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PELIGROSA OBSESION - DAMIAN MCGINTY Y TU (Adaptada) [1° Parte]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: PELIGROSA OBSESION - DAMIAN MCGINTY Y TU (Adaptada) [1° Parte]
por Evelyn Piña el Vie Jun 29, 2012 2:55 pm
sjhdakjhskJAHSJ
Divisamos como dos chicas llegaban a las risas. Eran Marissa y Lindsay. Los ojos de Sam se iluminaron y su cara de idiota apareció de inmediato.
hahahaha me dio mucha risa en esa parte hahaha sii supiera que asi me mira hahaha bueno no se
owww!! y tambien la pelea por telefono de Lindsay y damian hahaha
Esperé a que se girara a verme, pero no lo hizo.¿Qué diablos le sucede? ¿Qué fue lo que hice para que ni siquiera me dedicara una mirada?
Como que que me hizo??? la pregunta es algo aksjaklsjalkjs
hahahaha
Siguela me encanta la novela..!!!!!
hahahahaha
Damian es un tonto....
hahahahaa
ahorita la sigo
tre kieroo
@Fiore *McGinty*
Re: PELIGROSA OBSESION - DAMIAN MCGINTY Y TU (Adaptada) [1° Parte]
por hiheelii el Vie Jun 29, 2012 9:41 pm
OMG!! he vuelto a comentar, perdon pero el bendito colegio me tenia secuestrada jajajja por dios me encanto la maraton, y los capitulos
me muero Damian loquito, pero me da pena verlo sufrir
i ahora qiero saber con quien se encontroo,, Karofsky otra vez? si es él, no se cansa de tener problemas
amo la novee Fioo seguilaa sii ?
te quieroo loquii
besoos Helii
Heliii...
no te preocupes, te entiendo, la escuela es una maldita...
ahorita mismo la sigo...
te kiero lokitaaa
besotess
@Fiore *McGinty*
Re: PELIGROSA OBSESION - DAMIAN MCGINTY Y TU (Adaptada) [1° Parte]
por D&F el Dom Jul 01, 2012 11:35 am
me encanta tu novela! sigueeeeeeeeeeeeeeeeeeela *.*
Fran!!!!
no estoy segura si eres nueva lectora o no...
asi que igual te doy la bienvenida...
ahorita la sigo :)
@Fiore *McGinty*
Re: PELIGROSA OBSESION - DAMIAN MCGINTY Y TU (Adaptada) [1° Parte]
siiii, soy nueva jajajajajaja, tardé dos días de leer esta novela, es un vicio!
FrancescaMcGintyStyles
Re: PELIGROSA OBSESION - DAMIAN MCGINTY Y TU (Adaptada) [1° Parte]
ayaa...hahahahapor D&F Hoy a las 6:08 pm
siiii, soy nueva jajajajajaja, tardé dos días de leer esta novela, es un vicio!
es una obsesion....hahaha
ahorita subo :)
@Fiore *McGinty*
Re: PELIGROSA OBSESION - DAMIAN MCGINTY Y TU (Adaptada) [1° Parte]
HOLA HERMOSAS!!!!
Perdon por la tardanza...
es he estado ocupada y no pude subir....
pero ahorita subire una mini-maraton de 3 capitulos :)
Toda la mini-maraton es dedicada a mi nueva lectora Fran :)
gracias por sus comentarios y espero que les guste
LAS AMO
MINI-MARATON 1/3
Capitulo 56:
—Te soltaron, Karosfky —le dije.
—No podían tenerme ahí siempre, Mcginty —dijo. Reí por lo bajo y lo miré con diversión.
—¿Te gusto la cárcel? Es un lugar muy parecido a ti —dije.
—Si, puede ser —afirmó y caminó un poco más hacia mí —Ya se la verdad de todo Mcginty, ¿y sabes? No estoy enojado, ni nada de eso. Es más quería pedirte perdón…
—¿Perdón? ¿Por qué?
—Y por como me comporte, yo no quería herir tus sentimientos —dijo con sonrisa irónica. Estaba logrando sacarme de nuevo —Yo actué así porque pensé que tenías algo con ______…
—Y si lo tengo —le dije.
—Ya quisieras —me dijo divertido. Se acercó más y apoyó una de sus manos en mi hombro. Lo miré despectivamente —Conozco perfectamente a ______, de los pies a la cabeza. Conozco su forma de ser, su forma de pensar… Y sé que todo lo que dijo en el juicio fue solo para sacarte de allí. Y lo entiendo, ella haría cualquier cosa por un AMIGO.
—Pues no le parezco muy amigo cuando nos revolcamos —dije despreocupado.
—______ no se acuesta con cualquiera, y mucho menos con tipos como tú. Que tienen más nombres de mujeres en una cama, que un propio motel de mala muerte.
—Ella parece disfrutarlo bastante…
—Como digas Mcginty, ya entendí como es la cosa. Tú estás loquito por ella, ella ni te registra y por eso estas un poco ‘extraño’ últimamente.
—Si no quieres terminar peor que la última vez, mejor cállate —le advertí.
Se alejó de mí y puso sus manos en el aire.
—Tranquilo, tranquilo. Yo no quiero pelea, solo quería aclararte que ya no hace falta que sigas esforzándote por mostrar algo que no sucede…
—Está bien, puede ser que aun no me la haya llevado a la cama. Pero ¿Quién te ha dicho que no lo voy a hacer? Falta menos de lo que imaginas para que eso suceda —dije muy seguro de aquello.
Me miró con ojos venenosos. Él sabía que yo estaba hablando muy enserio.
—Eso lo veremos.
—Si, si lo verás. Cuando ella haya sido mía, vendré a refregártelo en la cara. Tal vez nos grabe, para que veas como lo goza.
—Infeliz… —murmuró.
—Tranquilo Karosfky, no quiero pelear contigo. Solo quiero que dejes de esforzarte para ser un imbécil, te sale muy bien por si solo.
—¿Pasa algo amigo? —me preguntó Cam apareciendo detrás de Karosfky. Del otro lado aparecido Sam.
—No, nada muchachos. Solo intercambiamos opiniones con 'Dave', ¿no es así? —le pregunté.
Me miró fijo y luego se fue sin decir nada.
—¿Qué quería? —preguntó Sam.
—Nada, es solo un pobre imbecil —le dije despreocupado.
Las horas comenzaron a pasar y la actitud de ______ parecía empeorar, ahora no solo no me miraba, ni siquiera me hablaba. Yo de verdad creo que ella quiere acabar conmigo y luego anotarlo como una victoria realizada en su vida.
En esas horas que pasaron mi humor había empeorado, ni siquiera yo mismo podía aguantarme. Mis amigos se acercaron a mí y gruñí frustrado.
—Uuuh, ¿Qué sucede Mcginty? —preguntó Cam.
—No molesten —les advertí, mientras terminaba mi cigarrillo y tiraba la colilla con fuerza.
—Ya se lo que te tiene así —dijo Sam y apoyó una de sus manos sobre mi hombro. Lo miré de reojo, como advirtiéndole que no se pasara de listo —Has perdido tu talento, ¿verdad?
Lo miré realmente sorprendido, como se nota que estos dos me conocen.
—¿Cómo supiste? —dije mientras seguíamos caminando.
—Ni siquiera tu padre logra ponerte de ese humor, cuando no tienes sexo —me aclaró el que ahora es novio.
—Lo que Sam dice tiene sentido —habló Cam —Damian, tú definitivamente eres un ninfomaníaco.
—Eres un sexo-dependiente —agregó Sam.
—No puedes estar mucho tiempo sin ello… te vuelves completamente loco.
—¡Es que no puedo entenderlo! —bramé nervioso —¡No puedo acostarme con ninguna! ¡No me producen nada! ¡Estoy con ellas y… y no… no me excito!
—Pues claro —dijo Sam soltando un suspiro —Tantos años de desenfreno tenían que cobrar su factura.
Fruncí el ceño ante su tonta teoría.
—Apenas tengo 19 años —dije y volví mi vista al frene.
Los tres nos dirigíamos a otro día de clases. Las malditas clases, en la maldita Universidad.
—¿Y hace cuanto no pasas más de un mes sin acostarte con nadie? —me preguntó Cam. Lo miré extrañado y me puse a pensar.
—No… nunca —dije. Los miré consecutivamente —¿Debería ver a un medico?
—Me parece amigo que tu carrera sexual ha llegado a su fin. Debiste pensar un poco antes de usarla tanto —aseguró Cam.
—Claro no debemos ser pesimistas, estamos en el siglo XXI. Existen los tratamientos y diversas cosas para solucionarlo —me alarmó más mi buen amigo.
—Ya Sam, lo estamos asustando. Mira su cara —le dijo Cam divertido —Amigo lo que a ti te pasa es simple y tan claro como el agua.
—¿Qué es? —le pregunté esperanzado de que me diera una respuesta.
—Necesitas un psicólogo —sentenciaron los dos al unísono.
Mi mirada se distrajo por su diminuta figura caminando descaradamente al salón.
—No, no —aseguré y ambos miraron lo que yo miraba —Lo que yo necesito acaba de entrar a ese salón, y me está volviendo completamente loco.
Ambos se miraron entre si y entramos. La divisé sentada al lado de Lindsay. Mi dulce prima me miró y me sonrió, mientras que ella seguía con sin siquiera dirigirme la mirada.
¡No consigo entender que pasó con ella! Ayer estaba todo bien, se quedó a cuidarme… 'éramos muy felices'. Y ahora no somos nada. No dejé de mirarla en ni un solo segundo. Ella parecía no notarlo, pero estoy completamente seguro de que si lo notaba.
Ella estaba muy consiente de que yo la estaba mirando, tiene ese sexto sentido que tiene todas las mujeres. Pero aun así no es capaz de mirarme. ¡No es capaz!
Y yo ya no puedo tolerar su indiferencia, su desprecio y su… forma de ser. Todo lo que me sucede es culpa de ella, absolutamente todo. Yo no puedo acostarme con ninguna otra, porque estoy completamente seguro de que ella me ha tirado algún embrujo o algo parecido…
¡Oh, Mcginty! ¡Escucha lo que estas diciendo! ¿Embrujo? ¿Qué idiotez es esa? Lo único que necesito es acostarme con ______ Levine, sacarme las malditas ganas que le tengo y volver a ser el mismo de antes. Solo eso. Simplemente eso… Todas las tonterías y cursilerías que me dijo Susan el otro día eran totalmente incoherentes y sin sentido.
Yo solo necesito S-E-X-O con ella y asunto arreglado. Primero tengo que arreglar las cosas, pedirle perdón y volver a tomar confianza. Entablar una especie de…
‘amistad’ para luego llevármela a la cama. Pero maldita sea, ¿Cuánto tiempo va a llevarme eso?
—¡Damian! —me llamó Cam sacándome de mis pensamientos. Me giré a verlo.
—¿Qué? —le dije.
—Ya terminó la clase —afirmó mi amigo.
—¿Cómo? —dije y me puse de pie.
Ya nadie estaba en ese salón.
—No —dijo Sam mirándome con cara de preocupación —De verdad ya me estas asustando.
—Bueno, no importa —les dije —Pero vamos, salgamos de este maldito lugar.
El resto del día se me pasó lento y pesado. La indiferencia de ______ cada vez me hacía sentir un poco más impotente.
Perdon por la tardanza...
es he estado ocupada y no pude subir....
pero ahorita subire una mini-maraton de 3 capitulos :)
Toda la mini-maraton es dedicada a mi nueva lectora Fran :)
gracias por sus comentarios y espero que les guste
LAS AMO
MINI-MARATON 1/3
Capitulo 56:
—Te soltaron, Karosfky —le dije.
—No podían tenerme ahí siempre, Mcginty —dijo. Reí por lo bajo y lo miré con diversión.
—¿Te gusto la cárcel? Es un lugar muy parecido a ti —dije.
—Si, puede ser —afirmó y caminó un poco más hacia mí —Ya se la verdad de todo Mcginty, ¿y sabes? No estoy enojado, ni nada de eso. Es más quería pedirte perdón…
—¿Perdón? ¿Por qué?
—Y por como me comporte, yo no quería herir tus sentimientos —dijo con sonrisa irónica. Estaba logrando sacarme de nuevo —Yo actué así porque pensé que tenías algo con ______…
—Y si lo tengo —le dije.
—Ya quisieras —me dijo divertido. Se acercó más y apoyó una de sus manos en mi hombro. Lo miré despectivamente —Conozco perfectamente a ______, de los pies a la cabeza. Conozco su forma de ser, su forma de pensar… Y sé que todo lo que dijo en el juicio fue solo para sacarte de allí. Y lo entiendo, ella haría cualquier cosa por un AMIGO.
—Pues no le parezco muy amigo cuando nos revolcamos —dije despreocupado.
—______ no se acuesta con cualquiera, y mucho menos con tipos como tú. Que tienen más nombres de mujeres en una cama, que un propio motel de mala muerte.
—Ella parece disfrutarlo bastante…
—Como digas Mcginty, ya entendí como es la cosa. Tú estás loquito por ella, ella ni te registra y por eso estas un poco ‘extraño’ últimamente.
—Si no quieres terminar peor que la última vez, mejor cállate —le advertí.
Se alejó de mí y puso sus manos en el aire.
—Tranquilo, tranquilo. Yo no quiero pelea, solo quería aclararte que ya no hace falta que sigas esforzándote por mostrar algo que no sucede…
—Está bien, puede ser que aun no me la haya llevado a la cama. Pero ¿Quién te ha dicho que no lo voy a hacer? Falta menos de lo que imaginas para que eso suceda —dije muy seguro de aquello.
Me miró con ojos venenosos. Él sabía que yo estaba hablando muy enserio.
—Eso lo veremos.
—Si, si lo verás. Cuando ella haya sido mía, vendré a refregártelo en la cara. Tal vez nos grabe, para que veas como lo goza.
—Infeliz… —murmuró.
—Tranquilo Karosfky, no quiero pelear contigo. Solo quiero que dejes de esforzarte para ser un imbécil, te sale muy bien por si solo.
—¿Pasa algo amigo? —me preguntó Cam apareciendo detrás de Karosfky. Del otro lado aparecido Sam.
—No, nada muchachos. Solo intercambiamos opiniones con 'Dave', ¿no es así? —le pregunté.
Me miró fijo y luego se fue sin decir nada.
—¿Qué quería? —preguntó Sam.
—Nada, es solo un pobre imbecil —le dije despreocupado.
Las horas comenzaron a pasar y la actitud de ______ parecía empeorar, ahora no solo no me miraba, ni siquiera me hablaba. Yo de verdad creo que ella quiere acabar conmigo y luego anotarlo como una victoria realizada en su vida.
En esas horas que pasaron mi humor había empeorado, ni siquiera yo mismo podía aguantarme. Mis amigos se acercaron a mí y gruñí frustrado.
—Uuuh, ¿Qué sucede Mcginty? —preguntó Cam.
—No molesten —les advertí, mientras terminaba mi cigarrillo y tiraba la colilla con fuerza.
—Ya se lo que te tiene así —dijo Sam y apoyó una de sus manos sobre mi hombro. Lo miré de reojo, como advirtiéndole que no se pasara de listo —Has perdido tu talento, ¿verdad?
Lo miré realmente sorprendido, como se nota que estos dos me conocen.
—¿Cómo supiste? —dije mientras seguíamos caminando.
—Ni siquiera tu padre logra ponerte de ese humor, cuando no tienes sexo —me aclaró el que ahora es novio.
—Lo que Sam dice tiene sentido —habló Cam —Damian, tú definitivamente eres un ninfomaníaco.
—Eres un sexo-dependiente —agregó Sam.
—No puedes estar mucho tiempo sin ello… te vuelves completamente loco.
—¡Es que no puedo entenderlo! —bramé nervioso —¡No puedo acostarme con ninguna! ¡No me producen nada! ¡Estoy con ellas y… y no… no me excito!
—Pues claro —dijo Sam soltando un suspiro —Tantos años de desenfreno tenían que cobrar su factura.
Fruncí el ceño ante su tonta teoría.
—Apenas tengo 19 años —dije y volví mi vista al frene.
Los tres nos dirigíamos a otro día de clases. Las malditas clases, en la maldita Universidad.
—¿Y hace cuanto no pasas más de un mes sin acostarte con nadie? —me preguntó Cam. Lo miré extrañado y me puse a pensar.
—No… nunca —dije. Los miré consecutivamente —¿Debería ver a un medico?
—Me parece amigo que tu carrera sexual ha llegado a su fin. Debiste pensar un poco antes de usarla tanto —aseguró Cam.
—Claro no debemos ser pesimistas, estamos en el siglo XXI. Existen los tratamientos y diversas cosas para solucionarlo —me alarmó más mi buen amigo.
—Ya Sam, lo estamos asustando. Mira su cara —le dijo Cam divertido —Amigo lo que a ti te pasa es simple y tan claro como el agua.
—¿Qué es? —le pregunté esperanzado de que me diera una respuesta.
—Necesitas un psicólogo —sentenciaron los dos al unísono.
Mi mirada se distrajo por su diminuta figura caminando descaradamente al salón.
—No, no —aseguré y ambos miraron lo que yo miraba —Lo que yo necesito acaba de entrar a ese salón, y me está volviendo completamente loco.
Ambos se miraron entre si y entramos. La divisé sentada al lado de Lindsay. Mi dulce prima me miró y me sonrió, mientras que ella seguía con sin siquiera dirigirme la mirada.
¡No consigo entender que pasó con ella! Ayer estaba todo bien, se quedó a cuidarme… 'éramos muy felices'. Y ahora no somos nada. No dejé de mirarla en ni un solo segundo. Ella parecía no notarlo, pero estoy completamente seguro de que si lo notaba.
Ella estaba muy consiente de que yo la estaba mirando, tiene ese sexto sentido que tiene todas las mujeres. Pero aun así no es capaz de mirarme. ¡No es capaz!
Y yo ya no puedo tolerar su indiferencia, su desprecio y su… forma de ser. Todo lo que me sucede es culpa de ella, absolutamente todo. Yo no puedo acostarme con ninguna otra, porque estoy completamente seguro de que ella me ha tirado algún embrujo o algo parecido…
¡Oh, Mcginty! ¡Escucha lo que estas diciendo! ¿Embrujo? ¿Qué idiotez es esa? Lo único que necesito es acostarme con ______ Levine, sacarme las malditas ganas que le tengo y volver a ser el mismo de antes. Solo eso. Simplemente eso… Todas las tonterías y cursilerías que me dijo Susan el otro día eran totalmente incoherentes y sin sentido.
Yo solo necesito S-E-X-O con ella y asunto arreglado. Primero tengo que arreglar las cosas, pedirle perdón y volver a tomar confianza. Entablar una especie de…
‘amistad’ para luego llevármela a la cama. Pero maldita sea, ¿Cuánto tiempo va a llevarme eso?
—¡Damian! —me llamó Cam sacándome de mis pensamientos. Me giré a verlo.
—¿Qué? —le dije.
—Ya terminó la clase —afirmó mi amigo.
—¿Cómo? —dije y me puse de pie.
Ya nadie estaba en ese salón.
—No —dijo Sam mirándome con cara de preocupación —De verdad ya me estas asustando.
—Bueno, no importa —les dije —Pero vamos, salgamos de este maldito lugar.
El resto del día se me pasó lento y pesado. La indiferencia de ______ cada vez me hacía sentir un poco más impotente.
@Fiore *McGinty*
Re: PELIGROSA OBSESION - DAMIAN MCGINTY Y TU (Adaptada) [1° Parte]
MINI-MARATON 2/3
Capitulo 57:
¡Es que no es posible! ¡Ni siquiera se giró a verme cuando coqueteaba descaradamente delante de ella con alguna de las otras del lugar!
Al parecer de verdad… de verdad ya no le importo ni en lo más mínimo.
Llegué a mi casa y me tiré exhausto en mi lindo sillón. Tomé el control y prendí la tele.
—Conquístala, llevándole música a la puerta de su casa. Estamos completamente seguros de que caerá rendida a tus pies.
No puedo creer que la tele me acabara de decir eso. Era como… una sugerencia. Pero... ¿de donde voy a sacar yo músicos a estas horas y un lunes?
Lindsay se acercó a mí y se sentó a mi lado.
—¿Qué te pasa? —me preguntó.
—No te importa, ocultadora de información —le dije resentido.
—Si lo dices por _______, de verdad te digo que no se que le pasa. Te juro que hoy le pregunte, y me dijo que de verdad ya no quiere tener nada que ver contigo, y que si para hacer eso tendría que dejar de hablarte y mirarte, pues que estaba dispuesta a hacerlo.
—¿Me hablas enserio? —dije sin poder creerlo.
—Eso me dijo ella —aseguró.
—Tengo que irme —dije y me puse de pie —No me esperes despierta…
Corrí hasta el baño duché, me cambié y salí de mi casa lo más rápido que pude. Ya eran las 12 de la noche y si seguía perdiendo mi tiempo iba a llegar más tarde aun.
—¿Están listos? —les pregunté. Todos ellos asintieron. Había estado casi 2 horas buscando músicos y les había ofrecido el doble de lo que cobraban para que vinieran conmigo —Cuando escuchen un regaño, luego de eso… comienzan a tocar.
Todos volvieron a asentir. Los hice subir en el ascensor y nos bajamos en el piso 6.
Yo ya había encontrado la forma de entrar al edificio sin que nadie me abriera con la llave. Eso se llama ser un genio. Les hice un gesto para que se quedaran escondidos del lado de los ascensores, mientras yo iba hacia el loft. Me acomodé bien y respiré profundamente.
Mi plan de arrepentimiento y conquista comenzaba aquí. Toqué el timbre, y luego miré mi reloj. Maldije por lo bajo al darme cuenta de que ya eran las dos de la mañana.
Pero ya estaba jugado, no iba a irme hasta que me atendiera…
Volví a tocar, ya que nadie contestaba. Volví a hacerlo dos veces más.
—¡Ya va, maldita sea! —la escuché gritar desde adentro.
Eso, para nada, pero para nada, es un buen comienzo. La puerta se abrió y su pequeña figura estaba metida dentro de un sexy camisón, le llegaba hasta por apenas arriba de las rodillas. Tenía el pelo todo desordenado y una cara de dormida terrible. Sus ojos se abrieron bien.
—¡Grítame, aviéntame con lo que quieras, golpéame, ódiame, pero ya no me ignores! Me estas acabando —le dije antes de que me pudiera decir algo.
—No puedo creerlo —habló ella —¡Son las dos de la mañana Mcginty, estaba durmiendo! ¿No pudiste decirme esto mañana en la Universidad?
La música comenzó a sonar y ella frunció el ceño. Yo sonreí para mi mismo. Ella clavó sus ojos en mí.
—Te traje música —le hablé. Me miró frustrada.
—A veces de verdad me parece que te esfuerzas en ser intolerable, ¿Acaso lo quieres convertir en un deporte? —me preguntó —Tengo vecinos…
—No lo hice con malas intenciones —me disculpé poniendo mi mejor cara de niño bueno.
Ella soltó un suspiro y me miró.
—Dile a los músicos que se vayan, y entra. Así terminamos enserio con esto —me dijo y entró a su departamento. Me di vuelta e hice mi mejor gesto de ‘victoria’.
Fui hasta donde estaban los muchachos y los despaché, lo más rápido que pude. Volví y subí. La puerta estaba abierta. Entré y ella estaba haciendo algo en su pequeña cocina. Me acerqué y me miró.
—Eres tremendo, ¿sabes? —me dijo. Sonreí levemente.
—Algo tenía que hacer para que me hablaras, ya no… no podía aguantar tu… soberbia.
—¿Mi soberbia? ¿Me estas llamando soberbia? —preguntó clavando su chocolate mirada en mí.
—Si cariño, eres muy, pero muy soberbia…
—Solo con la gente que lo merece, y creo que tú lo mereces —dijo. Se acercó a mí y me entregó un vaso de jugo. La miré y miré el vaso.
—¿No tienes algo más… fuerte?
—¿Alcohol?
—Podría ser —dije.
—No, yo no voy a darte alcohol —me dijo.
—Vamos, no seas miedosa, tomemos un poco… para entrar en confianza.
—Yo no quiero entrar en confianza contigo —me aseguró.
—¿Qué pasó? ¿Qué hice de malo para que hoy me ignoraras completamente? —le pregunté.
Me miró fijo y se alejó de mí, se agachó a buscar algo debajo de una de las mesadas. Me quedó al frente una linda vista de su trasero al estar agachada. Tragué saliva sonoramente… hace tanto, para mi gusto, que no estoy con una. Mucho menos una así, como ella.
—Si, aquí hay algo —dijo y se incorporó.
—¿Qué es?
—Vodka.
—Mmm, amo el vodka.
—Eres un asqueroso y repugnante alcohólico.
—Y con orgullo.
Negó con la cabeza y se acercó a mí para agarrar mi vaso y llenarlo con aquel espeso líquido transparente. Cuando lo llenó, la miré y lo tomé de un trago. Ella me miró bien.
—Por dios, eres un loco —aseguró. Reí por lo bajo y volví a llenar el vaso.
—Deberías probarlo —le dije.
—No, no. Ni loca —me dijo. Alcé el brazo hasta sus ojos y lo acerqué un poco ella —No, no voy a tomar eso…
—Vamos vegetarianita, nada va a pasarte. Además de que esto no viene de ningún animal. No te va a venir nada mal tomar un poco…
Mordió sus labios y miró el vaso, para luego mirarme a mí. Pude leer en sus ojos, el debate que estaba dentro de su cabeza. Se preguntaba porque me había dejado entrar, y porque estaba planteándose tomar aquello. Levantó su mano y tomó el vaso.
Reí divertido al ver la expresión de su cara cuando el líquido entraba en su boca. Lo alejó y un poco de vodka se escurrió por sus labios. Cerró los ojos con fuerza y respiró profundamente.
—Esto… esto es un asco —dijo cuando al fin pudo hablar.
—Claro, como si nunca hubieses tomado alcohol —dije negando con la cabeza levemente.
—Si, si tome alcohol en mi vida… pero nunca esto —me dijo —Es horrible.
—Pero no sabes lo bien que te hace —dije divertido.
Nos sentamos en el sillón frente a la tele y ella la prendió, como queriendo estar con alguien más que conmigo sola en su casa.
La miré y tomé un poco más de la botella para luego pasársela.
—¿Acaso quieres embriagarte? —me preguntó.
—¿Por qué no? —le dije. Ella tomó la botella y bebió un largo trago. Reí cuando lo alejó de ella y volvió a fruncir el ceño —Ya te esta gustando, ¿verdad?
—Es horrible —dijo y rió —Pero… se vuelve… adictivo.
—Como todas las cosas que dan placer —acoté y la miré fijo.
Ella apartó la mirada de mí y dirigió su vista al frente.
—¿Sabes? Nunca te pregunte sobre tu color favorito —me dijo. La miré extrañado.
—¿Quieres saberlo? —le pregunté.
—Si, ¿Por qué no?
—Me gusta mucho el rojo… es un color lindo, fuerte…
—Apasionado —agregó ella y tomó un poco de vodka. Sonreí sin que me viera.
—¿Y tú color favorito?
—No tengo un color favorito… me gustan todos los colores.
—Oh, eres una chica multi-color
Ella rió divertida y la miré divertido.
—Que palabra más tonta…
—Demasiado diría yo —dije sin dejar de reír.
—¿Celtics o Lakers? —me dijo. La miré como si eso fuera obvio.
—Celtics, eso no se pregunta.
—Tenía mis dudas, eres medio extraño…
—¿Enserio lo crees? —ella negó divertida y mordió sus labios.
—Mmm, ¿Qué más puedo preguntarte? Tus defectos, dime tus defectos… No, ya se todos tus defectos. Mejor tus virtudes… No, también las se —dijo divertida.
—Ya se, yo digo tus defectos y virtudes, y tú dices las mías —le dije.
—De acuerdo —me dijo. Asentí y la miré fijo. Era mejor que ella comenzara.
—Comienza tú —dije.
—Bueno, primero diré tus defectos. Eres impulsivo, cínico, irrespetuoso algunas veces, mujeriego, egocéntrico, narcisista, vicioso, ninfomano —dijo todo de corrido y sin respirar. La miré realmente divertido.
—Ahora yo —dije calmando mi risa —Tú eres soberbia, testaruda, terca, mal pensada, irracional y muy, muy vengadora.
—¿Yo soy mal pensada? —dijo sin poder creerlo.
—Muy mal pensada —dije divertido —Ahora di mis virtudes…
Se quedó callada mirándome fijo. Tal vez no quería decir mis virtudes.
—Bueno no tienes muchas virtudes… Bueno si tienes varias virtudes —dijo bajando la mirada.
—Anda, dímelas —le dije queriendo escuchar aquello.
—Tú… tú eres sincero, directo, apasionado, tierno, divertido, inteligente… y eres un chico bastante guapo —dijo despacio y sin mirarme.
—¿Bastante guapo? Yo diría completamente guapo —le dije, ella rió por lo bajo.
—Pero ahora me toca a mí. Resumiendo... tú eres un amor, te podría comer a mordiscos. Pero si de verdad quieres saberlo eres... hermosa, dulce, inteligente, muy inteligente, centrada, con convicciones inamovibles, simpática, divertida. Pero sobre todo, eres la cosa más sexy que yo haya visto jamás…
—Me falto decir que eres muuuuuuy versero —agregó.
—Y tú muy desconfiada —le dije.
—Y tú muy tonto…
—Y tú muy loca…
—¿Quieres pelar?
—Inténtalo —la desafié.
—Tú inténtalo —me dijo mirándome fijamente.
—No, yo te reté primero…
—Me tienes miedo… Cobarde.
—La cobarde eres tú, tú eres la que siempre está huyendo de mí —negó con la cabeza —Si, no te hagas la tonta. Sabes de qué hablo.
—Yo huyo de tu intento de abuso.
—¿Yo quiero abusar de ti?
—Si, si quieres —me dijo.
—Si, si quiero, ¿Y que? —pregunté mirándola fijo.
—Ya basta —dijo —Creo que si seguimos así vamos a terminar por agarrarnos a los golpes.
—¿Para luego reconciliarnos? Yo creo que no tendría ningún problema…
—Damian… —dijo con tono de advertencia.
—¿Qué? Es la verdad cariño, como tú misma dijiste soy muy directo.
—Creo que se tuve que ponerlo como defecto, no como virtud.
—Te encanta que yo sea así, admítelo…
Seguimos hablando mientras sin darnos cuenta tomábamos vodka, como si fuera agua. Siempre se podía hablar con ella de lo que fuera, porque es una mujer inteligente, la cual tiene criterio y decisión. Hasta comenzamos a hablar de fútbol. Tomé la botella y volví a tomar un largo trago.
Ya no quemaba como al principio, y podía decirse que el alcohol en sangre que yo tenía ya era el de un ebrio. _______ no dejaba de reír, hasta cuando estábamos callados reía. Me quitó la botella de la mano.
—Dame eso acá —dijo y bebió haciendo que otra vez se le derramara por los labios. Rió divertida y se limpió la boca —Tengo un secreto para contarte —habló en voz más baja como si alguien pudiera escucharla. Me acerqué un poco más a ella —Pero no se lo digas a nadie…
—Te lo prometo —le dije y tomé un poco más.
—¿Me lo juras?
—Te lo juro cariño —levanté mi mano en forma de juramento.
—Es sobre David —susurró. Reí por lo bajo.
—¿Karosfky?
—Si – dijo asintiendo.
—¿Qué pasa con Karosfky? —le pregunté.
—No era nada bueno en la cama.
Capitulo 57:
¡Es que no es posible! ¡Ni siquiera se giró a verme cuando coqueteaba descaradamente delante de ella con alguna de las otras del lugar!
Al parecer de verdad… de verdad ya no le importo ni en lo más mínimo.
Llegué a mi casa y me tiré exhausto en mi lindo sillón. Tomé el control y prendí la tele.
—Conquístala, llevándole música a la puerta de su casa. Estamos completamente seguros de que caerá rendida a tus pies.
No puedo creer que la tele me acabara de decir eso. Era como… una sugerencia. Pero... ¿de donde voy a sacar yo músicos a estas horas y un lunes?
Lindsay se acercó a mí y se sentó a mi lado.
—¿Qué te pasa? —me preguntó.
—No te importa, ocultadora de información —le dije resentido.
—Si lo dices por _______, de verdad te digo que no se que le pasa. Te juro que hoy le pregunte, y me dijo que de verdad ya no quiere tener nada que ver contigo, y que si para hacer eso tendría que dejar de hablarte y mirarte, pues que estaba dispuesta a hacerlo.
—¿Me hablas enserio? —dije sin poder creerlo.
—Eso me dijo ella —aseguró.
—Tengo que irme —dije y me puse de pie —No me esperes despierta…
Corrí hasta el baño duché, me cambié y salí de mi casa lo más rápido que pude. Ya eran las 12 de la noche y si seguía perdiendo mi tiempo iba a llegar más tarde aun.
—¿Están listos? —les pregunté. Todos ellos asintieron. Había estado casi 2 horas buscando músicos y les había ofrecido el doble de lo que cobraban para que vinieran conmigo —Cuando escuchen un regaño, luego de eso… comienzan a tocar.
Todos volvieron a asentir. Los hice subir en el ascensor y nos bajamos en el piso 6.
Yo ya había encontrado la forma de entrar al edificio sin que nadie me abriera con la llave. Eso se llama ser un genio. Les hice un gesto para que se quedaran escondidos del lado de los ascensores, mientras yo iba hacia el loft. Me acomodé bien y respiré profundamente.
Mi plan de arrepentimiento y conquista comenzaba aquí. Toqué el timbre, y luego miré mi reloj. Maldije por lo bajo al darme cuenta de que ya eran las dos de la mañana.
Pero ya estaba jugado, no iba a irme hasta que me atendiera…
Volví a tocar, ya que nadie contestaba. Volví a hacerlo dos veces más.
—¡Ya va, maldita sea! —la escuché gritar desde adentro.
Eso, para nada, pero para nada, es un buen comienzo. La puerta se abrió y su pequeña figura estaba metida dentro de un sexy camisón, le llegaba hasta por apenas arriba de las rodillas. Tenía el pelo todo desordenado y una cara de dormida terrible. Sus ojos se abrieron bien.
—¡Grítame, aviéntame con lo que quieras, golpéame, ódiame, pero ya no me ignores! Me estas acabando —le dije antes de que me pudiera decir algo.
—No puedo creerlo —habló ella —¡Son las dos de la mañana Mcginty, estaba durmiendo! ¿No pudiste decirme esto mañana en la Universidad?
La música comenzó a sonar y ella frunció el ceño. Yo sonreí para mi mismo. Ella clavó sus ojos en mí.
—Te traje música —le hablé. Me miró frustrada.
—A veces de verdad me parece que te esfuerzas en ser intolerable, ¿Acaso lo quieres convertir en un deporte? —me preguntó —Tengo vecinos…
—No lo hice con malas intenciones —me disculpé poniendo mi mejor cara de niño bueno.
Ella soltó un suspiro y me miró.
—Dile a los músicos que se vayan, y entra. Así terminamos enserio con esto —me dijo y entró a su departamento. Me di vuelta e hice mi mejor gesto de ‘victoria’.
Fui hasta donde estaban los muchachos y los despaché, lo más rápido que pude. Volví y subí. La puerta estaba abierta. Entré y ella estaba haciendo algo en su pequeña cocina. Me acerqué y me miró.
—Eres tremendo, ¿sabes? —me dijo. Sonreí levemente.
—Algo tenía que hacer para que me hablaras, ya no… no podía aguantar tu… soberbia.
—¿Mi soberbia? ¿Me estas llamando soberbia? —preguntó clavando su chocolate mirada en mí.
—Si cariño, eres muy, pero muy soberbia…
—Solo con la gente que lo merece, y creo que tú lo mereces —dijo. Se acercó a mí y me entregó un vaso de jugo. La miré y miré el vaso.
—¿No tienes algo más… fuerte?
—¿Alcohol?
—Podría ser —dije.
—No, yo no voy a darte alcohol —me dijo.
—Vamos, no seas miedosa, tomemos un poco… para entrar en confianza.
—Yo no quiero entrar en confianza contigo —me aseguró.
—¿Qué pasó? ¿Qué hice de malo para que hoy me ignoraras completamente? —le pregunté.
Me miró fijo y se alejó de mí, se agachó a buscar algo debajo de una de las mesadas. Me quedó al frente una linda vista de su trasero al estar agachada. Tragué saliva sonoramente… hace tanto, para mi gusto, que no estoy con una. Mucho menos una así, como ella.
—Si, aquí hay algo —dijo y se incorporó.
—¿Qué es?
—Vodka.
—Mmm, amo el vodka.
—Eres un asqueroso y repugnante alcohólico.
—Y con orgullo.
Negó con la cabeza y se acercó a mí para agarrar mi vaso y llenarlo con aquel espeso líquido transparente. Cuando lo llenó, la miré y lo tomé de un trago. Ella me miró bien.
—Por dios, eres un loco —aseguró. Reí por lo bajo y volví a llenar el vaso.
—Deberías probarlo —le dije.
—No, no. Ni loca —me dijo. Alcé el brazo hasta sus ojos y lo acerqué un poco ella —No, no voy a tomar eso…
—Vamos vegetarianita, nada va a pasarte. Además de que esto no viene de ningún animal. No te va a venir nada mal tomar un poco…
Mordió sus labios y miró el vaso, para luego mirarme a mí. Pude leer en sus ojos, el debate que estaba dentro de su cabeza. Se preguntaba porque me había dejado entrar, y porque estaba planteándose tomar aquello. Levantó su mano y tomó el vaso.
Reí divertido al ver la expresión de su cara cuando el líquido entraba en su boca. Lo alejó y un poco de vodka se escurrió por sus labios. Cerró los ojos con fuerza y respiró profundamente.
—Esto… esto es un asco —dijo cuando al fin pudo hablar.
—Claro, como si nunca hubieses tomado alcohol —dije negando con la cabeza levemente.
—Si, si tome alcohol en mi vida… pero nunca esto —me dijo —Es horrible.
—Pero no sabes lo bien que te hace —dije divertido.
Nos sentamos en el sillón frente a la tele y ella la prendió, como queriendo estar con alguien más que conmigo sola en su casa.
La miré y tomé un poco más de la botella para luego pasársela.
—¿Acaso quieres embriagarte? —me preguntó.
—¿Por qué no? —le dije. Ella tomó la botella y bebió un largo trago. Reí cuando lo alejó de ella y volvió a fruncir el ceño —Ya te esta gustando, ¿verdad?
—Es horrible —dijo y rió —Pero… se vuelve… adictivo.
—Como todas las cosas que dan placer —acoté y la miré fijo.
Ella apartó la mirada de mí y dirigió su vista al frente.
—¿Sabes? Nunca te pregunte sobre tu color favorito —me dijo. La miré extrañado.
—¿Quieres saberlo? —le pregunté.
—Si, ¿Por qué no?
—Me gusta mucho el rojo… es un color lindo, fuerte…
—Apasionado —agregó ella y tomó un poco de vodka. Sonreí sin que me viera.
—¿Y tú color favorito?
—No tengo un color favorito… me gustan todos los colores.
—Oh, eres una chica multi-color
Ella rió divertida y la miré divertido.
—Que palabra más tonta…
—Demasiado diría yo —dije sin dejar de reír.
—¿Celtics o Lakers? —me dijo. La miré como si eso fuera obvio.
—Celtics, eso no se pregunta.
—Tenía mis dudas, eres medio extraño…
—¿Enserio lo crees? —ella negó divertida y mordió sus labios.
—Mmm, ¿Qué más puedo preguntarte? Tus defectos, dime tus defectos… No, ya se todos tus defectos. Mejor tus virtudes… No, también las se —dijo divertida.
—Ya se, yo digo tus defectos y virtudes, y tú dices las mías —le dije.
—De acuerdo —me dijo. Asentí y la miré fijo. Era mejor que ella comenzara.
—Comienza tú —dije.
—Bueno, primero diré tus defectos. Eres impulsivo, cínico, irrespetuoso algunas veces, mujeriego, egocéntrico, narcisista, vicioso, ninfomano —dijo todo de corrido y sin respirar. La miré realmente divertido.
—Ahora yo —dije calmando mi risa —Tú eres soberbia, testaruda, terca, mal pensada, irracional y muy, muy vengadora.
—¿Yo soy mal pensada? —dijo sin poder creerlo.
—Muy mal pensada —dije divertido —Ahora di mis virtudes…
Se quedó callada mirándome fijo. Tal vez no quería decir mis virtudes.
—Bueno no tienes muchas virtudes… Bueno si tienes varias virtudes —dijo bajando la mirada.
—Anda, dímelas —le dije queriendo escuchar aquello.
—Tú… tú eres sincero, directo, apasionado, tierno, divertido, inteligente… y eres un chico bastante guapo —dijo despacio y sin mirarme.
—¿Bastante guapo? Yo diría completamente guapo —le dije, ella rió por lo bajo.
—Pero ahora me toca a mí. Resumiendo... tú eres un amor, te podría comer a mordiscos. Pero si de verdad quieres saberlo eres... hermosa, dulce, inteligente, muy inteligente, centrada, con convicciones inamovibles, simpática, divertida. Pero sobre todo, eres la cosa más sexy que yo haya visto jamás…
—Me falto decir que eres muuuuuuy versero —agregó.
—Y tú muy desconfiada —le dije.
—Y tú muy tonto…
—Y tú muy loca…
—¿Quieres pelar?
—Inténtalo —la desafié.
—Tú inténtalo —me dijo mirándome fijamente.
—No, yo te reté primero…
—Me tienes miedo… Cobarde.
—La cobarde eres tú, tú eres la que siempre está huyendo de mí —negó con la cabeza —Si, no te hagas la tonta. Sabes de qué hablo.
—Yo huyo de tu intento de abuso.
—¿Yo quiero abusar de ti?
—Si, si quieres —me dijo.
—Si, si quiero, ¿Y que? —pregunté mirándola fijo.
—Ya basta —dijo —Creo que si seguimos así vamos a terminar por agarrarnos a los golpes.
—¿Para luego reconciliarnos? Yo creo que no tendría ningún problema…
—Damian… —dijo con tono de advertencia.
—¿Qué? Es la verdad cariño, como tú misma dijiste soy muy directo.
—Creo que se tuve que ponerlo como defecto, no como virtud.
—Te encanta que yo sea así, admítelo…
Seguimos hablando mientras sin darnos cuenta tomábamos vodka, como si fuera agua. Siempre se podía hablar con ella de lo que fuera, porque es una mujer inteligente, la cual tiene criterio y decisión. Hasta comenzamos a hablar de fútbol. Tomé la botella y volví a tomar un largo trago.
Ya no quemaba como al principio, y podía decirse que el alcohol en sangre que yo tenía ya era el de un ebrio. _______ no dejaba de reír, hasta cuando estábamos callados reía. Me quitó la botella de la mano.
—Dame eso acá —dijo y bebió haciendo que otra vez se le derramara por los labios. Rió divertida y se limpió la boca —Tengo un secreto para contarte —habló en voz más baja como si alguien pudiera escucharla. Me acerqué un poco más a ella —Pero no se lo digas a nadie…
—Te lo prometo —le dije y tomé un poco más.
—¿Me lo juras?
—Te lo juro cariño —levanté mi mano en forma de juramento.
—Es sobre David —susurró. Reí por lo bajo.
—¿Karosfky?
—Si – dijo asintiendo.
—¿Qué pasa con Karosfky? —le pregunté.
—No era nada bueno en la cama.
@Fiore *McGinty*
Re: PELIGROSA OBSESION - DAMIAN MCGINTY Y TU (Adaptada) [1° Parte]
MINI-MARATON 3/3
Capitulo 58:
Ella comenzó a reír y yo también me uní a su risa.
—¿Me estas hablando enserio? —le pregunté.
—Muy enserio —dijo divertida —Yo tenía que fingir.
—¿Le fingías?
—Si —dijo y tomó un poco más de vodka para volver a hablar —Sino el pobre iba a sentirse muy mal.
—Ni para darle placer a una mujer es bueno el infeliz —hablé entre risas.
Ella dejó de reír y me miró fijo. Volvió a tomar de la botella, y luego miró la hora en un reloj.
—Son las 3 de la mañana Mcginty, creo que es hora de que te vayas —se puso de pie, pero al instante se tambaleó y cayó sobre mí. Comenzó a reír divertida.
—Creo que no puedes pararte —le dije divertido.
Se incorporó y se sentó derecha sobre mi regazo.
—¿Estas insinuando que estoy ebria? —me preguntó.
—No lo se, tú dime.
—Lo que yo te digo es que…
No pude aguantarme más y me levanté la cabeza para tomar sus labios. Su inmediata respuesta me confundió.
Se acercó más a mí, cuando coloqué una de mis manos alrededor de su cintura. Su lengua se mezclo con la mía y el sabor de su boca era una mezcla paradisíaca de alcohol y su propio sabor. Era dulce, y adictivo.
Llevó sus manos a mi nuca y el beso se volvió más profundo. Como cada vez que la besaba, mis ojos estaban totalmente cerrados y disfrutando de ello como el resto de mí.
Resbalé mis labios por su mentón y bajé a su cuello.
Me sorprendió que ella no se alejara o dijera algo para alejarse. De seguro era el alcohol, el bendito alcohol…
Gimió levemente y eso fue como apretar el acelerador en mí y no sacar el pie de allí.
Desesperado volví a su boca. Mordió suavemente mi labio superior y luego se alejó para mordisquear mi mandíbula, hasta mi oreja.
—Diablos… —musité apenas audible. Ella iba a volverme loco, completamente loco. La alejé de mí y me puse de pie. Ella me miró sorprendida —Estas ebria ______, mejor te llevo a dormir.
Ella se puso de pie y tambaleándose se acercó hasta mí.
—No estoy tan ebria, como para no recordarlo mañana. Pero ni tan sobria, como para dejar que mi orgullo detenga mis actos —dijo algo agitada. Su mirada estaba llena de deseo.
—Estoy tan ebrio como para pasar por alto el que mañana estarás arrepentida, pero tan sobrio y conciente como para hacer que no lo olvides nunca.
—Entonces, hagámoslo cariño —me dijo levantando sus brazos al tiempo que yo me acercaba a ella y la tomaba de la cintura para acercarla de nuevo a mí.
Sus brazos cayeron pesados sobre mis hombros, y se colgó de mí mientras nuestras bocas se fundían en un caliente beso.
Sin dejar de besarnos comencé a caminar a ciegas.
Algunos tropezones, unas risitas de su parte, hasta que chocamos contra una fría mesa de mármol.
______ soltó agitada mis labios, mientras que yo la subía a la mesa justo frente a mí. Abrí sus piernas y paré en medio de ellas. Volví a tomar sus labios, mientras mis manos acarician su cuerpo sobre el fino camisón.
—No sabes, no tienes ni la menor idea de cuanto yo te deseo —le susurré al oído mientras comenzaba a besar su cuello otra vez —Siempre he sido un firme creyente de vivir el momento. En tomar lo que quiero cuando lo deseo. Y ahora mismo, ______, yo te deseo. Quiero saborear cada centímetro de tu cuerpo. Sentir tu respiración sobre mi cuello mientras te hago mía. Explorar con mi lengua cada parte de ti hasta que me ruegues que me detenga.
—No voy a rogarte que te detengas —dijo agitada y divertida —Esta noche, has conmigo lo que quieras. Al diablo con el moralismo…
—Amén —dije y volví a sus labios.
—Amén, amén —musitó apenas audible.
Bajé mis manos hasta el borde de su camisón. Con cuidado acaricie sus muslos y su piel estaba tan caliente como yo este momento por ella.
Sus manos estaban en mi nuca y acariciaban mis cabellos en forma de provocación. Sentí como sus manos resbalaban hacia delante y comenzaban a bajar por mi pecho, mientras nuestras bocas no cesaban. Alejándome apenas para respirar, la acerqué más a mí, logrando más espacio entres sus piernas.
Sin ningún problema la tomé en brazos y la subí sobre abdomen. Sentí como sus piernas se cerraban a mí alrededor. Gruñí levemente al sentir, como desesperada intentaba quitarme la remera de encima.
—Ahí, contra ahí. Así puedo… quitarte esto —habló entre dientes trabajosamente.
Me reí ante su apabullante suplica.
—¿Estas caliente, cariño? —pregunté agitado, mientras caminaba con ella encima hasta una de las paredes que estaba casi vacía.
—¿Tú que crees? —susurró y clavó sus ojos en los míos —Yo también puedo ser una sexo-dependiente como tú, y más si hace tiempo que no lo tengo…
—Juro que voy a encargarme de que lo disfrutes, lo juro…
Gimió cuando la apoyé contra la pared y hundí mis labios en su garganta. Mordisqueé la delicada piel de su cuello, hasta llegar a su oreja.
Su respiración caliente caía sobre mi oreja y nuca. Como había deseado esto, por dios. Yo ya no podía esperar para subir a aquella cama y hacerla mía, como tantas veces quise.
Me moví levemente contra ella, haciendo que se sobresaltara y me apretara con fuerza. Recargando su peso contra la pared, me alejó un poco de ella y con una profunda mirada, se deshizo sin ningún problema de mi remera.
Volvió a acercarse para tomar mi boca. Volví a caminar a ciegas, pero por un mal movimiento, y estar tan inmerso en aquello caímos sobre una mullida alfombra.
Ella quedó sobre mí, pero aun así nuestras bocas no se alejaron ni lo más mínimo. Se alejó de mis labios y comenzó a bajar su boca y lengua por mi cuello, y siguió bajando hasta mi pecho.
—Demonios… —escuché su ahogada voz sobre los músculos de mi abdomen —Estas más bueno que comer un pote de chocolate derretido con el dedo…
Reí entré dientes y me senté para sentarla sobre mí y besar su boca. La tomé de la nuca y la acerqué más a mí, como si eso de verdad fuera posible. Sus firmes pechos estaban apretados contra mi pecho, debajo de ese lindo camisón y cubiertos por un sostén.
Ella tenía una forma tan especial de besar, una forma única y extremadamente caliente. Se alejó apenas de mis labios y abrí mis ojos para mirarla. Ella me miraba fijo…
—No vas a detenerme, ¿verdad? Estoy desesperado, ______. Hace semanas que no lo hago y estoy por volverme loco… loco —le expliqué agitado mientras veía su forma de mirarme.
Sus labios se curvaron levemente, para formar una misteriosa sonrisa.
Tomó una de mis manos y la dirigió a uno de sus pechos. Me hizo recorrer su cuerpo desde allí, hasta la curva de su trasero.
—¿Desesperado? —preguntó. Tragué sonoramente.
—Muy desesperado —le aseguré.
—¿Y que pasó con tus conquistas?
No podía decirle que no había podido acostarme con ninguna de ellas porque siempre que lo estaba por hacer, su rostro me aparecía para atormentarme y alejarme de cada una de ellas.
—Ellas no me excitan —dije.
Su suave mano acarició mi pecho y subió hasta mi hombro. Se acercó un poco más a mí y comenzó a pasar su lengua por el costado de mi mandíbula. Gruñí al sentir el calor de sus piernas alrededor mío.
—¿Yo te excito? —preguntó alejándose un poco.
Ella quería saber aquello, ella necesitaba saberlo.
—No te das una idea de cuanto.
—¿Entonces, qué estas esperando para subir las escaleras y terminar en aquella cama?
—Estaba esperando a que me dieras el permiso —dije con una pequeña sonrisa.
Sin ningún problema me puse de pie con ella encima. Mi cabeza dio vueltas al sentir como se envolvía alrededor mío otra vez. El calor de sus muslos internos, quemaron mi cintura en tanto sentía su humedad contra mi estómago.
Comencé a subir las pequeñas escaleras en forma de caracol que daban a aquel pequeño altillo, que contenía una gran cama, un enorme televisor y el placard en la pared.
Esa era su habitación, y podías obtener vista de ella desde la sala.
Regresando a su boca, mezclé mi lengua con la suya y mordí con cuidado su labio. Susurró algo que no logré entender, pero me dio tanto placer.
Al fin llegamos allí arriba. Mis manos sostenían con firmeza su trasero, para que pudiera mantenerse sobre mí.
—Voy a devorarte, ______ —le dije con voz ronca.
—Esa idea me tiene loca…
—No más que a mí…
Caminé un poco más hasta que mis pasos se vieron interrumpidos por una pared. Ella gimió, cuando por causa de la pared, posé mi hinchada erección contra la parte de ella en la que ya no podía esperar para enterrarme.
—Oh, dios —dijo en un leve gemido. Probé la calidez de su boca y escuché sus susurros de placer. Movió sus manos desde mi nuca, a través de mi espalda, hasta encontrar la bragueta de mi pantalón. Echándome hacia atrás ligeramente, observé su cara.
—Ya no puedo esperar a que lo hagas… Hazlo porque voy a volverme loca —me dijo agitada.
Entonces la bestia que estaba dentro de mí, pareció salir descontrolado. La apreté más contra la pared y la besé profundamente. Casi salvajemente le arranqué la tanga que tenía debajo de ese camisón.
Ese camisón que aun cubría su cuerpo. Pero no quería sacárselo todavía, me gustaba verla con eso puesto. Metí mis manos entre nosotros y terminé de desabrochar los botones que ella ya había empezado…
—Espera, espera —me dijo. La miré fijo —Póntelo primero, sabes de lo que te estoy hablando…
—No se donde está —dije totalmente desesperado.
—No voy a hacerlo, hasta que lo tengas —susurró.
Toqué los bolsillos traseros de mi pantalón y agradecí a dios encontrarlo allí. Ella se rió entre dientes. Se bajó de mí, para que yo pudiera ponérmelo, y mientras yo lo hacia ella acariciaba mis cabellos.
—Tú eres un tramposo y manipulador… Sabías que iba a pasar esto, lo sabías y viniste a… a enloquecerme…
—Shhhhhh —le dije y la volví a alzar.
—Pero…
Y cuando sus piernas se abrieron a mí alrededor, me hundí el ella. Gimió exaltada y se aferro con fuerza a mi espalda.
Me quedé quieto, sintiendo como sus muslos internos me rodeaban más y más. Mi cabeza comenzó a dar vueltas, y vueltas. Mi rostro estaba escondido en su cuello. Subí mis manos por el costado de sus piernas, alzando un poco más su camisón. Comencé a moverme despacio. Ella boqueó y se arqueó hacia mí.
—Oh, ______… —su nombre salió ronco de mi garganta al sentir el placer de estar dentro de ella. Mis ojos se cerraron y gruñí profundamente. Comencé a moverme un poco más, quería sentirla, necesitaba sentirla.
—Damian… —mi nombre salió agitado de sus labios.
Entonces me alejé de su cuello y tomé su boca. Gimió un poco más fuerte que antes y sus manos apretaron mis hombros. Era tan erótico sentirla de esa forma. Ella estaba completamente vestida, y yo solo tenía puestos mis pantalones. Me alejé apenas de su boca para poder respirar.
—Di que deseabas esto tanto como yo —le dije sin dejar de moverme dentro de ella. Alcé una de mis manos y tomé uno de sus pechos, para acariciarlo sobre la ropa.
—Yo… yo lo deseaba tanto —dijo entre dientes.
Sonreí agitado y capturé sus labios de nuevo. De una manera inexplicable me deshice de su camisón, y al instante de su sostén. Ahora estaba al descubierto para mí.
Sus manos se movían suaves por mi espalda, y su respiración caliente caía sobre mi boca. La apreté más contra la pared, haciendo que sus piernas se abrieran un poco más a mí.
Mordió sus labios y cerró sus ojos. Mis caderas no dejaban de empujar en su interior, y no iban a dejar de hacerlo hasta obtener lo que quería de ella. Su boca busco la mía y sus labios tomaron despacio los míos. Me estremecí dentro de ella. Sus manos subieron por mi espalda hasta mi rostro. Acaricio mis mejillas, y secó el sudor de mi frente.
Sus gestos me confundieron, y su forma de tocarme más aun. Se alejó de mis labios y levantó un poco su rostro para besar mi nariz. Mis labios quedaron quietos sobre su
mentón.
—¿Tú solo viniste aquí por placer? —me preguntó agitada.
Capitulo 58:
Ella comenzó a reír y yo también me uní a su risa.
—¿Me estas hablando enserio? —le pregunté.
—Muy enserio —dijo divertida —Yo tenía que fingir.
—¿Le fingías?
—Si —dijo y tomó un poco más de vodka para volver a hablar —Sino el pobre iba a sentirse muy mal.
—Ni para darle placer a una mujer es bueno el infeliz —hablé entre risas.
Ella dejó de reír y me miró fijo. Volvió a tomar de la botella, y luego miró la hora en un reloj.
—Son las 3 de la mañana Mcginty, creo que es hora de que te vayas —se puso de pie, pero al instante se tambaleó y cayó sobre mí. Comenzó a reír divertida.
—Creo que no puedes pararte —le dije divertido.
Se incorporó y se sentó derecha sobre mi regazo.
—¿Estas insinuando que estoy ebria? —me preguntó.
—No lo se, tú dime.
—Lo que yo te digo es que…
No pude aguantarme más y me levanté la cabeza para tomar sus labios. Su inmediata respuesta me confundió.
Se acercó más a mí, cuando coloqué una de mis manos alrededor de su cintura. Su lengua se mezclo con la mía y el sabor de su boca era una mezcla paradisíaca de alcohol y su propio sabor. Era dulce, y adictivo.
Llevó sus manos a mi nuca y el beso se volvió más profundo. Como cada vez que la besaba, mis ojos estaban totalmente cerrados y disfrutando de ello como el resto de mí.
Resbalé mis labios por su mentón y bajé a su cuello.
Me sorprendió que ella no se alejara o dijera algo para alejarse. De seguro era el alcohol, el bendito alcohol…
Gimió levemente y eso fue como apretar el acelerador en mí y no sacar el pie de allí.
Desesperado volví a su boca. Mordió suavemente mi labio superior y luego se alejó para mordisquear mi mandíbula, hasta mi oreja.
—Diablos… —musité apenas audible. Ella iba a volverme loco, completamente loco. La alejé de mí y me puse de pie. Ella me miró sorprendida —Estas ebria ______, mejor te llevo a dormir.
Ella se puso de pie y tambaleándose se acercó hasta mí.
—No estoy tan ebria, como para no recordarlo mañana. Pero ni tan sobria, como para dejar que mi orgullo detenga mis actos —dijo algo agitada. Su mirada estaba llena de deseo.
—Estoy tan ebrio como para pasar por alto el que mañana estarás arrepentida, pero tan sobrio y conciente como para hacer que no lo olvides nunca.
—Entonces, hagámoslo cariño —me dijo levantando sus brazos al tiempo que yo me acercaba a ella y la tomaba de la cintura para acercarla de nuevo a mí.
Sus brazos cayeron pesados sobre mis hombros, y se colgó de mí mientras nuestras bocas se fundían en un caliente beso.
Sin dejar de besarnos comencé a caminar a ciegas.
Algunos tropezones, unas risitas de su parte, hasta que chocamos contra una fría mesa de mármol.
______ soltó agitada mis labios, mientras que yo la subía a la mesa justo frente a mí. Abrí sus piernas y paré en medio de ellas. Volví a tomar sus labios, mientras mis manos acarician su cuerpo sobre el fino camisón.
—No sabes, no tienes ni la menor idea de cuanto yo te deseo —le susurré al oído mientras comenzaba a besar su cuello otra vez —Siempre he sido un firme creyente de vivir el momento. En tomar lo que quiero cuando lo deseo. Y ahora mismo, ______, yo te deseo. Quiero saborear cada centímetro de tu cuerpo. Sentir tu respiración sobre mi cuello mientras te hago mía. Explorar con mi lengua cada parte de ti hasta que me ruegues que me detenga.
—No voy a rogarte que te detengas —dijo agitada y divertida —Esta noche, has conmigo lo que quieras. Al diablo con el moralismo…
—Amén —dije y volví a sus labios.
—Amén, amén —musitó apenas audible.
Bajé mis manos hasta el borde de su camisón. Con cuidado acaricie sus muslos y su piel estaba tan caliente como yo este momento por ella.
Sus manos estaban en mi nuca y acariciaban mis cabellos en forma de provocación. Sentí como sus manos resbalaban hacia delante y comenzaban a bajar por mi pecho, mientras nuestras bocas no cesaban. Alejándome apenas para respirar, la acerqué más a mí, logrando más espacio entres sus piernas.
Sin ningún problema la tomé en brazos y la subí sobre abdomen. Sentí como sus piernas se cerraban a mí alrededor. Gruñí levemente al sentir, como desesperada intentaba quitarme la remera de encima.
—Ahí, contra ahí. Así puedo… quitarte esto —habló entre dientes trabajosamente.
Me reí ante su apabullante suplica.
—¿Estas caliente, cariño? —pregunté agitado, mientras caminaba con ella encima hasta una de las paredes que estaba casi vacía.
—¿Tú que crees? —susurró y clavó sus ojos en los míos —Yo también puedo ser una sexo-dependiente como tú, y más si hace tiempo que no lo tengo…
—Juro que voy a encargarme de que lo disfrutes, lo juro…
Gimió cuando la apoyé contra la pared y hundí mis labios en su garganta. Mordisqueé la delicada piel de su cuello, hasta llegar a su oreja.
Su respiración caliente caía sobre mi oreja y nuca. Como había deseado esto, por dios. Yo ya no podía esperar para subir a aquella cama y hacerla mía, como tantas veces quise.
Me moví levemente contra ella, haciendo que se sobresaltara y me apretara con fuerza. Recargando su peso contra la pared, me alejó un poco de ella y con una profunda mirada, se deshizo sin ningún problema de mi remera.
Volvió a acercarse para tomar mi boca. Volví a caminar a ciegas, pero por un mal movimiento, y estar tan inmerso en aquello caímos sobre una mullida alfombra.
Ella quedó sobre mí, pero aun así nuestras bocas no se alejaron ni lo más mínimo. Se alejó de mis labios y comenzó a bajar su boca y lengua por mi cuello, y siguió bajando hasta mi pecho.
—Demonios… —escuché su ahogada voz sobre los músculos de mi abdomen —Estas más bueno que comer un pote de chocolate derretido con el dedo…
Reí entré dientes y me senté para sentarla sobre mí y besar su boca. La tomé de la nuca y la acerqué más a mí, como si eso de verdad fuera posible. Sus firmes pechos estaban apretados contra mi pecho, debajo de ese lindo camisón y cubiertos por un sostén.
Ella tenía una forma tan especial de besar, una forma única y extremadamente caliente. Se alejó apenas de mis labios y abrí mis ojos para mirarla. Ella me miraba fijo…
—No vas a detenerme, ¿verdad? Estoy desesperado, ______. Hace semanas que no lo hago y estoy por volverme loco… loco —le expliqué agitado mientras veía su forma de mirarme.
Sus labios se curvaron levemente, para formar una misteriosa sonrisa.
Tomó una de mis manos y la dirigió a uno de sus pechos. Me hizo recorrer su cuerpo desde allí, hasta la curva de su trasero.
—¿Desesperado? —preguntó. Tragué sonoramente.
—Muy desesperado —le aseguré.
—¿Y que pasó con tus conquistas?
No podía decirle que no había podido acostarme con ninguna de ellas porque siempre que lo estaba por hacer, su rostro me aparecía para atormentarme y alejarme de cada una de ellas.
—Ellas no me excitan —dije.
Su suave mano acarició mi pecho y subió hasta mi hombro. Se acercó un poco más a mí y comenzó a pasar su lengua por el costado de mi mandíbula. Gruñí al sentir el calor de sus piernas alrededor mío.
—¿Yo te excito? —preguntó alejándose un poco.
Ella quería saber aquello, ella necesitaba saberlo.
—No te das una idea de cuanto.
—¿Entonces, qué estas esperando para subir las escaleras y terminar en aquella cama?
—Estaba esperando a que me dieras el permiso —dije con una pequeña sonrisa.
Sin ningún problema me puse de pie con ella encima. Mi cabeza dio vueltas al sentir como se envolvía alrededor mío otra vez. El calor de sus muslos internos, quemaron mi cintura en tanto sentía su humedad contra mi estómago.
Comencé a subir las pequeñas escaleras en forma de caracol que daban a aquel pequeño altillo, que contenía una gran cama, un enorme televisor y el placard en la pared.
Esa era su habitación, y podías obtener vista de ella desde la sala.
Regresando a su boca, mezclé mi lengua con la suya y mordí con cuidado su labio. Susurró algo que no logré entender, pero me dio tanto placer.
Al fin llegamos allí arriba. Mis manos sostenían con firmeza su trasero, para que pudiera mantenerse sobre mí.
—Voy a devorarte, ______ —le dije con voz ronca.
—Esa idea me tiene loca…
—No más que a mí…
Caminé un poco más hasta que mis pasos se vieron interrumpidos por una pared. Ella gimió, cuando por causa de la pared, posé mi hinchada erección contra la parte de ella en la que ya no podía esperar para enterrarme.
—Oh, dios —dijo en un leve gemido. Probé la calidez de su boca y escuché sus susurros de placer. Movió sus manos desde mi nuca, a través de mi espalda, hasta encontrar la bragueta de mi pantalón. Echándome hacia atrás ligeramente, observé su cara.
—Ya no puedo esperar a que lo hagas… Hazlo porque voy a volverme loca —me dijo agitada.
Entonces la bestia que estaba dentro de mí, pareció salir descontrolado. La apreté más contra la pared y la besé profundamente. Casi salvajemente le arranqué la tanga que tenía debajo de ese camisón.
Ese camisón que aun cubría su cuerpo. Pero no quería sacárselo todavía, me gustaba verla con eso puesto. Metí mis manos entre nosotros y terminé de desabrochar los botones que ella ya había empezado…
—Espera, espera —me dijo. La miré fijo —Póntelo primero, sabes de lo que te estoy hablando…
—No se donde está —dije totalmente desesperado.
—No voy a hacerlo, hasta que lo tengas —susurró.
Toqué los bolsillos traseros de mi pantalón y agradecí a dios encontrarlo allí. Ella se rió entre dientes. Se bajó de mí, para que yo pudiera ponérmelo, y mientras yo lo hacia ella acariciaba mis cabellos.
—Tú eres un tramposo y manipulador… Sabías que iba a pasar esto, lo sabías y viniste a… a enloquecerme…
—Shhhhhh —le dije y la volví a alzar.
—Pero…
Y cuando sus piernas se abrieron a mí alrededor, me hundí el ella. Gimió exaltada y se aferro con fuerza a mi espalda.
Me quedé quieto, sintiendo como sus muslos internos me rodeaban más y más. Mi cabeza comenzó a dar vueltas, y vueltas. Mi rostro estaba escondido en su cuello. Subí mis manos por el costado de sus piernas, alzando un poco más su camisón. Comencé a moverme despacio. Ella boqueó y se arqueó hacia mí.
—Oh, ______… —su nombre salió ronco de mi garganta al sentir el placer de estar dentro de ella. Mis ojos se cerraron y gruñí profundamente. Comencé a moverme un poco más, quería sentirla, necesitaba sentirla.
—Damian… —mi nombre salió agitado de sus labios.
Entonces me alejé de su cuello y tomé su boca. Gimió un poco más fuerte que antes y sus manos apretaron mis hombros. Era tan erótico sentirla de esa forma. Ella estaba completamente vestida, y yo solo tenía puestos mis pantalones. Me alejé apenas de su boca para poder respirar.
—Di que deseabas esto tanto como yo —le dije sin dejar de moverme dentro de ella. Alcé una de mis manos y tomé uno de sus pechos, para acariciarlo sobre la ropa.
—Yo… yo lo deseaba tanto —dijo entre dientes.
Sonreí agitado y capturé sus labios de nuevo. De una manera inexplicable me deshice de su camisón, y al instante de su sostén. Ahora estaba al descubierto para mí.
Sus manos se movían suaves por mi espalda, y su respiración caliente caía sobre mi boca. La apreté más contra la pared, haciendo que sus piernas se abrieran un poco más a mí.
Mordió sus labios y cerró sus ojos. Mis caderas no dejaban de empujar en su interior, y no iban a dejar de hacerlo hasta obtener lo que quería de ella. Su boca busco la mía y sus labios tomaron despacio los míos. Me estremecí dentro de ella. Sus manos subieron por mi espalda hasta mi rostro. Acaricio mis mejillas, y secó el sudor de mi frente.
Sus gestos me confundieron, y su forma de tocarme más aun. Se alejó de mis labios y levantó un poco su rostro para besar mi nariz. Mis labios quedaron quietos sobre su
mentón.
—¿Tú solo viniste aquí por placer? —me preguntó agitada.
@Fiore *McGinty*
Re: PELIGROSA OBSESION - DAMIAN MCGINTY Y TU (Adaptada) [1° Parte]
Bueno lindas!!!
La mini-maraton termino...
espero que les haya gustado :)
LAS AMO
La mini-maraton termino...
espero que les haya gustado :)
LAS AMO
@Fiore *McGinty*
Re: PELIGROSA OBSESION - DAMIAN MCGINTY Y TU (Adaptada) [1° Parte]
OH DIOS MIO! morí con la maratóoooooooooooon! GRACIAS FIIO!
FrancescaMcGintyStyles
Re: PELIGROSA OBSESION - DAMIAN MCGINTY Y TU (Adaptada) [1° Parte]
ohh mi dioss!! deci que no Damian porque sino se te pudre toodo jajaj
dios me encanto la maraton Fioo,
lindaaa seguilaa sii ?
te quieroo loquii
un besoo Helii
dios me encanto la maraton Fioo,
lindaaa seguilaa sii ?
te quieroo loquii
un besoo Helii
hiheelii
Re: PELIGROSA OBSESION - DAMIAN MCGINTY Y TU (Adaptada) [1° Parte]
Jajaja y todo gracias a la tele, le debo una :P
Ojalá que la respuesta no sea "si" porque lo saco a patadas de mi casa y ahí si no vuelve mas NO VUELVE MAS (si en el futuro me llegaran a decir eso en la vida real, agarro un cuchillo y lo castro(? bueno no tanto pero me re enojaría ¬¬)
Buenisima la maratón fiore! (:
(mañana leo tus otras novelas, ahorame voy a dormir, mañana tengo prueba y no estudié :P)
SEGUILA FIORE!
Besotes hermosa, te quiero muuchoo (:
Ojalá que la respuesta no sea "si" porque lo saco a patadas de mi casa y ahí si no vuelve mas NO VUELVE MAS (si en el futuro me llegaran a decir eso en la vida real, agarro un cuchillo y lo castro(? bueno no tanto pero me re enojaría ¬¬)
Buenisima la maratón fiore! (:
(mañana leo tus otras novelas, ahorame voy a dormir, mañana tengo prueba y no estudié :P)
SEGUILA FIORE!
Besotes hermosa, te quiero muuchoo (:
FatiM
Re: PELIGROSA OBSESION - DAMIAN MCGINTY Y TU (Adaptada) [1° Parte]
OH MY GOOOD!!!!
crees que mi comentario sea
algo sucio si digo que tu maraton
me dejo con ganas de mas!!??
me gusto tanto que volvere a leer
esa parte...DIOS SI SOY SUCIA!!
FatiM yo te apoyo, si un chico me dijera
que SI yo si lo castraria, pero si es Damian
lo dejaria pasar porque amo asu amiguito
siguela FIO!!!!
PD:Necesito confesarme con un padre
por lujuriosa!!!!!
crees que mi comentario sea
algo sucio si digo que tu maraton
me dejo con ganas de mas!!??
me gusto tanto que volvere a leer
esa parte...DIOS SI SOY SUCIA!!
FatiM yo te apoyo, si un chico me dijera
que SI yo si lo castraria, pero si es Damian
lo dejaria pasar porque amo asu amiguito
siguela FIO!!!!
PD:Necesito confesarme con un padre
por lujuriosa!!!!!
annap
Re: PELIGROSA OBSESION - DAMIAN MCGINTY Y TU (Adaptada) [1° Parte]
Jajajajaja completamente de acuerdo anna! ok, comentarios perversos :$
FatiM
Re: PELIGROSA OBSESION - DAMIAN MCGINTY Y TU (Adaptada) [1° Parte]
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH :$
Al fin :$
No lo puedo creer, pense que no iba a pasar jajajja
DECI QUE NO PORQUE SINO TE DEJO ESTERIL, MIERDA
laihdloahsodiaksd lo hice con Damian :$ (ok, perversion)
Seguila hermosa!
Me encantaaaa
Al fin :$
No lo puedo creer, pense que no iba a pasar jajajja
DECI QUE NO PORQUE SINO TE DEJO ESTERIL, MIERDA
laihdloahsodiaksd lo hice con Damian :$ (ok, perversion)
Seguila hermosa!
Me encantaaaa
#Biaan
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