Oɴe sнσт: ι’ll вe тнere {Loυιs тoмlιɴsoɴ}

Al día siguiente Louis fue con Abigail, pero la respuesta seguía siendo la misma. Era imposible no notar el cambio de Abigail aunque ella trataba de esconderlo bajo una sonrisa falsa.

Todos los días sin excepción Louis visitaba a la vieja señora Collins y Abigail. Con Matilda se enteraba de los problemas que Abigail tuvo con sus amigos. Y con Abigail no progresaba el asunto, siempre le daba excusas.

─¿Por qué nunca haces exactamente lo que te digo? Te doy demasiado tiempo para limpiar y trato de ser paciente pero tú no haces las cosas más fáciles.

─Perdóname, no se volverá a repetir pero no me sentía muy bien, estaba muy cansada─ decía entre lamentos Abigail desde un rincón.

─Y yo estoy cansado de lo inútil que eres, mis amigos llegaran en una hora y no has comprado las cervezas ni los bocadillos, lo único que tu quieres es ridiculizarme ¿verdad?

─Yo no sabia que ellos vendrían, en seguida voy al mercado.

─¡No!─ grito Dylan, asustando a Abigail. ─Lo hare yo, no quiero que hagas ninguna estupidez.

En cuanto Dylan salió de la casa, sonó el teléfono de la estancia. Abigail se apresuró a contestar podría ser su novio y no quería que le gritara una vez mas.

─¿Si?─ dijo con tono delicado.

─¿Abigail?─ pregunto Louis entre sollozos. ─La… señora Collins… falleció.

Louis solo escucho el llanto de Abigail, para ambos era muy difícil ella fue como una abuela para ellos, Louis le dijo que murió por un paro cardiaco.

─Los médicos intentarón reanimarla, pero no funciono─ dijo Louis con un nudo en la garganta.

─Yo trataré de ir con ustedes ¿esta bien?

Al terminar la llamada tomo un abrigo y se dirigió hasta la casa de los Collins donde pudo divisar como la ambulancia se marchaba. Se adentro a la casa y lo primero que hizo fue abrazar a Louis, la familia Tomlinson y Abigail se quedaron un rato hasta que esta recordó a su novio y se marcho sin decir nada.

Cuando llego a su casa, rezaba por que Dylan no hubiera llegado antes que ella le parecía tonto hacerlo, pero, aun tenia un pequeño gramo de esperanza en su débil cuerpo.

─¿Dónde carajos te habías metido?─ dijo Dylan desde la cocina

─Fui a la casa de los Collins.

─Te dije muy claro que no quería que visitaras al vejestorio ese.

Abigail se acercó a él y por un impulso salvaje que mas tarde lamentaría, le abofeteo lo más fuerte que pudo, después Dylan se quedo inmóvil ante ella e incrédulo por el acto de su novia. Sabia que sus amigos se encontraban el la habitación continua y pudieron escuchar el escandalo, entonces como todo macho, la tomo del cabello con brusquedad y le devolvió el golpe con la fuerza de un hombre enfurecido.

Abigail intentó escapar de la cocina pero su novio le impidió tal cosa, por lo tanto este cerro la puerta, para luego volver a tomarla del cabello y aventarla.

─¡Suéltame, Dylan!─ suplicaba

─No hasta que me pidas perdón─ dijo amenazando con golpearla de nuevo con la mano.

─¡Suéltame!─ repetía, pero sus palabras eran en vano, el no se detendrá hasta escuchar lo que quería.

─Pídeme perdón, maldita zorra─ insistió.

─Perdóname, Dylan, perdóname─ se rindió y su novio la dejo tirada.

─¡Estúpida!─ no tuvo piedad de ella y le pateo en el vientre unas cuantas veces.

Dylan se arregló la camisa y se fue con sus amigos, mientras que Abigail estaba arrinconada llorando, preguntándose como es que la misma mano que le regalo una rosa en su primera cita pudo golpearla de tal manera.


Una semana después del enfrentamiento Dylan se marcharía a pescar un fin de semana con sus amigos. Abigail tenia la oportunidad perfecta para salir de esa relación, sin embargo, pensaba que Dylan tenia la razón, ella tiene la culpa del trato recibido, él la había acogido en su casa cuando todos desaparecieron y esa no era la forma de agradecerle, lo mejor era quedarse con él.

Louis tocó el timbre varias veces hasta que Abigail respondió.

─¿Quería saber si hoy es un buen día para hablar?─ pregunto Louis con cautela.

─Louis, por favor, no creo que sea el mejor momento─ respondió detrás de la puerta.

─Yo solo intento hablar contigo, Abby, somos amigos se supone que estemos juntos en las buenas y en las malas y con lo sucedido creo que nos merecemos un rato para platicar ¿no lo crees?

─¿Cómo que con lo sucedido? ¿De que hablas? ¿Quién te lo ha dicho?─ cuestiono, abriendo de golpe la puerta revelando lo cansada que se veía.

─Abby, ¿de que hablas tu?─ pregunto extrañado.

─Sobre Dylan

─¿Qué tiene que ver él con la señora Collins?

Entonces Abigail cayó en la cuenta que ninguno de los dos hablaban de lo mismo.

─Nada─ contesto.

─Puedes hablar conmigo si lo necesitas, Abby, no soy tonto ¿que te ha pasado?

─Nada, Louis, nada─ dijo Abigail muy seria.

─No me ire de aquí hasta saber la verdad─ dijo retándola.

─¿La verdad de que?

─De todo, todo es tan confuso, nuestra amistad se rompió, ya no hablas con Sarah ni nadie de tus amigos, te fuiste de casa de tu mamá─ dijo angustiado mientras se acercaba mas a ella.

─Louis, yo no tengo la culpa de nada, tu tenias nueva novia, nuevas amistades te olvidaste de mi, me habías prometido que estaríamos juntos y no fue así te largaste y ahora pretendes volver como si nada.

─¿Por qué me reclamas a mi? Yo te ofrecí quedarte conmigo en Londres─ dijo con calma, no quería que se enojara mas.

─¿Y que iba hacer allá?

─Estudiar conmigo, siempre te gusto la música o buscar otra cosa no lo se, en Londres hay demasiadas oportunidades─ sonrio.


Abigail entendió que él no tenia la culpa solo seguía su sueño y le pidió disculpas, y tomo el coraje necesario para decirle que estaba celosa de su novia.
Para Louis eso era como un sueño hecho realidad, en realidad no le confirmo si sentía algo por él, no obstante, él lo veía como un avance.

La confianza renació de esa plática y Abigail se sincero con él contando que, Dylan no era el novio perfecto incluso entre lagrimas le dijo todo lo que había vivido, la privación de ver a su familia y amigos, los golpes, las mentiras, el robo de dinero. Louis no se quedo de brazos cruzados, gritaba y maldecía pero no podía reclamarle ni levantarle la voz a su amiga no se lo merecía y mucho menos en su situación. Juraba que en cuanto lo viera le haría pasar lo mismo que su amiga sufrió, pero esta le pidió que no se acercara a él.

Hizo lo necesario para denunciar a Dylan y una orden de restricción, al poco tiempo también busco ayuda para Abigail.
Para su mala suerte Louis tuvo que volver a la academia en Londres y dejo bajo la responsabilidad de sus padres a Abigail quien debía asistir a un centro de ayuda.