We are who we are {Ron Weasley y tu}

Cap.1
-Narra Rebecca-
Estaba moviendo mi pie de un lado a otro, con la barbilla apoyada en la palma de mi mano, viendo el reloj a cada minuto, me encontraba en la clase de Pociones, compartida con Slytherin, en una mazmorra, sin embargo, estaba impaciente, Dobby tenia algo que decirme, según el importante, Dobby era el elfo domestico de Hogwarts, junto a mas, sin embargo, Dobby es mi único amigo, y estoy agradecida de tener su amistad.

Mire el reloj por enésima vez, y volví la vista a Snape, disfrutando de avergonzar a Neville Longbotoom, un compañero de Gryffindor, decía cosas como, “Eres la vergüenza de tu familia Longbotoom” “Eres tan estúpido como Sirius Black”, esa fue la gota que colmo el vaso.

-Bueno, según varios maestros que enseñaban en Hogwarts en ese tiempo, dicen que Sirius Black era muy aplicado, e inteligente- Conteste con frialdad parándome de mi asiento, nadie, absolutamente nadie, insulta a mi padre en mis narices.

-Para tu información Black, el era un sucio bastardo- Contesto con sus dos cortinas de cabello grasiento cayéndole por las mejillas.

-¿A si?, bueno, que el haya sabido divertirse en su juventud, no lo vuelve un sucio bastardo- Conteste temblando de cólera, media aula estaba viéndome, sin embargo, no me sonroje, mi cara no representaba ninguna fracción que no fuera cólera.

-Ah claro, lo olvide, el es tu padre- Replico con frialdad.- ¿Estas orgullosa de papi Black?, pudriéndose en Azkaban, que orgullo.- Ironizo Snape, provocando risas de Slytherin.

-¡El no se merece estar ahí!, ¡Si me hiciera el favor de no criticarlo y no juzgar sin conocer encantada le agradecería!, ¡Pero como siempre Black se muerde la lengua y se calla!, ¡Esta vez no!, ¡Me vale un comino que sea un profesor!.-Grite con la cara colorada y matando a Snape con la mirada.

-Bien sabes tu que si se lo merece, matar muggles no es un juego

-¡Que usted le guarde rencor no significa que se merezca su lugar en Azkaban! ¡Por que no se lo merece! ¡El no mato a esos muggles!

-¡Basta Black! ¡A la oficina del profesor Dumbledore!

-¡Usted la provoco!, ¡No vaya a lloriquear con el profesor Dumbledore por algo que usted provoco!- Grito una voz desconocida unas cuantas filas atrás, al voltearme con mis mejillas rojas, note a Ron Weasley levantado de su asiento, con las orejas rojas.

-¿También quieres castigo Weasley?, ¡Bien!, los dos fuera- Grito Snape señalando la puerta.-¡Directo con Dumbledore!.

-¡Bien!, ¡¿Le mando saludos de su parte?!- Grite echando fuego por la mirada, provocando unas cuantas risas de Gryffindor.

-¡Fuera!, ¡50 puntos menos para Gryffindor!

Tome mi mochila del suelo, y avance a la puerta con grandes zancadas, deje la puerta abierta, y Weasley paso por ella, apenas su talón abandono la mazmorra, cerré de un fuerte portazo la puerta, haciendo temblar varios calderos.

-Señorita Black, ¿Por qué esta fuera de clases?- Pregunto una voz conocida, me voltee con las mejillas rojas de cólera, sin embargo, me calme al ver a Dobby.

-Voy con Dumbledore- Bufe imaginando como un caldero hirviendo le caía a Snape y este echando humo agonizaba.

-¿Castigada señorita Black?- Pregunto Dobby sin darle créditos a sus oídos, obvio ver a su amiga que se mordía la lengua en toda ocasión hiendo castigada a la oficina de Dumbledore no era normal.

-Si, ¡Pero tenia mis motivos!, insulto a mi padre- Lo ultimo lo susurre bajando la mirada, ser la hija de Sirius Black, y que todos lo juzgaran un asesino no era lindo.

-¿Quién fue Señorita Black?- Pregunto un Dobby curioso.

-Snape- Bufe rodando los ojos.

-Profesor Snape Señorita Black- Hablo una voz serena y calmada a mis espaldas, el profesor Dumbledore.
-Si, lo siento profesor- Conteste dándome la vuelta, con Weasley haciendo lo mismo.

-Vengan- Hablo con esa misma voz serena.-¿Qué los trae a mi despacho?- Pregunto cuando llegamos a su despacho, este se sentó en su escritorio, con Fawkes en su escritorio, pidiendo caricias, Weasley y yo nos sentamos en las mesas delanteras.

-Fue el profesor Snape- Susurre con la cólera volviendo a mi.

-¿Qué paso con el?- Pregunto Dumbledore juntando sus dedos largos.

-Insulto a mi padre- Volví a susurrar con la sangre volviendo a mis mejillas, y apretando los puños.

-¿Qué dijo de su padre Señorita Black?

-Dijo que era un sucio bastardo- Repetí susurrando apretando los dientes para no soltar palabrotas en contra de Snape.-Que se merecía su lugar en Azkaban.

-Es comprensible- Hablo Dumbledore asintiendo con la cabeza.-¿Y usted Señor Weasley?.

-También le grite a Snape- Admitió como si fuera lo mas normal del mundo.

-Profesor Snape, Señor Weasley, ¿Y usted por que?- Pregunto Dumbledore alzando las cejas hacia Weasley.

-Bue-bueno, me enojo un poco lo que dijo- Se encogió de hombros Weasley.

-Es comprensible la reacción que tuvieron ambos, por esta ocasión no serán castigados, pueden retirarse- Dijo Dumbledore señalando la puerta.

Tome mi mochila, y mas relajada, pero aun hirviendo de cólera, me encamine hacia la cocina de Hogwarts, para hablar con Dobby, y lo importante que tenia que decirme, cuando…

-Un gracias, valdría mucho, ¿Eh Black?- Hablo Weasley a mis espaldas cruzándose de brazos.

-¿Gracias?, si yo no te pedí que lo hicieras- Hable volteándome para ver a Weasley.-Tengo que irme así que adiós- Dije cortante al ver que no respondía para retomar mi camino a la cocina de Hogwarts.

Aun sentía mis mejillas arder, y aun quería acecinar a Snape, pero, no puedo,me enoja tanto no poder hacer nada por mi padre, encerrado en Azkaban, culpado por algo que no hizo!.

Pude notar que todo rastro de cólera desaparecía y fue remplazada por melancolía, mis ojos se empezaron a cristalizar, y me senté en un rincón cercano.

Lagrimas empezaron a caer por mis mejillas, dejando un rastro difícil de borrar, me enoja tanto no poder hacer nada por mi padre, ni si quiera puedo visitarlo.

Abrace mis piernas y apoye mi cabeza en esta, lagrimas aun caían sin cesar, sonó el timbre indicando el termino de clases, y me seque las lagrimas con la manga de la túnica.

-Señorita Black!- Oí gritar a Dobby corriendo hacia mi.

-Hola Dobby, ¿Qué es lo importante que tenias que decirme?- Pregunte forzando una sonrisa.

-Es sobre su padre, pero, no puedo decírselo aquí, sígame- Dobby me ofreció su mano, aceptándola, me levante del suelo, y lo seguí por los pasillos de Hogwarts, que ya se empezaban a llenar de alumnos.

Dobby me llevo a una especie de salón, pero era muy pequeño, todos los muebles estaban cubiertos de mantas negras y llenas de polvo, los focos parpadeaban cuando los prendías, y tenia un ligero olor a abandonado.

-¡Habla ya Dobby!- Exclame impaciente agachándome para ver sus ojos.

-Señorita Black, su padre ah escapado de Azkaban, y me ah dicho, que esperara usted, hoy en su sala común, frente a la fogata, a las 2:00 am, para que no haya nadie espiando- Susurro Dobby doblando las orejas.

-Dobby…¿Sabes eso lo que significa?- Pregunte con una sonrisa de oreja a oreja.

-No señorita, ¿Qué significa?

-Dobby…¡Mi padre al fin esta libre! ¡Tiene la libertad que merece!- Abrace a Dobby levantándolo del suelo y dando vueltas con el en brazos, llorando de felicidad.

Para la tarde del mismo día, la noticia de que mi padre había escapado, se corrió por todo Hogwarts, todos decían que quería matar a Potter, y que era algo así como mortifago, que ganas de reír me dan cuando escucho esas estupideces.

A las 2:00 am, baje impaciente a la sala común, esperando en la fogata como ordeno mi padre, sin embargo, me quede dormida enfrente de esta, tirada en el suelo.

-Pss, Rebecca!- Susurro alguien enfrente de mi, solté un grito ahogado al enterarme de que era mi padre, sin embargo, su cabeza estaba en la chimenea.-Shh!.

-Lo siento, que alegre estoy de verte, te daría un abrazo pero no quiero quemarme- Dije con tono burlón, provocando su risa, música para mis oídos, año sin verlos, años sin oír su risa, sin ver sus ojos, me doy cuenta de la sola que estuve todo este tiempo desde que mi madre murió, y mi padre fue a Azkaban.

-Mira como has crecido Rebecca, ¿Hay chicos?- Pregunto levantando y bajando las cejas con sonrisa picara mi padre.

-¡No!- Me apresure a negar sonrojándome.

Empezamos a charlar, yo le hacia preguntas a el, y el a mi.

-Rebecca, ¿Qué se dice en la escuela?- Pregunto repentinamente serio mi padre.

-Que quieres matar a Potter, y eres por así decirlo un mortifago- Susurre cerrando mis puños con fuerza.
-Sabes que solo quiero verte a ti, ¿Verdad?- Pregunto con una sonrisa.

-Si- Conteste con una sonrisa.- Pero la escuela esta repleta de dementores, ¿Qué haremos?.

-Bueno…solo estate atenta, me tendrás cerca eso si, y si hablas de mi en publico, refiérete a Hocicos.- Contesto con una sonrisa, y sin mas se fue, dejándome con la palabra en la boca, la cólera volvía a apoderarse de mi, ¿!Como pudo irse así sin mas?! ¡Después de tantos años se va así sin mas!.

Al día siguiente, me levante de buen humor, a pesar de que mi padre se fuera así por que si, al fin pude verlo, en el Gran Comedor, una lechuza marrón se acerco a mi plato, con una carta en su hocico, se la quite y empecé a leer:

Hola! Espero que hayas dormido bien, lamento haberme ido así sin mas, sin embargo, tuve que hacerlo, supongo que no notaste a la gata de Filch atrás de ti, ¿verdad?, como sea, espero que te haya gustado tu regalo, supongo, que te estarás preguntando, ¿Cuál regalo?, pues la lechuza que tienes enfrente, la encontré en el bosque estaba herida, y la cure, espero que te guste, te seguiré escribiendo, y si ves a un perro grande y negro, no te asustes, se te hará conocido, ya veras.
-Hocicos.

Levante la vista de la carta y vi a la pequeña lechuza tomando de mi jugo de calabaza, sonreí, mientras m guardaba la carta y acariciaba a mi lechuza.

-¡Eh Black!, ¿Tu padre no se ah conformado con esos muggles? ¿Ahora también va tras Potter?- Pregunto alguien a mis espaldas, cuando voltee me encontré a Draco Malfoy con una sonrisa de ego atrás mío.

-Cállate…-Susurre apretando los dientes.

-Uy, pero que miedo- Susurro moviendo sus manos de forma extraña.

-Te lo advierto Malfoy, estas provocando a una de las mejores alumnas en DCLAO- Susurre tomando mi varita y levantándome, mi nueva lechuza seguía comiendo de mi desayuno.

-¿Me vas a lanzar una maldición?- Pregunto burlón.

“Desmaius” pensé apuntando con mi varita a Malfoy, este salió volando por el comedor, ah estrellarse contra la pared final.

-¡Black! ¡A mi oficina ahora mismo!- Rugió McGonagall levantándose de su silla, tome mis cosas, incluyendo mi lechuza, esta, se apoyo en mi hombro, y ululó cariñosamente.