abrir la caja de metal. Era una caja rectangular, del tamaño de una caja de zapatos, con un cierre en uno de los lados que se debía de abrir con una llave. Había probado con un clip, como muchos candados de juguete que se pueden abrir así, pero no había tenido suerte. Al final se dió por vencida, tendría que romper la caja. Así que allí iba ellla, caja en mano, dispuesta a romperla con alguna erramienta del garaje.
-¿Que es eso?- No llevaba ni cinco minutos cuando la voz de su hermano la distrajo, por un momento, de lo que estaba haciendo.
-Busco algo para abrir la caja, he perdido la llave.- Contestó mientras rebuscaba en una caja repleta de herramientas. Había dejado la otra en el suelo, sin preocuparse, pero quién le iba a decir que su hermano cogería aquella caja.
-¡Eh! Dame eso.- Replicó.
-¿De donde has sacado esto?-
-¿Que? Siempre la he tenido.-
-Mentira.-
-Verdad.-
-¡Mentira!-
Abrió la boca, dispuesta a contestar con un grito que lo dejaría sordo, cuando un hombre de estatura media, de mas o menos la edad de su madre, apareció por la puerta del garaje.
-Disculpad.- Interrumpió el hombre, con von voz floja.-¿No sabréis donde está Joanne?-.

Media hora mas tarde, la madre de Helena, Joanne, se encontraba en el comedor hablando con aquel hombre y, la que supuso que era, su mujer. Fuera, un coche con los critales completamente negros estaba aparcado en la calle y un hombre enorme daba vueltas sin alejarse de el.
-¿Crees que son unos mafiosos o algo por el estilo?- Preguntí Michael apollado en la ventana, sin quitar la mirada del hombre.
-No tengo ni idea, pero miedo da un rato.-
Eso pensaba ella, que aquella gente daba miedo. Parecía que estaban metidos en una de esas películas de mafiosos, que estubieran amenazando a su madre y que ellos intentaran escapar o pedir ayuda. Eso pensaba, hasta que aquel chico bajó del coche.
Era el mismo que el de hacía unos días, el que miraba la casa. Entonces el hombre y la mujer del salón serían los antiguos propietarios, eso supuso. Lo que aun no comprendía era a que venía tanta tontería con el hombre guardían del calabozo y el coche con los critales tintados.
El chico había bajado del coche y se dirigía a la puerta, seguido de la atenta mirada del guardián, que no se despegaba del coche y miraba en todas direcciones. El timbre sonó y Joanne se levantó a abrir la puerta. No escucharon bien la conversación, que mas bien se vaso en un par de frases de cada uno, incluidas de los padres, y luego subió escaleras arriba. Fuera por lo que fuera, la puerta de mi cuarto estaba abierta....

CONTINUARÁ.

Capitulo 4...

¿Que por que había subido como una loca escaleras arriba cuando había escuchado que aquel chico subía? Porque por un momento pensé que si veía el oso en mi cuarto se enfadaría o mandaría a aquel matón que tenía en el coche. Era algo estúpido, si, pero lo pensé tarde. Ya había subido los escalones a toda prisa y llegado a la puerta de mí cuarto. Cuando entré me encontré con el chico, y mi idea de que mandaría al matón no se me antojó tan estúpida como antes.
-¿Qué haces tú aquí?- La expresión de desconcierto de mi cara lo dijo todo.
En un principio mi idea era simplemente cerrar la puerta y quedarme en mi cuarto o volver a bajar, pero solo cerrar la puerta. ¿Qué narices hacía en mi cuarto?
-¿De dónde has sacado esto?- Me dijo, señalando el peluche con una mano y cogiéndolo con la otra. Y para mi sorpresa, tremendamente calmado.
-Eso no es asunto tuyo. - Más que nada trataba de salir del paso, porque seguro que sabía de quién era, había vivido allí antes por el amor de dios.
-Creo que si.- Respondió esta vez más serio, no le había sentado muy bien mi respuesta. - Es mío.-
En ese momento quise que se me tragara la tierra. Aunque no tenía por que avergonzarme, yo lo había encontrado en mi desván, si se lo había dejado era problema suyo, no mío.
-No lo sabía…- Intenté disculparme.
-No, ya, pero… ¿Donde estaba?-
-Lo encontré en el desván.- No tenía por qué mentirle.
-¿Encontraste algo mas?-
Y por mucho que la razón me impulsara a que dijera la verdad y le diera la caja, mentí. El ser humano actúa por impulsos en la mayor parte de los casos, así que supongo que eso es lo que me pasó aquel día, el día que cambió todo porque yo no quise decir la verdad.
-Solo unas fotos.-
Me acerqué hasta la mesa y cogí las fotos que estuve mirando antes. Les eché un último vistazo antes de dárselas, de un modo disimulado, o más bien lo que yo entendí por disimulado. El se parecía al niño de la foto mucho.
-¿Eres tu?- Pregunté. -El de la foto.-
-Si.-
Podría haberse molestado o no haberme contestado, al fin y al cabo, había mirado unas fotos que no me pertenecían así con todo el morro. Pero no se molestó, contestó de una forma que me pareció bastante agradable, a pesar de pensar que era un chico raro, incluso un mafioso, o mil cosas absurdas mas, no parecía una mala persona.
-Es de cuando tenía seis años. Gracias por encontrarlas, pensé que las había perdido.- A pesar de sonar con una voz un poco incómoda, parecía decirlo de verdad.
Después se acercó a mi escritorio, cogió un bolígrafo y cogió uno de los pos-it que tenía a un lado. Lo miré un poco extrañada cuando empezó a escribir. ¿Qué hacía? Ya le había dado las fotos, además no me pidió ni permiso ni me explicó que pretendía. Segundos más tarde, se acercó a mí con el papel doblado por la mitad y extendió la mano para que lo cogiera, pero no lo hice, seguí mirándolo con el ceño fruncido y preguntándome qué demonios hacía.
-Tranquila, es un número de teléfono.- Comentó mostrando una sonrisa leve y unas pequeñas carcajadas reprimidas, seguro que tenía una cara para foto. -Por si encuentras algo mas.-.
-Oh, vale, de acuerdo.- Relajé la expresión, ahora me daba vergüenza.
-Pero es muy importante que no se lo des a nadie. Ya sabes…-
Me habló como si su vida dependiera de que yo diera el teléfono o no. ¿Quién era aquel chico? Bueno, sabía su nombre, pero nada más de él, aparte de que se creía famoso o algo por el estilo.
-De acuerdo.-Asentí con la cabeza mientras le hablaba

•••

No fue hasta tres días más tarde, que comprendí lo que pasaba.
Mi prima pequeña, de diez años vino a visitarnos y estaba sentada en el comedor viendo la televisión mientras yo dibujaba algo en la mesa del salón. Me había quedado con ella para cuidarla mientras mi madre, mis tíos y mi hermano se iban a dar un paseo por el barrio. Entonces salió en la tele algo que no me esperaba. Levanté la mirada del folio para beber un poco de agua, cogí el vaso y mientras bebía miré la tele para ver qué era lo que sonaba. Era una canción de un grupo que yo supuse que era nuevo. Hacía meses que no veía la televisión y no es que fuera muy amante de las revistas de cotilleos o que viera si quiera las noticias. Pero ahí estaba, en la pantalla de mi televisión, Nicholas, el chico que hacía tres días estaba en mi cuarto reclamando un osito y unas fotos. Casi me atraganto con el agua, mi prima empezó a chillar.
-!Mira Helena¡-
-¿Quiénes son Alice?-
-¡Son los Jonas! Hace ya un tiempo que son conocidos. ¿No lo sabías?- Parecía que era lógico que lo tubiera que saber por el modo en que me miró.
Ahora comprendía muchas cosas. Lo del teléfono, lo de querer todas sus cosas, lo del guardián del calabozo… todo. O casi.



NOTA: Gracias por leer a todo el mundo. Espero vuestros comentarios y que me ayudéis a seguir con ella, ya que acepto sugerencias, como también acepto las criticas. ¡GRACIAS! <3

Hoolaa! Aca esta mi comentario editado :D

Oh my god! Me dejaste bien picada! :affraid: ¿Que pasa luego?
justo iba a preguntar si en tu nove Nick era famoso pero ya me
lo respondio el capitulo! My god! En verdad yo te diria que no cambiaras nada
xq vas muy bien como lo estas llevando! Me encanta como escribes y como narras*-*
¿Que tendra esa caja? estoy tan intrigada x saberlo!! >.< :bounce:
de verdad me encanta demasiado tu novela espero la sigas prontito!

besos!!

No hay problema May ^^
Espero tu opinión ^3^

Helena !
Me gusto MUCHO tu nove, síguela que ya quiero saber que pasa :DD

Hola holaaa jaja me gusta decir eso ,bueno soy nueva lectora y quiero decir qe escribes hermoso y me encanta tu nove podrias segurila porfis :jeje: !!!!! espero qe nos llevemos bien :oops: byebye xD :hug: :hi:

Maay·Wright·Jonactioner escribió:

Hoolaa! Aca esta mi comentario editado :D

Oh my god! Me dejaste bien picada! :affraid: ¿Que pasa luego?
justo iba a preguntar si en tu nove Nick era famoso pero ya me
lo respondio el capitulo! My god! En verdad yo te diria que no cambiaras nada
xq vas muy bien como lo estas llevando! Me encanta como escribes y como narras*-*
¿Que tendra esa caja? estoy tan intrigada x saberlo!! >.< :bounce:
de verdad me encanta demasiado tu novela espero la sigas prontito!

besos!!

OH! Muchas gracias May! De verdad que me alegra un montón que te guste *-*
Con los capítulos se irá sabiendo lo que pasa con la caja... jajajaja Y como te dije tu nombre aparecerá pronto ^^
Tenía un poco de duda en como narraba la historia, si hacía saltos muy bruscos o si era muy simple todo, pero me fío de ti jajaja muchas gracias por la opinión ^^

Jessie Orbe' escribió:Helena !
Me gusto MUCHO tu nove, síguela que ya quiero saber que pasa :DD

Jessie muchisimas gracias! Y gracias por leer ^3^ La seguiré prontito, espero subir capitulo hoy ^^

PaulitahJonas!! escribió:Hola holaaa jaja me gusta decir eso ,bueno soy nueva lectora y quiero decir qe escribes hermoso y me encanta tu nove podrias segurila porfis :jeje: !!!!! espero qe nos llevemos bien :oops: byebye xD :hug: :hi:

Muchas gracias!!! AWW una nueva lectora mas *-* Al principio pensé que tendría menos.. jajaja
La seguiré pronto, hoy o mañana como muy tarde tendré capitulo nuevo ^^ Por supuesto que nos llevaremos bien ^3^
Gracias por el comentario!! *-*

Capitulo 5…

Me sentía un poco mal. Había pasado ya una semana desde que Nicholas me había dado su teléfono, un poco menos desde que me enteré de que era un cantante bastante conocido. Mi prima me explicó que eran hermanos y que su guardaespaldas va con ellos a todas partes. Decidí no contarle nada sobre la casa, sobre que había hablado con uno de ellos y menos aun sobre la caja. ¡La caja! Me olvidé completamente de ella. Me levanté de la cama y abrí el cajón donde semanas antes la había guardado. Ahí estaba, aquella caja de metal del tamaño de un cartón de cereales, con una cerradura pequeña que solo admitía una única llave. Y creedme cuando digo que lo probé todo. Ahora me alegraba de no haberla roto, de no haber visto nada de lo que había allí dentro, seguramente no le hubiera sentado muy bien a Nicholas y si mi prima se hubiera enterado…bueno, os lo podéis imaginar.
Tras estar toda la santa mañana pensando en si llamar o no, con el papel con el numero de teléfono en la mano y dando vueltas por el cuarto, sentándome en la cama, levantándome, cambiándome a la silla y viceversa. No era tan difícil, llamar, decirle que había encontrado algo mas y ya está, sencillo. Pero era curiosa, como todo el mundo. Al final, al cabo de unas dos horas mis dedos marcaban el numero en el teléfono móvil.
-Hola…- Mi voz sonó entrecortada, al fin y al cabo era un desconocido aun.
-Hola. ¿Quién es?-
-¿Nicholas?- Seguro que parecía estúpida.
-Si… ¿Quién eres tu?- Su voz sonaba confundida y un tanto desconfiada, aunque no me extrañaba.
-Soy…- Aunque a decir verdad, nunca le había dicho mi nombre. -Eh, vivo en tu casa.- Luego me di cuenta de lo estúpido que sonaba aquello. -Es decir, la de antes… Perdón.- Mi voz perdía volumen a medida que hablaba y podía escuchar como al otro lado del teléfono alguien se aguantaba la risa.
-Oh, sí, ya recuerdo. Disculpa, no sabía tu numero.-
-Ya, ya lo se. Esto, he encontrado algo en el desván, no se si será tuyo pero…- Lo dejé en aire.
-¿Que has encontrado?-
-Una caja, es de metal, y tiene una cerradura pequeña.- Mientras lo describía, seguía mirándola.
-¡SI! ¡ES MIA!- Empezó a gritar, estaba emocionado, como cuando pierdes tu cartera y te dicen que la han encontrado después de dos días y está intacta. Empecé a pensar que había dinero. -La busqué durante meses, no sabes cuánto te lo agradezco.-
-Oh, no es nada. En realidad nunca se movió del sitio, yo simplemente la vi.-
-Pasaré uno de estos días a por ella. Tampoco me esperes, tengo muy poco tiempo libre estos días y no se cuando podré.-
-No te preocupes.-
-Gracias de Nuevo…. ¡Te dejo!- Escuché como poco a poco su voz se escuchaba menos nítida, hasta que al final tuvo que gritar para que lo escuchara. ¿Lo que se escuchaba de fondo eran gritos?

•••

Estar sola en casa era lo mejor, me relajaba, estaba a gusto. Mama se había ido a buscar un trabajo y Michael ya había conocido a unos chicos del barrio, la verdad es que no me gustaban mucho aquellas compañías que tenía ahora, solían meterse en líos y nunca tramaban nada bueno, me lo contó la vecina de atrás, su jardín conecta con el nuestro, solo los separa una verja con una puerta. He hablado con ella varias veces, me ha contado que tiene una hija, que está de viaje de estudios y tiene mi edad, vuelve en unas dos semanas y dice que me invitará a su casa para que nos conozcamos y no me sienta tan sola. La verdad es que me habían tocado buenos vecinos.
Estaba en la cocina, hacía poco que me había levantado, por lo que no me molesté en vestirme, me quedé con el pijama de verano para ir más cómoda por casa. Rebusqué en la nevera en busca de un zumo, para desayunar, cuando escuché el timbre. ¿A esas horas? Seguro que a mi hermano se le habían vuelto a olvidar las llaves, o a mi madre, pero no. Cuando abrí la puerta me encontré con Nicholas.
-Buenos días.- Me saludó con una sonrisa, pero mi cara era de sorpresa total. Me podría haber avisado antes de pasar.
-Nicholas.- Dije confundida, un tanto avergonzada también, colocándome el pelo como pude y cruzándome de brazos después.
-Siento no haber avisado, ha sido en último momento.-
-No te preocupes. Eh…- Iba a decirle que tenía la caja arriba, que en seguida se la bajaba y que esperara, pero el se adelantó.
-¿Puedo pasar?- Miraba con nerviosismo mal disimulado hacia ambos lados de la calle, como si lo siguiera alguien.
-Claro.- Asentí y le abrí la puerta para que pasara, ahora sí, me había preocupado un poco.

Una vez dentro le hice pasar al salón, le dije que se sentara y el lo hizo. Durante cinco minutos aproximados, los dos nos quedamos sentados, cada uno en un sofá, uno en frente del otro. Yo esperaba que el dijera algo, de la caja, de por que ese nerviosismo, o esa esquizofrenia que parecía tener, pero nada. Aguantamos en silencio, hasta que ya no aguanté mas.


NOTAS:HASTA AQUÍ AMORES. Gracias a todas por leer y por vuestros maravillosos comentarios. Espero que os esté gustando y no pifiarla con algún capitulo ni nada. Acepto sugerencias, criticas y demás. GRACIAS <3 ¡Besis!