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El sol salía resplandeciendo la bella mañana del sábado, colándose entre la ventana de una casa bastante grande. La casa era de madera, brillante, por fuera era de un color verde manzana, el techo era blanco y el verde césped estaba húmedo por el rociado de todas las mañanas.
Un grupo de jovencitas se encontraban en la habitación de la dueña de esta casa durmiendo como animales en granja agrupadas todas juntas.
La primera, Leonarda, mejor denominémosla Leo, se encontraba debajo de todo ese bulto de cuerpos femeninos siendo aplastada por sus amigas, su pelo color negro estaba tapándole toda la cara, su boca abierta, y sus lentes, se encontraban en mitad de la cara.
La segunda, Yeya, se encontraba arriba de Leo, su pijama estaba todo manchado con manchas de Nutella, su pelo rizado color marrón estaba desparramado como si un huracán hubiera pasado por allí, su piel color moreno se encontraba con manchas color Verde, ____ le había echo dibujos pervertidos en el brazo mientras dormía.
La tercera, Nicoletta, se encontraba arriba de todo, durmiendo como un bebe, sin saber que sus amigas anoche le pusieron crema de afeitar en toda la cabeza, cubriendo la mata de pelos rizados castaños de su cabeza.
La cuarta Charlotte, esta tenia más suerte que las demás, se encontraba durmiendo encima del escritorio, la habían puesto allí entre todas, mientras dormía Charlotte puso su dedo gordo en su boca, así como un bebe, chapándolo, su pelo castaño, estaba cubierto por una capa de liquido rosa, que le puso Yeya, su piel clara era iluminada por él sol.
La quinta, ____, la mas desastrosa de todas, con el maquillaje corrido, manchas de Nutella de la guerra entre Yeya y ella, y su pijama cubierto de crema de afeitar por venganza de Nicoletta, se encontraba durmiendo, entre el bulto de cuerpos, siendo aplastada y casi dejándola sin aire.
La sexta, Yani, se encontraba durmiendo encima de la cabeza de Nicoletta, a su alrededor había montones de envoltorios de dulces y chocolates, tenia la boca manchada de comer.

Sonó el despertador, y estas pequeñas princesitas despertaron de sus dulces sueños.

-¡APAGEN ESO!-gruñó Leo, quien se metió mas adentro del bulto-
-Eso, apágalo Yeya-Nicoletta golpeo el brazo de su amiga y tiró de ella-
-¡QUE LO APAGE ____! Es su casa, su despertador-le pellizco una mejilla. La morena se despertó sobresaltada, pensando que lo que le había picado era un bicho.-
-¿Por qué me despertáis a estas horas…?-gruñó sobándose la cabeza, llena de restos de palomitas- solo son las 2:34…
-Demasiado temprano-Yani se acurruco de nuevo en la cabeza de Nicoletta-
-¡Hey me aplastas!-salió como pudo del bulto. Al girarse pudo ver el completo desorden que era aquella habitación.
-¿Estas segura de esto?-preguntó no muy convencida Leo.
-¡Claro!-sonrió convencida ____ -
-¿Pero no quedaremos como malas amigas?-frunció el ceño, todas miraron a Charlotte dormir como un angelito.
-Leo, querida Leo… justamente, las verdaderas amigas, siempre hacen esto-sin más, todas se agruparon a un lado de Charlotte. Cada una cogió el envase en la mano, Yeya tenía Ketchup, Nicoletta tenía nata montada, Leo tenia una pequeña caja con crispis, Yani tenía una bolsa llena de arañas de de plastico, y ____ tenía una pequeña trompeta.
-A la cuenta de tres…-susurró y todas asintieron-
-Uno…-cada una cogió lo que tenía en mano-
-Dos…-apuntaron-
-¡TRES!-____ sonó la trompeta. Las chicas derramaron encima de Charlotte los dulces y los líquidos. La pobre Charlotte despertó traumada, llena de dulces, crema, galletas… y arañas.
-¡QUITAMELA, QUITAMELAAAAAAAAAAA, MALDITOS BICHOS!-salió corriendo por la puerta de la habitación.-
-Yo… creo que se lo ah tomado bastante bien-dijo Yani. Todas asintieron.