just run.

Estoy cansada de estar aquí, reprimida por mis miedos infantiles. En esas circunstancias, es horrible. Los frondosos árboles del bosque se mueven de manera tenebrosa debido al viento que yace en el lugar.  El cielo es oscuro, sin estrellas, sin luna, sin nada. Como si todo estuviera vacío. Un escalofrío me recorre la espalda al sentir que alguien me sigue. Lo único que logro escuchar son nuestras respiraciones, el movimiento de los árboles; y por sobre todo, los latidos de mi corazón.
Corro, intentando escapar de lo que sea que me persigue, sin mirar atrás y yendo en dirección indefinida.
Siento que se me va el aire, entonces me detengo. Aún temerosa por lo que he dejado atrás.
Logro divisar a lo lejos una especie de mansión, y lo único que me viene a la cabeza es ir hacia allá.
Cuando me encuentro en el porche, siento el crujir de la madera bajo mis pies, espantándome un poco, pero aún así no me marcho. Todo lo contrario, me acerco a la puerta, y veo que se está semi-abierta, entonces entro.
Al cerrar la puerta, fue como si la poca luz que había fuera succionada. La oscuridad me envuelve como si fuera un buen amigo, y yo no puedo moverme.
Logro recuperar el control de mi cuerpo, pero algo cambia, en la mansión hay un silencio inerte. Eso es lo que más me asusta, porque incluso una habitación a prueba de sonido es más ruidosa. No puedo escuchar mi propia respiración, ni mis latidos. Ni sé si estoy viva. El silencio, al igual que la oscuridad, se va repentinamente remplazada por gritos conocidos para mí.
—¡Corre, Tessa, corre! —la voz de mi hermano es como puñaladas en el estómago. Llena de dolor y sufrimiento. Hago todo lo contrario.
—¡Connor! ¿Dónde estás? —grito. Mi voz sale quemando mi garganta, pero no me importa.
Lo encuentro, tirado bajo unas escaleras, sangrando. Siento las lágrimas en mis ojos, ¿Qué está pasando?
Me doy cuenta de que no hay manera de salvarlo, y comienzo a llorar.
—Cuando tú llorabas, yo secaba tus lágrimas. Cuando gritabas yo luchaba contra todos tus miedos, tomé tus manos a través de todos estos años. —sigo llorando mientras pongo mi mano sobre su pecho, intentando detener la sangre. No lo logro. —Eres todo de mi, Tessa. Si quieres salvarme, corre.
Siento una especie de frío que te hiela los huesos atravesar mi cuerpo.
Cuando mi hermano muere en mis brazos, decido levantarme y hacerle caso. Pero es entonces que junto a la puerta veo una sombra que me produce escalofríos.
Mi padre se encuentra aquí, con una sonrisa macabra adornándole la cara.
—Es tu fin, Tessa. Me quitaste lo que más quería.
Sé que se refiere a mi madre, pero no me quedo a escucharlo y comienzo a correr.
Las heridas no parecen sanar, el dolor es demasiado real…hay tanto que el tiempo no puede borrar…
Connor tiene todo de mí, yo todo de él, por eso me salvé.