The Black Umbrella

• Nombre: The Black Umbrella.
• Autor: #Rec.
• Adaptación: None.
• Género: Fantasía: {Romance - Drama - Tragédia - Aventura - Mistério}
• Advertencias: No Lectores fantasmas. Asdasd ewe
• Otras páginas: None

Sam, una chica de 18 años ya casi cumpliendo sus 19; muy torpe, vergonzosa, que viste siempre de negro y poco trabajadora vive su vida normal como toda persona, pero después de un accidente, pasa internada unos días y sale del hospital. No sabía cuantos días había sido internada y siguió con su vida normal. En los días de trabajo siempre tropezaba con la misma persona, Diana, una estudiante de 16 años, de cabello corto y de estilo algo colorido en su forma de vestirse, quien siempre pasaba junto a su celular sin hacer vida social con nadie. Sam no la conocía. Una noche, después de haber trabajado tuvo un problema con descargar una aplicación de su celular, este se apagó y no volvió a prender. En ese mismo momento, vuelve a tropezar con Diana. Desde ahí Sam tiene la curiosidad de conocerla. Cada día en que la veía, aprovechaba de hablarle, pero la estudiante parecía expresarse muy extraño cada vez que se le acercaba. Pero con el tiempo, Sam logra ser amiga de Diana y la estudiante se encariñaba más con la chica y desde ese momento, las cosas que les pasa a las dos chicas, no son las mismas ni las más normales. Diana ayuda a Sam arreglándole el celular, también Sam tiene un nuevo amigo y no mucho se junta con Diana. La pieza de la estudiante es un secreto que solo se lo cuenta a Sam, más que sus celos de ver a la chica con otra persona los secretos y el otro mundo de su pieza, se abrirán y lo único en donde se comunican son desde sus celulares… El celular de Diana, mantiene la vida de Sam y el celular de esta, la de Diana, si uno es destruido, una de ellas morirá…

Era un día soleado y con el cielo despejado, era de mañana y el viento entraba por la ventana que se encontraba abierta de la habitación de Sam, quien aun se encontraba durmiendo enrollada sobre las sabanas blancas. Faltaban dos minutos a que sonara la alarma de su celular. La habitación de ella se encontraba oscura, por las cortinas tan gruesas que tiene haciendo que los rayos del sol no traspasaran... «¡Teep teep! ¡Teep teep!» Empezó a sonar el despertador, la pobre chica se enrollaba aun más para no oír ese ruido molesto, pero no lo aguantaba, se dio la vuelta y toca la pantalla del celular para detener la alarma. La oscuridad en las mañanas en su pieza no la ayudaban a despertarse, dándole más ganas de seguir durmiendo.

Se estaba haciendo tarde y se apresuró poniéndose cualquier ropa que le acomodara. Salió de su departamento con unas botas y pitillos negros; una camisa blanca y delgada para el día, y encima una chaquetita sin mangas negro. Mientras iba caminando se tomaba el cabello azul oscuro con alguna cinta bonita, dejando la casquilla sobre su cara. Por último, para distraerse se pone sus audífonos blancos y guarda su celular dentro del bolsillo de su pantalón.
Camino al trabajo, al cruzar la calle, sin darse cuenta un auto blanco aparece y choca con ella. La chica cae sobre el capó del auto y después cae al suelo. Despierta en un lugar brillante y blanco, primero creyó que era aquel luz hacia el otro mundo, pero observa el lugar en donde estaba; en un hospital.
-¿Qué sucedió?- Preguntó Sam, recien despertando, mirando el techo.
Su amiga estaba al lado de ella un tanto preocupada: -tranquila, solo fue un golpe-
-¿Un golpe...?- Mira a un lado donde se encontraba un ramo de pequeñas flores grises: -¿Quién las dejó?-
-No sé, les pregunté a las enfermeras y me dijeron que una niña entro diciendo que te conocía-
-mmh... bueno, pero soy bastantes raras- Suspira agotada volviendo a recostarse y cierra los ojos.

Los abrió nuevamente, vio que encima de su velador habían más flores marchitadas, menos las grises y su amiga ya no estaba a su lado. Se levanto de la cama, camino hacia la puerta. Una enfermera la vio.
Había pasado un rato y Sam sale del hospital, yéndose directo a su casa llevando consigo las flores grises.
Al otro día vuelve al trabajo, se levanta temprano igual como todos los días, llega y al entrar todos se la quedan mirando, ella no entendía el porqué de esas miradas. Se pasa a su pequeña oficina tranquila y aparece su amiga:
-Sam, volviste...-
-¿De qué me hablas?-
-Esto... todos pensamos- dice la rubia con la mirada baja.
-Oye, pero dime qué sucede, jaja, me ven como si fuera alguien más-
-Hoy es Julio diez y fuiste internada en Mayo, ósea, has estado mucho tiempo en coma- La amiga, recoge su cabello rubio: -Sí, tienes algo diferente, perdiste tu oreja izquierda-
Sam sin creer, sorprendida empieza a tocarse la cara hasta llegar a su oreja: -¡¿Qué tiene?! ¡¿Qué le pasó?!- Dice con miedo. La otra se echa a reír casi callándose al suelo: -Nada, ¿como caes tan fácil? Jaja- Pero Sam le dio nauseas y se fue corriendo al baño a vomitar.