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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
"Química Perfecta"- (Nick y Tu) - TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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"Química Perfecta"- (Nick y Tu) - TERMINADA
Nove: Química Perfecta
Adaptación: Si
Autor: Simone Elkeles
Genero: Drama y Romance
Advertencias: No creo todo es moderado
Otras páginas: No
Argumento
Los chicos del instituto Fairfield, en los suburbios de Chicago, saben que las bandas de South Side y North Side no son precisamente elementos compatibles.. De modo que cuando la líder de las animadoras _________ Ellis y el pandillero Nick Jonas se ven obligados a trabajar como compañeros de laboratorio en clase de química, los resultados prometen ser explosivos..
Pero ninguno de los dos adolescentes esta preparado para la reacción química mas sorprendente de todas: el AMOR.... ¿ Podrán romper con los prejuicios y estereotipos que amenazan con separarlos?
Espero que les guste para poder seguirla si?
Adaptación: Si
Autor: Simone Elkeles
Genero: Drama y Romance
Advertencias: No creo todo es moderado
Otras páginas: No
Argumento
Los chicos del instituto Fairfield, en los suburbios de Chicago, saben que las bandas de South Side y North Side no son precisamente elementos compatibles.. De modo que cuando la líder de las animadoras _________ Ellis y el pandillero Nick Jonas se ven obligados a trabajar como compañeros de laboratorio en clase de química, los resultados prometen ser explosivos..
Pero ninguno de los dos adolescentes esta preparado para la reacción química mas sorprendente de todas: el AMOR.... ¿ Podrán romper con los prejuicios y estereotipos que amenazan con separarlos?
Espero que les guste para poder seguirla si?
Última edición por Mire el Sáb 11 Ago 2012, 1:03 am, editado 3 veces
Mire
Re: "Química Perfecta"- (Nick y Tu) - TERMINADA
Nueva Lectora!*
Promete que estara genial tu novela, ya quiero leer el primer cap!
SIGUELA
Promete que estara genial tu novela, ya quiero leer el primer cap!
SIGUELA
.Lu' Anne Lovegood.
Re: "Química Perfecta"- (Nick y Tu) - TERMINADA
†LalalandJonas† escribió:Nueva Lectora!*
Promete que estara genial tu novela, ya quiero leer el primer cap!
SIGUELA
Gracias LalalandJonas sabes por ti voy a subir el primer capitulo porque nadie mas a comentado la nove...pero bueno soy nueva en esto asi que espero que mas gente la lea, espero que te guste el capitulo!
Mire
Re: "Química Perfecta"- (Nick y Tu) - TERMINADA
Mire escribió:†LalalandJonas† escribió:Nueva Lectora!*
Promete que estara genial tu novela, ya quiero leer el primer cap!
SIGUELA
Gracias LalalandJonas sabes por ti voy a subir el primer capitulo porque nadie mas a comentado la nove...pero bueno soy nueva en esto asi que espero que mas gente la lea, espero que te guste el capitulo!
Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii *_* thanks & ya veras que tu nove sera un exito!
XOXO :(L):
.Lu' Anne Lovegood.
Re: "Química Perfecta"- (Nick y Tu) - TERMINADA
Capitulo 1 __________________
Todo el mundo sabe que soy perfecta...Mi vida es perfecta, la ropa que visto es perfecta e incluso mi familia es perfecta...Y me he dejado la piel en guardar apariencias y hacer que los demás lo crean así, aunque todo sea una farsa...Esta imagen de ensueños se desvanecería si saliese la verdad a la luz. Estoy en pie frente al espejo del cuarto de baño, mientras la música suena a todo volumen, y por tercera ves tengo que borrar la raya torcida que he trazado en el parpado.. Me tiemblan las manos maldita sea, el comienzo del ultimo curso del instituto y el reencuentro con mi novio después de un verano separados no son motivos para angustiarme de esta manera, pero hoy me he levantado con el pie izquierdo. Primero el rizador de pelo ha empezado a echar humo antes de dejar de funcionar. Luego se me ha caído el botón de mi blusa favorita..Y ahora el lápiz de ojos parece haber cobrado vida..Si pudiera elegir, me quedaría en la cama todo el día comiendo galletas de chocolate recién horneadas
- Brit baja-grita mi madre desde el vestíbulo sin que apenas pueda oírla. Mi primer impulso es no hacerle caso, pero eso no me ha traído otra cosa que discusiones, dolores de cabeza y mas gritos..
--Ahora mismo bajo- respondo esperando que el lápiz de ojos me de tregua y pueda acabar por fin. Tras conseguirlo, lanzo el lápiz de ojos al armario y compruebo mis aspecto hasta tres veces, acto seguido apago el equipo de música y bajo corriendo al vestíbulo.
Mi madre me espera al final de nuestra esplendida escalera para estudiar mi atuendo. Me pongo recta. Lo se, lo se tengo 18 años y no me tiene que importar lo que opine mi madre de mi, pero no sabes lo que es vivir en casa de los Ellis. Mi madre tiene ansiedad, y no es el tipo de ansiedad que se pueda controlar fácilmente con la ingesta de algunas pastillas, y cuando ella se estresa, todos los que estamos a su alrededor sufrimos las consecuencias. Creo que esa es la razón por la que mi padre se marcha a trabajar antes de que despierte, para no tener que lidiar con..Bueno con ella.
-Los pantalones son horribles, pero me encanta el cinturón- confiesa señalando ambas prendas con el dedo índice- Y ese ruido al que llamas música me estaba provocando jaqueca, menos mal que la has apagado.
- Buenos días a ti también mama-respondo antes de bajar los últimos escalones y darle un beso en la mejilla.
El olor de su perfume es tan fuerte que me cuesta respirar cuando me acerco a ella, lleva un vestido de Ralf Lauren de tenis que le hace parecer una ricachona. Pero, nadie se atrevería a señalarla con el dedo y criticar de su vestimenta.
- Te he comprado uno de esos bollos que tanto te gustan para tu primer día de instituto-añade tras mostrar a bolsa que escondía tras su espalda.
No gracias-contesto echando un vistazo a mi alrededor buscando a mi hermana-¿Dónde esta Shelley?
- En la cocina
- ¿Ha llegado ya su nueva cuidadora?
- Se llama Baghda, y no, no llega hasta dentro de una hora.
- ¿Le has dicho que la lana le provoca alergia? ¿Y que le jalara el pelo apenas se despiste?-Mi hermana no soporta la sensación de la lana al contacto de la piel y suele hacérselo saber a los demás mediante pistas no verbales. Ahora le ha dado por jalar el pelo a los demás, y ya ha causado algún que otro desastre. Los desastres en mi casa son tan frecuentes como los accidentes de tráfico, asi que es de vital importancia evitarlo.
-Si y si. Le he soltado un buen sermón a tu hermana esta mañana, Brittany. Si sigue dando guerra, llegara un día en que no haya cuidadoras dispuestas a encargarse de ella.
Me dirijo a la cocina. No me apetece escuchar una y otra vez de los arrebatos de ira de Selley. Mi hermana esta sentada en la mesa, en su silla de ruedas, intentando comerse su comida triturada, porque aunque tenga 20 años, sus limitaciones físicas no le permiten masticar y tragar como el resto de la gente. Como de costumbre, se ha manchado de comida la barbilla, los labios y las mejillas.
-Oye Shelley-digo inclinándome hacia ella y limpiándole la cara con una servilleta- Es mi primer día de clase, deséame suerte.
Mi hermana extiende una sonrisa ladeada. Me encanta cuando sonríe.
-¿Quieres que te de un abrazo?-le pregunto, aunque conozco la respuesta de antemano.
El medico nos dice que cuanto mas interactuemos con Shelley, mejor se sentirá.
Mi hermana asiente. La estrecho entre mis brazos procurando que no pueda alcanzarme el pelo con las manos.
Cuando me incorporo, mi madre suelta un grito ahogado. Para mí, es como el silbato del árbitro que detiene el curso de mi vida.
-Brit no puedes ir al instituto asi
-¿Asi como?
-Mírate la camiseta-insiste negando con la cabeza y dejando sacar un suspiro de desesperación.
Bajo la mirada y veo una enorme mancha húmeda en mi camiseta de Calvin Klein...ups...La baba de Shelley.
Un simple vistazo a la fatigosa expresión de mi hermana me dice lo que no puede expresarlo con palabras.
-No pasa nada-digo, aunque en el fondo creo que ha arruinado mi aspecto perfecto.
Mi madre humedece una toallita de papel en el fregadero y frota la mancha a conciencia, con una expresión ceñuda. Me hace sentir como si tuviera 2 años.
-Sube a tu cuarto y cámbiate.
-Mama, solo es melocotón-digo caminando con pies de plomo para que mi respuesta no desencadene un autentico combate a gritos. Lo único que quiero es que mi hermana se sienta peor.
-Es una mancha de melocotón. No querrás que la gente piense que has descuidado tu aspecto.
-Vale-cedo. Ojala este fuera uno de los días buenos de mi madre, de esos en los que no me fastidia por tonterías.
Le doy un beso a mi hermana en la coronilla para que no piense que me he enfadado con ella por mancharme con baba.
-Te veo después de clase-digo intentando mantener el entusiasmo matinal.
Subo los escalones de dos en dos. Cuando llego a mi habitación, miro el reloj…Oh no. Son las 7:30.Mi mejor amiga, Sierra, se va a poner como loca si llego tarde a recogerla.
Espero que les guste :D
Todo el mundo sabe que soy perfecta...Mi vida es perfecta, la ropa que visto es perfecta e incluso mi familia es perfecta...Y me he dejado la piel en guardar apariencias y hacer que los demás lo crean así, aunque todo sea una farsa...Esta imagen de ensueños se desvanecería si saliese la verdad a la luz. Estoy en pie frente al espejo del cuarto de baño, mientras la música suena a todo volumen, y por tercera ves tengo que borrar la raya torcida que he trazado en el parpado.. Me tiemblan las manos maldita sea, el comienzo del ultimo curso del instituto y el reencuentro con mi novio después de un verano separados no son motivos para angustiarme de esta manera, pero hoy me he levantado con el pie izquierdo. Primero el rizador de pelo ha empezado a echar humo antes de dejar de funcionar. Luego se me ha caído el botón de mi blusa favorita..Y ahora el lápiz de ojos parece haber cobrado vida..Si pudiera elegir, me quedaría en la cama todo el día comiendo galletas de chocolate recién horneadas
- Brit baja-grita mi madre desde el vestíbulo sin que apenas pueda oírla. Mi primer impulso es no hacerle caso, pero eso no me ha traído otra cosa que discusiones, dolores de cabeza y mas gritos..
--Ahora mismo bajo- respondo esperando que el lápiz de ojos me de tregua y pueda acabar por fin. Tras conseguirlo, lanzo el lápiz de ojos al armario y compruebo mis aspecto hasta tres veces, acto seguido apago el equipo de música y bajo corriendo al vestíbulo.
Mi madre me espera al final de nuestra esplendida escalera para estudiar mi atuendo. Me pongo recta. Lo se, lo se tengo 18 años y no me tiene que importar lo que opine mi madre de mi, pero no sabes lo que es vivir en casa de los Ellis. Mi madre tiene ansiedad, y no es el tipo de ansiedad que se pueda controlar fácilmente con la ingesta de algunas pastillas, y cuando ella se estresa, todos los que estamos a su alrededor sufrimos las consecuencias. Creo que esa es la razón por la que mi padre se marcha a trabajar antes de que despierte, para no tener que lidiar con..Bueno con ella.
-Los pantalones son horribles, pero me encanta el cinturón- confiesa señalando ambas prendas con el dedo índice- Y ese ruido al que llamas música me estaba provocando jaqueca, menos mal que la has apagado.
- Buenos días a ti también mama-respondo antes de bajar los últimos escalones y darle un beso en la mejilla.
El olor de su perfume es tan fuerte que me cuesta respirar cuando me acerco a ella, lleva un vestido de Ralf Lauren de tenis que le hace parecer una ricachona. Pero, nadie se atrevería a señalarla con el dedo y criticar de su vestimenta.
- Te he comprado uno de esos bollos que tanto te gustan para tu primer día de instituto-añade tras mostrar a bolsa que escondía tras su espalda.
No gracias-contesto echando un vistazo a mi alrededor buscando a mi hermana-¿Dónde esta Shelley?
- En la cocina
- ¿Ha llegado ya su nueva cuidadora?
- Se llama Baghda, y no, no llega hasta dentro de una hora.
- ¿Le has dicho que la lana le provoca alergia? ¿Y que le jalara el pelo apenas se despiste?-Mi hermana no soporta la sensación de la lana al contacto de la piel y suele hacérselo saber a los demás mediante pistas no verbales. Ahora le ha dado por jalar el pelo a los demás, y ya ha causado algún que otro desastre. Los desastres en mi casa son tan frecuentes como los accidentes de tráfico, asi que es de vital importancia evitarlo.
-Si y si. Le he soltado un buen sermón a tu hermana esta mañana, Brittany. Si sigue dando guerra, llegara un día en que no haya cuidadoras dispuestas a encargarse de ella.
Me dirijo a la cocina. No me apetece escuchar una y otra vez de los arrebatos de ira de Selley. Mi hermana esta sentada en la mesa, en su silla de ruedas, intentando comerse su comida triturada, porque aunque tenga 20 años, sus limitaciones físicas no le permiten masticar y tragar como el resto de la gente. Como de costumbre, se ha manchado de comida la barbilla, los labios y las mejillas.
-Oye Shelley-digo inclinándome hacia ella y limpiándole la cara con una servilleta- Es mi primer día de clase, deséame suerte.
Mi hermana extiende una sonrisa ladeada. Me encanta cuando sonríe.
-¿Quieres que te de un abrazo?-le pregunto, aunque conozco la respuesta de antemano.
El medico nos dice que cuanto mas interactuemos con Shelley, mejor se sentirá.
Mi hermana asiente. La estrecho entre mis brazos procurando que no pueda alcanzarme el pelo con las manos.
Cuando me incorporo, mi madre suelta un grito ahogado. Para mí, es como el silbato del árbitro que detiene el curso de mi vida.
-Brit no puedes ir al instituto asi
-¿Asi como?
-Mírate la camiseta-insiste negando con la cabeza y dejando sacar un suspiro de desesperación.
Bajo la mirada y veo una enorme mancha húmeda en mi camiseta de Calvin Klein...ups...La baba de Shelley.
Un simple vistazo a la fatigosa expresión de mi hermana me dice lo que no puede expresarlo con palabras.
-No pasa nada-digo, aunque en el fondo creo que ha arruinado mi aspecto perfecto.
Mi madre humedece una toallita de papel en el fregadero y frota la mancha a conciencia, con una expresión ceñuda. Me hace sentir como si tuviera 2 años.
-Sube a tu cuarto y cámbiate.
-Mama, solo es melocotón-digo caminando con pies de plomo para que mi respuesta no desencadene un autentico combate a gritos. Lo único que quiero es que mi hermana se sienta peor.
-Es una mancha de melocotón. No querrás que la gente piense que has descuidado tu aspecto.
-Vale-cedo. Ojala este fuera uno de los días buenos de mi madre, de esos en los que no me fastidia por tonterías.
Le doy un beso a mi hermana en la coronilla para que no piense que me he enfadado con ella por mancharme con baba.
-Te veo después de clase-digo intentando mantener el entusiasmo matinal.
Subo los escalones de dos en dos. Cuando llego a mi habitación, miro el reloj…Oh no. Son las 7:30.Mi mejor amiga, Sierra, se va a poner como loca si llego tarde a recogerla.
Espero que les guste :D
Mire
Re: "Química Perfecta"- (Nick y Tu) - TERMINADA
mejor te sigo aqui si? en la otra soy la unica! :P
romina.13
Re: "Química Perfecta"- (Nick y Tu) - TERMINADA
siiiiiiiiiiiiiiii, claroo q si me gustoo el cap! tienes q subir cap *_* pleaseee!!!
SIGUELA
SIGUELA
.Lu' Anne Lovegood.
Re: "Química Perfecta"- (Nick y Tu) - TERMINADA
Cojo una bufanda azul cielo del
armario; estoy segura que me servirá. Si la coloco estratégicamente
puede que nadie repare en la mancha.
Cuando bajo de nuevo la escalera, mi madre me espera en el vestíbulo para estudiar mi aspecto por segunda vez.
- Me encanta la bufanda.
¡¡¡¡Uf!!!!
Al pasar por su lado, me pone el bollo en la mano.
- Cómetelo por el camino.
Acepto
el dulce. Mientras me acerco al coche, le hinco el diente sin mucho
entusiasmo. Por desgracia, no es un bollo de arándanos, mi favorito. Es
de plátano, pero está demasiado cocido. Me recuerda a mí, con aspecto
exterior perfecto pero hecho papilla por dentro.
Capitulo dos Nick
- Levántate, Nick.
Tras
fulminar a mi hermano pequeño con la mirada, escondo la cabeza bajo la
almohada. Desde que comparto la habitación con mis hermanos, de once y
quince años, el único momento de intimidad del que dispongo es el poco
que me proporciona la cabecera.
- Déjame en paz, Frankie -le espeto a través de la almohada- No me des el follón.
- No te estoy dando el follón. Mamá me ha dicho que te despierte para que no llegues tarde al instituto.
El
último curso. Debería sentirme orgulloso de ser el primer miembro de la
familia Jonas que terminara el instituto. Sin embargo, cuando eso
ocurra, empezará una nueva época para mí. La universidad es sólo un
sueño. Este último curso será como una fiesta de jubilación de un hombre
de 75 años.
Sabes que sirves para algo, pero todos esperan que te retires.
-
Me he puesto la ropa nueva -dice Frankie en un tono de voz rebosante de
orgullo, aunque me llegue algo apagado por culpa de la almohada- Las
nenas no podrán resistirse a este machote latino.
- Me alegro por ti -mascullo.
-
Mamá ha dicho que te tire encima este jarro de agua si no te levantas.
¿Era mucho pedir algo de intimidad? Cojo la almohada y la lanzo al otro
lado de la habitación. Impacta directamente contra Frankie, que acaba
empapado de agua.
- ¡¡¡¡¡Imbécil!!!!!! -me grita- ¡¡¡¡Es la única ropa nueva que tengo!!!!
Oigo el ataque de risa a través de la puerta de la habitación. Joe, mi
otro
hermano, ríe como una hiena histérica hasta que Frankie se abalanza
sobre él. Me quedo observando la discusión que acaba convirtiéndose en
una descontrolada pelea en la que ambos se propinan patadas y puñetazos.
Son buenos luchadores, pienso con orgullo mientras veo la trifulca. Sin
embargo, como el hombre mayor de la casa, mi deber es detener la pelea.
Cojo a mi hermano Joe por el cuello de la camisa, pero me tropiezo con la pierna de Frankie y los 3 acabamos en el suelo.
Antes
de poder levantarme, siento un chorro de agua gélida bajándome por la
espalda. Me doy la vuelta y veo a mamá, vestida con su uniforme de
trabajo, empapándonos a todos con un cubo de agua suspendido sobre
nuestras cabezas. Su sueldo no es nada del otro mundo, pero tampoco
necesitamos mucho.
- Levantaos -exige con una actitud desafiante.
- Mierda, mamá -dice Joe poniéndose de pie.
Mi
madre se empapa los dedos con el agua gélida que queda en el cubo y le
salpica la cara a mi hermano. Frankie estalla en carcajadas y de repente
recibe la misma reprimenda que Joe - ¿Aprenderán alguna vez?
- ¿Algo más que añadir Frankie? -pregunta ella.
- No mamá -contesta mi hermano, enderezándose como un soldado.
- ¿Y tú Joe? ¿Se te ocurre alguna grosería más por soltar por esa
boquita? -pregunta sumergiendo la mano en el agua como señal de
advertencia.
- No, mamá -repite el soldado numero 2.
- ¿Y qué hay de ti Nicholas? -dice mirándome con los ojos entreabiertos.
- ¿Qué? Yo intentaba separarles -contesto inocentemente con una sonrisa irresistible.
Ella me rocía la cara con agua. - Esto es por no haberlos separado antes.
Ahora vístete, y vosotros también, y venid a desayunar antes de ir al colegio.
Y eso que le he dedicado mi sonrisa más irresistible.
- En el fondo nos adoras -le grito mientras abandona la habitación.
Tras
una ducha rápida, regreso a la habitación con una toalla atada a la
cintura. Pillo a Frankie con uno de mis pañuelos estilo bandana en la
cabeza y se me forma un nudo en el estómago. Se lo arranco y le
advierto: - No
vuelvas a tocar esto Frankie.
- ¿Por qué no? -pregunta con sus ojos inocentes.
Para
Frankie, tan solo es una bandana. Para mí, es un símbolo del presente y
de lo que nunca seré en el futuro. ¿Cómo se supone que voy a
explicárselo a un niño de once años? Él sabe lo que soy. La sed de
venganza y represalia me empujaron a entrar en este círculo, y ahora no
hay manera de salir de él.
Pero antes muerto que uno de mis hermanos se deje engañar.
Estrujo la bandana con el puño.
- Frankie, no toques mis cosas. Sobre todo si son de los Latino Blood.
- Me gusta el rojo y negro.
Esto es lo último que necesito escuchar. - Si vuelvo a pillarte con esto
puesto, lucirás el negro y el morado, pero en tu cara -le advierto- ¿Lo has entendido, enano?
- Sí, entiendo -contesta encogiéndose de hombros.
Me pregunto si realmente lo ha entendido al verlo marcharse de la
habitación
dando saltitos. Intento no pensar demasiado en ello mientras saco la
camiseta negra y los vaqueros raídos y desgastados del armario. Cuando
me ato la bandana a la cabeza, oigo a mi madre que me grita desde la
cocina: - Nicholas, ven a desayunar antes de que se enfríe la comida.
Vamos, date prisa.
- Ya voy -contesto
Nunca entenderé por qué le da tanta importancia a la comida.
Mis
hermanos ya están hincándole el diente al desayuno cuando entro en la
cocina. Abro la nevera para echar un vistazo a ver que hay dentro.
- Siéntate.
- Mamá, sólo voy a coger…
- No cogerás nada. Nicholas. Siéntate. Somos una familia y vamos a
desayunar como una.
Dejo
escapar un suspiro, cierro la puerta del frigorífico y tomo asiento
junto a Joe. Ser miembro de una familia unida tiene a menudos sus
desventajas. Mi madre coloca frente a mí un plato colmado de huevos y tortillas de maíz.
- ¿Por qué no me llamas Nick? -Le pregunto bajando la mirada a la comida que tengo delante.
- Si quisiera llamarte Nick, no me hubiera molestado en llamarte Nicholas.
-¿No te gusta tu nombre?
Me
pongo muy tenso. He heredado el nombre de mi padre, que al morir me
dejó la responsabilidad que le toca asumir al hombre de la casa.
Nicholas. Nicholas junior. Junior… a mí me da igual.
-
¿Acaso importa? -mascullo mientras cojo una tortilla y entonces levanto
la miraba para ver su reacción. Esta fregando los platos de espaldas a
mí.
- No.
- Nick quiere aparentar que es blanco -interviene Joe- Cámbiate el
nombre si quieres, hermano, pero todos verán a la legua que no eres más que un chicano.
- Joe, cierra la boca -le aviso.- No quiero ser blanco. Pero tampoco
quiero que me comparen con mi padre.
- Por favor, chicos -ruega mi madre- Ya basta de discusiones por hoy.
- Eres un espalda mojada -canturrea Joe provocándome otra vez.
Ya he tenido más que suficiente, Joe se ha pasado. La silla chirría
contra
el suelo cuando me pongo en pie. Mi hermano imita mis movimientos y se
coloca frente a mí, acortando la distancia que nos separa. Sabe que
podría llevarse un guantazo, pero es demasiado orgulloso. Uno de estos
días dará con la persona equivocada y se meterá en un buen lío.
- Joe, siéntate -le ordena mi madre.
- Cerdo chicano -me suelta arrastrando las palabras con falso acento
forzado-. Mejor todavía eres un inmigrante.
- ¡¡¡Joe!!! -amonesta mi madre al acercarse, pero yo le corto el paso y
agarro a mi hermano por el cuello de la camiseta.
- Sí, eso es lo que la gente siempre pensará de mí -digo-. Pero también lo pensarán de ti si sigues diciendo estupideces.
- Hermano, lo pensarán haga lo que haga, lo quiera o no.
- Te equivocas Joe. Las cosas no tienen por qué ser igual. Puedes ser
mucho mejor que yo -contesto soltándole.
- ¿Mejor que tú?
- Claro que mejor que yo, no lo dudes ni un instante -respondo. Ahora
pídele perdón a mamá por decir tantas barbaridades delante de ella.
A Joe le basta con mirarme una sola vez para saber que no estoy
bromeando.
-
Lo siento mamá -dice, y acto seguido, vuelve a su silla. Aunque puedo
percibir en su mirada el golpe que ha sufrido su orgullo.
Mi madre se
da la vuelta y abre el frigorífico, procurando que nadie la vea llorar.
Maldita sea, está preocupada por Joe. Mi hermano está en su segundo año
de instituto, y los 2 siguientes van a ser decisivos. O madura o se
echa a perder.
Me pongo la chaqueta negra de cuero, tengo que salir de aquí. Doy un
beso a mi madre en la mejilla y me disculpo por haberle estropeado el
desayuno. Salgo de casa preguntándome cómo voy a arreglármelas para
conseguir que Joe y Frankie un destino mejor y no acaben como yo. Vaya una maldita ironía.
En
la calle veo a unos cuantos chicos con bandana del mismo color que la
mía y que me dirigen el saludo de los Latino Blood: se golpean el brazo
izquierdo con la mano derecha, 2 veces, manteniendo el dedo anular
doblado.
Antes de subirme a la moto, les devuelvo el saludo a pesar de que me
consume
la rabia por dentro. Si quieren a un tipo duro como miembro de su
banda, lo van a tener. Me he metido tanto en el papel que represento,
que a veces me sorprendo a mí mismo.
- Nick, espera -me implora una voz de chica que me resulta familiar.
Selena Gómez, mi vecina y ex novia, se acerca corriendo a mí.
- Hola Selena -farfullo.
- ¿Qué tal si me llevas al insti?
La minifalda negra deja al descubierto unas piernas increíbles y la
camiseta
ajustada realza unos pechos pequeños pero preciosos. Hubo una vez en la
que podría haber hecho cualquier cosa por ella, pero eso fue antes del
verano pasado, cuando la pillé en la cama con otro tío, o en el coche…
lo mismo da.
- Venga Nick, no muerdo… a no ser que tú quieras que lo haga.
Selena es mi chica Latino Blood. Seamos o no pareja, debemos cubrirnos las espaldas. Es nuestro código.
- Sube -digo
Selena
se sube a la moto de un salto, y mientras me abraza con fuerza el
torso, acaba colocándome deliberadamente las manos sobre los muslos. Sin
embargo, no surte el efecto que espera. ¿¿Qué piensa, qué he olvidado
todo lo que pasó?? De ningún modo. Mi pasado define lo que soy en mi
presente.
Intento concentrarme en mi último año en Fairfield, en el aquí y ahora.
Aunque
es muy difícil hacerlo porque, por desgracia, lo más probable cuando
termine el instituto, es que el futuro que me espera sea tan jodido como
el presente.
Listo aqui esta el capi gracias por leer la nove!
armario; estoy segura que me servirá. Si la coloco estratégicamente
puede que nadie repare en la mancha.
Cuando bajo de nuevo la escalera, mi madre me espera en el vestíbulo para estudiar mi aspecto por segunda vez.
- Me encanta la bufanda.
¡¡¡¡Uf!!!!
Al pasar por su lado, me pone el bollo en la mano.
- Cómetelo por el camino.
Acepto
el dulce. Mientras me acerco al coche, le hinco el diente sin mucho
entusiasmo. Por desgracia, no es un bollo de arándanos, mi favorito. Es
de plátano, pero está demasiado cocido. Me recuerda a mí, con aspecto
exterior perfecto pero hecho papilla por dentro.
Capitulo dos Nick
- Levántate, Nick.
Tras
fulminar a mi hermano pequeño con la mirada, escondo la cabeza bajo la
almohada. Desde que comparto la habitación con mis hermanos, de once y
quince años, el único momento de intimidad del que dispongo es el poco
que me proporciona la cabecera.
- Déjame en paz, Frankie -le espeto a través de la almohada- No me des el follón.
- No te estoy dando el follón. Mamá me ha dicho que te despierte para que no llegues tarde al instituto.
El
último curso. Debería sentirme orgulloso de ser el primer miembro de la
familia Jonas que terminara el instituto. Sin embargo, cuando eso
ocurra, empezará una nueva época para mí. La universidad es sólo un
sueño. Este último curso será como una fiesta de jubilación de un hombre
de 75 años.
Sabes que sirves para algo, pero todos esperan que te retires.
-
Me he puesto la ropa nueva -dice Frankie en un tono de voz rebosante de
orgullo, aunque me llegue algo apagado por culpa de la almohada- Las
nenas no podrán resistirse a este machote latino.
- Me alegro por ti -mascullo.
-
Mamá ha dicho que te tire encima este jarro de agua si no te levantas.
¿Era mucho pedir algo de intimidad? Cojo la almohada y la lanzo al otro
lado de la habitación. Impacta directamente contra Frankie, que acaba
empapado de agua.
- ¡¡¡¡¡Imbécil!!!!!! -me grita- ¡¡¡¡Es la única ropa nueva que tengo!!!!
Oigo el ataque de risa a través de la puerta de la habitación. Joe, mi
otro
hermano, ríe como una hiena histérica hasta que Frankie se abalanza
sobre él. Me quedo observando la discusión que acaba convirtiéndose en
una descontrolada pelea en la que ambos se propinan patadas y puñetazos.
Son buenos luchadores, pienso con orgullo mientras veo la trifulca. Sin
embargo, como el hombre mayor de la casa, mi deber es detener la pelea.
Cojo a mi hermano Joe por el cuello de la camisa, pero me tropiezo con la pierna de Frankie y los 3 acabamos en el suelo.
Antes
de poder levantarme, siento un chorro de agua gélida bajándome por la
espalda. Me doy la vuelta y veo a mamá, vestida con su uniforme de
trabajo, empapándonos a todos con un cubo de agua suspendido sobre
nuestras cabezas. Su sueldo no es nada del otro mundo, pero tampoco
necesitamos mucho.
- Levantaos -exige con una actitud desafiante.
- Mierda, mamá -dice Joe poniéndose de pie.
Mi
madre se empapa los dedos con el agua gélida que queda en el cubo y le
salpica la cara a mi hermano. Frankie estalla en carcajadas y de repente
recibe la misma reprimenda que Joe - ¿Aprenderán alguna vez?
- ¿Algo más que añadir Frankie? -pregunta ella.
- No mamá -contesta mi hermano, enderezándose como un soldado.
- ¿Y tú Joe? ¿Se te ocurre alguna grosería más por soltar por esa
boquita? -pregunta sumergiendo la mano en el agua como señal de
advertencia.
- No, mamá -repite el soldado numero 2.
- ¿Y qué hay de ti Nicholas? -dice mirándome con los ojos entreabiertos.
- ¿Qué? Yo intentaba separarles -contesto inocentemente con una sonrisa irresistible.
Ella me rocía la cara con agua. - Esto es por no haberlos separado antes.
Ahora vístete, y vosotros también, y venid a desayunar antes de ir al colegio.
Y eso que le he dedicado mi sonrisa más irresistible.
- En el fondo nos adoras -le grito mientras abandona la habitación.
Tras
una ducha rápida, regreso a la habitación con una toalla atada a la
cintura. Pillo a Frankie con uno de mis pañuelos estilo bandana en la
cabeza y se me forma un nudo en el estómago. Se lo arranco y le
advierto: - No
vuelvas a tocar esto Frankie.
- ¿Por qué no? -pregunta con sus ojos inocentes.
Para
Frankie, tan solo es una bandana. Para mí, es un símbolo del presente y
de lo que nunca seré en el futuro. ¿Cómo se supone que voy a
explicárselo a un niño de once años? Él sabe lo que soy. La sed de
venganza y represalia me empujaron a entrar en este círculo, y ahora no
hay manera de salir de él.
Pero antes muerto que uno de mis hermanos se deje engañar.
Estrujo la bandana con el puño.
- Frankie, no toques mis cosas. Sobre todo si son de los Latino Blood.
- Me gusta el rojo y negro.
Esto es lo último que necesito escuchar. - Si vuelvo a pillarte con esto
puesto, lucirás el negro y el morado, pero en tu cara -le advierto- ¿Lo has entendido, enano?
- Sí, entiendo -contesta encogiéndose de hombros.
Me pregunto si realmente lo ha entendido al verlo marcharse de la
habitación
dando saltitos. Intento no pensar demasiado en ello mientras saco la
camiseta negra y los vaqueros raídos y desgastados del armario. Cuando
me ato la bandana a la cabeza, oigo a mi madre que me grita desde la
cocina: - Nicholas, ven a desayunar antes de que se enfríe la comida.
Vamos, date prisa.
- Ya voy -contesto
Nunca entenderé por qué le da tanta importancia a la comida.
Mis
hermanos ya están hincándole el diente al desayuno cuando entro en la
cocina. Abro la nevera para echar un vistazo a ver que hay dentro.
- Siéntate.
- Mamá, sólo voy a coger…
- No cogerás nada. Nicholas. Siéntate. Somos una familia y vamos a
desayunar como una.
Dejo
escapar un suspiro, cierro la puerta del frigorífico y tomo asiento
junto a Joe. Ser miembro de una familia unida tiene a menudos sus
desventajas. Mi madre coloca frente a mí un plato colmado de huevos y tortillas de maíz.
- ¿Por qué no me llamas Nick? -Le pregunto bajando la mirada a la comida que tengo delante.
- Si quisiera llamarte Nick, no me hubiera molestado en llamarte Nicholas.
-¿No te gusta tu nombre?
Me
pongo muy tenso. He heredado el nombre de mi padre, que al morir me
dejó la responsabilidad que le toca asumir al hombre de la casa.
Nicholas. Nicholas junior. Junior… a mí me da igual.
-
¿Acaso importa? -mascullo mientras cojo una tortilla y entonces levanto
la miraba para ver su reacción. Esta fregando los platos de espaldas a
mí.
- No.
- Nick quiere aparentar que es blanco -interviene Joe- Cámbiate el
nombre si quieres, hermano, pero todos verán a la legua que no eres más que un chicano.
- Joe, cierra la boca -le aviso.- No quiero ser blanco. Pero tampoco
quiero que me comparen con mi padre.
- Por favor, chicos -ruega mi madre- Ya basta de discusiones por hoy.
- Eres un espalda mojada -canturrea Joe provocándome otra vez.
Ya he tenido más que suficiente, Joe se ha pasado. La silla chirría
contra
el suelo cuando me pongo en pie. Mi hermano imita mis movimientos y se
coloca frente a mí, acortando la distancia que nos separa. Sabe que
podría llevarse un guantazo, pero es demasiado orgulloso. Uno de estos
días dará con la persona equivocada y se meterá en un buen lío.
- Joe, siéntate -le ordena mi madre.
- Cerdo chicano -me suelta arrastrando las palabras con falso acento
forzado-. Mejor todavía eres un inmigrante.
- ¡¡¡Joe!!! -amonesta mi madre al acercarse, pero yo le corto el paso y
agarro a mi hermano por el cuello de la camiseta.
- Sí, eso es lo que la gente siempre pensará de mí -digo-. Pero también lo pensarán de ti si sigues diciendo estupideces.
- Hermano, lo pensarán haga lo que haga, lo quiera o no.
- Te equivocas Joe. Las cosas no tienen por qué ser igual. Puedes ser
mucho mejor que yo -contesto soltándole.
- ¿Mejor que tú?
- Claro que mejor que yo, no lo dudes ni un instante -respondo. Ahora
pídele perdón a mamá por decir tantas barbaridades delante de ella.
A Joe le basta con mirarme una sola vez para saber que no estoy
bromeando.
-
Lo siento mamá -dice, y acto seguido, vuelve a su silla. Aunque puedo
percibir en su mirada el golpe que ha sufrido su orgullo.
Mi madre se
da la vuelta y abre el frigorífico, procurando que nadie la vea llorar.
Maldita sea, está preocupada por Joe. Mi hermano está en su segundo año
de instituto, y los 2 siguientes van a ser decisivos. O madura o se
echa a perder.
Me pongo la chaqueta negra de cuero, tengo que salir de aquí. Doy un
beso a mi madre en la mejilla y me disculpo por haberle estropeado el
desayuno. Salgo de casa preguntándome cómo voy a arreglármelas para
conseguir que Joe y Frankie un destino mejor y no acaben como yo. Vaya una maldita ironía.
En
la calle veo a unos cuantos chicos con bandana del mismo color que la
mía y que me dirigen el saludo de los Latino Blood: se golpean el brazo
izquierdo con la mano derecha, 2 veces, manteniendo el dedo anular
doblado.
Antes de subirme a la moto, les devuelvo el saludo a pesar de que me
consume
la rabia por dentro. Si quieren a un tipo duro como miembro de su
banda, lo van a tener. Me he metido tanto en el papel que represento,
que a veces me sorprendo a mí mismo.
- Nick, espera -me implora una voz de chica que me resulta familiar.
Selena Gómez, mi vecina y ex novia, se acerca corriendo a mí.
- Hola Selena -farfullo.
- ¿Qué tal si me llevas al insti?
La minifalda negra deja al descubierto unas piernas increíbles y la
camiseta
ajustada realza unos pechos pequeños pero preciosos. Hubo una vez en la
que podría haber hecho cualquier cosa por ella, pero eso fue antes del
verano pasado, cuando la pillé en la cama con otro tío, o en el coche…
lo mismo da.
- Venga Nick, no muerdo… a no ser que tú quieras que lo haga.
Selena es mi chica Latino Blood. Seamos o no pareja, debemos cubrirnos las espaldas. Es nuestro código.
- Sube -digo
Selena
se sube a la moto de un salto, y mientras me abraza con fuerza el
torso, acaba colocándome deliberadamente las manos sobre los muslos. Sin
embargo, no surte el efecto que espera. ¿¿Qué piensa, qué he olvidado
todo lo que pasó?? De ningún modo. Mi pasado define lo que soy en mi
presente.
Intento concentrarme en mi último año en Fairfield, en el aquí y ahora.
Aunque
es muy difícil hacerlo porque, por desgracia, lo más probable cuando
termine el instituto, es que el futuro que me espera sea tan jodido como
el presente.
Listo aqui esta el capi gracias por leer la nove!
Mire
Re: "Química Perfecta"- (Nick y Tu) - TERMINADA
romina.13 escribió:Me encanto! El Nick rebelde!
Siguelaa! :)
Gracias!..si el Nick rebelde lo es todo! jaja...ya en un rato subo el capi! :D
Mire
Re: "Química Perfecta"- (Nick y Tu) - TERMINADA
LivinginTexaswhitnickj escribió:Me gusta siguela :D !
Dentro de un rato la subo! :D
Mire
Re: "Química Perfecta"- (Nick y Tu) - TERMINADA
Chicas
aqui les traigo el capitulo!...en este capi ya se encuentran Nick y ____
disfrutenlo! :)
Capitulo tres
________
- El pelo se me encrespa siempre que monto en este coche, Sierra. Cada vez que
bajo la capota parece que me ha pasado un tornado por encima –le comento a mi mejor amiga mientras atravesamos Vine de camino al instituto Fairfield en mi nuevo descapotable plateado- Es que el aspecto es todo. Mis padres me han enseñado ciertos lemas que ahora rigen mi vida. Esta es la razón por la que no tuve ninguna objeción cuando mi padre me ofreció el BMW como excesivo regalo de cumpleaños hace un par de semanas.
-Vivimos a 30´ de la ciudad de los vientos -señala Sierra, que se entretiene
sosteniendo la mano en el aire mientras yo conduzco- Chicago no es una ciudad conocida por su apacible clima. Además, _____, pareces una diosa griega con un peinado rubio salvaje. Sólo estás nerviosa porque estás a punto de ver a
Blaine. Desvío la mirada hacia la foto en forma de corazón que hay sobre el salpicadero, en la que salimos Blaine y yo.
-La gente puede cambiar en un verano.
-Pero la distancia refuerza el cariño en una relación -responde Sierra- Tú eres la capitana de las animadoras y él es el capitán del equipo de fútbol del
instituto.
Si ustedes 2 no están destinados a estar juntos, es que el mundo se encamina a su fin.
Durante el verano Blaine me llamó unas cuantas veces desde la cabaña de su
familia, donde fue a pasar unos días con sus colegas, pero ahora no sé en qué punto está nuestra relación. Anoche regresó a Chicago.
-Me encantan esos vaqueros -dice Sierra, observado mis pantalones descoloridos con corte brasileño-. Te los pediré prestados cuando menos te los esperes.
-A mi madre no le gustan nada -digo antes de detenerme en un semáforo e
intentar domar mis rizos rubios alisándome el pelo con la mano-. Dice que parece que los haya comprado en una tienda de segunda mano.
-¿Le has dicho que el gintage está de moda?
-Sí, claro, como si escuchara lo que digo. Apenas me prestaba atención cuando
le pregunté sobre la nueva cuidadora.
Nadie sabe lo que es vivir en mi casa. Por suerte, puedo contar con Sierra.
Puede que no lo comprenda todo, pero al menos sabe lo suficiente para escucharme y guardar el secreto de mis asuntos familiares. Aparte de Blaine, Sierra es la única persona que conoce a mi hermana.
-¿Qué le ocurrió a la anterior cuidadora? -pregunta Sierra mientras abre el
estuche de los CDs.
-Shelley le arrancó un buen mechón de pelo
-Uy.
Entro en el aparcamiento del instituto pensando más en mi hermana que en la carretera. Las ruedas del coche chirrían cuando freno en seco al ver que casi impacto con un chico y una chica montados en una moto. Pensaba que había un espacio libre para aparcar.
- Cuidado niña -dice Selena Gomez, la chica que veo en la parte de atrás de la
moto, y que ahora me enseña el dedo. Es obvio que no presto mucha atención en
clase de educación vial cuando hablaron de la violencia en la carretera.
-Lo siento -grito para que puedan oírme por encima del rugido de la moto-.
Pensaba que no había nadie aparcando. Entonces me doy cuenta a quién pertenece la moto. El conductor se da la vuelta, con una mirada enfadada en sus ojos negros y una bandana roja y negra. Me hundo en el asiento del conductor tanto como puedo.
-Mierda, es Nick Jonas -digo, haciendo una mueca.
-Joder, ____ -añade Sierra en voz baja-. Me gustaría vivir para ver nuestra
graduación, así que sal aquí antes de que decida matarnos a las 2.
Nick me fulmina con la mirada diabólica mientras baja el caballete de su moto.
¿Acaso va a plantarme cara? Busco la marcha atrás, moviendo desesperadamente la palanca de cambios de un lado a otro. Desde luego, no me sorprende que mi padre me haya comprado un coche con marchas sin tomarse la molestia de enseñarme cómo manejarlas. Nick da un paso hacia el coche. Mi instinto me dice que salga de allí y eche a correr, como si estuviera atrapada en las vías del tren y viera la locomotora
aproximándose directamente hacia mí. Miro a Sierra, quien está demasiado
ocupada buscando en el bolso. ¿Está de coña o qué?
-No consigo poner la maldita marcha atrás. Necesito ayuda. ¿Qué estás buscando?
-le pregunto
-Pues… nada. Sólo intento no mirarles a los ojos a los Latino Blood. Date prisa, ¿quieres? -dice Sierra entre dientes-. Además, yo sólo sé conducir coches automáticos.
Tras conseguir poner la marcha atrás con un fuerte estruendo, las ruedas de mi
coche chirrían mientras hago maniobras correspondientes y busco otra plaza de aparcamiento. Después de dejar el coche en la zona oeste. Lejos de un pandillero cuya reputación atemorizaría al más duro de los jugadores de fútbol
del instituto, Sierra y yo subimos los escalones que llevan al instituto Fairfield. Por desgracia, Nick Jonas y el resto de sus compinches nos esperan en la entrada principal.
-No te detengas -masculla Sierra- Haz lo que quieras, pero no los mires a los
ojos.
Cuando Nick Jonas se coloca frente a mí, bloqueándome el paso, se que
va a resultar muy difícil seguir el consejo de Sierra.
¿Cuál era la frase que debía entonarse justo antes de morir?
-Eres una pésima conductora -dice Nick con su acento latino, adoptando una pose de macho ibérico.
El chico tiene el cuerpo musculoso y el rostro impecable, casi podría pasar por
un modelo, pero la expresión de su rostro es más bien de las que aparecen en las fotografías de los más buscados en las comisarías.
Los chicos de la zona norte no se relacionan con los chicos de la zona sur. No
es que nos creamos mejores que ellos, pero somos diferentes. Hemos crecido en la misma ciudad, pero en zonas completamente diferentes. Nosotros vivimos en grandes casas al lado del lago Michigan, y ellos viven cerca de las vías del tren. Nosotros nos vestimos, hablamos y actuamos de otro modo. Nuestro aspecto es distinto. No quiero decir ni que sea algo bueno ni malo, pero así funcionan las cosas en Fairfield. He de admitir que la mayoría de las chicas de la zona sur me tratan como lo hace Selena Gómez… me detestan por lo que soy. O mejor dicho, por lo que creen que soy.
La mirada de Nick me recorre lentamente el cuerpo, de arriba abajo, antes de detenerse de nuevo en la cara. No es la primera vez que un chico me mira de esa forma, pero nunca lo habían hecho como lo está haciendo Nick, tan descaradamente… y tan cerca. Siento que empiezo a ruborizarme.
-La próxima vez, mira bien por dónde vas -dice con un tono de voz frío y
dominante. Está intentando intimidarme. Es todo un profesional. No permitiré que se salga con la suya y que gane este jueguito de intimidación, aunque el estómago no deje de darme vueltas. Enderezo los hombros y le lanzo una sonrisa de desprecio, la misma que utilizo para quitarme a la gente de encima.
-Gracias por el consejo.
-Si alguna vez necesitas a un hombre hecho y derecho que te enseñe a conducir, puedo darte algunas clases. Los silbidos y exclamaciones de sus compinches me sacan de quicio.
-Si fueras un hombre hecho y derecho, me habrías abierto la puerta en lugar de bloquearme el paso -digo, regodeándome con la respuesta, aunque me flaqueen las rodillas.
Nick se aparta, abre la puerta y hace una reverencia como si fuera mi
mayordomo. Está riéndose de mí, lo sabe y yo también. Todos lo saben. Echo un vistazo a Sierra, que intenta a la desesperada buscar nada en el bolso. Qué ingenua.
-Madura un poco -le suelto a Nick.
-¿Como tú? Deja que te diga algo, listilla -contesta el con brusquedad Tú vida no es real, solamente es una farsa, como tú.
-Al menos es mejor que vivir la vida de un perdedor -le espeto, esperando que
mis palabras le duelan tanto como lo han hecho las suyas-. Como haces tú.
Cojo a mi amiga por el brazo y tiro de ella hacia la puerta abierta. Los
silbidos y comentarios nos siguen mientras atravesamos la entrada del instituto. Por fin, dejo escapar el suspiro que he estado reprimiendo y me vuelvo hacia Sierra. Mi mejor amiga me está mirando fijamente, los ojos como platos.
-Joder _____. ¿Quieres que te maten o qué?
-¿Con qué derecho intimida Nick Jonas a todo aquel que se interpone en su
camino?
-Bueno, puede que ayude el arma que lleva escondida en los pantalones o los colores de su bandana -dice Sierra, con un tono de voz cargado de sarcasmo.
-No es tan estúpido como para traer un arma al instituto -le contesto-. Y me
niego a ser intimidada ni por él ni por nadie. Por lo menos en el instituto, que es el único lugar donde puedo fingir mi fachada perfecta porque todos se lo tragan. De repente, me asalta la idea de que estoy a punto de empezar el último curso en Fairfield y cojo a Sierra por los hombros zarandeándola.
-Estamos en el último curso -recalco con el mismo entusiasmo que empleo
para los números de las animadoras durante los partidos de fútbol. -¿Y?
-Y…empezamos ahora mismo y todo va a ser p-e-r-f-e-c-t-o.
El timbre suena, bueno, no es exactamente un timbre, porque el consejo de
alumnos decidió reemplazarlos por música para anunciar el cambio de clases.
Justo ahora, está sonando Summer Lovin de Grease. Sierra avanza por el pasillo.
-Me asegurare de que tengas un funeral p-e-r-f-e-c-t-o, con flores y todo.
-¿Quién ha muerto? -pregunta alguien a nuestra espalda.
Me doy la vuelta. Es Blaine. El sol le ha aclarado el pelo rubio, y luce una
sonrisa tan amplia que parece ocuparle toda la cara. Ojalá tuviera un espejo para comprobar que no se me ha corrido el maquillaje. No obstante, estoy segura de que a Blaine no le importaría, ¿o sí? Echo a correr y le doy el más fuerte de los abrazos. Él me sujeta con firmeza, me besa con dulzura en los labios y se
aparta para preguntarme de nuevo:
-¿Quién ha muerto?
-Nadie -contesto- Olvídalo. Olvida todo lo que no tenga que ver estar conmigo.
-Es fácil hacerlo cuando estás tan guapa -dice y me besa otra vez-. Siento no haberte llamado. Ha sido un coñazo. Tenía que deshacer las maletas y todo eso.
Le sonrío y me alegro de que la distancia que nos separó durante el verano no haya influido en nuestra relación. Parece que el mundo no va a acabarse, al menos por el momento. Blaine me rodea los hombros con el brazo cuando se abren las puertas del instituto.
Nick y sus amigos se abren paso a empujones como si estuvieran allí para
atracar el centro.
-¿Por qué se molestan en venir a clase? -masculla Blaine suficiente bajo para que nadie pueda oír el comentario-. De todas maneras, la mayoría abandonara el instituto antes de que acabe el curso. Mi mirada se cruza brevemente con la de Nick, y un escalofrío me recorre la espalda.
-Esta mañana casi choco con la moto de Nick Jonas -le cuento a Blaine en cuanto Nick desaparece por el pasillo.
-Pues ojala lo hubieras echo.
-¡¡¡¡Blaine!!!! -le regaño.
-Por lo menos le hubiera dado un poco de emoción al primer día de clase. Este instituto es un jodido aburrimiento.
¿Aburrimiento? Casi tengo un accidente de coche, una chica de la zona sur me ha
mandado a la mierda y he sido acosada por un peligroso pandillero a las puertas
del instituto. Si esto es un anticipo de lo que me espera el resto del año, el insti será todo menos aburrido.
aqui les traigo el capitulo!...en este capi ya se encuentran Nick y ____
disfrutenlo! :)
Capitulo tres
________
- El pelo se me encrespa siempre que monto en este coche, Sierra. Cada vez que
bajo la capota parece que me ha pasado un tornado por encima –le comento a mi mejor amiga mientras atravesamos Vine de camino al instituto Fairfield en mi nuevo descapotable plateado- Es que el aspecto es todo. Mis padres me han enseñado ciertos lemas que ahora rigen mi vida. Esta es la razón por la que no tuve ninguna objeción cuando mi padre me ofreció el BMW como excesivo regalo de cumpleaños hace un par de semanas.
-Vivimos a 30´ de la ciudad de los vientos -señala Sierra, que se entretiene
sosteniendo la mano en el aire mientras yo conduzco- Chicago no es una ciudad conocida por su apacible clima. Además, _____, pareces una diosa griega con un peinado rubio salvaje. Sólo estás nerviosa porque estás a punto de ver a
Blaine. Desvío la mirada hacia la foto en forma de corazón que hay sobre el salpicadero, en la que salimos Blaine y yo.
-La gente puede cambiar en un verano.
-Pero la distancia refuerza el cariño en una relación -responde Sierra- Tú eres la capitana de las animadoras y él es el capitán del equipo de fútbol del
instituto.
Si ustedes 2 no están destinados a estar juntos, es que el mundo se encamina a su fin.
Durante el verano Blaine me llamó unas cuantas veces desde la cabaña de su
familia, donde fue a pasar unos días con sus colegas, pero ahora no sé en qué punto está nuestra relación. Anoche regresó a Chicago.
-Me encantan esos vaqueros -dice Sierra, observado mis pantalones descoloridos con corte brasileño-. Te los pediré prestados cuando menos te los esperes.
-A mi madre no le gustan nada -digo antes de detenerme en un semáforo e
intentar domar mis rizos rubios alisándome el pelo con la mano-. Dice que parece que los haya comprado en una tienda de segunda mano.
-¿Le has dicho que el gintage está de moda?
-Sí, claro, como si escuchara lo que digo. Apenas me prestaba atención cuando
le pregunté sobre la nueva cuidadora.
Nadie sabe lo que es vivir en mi casa. Por suerte, puedo contar con Sierra.
Puede que no lo comprenda todo, pero al menos sabe lo suficiente para escucharme y guardar el secreto de mis asuntos familiares. Aparte de Blaine, Sierra es la única persona que conoce a mi hermana.
-¿Qué le ocurrió a la anterior cuidadora? -pregunta Sierra mientras abre el
estuche de los CDs.
-Shelley le arrancó un buen mechón de pelo
-Uy.
Entro en el aparcamiento del instituto pensando más en mi hermana que en la carretera. Las ruedas del coche chirrían cuando freno en seco al ver que casi impacto con un chico y una chica montados en una moto. Pensaba que había un espacio libre para aparcar.
- Cuidado niña -dice Selena Gomez, la chica que veo en la parte de atrás de la
moto, y que ahora me enseña el dedo. Es obvio que no presto mucha atención en
clase de educación vial cuando hablaron de la violencia en la carretera.
-Lo siento -grito para que puedan oírme por encima del rugido de la moto-.
Pensaba que no había nadie aparcando. Entonces me doy cuenta a quién pertenece la moto. El conductor se da la vuelta, con una mirada enfadada en sus ojos negros y una bandana roja y negra. Me hundo en el asiento del conductor tanto como puedo.
-Mierda, es Nick Jonas -digo, haciendo una mueca.
-Joder, ____ -añade Sierra en voz baja-. Me gustaría vivir para ver nuestra
graduación, así que sal aquí antes de que decida matarnos a las 2.
Nick me fulmina con la mirada diabólica mientras baja el caballete de su moto.
¿Acaso va a plantarme cara? Busco la marcha atrás, moviendo desesperadamente la palanca de cambios de un lado a otro. Desde luego, no me sorprende que mi padre me haya comprado un coche con marchas sin tomarse la molestia de enseñarme cómo manejarlas. Nick da un paso hacia el coche. Mi instinto me dice que salga de allí y eche a correr, como si estuviera atrapada en las vías del tren y viera la locomotora
aproximándose directamente hacia mí. Miro a Sierra, quien está demasiado
ocupada buscando en el bolso. ¿Está de coña o qué?
-No consigo poner la maldita marcha atrás. Necesito ayuda. ¿Qué estás buscando?
-le pregunto
-Pues… nada. Sólo intento no mirarles a los ojos a los Latino Blood. Date prisa, ¿quieres? -dice Sierra entre dientes-. Además, yo sólo sé conducir coches automáticos.
Tras conseguir poner la marcha atrás con un fuerte estruendo, las ruedas de mi
coche chirrían mientras hago maniobras correspondientes y busco otra plaza de aparcamiento. Después de dejar el coche en la zona oeste. Lejos de un pandillero cuya reputación atemorizaría al más duro de los jugadores de fútbol
del instituto, Sierra y yo subimos los escalones que llevan al instituto Fairfield. Por desgracia, Nick Jonas y el resto de sus compinches nos esperan en la entrada principal.
-No te detengas -masculla Sierra- Haz lo que quieras, pero no los mires a los
ojos.
Cuando Nick Jonas se coloca frente a mí, bloqueándome el paso, se que
va a resultar muy difícil seguir el consejo de Sierra.
¿Cuál era la frase que debía entonarse justo antes de morir?
-Eres una pésima conductora -dice Nick con su acento latino, adoptando una pose de macho ibérico.
El chico tiene el cuerpo musculoso y el rostro impecable, casi podría pasar por
un modelo, pero la expresión de su rostro es más bien de las que aparecen en las fotografías de los más buscados en las comisarías.
Los chicos de la zona norte no se relacionan con los chicos de la zona sur. No
es que nos creamos mejores que ellos, pero somos diferentes. Hemos crecido en la misma ciudad, pero en zonas completamente diferentes. Nosotros vivimos en grandes casas al lado del lago Michigan, y ellos viven cerca de las vías del tren. Nosotros nos vestimos, hablamos y actuamos de otro modo. Nuestro aspecto es distinto. No quiero decir ni que sea algo bueno ni malo, pero así funcionan las cosas en Fairfield. He de admitir que la mayoría de las chicas de la zona sur me tratan como lo hace Selena Gómez… me detestan por lo que soy. O mejor dicho, por lo que creen que soy.
La mirada de Nick me recorre lentamente el cuerpo, de arriba abajo, antes de detenerse de nuevo en la cara. No es la primera vez que un chico me mira de esa forma, pero nunca lo habían hecho como lo está haciendo Nick, tan descaradamente… y tan cerca. Siento que empiezo a ruborizarme.
-La próxima vez, mira bien por dónde vas -dice con un tono de voz frío y
dominante. Está intentando intimidarme. Es todo un profesional. No permitiré que se salga con la suya y que gane este jueguito de intimidación, aunque el estómago no deje de darme vueltas. Enderezo los hombros y le lanzo una sonrisa de desprecio, la misma que utilizo para quitarme a la gente de encima.
-Gracias por el consejo.
-Si alguna vez necesitas a un hombre hecho y derecho que te enseñe a conducir, puedo darte algunas clases. Los silbidos y exclamaciones de sus compinches me sacan de quicio.
-Si fueras un hombre hecho y derecho, me habrías abierto la puerta en lugar de bloquearme el paso -digo, regodeándome con la respuesta, aunque me flaqueen las rodillas.
Nick se aparta, abre la puerta y hace una reverencia como si fuera mi
mayordomo. Está riéndose de mí, lo sabe y yo también. Todos lo saben. Echo un vistazo a Sierra, que intenta a la desesperada buscar nada en el bolso. Qué ingenua.
-Madura un poco -le suelto a Nick.
-¿Como tú? Deja que te diga algo, listilla -contesta el con brusquedad Tú vida no es real, solamente es una farsa, como tú.
-Al menos es mejor que vivir la vida de un perdedor -le espeto, esperando que
mis palabras le duelan tanto como lo han hecho las suyas-. Como haces tú.
Cojo a mi amiga por el brazo y tiro de ella hacia la puerta abierta. Los
silbidos y comentarios nos siguen mientras atravesamos la entrada del instituto. Por fin, dejo escapar el suspiro que he estado reprimiendo y me vuelvo hacia Sierra. Mi mejor amiga me está mirando fijamente, los ojos como platos.
-Joder _____. ¿Quieres que te maten o qué?
-¿Con qué derecho intimida Nick Jonas a todo aquel que se interpone en su
camino?
-Bueno, puede que ayude el arma que lleva escondida en los pantalones o los colores de su bandana -dice Sierra, con un tono de voz cargado de sarcasmo.
-No es tan estúpido como para traer un arma al instituto -le contesto-. Y me
niego a ser intimidada ni por él ni por nadie. Por lo menos en el instituto, que es el único lugar donde puedo fingir mi fachada perfecta porque todos se lo tragan. De repente, me asalta la idea de que estoy a punto de empezar el último curso en Fairfield y cojo a Sierra por los hombros zarandeándola.
-Estamos en el último curso -recalco con el mismo entusiasmo que empleo
para los números de las animadoras durante los partidos de fútbol. -¿Y?
-Y…empezamos ahora mismo y todo va a ser p-e-r-f-e-c-t-o.
El timbre suena, bueno, no es exactamente un timbre, porque el consejo de
alumnos decidió reemplazarlos por música para anunciar el cambio de clases.
Justo ahora, está sonando Summer Lovin de Grease. Sierra avanza por el pasillo.
-Me asegurare de que tengas un funeral p-e-r-f-e-c-t-o, con flores y todo.
-¿Quién ha muerto? -pregunta alguien a nuestra espalda.
Me doy la vuelta. Es Blaine. El sol le ha aclarado el pelo rubio, y luce una
sonrisa tan amplia que parece ocuparle toda la cara. Ojalá tuviera un espejo para comprobar que no se me ha corrido el maquillaje. No obstante, estoy segura de que a Blaine no le importaría, ¿o sí? Echo a correr y le doy el más fuerte de los abrazos. Él me sujeta con firmeza, me besa con dulzura en los labios y se
aparta para preguntarme de nuevo:
-¿Quién ha muerto?
-Nadie -contesto- Olvídalo. Olvida todo lo que no tenga que ver estar conmigo.
-Es fácil hacerlo cuando estás tan guapa -dice y me besa otra vez-. Siento no haberte llamado. Ha sido un coñazo. Tenía que deshacer las maletas y todo eso.
Le sonrío y me alegro de que la distancia que nos separó durante el verano no haya influido en nuestra relación. Parece que el mundo no va a acabarse, al menos por el momento. Blaine me rodea los hombros con el brazo cuando se abren las puertas del instituto.
Nick y sus amigos se abren paso a empujones como si estuvieran allí para
atracar el centro.
-¿Por qué se molestan en venir a clase? -masculla Blaine suficiente bajo para que nadie pueda oír el comentario-. De todas maneras, la mayoría abandonara el instituto antes de que acabe el curso. Mi mirada se cruza brevemente con la de Nick, y un escalofrío me recorre la espalda.
-Esta mañana casi choco con la moto de Nick Jonas -le cuento a Blaine en cuanto Nick desaparece por el pasillo.
-Pues ojala lo hubieras echo.
-¡¡¡¡Blaine!!!! -le regaño.
-Por lo menos le hubiera dado un poco de emoción al primer día de clase. Este instituto es un jodido aburrimiento.
¿Aburrimiento? Casi tengo un accidente de coche, una chica de la zona sur me ha
mandado a la mierda y he sido acosada por un peligroso pandillero a las puertas
del instituto. Si esto es un anticipo de lo que me espera el resto del año, el insti será todo menos aburrido.
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