Infinite Days

por **luanna** Dom 28 Abr 2013, 11:09 am

Autor: Luanna
Adaptación: no, solo ideas mías
Género: romance
Advertencia: si, tardare en subir los caps., pero cuando lo haga serán caps. extensos
Otras páginas: si, mis otras noves
Sinopsis:“Tú piensas y decides cuando estás muerto, a tu alrededor yacen millones de muertos, que solo les falta que su corazón deje de latir. Pero comúnmente, los demás pueden estar muertos y sentirse vivos
Es entrar en ese dilema de vida-muerte, muerte-vida; lo más seguro que vengo de una vida y estoy en mi muerte, en un infierno de injusticias, impunidades y pederastias.”

por **Schere** Dom 28 Abr 2013, 6:04 pm

olaaa me gusta suena muy interensante necesitas chicas? me apunto

por **luanna** Dom 28 Abr 2013, 7:28 pm

Personajes:

Katherine Haider: yo, soy huérfana de padres y he crecido con mis tíos que me han tratado como una hija. Ahora soy “especial” y el estar entre humanos, para un vampiro es siempre un constante riesgo, pero el tener tiempo con ellos me ha hecho copiar sus actitudes incluso sus sentimientos.
Samuel Haider: mi primo, fue cautivo por un tiempo en los campos de concentración. Mi tío y yo lo rescatamos de una muerte segura.
Raphael Haider: mi tio, un ex soldado de la primera guerra mundial. Sobrevivió a la segunda, pero perdió a su esposa.
Sahar Smaragd : Madre de Samuel y esposa de Raphael. Fallecida en los campos de concentración
Karonte: Un hombre lobo, con aptitudes de asesino y sirviente de Vincent.
Alexa Reggiani: Mi creadora, ella me dio esta oportunidad de existir en el anonimato por el paso del tiempo.
Vincent Hastings: el hombre lobo más antiguo en América, una criatura ambiciosa y dañina
Cassius: el ancestro de todos los vampiros existentes, hasta ahora su origen es un misterio, permanece bajo tierra en un cripta que lo oculta del mundo exterior. Es una criatura salvaje.

PROLOGO.

Mi personalidad siempre fue extravagante, no era una chica a la que le gustara salir en un día soleado vestida de colores disfrutando la primavera. Por el contrario yo salía en invierno, con ropa holgada y bastante recatada, exhalando la tranquilidad del gélido clima.
Los vampiros somos hedonistas, el beber sangre nos es por hambre o sed; sino por placer.
El gusto exquisito que te proporciona la sangre fresca de un corazón latiente. Sé que la forma de expresarlo es repugnante para algunos, pero es lo único que nos queda. Ya no hay más vida dentro de nosotros, jamás ansiamos estar en este estado; de hecho si le dieran la opción a un ser humano de ser inmortal por este medio, tendría que estar lo suficientemente mal para aceptarlo.
La sensación de no vivir es embriagante, nada funciona como antes. De todo tu cuerpo lo único que se mantiene intacto es el corazón y el cerebro. Por eso mientras más años pasan, más se agudizan nuestros sentidos. Pero el corazón es exigente, es el único que jamás está contento con nada; es como un niño caprichoso que tiene que ser complacido a como dé lugar. Si lo mantienes contento él te dará esa esperanza de vida que tanto quieres.
La sangre no es una necesidad, es un capricho que no debe ser complacido, pero la idea de sentirse vivo nuevamente nos embarga, siempre está ahí para atormentarnos.
El contacto con el líquido de vida nos deja una brisa cálida en el cuerpo que para un muerto en vida es compasiva.
La transformación era algo distinto tanto en vampiros como en hombres lobo. Nosotros solo teníamos un leve pero torturador malestar en la región mandibular, era por el desarrollo de los colmillos. En cambio los hombres lobo no, ellos por el contrario son los más perjudicados, toda su estructura ósea es deformada, sus huesos se estiran y flexionaban dentro de sí. No quisiera ni imaginar el dolorido destino de su transformación.
Nuestro cuerpo era el mismo, solo que con casi todos los órganos vitales secos, sí. A decir verdad en las siguientes horas de la nueva vida, nuestro cuerpo perdía peso y obtenía ligereza eso nos proporcionaba rapidez, que comparada con la de cualquier ser humano era ¨sobrenatural¨. La fuerza era una descarga de la adrenalina recibida por la sangre ingerida.
Los humanos siempre creen que su vida es demasiado corta, que es aburrida. Pero yo no lo vería de esa forma, pienso que el periodo de vida de un ser humano es precisa para todo.
De qué sirve vivir años sin terminar, todo lo que hacemos no alcanza. Todo es pequeño o interminable, jamás preciso.
El amor para mí, es triste, todos los hombres viven un determinado tiempo. No son eternos ni perfectos, es lamentable el amar a alguien que veras morir algún día y mantendrás su recuerdo solo en tu mente.

por **luanna** Dom 28 Abr 2013, 7:33 pm

kyr maslow de horan escribió:olaaa me gusta suena muy interensante necesitas chicas? me apunto

Hola, gracias pasarte por mi novela
eres la Primera lectora Infinite Days 2312883081

por cierto ¿Cuál es tu nombre?

por **Schere** Lun 29 Abr 2013, 10:04 pm

mi nombre es kirsaa :3 que bueno ser tu primer lectora :3

por **luanna** Vie 03 Mayo 2013, 10:14 am

CAPITULO 1:

Escapar hacia la muerte.

Era un día nublado, recuerdo que mi padre me tuvo encerrada en el sótano de la casa por precauciones. Tenía miedo más de lo que él ahora me tenía a mí, pero no iba a ser por mucho tiempo. Salí de mi escondite, y él fue por ropa nueva para cambiarme la puesta.
Me puse frente al espejo de mi habitación, era uno grande, lo suficiente como para verme de cuerpo completo. Frente de mí, no está yo. Solo veía una sombra oscura, una insignificante sombra de lo que era o había sido en vida, un viento frio recorría mi cuerpo, pero no era del exterior. Este viento provenía de mi ser haciéndolo un poco más perturbador, aunque me cubriera con los más grandes abrigos, o cerrara todas la ventanas sentía frio, un frio interno.
- Bien, salgamos ahora – Me ordeno mi padre, he inmediatamente obedecí, de echo el me impulso a ser lo que soy, una vampiro. Desde que mis verdaderos padres fallecieron en un accidente en la guerra pasada, yo he sido educada con mi tío Raphael y su esposa Sahar, les llamaba como si fueran mis padres.
No hacía mucho que yo hubiera cambiado, todo comenzó cuando unos soldados interceptaron a mis padres y a mi hermano Samuel, ellos volvían del mercado cuando los subieron a un auto del ejército alemán, no era fácil que pasaran desapercibidos, sobre todo si eran judíos. Los soldados nazis tenían un especial tacto para percibir judíos, era como si los hubieran entrenado como perros sabuesos para detectar su presa. Desde los rasgos faciales a la anatomía de una persona podía hablar por si sola para estos hombres, ellos conocían muy bien a las personas judías; de tan solo verlas, las reconocerían y aun peor si se trata de apellidos y nombres. Cada vez que capturaban a un judío y un alemán de origen judío lo retenían para llevarlos a los campos de concentración.

********

- ¿Cuál es tu nombre? – pregunto un oficial
- Raphael Haider – contesto tembloroso mi padre.
El oficial se acercó a su subordinado y le pidió que revisara expedientes
- Entréguenme sus documentos – ordeno reacio a que siquiera alegaran en su defensa los detenidos - Sahar Smaragd – pronuncio con un sobresalto, he inmediatamente tomo del brazo a mi madre y la arrastro hacia unas bancas para interrogarla.
- Que ocurre, ella no ha hecho nada – exhorto mi padre para que le dejaran libre.
- ¿Es su esposa?- pregunto el oficial que sostenía a mi madre.
- Sí, estoy casado con ella – respondió inocentemente sin imaginar lo que provocaría.
- Tu, muchacho. ¿Cómo te llamas?- soltó a mi madre.
- Samuel Haider – respondió mi hermano, tembloso y en voz agónica.
- ¡Te pregunte por tu segundo apellido también!- grito el oficial nazi.
- Smaragd – apenas termino de responder, el oficial se acercó a él y lo golpeo.
Mi padre intento detenerlo, pero los demás soldados lo sacaron del lugar y le echaron a la calle.
- Agradece que te dejaremos en libertad alemán – respondió el oficial – llévense a los otros dos.
Aunque mi padre hizo todo por detenerlo, no pudo, y las personas presente solo observaron el espectáculo. No hacia nadie nada, en realidad nadie podía hacer algo.

**************

Salimos temprano, ni siquiera amanecía. Por dios, el amanecer a partir de ahora no lo volvería ver. Nunca más apreciaría el sol.
Felizmente el no contemplar el sol no era algo que iba extrañar; de hecho yo odiaba los días calurosos desde antes, pero el no poder ver un solo amanecer, me daría la impresión que mis días nunca comenzaban y jamás terminaban. Serian entonces mis días infinitos.
Tomamos el tren para llegar a Auschwitz, allí veríamos la forma o manera de ingresar a los campos de concentración, de hecho teníamos planeado quedarnos en el hospedaje más cercano a estas zonas solo hasta que llegara el atardecer.
Afortunadamente encontramos un hospedaje con dos habitaciones disponibles.
- Buenos días, y bienvenidos sean, ¿desean pasar más de un día aquí? – pregunto el hospedero
- No, en realidad nosotros solo queremos alquilar las habitaciones hasta la tarde – explico mi padre .su petición al hospedero, que ha decir verdad, se veía algo confuso.
- ¿Menos de un día? – Coloco el bolígrafo en el mostrador y se hizo todo oídos para escuchar la justificación a su próxima pregunta – ¿Acaso son prófugos de los campos de concentración?
- No, para ser más explícito. Mi hija y yo venimos a visitar a mi yerno, es un soldado recientemente enviado a este campo de concentración, y ya que hoy es su primer aniversario de matrimonio vamos a esperarlo al atardecer para ir luego a Berlín a cenar, así que no nos quedaremos todo el día.
- Bien, siendo así le daré las habitaciones y les ofreceré un desayuno.
- No – inquirí tajante, no deseaba ver a más gente por hoy, la indiscreción del hospedero me fastidiaba lo suficiente para ansiar la soledad absoluta.
- Disculpe a mi hija, ella está muy nerviosa con todo esto y aun así le agradezco las consideraciones – mi padre se esforzaba por ser lo más sínico posible.
La tarde se pasó lenta, como si los minutos duraran años y se hacía inalcanzable el anochecer. Estaba desesperada por ver a mi madre, ella me hacía tanta falta. Alexa me había explicado que en los primeros años aun tendría sentimientos hacia mis seres queridos, y que para evitar dañarlos procurara no ver ningún derramamiento de sangre.
Aun me parecía ver mis últimos momentos de vida frente a mis ojos.

**************

Nos acercamos a una panadería y una mujer nos dio la bienvenida, era de las trabajadoras y nos hizo una pregunta en particular al ver un listón colgado del abrigo de mi padre.
- Imagino que vienen por el trabajo, ¿Verdad?- espero por unos segundos la respuesta que no se hizo esperar
- Siempre dispuesto a laborar – respondió decidido, como si hubiera entendido su acertijo.
- Por aquí señores, son bienvenidos – nos indicó el camino, algo oscuro y extenso, al finalizar unos pasillos y escaleras pude observar una puerta cerrada con llave – Entren, la reunión comenzó hace 20 minutos – saco su llave de la cerradura.
Una vez adentro solo puede vislumbrar un gran salón medio iluminado con muchas velas, está ocupado por mucha gente ya sentada, caminamos entre la multitud y encontramos unos asientos.
- Hay mucha gente aquí - le susurre a mi padre - ¿y todos ellos son?
- Sí, son lo que son, y no sigamos murmurando o nos echaran de aquí - me silencio por unos instantes, al parecer el aún no había notado que unos hombres nos observaban cuidadosamente.
Estuve atenta a todas las discusiones y debates, entre la muchedumbre y un líder que respondía y esclarecía cada punto de vista.
Pero en determinado momento, las palabras de una mujer hicieron que me incorporara más en la reunió
- Que hay de los nazis, no haremos nada contra los soldados – pregunto una mujer canosa, de avanzada edad de entre la multitud.
- Sí, ayudemos a los aliados – grito un hombre con optimismo.
Esas palabras hicieron poner a más de una persona de pie para emitir su opinión, todos hablan y casi nada se entendía.
- No – respondió una suave y fina voz, era una dama, sentada al lado del líder de la reunión.
Inmediatamente se incorporaron en sus asientos los presentes en la audiencia.
- Ya todos me conocen ¿verdad?, mi nombre es Alexa y como sabrán muchos, muy bien; nuestro estado no nos permite estar entre humanos – respiro hondo y bajo su mirada, para pronunciar disimuladamente – excepto por los dos mortales de la penúltima fila.
Todos voltearon a vernos, y un hombre se levantó para hablar en voz alta mirándonos fijamente.
- Seguro, son espías - tomo del brazo a mi padre - ¿vienen de parte de gobierno alemán?, ¡RESPONDE!
- Suéltalo – ordeno Alexa, y se dirigió velozmente al sujeto - son mis invitados, serán los nuevos miembros de mi hogar.
- ¿estamos en plena guerra y trae a dos miembros más? – Cuestiono la antes mencionada mujer – podrían ponernos al descubierto.
- Y eso es lo que quiero evitar - respondió Alexa, regresando al tema principal – Ninguno de nosotros será participe de la guerra. Si el gobierno alemán descubre nuestra inmortalidad, inmediatamente Adolf Hitler deseara poseer esa capacidad. El simple hecho de no intervenir salvara a la humanidad, imaginen por cuanto tiempo gobernaría Hitler siendo inmortal. Sería un infierno eterno de vivir.
- Pero nosotros no nos acercaremos a los alemanes, ayudaremos a los aliados - resolvió un hombre de la audiencia.
- señores, los aliados van a ganar, eso se los puedo asegurar. Pero qué pasa si ellos se enteran de nuestro poder, al finalizar la guerra ellos querrán ser los nuevos poderosos. Inglaterra no descansará hasta tener el arma más poderosa e invencible y de igual manera se perfila Estados Unidos. – Se volvió a su asiento y acoto – solo sentémonos a esperar y con el tiempo la guerra terminara.
- no vamos a quedarnos de brazos cruzados – inquirió una mujer – ayudaremos a los aliados.
- en tal caso, no nos hacemos responsables de sus problemas- expreso de manera indiferente Alexa – si los encuentran o descubren están por su lado, pero si hablan. Entonces será nuestro fin, cada uno de ustedes podrá irse después de la reunión a donde quiera, y si nos traicionan, ¡yo misma les daré la muerte más torturadora y cruel que pudieran imagina!- en ese instante se esfumo la sonrisa angelical de Alexa para convertirse en un verdadero demonio que impacto a toda la audiencia - pueden pasar a retirarse en orden – sonrió finalmente para despedirse.
Después de que todos se retiraran ella nos llevó a una casa a las afueras de Berlín. Allí me dirigió la palabra.
- tú serás la primera, ¿verdad?- me interrogo una vez a solas en su habitación – y déjame decirte que admiro tu valentía.
- sí, yo seré la primera en – me trabe al pronunciar, y ella finalizo una frase.
- Morir, eso es lo que ibas a decir – me miro atentamente
- sí, eso. En realidad ahora estoy muy asustada, no soy tan valiente al parecer.
- Tendrás que serlo – esta vez se acercó a mí para mirarme fijamente con sus ojos profundos y envolver en un sueño tan profundo, y decir verdad en una pesadilla tan dolorosa al sentir como mi sangre se escurría en sus labios que sorbían de mi muñeca.
El latido de mi corazón empezó a desacelerar, poco a poco hasta ver pasar mi alma frente a mí, alejándose cada vez más y como despidiéndose de mi para nunca más volver.

**************

Hasta que al fin, el sol se ocultó y pudimos salir del lugar y dirigirnos a pie a los campos de concentración, afortunadamente yo no me cansaría y mi padre ya había descansado mucho en la tarde.
- Es por aquí – le pregunte, no para resolver mi duda, sino para romper el silencio incomodo que no acompañaba – sabes, es muy extraño como llegamos hasta aquí y, lo que siento ahora.
- No sientes nada verdad, además ¿Por qué habrías de sentir algo?, ya haz muerto para todos - me respondió algo fastidiado, se sentía intimidado e irritado mientras más nos acercábamos a nuestro destino.
Ya poco a poco con cada paso que daba podía ver más claramente el alambrado y unas luces que rondaban muy cerca de él.
- Bien escucha, aquí hay una árbol con ramas secas, con estas sogas amaradas al cuerpo podremos saltar – me dio la orden mi padre.
- Padre, espero no importunarte, pero esos alambres de noche tienen electricidad. Significa que todo objeto que todo hará chispas he inmediatamente los soldados nazis notaran nuestro intento por entrar.
Me sentía extraña dándole explicaciones a mi padre, puesto que él siempre fue la autoridad en la casa y jamás escuchaba mis opiniones. Y esta vez hizo una sabia excepción, y atendió a mi idea.
- No encuentro otra forma de entrar allí sin levantar sospechas
- Si hay un modo – me aleje para medir mi distancia – podría arrojarte hacia adentro.
- Es una locura, correría el riesgo de caer en el alambrado y electrocutarme. Moriría en segundos.
- Lo calibrare muy bien, padre confía en mí – le suplique por un momento de su confianza, después de muchos minutos de meditación el accedió y ambos tomamos determinada distancia para saltar – bien yo te arrojare y tu intentaras caer de pie, de acuerdo.
- Espera, mejor saltemos juntos, el peso de ambos nos dará un buen impulso – en realidad no estaba muy segura de eso, pero no podía dejarlo solo. Tal vez tenía razón y si yo lo lanzaba primero él, caería dentro y después cuando me arrojara yo probablemente solo llevaría hasta el alambrado y no pasaría la valla.
Lo cogí de los brazos y corrí lo más acertado que pude y por unos segundos sentí que volaba para luego caer al pastizal, afortunadamente dentro del alambrado. Ya habíamos dado un gran paso, pero aun hacía faltaba encontrar a mi madre y a Samuel.
Mi padre decidió ir por Samuel, por sus habilidad de realizar cualquier tipo de trabajo de fuerza podía estar en Auschwitz I que se encontraba muy cerca de donde habíamos ingresado nosotros, y yo iría a Auschwitz II , según decían ahí llevaban a laa mujeres para realizar trabajos especializados.
Camino a Birkenau que se encontraba a 2.5 km de la entrada, empecé a recordar a mi madre Sahar. Era como si la tuviera en mi mente todo el tiempo que me tarde en caminar que en realidad no fue mucho. Disponía solo de una hora y media para volver a mi punto de partida, y mi reloj estaba perfectamente cronometrado.
Una vez cerca de una tienda de refugio, me propuse tocar la puerta, pero algo llamo mi atención. De no haber sido por que recordaba exactamente la ropa con la que salió mi madre por última vez de casa, no habrá distinguido entre los cadáveres un en especial.
Me fui acercando sigilosamente para que los guardias no me vieran y fue entrando en ese poso lleno de cadáveres para sacar hacia la superficie uno que tenía en la mano la alianza de matrimonio de mi madre, quise y rogué por que algún prisionero le hubiera robado esta joya a mi madre y luego hubiera muerto.
Fue en ese instante tal vez el más doloroso después de mi transformación que pudiera percibir. Yacían miles de cuerpos que solo les faltaba que su corazón dejara de latir por completo, puesto que todos ellos habrían llegado recientemente del tren que los trajo a Auschwitz, pero al no soportar alrededor de 3 a 4 días sin comer ni beber agua , se desvanecieron cayendo en un estado de inconsciencia por la debilidad que sufrían.
Por unos instantes intente aferrarme a ella, pero me lastimaría más; tal vez y aunque aún no comprendiera, me iba hacer mucho mejor a mi alejarme lo más pronto posible de ese lugar. Ya pronto cremarían los cuerpos inservibles.
Emprendí mi última caminata por el pastizal de los campos de Auschwitz, y era tanto el dolor que no quería permanecer ni un segundo más ahí, sentía un impulso grande que empujaba a mis pies a que avanzaran primero normal y luego más aprisa hasta un instante en que no podía ver el alambrado más que como solo alambre interminable, y eso me hacía desesperar más. Toda una vida son mi familia para poder tenerla a mi lado, empecé a detestarme a mí misma, empecé a destetar el tiempo que vivía y lo que no solo sentía yo, sino el absurdo regocijo que pudiera sentir un soldado nazi al ver morir a gente inocente.
- ¿Estás seguro padre que podrá volver aquí?, probablemente ella este muy cansada de caminar más de 2 km – puede oír esas palabras muy de cerca, era mi hermano Samuel muy cerca de mí y me detuve bruscamente.
- ¡Haz llegado tarde! - me exclamo mi padre – ¿Dónde está tu madre?
- Solo vámonos ya – trate evadir la respuesta – salgamos antes de que no vean.
- ¿Qué paso son Sahar? – me pregunto algo tembloso, presentía mi respuesta.
- Ella, ¡está muerta! - exclame para que me oyera lo suficientemente bien para que no tuviera que repetir esas palabras.
Ante mis ojos vi el acto más valiente que mi padre pudiera haber mostrado, respiro y puede notar que una lagrima recorrió su mejilla en señal de que jamás olvidaría a su esposa pero que continuaría hacia adelante.
- Katherine, podrías dar un abrazo – me rogo mi hermano.
Inmediatamente mi padre dijo con voz firme:
- Vamos por unas armas, el salir de aquí no nos será fácil y necesitaremos defendernos de lo que se nos ponga en frente.
Samuel no mostro una tienda de vigilancia nazi que tenía armamento y provisiones, sacamos lo necesario y cuando estábamos por irnos, pude divisar entre la oscuridad que un soldado alemán se acercaba.
- Alguien se acerca, Samuel, tú distráelo y dile que has venido a entregar algún trabajo o algo parecido – mi padre se escondió junto a mí dentro de un ropero con abrigos de los oficiales nazis.
- ¡Que hace usted aquí!, regrese a su sector- grito el oficial de guardia.
- Espere, yo solo vine a mostrarle esto – mi hermano le incidido para que se acercara lo suficiente y poder sacarle su arma.
- Aquí no hay nada – inmediatamente mi padre salió del ropero y se le abalanzo para que lo sujetara bien, pero el hombre opuso resistencia. Yo jamás pensé en hacer algo así, pero mi sed de venganza era tan grande, que si me hubieran dado un arma para matar a los soldados nazis, hubiera acabado con todos y cada uno de ellos en segundos.
Lo sostuve fuertemente por detrás y lo mordí en la yugular, inmediatamente su sangre se empezó a verter por mi garganta, trate de quitarle la mayor cantidad de sangr que pude, para anularle la posibilidad de sobre vivr, aunque yo podía sentir que su sangre era sucia y tóxica, hasta que no pude más y lo solté, allí en el suelo bastante desangrado, agonizaba y para evitar una transformación, le rompí el cuello y eche sobre fuego.
- Como hiciste eso Katherine, lo – intento calmarse para articular la palabra, pero tenía un nudo en la garganta – mataste, mataste a un hombre.
- Él no era un hombre, era un monstruo – respondió mi padre tratando de sobreponer a Samuel.
Yo solo me sentí lo suficientemente fuerte para seguir con mi camino, lo que acababa de hacer sobre pasaba los ideales que tenía y ahora contra los que tenía que luchar porque de algún modo me había convertido en una asesina.
Inmediatamente salimos de ahí, puesto que en cualquier momento algún soldado podía llegar para relevar a su compañero.
Empleamos la misma táctica usada para entrar solo que esta vez los arroje uno por uno y cuando finalmente y saltar yo un soldado me disparo en la pierna, logre pasa el alambrado sin chocar con él, pero estaba herida aunque no sé porque extraña razón no me salió sangre.
- ¿Estas bien? – Me interrogo Samuel – ¿cómo es que haces todo esto?
- No puedo responderte por ahora, pero solo te puedo decir que en este momento solo nos queda una salida – di un suspiro para incorporarme en la caminata - y esa es Escapar hacia la muerte.

por **alinprincess** Dom 05 Mayo 2013, 12:25 am

Holis síguela amiga esta y se ve súper,tienes que seguirlaaaaaaa
Soy tu Segunda, Fiel Soñadora Lectoraaaaaaaa

Siguelaaaaaaaaa

por **Schere** Dom 05 Mayo 2013, 3:01 pm

sigelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

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