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Las sonrisas a veces pueden ser un espejismo del corazón, diría yo. Las sonrisas pueden ser dañinas por más sanas que parezcan… y todo depende del por qué o de quién está sonriendo. De vez en cuando, podemos llegar a pensar que las cosas cambian cada determinado tiempo, así como el cielo. Y no es así. Siempre hay cambios en todas partes, ya sean grandes o pequeños. Siempre hay diferentes maneras de hacer las cosas… y siempre escogemos las peores para realizarlas; a pesar de que nuestra mente asimile que tomamos la decisión correcta, podemos estar tomando la más errónea posible. Todo afecta todo. Todo tiene su razón de ser.

Yo no creo en las consecuencias. Cada cosa sucede porque realmente es importante que suceda; porque en tu destino estaba escrito ese acontecimiento, ya sea bueno o malo, esa situación te llevará a otra. Y esa otra a otra. Y así sucesivamente. La vida se conforma por pequeñas piezas, casi del tamaño de una partícula que, ante nuestros ojos, es invisible, y cada partícula de tu vida le pertenece a alguien: ya sea alguien que haya sido significativo o simplemente no, como esos en los puestos de comida. Ellos son parte de tu vida porque estuvieron presente, al menos unos cinco segundos así fue.

Pero está ese alguien que se queda con millones y millones de partículas más. Ese alguien que se sale con la suya y se lleva, no solo parte de tu vida, sino de tu corazón. Y creo que eso fue muy insano para mí, realmente.

Enamorarse no es un error, mucho menos el amor lo es. Él es exacto. Él sabe lo que hace. Y hay que saber manejarlo de una manera profesional, pues en cualquier momento se puede esfumar como las mismas cenizas al caer de un risco. Mi problema fue que supuse tener la licencia para conducirlo y un diploma en mis manos, que me recordaba cuanto sabía acerca del amor y sus pros y contras. Entonces, sencillamente choqué con la realidad y me percaté de que no hay más nada complicado que el amor: ese sentimiento que se mete en tu corazón y se mantiene allí por una razón, por una persona en especial; por la persona que se llevó la mitad de tu vida. Normalmente, se encuentra en los más pequeños detalles, como esa mirada que se fijó en lo lindos que son tus ojos, o aquel abrazo que te dijo silenciosamente que estaba allí para ti, cuando lo necesitases.

Hasta que el amor te da un vuelco.

Y te hace daño.

Pero la verdad es que si el amor no fuera amor, entonces no nos diese dolor; porque claramente, si nos hace sentir algo, es porque sí significó algo en nuestras vidas. Es porque sí fue amor.

Aun busco, en silencio, a esa persona con la cual pueda tener un silencio que necesariamente no sea incómodo como todos los demás, y no obligatoriamente para tener una relación. Solo necesito mi alma gemela; ya sea chica o chico, niño o niña, hasta mi propio hermano puede ser… porque la felicidad se encuentra en las más pequeñas de las cosas.

Y hay que aprender a buscarla.