EL DIARIO DE UNA VAMPIRA LOGAN Y TU

All you need is love

Nací un 12 de Mayo en Madrid. Por ese entonces no era la misma ciudad que es hoy en día. Más bien, parecía un pueblo en grande que no había logrado desarrollarse al cien por ciento. Crecí y di mis primeros pasos en Vallecas, un pueblo de la misma zona. Mis padres trabajaban, ambos, pero como yo tenía que ir a la guardería, mi primo Álex, quien por entonces no era más que un niño de doce años, cuidaba de mí. Hasta que mis padres decidieron que lo mejor para la familia sería mudarse a la zona “de estirados”. Yo… Bueno, nunca perdí el contacto con mi primo, quien ahora es padre (pero eso ya es otra historia), y él fue quien me ayudaba siempre que lo llamaba. Estudié en el colegio Honduras; un colegio privado, y en el cual contaba con profesores que me hablaban en distintos idiomas. A decir verdad, yo era mentirosa, y demasiado traviesa. Con mucha frecuencia, me escaba de las clases o pegaba a los demás niños. Por eso mis padres me cambiaron al poco tiempo. Y justo cuando tenia cuatro años, mi madre anunció su segundo embarazo. Se suponía que sería una forma de aumentar la familia; pero consiguieron alejarme a mí de ella. Ellos se fueron a Italia, y yo me quedé con mi primo. Apenas sabía hacer cosas. Y para cuando volvieron, con la pequeña Kelly en brazos, lo primero que sentí fue amor. Pero poco tiempo después, sentía control. No quería ni dejaba que nadie se acercara a ella por nada. Pegaba a todos los que osaban tocarla. Y así era yo. A los cinco años hablaba inglés, italiano, francés y sueco. Mi primo solía contarme historias en inglés. Pero sólo con él comía o hacía mis actividades. El médico decía que tenía problemas con mi salud. Pero mis padres le restaron importancia argumentando que eran cosas de la edad. Así fue como a  los cinco años estaba delgada como un palillo y pálida como una hoja de papel. Sin embargo, mi primo seguía diciéndome lo importante que era eso. Y pues, como mi Hermana comia, le echaba todo a ella. Así que empeoré. Y para cuando cumplí los seis años, me ingresaron en el hospital por los demayos y la falta de hierro. Ahí pasé dos o tres meses. Cuando salí, no podia hacer nada mas que no hubiera sido dormir, porque todo me dolía.  Así pasaron los días, de lunes a Viernes igual. Pero a los diez años tuve a mi hermano, Ian Anthony, quien nació en Italia. Mis papas se fueron con el de viaje para presentarlo mientras yo me quedaba, como siempre, con mi primo Álex. Mi hermana, bueno… ella, se fue con mis padres. Supongo que me acabé por acostumbrar a que me mantuvieran alejada. Asi que a los doce años no hacía nada más que no fuera planear cómo escapar. Escribía libros, poemas, para las clases, pero mis profesores me llamaban “la niña triste”.  Cuando cumplí quince, mi primo me contó que estaba a punto de ser padre por primera vez. Y yo estaba muy contenta. Pero eso se acabó cuando, su novia, dijo que no estaba preparada para ser madre, y se fue. Dejando a mi primo solo con un niño. En ese momento, yo me iba todos los días, salvo los sábados a ver a Luca, el bebé que ahora tiene dos años. Es la razón por la que me llama “mami”. Después de eso, la madre del niño dijo que estaba arrepentida y que quería volver. Mi primo como un estúpido más en su lista, se creyó todo esa falsa mentira. A los meses ella volvió a quedarse encinta. Y nació Benjamin. Hoy en día, Benjamin y Luca son mis dos preciosos niños. Luca tiene dos años y Benjamin apenas un mes. Yo vivo con mi primo, aunque a veces debo volver a casa, y Luca me llama “mami”. La madre está en España, pero no con ellos, no con nosotros.

Soy alta para mi edad. Mido 1,68. Tengo el pelo marrón claro, dorado. Ojos grises. Y Bueno, mi tez es bastante clara. No me consider gorda ni tampoco delgada. Pero si has leído mi historia sabras por qué. Tengo la mania de llevar siempre maquillaje. Así que siempre suelo estar pintada. Soy muy miedosa, sobretodo, mi fobia a la oscurdad. Creo que soy demasiado sensible, lloro con facilidad.  Pero todo lo intento hacer bien, de Buena gana. Me comport como madre, eso los que me conocen lo saben muy bien. Y ODIO que me digan que madure.