Bienvenidos a Los Juegos Del Hambre Nº 100

La cosecha - parte 1

La mañana estaba helada, el distrito 3 se preparaba para la cosecha, este año sería el 4º Vasallaje de los 25, por lo cual, las personas estaban mas nerviosas de lo normal.
Desde el pueblo se podía observar como en las montañas y el bosque un poco mas allá, el viento soplaba realmente fuerte.
Hoy el día estaba silencioso, nadie paseaba por las calles, los puestos estaban cerrados, y los niños que siempre se reúnen a jugar en una pequeña fuente hoy no estaban, era su primera cosecha.
En una casa algo antigua y desgastada de dos pisos se abría la puerta para dejar ver a una hermosa chica de unos 16 años, algo alta, de cabello castaño claro y ojos marrones profundos.
Llevaba una chaqueta de cuero negra algo larga y unos pantalones algo sueltos con una botas negras.
Se dirigía a la parte trasera de la casa en la cual, en unas cuerdas, se encontraba colgada su ropa y la de su hermano mayor, que usarían en la cosecha.
Unos gatos de color negro la miraban desde el muro que separaba esa casa de las demás.
Su cabello se ondeaba por el viento al igual que su ropa.
Cerro la puerta de su casa de golpe al entrar, la temperatura cambio de repente a una mas cálida, su familia aun dormía.
Dejo la ropa en el respaldo de una silla y subió las escaleras intentando hacer el menor ruido posible por culpa de las botas, debió haberse quitado antes esas cosas.
Al llegar arriba un niño rubio de al menos 4 años salía refregandose los ojos de su habitación.
-Que haces Chely? - así le decían todos, Chely, y que venga de su hermano puede ser la cosa mas tierna que hay en el mundo, ya que lo dijo con una voz algo ronca por el sueño y la pereza.
-Nada Ian ve a dormir, no te preocupes - le contesta la chica casi susurrando mientras se agachaba para estar a la altura del niño.
El, la miro con sus ojitos marrones mas claros que los de la chica y luego de eso, regreso a su habitación junto con su hermana.
Ella, lo levanto y acostó sobre el colchón para luego poner las mantas sobre el y darle un beso en la frente.
Dos habitaciones mas allá, la chica buscaba unas sandalias que le había dado su madre la noche anterior, eran blancas y con un poco de elevación, al menos unos 10 cm.
Bajo rápidamente para no despertar de nuevo a su hermanito, agarro el vestido color celeste que le llegaba hasta las rodillas y entro directo al baño, estaría lista antes que todos y le daría tiempo a cocinar antes de que se despierte su madre.

La cosecha - parte 2

Al salir del baño ya vestida y peinada con un moño recogido fue directo a la cocina, era algo pequeña pero al menos tenían una.
En la mesada, habían unos platos y vasos que Chelsey lavo anoche pero no guardo por causa de la flojera.
En una repisa se encontraban algunas de las cosas que comerían hoy, por ejemplo, había un poco de leche de cabra, queso y pan.
Aprontaba la mesa para cuando se despertaran, miro al reloj que estaba sobre el marco de la puerta, eran las 10 de la mañana, a las 12 tendrían que estar en la plaza principal con los nervios de punta para saber cuales son las reglas de este año, y quienes serán los participantes que tendrán el "honor" de ir a los juegos.
Unos pasos bajando las escaleras la hicieron sobresaltar, enseguida por la puerta apareció su hermano mayor, Math, de 18 años, esta sería su ultima cosecha por suerte.
Su cara de dormido era inconfundible, podía jurar que no pudo dormir bien anoche.
-Porque esa cara? -pregunta mientras se sentaba en la mesa y agarraba un pedazo de pan, su voz sonaba baja y lenta.
-Que me pasa? es la cosecha Math, quieres que este tranquila? además es un Vasallaje, quien sabe que puede pasar...- dice su hermana con tono de preocupación, le atormentaba la idea de que alguno de ellos dos saliera elegido para los juegos.
-Chely, tranquila si? no pasara nada, lo prometo! - Math se levanto para abrazar a su hermana, lo que menos quería es que llorara por lo que pueda pasar, le rompería el corazón, nunca habían pedido alguna tesela, pero no quiere decir que no puedan salir elegidos.
-Te has puesto a pensar...que sería de mamá, Ian y Anne sin nosotros? - decía Chelsey, Anne era su hermana, de 9 años, una niña muy inocente, su madre podría cuidar de ellos, pero aun así necesitan mucho de sus hermanos mayores.
Unos pasitos entrando a la cocina hace que los hermanos giren sus cabezas en dirección de ellos.
Ian se había levantado, y por lo visto había ido con su mamá, ya que venía vestido con una camisa a cuadritos y unos pantalones de color azul, se había cambiado el pijama.
Tenía un osito agarrado de su brazo mientras entraba sonriendo, si tan solo supiera lo que le espera cuando cumpla 12 años, de los nervios que pasara, de que se desesperara para que no saliera elegido, de solo pensar eso a Chelsey se le rompía el corazón.
- Que guapo estas! pero debes arreglar esto -dijo su hermana acercandose al niño, traía el dobladillo del cuello de la camisa mal puesto. -Ya esta, ven a comer -decía sentandolo en la silla y dandole un poco de leche y pan con queso.
Anne y su madre llegaron un poco después, el ambiente estaba un poco tenso, nadie hablaba, hasta que llego el momento. Su padre? su padre había muerto en un accidente de trabajo, realmente horrible, pero habían logrado salir adelante.
-Que la suerte este siempre de mi lado... -dijo Chelsey antes de bajar las escaleras y salir de su casa tomada de la mano con su hermanito Ian, para ir con su familia a la cosecha, mientras veía como las familias se despedían de sus hijos, hermanos, primos y nietos, da lastima...