Angel with a handgun || Niall Horan

Me bajé del auto con mi mochila en la mano y observé el edificio llamado instituto que tomaba el apodo de cárcel por algún que otro alumno. Hoy era el primer día de clases, algunos estaban felices de reencontrarse con sus amigos mientras que otros estaban deprimidos por volver. Suspiré, coloqué mi mochila sobre mi hombro y me dirigí a secretaría para recoger mi horario. En el camino podías observas los distintos grupos sociales. Tumbados en el césped estaban los que se pasaban el día frente a un ordenador, mejor conocidos como los frikis ya que el capitán del equipo de fútbol los había apodado así. Un poco mas adelante estaban las animadoras junto con algunos chicos del equipo de fútbol riéndose de la caída de una pobre chica. Admito que esos eran los que mas odiábamos Rachel, mi mejor amiga, y yo. Miré al otro lado encontrándome con los problemáticos a los que, cualquier persona que buscaba venganza, acudía. Seguí mi camino y aún se podía ver a grupos hablando entre sí.

Entré al edificio y, mientras seguía andando, miraba cada persona que pasaba por mi lado. En verdad, era gracioso ver la cara de sueño de alguno de ellos.
-¡Hola!-alguien gritó en mi oído haciendo que me sobresaltara. Me giré con cara de pánico y vi a Rachel riéndose como loca.
-¿Te crees graciosa?-pregunté siguiendo mi camino aún escuchando su risa.-Para ya.-le di un leve golpe en el hombro haciendo que al fin se callara.
-Deberías de haber visto tu cara.-contestó ella con una sonrisa. Le miré y comencé a reírme de mi misma provocando que ella volviera a reír.-¿Qué tal tu verano?-dijo cuando al fin nos calmamos.
-Bien, no me puedo quejar. Dev me presentó a su familia y pasamos juntos unas semanas en la playa.-miré a Rachel con una sonrisa. Dev era mi novio. Bueno, no eramos novios ya que el no quería relaciones serias pero sí eramos algo mas que amigos. Tampoco quedábamos con otras personas exceptuando a los amigos de toda la vida y si uno de nosotros se besaba con otra persona, tuviéramos lo que tuviéramos, se acababa. Era algo raro pero me gustaba.

Llegamos a secretaría después de risas y preguntas sobre el verano por parte de ambas. Entramos y esperamos a que nos atendiera la mujer bajita y regordeta de la cual nunca me acordaré de su nombre. Suspiré y puse mi mochila en el suelo. Este curso era el último para Rachel y para mi y teníamos que ponernos las pilas si queríamos pasarlo con buenas calificaciones.
-Horan-la voz del director y un chico enfurecido que nunca antes había visto hizo que mi compañera y yo nos sobresaltáramos.-el año pasado debió de ser el último para usted pero por sus...-el hombre con corbata hizo una pausa buscando la palabra adecuada.-sus tonterías le han hecho repetir. Espero que eso no vuelva a pasar.-el chico rubio gruñó al escuchar lo último que el director dijo.-Puede irse y espero también no volver a verle en mi despacho.-continuó el director mientras el rubio salía a toda prisa del lugar. Al parecer ni él ni el director habían notado que estábamos ahí. Miré a Rachel y ambas hicimos una mueca. El director era un señor amable y alegre pero si alguien hacía algo mal entonces sacaba su diablo interior y admito que, de esa forma, daba algo de miedo.
-¿Venís a por vuestros horarios?-la secretaria llamó nuestra atención. Ambas asentimos con una sonrisa y ella se dirigió hacía un archivo del cual sacó una carpeta que supuse que contenía todos los horarios de cada curso. A veces me sorprendía ya que había mas de 600 alumnos en este instituto y ella siempre conseguía acordarse del nombre de cada uno de ellos. Nuevamente, la señora se dirigió a nosotras entregándole a cada una sus papeles correspondientes.-Aquí tenéis el número y la clave de vuestra taquilla y aquí la lista de cada profesor que tendréis junto con la asignatura que os impondrá dicho profesor-dijo mientras señalaba la parte en la que se indicaba cada cosa.-¿queda claro?-alzó la mirada por encima de sus gafas y nos acercó los papeles.
-Si, señora...-Rachel entrecerró los ojos intentando recordar su nombre. La señora suspiró y sonrió levemente mientras señalaba una plaquita en la que ponía Rose Parks.-señora Parks.-concluyó Rachel con una sonrisa tímida.-Gracias por su ayuda.-cogimos los papeles, nos despedimos de ella y salimos de allí.

-¿Qué tienes ahora?-me preguntó después de mirar su horario.
-Tengo historia.-contestaba mientras le miraba con cara de desagrado ya que odiaba historia.-¿Y tú?-siempre el primer día de clases, a primera hora, tocaba con nuestro tutor.
-Matemáticas.-gruñó y comenzó a andar en dirección al lugar donde se encontraban las taquillas.-¿Qué número de taquilla tienes?-miré de nuevo el papel y contesté.
-La 87, ¿y tú?-dije con una sonrisa. El 87 era mi número favorito.
-La 88.-contestó abrazándome. Aunque no nos había tocado en la misma clase, nos había tocado taquillas juntas y eso significaba que en cada cambio nos veríamos.
Llegamos al lugar y buscamos nuestras taquillas. Una vez localizadas, pusimos la clave y la abrimos encontrándonos con un montón de libros bien ordenados. Cada año era así, tú solo tenías que comprar el material y la junta directiva te proporcionaba los libros con la única condición de que los cuidaras bien hasta fin de curso ya que de esa manera podrían servir para el año que viene. Cogimos algunos libros para hacer algo de bulto en la mochila y cerramos la taquilla. Miré el reloj, aún quedaban diez minutos para que sonara el timbre.
-Ojala aún fuera verano, odio el insti.-dijo la morena provocando que de mis labios saliera una sonora carcajada.-Me alegro de que sea nuestro último año.-sonreí mientras que miraba a un grupo de chicos que entraron provocando el silencio de algunos chicos. Entre ellos estaba el mismo chico que vimos en secretaría.
¿Sabes quienes son esos?-dije llamando la atención de Rachel.
-Ni idea, nunca los he visto por aquí.-contestó mientras se encogía de hombros. Volví a mirar al grupo y me fijé algo mejor en cada uno de sus componentes. Solo había una chica entre ellos y no parecía muy amigable. Uno de ellos llevaba un cigarrillo en la mano. Seguro que si le pillaban tendría que pasar unas cuantas horas en la sala de expulsados. Pasé mi mirada a un castaño de ojos azules. Era lindo y tenía una bonita sonrisa. Sonreí ante el pensamiento de que él y Rachel harían buena pareja. Seguí observando encontrándome con la mirada de la chica la cual, acto seguido, la apartó para comentarle lo que sea a sus amigos. Todos me miraron haciendo que me sintiera algo intimidada. Los miré a todos, uno por uno, hasta cruzarme con un rubio de ojos azules los cuales me resultaban hermosos pero aún mas intimidantes. El chico cuyo nombre no sé, sonrió levemente y, para no resultar borde, le devolví la sonrisa. Sabía que mis mejillas estaban algo sonrojadas pero supuse que por la distancia que había, él no lo podría notar.
-Sarah, ¿me estás escuchando?-Rachel pasó una de sus pequeñas manos por mi cara. Le miré, aún con la sonrisa y me di cuenta de que estaba jugando con mi pelo. Rápidamente aparté la mano de mi pelo y una risita nerviosa salio de mis adentros.
-No, lo siento. Estaba...-miré de nuevo a la dirección donde se había parado ese grupo pero ya no estaban. ¿Dónde habrán ido?-Estaba metida en mi mundo, ¿qué decías?-cogí mi mochila, la cual se encontraba en el suelo, y me la coloqué en el hombro para después dirigirme hacia mi clase.
-Decía que mis padres no están esta semana en casa y que, si quieres, puedes quedarte a dormir.-me lo pensé durante unos segundos y asentí a lo que ella me dedicó una sonrisa.-Por cierto, ¿has visto al de los ojos azules?-le miré extrañada.-El castaño.-aclaró.
-Sí, ¿te ha gustado?-le miré mientras reía. Ella negó rápidamente al mismo tiempo que sus mejillas se tornaban en un color rosado. Reí de nuevo y seguí mi camino hasta llegar a mi clase correspondiente. Me despedí de Rachel y entré. Había un par de chicos. Los ignoré y me senté en la última fila pegada a la ventana. Segundos después tocó el timbre y todos los que quedaban entraron entre risas, empujones y bolitas de papel. Suspiré, solté la mochila en la mesa y saqué un cuaderno y un lápiz. Comencé a dibujar olvidándome de todo y de todos. Hoy sería un día largo y aburrido ya que los primeros días no hacíamos casi nada.
-Estás en mi sitio.-una voz ronca captó mi atención. Subí mi mirada lentamente hasta encontrarme de nuevo con esos ojos azules intimidantes. Miré hacía delante y, justo en el asiento de enfrente, estaban el chico del cigarrillo junto con la chica. Suspiré y le sonreí al rubio.
-¿Acaso pone tu nombre?-él sonrió y miró a sus amigos. Alzó sus manos restándole importancia y se sentó a mi lado. Sonreí victoriosa y volví a mi dibujo mientras escuchaba al profesor, el cual había entrado cuando el chico se sentó. Cada año, el tutor de cada curso daba una pequeña charla sobre reglas que debemos cumplir y algún que otro dato importante.
-Dibujas bien.-esta vez la voz ronca pasó a ser una suave. Le miré de nuevo y sonreí levemente.
-Gracias.-miré el dibujo y solté el lápiz en la mesa. Si había algo que adoraba de mí, era mi forma rápida de dibujar. En pocos minutos podía hacer el retrato de cualquier persona y este era el caso. El rubio cogió el dibujo y lo miró atento.
-¿Soy yo?-me miró sorprendido pero con una sonrisa de oreja a oreja.-Me has dibujado a mí.
-¿Qué? ¡No!-mi voz era un susurro alto. Cogí el dibujo y lo miré. Cada detalle, cada facción de la cara...era él.-Vale, si, pero es algo que tengo. Siempre que veo algo que me gusta no puedo evitar dibujarlo.-solté el dibujo en la mesa y le miré. Tenía una ceja alzada y una leve sonrisa y, sin más, me di cuenta de lo que dije.-O sea que...esto...-él me interrumpió.
-O sea, que te he gustado.-gruñí provocando que el soltara una carcajada.-Soy Niall Horan.-me tendió la mano y agradecí mentalmente el hecho de que haya cambiado de tema.
-Sarah, Sarah Parks.-le cogí la mano sintiendo un escalofrío recorrer mi espalda.-Un gusto.-sonreí y me fijé mejor en su mirada. Era linda, lo admito, pero parecía esconder un secreto. Quizás eso la hacía intimidante. Solté la mano y miré al frente. El chico moreno estaba mirando a Niall con el ceño fruncido. El rubio se encogió de hombros y el moreno le respondió formulando un “No” con sus labios. ¿A qué se referirá?