canelada.

Capitulo 1

Roxie O’Donell | Logan Lerman

Aun no era invierno, pero aun así, el frio se intensificaba cada vez mas mientras la noche avanzaba. Pero para Roxie, eso no importaba.
Tenía una botella de whisky en mano, cincuenta dólares con los cuales comenzaría a apostar, y triplicaría al final de la noche, y un buen compañero con quien compartir ganancias.
El subsuelo del Joe’s había sido el lugar elegido por su compañero aquella noche, y definitivamente, la castaña estaba de acuerdo con su elección. Eran tipos rudos, jugaban bien y a ninguno parecía interesarle o intimidarle el simple hecho de que ella era una mujer. Todos estaban demasiado borrachos cuando entraron al bar y bajaron por las escaleras hasta esa pequeña habitación, y aunque ya habían pasado dos horas desde que habían llegado, seguían comportándose de la misma manera, borrachos y desorientados.
Roxie no estaba mucho mejor. Era su segunda botella de alcohol, pero cuando se trataba de apostar,  no había alcohol suficiente que fuese capaz de nublar su mente e impedirle planear una buena jugada.
Necesitaba ese dinero más que la botella de whisky que acababa de poner sobre la mesa. Debía huir hacia algún lugar donde nadie la reconociera, juzgara u obligara a fingir que su maldita vida era perfecta para agradarle a cierto grupo social del cual ella no formaba parte y no quería formar parte tampoco.
Su madre se había empeñado en buscar un hombre lo suficientemente rico para sacarlas de la pobreza en la que se habían sumergido, luego de que el padre de Roxie las hubiese abandonado a ambas con una enorme lista de deudas que debían pagar.
La castaña solo tenía quince años cuando todo su mundo comenzó a derrumbarse dejándola en la nada absoluta. Su madre cayó en la depresión, y terminó encerrándose en su habitación, día y noche, mientras se consumía en lágrimas, dejando a su hija sobrevivir por su cuenta.
Fue entonces cuando Christofer entro a la vida de Roxie. Él le tendió una mano, es la saco del abismo, pero la llego por su camino, le enseño otro mundo, y lo bien que se sentía el ardor del alcohol recorriendo su garganta. Él, el joven de no más de veinticinco años que ahora estaba sentado frente a ella, con una autentica cara de póker, con quien había tenido una aventura tiempo atrás, seguía ayudándola, aunque Roxie no entendiera el por qué.
Su madre había salido de su habitación, el mismo día que la llamaron del hospital para informarle que su hija había entrado en terapia intensiva por un coma alcohólico, y desde entonces, de dedico a cazar al hombre perfecto.
Y sorprendentemente lo consiguió.
Ahora vivían en una enorme mansión, en un barrio privado, fingiendo a diario ser una familia feliz y unida, cuando lo cierto era que Roxie no hablaba con su madre ni con sus hermanastros, odiaba vivir ahí, y la estúpida idea que se le había metido en la cabeza a su madre, donde ella debía ser perfecta, actuar como una señorita refinada, y sobretodo, no tomar alcohol.
¡Ella no era perfecta! Su madre debía dejar de vivir una vida que no le pertenecía, y volver a la realidad. Eran unas malditas fracasadas, huyendo de su verdadero destino. Una a través del alcohol, y otra, a través de un esposo que solo la había elegido por tener un buen par de pechos.
Christofer guiño un ojo, y luego bajo su mano dándose por vencido. No había podido formar nada bueno en esa última jugada, pero aun así, la sonrisa en su rostro se hizo evidente.
Los otros dos en la mesa soltaron una carcajada al ver las cartas de chico, y bajaron su mano. Claramente ganaban ellos… Si no hubiese sido por Roxie.
La castaña dejo caer sus cartas mientras una sonrisa de victoria se formaba en su rostro. Eso era mucho mejor que el alcohol.

-¡¿Qué mierda?!-soltó uno de los hombres. La sorpresa en su rostro le dio a entender a Roxie que era momento de tomar todo el dinero y largarse de ahí en cuanto antes.

-Nos gano una mujer, Joe… ¡Una jodida mujer!-

-Me di cuenta Robert, no hace falta que lo aclares…-

-¡Vete a la mierda! Es una mujer, demonios… ¡Haz algo Joe!- protesto su compañero. Christofer ya tenía su mochila abierta, listo para guardar el dinero y la botella de whisky importado que acababan de ganar. Lo más probable es que si no salían pronto de ahí, terminarían con las manos vacías,  y él con un ojo hinchado.

-¡Nos gano una mujer maldito idiota! ¡Supéralo! Eso no es más que una prueba de lo inútil que eres jugando al póker- soltó Joe, enfrentando al que había sido su compañero. Lentamente Roxie se levanto de su silla, y camino sigilosamente hacia las escaleras, dispuesta a salir corriendo de ahí. Christofer la seguía por detrás.

-No me llames inútil a mí… Te he hecho ganar miles de dólares en esta misma habitación… ¿Y así me pagas?-
La pelea se fue apagando a medida que ambos subían por las escaleras hasta llegar al pequeño bar, ya alborotado por la música a todo volumen y cuerpos sudorosos danzando desesperadamente como si la vida se terminara en eso.

-Celebremos Roxie-susurro Christofer justo en el oído de la castaña. Ella podía hacer mucho más que celebrar. Quería beber hasta quedar inconsciente. Quería hacerlo.
Chris dedujo sus pensamientos muchos antes de que pudiera decir algo, y tomándola de la mano, la saco de ese horrible y deteriorado bar, al cual, posiblemente, nunca podrían volver.
Subieron a un viejo Volkswagen, y salieron del estacionamiento hacia algún lugar.
La medianoche ya había pasado y tenían en sus manos dos botellas frescas y aun llenas con las cual podrían ahogarse, y dinero de sobra para pasar un fin de semana entero en algún lugar en la costa.
The Rolling Stones sonaba en la radio, mientras ambos chicos desentonaban desenfrenadamente la canción a todo volumen.

-Eso fue lo mejor que he hecho en mi vida-grito Roxie para hacerse escuchar sobre la canción. Christofer sonrió de lado, pisando a fondo el acelerador.

-Eres una chica con suerte Roxie… Eres mi chica con suerte-soltó el rubio pasándola la botella de whisky, luego de darle un largo trago.

-Eso es delicioso-gimió Roxie luego de sentir el liquido arder en su garganta.

-No vuelvas a hacer eso Roxie, o juro que te arrepentirás- dijo Chris quitándole la  botella de la mano. La castaña sonrió pasando su lengua por su labio inferior para saborear el whisky que había quedado en esa zona. Estaba perdida. Malditamente perdida.

-I can't get no, oh no no no, hey hey hey, that's what i say. I can't get no satisfaction,i can't get no girl with action-canto Roxie. Una gran cantidad de alcohol corría en su sangre a gran velocidad, como cada noche desde que conoció a Chris, y para ella eso estaba bien. ¿Que otra cosa podía hacer? Había sido despreciada por todos aquellos a los que alguna vez amo. Su padre, su madre, y hasta su hermanastro, James. Hasta ella misma se depreciaba, hasta ella misma se odiaba. Y nuevamente el alcohol era lo único que podía utilizar para evadir su realidad... Eso y el suicidio. Pero ella era demasiado cobarde.-Vamos Chris, canta conmigo-dijo arrastrando las palabras.

-I can't get no ...satisfaction-soltó el rubio. El auto zigzagueaba por la calle poniendo en peligro solo sus vidas, sino también la de cualquiera que se atravesara en su camino. Pero claro estaba... Ellos no estaba consientes.

-Volveremos a hacerlo, ¿verdad? Dime que si Chris, por favor-logro articular Roxie, mientras daba el ultimo trago a la botella dejándola completamente vacía.

-Por supuesto Roxie, eso fue lo mejor. Probablemente Joe me llame mañana para pedirme que le devuelva su dinero...Y yo lo mandare a la mierda... A donde pertenece-

-Somos tu y yo contra el mundo, Chris-

-Somos invencibles-

-Nadie podrá separarnos-susurro finalmente Roxie, cerrando sus ojos lentamente. Ese era el momento ideal. Podía sentir que flotaba en el aire, y sorprendentemente, estaba en paz. Consigo misma, con el mundo, con su madre, con su padre. Estaba bien.

-Quizás la policía pueda detenernos-dijo Chris, haciendo sobresaltar a la castaña. Roxie miro por el retrovisor, y pudo ver el auto que los seguía no muy lejos, con las luces azules y rojas titilando.

-Mierda Chris, ¡Acelera! ¡¿Que estas esperando?!-soltó Roxie, desesperada. Los meterían presos si los atrapaban y su madre enloquecería. Aunque tal vez, no era una mala idea.

-No puedo Roxie, ya vieron la patente. De seguro ya la anotaron y están buscando en mi expediente para ver si tengo antecedentes penales-

-¿Los tienes?-pregunto Roxie,

-¡Que importa eso ahora!-soltó Chris, deteniendo el auto. Soltó todo el aire de sus pulmones, dando a entender lo enojado que estaba, antes de tirar la botella de whisky vacía por la ventana.
El oficial se acerco a paso lento, deteniéndose en la ventana de Christofer. Roxie puso su mejor sonrisa, pero supo enseguida que eso eso no terminaría bien.- Buenas noches Oficial-

-Buenos días, diría yo...-

-Oh, si. Tiene toda la razón...-

-Nombre-lo interrumpió el hombre uniformado de no mas de cuarenta años.

-Christofer Finlay, y Roxanne O'Donell-soltó Chris, mirando detenidamente como el policía anotaba en su libreta.

-Licencia-

-No la traje-respondió Christofer. Roxie contuvo la respiración, y por un minuto pensó en la consecuencia, y en la posible reacción de su madre, pero fueron reemplazadas inmediatamente por algo mucha mas importante. Irían presos.

-Me temo que tendrán que acompañarme-

-¿Que? No, no, no... Usted no puede hacer esto, solo no estábamos divirtiendo, solo eso...-protesto Chris viendo como el oficial abría su puerta y lo obligaba a bajar del auto. Roxie, en cambio, se limito a sonreír de oreja a oreja, bajando por su cuenta. Su madre moriría de espanto. Finalmente entendería que ella no era perfecta.

-Si, si puedo-soltó el oficial.

-Pero...-

-Quedan arrestados… Ambos. Por exceso de velocidad, conducir en estado de ebriedad, y usted señorita por acompañarlo e incitarlo a seguir bebiendo-El oficial saco dos pares de esposas, y se apresuro a apresar a ambos jóvenes, para luego obligarlos a meterse en su patrulla.
Roxie soltó una carcajada, dejando caer su cabeza hacia atrás sobre el asiento del auto. Posiblemente no entendería nada cuando despertara de su sueño inducido, pero que importaba. ¿Entendería así su madre que ella era una jodida alma en pena? ¿Dejaría de intentar quitarle en bendito hábito que ella misma había adoptado cuando su mundo se estaba derrumbando, en el cual podía refugiarse cada vez que podía? ¿Dejaría de intentarlo, entendería que era una borracha sin cura?
Eso esperaba Roxie.
Definitivamente esa noche había salido mejor de lo que pensaba.

Bueno, no me gusto mucho como quedo. Pero bueno. Creo que mi imaginación también se tomo las vacaciones.
En fin, espero que a ustedes si les guste.

Madre amé tu capítulo en serio!!! te quedó perfecto!!! en serio, no sé como decís que no te gustó, en serio me encantó, is just per-fect. jeje
te quiero mucho ma... las quero mucho a todas.

pd. cuál ally??? yo ally???? jajajajaja ya comienzo a escribirlo ;)

Pos, ahí está el capítulo, espero que les guste, a mi no me convenció mucho, pero bueno, es lo que puedo hacer por el momento, además de que no quería atrasar mucho. Besos, las quiero demasiado. :hug:

hola :hug:

Ay, lizzu, pásame el turno :cc no creo que pueda subir :ccccc