Michelle Cat's time.

En estos momentos al mirar atrás recuerdo todo lo que se dijo, todo lo que se hizo, pero aun mas recuerdo las promesas que hicimos, y no con esto empiezo una carta de un amor, tal vez si, pero no de un romance, de un amor mas llegadero. Es el comienzo de como recuerdo una relación como cualquiera, una habitual y diaria conversación que muchas veces ahora me hace falta, comentarios estúpidos que se hicieron serios a través del tiempo, discusiones tontas que abrieron una gran brecha en una pequeña montaña… Cosas que antes tomaba como carentes de importancia, y ahora, a mirar hacia atrás quisiese cambiarlas tanto como ahora cuan grande es mi arrepentimiento, y no es de suponer que me arrepiento por haber hecho una cosa terrible, porque no lo hice, depende del punto que lo miremos, pero la verdad es que en la simplicidad este hecho es aun peor que haber cometido un crimen, porque es el centro de mi ahora muy grande desasosiego.

No ha sido un gran error, pero ha sido de mis peores, y con esto me refiero al dejar pasar el tiempo, dejar de decir las cosas, y no buscarlo en el tiempo que debemos, porque aunque suene a cliché de mala novela de amor, a veces la vida nos enseña de muy malas maneras que el tiempo no hay que dejarlo pasar, que solo hay una oportunidad en cada relación, y solo con esto no me refiero a las relaciones románticas, sino a las amorosas, en todo el sentido de la palabra, en las relaciones amorosas familiares, amistades, sueños, palabras… Ese es el amor mas puro que podemos encontrar.

Pero el amor también se trata de ser incondicional y es allí cuando falle, y lo hice por omisión y miedo; Omisión al no decir realmente como me sentía, omisión de una relación que por momentos damos por sentado y que luego ya no esta allí, omisión por dejar pasar el tiempo y miedo, miedo de ser rechazado, porque el rechazo muchas veces va mas allá de el clásico “No te quiero” al que muchas veces tememos, miedo al no ser escuchado, miedo al ser apartado, miedo a no ser necesitado, miedo a no ser suficiente en la vida de otro. Así que tome mi miedo y omití todo esto, y me acostumbre, me acostumbre a ser fantasma y espiar cada vez que recordaba asegurándome que todo estuviese bien y alegrándome por una felicidad ajena.Y retomando confianza para acercarme una vez más, dejando mis miedos de lado y ya no seguir omitiendo.

Solo que en un momento ya no todo estaba bien, y tuve miedo de nuevo, pero no solo lo que sentía anteriormente, sino un sentimiento renovado y mas fuerte, con mas preguntas, miedo a ser rechazado, si, pero mi peor miedo es que confundiesen mi amor, mi miedo y mi ayuda por algo mas, algo como la simpatía y la lastima, porque no lo era. Así que omití y tuve miedo otra vez.

Y como Dios ayuda sin estar presente y solo vigilante, entonces lo repetí yo, solo que no soy Dios, y se que no ayude, pero estuve vigilante, y como lo estuve, y aunque no soy Dios creo en el, y rece, y llore, y como llore… Y al fin vi la luz luego de mucha oscuridad, y las cosas mejoraron, pero siempre seguiré siendo un fantasma que solo esta vigilante.

Y así es el amor, y así son las relaciones verdaderas (o que en algún momento lo fueron) te hacen querer y preocuparte hasta el final, sin importar el que, el como ni el cuando.

Y es el amor y las relaciones en los tiempos difíciles, no me refiero nuevamente a las relaciones amorosas románticas, sino a las que perduran, son múltiples e infinitas. La amistad.