how to catch demons. {novela colectiva}

Los presidentes viejos y muertos no tenían nada que hacer frente al increíble chico que, en ese instante, leía concentradamente frente al escritorio de Annette, quien de inmediato abandonó su estudios para comenzar a observar los detalles del rostro del chico al percatarse de su existencia.

Se inclinó hacía adelante y entrecerró sus ojos para tener una mejor visión del chico de cabellos rubios. ¡Y qué chico! Desde su asiento, podía notar sus claros y azules ojos y su larga y entreabierta boca. Un deleite para Annette Armentrout.

Observó de reojo a su lado. Erika lucía bastante concentrada. Tenía sus largos dedos alrededor de su lápiz, el cual golpeaba ligeramente contra la mesa de madera lisa y clara. Las manos de Annette picaban por desconcentrar a la chica. ¡El rubio era demasiado para simplemente dejarlo pasar!

Posó su mano en el hombro de su amiga, quien le echó una mirada interrogativa para luego rápidamente volver su mirada a su libro de Historia. Annette mordió su labio y entrecerró los ojos.

— Oye, rubia —Armentrout le llamó. Cuando obtuvo nuevamente la atención de Erika, levantó su puño hacía el cielo y lo dejó caer en el brazo de Erika.
— ¿Qué? ¿Qué quieres? Demonios —murmuró Erika—. Sabía que no podía sentarme junto a ti, A. ¿No puedes mantenerte un segundo tranquila?
— ¡No con él frente a nosotras! —susurró haciendo énfasis y moviendo su cabeza frenéticamente en dirección de el rubio.
— ¡Woah! —Erika asintió divertida—. Parece ser, que está es una de las pocas cosas en las que estamos de acuerdo, Annette.
— Ni te atrevas, Erika Miller. Yo lo vi primero —la chica enarcó una ceja y sonrió hacía Annette.

Las rubias habrían comenzado a ser grandes amigas desde que Annette apostó contra ella, en un acto de rebeldía durante su tiempo de la primaria —y pues sabía que contra Erika estaba acabada en aquella clase de gimnasia— la desordenada Annette apostó que podía correr aún más rápido que la chica. La-chica-desastre acabo con una lesión y Erika, obligada, llevó a la imposible e habladora Armentrout a Urgencias.

Durante el viaje de la escuela hacía el hospital, Annette jamás y por ningún motivo dejó de hablar. ¡La chica ni siquiera se tomaba el tiempo debido para respirar luego de decir una oración! Pero Erika no podía dejar de reír con las ocurrencias de la chica-desastre. Tiempo después no pudieron dejar de hablar y simplemente se había convertido en la mejor amiga de Annette.

Y la verdad era, que Annette nunca había tenido una verdadera amiga.

— Vale, vale, entendido. Pero ni creas que...

Un grito ensordecedor se oyó en toda la biblioteca. Era el grito de una mujer. Una mujer asustada.

— ¿Qué fue eso? —pregunto Erika, quien anteriormente ni siquiera había podido terminar su oración. Annette observó al chico levantar la mirada de su libro y observar alrededor suyo con una ceja enarcada. Incluso luego de ese grito, Annette no podía dejar de mirar al chico. Qué desastre era.

Alguna de la gente a su alrededor comenzó a levantarse de sus asientos, mientras comenzaban a caminar hacía la salida. Otros, dispuestos a hacer de héroes, se acercaron hacía el lugar de donde había provenido aquel chillido.

Annette miró a Erika, quien pensaba exactamente lo mismo que ella. Asintieron mutuamente, se levantaron de sus asientos y con la mirada, se dijeron:

Habrá que investigar.

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