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Mensaje por danna280994 Miér 09 Mayo 2012, 11:19 am

Nombre: I watch you, NY. (En español: te vigilo, NY)
Autor: Danna Canterino
Adaptación: No.
Género: Romance, policial, drama, etc
Advertencias:
Tiene unas muy pocas escenas eróticas, pero casi nada, y tiene las
escenas del crimen de varios homicidios. Pero nada grotezco, todo
descrito con respeto hacia el lector.
Otras páginas: No

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

La historia narra la vida de los cinco protagonistas, Bella Wandercill, Tony Tiffany, Hana Bertelli, Savannah Breedon & Jean Louis Bourqué, cinco chicos ricos del Upper East Side de Manhattan, los más populares de la ciudad. Cuenta la historia de sus vidas amorosas, de escuela, familiares y sus propios problemas personales. Mientras los sucesos de su vida "cotidiana", ya que la vida de ellos no tiene nada, se ven afectados por unos sucesos marcados por la desgracia. Allí es donde aparece Bonnie, una asesina serial que mata aquellos que aparecen en su lista, una lista que colgó en internet donde la gente votó a los más inpopulares, y aquellos que lo sean, terminarán bajo la hoja de su cuchillo. Tony Tiffany, uno de los niños ricos del UES, con un coeficiente intelectual de más de 190, llegó a graduarse a muy temprana edad de la universidad, y ya es un Agente del FBI en las oficinas de Washington, DC. Su equipo de investigación es designado para atrapar a la escurridiza Bonnie, la cual no va a parar hasta destruir a todos aquellos que sean "chicos populares". Ella, es la que narra el
día a día de los personajes principales, mostrando sus miedos, inseguridades y todas aquellas fallas que como seres humanos tienen y las ocultan tras esa capa de perfección.


Me equivoqué de sección el otro día, soy una tonta ¬¬ & no supe como cambiarla así que acá la pongo de nuevo xd espero & a alguien le guste & me diga que le parece (: Danna . ~


Última edición por danna280994 el Miér 09 Mayo 2012, 9:29 pm, editado 1 vez
danna280994
danna280994


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I watch you, NY Empty Re: I watch you, NY

Mensaje por # Jossieasley Miér 09 Mayo 2012, 11:25 am

Danna, suena super interesante (: tienes que seguirla...
# Jossieasley
# Jossieasley


https://www.facebook.com/nick.espejel

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I watch you, NY Empty Capítulo 1

Mensaje por danna280994 Miér 09 Mayo 2012, 2:34 pm

Capítulo #O1. Presentando a la realeza

Hay un lugar en el mundo, que se le puede llamar el cielo en la tierra, el Edén de la realeza, el paraíso de los pecadores o simplemente, el Upper East Side de Manhattan donde los privilegiados, aquellos que nacieron en cuna de oro, tienen todo lo que una persona desearía tener. En el vecindario de Lenox Hill, el cual se encuentra entre la Quinta Avenida y la Avenida Lexington, vive la realeza neoyorkina. Es el barrio más prestigioso de toda la Gran Manzana, donde todo lo que uno quiere y anhela lo obtiene, y no con una varita mágica como nuestra desgraciada Cenicienta, sino con un teléfono celular con una buena lista de contactos, y una cifra abundante en el banco. Allí, donde los excesos son moneda corriente, la ropa de alta costura se exhibe con elegancia y gracia, y en donde el apellido es marca registrada.
Pero este mundo de ensueños no es todo color de rosas, y allí es donde entro yo. Señoras y señores, damas y caballeros, me presento ante ustedes. Me pueden decir, Bonnie. Desde que tengo uso de razón he usado este nombre, aunque claro, mi mamá me ha puesto uno más tierno y rozagante, tan tonto que da verguenza mencionarlo.
Pero basta de hablar de mi. Hablemos de algo mucho más interesante, los acontecimientos que nos rodean a nosotros, en el Upper East Side, el cielo en la tierra y las puertas de este, la Quinta Avenida, pero en este cielo no solo vivén ángeles, hay demonios disfrazados con alas y aureola.
Vamos a ser completamente sinceros, soy una especie de intermediaria, entre el pueblo neoyorquino, y la realeza de este. Y seamos sinceros, es algo justo que alla una voz para defender lo que creo que está mal, y poder corregir a estos ricos que creen que las cuentas bancarias son la verdad de uno. Pero bueno, como en toda realeza, la familia se divide, y seamos sinceros, una archiduqueza, no es lo mismo que una princesa, ¿verdad? Y para ser honesta, mi "familia real principal" está constituída por cinco personas.
Empecemos.
Savannah Breedon, hija de Tim Breedon, jefe ejecutivo de Legan&General. Su madre, Katy Breedon, es parte de la asociación de White Gloves, de la ciudad de New York, pero esta rubia mujer, mayormente se encuentra de compras por Europa, descuidando sus labores "domésticos". Savannah, es una de las más privilegiadas del UES, su cabello rubio largo hasta la cintura, sus ojos claros remarcados siempre con un tono natural y esas típicas facciones británicas. Su acento bien marcado y sus gestos de una típica señorita inglesa. Aunque, Savannah, a demostrado que no es solo una europea con dinero más, que se comporta bien en las fiestas de gala y en cenas importantes, que estudia en la Universidad administración de empresas para luego dedicarse al imperio familiar, y hacer buenos amigos con distinción elitista, sino que tiene su lado salvaje y puramente derrochador cuando su padre está en UK y su madre en alguna reunión del comité, muy ocupada para ver que es lo que pasa con ella. En el último año, fue encontrada borracha casi todas las noches del fin de semana, y la han arrestado en seis o siete ocaciones por portación de drogas y disturbios. Así que parece que nuestra princesa recatada, no es tan recatada ni tan princesa después de todo.
— ¿Haz hablado con Eva?
—¿Eva?
—Si, la mucama.
— ¿No se llamaba Dora?
—Como sea.
—No, ¿por qué yo debería hablar con tu personal?
—Estás realmente irritante, Hana. —dijo la rubia, colocándose delante del espejo. —Sabes que estoy nerviosa, las cosas deben salir perfectas para cuando vuelva la idiota de Clair. Esta estúpida va arruinar mi vida nuevamente.
—Todo va a estar bien, S. Deja de preocuparte.
—Gracias, Han.
Hana Muzia Bertelli, hija de Patricio Bertelli y la reconocidísima Miuccia Prada, diseñadora y directora general de la mundialmente conocida "Prada", la marca elitista de alta costura. Hana con su cabello rubio ceniciento de una longitud envidiable, ese rostro de una simetría exacta y esos ojos marrones chocolate siempre centellando de dulzura y tranquilidad, con un cuerpo pequeño pero proporcionado y una sonrisa dulce y sincera. Es una italiana apasionada, aunque en realiad haya nacido en los altos de Manhattan. Es una chica muy tímida y nada atrevida, a comparación de su amiga Savannah, es muy reservada y hasta callada. Lo único que la conmueve y hace y desace son las telas, agujas e hilos, ya que como su madre y sus abuelos, es una diosa de la confección de prendas.
—Hablando de otra cosa... ¿Haz hablado con Louis?
—Si, me ha dicho que va a ir a la fiesta.
— ¿Y cómo van la relación de casados?
— ¡Qué no estámos casados Savannha!
—Luego de más de siete años con Louis, es casi lo mismo. —dijo esta, riéndo.
Jean Louis Bourque, hijo de Francois Bourque, director general de la compañía de seguros AXA y su madre... Qué importa, estará en algun lugar del mundo con un joven adolescente que no supera los veinte años. Es un parisíno apasionado, con un caracter poco determinado, algo blando y llegando a ser un tanto callado y poco tenáz en sus palabras, es un muchacho de sonrisa dulce, y de palabras suaves, y elegantes. Su propósito en la vida, es simplemente cumplir con las espectativas de su padre, hacer todo lo que el hace y orgullecerlo de la manera que sea. Con esos ojos esmeralda que hacen que nosotras nos volvamos locas de amor, y que con una sonrisa dejando entreveer tus dientes, muramos de amor. Tu cabello castaño liso y esa piel color blanca con un tono miel.
—Deja de molestar, y apúrate. Sabes que antes de ir a buscar a Clair, tenemos que elegir el vestido para la fiesta Ritz-Carlton.
—Lo sé, lo sé... Bella va a ser la reina de la noche, no voy a dejar que me opaque tan fácil.
—Eres tan hermosa como ella, solo que...
—Es delicada, elegante, inteligente, es... Perfecta.
—Tu eres igual, S.
—Si, claro... Dile eso a mi papá.
Isabella Charlotte Wandercill, o simplemente, Bella. Es hija de Aaron Wandercill, dueño de los hoteles Ritz Carlton, el cual tiene más de setenta y dos hoteles alrededor de los lugares más exclusivos del mundo. Su madre, Dorothy Wandercill, quien es presidenta del Club White Gloves de la Elite de New York, son las que organizan siempre las fiestas de la alta sociedad, fiestas de benefisencia entre otras cuestiones. Hermana de Courtney Wandercill, la cual trabaja como administradora general del hotel Ritz Carlton en el Central Park South de New York. Bella, de tan solo veintiun años, está en su cuarto año de la carrera de medicina. La carrera elegida, a pesar de tener las mejores calificaciones de la clase, no es ningún mérito para sus padres, ya que querían que se especialice en derecho o administración empresarial, como su hermana Courtney. Ella, de una belleza sin igual, tiene un rostro envidiable, de una simetría perfecta, sus pómulos sobresalientes, pero no al exeso, su boca de un tamaño prominente siempre enmarcados con un color rojo o algun tono similar, mientras que su nariz respingada, pequeña, acompaña la perfección de su rostro angelical. Sus ojos, de color gris perlado, siempre delineado con un delineador negro, sus párpados maquillados con sombras de diferentes tonalidades y sus pestañas bien enmarcadas y maquilladas de negro. Ese cabello color chocolate, que caía en bucles irregulares a lo largo de su espalda de forma grácil. Su cuerpo era, como todo en ella, perfecto, de una estatura media, cuerpo bien torneado y su piel clara como la nieve misma. La Queen-Bee del UES, la cual, al igual que su madre domina a las mujeres adultas, ella a las pequeñas. Su forma de ser, pueder ser tan difícil de entender como un teorema matemático, o una ecuación de más de diez términos. Su forma de hablar, dulce, pero firme, con su típico tono ácido, y febril que levantaría de su tumba al mismísimo Abram Lincon. Pueder ser tan dulce y delicada como los pétalos de una flor, y tan amarga y osca como un pedazo de papel corrugado, su caracter es de temer, ante grandes y chicos, es manipuladora, inteligente, calculadora, estratega, como una víbora de cascabel.
— ¿Te haz enterado? —preguntó Savannha a Hana.
— ¿De?
—Tony, dicen que fue baleado en servicio.
— ¿Qué? ¿Pero cómo? ¿Está bien?
—Si, creo que si, su madre se lo contó a la mía ayer, tomando el té. La madre de Tony, casi muere con la noticia, pero dicen que fue algo leve, solo un disparo en el brazo.
—Que buena noticia. Hace bastante no lo veo.
—Nadie lo vio, desde que Bella se fugó a París y el a DC, no se tiene noticias de él.
El renegado del Upper East Side, Antohny Charles Lewis Tiffany, no me digan que ya por el nombre no saben quién es. Es sin ninguna duda, de todos los anteriormente mencionados, el chico más rico de New York. Tony es hijo único, su padre, Charles Lewis Tiffany, dueño y administrador del imperio Tiffany & Co, y su madre Laura Tiffany, quién es miembro de la asociación White Gloves. Anthony es un chico de veintiún años que sin ninguna duda tiene una mentalidad completamente diferente a la de sus pares. Antohny tiene un coheficiente intelectual de 192, gracias a esto se graduó de la escuela secundaria a los once años y luego logró una beca en la universidad de Columbia, aunque a tenido la oportunidad de ir a Yale, Stanford, Princeton y Harvard, decidió quedarse en la ciudad de New York, en donde estudió Derecho, Sociología, Física, Psicología, Medicina, Química, Psiquiatría y actualmente está estudiando Ciencias Exactas. Dejó la ciudad hace un año ya que le salió una oferta laboral en Quantico, Virginia, en el Estado de Washington DC, en el departamento del FBI en la División de Investigación Criminal. Así que este príncipe neoyorkino nos abandono hace ya más de un año, para detener al crimen y a las fuerzas del mal. Hablando así, me siento toda una chica superpoderosa. Pero, nuestro heredero, ah cometido un error imperdonable al irse, ya que se fue dejando desolada a mi reina.
Siempre se pensó que Jean Louis Burque y Bella Wandercill iban a estar juntos, sus padres se las empeñaron para esto, pero al final cada príncipe eligió a su princesa. Y Antohny hizo de todo para enamorar a nuesta reina. Lo que habrá enamorado a esta QB, quién es de un caracter altamente difícil, no solo habrá sido su inteligencia y su prominente cuenta bancaria, si no que además de ser inteligente y rico, Antohny, tiene un caracter flexible y llevadero, tan fuerte como una piedra, y tan blando como un osito de felpa. Recuerdo que cuando Bella cumplió los dieciséis y los festejó en el Hotel Palace, este señorito le regaló el collar Taylor Burton, luego de que familiares de Liz Taylor lo pusieran a la venta, es una de las joyas más grandes e imponentes del mundo. Marilyn Monroe lo dijo, los diamantes son los mejores amigos de una mujer, y así es. Y más, para una reina.
Y sin contar su dulzura y su caballerosidad, Tony es muy lindo. Tiene una belleza clásica pero a la vez vanguardista. Su cabello es de tonalidades castañas casi chocolate, siempre con un corte moderno pero siempre el pelo corto, su rostro posee unas características varoniles clásicas mezclados con un toque de infantilismo, lo mismo que tiene su mirada color ámbar. Su piel de un color blanco chocolate, pero sin dejar de ser casi pálido. Su estilo fue, es y estoy segura que va a seguir siendo neutro, tradicional y elegante, ya que siempre está vestido de un Armani, Givenchy o un Christian Lacroix.
— ¿Vamos? La idiota de Clair debe de estar por bajar del avión y no quiero aguantarla quejándose de que he llegado tarde.
—Vamos.

I watch you, NY. Bonnie.
danna280994
danna280994


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I watch you, NY Empty Re: I watch you, NY

Mensaje por {ωεεzч} Miér 09 Mayo 2012, 4:17 pm

¿Sabes?
AME, TU NOVELA.
La vi en la sección de One Direction y cuando vi el link me quede... así tipo FUCK.
Toqué ahí y acá estoy.
¡¡Me encantó el primer capítulo!!
Oh, olvide decirte #FirstReaderHere y también olvide presentarme... soy Angie Figueira :)
{ωεεzч}
{ωεεzч}


https://www.facebook.com/profile.php?id=100002987610696

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I watch you, NY Empty Capítulo 2

Mensaje por danna280994 Jue 10 Mayo 2012, 4:58 pm


Hola chicas :] a las que leen & comentan & a las que no, por fa haganlo ♥️ bueno, subo el capitulo dos, porque si no me voy a olvidar como tonta xd & espero que les guste, acá es como que "empieza la novela" ya que el primero era la presentación de los personajes! me di cuenta que soy la segunda novela que hay en policiales así que espero terminarla ♥️ besitos! Danna . ~ 🐷
Capítulo #O2. Monte Carlo


La realeza de NY, se reúne hoy en la fiesta Monte Carlo, la cual es llevada a cabo en uno de los hoteles más exclusivos de la ciudad, el hotel Ritz Carlton, el cual se encuentra en 50 Central Park South. Con treinta y tres pisos y docientas setenta y siete habitaciones, sin contar el salón de oro, donde la fiesta da comienzo, el cual es de unas dimenciones exageradas y de un estilo barroco clásico, es propiedad de Aaron Wandercill, uno de los hombres más distintivos y poderosos de Manhattan. Su mujer, la señora Dorothy Wandercill, es quien todos los años, hace ya cinco, hace una de estas fiestas al estilo Las Vegas, su ciudad natal.
El lugar, adornado con máquinas y mesas de juego, barras con cócteles y mesas de gala, donde los techos están a más de seis metros de altura, las paredes pintadas de un color claro con guardas de madera blanca, y pisos de roble encerados los cuales brillan gracias a las arañas de más de veinte kilos que son colgadas sobre las cabezas de los más de docientos invitados que se encuentran en el lugar. Todos en un estilo La Gran Estafa, se encuentran bebiendo, bailando y charlando de cosas sin sentido, mientras que otros entablan conversaciones amistosas pretendiendo cerrar futuros negocios.
Pero no todos se encontraban en el lugar, dos de las princesas del Upper East Side, no nos han deleitado con su presencia, así que de este modo, la fiesta todavía no ah comenzado. La voz corre, y todos los presentes comienzan a hablar de ellas. Pero, a unas cuantas cuadras de allí, precisamente en el 580 de la quinta avenida, hay una crisis de la moda, o tal vez... De algo más que moda.
—Juro que no me decido.
—Bella, juro que si no te decidis, voy a pegarte. —le dijo su amiga, con poca paciencia.
—Tranquila Hana, todo va a salir bien.
—Hace más de una hora empezó la fiesta.
—Es mejor, cuando lleguemos, todos van a estar allí y nos van a mirar y a decir lo hermosas que estamos, ¿Qué más quieres?
—Que te apures. —dijo la rubia, sentándose en la cama de su amiga.
— ¿Sabes algo de la perra?
— ¿Clair?
—Si, me dijo Sav que está en su casa.
—Si, volvió, y parece que para quedarse. Se anotó en la universidad.
—No puedo creer que el clon vaya a estar en la U. Es tan molesta.
—Se un poco más amable, Bella. Clair es...
—Una perra, que quiere estar siempre en el medio de todo. Siempre fue una nadie, a pesar de su renombre, y de su hermana. —dijo esta, abriendo las puertas de su armario. —Seamos sinceros, fue, es y va a seguir siendo nadie hasta el día que se muera.
— ¡Bella! —la regañó la rubia.
—Mira, ¿qué dices? —inquirió la morena. — ¿Un Valentino, o un Dior? —preguntó esta, mostrándole un vestido rojo de gasa largo con volados en el escote y a los laterales y del otro lado, un vestido rosa perlado ajustado en la parte superior y cayendo en cascada, agarrado de un solo hombro con piedras de fantasía. Tenía unos zapatos haciendo juego, de tacón, con una piedra en el pedio de estos y la joyería de diamantes ya puesta y un bolso plateado. { [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] }
—Creo que el rojo es muy atrevido.
—El rosa, más elegante. —musitó la morena, llendo a su baño y provándose el vestido, mientras que su amiga se tiraba en la cama y observaba el techo con un aire preocupado.
— ¡¿Ya salís?! —gritó la rubia.
—Ya salgo. —comentó la morena, y segundos después abrió la puerta del baño, dejando ver a la chica con su mirada grisácea enmarcada de negro con sombras claras y su boca con un labial claro. Su cabello en ondas bien marcadas caía como una cascada de chocolate, mientras que su piel nieve contrastaba con el vestido.
—Perfecta, como siempre. Ahora vamos, porque si no tu madre va a matarnos. —comentó Hana, luciendo un vestido negro de strapless, zapatos de tacón y cartera pequeña de lentejuelas a composé. La joyería era fina y delicada, nada tan extravagante como en el caso de su compañera. { [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] }
Las dos chicas, salieron del PH, subiéndose a la limusina que las dejaría en la fiesta. Luego de unos diez minutos, o un poco menos, mientras el chofer les abría la puerta, las dos muchachas se bajaron del vehículo y con aires de grandesa entraron en el hotel. Allí, con las miradas puestas de todos los presentes, caminaron hasta la mesa principal, donde se sentaban los propietarios de la fiesta.
— ¿Dónde estabas Isabella? Hace más de una hora que tendrías que haber estado aquí. —musitó su madre, de forma hostíl.
—Lo lamento, se me rompió el otro vestido y tuve que hacer un cambio de último momento. —mintió la chica. —Hola papá, Courtney. —siguio saludando, mientras miraba a su hermana mayor.
Courtney tenía veintisiete años y vestía como una abuela. Su onda era tan pasada de moda que si Coco Chanel estuviera viva, vuelve a caer de espaldas a su tumba. Courtney era la típica chica aplicada que no rompe un plato, siempre haciendo lo que su madre y padre le dicen, y así fue como eligió su carrera, administración de empresas, la cual imparte junto con su padre en la administración de los hoteles. La veinteañera, quien tiene razgos muy parecidos a su padre, de cabello castaño claro y ojos del mismo color, sus ojos un tanto saltones y su nariz recta un tanto grande y desproporcional. Pero a pesar de aquellas imperfecciones, es muy bella. Lo único malo, además de su para nada agraciado gusto de la moda, es su carácter, es competitiva, detallista al extremo y puede llegar a ser una exsesiva con el orden y la perfección. Siempre trata de buscar algo de las personas y usarlo para su propio beneficio. Sin contar que es solitaria y un tanto egoísta. Su personalidad es muy parecida a la de Bella, pero esta última cuenta con ese carisma narcisitas que hace que la gente prefiera su compañía, y ese es el motivo principal de la envidia de Courtney.
La fiesta se desenbolvió con grata música donde los jóvenes, y algunos mayores bailaban, y los demás comían con amenas charlas. En ese círculo de bailarines, se encontraban Hana y Bella, acompañadas la una a la otra.
—Bella, estás más hermosa que nunca esta noche. —dijo una voz de tenor.
—Jacob, ¿cómo has entrado? —preguntó la chica, de forma fría.
— ¿Por la puerta? —inquirió este, riéndo.
—Que gracioso. Te digo en serio, ¿quién te dejó pasar?
—Dije mi apellido, y acá estoy.
—Claro... Todo obra de tu padre, porque si fuera por tu propio mérito, creo que te expulsarían de la ciudad.
—Siempre tan afectuosa y dulce.
—Gracias por el cumplido, pero, prefiero cuando me dicen hermosa. —comentó la morocha, mientras salía de la pista de baile a buscar algo de beber.
— ¿No quieres bailar, hermosa?
—Vete de aquí, Jacob.
—Saliste con Tony... ¿Por qué no conmigo? —le dijo el muchacho, mientras ella se paraba en seco, con la mirada furtiva, y lo observaba como un ave de raiña a un pobre ratonzuelo, y sin más, Bella, tomó de la corbata del chico y lo atrajo a ella.
—Escúchame una cosa, pobretón de Brooklyn, solo estás aquí porque tu padre es un doctor con un poco de futuro, así que, cierra el pico. Haya pasado, lo que haya pasado con Tony, a ti, no te importa. Él es algo, que ni en veinte vidas tu vas a ser. —dijo esta, saliendo de la pista, dejando a Jacob un poco desencajado.
Jacob Inwood. Es el hijo del director del Hospital St. Luke's Roosevelt. Es un chico de piel morena y ojos claros, con un cuerpo altamente promorcionado y de una estatura prominente. Pero esa belleza que tiene por fuera, es completamente opositoria a como es él por dentro. Es soverbio y engreído, sin ser nadie. Su padre será una persona respetada, pero no es dueño de nada, de ninguna empresa o mucho menos. El chico no es de la Elite de New York, si no, que nació en los bajos de Brooklyn, y ahora se cree que es William de Gales. Por este motivo, y otros que no cabe aclarar, no es muy mencionado en esta página ya que, seamos sinceros. ¿A quién le importa un pobre pretendiendo ser rico? Para eso, estan los ricos, que ya son ricos.
—Un Martini. —pidió la morena, mientras apoyaba el codo en la barra.
—Que sean dos. —musitó una voz grave.
— ¿Roy?
—Hola preciosa.
— ¿Tu no estabas en Milan? —inquirió ella, mientras daba un sorbo a su bebida.
—Así es, volví ayer y mi madre insistió en que la acompañara.
—Me imagino, Catherine es bastante... Persuasiva. —comentó ella, riéndo.
—Ni te lo imaginas. —comentó el chico riéndo.
Roy Dickens. ¡Mi amor! No chicas, no lo puedo creer el bomboncito de Roy Dickens volvió de Milan, y volvió más hermoso que nunca. Este si que es un príncipe inglés, y por supuesto, estando en la fiesta Monte Carlo, ya tuvo su primer acercamiento a Bella. Desde que son chicos, Roy estuvo perdidamente enamorao de Bella, siempre tratando de complacerla en absolutamente todo, darle su mayor atención y todo lo que está a su alcance, sea con su trabajo arduo o con las cosas materiales. Pero su amigo, Anthony, siempre estuvo unas posiciones más adelante que el.
— ¿Haz hablado con Savannah? La noté rara hace a unos momentos.
—Entiéndela, Dolly llegó a la ciudad.
— ¿Dolly?
—Si, su hermana.
— ¿Claire?
—Esa, el clon mal hecho de S. Pobre S, si tuviera una hermana que insultara mi belleza de la forma en la que Claire lo hace, me suicidaría, o la mataría.
—No seas mala, Claire, es muy buena persona.
— ¿La perra? No me hagas reír Roy.
En cuento nuestra reina hablaba con Roy, puedo ver detrás de él como Dorothy, su madre, le hacía señas para que fuera a su encuentro.
—Si me disculpas. —comentó Bella, mientras iba al encuentro con su madre.
—Lamento interrumpirte cariño, pero ahora vamos a hacer el juego de donación de la noche, y tu eres muy buena con las cartas.
—De acuerdo. —comentó la chica.
Bella se dirigió a la mesa principal de juego la cual se extendía delante de diez banquetas, que eran ocupadas por los participantes. Todo lo que el ganador gane, iba a ser donado a la fundación New York Foundling, la cual se encarga de proveer hogar a niños en la ciudad. Frente a las mesas de los invitados, se colocaron tres proyectores los cuales proyectaban la partida de los diez participantes. Aquellos diez, eran las familas más adineradas de toda la ciudad, entre las cuales estaba la de Bella, quien era la anfitriona de la noche.
El juego de cartas comenzó, la primera mano fue un empate, ni perdedores ni ganadores, pero las apuestas se hicieron cada vez más grandes y llegó a un punto donde más de la mitad de los participantes ya habían abandonado. Solo quedaban tres: Isabella, el señor Bertelli, padre de Hana, y un chico al cual no le prestó ni la más mínima atención. Luego de una agarrada de cartas, el señor Bertelli se retiró, dejando al chico y a Bella batallar en la última contienda, y luego de que ella mostrara una escalera de color, la cual es casi imposible vencer dijo:
—Creo que la casa ganó. —musitó en tono sobervio, mientras se paraba para tomar las fichas.
—No tan rápido. —comentó el chico de cabello castaño corto y ojos color ámbar. —Flor Imperial. —dijo, mientras se escuchaban las risas y algunos gestos de asombro de parte de la audiencia.
— ¿Cómo? ¿Cómo es posible? —preguntó ella, realmente sorprendida.
—Nunca podrás ganarle a Las Vegas, Nueva York. —dijo este, mientras se paraba de la banca, y le entregaban en cheque para la fundación, dejando a una anonadada Bella, parada al lado de la mesa de juego.
—Volviste. —dijo con un suspiro.
danna280994
danna280994


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I watch you, NY Empty Capítulo 3

Mensaje por danna280994 Vie 11 Mayo 2012, 4:49 pm


Holaa a todas & todos, espero que anden super lindo (: sé que muchos no leen la novela & no firman i comentan, pero eso no quita el deseo de subirla. Así que acá dejo el tercer capitulo, & voy a tratar de subir uno todos los días. Gracias a la gente que pasa, se lo agradezco de todo corazón; Danna 🐷
Capítulo #O3. Doce millones


No se desesperen, queridos neoyorquinos, que yo vuelvo con toda la info desde el corazón de la Gran Manzana. Sé que muchos están emocionados ya que el Galán de Tiffany's volvió a NYC. ¡Esto es fabuloso! Eh averiguado que nuestro querido caballero solo está de vacaciones, no ah dejado Quántico ni el FBI, así que estará de visitas por aquí nada más, pero bueno... Nunca es malo un aire del centro del país. A pesar de esta felicidad que tengo, y se que muchos deben de estar como yo, estoy segura que nuestra QB no está tan feliz con el regreso de su amado
— ¡No lo puedo creer! ¡Esto no puede estar pasando!
—Deja de gritar Bella, que me estas dejando sorda.
—No lo entiendes, ¿no, Savannah? ¡No claro que no lo entiendes!
—No es como si el mundo se fuera a acabar. —musitó la voz dulce de Hana.
—Es algo parcido ¿Qué hace el acá? ¿No se había ido a jugar a los ladrones y policías a DC? ¡¿Por qué está en Manhattan?
—Es una ciudad libre, puede venir cuando quiera. —dijo Savannah, hojeando su revista Cosmopolitan.—Además seamos sinceros, Tony es un problema super pequeñito comparado con tener a Clair dando vueltas por tu casa.
— Clair es una perra con cero inteligencia en cambio Tony... ¡Que se vaya! ¡No lo quiero ver!
—Tranquila Bells, hay más de doce millones de personas en la ciudad, no creo que justamente te lo vayas a cruzar a él.
—Aunque si reducimos la lista a la Elite de Manhattahn, no son tantos. Sin contar que su madre está en la misma asociación que nuestras madres.
—Gracias S, siempre tan comprensiva. —le dijo Hana, con su mirada gélida.
— ¿Qué? Soy realista.
—Como sea, que tal si en vez de estar peleando y discutiendo por cosas tontas, ¿no salimos a pasear?
— ¿A dónde?
—Podríamos ir de compras, es un día lindo. Y nos queda solo una semana de vacaciones.
—De acuerdo. —aceptó Bella, mientras tomaba su bolso y era seguida por S y H.
Bella, como siempre, era muchísimo más exéntrica que S y H para vestir, mucho más clasisita y más elegante, también se podría decir. Tenía puesto un vestido color caqui, un saquito negro arriba, unos zapatos tirqueza de tacón cerrados y un bolso haciendo juego con el vestido. { [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] }Mientras que Savannah tenía una remera rayada verde y blanca, unos jeans azules y sandalias marrones { [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] }Y por último, Hana, tenía una blusa rosa viejo de seda, unos jeans apretados y zapatos de tacón convinando con la blusa. {https://2img.net/h/oi49.tinypic.com/2s93dr9.jpg }
Mientras que estas tres princesas iban a poner contentos a los dueños de las boutiques del centro, a unas cuantas cuadras de la casa de Hana, se encontraba la residencia Tiffany's. Eran la una y treina de la tarde, y la mesa estaba colocada solamente para tres personas, Charles, la cabeza de la familia, Laura, su mujer y su hijo, nuestro querido Anthony.
— ¿Cómo has estado cariño? —le pregunto su madre, creo que esta fue la sexta vez que le preguntó, desde que lo vio ayer en la fiesta. Tomando el tenedor y pasándole el pulgar por el mango, una vez cada tres segundos.
—Bien mamá, gracias. —respondió el chico, amablemente. — ¿Cómo has estado tu?
—Ay cariño lo normal, obras de beneficencia, bailes y cenas. Eh conocido al presidente de la nación hace dos meses, ¿puedes creerlo? —inquirió ella riéndo y bebiendo un sorbo de su copa de vino, mientras repetía el gesto que anteriormente hacía con el tenedor, ahora, con la copa.
—Me alegro mucho mamá, debió de ser muy interesante.
—Así es, fue una ceremonia muy elegante, sabes que amo esa clase de cosas. —comentó la mujer, apretando con una mano la copa, y tocando el mango del tenedor con su pulgar, una vez, cada tres segundos. — ¿Y tú?
—Eh trabajado en varios casos, el último me llevó a Dallas, Texas.
—Ay mi vida, ese trabajo tuyo. —comentó la mujer, mientras miraba a su marido, el cual estaba absorto de la conversación. Un momento después un teléfono sonó, una melodía corta y sencilla. Un mensaje. Anthony tomó su teléfono, abrió el texto y leyó para sus adentros.
"—Oh, oh. Dicen que la primera presentación es la más importante. ¿Eso te involucra a ti, T? ayer no fue precisamente la mejor presentación de todas. Las Vegas, Las Vegas, cuidado porque estás en tierra neoyorquina, y ya sabemos como es B, nunca da tregua. I watch you, T. Bonnie." —por la cara que puso, creo que mi mensaje no le gustó mucho, pero trató de ignorarlo y siguió comiedo con una feliz mujer y un taciturno hombre.
La misma melodía volvió a sonar, pero esta vez no fui yo la que provocó aquello, así que el chico, volvió a tomar su teléfono y leyó el mensaje.
"—No te veo hace cuanto, ¿siete meses? ¿más? Así que no me importa la escusa que me pongas, viejo, te paso a buscar dentro de quince minutos. Estate listo. JL. —" Louis, Louis. Parece que no soy la única que se quiere comunicar con nuestro agente.
Luego de que finalizaron el almuerzo, Tony se fue a cambiar la camisa y de allí esperó con un libro en la mano hasta que Jean apareciera. Tony era un fanático, casi adicto a la lectura, podía leer más de cinco libros por semana, ya que leía mucho más rápido que una persona normal. Pero, en medio de la lectura, el timbre del ascensor sonó, y la mucama fue a recivir al invitado dejando pasar al señorito Bourque.
—Ton. —dijo en forma de saludo el castaño, abrazando al muchacho fuertemente, mientras ambos golpeaban sus palmas contra la espalda del otro.
—Louis, tanto tiempo. —dijo este, sonriendo.
—En la fiesta te dije un hola y chau, saliste corriendo.
—Claro, después de ganarle al poker a Bella, lo mejor era salir corriendo.
—Me imagino, encima por como te miró. —comentó riendo. —Si las miradas matasen...
—Creo que hace rato estaría muerto. —acotó riendo también.
— ¿Qué dices si salimos un rato por el centro? A caminar, nada de alcohol, nada de mujeres, nada de nada. Cien por ciento sano, lo juro.
—De acuerdo, acuérdate que si haces algo indebido puedo arrestarte. —comentó este.
—Claro agente, no se preocupe. —respondió riéndo y empujándolo levemente a su amigo hasta el ascensor.
Los dos chicos salieron del edificio y decidieron salir a caminar, así que el chofer se quedó en la puerta de la recidencia Tiffany's, mientras que los dos castaños caminaban por la Quinta Avenida, provocando que alguna que otra persona, más que nada del sexo femenino, girara a mirarlos. Fueron caminando hasta estar muy cerca del Central Park, pero antes de encontrarse con el gran parque, Tony chocó contra una persona, haciendo que ambos terminen en el suelo. A la persona a quién chocó, estaba cargada de bolsas, logrando que todas ellas terminaran en el suelo, y algun que otro zapato estaba en la acera.
— ¡¿Eres estúpido, o qué?! ¡Mira lo que has hecho! —gritó una voz de mujer muy molesta.
—Tranquila, no es para tanto. —comentó Jean, tratando de ayudar a su amigo a levantarse.
— ¿Bella? —preguntó Tony, en cuanto vio a la chica que le gritába parada al lado de el.
—Ah, esto es increible. Lo que me faltaba. —comentó la castaña, acomodándose la ropa, y sacudiéndose el polvo.
—Lo siento, no te vi.
— ¿Qué es eso que tienes debajo de la frente? ¡Ojos! ¡Usalos de vez en cuando!
—Deja de gritar. —comentó el chico, hora percatandose de la presencia de Savannah y Hana.
— ¿Qué esperas? —inquirió la chica.
— ¿De qué?
— ¡Levanta todo eso! ¿No vas a esperar que yo me agache a juntar todo cuando fuiste tú el que me tiró al suelo?
El chico, para evitar una discución mayor, juntó las cosas de Bella, colocando uno de los zapatos que se habían caído en su respectiva caja. Hasta que tomó una de las bolsas y se quedó leyendola mientras miraba en su interior.
— ¿Qué haces? No seas chismoso. —dijo ella, arrevatándole la bolsa de las manos.
— ¿Van Cleef & Arpels? ¿Desde cuando compras joyas allí? Siempre quisiste ser Audrey Hupburn en Brakfast at Tiffany's.
—No voy a ir a comprar a tú joyería. —dijo secamente la chica.
—Antes ibas casi siempre allí, te encantaba recorrer la tienda.
— La gente cambia Anthony, ahora. ¡Quítate! —le dijo la chica, mientras lo empujaba al otro lado, haciendo que ella pasara, y dejando atrás a sus amigas.
—¡Bella, no te vayas! —gritaron las dos chicas, tratando de alcanzarla.
— ¿Te veo luego, si? —inquirió Louis a Hana, mientras la besaba cortamente en la boca, ella sonrió y salaudó a Tony.
—Parece ser que los doce millones de habitantes se redujeron a dos. —comentó Savannah, mirando a Hana la cual la fulminó con la mirada, mientras las dos chicas perdían de vista a Bella que iba casi corriendo por la calle.
Y luego de aquella hermosa... Perdón, terrible discusión es hora de consolar a una amiga. Si no, ¿para qué estamos nosotras? ¿Si no, para apoyarnos entre nosotras cuando peor estamos?
"—Mi querida majestad, parece que el rey la tiró de su trono. Pero, seamos sinceros, no sería la primera vez. Tranquila, B. Manhattan es muy grande, puede ser repartida entre dos personas, ¿no? I watch You, B.—" Al leer aquello, el rostro de Bella se puso serio y tiró contra su cama el teléfono. Oh, oh. Parece que no le gustó mucho mi mensajito.
Pero bueno, querida reina, usted también es un tanto exigente. Pobre nuestro querido Anthony, después de los gritos de su excelencia habrá quedado un tanto aturdido.
danna280994
danna280994


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I watch you, NY Empty Re: I watch you, NY

Mensaje por {ωεεzч} Sáb 12 Mayo 2012, 8:55 am

Me encantaron los capi que subiste.
Seguila prontito.
Angie.
{ωεεzч}
{ωεεzч}


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I watch you, NY Empty Capitulo 4

Mensaje por danna280994 Sáb 12 Mayo 2012, 3:49 pm

Holaaa a todas las que se toman el tiempo de
leer la novela, de verdad gracias. Gracias Angie por comentar, me pone
super feliz que te guste la novela, & acá dejo el capítulo 4, Besos!
Danna .~
🐷


Capítulo #O4. Conspiración




El asesino del espejo.

Martes 13 de enero de 2009. Hale Reed, de diecinueve años, fue hayado
en su departamento de la 3ra avenida, en el Upper East Side, mutilado,
torturado y asfixiado. El cuerpo fue hayado por la mucama del
departamento, quien alrededor de las siete de la mañana hayó el cadaver
de la víctima con fuertes golpes alrededor de todo su cuerpo, múltiples
heridas cortantes y desmembramiento. Marta García, la mucama, dio la
declaración a la policía local, explicando como había encontrado el
cuerpo de su jefe. Él estaba colocado en una silla, amarrado y mirando
frente al espejo de su habitación. Poseía heridas de gravedad en la
parte de los brazos, las manos y el abdómen.
Hale Reed, era hijo de Harol Reed, el dueño de la inmobiliaria RD, una
de las más importantes de la ciudad. El joven, quien actualmente
concurría a la Universidad de Columbia, el cual estudiaba Derecho.
Según las pericias, el jóven fue asesinado debido a la pérdida de
sangre. El forence explicó que, debido a los múltiples cortes y los
golpes sufridos, el muchacho quedó en una especie de adormecimiento
muscular. También, informaron que, post-mortem, el asesino realizó una
incisión en el sector cardiováscular y que este se llevó el corazón del
joven. La policía está trabajando varias hipótesis.


Todos se acuerdan de esa noticia.
Todos saben lo que soy, y a pesar de ello recibo más de diez mil visitas diarias.
Todos saben lo que hice, lo que hago y lo que seguramente voy a hacer.
Todos saben que pasó el pasado año.
Todos saben con quién están tratando.
Nunca dije que yo era una santa.
¿Otra vez lo mismo? De verdad lo digo. Creí que el asunto Reed había
quedado completamente solucionado. Parece ser que la policía vuelve a
hablar de él. Y... ¿por qué? Sinceramente, no lo sé.
Hagan lo que hagan, yo les ahorro el trabajo señores oficiales. Jamás
van a saber quién soy, mis amores. Es algo casi imposible. No, perdón.
Es imposible.
Hale Reed está, en lo que a mi concierne, muerto y enterrado. Y la
primera parte yo se los puedo confirmar. Francamente, estoy muy enojada
con uno de mis ángeles, que esta vez no se comportó como ningún ángel.
Anthony. Después de todo lo que eh hecho por ti, después de todo lo que
te eh defendido, no solo de nuestra QB, si no, de absolutamente todo lo
que la ingrata población de New York había dicho trás tus espaldas, tras
tu supuesta huída. En cambio yo, siempre te defendí. Yo, la cual conoce
absolutamente todos tus secretos, la cual sabe todo de tu vida, desde
el mínimo detalle hasta las cosas más importantes. La cual... Jamás
conto nada, de lo que podría contar.
Crees que porque traes a tus amiguitos del FBI, los cuales lo único que
saben hacer es promover su extenso vocabulario para mariar a las masas,
mientras que juegan en un laboratorio con frasquitos de colores. Crees
que porque los federales vengan aquí yo me voy a asustar. Estas muy
equivocado Tiffany.
Ante este tribunal cibernético, si es que te hace feliz. Me declaro
culpable. Les dije a todos, antes de comenzar toda esta aventura, que no
era ni un ángel ni una santa, y aquí está la prueba. Pero... algunos
culpables jamás serán atrapados.
Juro que hablando así, a un agente federal, me siento Belle Gunnes en el
año 1900. Pero esto no quita que esté indignada y molesta contigo Tony,
me siento traicionada, dolida y enojada, si, exactamente así, muy
enojada. Pero bueno, para que te des cuenta, te voy a decir un par de
cositas.
La primera.
No soy Belle Gunnes, yo no voy a ser atrapada ni viva ni muerta, eso te
lo juró bomboncito. Todos reciben mis noticias, mensajes, regalos y
nadie se queja al respecto. Bueno, tal vez un poco. Pero no es como si,
cada vez que me comunico con ustedes, les llegara una carta documento.
La segunda.
Mi amor ¿Crees que porque te vas a vivir a otro Estado y desapareces de
la vida de tus amigos y familiares, desaparciste de la mía? Ay, Anthony.
Primera regla de un juego: nunca subestimes a tu oponente. Me duele
llamarme a mí de esa forma, en lo que respecta a ti. Pero... si eso es
lo que quieres.
Diles a Gleen Brickman, Don Clapton, Pennie Greenwood, Casiano Hathway y
a Jane Meltonfull, que se cada trapito sucio que esconden, cada cosa
que guardan, yo la sé. Diles a tu querdio equipo de Quántico, que no
estamos en DC, que estamos en New York, y que esta es mi ciudad. Y como
dicen. Mi ciudad. Mis reglas.
Lamento tanto comenzar un lindo día de miércoles, soleado, con 22°C, y
poca humedad, lo que es grandioso para nuestro cabello chicas.
Paso a contarles todo lo que pasó, y poqué comencé el día así,
peléandome, y entrando con exabruto a la página. Pero parece que
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] tiene más visitas de las que me esperaba.
Estando un año afuera de todo, nunca creí que las visitas se iban a
duplicar de esta manera. Pero eso no es lo importante. Lo importante es
que odio que conspiren contra mi.
Siempre fui una chica muy abierta, siempre dejo un blook de notas para
que comenten, den información, quejas, comentarios, opiniones y demás en
la parte donde dice: yours. ¿No? Siempre ante todo, la democracia.
Somos un país democrático, así que por ello, me gusta dejar que acá
tengan libre expreción.
Pero parece que nuestro Romeo y Julieta de la aristocracia se reunieron a
mis espaldas, para "desenmascararme", como ellos lo dijeron,
textualmente. Debo decir que estoy alhagada, ya que yo fui el motivo por
el cual ustedes dos volvieron a hablarse sin gritos y peleas. Pero
estoy desilucionada... ¿Bella no te gustó mi regalito? Mira que me ah
costado trabajo conseguirlo y tú, lo niegas así nada más.
I watch you New York. Bonnie.
Lunes 16 de Agosto. 11:30 a.m. Recidencia Wandercill.
Bella se encontraba, como todas las mañanas, esta vez un poco más tarde
que lo usual, ya que se encontraba de vacaciones, tomando su desayuno de
frutas frescas y un poco de pan integral y melmelada. Su maquillaje
pulcro delineando las facciones perfectas de su rostro, sus bucles bien
formados y ese aire de frescura que siempre posee, no importa la hora
que sea. Vestida con un pijama de encaje negro corto que no dejaba mucho
a la imaginación y sus típicos zapatos de dormir con tacón. {
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] }Estaba en la tranquilidad de su
morada, en la cual solo se encontraban ella, Lydia, la ama de llames, y
las mucamas. Hasta que un sonido de teléfono suena, es el teléfono de la
puerta, por el cual llama el portero y le dice a Lydia que la señorita
Wandercill tiene visitas, pero antes de que la ama de llaves pudiera
preguntarle algo a la señorita de la casa, las puertas del elevador se
abren y dejan ver a un chico, vestido de traje sueco, de alta costura,
con su cabello bien peinado, enperfumado y un tanto exaltado.
—Tenemos que hablar. —dijo el chico, colocándose frente a ella.
—Hola Bella, ¿cómo estas? Bien, ¿y tú? Bien, perfecto. Gracias. ¿Me
invitas a pasar? Pero como no, adelante. —musitó ella, en un estilo de
conversación, la cual deberían haber tenido ante su exabrupto.
—No hay tiempo Isabella.
—Tranquilo Tiffany, que no soy tu sirvienta. —dijo ella, cruzándose de
piernas y tomando un sorbo de jugo de naranja. Todos sabemos lo que
hiciste allí querida Bella, cruzarte de piernas lentamente, tomar un
sorbo con delicadeza mientras la mirada del joven Tiffany se pierde en
tus atributos. Pero parece que el joven heredero, realmente estaba
apurado, ya que su concentración se perdió por menos de un minuto.
—Es importante Bella.
— ¿Qué pasa? —inquirió un tanto cansada.
— ¿A quién le has contado lo que pasó el año pasado? —inquirió el chico.
—A nadie, por supuesto. Lo que pasó, queda entre tu y yo. —dijo ella, rápidamente. —Para siempre. —aseguró.
—Parece que no es tan así. —refutó el chico, mientras le entregaba un
sobre de color rojo, y dentro un papel blanco escrito con letras negras.
La castaña tardó un minuto o un poco más en leer todo aquello, y quedó
con los ojos desorvitados.
—Esto no puede ser. —dijo en un susurro.
—Puede ser, y lo sabe.
—Ella sabe todo, ¿no te das cuenta? Y tú te sigues peleando con ella.
—Me trata como si fuera un adolescente. Trabajo para el gobierno, Bella.
Si ellos se enteran de esta página de viejas chismosas, puedo perder mi
trabajo.
—No me interesa, Tiffany. Antes que cualquier trabajo, está nuestra
reputación social, ¿lo entiendes? Nadie se puede enterar de una cosa
así.
—Dice que si hacemos algo, ella lo va a contar. —comentó el castaño.
—Exactamente. Todo se va a quedar de la misma forma en la que está, tu
en tu mundo de policias y ladrones, y yo, en mi mundo de glamour,
flashes y alta costura. ¿Entendido?
—No puedes hacer como que nada está pasando Bella. —musitó este,
sentándose a su lado. —Está peor que la última vez, el año pasado eran
solo chismes, cosas sin sentido que molestaban, pero no así.
—No me interesa Tiffany.
—Mató a Hale. —le recordó este.
—Con mayor razón. Es peligrosa.
—Podemos pararla.
— ¿Cómo? —inquirió ella, desafiandolo.
—Puedo hacer que la investigación del asesinato de Hale sea un asunto
federal, y allí, mi equipo y yo, nos podríamos encargar de ella.
— ¿Qué van a hacer? Lo mismo que hizo la policía. Nada. —musitó ella,
poniéndose de pie y reclinándose contra el piano de cola negro.
—Somos un equipo mucho más completo en todas las dinámicas. Es diferente. Te prometo que la podemos atrapar.
— ¿Y si sale mal? ¿Y si le dice a todo el mundo?
—No va a pasar, Bells. Te lo prometo. —dijo el chico, mientras se paraba
y se colocaba a su lado, acariciando su mejilla en un leve rose. Esta
se lo pensó unos segundos y luego se separó de aquel contacto de pieles.
—De acuerdo, Tiffany. Pero dos cosas. Una: no me llames Bells, Isabella o
Bella para ti. —musitó mientras el castaño asentía y reía levemente
para que ella no lo notara. —Dos: no me toques, me irrita de
sobremanera.
—Antes no decías eso... —cometó acercándose a ella peligrosamente.
—Te lo advierto Anthony, soy capáz de dejar al Imperio Tiffany sin heredero.
danna280994
danna280994


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I watch you, NY Empty Capitulo 5

Mensaje por danna280994 Dom 13 Mayo 2012, 5:17 pm

Capítulo #O5.Votación

¿Lo vieron? ¿Les parece bonito lo que me hicieron? Bella & Tony, cuidado a ver si son mis futuros Romeo & Julieta, y todos sabemos como termina esa historia.
Así que solo por esto, por algo a lo que realmente me siento muy dolida, decidí tomar cartas en el asunto. Voy a empezar una lista y ustedes van a votar quién es aquel que no merece ser parte de la Elite de Manhattan. Ustedes solo marquen y el voto quedará registrado. Hoy a la noche la votación se cierra, y voy a publicar el nombre el que mayor cantidad de votos obtuvo y su premio... Pronto lo sabrán, así que ¡Voten!
Bella Wandercill
Hana Bertelli
Roy Dickens
Anthony Charles Tiffany
Jean Louis Bourque
Savannah Breedon
Jacob Inwood
Charlie Andreess
Eric Zacmar
Naya Keynes
Clair Breedon
Circe García
Teseo Coleman
I watch you New York. Bonnie.
—Esto es una idiotez. —dijo Hana, sentándose en uno de los bancos del Central Park.
—Por supuesto. —comentó Bella, mirándo el sitio web iwatchyouNY.com—Es obvio que yo no voy a obtener ni un voto.
—Hablo en serio B, ella no es buena.
—No, es una psicópata asesina que le gusta jugar a ser la payacita de internet. —comentó Savannah, tomando un sorbo de su café.
—Además, dijo que sabe cosas tuyas.
— ¿Qué es B? ¿Qué tienen escondidito tú y Tony que no lo cuentan? —inquirió S.
—Nada Savannah, cosas... Sin importacia, pero me irrita que una cualquiera venga a espiar mi vida de esa manera.
Hana tenía una blusa de seda pútpura atada por debajo de la citura, una pollera negra inflada, medías del mismo color y botas cortas igual, sin tacón. Mientras que Bella, lucía un vestido corto blanco, y sobre este, un saco de leopardo con un cinturón debajo del busto, medias negras y zapatos de tacón. Y por último, Savannah, lucía una remera manga larga caqui, con un pantalón de vestir gris y zapatos de tacón negros. { [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] }
"—Señora Tiffany no se enfade tanto conmigo. Es que, usted debe saber que amo la feliz pareja que hacen usted y el señor Anthony. Así que es solo por eso que me involucro en sus vidas activamente pasionales. Pero cambiando de tema B, o debería llamarte T. Digo Isabella Charlotte Tiffany, suena increible. A que no. Pero de verdad, mentirle así a tus amigas, ¿por qué no les cuentas lo que pasó? ¿Por que no cuentas la verdadera razón de tu viajecito a Paris? Besos. I watch you B. "—
— ¿Quién será Bonnie? Digo, para saber cosas tuyas que ni nosotras sabemos.—dijo Savannah, sacando de sus pensamienos a Bella.
— ¿Y si es Tony? —inquirió Hana, mirando horrorizada a Bella.
—Claro que no, Anthony jamás hubiera hecho una cosa así, además... Nos está atacando a los dos, es estúpido.
— ¿Quién será Bonnie? Digo, ¿será su nombre realmente?.
—No lo sé, pero que se llame como quiera.—dijo Bella, con el ceño fruncido. —Si la encuentro a esa muerta de hambre, juro que si la encuentro su suerte va a desaparecer más rápido que una liquidación de D&G. —comentó Bella, dándole un sorbo al café.
Dejando de lado la conversación tan ofenciva que tienen las princesas del UES, pasemos a ver que hacen los galanes, porque este cotilleo adolescente de mujeres me está taladrando la cabeza. En el 430 de la Quinta Avenida, está localizado, en el Décimo piso, el penthouse de la recidencia Bourque. Jean está tratando de buscarle la vuelta a un contrato que su padre va a firmar dentro de unas horas con unos empresarios ingleses, en los cuales, Louis no confía para nada.
Pero al parecer, su padre, tiene una confianza ciega en este negocio y no va a permitir que su hijo soñador, con ganas de triunfar,cueste lo que cueste, le suponga a él uno de los contratos más grandes de la empresa desde los años cincuenta. Así que allí estaba Jean debanándose los sesos, desde la noche anterior, buscando algo, algún indicio de que los ingleses estos, querían estafar a su padre. Y mientras nuestro galancete hacía aquello, el rey de los diamantes se encontraba sentado en una de las oficinas del departamento de policía junto con su equipo.
De acuerdo, se lo que van a decir, que soy una completa tonta. Lo sé. Es que les juro que trato y trato, pero no puedo evitar el hecho de hablar de él. Me mantuve callada por un año, y ahora que lo tengo acá en piel y hueso, no puedo solamente ignorarlo. Simplemente no puedo.
—Esto es muy malo, Tiffany. —comentó Glenn Brickman, mientras se sentaba en su silla. —Esto está interviniendo en la investigación, ella sabe cada movimiento tuyo y mientras tú intercedas, así va a ser.
—Tienes razón, pero eso no va a dejar que ella no se interese por la causa, y deje todo asi, a la buena de Dios. Va a seguir informada.
—Cada paso nuestro, no solo lo va a saber ella, si no toda la población de New York que lee su página, y ahora que los federales están metidos, los medios van a sacar información de allí. —musitó Don, juntando sus largos dedos, uniéndolos entre ellos.
—Mira, no me puedo mantener a un lado de la investigación.
—Estás mezclando cosas personales con laborales. —dijo Glenn, de pronto. —Hemos leído la página, y ella comentó un acercamiento entre...
—Isabella Charlotte Wandercill, hija de Aaron y Dorothy Wandercill, dueños del Hotel Ritz Carlton. Son una de las familias más prestigiosas de Manhattan. —dijo Jane Melonfull leyendo todo desde el ordenador.
—Entre ella. —siguió Glenn.
—Bella no tiene nada que ver.
—Bella... La llamas por su diminutivo, chico. Estás envuelto con ella. —comentó Casiano Hathway, mientras con sus dedos de color caoba oscuros, refregaba su ceño.
—Siempre se pensó que Jean Louis Burque y Bella Wandercill iban a estar juntos, sus padres se las empeñaron para esto, pero al final cada príncipe eligió a su princesa. Y Nicholas hizo de todo para enamorar a nuesta reina. Lo que habrá enamorado a esta QB, quién es de un caracter altamente difícil, no solo habrá sido su inteligencia y su prominente cuenta bancaria, si no que además de ser inteligente y rico, es sumamente dulce. Recuerdo que cuando Bella cumplió los dieciséis y los festejó en el Hotel Palace, este señorito le regaló el collar Taylor Burton, luego de que familiares de Liz Taylor lo pusieran a la venta, es una de las joyas más grandes e imponentes del mundo. Siempre se dijo que los diamantes, eran los mejores amigos de una mujer, y así es. Y más, para una reina. —leyó nuevamente, de manera rápida, sin dejar respiro a todo lo que decía, Jane.
—Estás enamorado de ella, Tony.—comentó Pennie, siendo está la primera vez que abría la boca.
—Eso fue hace ya cinco años, pasó mucho tiempo.
—El sitio web iwatchyouNY.com ecribió que se vieron con Isabella el lunes.
—Solo hablamos de Bonnie, le pregunté que opinaba.
—Hablaron de un sobre... —empezó a decir Casiano.
—Están leyendo de esa chismosa lo que averigua de mi vida. —exclamó, molesto.
—Ya que tu no nos cuentas. —intervino Don. — ¿Qué decía ese sobre?
—Es algo privado.—contestó solemne.
—Necesitamos saber, para ayudarte.
—Lo lamento, pero no. —dijo este, poniéndose de pie. —No puedo decirles. —y así salió de la sala de conferencias.
iwatchyouNY Bonnie al mando: Oh, oh. Parece que un agente se escapa de la comisaría. Que romántico, todo por proteger a su princesa, pero... ¿Cuánto estás dispuesto a perder Tony, por B?
Tony fue hasta su casa, donde su padre, como siempre, no estaba allí, ya que se encontraba en las oficinas Tiffany's, y su madre, estaba en el living, leyendo una revista de modas y anotando algo en una agenda, la mujer, levantó la vista y observó al muchacho, sonriendole.
— ¿Qué haces aquí tan temprano, cariño?
—Salí antes del trabajo, mamá.
— ¿Es sierto que estuviste nuevamente con Bella? Ella es una niña encantadora.
—Mamá, ¿de dónde sacaste eso?
—Lo leí en internet.
—No leas esa basura, por favor. —le pidió este, observado a la fina mujer, mientras su mano derecha temblaba en un movimiento rápido y vertiginoso.
— ¿Tomaste tus medicinas?
—Si, Tony. Estoy bien.
—No te creo, sabes lo que el médico dijo...
— ¿El doctor Steven o tu?
—Los dos, y sabes que debes tomar las medicinas si no, vas a volver a la clínica.
—No estoy loca, Anthony. —dijo enojada la mujer.
—Yo no dije eso, solo dije, que va a pasar si no tomas la medicina.
—De acuerdo, cariño. Voy a hacer todo lo que mi apuesto doctor diga. —contestó ella, con una media sonrisa.
Llendonos al otro lado de New York, el condado donde es habitado por los súbditos de Manhattan, donde nada se les regala a estas personas, y día a día se esfuerzan para tener... Bueno, ni la décima parte de lo que la gente del UES tiene.
Brooklyn. Savannah. No tiene ningún sentido. Mi querida Savannah. ¿De verdad? ¿Eric Zacmar? De acuerdo es sexy, pero ¿tú? Demasiada mujer para tan poco hombre. O sea, no puede una Breedon, salir con un Zacmer, un pobretón salido de los bajos de Brooklyn, esto tiene que ser solamente una pasadilla, una horrible pesadilla. Ante todo voy a tratar de ser objetiva. Eric es castaño de ojos claros, su cuerpo es... Digámoslo, una escultura griega, más su rostro no es gran cosa, ya que posee unas facciones bastantes desfatachadas y hasta casi graciosas. Pero, Eric Zacmer, es el hijo de... Zacmer algo, quién sabe su nombre. Es un obrero y su madre, de la cual tampoco tengo registros de su nombre y, sinceramente, no pienso averiguarlos, es una ama de casa. Por Dios Savannah, ¿has perdido el jucio? ¿el buen gusto?
Se la vio pasar con el chico Zacmar tomados de la mano, compartiendo un helado de chocolate y algún que otro beso rápido. Se podía ver como él la tomaba de la cintura y colocaba su cabeza en su hombro mientras ella reposaba la suya en su pecho.
Si, si. Altamente desagradable.
Por supuesto este Romeo... No, llamarlo así sería un insulto para el personaje ficticio de Shackespeare. Este ceniciento, encontró a su princesa y obvio no tiene ninguna hada madrina, y tampoco tiene el efectivo como sustentar tal compañía y al máximo lugar donde la puede llevar es un bar desfatachado de los bajos de Brooklyn o Queens.
—Recibir mensajes todo el día de esa lúnatica me está poniéndo histérica.
—Restale importancia. —comentó este, tomándola de la mano. —lo que importa es que estamos aquí, juntos. —dijo este, mientras besaba sus labios velozmente.
—Tienes razón. —dijo ella, con una sonrisa. —Además tengo que disfrutar lo último de mis vacaciones y la alegría que en una semana papá se va a UK.
— ¿Alegría? ¿Por qué?
—Bueno, no soy la más grande admiradora de Tim Breedon, así que un tiempo lejos de casa va a ser bueno... Para ambos.
—¿Tan mal se llevan? —inquirió con una sonrisa, mientras bebía un sorbo de gaseosa.
—Exacto. Somos como el agua y el aceite. —dijo esta. —Él es el aceite, por lo pesado. —comentó, en cuanto el chico de al lado reía. Savannah reía con él, hasta que su mirada se enfocó en la televisión de detrás del chico y leyó el título de la notica.
"¿Bonnie volvió?"
— ¿Qué pasa? —preguntó este mientras miraba la pantalla. La chica no contestó, intentando escuchar lo que la comuncadora decía.
"Parece ser que esta asesina es un tanto querida por la población de New York, a pesar, de el crimen atroz que cometió el año pasado. Con su "divertida" página web, donde revela los escándalos de algunas personas de la ciudad, centrándose en la vida de cinco adolescentes principalmente, esta asesina se gana un puesto en la vida cotidiana del país, ya que en menos de un día, sus visitas se triplicaron. "
— Esto tiene que ser un chiste. —dijo Savannah, anonadada.
—Esa loca es muy popular, mi hermana lee todo el tiempo su basura. —musitó comentando de su hermanita de ocho años.
— ¡Mató a alguien! —gritó ella, mientras algunas personas se voltiaban a verla.
—Tranquila Sav... —comenzó a decir, pero se vió interrumpida por el celular de la aludida.
iwatchyouNY Bonnie al mando: Si, tranquila S, te vas a arrugar antes de los treinta. Pero míralo por este lado, gracias a mí vas a tener una charla muy acojedora con tu padre. Porque me contó un pajarito que no le gustó nada tu salida con Zacmar, así que vete preparando para lo que va a ser aguantar a un no muy contento Breedon. Besos. I watch you, S. Bonnie.
—Me tengo que ir. —comentó la rubia, mientras le mandaba un mensaje a su chofer para que la vaya a buscar al bar.
— ¿Por qué? Dijiste que tu padre iba a estar en tu casa hasta la noche.
—Lo sé, pero... Reunión familiar, así que me tengo que ir. —comentó ella, besando su boca rápidamente y saliendo del lugar.


Hola a todas & todos los que siguen leyendo la novela, muchisimas gracias se que no es muy popular lkajlkjsdlk pero no importa xd voy a seguir subiéndola! muchas gracias ♥ Besito! Danna .~
danna280994
danna280994


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I watch you, NY Empty Capítulo 6

Mensaje por danna280994 Lun 14 Mayo 2012, 5:59 pm

Capítulo #O6. Ustedes decidieron

¡Votación finalizada!
Quiero agradecer a las 2.648.372 personas que votaron. ¡Son demasiadas! Gracias hermosos de verdad, y por supuesto he leído más de mil comentarios para que diga quién es el perdedor, que premio obtuvo y si va a haber más votaciones como estas, y para que sirvió hacer esta votación.
Paso a contestar todas sus dudas queridos cibernautas.
En primer lugar. El perdedor se van a enterar en pocas horas, tal vez a la mañana o como a más tardar a la tarde de mañana, que para eso faltan entre nueve a catorce horas. Lo lamento, no puedo adelantar nada.
El premio: bueno, el premio se van a entarar en el mismo momento en el que descubran al perdedor, el que tuvo el más mínimo puntaje. El que no merece ser parte del UES de Manhattan.
Si va a haber más votciones como estas y para que sirvió hacerla: Bueno, a la primera pregunta. No. No va a haber más votaciones que esta. Es la única, aunque tal vez haga preguntas tontitas para ver sus respuestas. Pero no una votación tan importante como esta. A la segunda pregunta. ¿Para qué sirvió? Bueno, además de divertirnos, sirvió para hacer una lista personal. Esta lista me sirve a mi para como voy a tener que proseguir en un futuro. Para como voy a tener que actuar y que medidas voy a tener que tomar desde ahora. Las personas de esa lista ya estaban decididas de ante mano, lo único que ustedes hicieron fue ponerle un orden a mis planes. Pero tranquilos, ya les digo. A la mañana, seguramente, se van a enterar de todo por el noticiero. Oh, oh. Ya les adelanté algo. Besos NYC. Te diría buenas noches, pero... Tú no duermes.
I watch you, NY. Bonnie.
Martes 24 de Agosto de 2010.- 9:30 a.m
"—El departamento de policía de la ciudad de New York, ha convocado a la División de Investigación Criminal del FBI, ya que la policía forence afirma que la ciudad se enfrenta a un nuevo asesino serial. El asesinato de esta nueva víctima está involucrada con la última víctima de hace más de un año, Hale Reed. Trabajan en la hipótesis del mismo asesino. La víctima fue encontrada en su casa de Booklyn, mañatada, golpeada y mutilada, frente al espejo de su dormitorio. Y como en la pasada víctima, se realizó una insición cardiovascular, llevándose el corazón del difunto. Eric Zacmar, de veitiún años, concurría a la Universidad de New York, sus padres afirman que era un chico estudioso y trabajador, al igual que sus compañeros de facultad. "
—Esto es espelusnante. —musitó Bella, mientras metía en su boca una uva. Estaba usando un vestido corto color crudo, abultado en la parte superior y debajo del busto un pequeño cinto, en los pies, lucía unos zapatos de plataforma del mismo color. { [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] }
—Pobre, S. Debe de estar muy mal. —comento Hana. —La llamé más de quince veces y le dejé seis mensajes, no me contesta. Hana estaba usando un vestido corto con tonosverdes de tiras y escote en V, con zapatos con poco taco de color marrones { [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] }
—Yo también la llamé, y antes de venir para acá pasé por su casa pero su ama de llave me dijo que no estaba para ver a nadie.
—Era su novio... O algo así.
—Si lo sé, a pesar de ser un pobretón de Brooklyn, era una persona. —dijo Bella, mientras comía otra uva. —Es Bonnie. Ella lo mató. —sacó a conclución.
—Cada vez está más loca esa chica, me asusta. De verdad.
—Mira. —dijo Bella, acercando la pantalla de su laptop a Hana.
No se desesperen mis teddy-bear's. ¿Cómo andan? Ay, yo estoy como nueva. ¿Vieron las noticias me imagino? Por supuesto que si, no hay un alma en todo New York que no ah visto esa noticia. Si, con mis manitos hice eso pero, hay que admitir. Tuve cómplices.
Ustedes pimpillitos fueron mis cómplices, ¿Quiénes más? ¿Se acuerdan de la lista de ayer? ¿La lista esa de la que todos estaban super emocionados? ¿La lista, la cual ustedes votaron y votaron? Bueno, esa lista determinaba quien merece ser parte de la Elite de Manhattan y según ustedes Eric Zacmar no pertenecía a este círculo, así que lo quité de en medio.
No se enojen, no se pongan tristes ni melancólicos. Sientanse culpables. Ustedes, tanto como yo, son causantes de esto. Ustedes decidieron.
Pero bueno, cambiando de tema. Tanto ustedes como yo, vimos las noticias, y sinceramente me siento alhagada que la División de Investigación Criminal esté acá, por mí. O sea, no tengo palabras para describir como me siento así que: Gracias. La DIC tiene tanto trabajo como yo por delante. No se si se dieron cuenta pero mi lista tenía catorce nombres, de los cuales, dos fueron eliminados, los difuntos Hale Reed & Eric Zacmar. Así que, cuidado. Bonnie sigue suelta y con ella, nadie se salva de su hoja de cuchillo.
I watch you NY. Bonnie.
— ¡Ahhhh! ¡Ay dios mío! —gritó Bella, parándose de la silla. — ¡Nos va a matar! ¡Nos va a matar a todos! —volvió a chillar, mirándo a Hana.
—Ay por favor. No, no. Tiene que haber un error.
— ¿Qué error? ¡¿No lo entiendes?! ¡Estamos todos en su lista! "Cuidado. Bonnie sigue suelta y con ella, nadie se salva de su hoja de cuchillo." —citó lo leído en la página. —Nos va a matar. —volvió a decir, mientras buscaba por toda la habitación algo.
— ¿Qué haces? ¿Qué buscas? —preguntó Hana, mientras la chica seguía dando vuelta y arrojando todo lo que veía.
—Mi cartera, no la encuentro.
—Acá está. —dijo entregándole un bolso pequeño color marfil. — ¿Para qué lo quieres? ¿Te vas?
— ¡Claro que no! ¡Hay una asesina psicópata suelta! No me voy sola a ningún lado.
— ¿Entonces?—inquirió en cuanto la morena tomaba su teléfono y esperaba a que del otro lado de la línea contestaran. Después de tres tonos, la línea se descolgó.
— ¡Por fin, nene! ¿Tenes algún problema motríz que no podés atender el teléfono? —preguntó la castaña, de forma ácida.
— ¿Qué pasa Bells? —inquirió el chico del otro lado de la línea. — ¿Te cancelaron la tarjeta de crédito? ¿O cerraron la tienda de Gucci?
—Ni una cosa ni la otra. Lo que dijiste fue horrible, pero esto es peor.
— ¿Qué pasa?
— ¿Viste lo último que publicó Bonnie?
—No. ¿Qué es?
—Léelo. —le dijo ella, mientras se escuchaban los movimientos del chico, hasta un computador. En menos de un minuto el chico habló.
—Ya veo.
— ¿Ya veo? ¡¿Eso es todo lo que me vas a decir?! Esa loca nos puso a todos en la lista, diciendo que nos va a matar y tu me dices: "ya veo".
—Estoy trabajando en ello, Bell.
—Anthony, estoy en un ataque de nervios justo ahora. —comentó ella, mordiéndose el labio y corriendo su cabello para atrás. —No me sirve el "estoy trabajando en ello".
— No puedo decirte nada Bells, necesito que te relajes. La vamos a atrapar.
—Llegan un poco tarde, Anthony. Mató a dos personas ya.
—Es un tanto difícil, no es tan simple como te imaginas.
—Lo que estoy viviendo ahora no es tan simple como te lo imaginas. Estoy en casa de Hana, estamos solas, y hay una asesina loca que nos quiere matar a ambas, y tu me dices que estás trabajando en ello. —soltó de pronto, de manera rápida. —tengo miedo, Tony. —dijo esta, en un hilo de voz.
—De acuerdo, Bells. Voy para allá y las traigo a ambas a la comisaría. ¿De acuerdo?
—Si, gracias. —musitó ella, verdaderamente agradecida.
—Es un placer, Wandercill.
Luego de aquella llamada, y de la mirada suspicaz de Hana, las dos chicas se quedaron en el living, sentadas, con sus celulares en la mano, por precaución. Si alguien irrumpía en la casa, podrían hacer una llamada de emergencia. Esperando a que Tony apareciera, luego de una media hora, o un poco más, el asensor se abrió, y con los corazones saltando dentro de sus pechos, se pararon y se dirigieron a la entrada.
— ¡Casi me matas de un infarto! —dijo Bella, mientras se tocaba el pecho con la mano, y Hana hacía un gesto similar, suspirando.
—Lo lamento, y lamento la tardanza. —se diculpó, sabiendo que Isabella haría mención de aquello. —Es que no me dejaban salir. —comentó este, mientras se acercaba a ellas.
—No pasa nada, Tony. —dijo Hana, con dulzura.
—Solo nos podrían aver torturado y matado en esa media hora, pero no pasa nada.
— ¡Bella! —la regañó la rubia, mientras esta rodaba sus ojos. El chico rió por lo bajo ante la actitud de Bella, mientras los tres caminaban hasta el ascensor.
— Espera. —dijo Bella. —Una pregunta muy importante.
— ¿Qué pasa? —inquirió Hanna.
— ¿Traes arma, no? Digo, por las dudas. —luego de decir aquello, Tony señaló su cintura donde su arma estaba reposando, Bella asintió y se acercó más a el.
danna280994
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I watch you, NY Empty Capítulo 7

Mensaje por danna280994 Mar 15 Mayo 2012, 7:09 pm

Capítulo #O7. Interrogatorio a la Señora T.

Luego de eso, se acercaron a una camioneta negra con vidrios polarizados, blindada. En la parte tracesa se subió Hana, sin esperar a más nadie, y por indicaciones de Tony, Bella se sentó adelante, en cuanto él le abrió la puerta. El chico dio la vuelta, y se subió en la parte del piloto, arrancando hasta la comisaría que quedaba a unos cinco minutos de allí. El camino fue silencioso, Hana miraba por la ventana distraidamente, en cuanto le mandaba un mensaje a Jean diciéndole donde iba a estar y que no se preocupe por nada, y enviando otro mensaje a Savannah, para saber de ella. La cual contestó con un: Estoy bien. Nada convincente, y por eso, Hana también estaba triste. Odiaba que S se sintiera mal, le hacía mal a ella. En cuanto a Bella, ella hacía lo mismo que Hana, observaba por la ventana y trataba de no pensar mucho en el porqué estaba en una camioneta del gobierno.
Al llegar, los tres se dirigieron al departamento de policía, y a lo lejos se podía observar como cinco personas miraban detenidamente a los tres amigos. Tony les pidió que se sentaran en unas sillas, junto a la máquina expendedora, mientras él iba a arreglar unas cosas. Las dos chicas hicieron caso a sus indicaciones, y se entaron en las butacas.
— ¿Estás bien, H?
—No, es que... Hablé con S, le mandé un mensaje y... No parece estar nada bien.
—Si, me imagino. Mató al novio y ahora, quiere matarla a ella. Nadie estaría bien en su lugar.
—Luego de salir de aquí, voy a ir a verla, estoy mal sin saber como está.
—Ve, ella seguramente se alegrará de verte.
Tony se dirigió a la sala de conferencias, donde encontró a cuatro de los agentes, mientras atrás de él aparecía Jane con su computadora. El chico se sentó al lado de la mesa redonda, esperando las interminables preguntas de sus compañeros.
— ¿Este era tu asunto urgente? —inquirió Glenn, con mirada reprovatoria.
—Brick, escucha... —el hombre lo interrumpió.
—No, tu escuchame a mi Tiffany. Esto es grave como para que andes llendo y vieniendo a visitar a tus amigos.
—Es un homicidio doble, Anthony. —comentó Don, sentándose en la mesa.
—Por ahora. —musitó el chico, captando la atención de los otros cinco.
— ¿De qué hablas?
—Bonnie. La chica de la página web, hizo una especie de votaciones, con una lista que según su criterio, son quienes no merecen ser parte de la "Elite de Manhattan". La gente votó, mucha gente voto. Y los que menos votos tengan van a ser asesinados. Primero fue Hale Reed, que para ella era uno de los menos populares. Luego las personas votaron y con menos votos salió Eric Zacmar, y como todos vimos hoy a la mañana fue hayado muerto. —Empezó a decir, ante la mirada ecéptica de todos, a excepción de Jane, la cual, seguramente, estaba al tanto de todo. —Ellas dos son Isabella Wandercill y Hana Bertelli, ambas aparecen en la lista. Y, me llamaron. Tienen miedo.
—De acuerdo, esto es más grave de lo que esperábamos. —dijo Pennie, sentándose en su silla, y tomando unos papeles y una lapicera.
—Mucho más grave.
— ¿Podemos hablar con ellas? Nada formal solo... hablar. —dijo Casiano a Tony.
—Yo las traigo. —luego de decir aquello el chico fue a buscar a las dos muchachas, y tardó unos minutos hasta que ellas accedieron, la más difícil de convenser fue Bella, la cual se reusaba a hablar con las autoridades sin sus abogados. Pero luego, tras unas palabras de Tony, aceptó hablar con los agente. Los tres fueron a la sala de conferencias, y se sentaron de la siguiente manera: Hana, en el lado izquierdo Pennie, en el lado derecho Bella, al lado de esta Tony y junto a este estaba Glenn, le seguía Don, luego Casiano seguido por Jane.
— ¿Podemos hacerles unas preguntas? —inquirió Don, lo más amable que pudo.
—Claro. —contestó dulcemente Hana.
—Depende. —respondió a su vez la morena.
—Primero que nada, cuéntennos de ustedes. —pidió Glenn. Los agentes sabían para que, las chicas a su vez, no entendían nada.
— ¿Para qué? Son el gobierno, ¿no? No tienen algún expediente nuestro que dice quienes somos y listo, nos salteamos esto. —comentó Bella de forma ácida, muy usual en ella, mientras que Hana la miraba de forma reprobatoria.— ¿Qué? —preguntó observando a la rubia.
—Si, tenemos un expediente de las dos. Pero quisiéramos que ustedes nos cuenten de ustedes mismas.
—Empiezo yo. —dijo Hana, mirando a Bella. Una mirada de advertencia.
—Está bien.
—Me llamo Hana Muzia Bertelli, pero mis amigos me dicen Hana, Ha o H. Como más les guste. Bella siempre me dice Han, es su costumbre. —comentó la chica sonriendo, sonrisa correspondida por la morena. —Vivo en New York desde que nací, mis padres son italianos y se mudaron acá hace ya veinticinco años. Mis padres se dedican a la industria textil. Mi papá es empresario y mi mamá también, auque ella se dedica más que nada a los diseños de su marca: Prada. Y emm... Voy a la universidad de Columbia, estudio Diseño de indumentaria. Mis mejores amigas son Bella & Savannah, desde siempre. Tengo novio, se llama Jean Louis Bourque, va a la U con nosotras y... Bueno eso. No hay tanto para contar, tampoco.
—Gracias Hana. —comentó Pennie, con una sonrisa cálida. — ¿Qué hay de ti, Isabella?
— ¿Que hay de que? —prguntó de forma hosca.
—Bells. —susurró Tony, a lo que la chica solo rodó los ojos.
—De acuerdo, que irritantes. —dijo ella, suspirando. —Me llamo Isabella Charlotte Wandercill, tengo veintiún años, mis padres son Aaron & Dorothy Wandercill, y tengo una hermana mayor que yo, Courtney. Somos dueños de los hoteles Ritz Carlton. Mi madre es la presidenta de la asociación White Gloves, una de las agrupaciones más distinguidas de Manhattan. Voy a la Universidad de Columbia con Hana.
— ¿Algo más? —inquirió Don.
—Nada.
—Bella... —comenzó Tony, y ella lo miró fijamente.
— ¿Qué? ¿Qué más quieres que cuente? Esa es mi vida, ¿no?
—Algun detalle tuyo, Hana nos contó lo que le gusta hacer y demás.
— ¿De qué les va a servir lo que me gusta o no, para atrapar a la loca esa?
—Todo es relevante. —dijo Glenn.
—Ok. —dijo, con el ceño fruncido. —En la U estudio medicina, y quiero especializarme en neurología. Mis mejores amigas obvio son S & H, aguanto todos los días al novio irritante de Hana. —dijo riéndo, al ser golpeada por la rubia. —Y...
— ¿Algo más Isabella? —preguntó Pennie.
—Ay está. Le decimos Bella, Bells, Bellu... —empezó a decir Hana, riéndo. Para ella todo era felicidad, hasta en los momentos más trágicos o incómodos. —Y alguien que yo conozco le decia Belli-Bu. —dijo mirando a Tony, en cuanto mencionó aquello, la mirada fulminante de Bella se posó sobre la rubia, la cual se mordió la lengua. Jane sonrió, mirando pícaramente a Tony, el cual se tornó rojizo.
—Con eso es suficiente. —musitó el chico, apresurado.
—A ti te dicen Hani-moon. Así que, cállate.
—No te enojes, B. —antes de que pueda decir algo más, el teléfono de la aludida comenzó a sonar.
" —Don't Worry. Be Happy. Tendrías que hacerle caso a la canción. No te enojes B. Creo que estás un tanto estresada, no seré yo la culpable ¿no? Estar en la lista no te gustó mucho que digamos, pero tranquila una QB no tendría que preocuparse de nada. A que no. Besos su majestad. I watch you, B. Bonnie. ~
— ¿Es Sav? —preguntó Hana, esperanzada.
—No, es la enferma esta. —dijo ella, mostrándole el mensaje a Hana.
— ¿Cómo sabe que dije eso?
—No lo sé, ella sabe todo, de todos. Me está estresando.
— ¿Podemos saber qué es? —inquirió Casiano, la rubia miró a su amiga y ella en un asentimiento desganado de cabeza, le permitió a Hana mostrarle el mensaje al moreno.
— ¿Qué es una QB? —inquirió este, a todo el grupo.
—Queen Bee. —dijo Tony. —Es la que "manda" a todas las demás chicas del colegio, la "abeja reina" es la capitana de toda actividad que se realicen en la escuela, siempre es seguida por las demás miembros de su equipo. Desde que tengo uso de razón Bella, es la QB.
—Nací para eso Tiffany, no te olvides. —comentó la morena con una sonrisa.
—Así que eres la "reina"de todo. —dijo Don, leyendo el mensaje donde decía "su majestad".
—No son necesarias las comillas. Y si, reina de todo. —comento Bella, con una sonrisa de suficiencia. —No hay cosa que se haga en la escuela que yo no esté enterada o no participé.
— ¿Tienes enemigos? —preguntó sin rodeos Glenn.
—Toda reina tiene enemigos. —resóndió ella. —La envidia es la principal involucrada.
— ¿Sabes quién especificamente?
—No. La verdad, no. Todas las que no llegan a nada hablan de mi, pero al fin y al cabo hacen eso, están todo el día nombrándome.
— ¿Eso te gusta?
—Claro que si. ¿A qué persona no le gusta ser el centro de atención?
—Dejemos tu egocentrismo de lado, Bells. —pidió Tony, en cuanto Bella lo fulminó con la mirada,
—Cállate Tiffany. Lo sabes, la escuela no podría seguir su rumbo sin mi. Campionato de ajedrez, natación, volley, baseball, hockey, las animadoras, el decatlón académico, equitación, relaciones internacionales, turismo... Y la lista sigue y sigue.
— ¿Tu haces todo eso? —indagó sorprendida Pennie.
—Por supuesto, ¿por qué creen que soy la QB? El dinero y la belleza no son mis únicos atributos, una reina no debe ser solo rica y hermosa, debe ser también, inteligente y ambiciosa.
—Dime Bella... Debes tener competencia, me imagino.
—Por supuesto, pero... Son pobres chicas que no llegan a nada.
— ¿Hay alguna chica que te caiga mal? Digo... Que trate siempre de robarte todo lo que es tuyo. —dijo Pennie, dándole la razón a Bella de lo anteriormente dicho.
—Se fue, gracias a dios, pero una de ellas era... Naya Keynes. Esa latina muerta de hambre.
— ¿Alguien más?
—Si, la idiota de Clair Breedon, esa perra rubia... Esa volvió, por desgracia.
— ¿Breedon?
—Es la hermana de Savannah la novia del chico asesinado en Brooklyn.
—Pero dime... Eres amiga de Savannah.
—Claro que si, desde toda la vida... Pero a su hermana la detesto.
— ¿Y tu Hana?
—Bueno, Naya siempre fue amable conmigo. —dijo esta, haciendo que B girara los ojos. —Pero Claire... Ella es mala, con S. Y por eso es que no la quiero, más que nada.
— Con respecto a Bonnie. —dijo Casiano. — ¿Siempre te manda mensajes Isabella?
—Si, casi siempre. Es irritante.
— ¿Puedo verlos? —Bella dudó un poco, pero... Si esto iba a ayudar a que atraparan a Bonnie, entonces... Valía la pena. Así que accedió a mostrarle al agente los demás mensajes.
"—Mi querida majestad, parece que el rey la tiró de su trono. Pero, seamos sinceros, no sería la primera vez. Tranquila, B. Manhattan es muy grande, puede ser repartida entre dos personas, ¿no? I watch you, B. Bonnie."— ¿Cuándo te envió ese? ¿A qué se refiere?
—Fue un día después de la fiesta Monte Carlo, es una fiesta que mi mamá hace todos los años en el hotel para caridad. —explicó la morena. —Ese día salimos de compras con H&S y nos cruzamos con Louis y... Anthony, y el me chocó y me tiró al suelo. Por eso dice lo que dice.—explicó con desgano.
—Dice: No sería la primera vez. —reeleyó el hombre de piel oscura.
—Dícelo mejor tú, Anthony. Te sabes mejor la historia que nadie. —dijo la chica con veneno, mirando de manera amenazadora.
—Eso no viene al caso. —refutó Tony. Mirando a Bella.
"—Señora Tiffany no se enfade tanto conmigo. Es que, usted debe saber que amo la feliz pareja que hacen usted y el señor Anthony. Así que es solo por eso que me involucro en sus vidas activamente pasionales. Pero cambiando de tema B, o devería llamarte T. Digo Isabella Charlotte Tiffany, suena increible. A que no. Pero de verdad, mentirle así a tus amigas, ¿por qué no les cuentas lo que pasó? ¿Por que no cuentas la verdadera razón de tu viajecito a Paris? Besos. I watch you, B. Bonnie."—Leyó Casiano, nuevamente.
— ¿Cuándo te envió eso? —preguntó Tony..
—Ayer.
— ¿Vas a decirme a mi la verdad?
—Son cosas mías, Hana. —dijo ella, con bruzquedad.
—No sé que traman ustedes dos, pero esto de los secretitos. Cansa. —Bella miró primero a Hana, y luego su mirada se dirigió a Tony, el cual la miraba con comprención y preocupación.
—A nadie le importa. Lo que haya entre Anthony y yo, o cualquier cosa que nos vincule, es asunto nuestro. De nadie más. Ni de esa loca, ni tuyo, ni de Savannah, ni de nadie.
—Somos tus amigas. —refutó la rubia.
—Si, pero todos tenemos secretos. ¿Tu no les tienes H? —preguntó con malicia, en cuanto a la rubia, se quedó callada. —Me parecía. ¿Saben qué? Me voy, prefiro que me agarre la loca esa antes de estar más tiempo aquí.
Luego de decir aquello, la morena se levantó, despidiéndose con educación de los agentes del FBI y con una mirada mordaz a Tony y Hana, esta última, la miró con pena y con disculpa. En cuanto a Tony bueno... La mirada de todo el quipo estaba posicionada en él, a la espera de algo.
Bella mandó un mensaje a su chofer para que la venga a buscar a la comisaría y de allí se fue a su casa, donde solamentente estaba Lydia, la ama de llaves.
— ¿No sería más facil contar que pasó, y ya?
—No Lydia, claro que no.
— ¿Qué dice el señor Anthony?
—El quiere pararla, y blanquear todo. Pero no, es una locura. —dijo Bella, sentándose en su silla de almohadones, frente a su gran espejo, colocándose una fina crema en la piel. —Piensa en mi padre, me va a matar. Piensa en que Countrey haría cualquier cosa para quitarme la herencia y eso, le vendría como anillo al dedo. Piensa en toda la sociedad de Manhattan. Quedaría expuesta de por vida.
—Lo sé, señorita Bella. Pero...
—Nada, Lydia.
— ¿Y qué pasa con Bonnie?
—Esa enferma... Ya no lo sé, Anthony dice que se va a encargar con el FBI. Pero, ya no tengo idea. Me da miedo que pueda llegar a pasar.
— ¿Saben quien puede ser?
—Todos somos sospechosos.
danna280994
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I watch you, NY Empty Capítulo 8

Mensaje por danna280994 Miér 16 Mayo 2012, 12:00 pm

Capítulo #O8. Problemas a la francesa


iwatchyou.com Bonnie al mando: Oh, oh. Parece que hay disturbios en el paraiso. Los ángeles se están peleando y... ¿Qué pasó? Se ha visto a B & H entrar a la comisaría de policía escoltadas por N, pero luego de un disturbio interno, H dijo algo que incomodó a B y esta, muy enfadada, se fue del lugar.
Desde entonces Bella y Hana ni se hablan. ¿Qué habrá pasado? Por supuesto lo sé, mis queridos neoyorquinos. Diganme, ¿hay algo que yo no sepa?
Así que no voy a ser egoista y les voy a resumir la pequeña historia. Parece ser que B&H estaban en la comsaría y el agente Casiano Hathway le pidió a Bella leer los mensajes escritos por mí, y parece ser que uno de ellos no le gustó para nada a Bells, porque Hana le preguntó lo que más le molesta a nuestra reina y es: ¿Cúal es la verdadra razón de tu huída a París? No lo sabemos, y nuestra QB parece ser que no quiere decir nada.
Pero, quitando el tema de la pelea entre estas dos. Hay otro inconveniente.
Hace ya cuatro días Savannah no sale de su cuarto, se sabe que está encerrada y que la mucama le deja la comida en la puerta, ella abre, come y deja la vandeja sin que nadie la interrumpa. Su padre, al segundo día, tuvo que irse a UK por una cuestión de negocios, dejando a su hija inmersa en una soledad debastadora.
¿Qué pasa S? ¿Tan mal te dejó la pérdida de Brooklyn? No te pongas de esa manera, piénsalo así: cuando dios cierra una puerta, abre una ventana. Y tal véz, todavía no encontraste tu ventana.
I watch you, NY. Bonnie.
—No puedo creer que se haya peleado con la señorita Hana.
—Deja de leer esa basura Lydia. —comentó Bella, cerrando el portatil. Ella estaba en la mesada de la cocina, usando una musculosa de seda blanca, con volados en medio esta, metida dentro de una pollera corta de tiro alto, y unos zapatos de tacón cerrados de plataforma. { [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] }
—Es que son amigas desde que son niñas.
—Lo sé, pero ella se mete todo el tiempo en mi vida, y me molesta.
— ¿No sería más fácil decirle que pasó en París?
— ¡Claro que no! Eso ni mis padres lo saben. —dijo B, mientras se sentaba en la mesada de la cocina, y tomaba su taza de café. —Lo saben tú y Anthony, nadie más.
—Pero... Son sus amigas, la señorita Savannah y la señorita Hana.
—Lo sé, pero todo es más fácil como está. —respondió la adolescente.
— ¿Qué piensa hacer con Bonnie? Esa chica sabe cada paso suyo.
—Lo sé, tengo que ver el modo de rastrear a esa perra... ¿Tienes el teléfono de Draco?
— ¿Draco Arbidell? ¿Está segura señorita Bella?
—Si, sé que el es tan retorcido como Bonnie, pero... Necesito convatir fuego con fuego, y el, me va a ayudar.
—De acuerdo, yo lo llamo. —dijo la mujer. —Pero, con especto a sus amigas y...
—Ya te dije Lydia, deja las cosas como están. Así es todo más sencillo.
—No lo veo tan así, señorita Bella. Además, la gente no lo vería tan mal. Usted y el señor Anthony, siempre estuvieron juntos.
—No me nombres a ese idiota, bueno para nada, inservible, y estúpido. —decía la chica, en cuanto la mujer mayor le hacía señas, a B, la cual seguía explallandose.
—Gracias, yo también te quiero Belli-Bu. —comentó una voz grave y sedosa detrás de ella, la chica giró y se encontró con los ojos ámbar del muchacho.
— ¿Por qué no me dices que está a mi espalda? —susurró la chica, mientras ponía su mejor show-face y se giraba a enfrentar al agente.
— ¿Qué haces aquí Tiffany? —preguntó ella, con una sonrisa falsa.
—Hola preciosa. —saludó, sentándose junto a ella y dándole un mordizco a su tostada.
—No comas mis cosas. —musitó ella, frunciendo el ceño y comiendo su tostada.—Además no me contestaste, ¿qué haces aquí?
—Mi madre va a hacer una cena con todas sus amigas del club, el que presisamente, tu madre organiza, así que me pidió que te avisara.
—Claro... ¿Te crees que soy estúpida? O sea, de las más de diez miembros del club, solo me vienes a avisar a mi y no a mi madre, ¿qué coincidencia, no?
—Bueno, sin contar esos detalles. Si, vine a avisarte a ti. Además era una escusa para verte. —Dijo el chico, acercándose a la morena. —Sabes que amo ese color en ti.
—Quitate. —comentó ella, al borde del colapso físico y emocional. —No te hagas el sex-symbol conmigo, te falta mucha sopa para llegar a eso.
—Te veo hoy en la noche, preciosa. —musitó cerca de sus labios y besando la comisura de estos. El chico se alejó y como entró se fue, saliendo a paso firme por el asensor.
—Eso fue, emocionante. —dijo Lydia, mirando a Bella. —Casi la besa.
—Es irritante, nada más. —comentó esta, parándose de la silla. —Me voy a arreglar, tengo que hacer compras para hoy a la noche. —musitó la chica, subiando por as escaleras hasta su cuarto. —Estate lista Lydia, en una hora nos vamos. —La mujer rodo los ojos cancinamente, sin que Bella viera el gesto de la mujer.
Mientras B iba con Lydia a recorrer las calles prencipales de la Quinta Avenida, entrando a cada tienda y provándose todo lo que le parecía lindo o elegante, a unas cuantas cuadras de allí, en la casa Bertelli-Prada, estaba Hana tomando su desayuno, acompañada de su madre y de la mucama que les estaba sirviendo. Hana estaba hojando una revista de moda, mientras que su madre, leía unas carpetas rosas que tenía sobre la mesa.
— ¿Quiénes son ellos? —preguntó Hana, señalando una carpeta que decía Smith&Co. Hana estaba usando un vestido con cuello redondo bajo color amarillo ajustado a su cuerpo y zapatos de tacón abierto crudos, con el borde y la plataforma amarilla. { [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] }
—Son unos asociados nuestros, firmamos contrato hace ya dos años. —le explicó su madre. —Aunque, no son de fiar.
— ¿Por qué? —inquirió, llevándose a la boca una medialuna.
—Tu padre dice que están envueltos en cosas para nada legales, pero que tienen los mejores abogados y solo por eso salen limpios de todo. Como siempre digo, a tus amigos hay que tenerlos cerca, pero más cerca a tus enemigos. —comentó la mujer, sonriendo. —Me enteré que ellos van a firmar con una multinacional francesa, así que hay que cuidar el negocio. Que no se separen de nosotros.
— ¿Y por qué sacas eso ahora? Falta un mes para la nueva colección.
—Lo sé, pero fueron invitados, a una cena en la casa Tiffany. —comentó la mujer, abriendo la carpeta rosa. —Así que busca un lindo vestido Hana, vas a ir a esa cena.
—De acuerdo. —comentó la rubia, dándole otro mordizco a su medialuna.
—Y deja de comer eso que tiene grasa, y engorda. —le dijo la mujer, haciendo que la rubia dejara lo que estaba mazcando. —Hana. —la llamó su madre, mientras esta levantaba la mirada. —De lo que te dije ni una palabra a nadie, tu padre no está feliz con estos inversionistas y lo que menos necesito es que se ande por allí manchando su nombre, y que aquello pueda intervenir en sus planes con nuestra compañía.
—Claro que no, mamá. Soy una tumba.
Luego del desayuno con su madre, salió de su casa rumbo a la de Jean, el cuál la esperaba para quedarse en su casa un rato, solos los dos. Hace más de un mes que no estaban completamente solos en su casa, y como ese día, su padre se encontraba en la oficina, como siempre, y su madre ayudando a la madre de Nick con la cena, ellos estaban en su cuarto, mirando una película, aunque... La película estaba de adorno, ya que lo que menos hacían era verla.
De un momento a otro, en menos de cinco minutos, Jean se encontaba sobre una casi desnuda Hana, bajo las sábanas de su cama, en cuanto ella colocaba sus brazos alrededor de su cuello y lo atraía a su boca succionando esta, dejándo un intenso color carmesí. La boca de la muchacha, descendía por el cuello del chico, dejando marcas en este, hasta llegar a su pecho, y en cuanto esta hacía aquello, el castaño abrazaba, o más bien, tomaba firmemente por la cintura a la rubia, y la colocaba debajo de el, de manera más práctica y cómoda.
—Eso fue... Lo extrañaba. —dijo la rubia, mientras se colocaba sobre el pecho del chico, y debaja un inocente beso sobre este.
—Yo te extrañaba a ti. —comentó, acariciando la piel desnuda de la adolescente.
—Y yo a ti, has estado... Perdido, ultimamente. —comentó la rubia, besando su cuello.
—Con lo de Bonnie, mi padre anda un tanto histérico, cree que voy a doblar la esquina y alguien va a matarme. —comentó este, negando imperceptiblemente con la cabeza. —Además, está por cerrar, "uno de los negocios más grandes de su vida", y se está volviendo paranoico.
— ¿De verdad? Pero... debrías sentirte contento por él, desde que pasó lo que pasó con los últimos inversionistas, tu padre ah estado un poco bajon. ¿No?
—Así es, y me pone feliz. Pero...
— ¿Pero? —preguntó cuando el muchacho se había quedado callado.
—No confió en ellos, es raro... Busco sus nombres, historia de la empresa y nada me parece convincente, es como que todo estuviera arreglado. —dijo el muchacho, mirando al techo. —Le digo esto a mi padre pero él solo me dice que no interfiera en los negocios.
— ¿Y los has escuchado nombar o le has preguntado a alguien que no sea tu padre?
—Si, solo le pregunté a Tony y me dijo que no tiene idea de quienes son, es como si Smith&Co no existiera. —dijo el muchacho, dejando pálida a su novia.
—Emm... Me tengo que ir. —musitó la chica, envolviéndose en las sábanas y buscando su ropa.
— ¿Por qué tan temprano? Recién van a ser las dos de la tarde.
—Lo sé. Pero es que... Va a haber una cena en lo de Tony, y bueno mi madre quiere que vaya, escoja un vestido... Tu sabes, como es mi madre. —decía esta, mientras besaba rápidamente al chico, y a una velocidad luz se vestía y salía del dormitorio, dejando a un sorprendido Jean, tendido en la cama.
"— Hana, Hana, Hana. ¿Qué desición difícil no? La familia o el amor. Si dices algo el negocio de tu madre se arruina, y si no hablas, es muy posible que Industrias AXA vaya a la banca rota. Pobre tu novio, y literalmente va a ser "pobre". Oh, oh. Indefensa H. ¿Qué vas a hacer? Apúrate a decidir, son las 14:24 hs exactamente, y la cena es a las ocho. Besos. II watch you, H. Bonnie.—"
danna280994
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I watch you, NY Empty Capitulo 9

Mensaje por danna280994 Miér 16 Mayo 2012, 8:41 pm

Capítulo #O9. Cena en Tiffany's.

¿Qué haces tu un jueves a la noche? Seguramente, prepararte para el último día de la semana, comer e irte a dormir, hacer tarea para el día siguiente, o simplemente estar en casa disfrutando de la noche ante un agotador día de semana. Pero en el Upper East Side, es fin de semana toda la semana. Hoy, Jueves 26 de Agosto, en la recidencia Tiffany se está celebrando una de las tantas cenas que las participantes de la asociación White Gloves, hacen muy seguido.
Esta vez, fue el turno de Laura Tiffany, una de las miembros más antiguas de esta asociación, llevar a cabo el evento. La recidencia, que queda en el 856 en la Quinta Avenida, se encuentra localizado en el piso veintitrés, el último y más espacioso de todos. Allí, el living, de unas dimenciones hasta exageradas, estaba decorado y puesto en escena para todos los invitados de dicha cena. Casi todos los invitados se encontraban allí, a excepción de la familia Breedon, donde la señora Breedon es una miembro fundamental de dicha organización.
Pero dejando de lado el glamour de la cena Tiffany, a unas cuantas cuadras de allí, cerca del Central Park, hay una limusina negra dando vueltas por la ciudad de Manhattan, y dentro de ella, se encuentran dos jóvenes, los cuales parece que están pasando un grato momento. Parece...
— ¡¿Se puede saber por qué vuelvo a ver el Central Park por tercera vez?!
—No grites, Bellita. —pidió Tony, mientras tomaba una copa de Champagne y le servía a Bella.
—No me llames "Bellita", y no, no quiero.
—De acuerdo, Belli-Bu. —comentó este, sonriendo de costado.
— ¿Se puede saber por qué no vamos a tu casa?
—Quiero hablar contigo.
— ¿Por qué no hablaste hace media hora? Me tienes dando vuelta a la ciudad hace rato.
—De acuerdo, es solo que...
— ¿Solo qué? Hablá Tiffany.
—Quiero que venga. —musitó el chico, acercándose a la castaña.
— ¿Qué venga? ¿Qué venga quién?
—Sabes perfectamente quien...
— ¿Te has vuelto loco? ¿Has perdido toda razón y jucio?
—Bella, escucha...
—No, no quiero escucharte. —dijo esta, sentándose frente a él, alejándose del muchacho. —No quiero saber nada que tenga que ver contigo ni con... ¡Da igual! ¡Llévame a tu casa!
—Belli-Bell... Es importante.
—No me importa lo importante que puede ser para ti.
—Isabella esto no tiene que ver contigo.
— ¿No? ¿Seguro? —inquirió ella, con ironía. —Tú ya te has recibido de... Docientas cosas, eres doctor, licenciado y especialista es muchísimas cosas Anthony, yo no. Estoy estudiando y Columbia es muy riguroso...
—No va a pasar nada, es solo hablarlo.
—No. Esa es mi respuesta. Mi vida social, mi escuela, mis amigos, las fiestas, las galas... ¡Todo! ¡No vas a arruinar nuevamente mi vida con esto Anthony!
—Tengo derechos.
—Como ciudadano, todos los tenemos. —comentó esta, con hipocrecía. —Te advierto una cosa Tiffany, haces algo y juro por dios que vas arrepentirte toda tu vida.—lo amenazó, mirándo al chico fijamente a los ojos. —Paul, llévanos a la casa Tiffany, ahora.
—Señorita Wandercill...
—Esto es así, eres un empleado. Uno manda y tu acatas, ¿lo entiendes? —inquirió ella con veneno en la voz. Pero antes de que el hombre mayor pueda decir nada, Tony tomó el comunicador y habló primero. —Por favor, Paul. A mi casa.
—De acuerdo señor.
— ¿Puedes ser más amable?
— ¿Puedes ser menos idiota? No. —respondió esta. —Son solamente, cosas de la vida que no se pueden cambiar, como la ley de gravedad. Tú lo sabes, eres físico ¿no?
—No cambies de tema.
—No hay tema que cambiar, el otro está cerrado. —dijo esta, mientras se daba vuelta y observaba por la ventanilla el hermoso y único paisaje de la ciudad que nunca duerme.
Luego de esta pequeña discución, y en tanto y en cuanto estos dos chicos llegaban a la gran fiesta, se vio llegar a la señorita Hana Bertelli, acompañada de sus padres, y juntos, fueron a saludar y entablar conversación con todos los allegados allí presentes. Hana lucía un vestido de alta costura negro, de Valentino, de la última colección, delicado y fino con detalles cocidos delicadamente, y unos zapatos de tacón haciendo juego con una pequeña cartera. { [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] } Para sorpresa de Hana había casi la misma cantidad de jóvenes de entre dieciocho y veintitantos años, entonces ella se puso a hablar con una chica que era hija de una amiga de la señora Tiffany. La conversación se había vuelto monótona y aburrida, pasado un tiempo, ya que la chica de lo único que hablaba era sobre la ropa y precisamente de la marca Prada, en un momento H se dio cuenta, de que la chica no sabía que ella era la hija de los dueños. Así que con asentimientos de cabeza, y exclamaciones finjidas siguió la velada, en tanto y en cuanto, ignoraba olímpicamente a Jean.
Hana pudo ver como los inversionistas de Smith&Co, de los que había buscado imágenes para reconocerlos en la fiesta, estában hablando animadamente con Francois, el padre de Louis. Los dos hombre de S&Co, uno de piel morena y el otro de piel clara y cabello claro, reían y comentaban quien sabe dios qué con el hombre francés. La rubia seguía observando hasta que se cruzó con la mirada de Louis, y un segundo después ella rechazó el contacto visual, concentrándose en la conversación con la morena.
—Allí estas, Anthony. —dijo Laura, en cuanto su hijo entraba por el ascensor escoltando a Bella, la cual no tenía una cara de muchos amigos, y cambió su rostro al instante en cuanto escuchó la voz de la mujer. —Y Bella, estoy tan feliz de verte cariño. Verlos. Juntos. —decía la mujer, dando a entender el dobre sentido de sus palabras.
—Es un gusto verla, Laura. —saludó Bella, besando su mejilla y luego la otra.
—El gusto es mío, Bella. Siempre tan hermosa. —la alhagó, mirándola de pies a cabeza, donde la chica lucía un vestido de tela transparente, cubierto con una maya de piedas decorado hasta por arriba de la rodilla, en tonos claros, con los zapatos de tacón del mismo color de la marca Valentino { [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] }
—Gracias, señora Tiffany.
Luego de aquello, los dos jóvenes se separaron, tras una mirada gélida de parte de la castaña, en donde ella se dirigía hasta donde se encontraba su hermana, sentada en el sofá hablando con un chico de su misma edad o un poco más. Al llegar allí, Courtney le lanzó una mirada de pocos amigos a su hermana, la cual captó el mensaje y se giró para irse a otro sitio pero una voz la detuvo.
— ¿Isabella?
—Emm.. Si. —contestó esta girándose y observando al muchacho.
—Soy George Inwwod, eh escuchado mucho de ti. Es un gusto. —dijo extendiendole la mano, y la chica, a regañadientes la tomó.
— ¿Inwood? ¿Eres algo de Jacob Inwood?
—Su hermano. —contestó, y esta inmediátamente soltó su mano.
—No, gracias. Ya bastante tengo con un Inwood, como para conocer a otro.
— ¡Bella! No seas maleducada. —la regañó Courtney, con una mirada de disculpa a George.
—Si, lo se. Mi hermano no es la persona más amable y educada del mundo. —comentó este, mirando a la castaña. —Pero espero que aquello no sea mi sentencia de muerte para contigo. —dijo esto, estirando su mano e inclinándose hacia atrás, en una reverencia. Algo, además de la ropa y los diamantes, que ama nuestra reina es precisamente eso. Que se inclinen a sus pies, y con eso, el nuevo Inwood parece haber conquistado los sentimientos congelados de esta reina.
—De acuerdo, es un gusto George.
—Un placer, Isabella.
—Bella. —lo corrigió esta, con una sonrisa. El muchacho, de unas facciones muy parecidas a las de su hermano, pero más marcadas y mucho más atractivas, le sonrió devuelta, sin soltar su mano.
—Creo que papá me está necesitando por allá, con permiso. —dijo la mayor de las hermanas, mientras se retiraba del lugar sin siquiera mirar a los dos muchachos.
Pobre Courtney. Parece ser que la pequeña Bells vuelve a robarle a uno de sus chicos en la mira. Y seamos realistas, esto ah pasado tantas veces que ya hasta eh perdido la cuenta. Desde que Bella cumplió los once años, y cabe aclarar que seguía siendo una niña, las miradas de los otros chicos, hasta los que tenían siete años más que ella, iban siempre directo hacia la Wandercill menor, dejando a Courtney opacada ante su pequeña hermana.
En cuanto George y Bella hablaban animadamente, al otro lado de la habitación se encontraba la señora Breedon, preguntándole a Hana si había visto a su hija, la cual, supuestamente iba a aparecer unos momentos más tarde que ella, pero ya se estaba demorando demasiado. No tardaron, ambas, en ir a preguntarle a Tony, y a su vez, muy a pesar de Hana, a Jean, los cuales no habían visto a la rubia. Los tres amigos, buscaron a Bella en la habitación, para saber si ella sabía algo de la chica, y en cuanto la encontraron no fue a ella sola, si no que la muchacha estaba hablando cálidamente con otro chico, el cual los tres desconocían. Tony, los miró fijamente, para luego, sin ninguna dubitación, acercarse a ellos.
—Bella, necesito hablar contigo.
—Estoy ocupada. Luego. —contestó con indiferencia la castaña.
—Es importante. Es ahora. —volvió a decir el chico, mientras con una mano tomaba la de Isabella y hacia que al arrastre se separara de Inwood.
— ¿Qué haces? —preguntó, en cuanto se encontraban en la recámara del chico.
—Savannah. No aparece.
—Debe estar en un boliche, en una fiesta o en Brooklyn. Ya sabes, le gusta ensuciarse.
—No seas tan fría, es tu mejor amiga. Y está desaparecida.
—De acuerdo, de acuerdo. Vamos a buscar a la señorita perfección. —dijo Bella, mientras la puerta de la recámara se abría y dejaba entreverse a una muchacha de cabellera rubia.
—Sav, te estábamos buscando.
—No seas idiota, Louis. Esa no es Sav... ¿No la ves? Esas piernas de tero y ese maquillaje de payaso. S jamás usaría eso, es amiga mía.
—Bella... Te extrañaba.
—Diría lo mismo, pero me eres tan indiferente que no me había dado cuenta ni que te había ido.
—Clair has... —empezó Hana, pero Bella la interrumpió.
—Clair, vete. Estamos acá, los cuatro, entre amigos, ¿Entiendes? Amigos. Y tu, bueno, estás estorbando.
— ¿Desde cuando Tony es tu amigo?
—Desde siempre, sabes que mis amistades son... ¿Cómo decirlo? Elegantes y glamorosas como yo, en cambio tu... Bueno, lo que tienes de elegante y de glamour es lo que Savannah te arrojó al nacer.
—Señoritas, señoritas. —intervino Tony, a todo esto. —No discutan, por favor.
—No te preocupes, anthony. Me voy. —dijo Clair, sonriendole seductoramente al heredero Tiffany.
— ¿Viste como te miró? Es una desubicada.
— ¿Celosa? —preguntó el castaño, mirando a Bella, la cual, frunció el ceño y lo ignoró.
— ¿Podemos concentrarnos en Savannah? —pidió Jean.
—Ya te dije, debe de andar tirada en un barcito de Brooklyn, o tal vez, Queens.
—Deja el sarcasmo, Bells. Esta vez es encerio, estoy preocupada por ella.—comentó Han.
—Ok, ok. Vamos a buscarla. —respondió, ahora más preocupada debido al tono que había empleado Hana.
— ¿Dónde?
—Hagamos una cosa, Hana y yo vamos a los boliches del UES y ustedes a la zona del UWS.
— ¿Qué? ¿Ustedes dos? ¿Solas? ¡Claro que no! —dijo Louis, mirando a su novia.
—Digo que vayamos, ustedes dos por un lado, y Bella y yo por el otro.
—No quiero ir contigo.
—No es momento para una de sus peleas. S está desaparecida. —comunicó Hana.
—Está bien, si alguno la encuentra le avisa al resto. —dijo Tony. —Ustedes al UES y nosotros al UWS.
Los cuatro muchachos, lo más disimulados posibles, salieron de la recidencia Tiffany, y cada pareja tomó su rumbo.
—Este es el quinto boliche al que entro y vamos más de una hora y no la encontramos.
—Lo sé, solo paciencia. Ya va a aparecer. —dijo Tony, mientras miraba su teléfono.
—Estoy cansada, cuando la encontremos la voy a matar.
—La odias y la amas. ¿Es igual para conmigo?
—A ti solo te odio.
—Muy simpática.
— ¿Pachá NYC? ¿No me digas que vino acá? O sea, The Marquee, Guest House, Pink Elephant, hay varias opciones antes que esto. —dijo B, mirando el cartel del boliche.
—Solo entra, y preguntamos. —contestó el muchacho, mientras tomaba de la cintura a la castaña y ambos iban a preguntar dentro de la discoteca si alguien había visto a Savannah.
Le preguntaron a tres Barman y a cuatro de los hombres de seguridad y nadie la había visto, hasta que le preguntaron a uno de los Barman que se encontraba arreglando unos asuntos detrás de la barra y dijo que había visto a una chica rubia, bien vestida y que le decian "S", hace menos de media hora. Entonces, los dos mucuhachos, comenzaron la búsqueda de una persona entre más de trecientas. Era como buscar una aguja en un pajar. Pero, a pesar de esta dificil encomienda, los dos chicos buscaron a la rubia, hasta que decidieron separarse y fue allí, en el baño de damas, donde Bella encontró a Savannah, recostada sobre un hinodoro y vomitando en este.
La castaña se acercó a esta, y con sus manos tomó el largo y abundante cabello rubio y lo hizo un rodete atándolo con este mismo, para que no se ensuciara. Le frotó la espalda a su amiga, mientras esta, seguía vomitando en el hinodoro. Luego de que Isabella avisara a Tony que había encontrado a su amiga, Bella se quedó junto a Savannah, hasta que esta mejorara un poco. Luego de unos diez minutos más o menos, la rubia se irguió y con un papel limpió su boca.
— ¿Estás bien, S?
—No.
—Oh, S. ¿Por qué haces esto? —preguntó la castaña, abrazando por la cintura a su amiga.
—Vuelvo a estar sola, B. Otra vez. —contestó esta, con una voz ronca y adormilada.
—No estás sola, S. Hana y yo siempre vamos a estar contigo. Somos tus mejores amigas. —le dijo la chica. —Y además están Louis y Tony, ellos dos, con H y conmigo, te estuvimos buscando por todos lados.
— ¿De verdad?
—Claro, Savannah. Estábamos preocupados por ti.
—Que bueno que los tengo, si fuera por Tim o Katy o Clair, estaría muerta. —comentó esta, derramando lágrimas. — ¿Por qué lo tuvo que matar? ¿Eh? El era bueno.
—Ay, S. No hagas esto. —pidió la morena. —No me hablas de esto que soy muy mala para los concejos amorosos o pérdidas.
—Es que, no puedo creer que de un momento a otro ya no está. —siguió diciendo, ignorando el comentario de Bella. —Digo, no es que éramos novios hace años, pero éramos amigos y el me entendía. Era dulce.
—No llores, S. Vas a ver que Anthony y su séquito de cerebritos van a encontrar a la enferma que hizo esto.
—Pero eso no lo va a traer de nuevo. —dijo la rubia, deramando más lágrimas.
—Verdad. Pero es un consuelo encontrarla. Por el bien común. —musitó, levantándose del sueño y levantando a su amiga del brazo. —Vamos, ponte de pie que hay que irnos.
— ¡No! No me quiero ir. Quiero que siga la fiesta.
—Savannah, tu madre está buscándote y mis padres, los de Anthony, Hana y Jean van a notar que ninguno de los cinco estamos en la fiesta.
—Pero...
—Nada de peros, levántate que tenemo que irnos. —volvió a insistir, y esta vez la cenicienta se puso de pie.
—Bells... ¿Es verdad lo que dijiste?
— ¿Qué cosa?
— ¿Han me estuvo buscando también?
—Claro que si, fue la primera en preocuparse por ti. Como siempre. —dijo sonriendo la castaña.
Ambas chicas, salieron del baño y se encontrarn en la puerta con Tony, quien con una mirada rápida observó a Savannah, y con un asentimiento de cabeza de parte de Bella, ingresaron a la limusina.
En menos de veinte minutos ya estaban en la recidencia Tiffany, donde, al parecer, nadie, había notado la ausencia de los cinco chicos. Con ayuda de Jean y Tony, Savannah ingresó a la habitación de este último, más precisamente al baño, donde, con ayuda de Bella y Hana, lograron meterla en la ducha y hacer que se le quite un poco la borrachera y el olor a licor que tenía ensima.
Después de una hora, en donde Hana y Bella se turnaban para ir a la fiesta, así nadie notaba su ausencia tan prolongada, sacaron de la bañera a la rubia y la vistieron con uno de los vestidos de Laura, que con unos pequeños retoques de Hana, ya no se parecía al atuendo original, así la anfitriona no se daba cuenta del hurto.
Las tres chicas, escoltadas por Louis y Nick, se sentaron en el living fingiendo que nada había pasado, y comenzaron a comer, entablando amenas conversaciones entre los que se encontraban más cercanos a ellos.
—Disculpen... Disculpen. —musitó la voz de Francois Burque, poniéndose de pie, con una copa de champagne. —Disculpen la interumpción, y perdón a Laura y Charles que esta es su celebración, pero quiero agradecerles, ya que por haber realizado esta maravillosa velada, pude finalizar uno de los más grandes contratos de Industrias AXA, con la Compañía Smith&Co. —dijo este, mientras los dos hombres, uno negro y el otro de piel blanca, se ponían de pie.
—Gracias Laura y Charles Tiffany por la acojedora velada, pero nosotros debemos estar en Londres mañana temprano, así que nuestro vuelo sale en poco tiempo. Debemos disculparnos. —musitó el hombre de piel oscura.
Esta asintió, y luego de agradecerles por haber venido, se retiraron de la casa de la familia Tiffany, dejando un ambiente de júbilo y alegría entre los que estaban cenando. Pero pasados veinte minutos de aquella partida, los teléfonos de la mitad de los convidados comeinza a sonar.
I watch you, NY. Bonnie al mando: ¡Felicidades Industrias AXA! Estoy tan feliz de que hayan firmado ese contrato tan prominente pero... ¿Funcionará? Ya saben, la apuesta a una empresa es como un juego de azar, aveces se gana, a veces se pierde pero... ¿Saben qué? Se de alguien que ve el futuro, y ya sabe que va a suceder con esta inverción, ¿No, Hana? Si, mi querida clarividente. Tu sabes de que hablo. Alguien cercano a ti, te dijo que Smith&Co no era una empresa de confiar, pero preferiste quedarte callada para protejer el imperio familiar, lo entiendo, pero... ¿Qué hay del imperio familiar Bourque? Quedó en la ruina, supongo. Hana, Hana, Hana. Parece que elegir entre el amor y la familia no te costó tanto. Lo siento Louis, pero esta princesa ya eligió, y no eres el afortunado ganador. Besos. I watch you, NY. Bonnie. ~
Luego de aquel mensaje todas las miradas, de sorpresa y exclamación se posaron en Hana, hasta la mirada de los adultos, que leían curiosos los celulares de sus hijos. Todas las miradas sorprendidas, menos una. La mirada de Jean. No era de sorpresa si no de dolor. Parece ser que H le rompió el corazón a J .
danna280994
danna280994


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I watch you, NY Empty Capitulo 10 & 11

Mensaje por danna280994 Lun 21 Mayo 2012, 7:01 pm

Capítulo #1O. Ojos que no ven...[/size]


— ¿Podes salir de la cama?
—Vete y déjame tranquila. —dijo Hana, tapándose con las sábanas.
—Son las doce y media del mediodía, no puedes quedarte aquí toda la vida. — comentó Bella, usando un vestido apretado, con cuello redondo bajo y corto negro, con puntos dorados, luciendo zapatos de tacón negros cerrados y una pequeña cartera colgada del hombro. { [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] }
—No toda la vida, solo hasta que Jean me perdone.
—Han, por favor. Levántate. —pidió Bella, sentándose a su lado.
—No quiero... ¿No te das cuenta? Arruiné mi relación con Louis. —comentó esta, dirigiendo su mirada a la de su amiga. — Ocho años, Bella... ¡Ocho! Ese es el tiempo que estuve con el, pensaba casarme, tener hijos y... —decía, mientras las lágrimas comenzaban a caer.
—Shh... Shh, bonita. Deja de llorar. —le dijo Bella, en un tono dulce, muy raro en ella, mientras se acostaba a su lado y la abrazaba por la cintura, acariciando su espalda.
—Bells, perdí todo en una noche. —dijo Hana. —La semana pasada casi pierdo mi amistad contigo y mi amistad con Savanah, la cual casi se vuelve loca, y ahora, perdí a Jean.
—No lo perdiste, solo... Está enojado, dale tiempo.
— ¿Tiempo? No hay tiempo que sane lo que hice.
—El debe entenderlo H, lo hiciste por tu familia. No tenías opción.
—Siempre hay opción, yo no elegí la correcta. —comentó esta, dándose vuelta, rosando su cara contra las sábanas del colchón.
— ¿Por qué no salimos? Me enteré que Gucci hizo unas remodelaciones en el local, y es tu marca de ropa favorita y...
—No quiero, B. —la cortó esta. —Quiero estar acá mientras como kilos y kilos de helado y me convierto en una vaca gorda y sin gracia.
— ¡Hana! Deja de decir eso.
—Es que... —antes de que la rubia pueda decir algo, la mucama entró en la habitción con una caja dorada con un lazo negro evolviendola.
—Disculpe, señorita Bertelli. Dejaron esto a su nombre. —dijo la morena, dejando la caja sobre la cama, y con un "con permiso", se retiró del lugar.
—Seguro te lo manda Louis para decirte que te ama y que todo queda olvidado. —Comentó Bella, sonriéndole a su amiga. Hana revolió los ojos, y tomó la caja dorada, la cual poseía dentro un estuche de terciopelo rojo con una tarjeta.
—I wach you, B&H. Bonnie. —Leyó mirando a Bella, la cual había fruncido el ceño. Hana abrió la caja y un gritó ahogado se escuchó de parte de ambas chicas.
— ¡Ahhh! ¡Dios mío! —gritó Hana, corriendo a la otra punta de la habitación con Bella, la cual estaba más blanca de lo usual.
—Ha... Hana, ¿eso es lo que creo que es? —preguntó B, con un hilo de voz.
—Llama a la policía. —le ordenó a la mucama quien estaba parada en la puerta, luego de escuchar el grito de horror de la rubia. La morena asintió y salió corriendo del lugar, haciendo lo que se le había ordenado.
Las dos chicas posaron su mirada sobre la cama, donde en el estuche de terciopelo rojo se encontraban los ojos de alguien... ¿Pero de quién? Los ojos eran de color gris topo, y en este momento, parecía que observaba dedicadamente a Bella & Hana, pero claro... Eso era imposible.
Minutos más tarde, llegó la policía de la ciudad junto con el departamento de la policía científica y luego aparecieron los agentes del FBI con Tony, los cuales, comenzaron a hablar con la mucama y la policía científica, hasta que Pennie se acercó hasta las dos chicas,seguida de Don, Brick y Anthony.
— ¿Qué pasó, chicas? —inquirió Pennie, de forma afectuosa.
—Eso es una de las cosas más horribles que jamás vi en mi vida. —comentó Hana, mirando hacia la nada.
—Bella, ¿qué pasó? —inquirió Tony, ya que al parecer, Hana no iba a dar ninguna respuesta coherente.
—Vine a eso del mediodía a buscar a Hana porque sabía que iba a estar mal con lo que pasó ayer, y estaba en la cama y le dije que se levantara para salir a pasear, empezamos a hablar, y luego llegó la mucama con ese paquete, esa caja dorada. Creí que se lo había mandado Jean, para amigarse con H, pero luego leimos la tarjeta.
— ¿Qué tarjeta? ¿Qué decía? —inquirió Don.
—I watch you, B&H. Bonnie.
— ¿Y luego? —inquirió Brick.
—Luego Hana abrió el estuche, ese rojo, y estaban... Bueno, estaba "eso" y las dos gritamos y salimos corriendo, después llegó la mucama, quien llamó a la poli.
— ¿Estás bien? —preguntó Tony, apretándole la mano.
—Claro que no, no estoy bien. —dijo esta, volviendo a su postura habitual. —Mientras el FBI está acá, sigue pasando lo que pasa como si nada. ¿De qué sirven los federales si esa lunática nos sigue acechando?
—Bells, estamos haciendo todo lo que podemos.
—Con lo que pagamos de impustos, deberían estar haciendo más. —Contestó la morena, de forma brusca.
— ¿Quieres que te ponga seguridad? Puedo contratar guardaespaldas para ti... Y Hana. —dijo observando a la rubia, la cual se encontraba en la misma posición que antes.
—No, eso ya me lo ofreció mi papá. Lo que quiero es que tú y tu enorme cerebro piensen quien es esta lunática y hagan algo, tu, y tu grupito.
—Estamos en eso, Bells. —dijo el chico sonriéndole, y acariciando su mano.
—Apúrate, entonces. —volvió a decir Bella, mientras se soltaba del agarre de Tony, y con delicadeza y dulzura, tomaba el brazo de Hana, y la llevaba hasta la habitación de huéspedes, ya que la rubia, no quería ni podía, ingresar en su habitación.
—Déjala un poco, está asustada. —dijo Pennie, mirando a Tony.
—Claro, pero eso no quita que me deteste. —respondió el castaño, mientras iba con Jane a hablar con los oficiales de la policía científica.

— ¿Qué tenemos hasta ahora? —inquirió Brickman, sentándose frente a la mesa redonda, en la estación de policia.
—El que dejó el paquete fue un vagabundo, el cual no está seguro si el que le pagó era hombre o mujer porque estaba con la cara cubierta. —dijo Casiano, tomando su anotador.
— ¿Llegaron las pruebas del laboratorio?
—Si, los ojos pertenecen según la base de datos a: Isabella Wandercill.
— ¿Es un chiste, no? —preguntó Glenn.
—No, Brick. Eso es lo que salió en los estudios, mira. —comentó Pennie, entregándole la carpeta a el jefe de unidad. — ¿Qué significa esto?
—Que tenemos que quitar a la clase baja y media de la lista de sospechosos. —comentó Tony, parándose de su asiento y captando la atención de sus compañeros.
— ¿A qué te refieres?
—Bella está viva, tiene sus ojos y... Conozco a su familia, que también se que estan vivos.
— ¿Entonces?
—Ay una sola manera de que esos ojos tengan el ADN de Bella. Igeniería Genética.
— ¿Qué? —preguntó Don, mirándolo sin entender, al igual que sus compañeros.
—La ingeniería genética es la tecnología del control y transferencia de ADN de un organismo a otro, lo que posibilita la creación de nuevas especies, la corrección de defectos genéticos y la fabricación de numerosos compuestos. —explicó de manera rápida. —Esto quiere decir, que se puede mutar el ADN de una persona a otra, en este caso esos ojos. Es un tratamiento altamente costoso, que como dije, se utiliza para enfermedades hereditarias y demás, si esta persona se tomó el trabajo de buscar ojos parecidos a los de Bella y además cambiar su ADN, quiere decir que tiene mucho dinero, y que conoce el mercado negro.
— ¿Eso nos reduce a...? —inquirió Jane.
—El veintisiete por ciento de la población de Manhattan. —contestó rápidamente Matéo.
—Siguen siendo muchísimos. —comentó Jane.
—Y ya tenemos dos muertos... O tres. —dijo Glenn, mirando el informe de ADN de los ojos encontrados.
—Escuchen esto. —dijo Jane, tomando el portatil en sus manos.
Mi querida New York. Siempre tan fresca, reluciente y llena de mágia en cada esquina. Y no solo llena de mágia, también de mentiras, secretos y complicidades. Ayer se destapó la hoya y parece ser que una pareja se rompió. Los prínicpes de New York, Hana Bertelli y Jean Louis Bourque, dijeron su adiós definitivo ayer, en la cena Tiffany. Pero seamos sinceros, fue culpa de Hana. Pobre nuestro querido Jean, pasó de ser un señor feudal francés, a un sirviente del palacio. Pero dejemos este tema de lado, otra cosa que pasó ayer, fue que se la vio a Savannah Breedon, en la discoteca Pachá, en el Upper West Side, con unas cuantas copas de más llorando por... ¿Brooklyn? ¿De verdad, S? Ya está, superalo. Era alguien tan irrelevante en esta lista de prioridades que yo tengo. Era solo un descarte, un dos de corazón, un... Digamoslo, un "nada".
Queridos neoyorkinos, no me digan que jamás escucharon el dicho: "ojos que no ven, corazón que no siente". Y al parecer Hana & Bella, lo saben de memoria, porque hoy, a la recidencia Bertelli llegó un presente mío, y espero que les halla gustado. Me esmeré mucho para que esos bellos ojos sean parecidos a los de nuestra reina, aunque por desgracia parecido no es igual.
Ojos que no ven... Esos ojos ya las vieron. Corazón que no siente... Próximamente va a llegar.

I watch you, NY. Bonnie.
— ¿Qué quiso decir con lo último? —preguntó Don.
—Que está devolviendo lo que se llevó de las víctimas. —explicó Pennie.
— A Hale Reed y a Eric Zacmer les sacó el corazón, pero no los ojos.
—Eso quiere decir que tenemos una víctima más.
—Tal vez no es alguien de la lista.
—No lo es. —dijo Casiano, entrando por la puerta con una carpeta color madera en la mano. —Acabo de verificar con todas las familias, y los chicos de la lista están bien.
—Ninguno de la lista, a excepción de Bella, tiene los ojos grises.
—Tal vez, mató a otra persona solo por sus ojos.
—Eso es peor. Ya no sigue un modus operandi. Mata a quien sea cuando sea.


[size=24]Capítulo #O11. La ciudad no duerme


El Upper West Side, de Manhattan. Es todo lo que una persona puede llegar a anhelar, pero, millones de personas, jamás van a llegar a ser parte de este círculo. Pero, peor que nunca formar parte, es haber formado, y que de un día al otro seas príncipe caído de su trono, como Jean Louis Bourqué. Así que, en un bar de mala murte del UWS, se encontraba sentado frente a una barra de color caoba vieja, las paredes descoloridad y unos asientos con la goma espuma salida para afuera. El lugar era oscuro, de una época pasada, y lo que prodominaba allí, más allá de la poca luz, era la suciedad. Y allí estaba Jean, diciéndole adiós a sus problemas, por al menos, unos minutos.
— Otro. —dijo, mientras le entregaba el vaso de wisky, a el barman. Este le sirvió otro, y siguió hablando con otro cliente del otro lado de la barra.
—Sexy Marion. —dijo una voz femenina, mientras entraba al lugar y besaba la mejilla del barman, de unos sesenta años de edad. Louis levantó la mirada para encontrarse con una rubia de un metro setenta de largo, vestida con un vestido turqueza brillante, apretado al cuarpo, con cuello redondo bajo, zapatos de tacón turquezas, y bejouteri plateada { [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] }
— ¿Louis? ¿Qué haces aquí?
—Vete, Savannah. —le dijo el chico, mientras de un solo sorbo bebía lo último de su bebida, y hacia una seña al barman para que lo rellenara.
—Deja de beber. —le pidió la rubia, tomándole la mano.
—Eres la menos indicada para decirme aquello.
—Se que lo que pasó con Hana... —el la interrumpió.
—No me nombres a esa puta. —dijo tajante el castaño.
—No hables así de ella, nunca.—contestó la rubia, enojada.
—Me arruinó la vida, déjame. —comentó, bebiendo su bebida nuevamente de un sorbo.
—Se que es dificil...
—No, no lo sabes... No tienes idea.
—Ven...
—Voy con una condición. —Dijo este, bebiendo su último sorbo.
—Dime.
—Quiero ver a la Savnnah Breedom, que conoce la fiesta de New York, más que nadie en el Estado. —dijo este, sonriendo de costado, ebrio.
—No sé si es lo mejor, Louis.
—O lo haces, o sigo aquí hasta que pudra mis riñones.
—De acuerdo, de acuerdo. —dijo esta, sonriéndo ante lo dramático del chico. —Párate, que nos vamos. —comentó la muchacha, tomando la mano del chico, y abrazándolo por la cintura, ya que parecía que estaba un poco inestable. Ambos adolescentes, subieron a la limusina y de allí se dirigieron a hacer de esa noche, la mejor de su vida.
— ¿230 Fifth? — preguntó Louis.
—Ven, acá tengo varios amigos. —Lo animó Savannah. Ambos bajaron del vehículo y se encontraron con una entrada modesta, pero en la parte de adentro, las luces de color violeta, azul, rosa, rojo y naranja predominaban en el lugar. L&S se dirijieron a la parte más adentro, donde había un pequeño escenario y estaba rodeado por sillones de una sola persona, de color blanco. La barra se encontraba en el lado oeste de la habitación, donde se hallaban repleta de personas. Louis y Savannah se acercaron a la barra, y una chica, con tatuajes en sus ambos brazos y pircing en la ceja, nariz y boca, los atendió con una sonrisa.
—Hola Savannah, ¿cómo andas?
—Hola Tay, bien, por suerte. ¿Tu?
—Como siempre. —contestó, mientras preparaba un trago de color rosa, y se lo entregaba en un vaso largo a Savannah.
—Ya me conoces. —dijo la rubia, con una sonrisa. —Este es Louis, un amigo. —lo presentó, en cuento este estrechaba la mano con la morena.
— ¿Qué te sirvo?
—Un wisky doble. —pidió el mucacho, en cuanto Taylor le servía el vaso.
— ¿Por qué sigues tomando eso? Es muy depresivo. —comentó esta, sonriendo.
—Me hace bien. —dijo, dándole otro sorbo.
— ¿Quieres saber que hace bien en un momento bajon?
— ¿Qué?
—Ven. —comentó esta, dándole un largo sorbo a su bebida, y terminándola rápido, el chico la imitó y se paró con ella.
—Ay que pagar.
—Me conocen, todo a mi cuenta. —comentó ella, mientras tomaba del brazo a Jean y lo arrastraba al otro lado del Pub. Llegaron al sector del pequeño escenario y los sillones de blanco repletos de chicos vestídos de traje elegante, y las mujeres que los acompañaban usaban vestidos cortos brillantes y muy exuberantes.
—Hola Paolo. —saludó Savannah, acercándose a los tres hombres, los cuales estaban rodeados de aquellas mujeres.
—Savannah, hace semanas que no te veo. Ya te echaba de menos.
—Lo sé, andube desaparecida. —contestó, la rubia. —Pero volví a la marcha. Y necesito que me des algo a mi, y a mi amigo.
— ¿Tiene con que pagar?
—Yo me encargo de eso.
—De acuerdo, ¿qué queres?
—Snow.
— ¿Cuanto?
—Diez. —Luego de eso, la chica que estaba encima de Paolo se separó de este, y se fue a sentar a la otra punta de los asientos, en cuanto Savannah, besaba lentamente el cuello del chico y se sentaba en sus rodillas, luego, lo tomó del rostro, y se besaron de forma lenta y pausada, pero de una manera muy profunda. Luego de ello, ella besó su mejilla y se paró de allí, para luego tomar la mano de Louis para llevarlo a la pista de baile. Se pusieron en un rincon del salón, y lo tomó de la citura y luego le colocó en su mano una de las bolsitas que Paolo había puesto en su cartera mientras se besaban.
— ¿Qué es esto? —inquirió este, asustado.
—Aspíralo así. —dijo esta, tomando otra bolsia y colocando el contenido en la palma de su mano, para luego aspirar el conenido, con rapidez. El chico la miró unos segundos, y luego, con un poco de temor, repitió sus actos, colocando el contenido blanco en sus manos y aspirando este con rapidez, al igual que S.
Después de unos minutos, ambos chicos volvieron a la barra, y con unas copas encima, proporcionadas por Taylor, volvieron a la pista de baile donde estubieron alrededor de cuatro horas bailando sin una interrupción, hasta que Savannah, en un gesto apurado, se dirigió al baño, seguida por Jean, que la miró preocupado.
— ¿Estas bien, S? —entró al baño de mujeres, con la mirada ecéptica de algunas, y deseosas de otras cuantas.
—Si, salgo en un minuto. —dijo esta, mientras se escuchó el ruido de una arcada seguido de un vómito. Después, Savannah, salió del baño y se encaminó a los lavabos y tomó un sorbo de agua con sus manos.
— ¿Me traes algo para beber? —preguntó ella, con una sonrisa.
—De acuerdo, espera aquí. —Después de ello, el chico salió del baño y le compró una botella de Coca-Cola, algo tranquilo. Ya que si le compraba una bebida alcóhlica, iba a ser lo mismo que nada. S encaminó al baño de damas, otra vez, todas allí, mirándolo extrañamente, hasta que fue a su encuentro con Savannah, la cual estaba sentada en el marmol de los lavabos.
—Gracias. —Dijo esta, mientras tomaba un trago de la bebida. Tomó uns cuantos más, y después agarró su cartera y dijo: —hagamos esto más divertido. —Y tomó unas pastillas de color rosa, y se metió una a la boca para luego pasarla con la bebida.
— ¿Que es eso?
—Toma. —contestó ella, entregándole una pastilla y luego la gaseosa, el, sin decir nada, la metió a su boca y con la gaseosa, la pasó más rápido por su garganta. A continuación, la rubia trató de bajarse del marmol, pero trastabilló y en un movimiento rápido por parte de Louis, la atrapó antes que resbalara. Estaba a un centímetro de su boca, y antes de que él pudiera hacer algo, Savannah lo tomó por el cuello, y apretó su boca contra la de él, de forma brusca, acelerada y casi desesperada. El, por su parte, la tomó por las piernas, en cuanto ella las enroscaba en su cadera, y la colocó nuevamente contra el marmol, a lo que S, solamente, jadeaba y en cuanto podía le despredía la camisa al castaño. Este, la levantó del marmol y la llevó a uno de los cubículos del baño y se encerraron allí, donde él, con rapidez, se desciso del vestido de la rubia, y ella, a su vez, trataba de quitarle ahora los pantalones del francés.

—Ven aquí. —le dijo la rubia, en cuanto lo tomaba del cuello, y caminaban por las calles ya pobladas de New York.
—Quiero ir a otro Pub. —dijo este, mientras la tomaba de la cintura, y la besaba.
—Ya se terminó la fiesta, precioso. Vuelta a la terrible realidad.
— ¿Lo volvemos a hacer hoy a la noche? —preguntó este, mientras detenía el paso de ambos y la acorralaba contra las paredes de un edificio. — En otro lugar, tu y yo.
—Mmmmm... No lo sé, déjame lo pensar. —dijo esta, altamente ebria, besando desesperadamente al muchacho. —De acuerdo.—el chico sonrió y la volvió a besar.
— ¿Tienes más de esas bolsitas? —preguntó el muchacho, en el oído de la rubia.
—Ten. —dijo esta, colocándolo en el bolsillo trasero de los pantalones del chico, mientras apretaba esa parte del cuerpo de el. Este sonrió, y volvió a besarla.
Cada uno, se dirigió a su casa, ya que de tanto caminar, no se dieron cuenta de que estaban bastante cerca de sus respectibas recidencias. Él, se fue a su departamento, donde su padre se encontraría, supuso el, en la oficina, y se fue a bañar, cambiar de ropa y volver a salir de la casa, hacia el bar donde se encontró con Savannah. Para ella la noche había terminado, para Louis... La ciudad nunca dormía a partir de ahora.
danna280994
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I watch you, NY Empty Capítulo 12

Mensaje por danna280994 Miér 23 Mayo 2012, 5:29 pm

Capítulo #O12. Dosis de Columbia.


Bienvenidos a otro ciclo electivo en la ciudad de New York. 20 de Septiembre, y ya todos los estudiantes de la ciudad comienzan su triste rutina, de ir y venir a la escuela, sin otra oportunidad que desaparecer de la realidad solamente en los días de fin de semana. Pero en el Upper East Side, esto no ocurre. Para nuestros afortunados, todos los días son fin de semana, ya que como sabemos, las fiestas, reuniones y salidas se dan en cualquier momento de la semana. ¿No es así S? Ella, más que nadie lo sabe.
Vamos a centrarnos en la universidad modelo de NYC, La Universidad de Columbia, donde los únicos que pueden asistir allí tienen una cuenta muy abundante en el banco o... Son unos genios, con una beca universitaria.
Como siempre, el primer día de clases, la última en llegar es Bella Wandercill.
Con un vestido color topo, corto, atado por detrás de su delicado cuello, con un escote en medio del cruce de tiras, dejando ver su voluptuosa figura, decorando la parte superior del vestido con piedras brillantes artificiales. Elevando su altura con unos zapatos de tacón crudos cerrados. { [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] } Así, con el pelo castaño oscuro callendo en bucles bien formados detrás de su espalda, su maquillaje con tonos parecidos a su vestuario, como era habitual el combinar, delineando sus perfectos ojos grises, y su cuerpo, caminando por la entrada de Columbia, como toda una reina. Y detrás de ella, tratando de acoplarse, o imitar su paso, Hana, vestida con un vestido rayado vertical, negro y blanco, con mangas de tul y en los pies, zapatos de tacón cuadrado cerrados. { [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] } Pero a este trio le hacía falta una de las integrantes del grupo. que al parecer la otra rubia no pensaba hacer acto de presencia, porque las dos chicas se colocaron en la puerta de la universidad, en la cumbre de las escaleras, mientras que todas las chicas que pertenecian al círculo de Columbia se acercaron.
—Quiero darles la bienvenida, a todas, a un nuevo año en la Univeridad de Columbia. Todas ustedes saben, que es por algo que se les dio la oportunidad de estar en la Asosiación Ishtar. Yo, Bella Wandercill, presidenta de la asociación, quiero darles la cálida bienvenida a las nuevas miembro, y espero que esten a la altura de esta condecoración, ya que esta asociación solo se encuentra en diez universidades del mundo, las más prestigiosas, y solo las mejores alumnas, pueden ingresar a ella. Cuando escuchen sus nombres, pasen al frente a recibir su collar de pertenencia.
—Hope Muller. —dijo Bella, en cuanto la rubia muy emocionada, subía casi corriendo las escaleras para encontrarse con Bella, entregándole el estuche color Aqua, mientras Cyntia, una de las miembros más antiguas de la organización, filmaba el evento. Siguió nombrando, una a una, las futuras miembros de la Asosiación Ishtar, hasta que Bella detuvo su lectura escéptica.
— ¿Circe García? —la muchacha de piel oscura, levantó la mirada y se la sostuvo, por menos de un segundo a Isabella. La chica subió las escaleras, hasta encontrarse con la presidente. — ¿Esto es un chiste, no? —inquirió la castaña.
—No, ella está en la lista es la número nueve. —dijo Hana, sonriéndole cálidamente a Circe.
— ¿Una becada? Jamás en la historia de esta orgnización hubo una becada.
—Se selecciona también por las calificaciones, es el promedio más alto en su carrera.
— ¿Qué estudias?
—Bioquímica. —contestó la morena, mirando al suelo.
—Esto está mal, ella es... Una becada. —dijo Bells, mirando a H.
—No lo sé, así es la lista.
—Yo no la seleccioné.
—No, pero somos tres las del comité de selección, fue una votación, S y yo dijimos que si, así que dos a uno. Ganamos.
— De acuerdo. —dijo con la mandívula apretada. Isabella se acercó a la morocha, hasta estar a una distancia que era casi imposible que nadie escuche y le dijo: —Si haces cualquier cosa, para dañar la reputación de esta entidad, juro que te voy a enterrar viva. Literalmente. Sabes quién soy. —aseguró a lo que la muchacha asintió. —Sabes que tengo el poder suficiente como para desterrarte de la ciudad, así que, ten cuidado. Te voy a vigilar. —la morena asintió, y muy tímidamente, tomó el collar y bajó las escaleras, hasta colocarse donde estaba anteriormente.
Así fue llamando, a quince chicas más, hasta que terminó la ceremonia anual, y quince chicas estaban que radiaban felicidad, y otras muchas, con la tristeza impregnada en su rostro.
— ¿Otro año que no formo parte de Las Isthar?
—Otro año que traes puesta una blusa fucsia como si fueras Barbie-Girl.
—Isabella... Sé que soy lo suficiente para estar, soy igual o mejor que mi hermana, y ella no es solo miembro, es parte del comité.
—Querida Claire, sabes que me encantaría ayudarte pero, nosotras somos democráticas. Seleccionamos chicas, y damos nuestro voto, S vota negativo, H también, y yo tambié, y listo, la democracia ha hablado y no eres parte.
— ¿Me tienes miedo, verdad? Que yo llegue a ser mejor que tu.
—Ay, por favor, no seas ridícula, ¿quieres? El día que seas el ocho porciento de lo que yo soy, tal vez, me digne a hablarte. Pero, seamos sinceras... La única gracia de tu familia, es tu madre, tu padre, recuerda, es un pobretón de los bajos de Londres que llegó a ser quien es desde el bajo del proletariado, y tu madre, muy astuta, muriéndose de hambre como estaba, se embarazó y te tuvo a ti y a S. Eres parte de este cículo gracias a tu hermana, agradece eso. —dijo vilmente Bella, girándose y dejando sola a Claire.
—Lamento llegar tarde. —djo Savannah, la cual estaba con un pantalón ajustado rojo chillón, una musculosa brillante negra, chatitas negras en los pies y el pelo un tanto desordenado. { [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] }
— ¿Por qué estás tan horriblemente vestida? —preguntó sin filtro, B.
— ¿Qué? ¿Qué tiene de mal?
—Emm... ¡Todo!
—Ay, B. Llegue a mi casa a las siete de la mañana, agradece que me bañé, peine y cambié.
—Bueno... Lo de peinar mucho no te creo. —dijo la castaña. —Te perdiste la ceremonia.
—Todos los años es igual.
—Eres parte del comité.
— Lo sé.
—Y hablando de eso... ¿Cómo que esa Circe García es parte de la asociación ahora?
—Votamos, ¿te acuerdas?
—A una becada. Ustedes dos, rubias bondadosas, me tienen cansada.
—No seas mala, Bella. Dale una oportnidad, vas a ver que va a servir en el grupo.
—Claro... Una sirvienta a la que no se le pague sueldo. —comentó dañinamente ella, mientras caminaba a paso rápido, alejándose de sus dos amigas. Pero estas, la alcanzaron hasta que estaba en los pies de la escalera, y en la sima se encontraba... Una gran sorpresa.
— ¿Qué hace acá? —inquirió con los ojos abiertos como platos. La chica subió con rapidéz la escalera, hasta encontrarse a los dos hombres estrechando las manos.
— Un gusto, señorita Wandercill.
— El mío, Señor Berry. — contestó esta con simpatía y una sonrisa en el rostro, la cual se esfumó cuando el hombre se giró.
— ¿Qué haces aquí?
— Hola Bella, ¿cómo andas? Yo... Increible, ¿y tu? Bien...
— Deja el sarcasmo, Tiffany. Que ya bastante irritante es verte cada vez que una lunática me intenta matar, y encima, debo verte en mi colegio.
— Una investigación no se realiza un día para el otro. Además, háblame con más respeto, que a partir de ahora, soy tu profesor de Fisica Biológica y Toxicología.
— ¿Qué? No, no. Tu no puedes ser profesor.
— Claro que puedo, soy un graduado de Columbia, con honores. Sin contar que tengo un posgrado en Harvard y en Princeton, y... Trabajo para el FBI. ¿Algo más?
— Cállate. — dijo, irritable, la muchacha.
— Tu me preguntaste.
— Pero... ¿Por qué Fisica Biológica y Toxicología? Porque no das Psicología, Sociología u otra cosa de las treinta millones que has estudiado.
— Hay puesto para esas dos, y sinceramente, amo la medicina.
— Y yo te odio a ti.
— Más respeto, alumna Wandercill. Que las notas de dos materias, dependen de mi. — luego de decir aquello, sonrió de costado, y bajó las escaleras, con la mirada anonadada de S&H.
¿Lo vieron? ¡Esto es increible! Un Tiffany devuelta a Columbia, pero esta vez no como alumno, si no como docente. ¿Qué pasará entre B & T? Porque como se ve, Tony va a dar Química y Semiología, pero estoy segura que entre él y ella, la materia perfecta sería Anatomía. Dejando de lado estos dos tortolitos, me dirijo hacia un nuevo chico malo del Upper East Side, parece ser que no a todos les emociona tanto la vuelta a clase. Se lo ah visto a... No perdón, rectifico, hace ya tres días que nadie tiene señales de vida de Jean, a excepción de mi y... ¿Savannah? ¿Qué pasa entre estos dos? Oh, oh. Creo que meti la pata. ¿Era un secreto S? Espero que te muevas rápido Hana, porque todas sabemos lo rápida que puede ser nuestra rubia preferida.
—Habla de esto. —dijo Hana, mostrándole su teléfono a su amiga.
— ¿Qué pasa?
— ¿Qué pasa? Explica lo que Bonnie, está diciendo.
—No lo sé, H. Está loca y siempre busca cualquier cosa para hacer que me pelee con ustedes.
—Tengamos en cuanta que todo lo que Bonnie dice, es verdad.
— ¿Cómo lo de tu secreto con Tony, B?
—No me heches tu mala actitud, a mi.
—Habla, S. —dijo tajante, H.
—No lo sé, ¿Está bien? —dijo enojada. —Chau, tengo clases. —después de aquello salió a paso firme por el lado oeste del parque.
—Está mintiendo. —aseguró Bella.
—Tal vez de verdad no sabe nada, y Bonnie solo quiere separarnos.
—Hana, mi dulce e inocente Hana. —musitó, abrazándola por los hombros. —Te lo digo, se cuando alguien miente y Savannah, está mintiendo. —luego de eso, besó su mejilla, y a paso delicado y grácil se encaminó a su primera clase... Toxicología.
El aula se encontraba repleta, las paredes pintadas de un blanco reluciente, acompañado de los pisos de madera encerados y los pupitres de igual color con los asientos rojos sangre. La luz natural entraba por el lado oeste del salón, haciendo la luz artificial casi inutil.
—Gracias por honrrarnos con su visita, Señorita Wandercill.
—El placer es todo suyo, profesor. —dijo esta con cinismo, provocando las risas del alumnado.
— Gracias por haber aparecido, necesitaba un alumno que se ofreciera a ayudarme con la clase, venga. Pase al frente. —ella con una sonrisa fingida, se encaminó hacia el estrado donde estaba Tony. Subió los cuatro escalones hasta el escenario de madera, donde había una pizarra que iba de punta a punta, y el escritorio de él. Esta apoyó su cartera sobre la mesa, y acomodó su cabello.
—Eso hacen las personas cuando estan nerviosas. —musitó este, mientras ella mordía su labio inferior. —Y eso, cuando estan enojadas.
— ¿Quiere saber que más hacemos las personas cuando estamos enojadas? Yo le puedo enseñar bastantes cosas. —contestó frunciendo el ceño.
—Lástima, porque acá estoy yo para enseñarle a usted.
—De acuerdo, comience entonces. —dijo esta, con impaciencia.
—Pregunta: ¿Cómo entran las sustancias xenobióticas al cuerpo?
—Las vías de ingreso son: respiratorias, digestivas y cutáneas.
—Muy bien, muy bien. —dijo este, con una sonrisa, dándo vueltas alrededor de ella.
—Todas las cosas son un veneno y nada existe sin veneno, apenas una dosis y razón para que una cosa no sea un veneno. Eso dijo Paracelso, ¿a qué se refiere? —preguntó, mirándo a la audencia, aunque de reojo podía ver como Bella dubitava.
—Se refiere a que la toxicidad puede venir incluso en el organismo de uno mismo, y además que los compuestos externos, más que nada dependen de la dosis y del tiempo en el que estén en el organismo.
—Vaya... Muy bien. —comentó realmente sorprendido.
— ¿Puedo irme? —le preguntó, mientras el tomaba asiento en su escritorio.
—Claro, señorita. —contestó, mientras ella se dirigía a buscar su cartera, y se acercaba "accidentalmente" a él.
—No soy solo una cara bonita, ¿no? —susurró en su oído, haciendolo reír suavemente. Ella, con paso suave, como todo en ella, bajó de la tarima, para dirigirse a su primer lugar en el medio de la clase, como todos los años.
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