Re: "Los riesgos de amar" (Nicholas y Tú) - Adaptación

por **Christine Rose** Vie 30 Mar 2012, 7:28 pm

Brenda_joejonas escribió:Nueva nueva esta genial super super k kiero
Y deseo k la sigas
Porfazz estoi tAmbien
Leyendo tu otra nove esta genial
Las dos esta super

SUPER FIEL .....! :study:

YEAH

¡BIENVENIDA! muchas gracias por comentar y leer mis noves, esta no la escribo yo pero la otra si :D esta nove es increible de verdad no te vas a arrepentir de leerla :)

por **Christine Rose** Vie 30 Mar 2012, 7:37 pm

-¿A tu casa? -gruñó él.

-Sí, sí.-repitió (tu nombre), moviendo la cabeza con entusiasmo.

Sin darle oportunidad de discutir, se agachó a recoger uno de los talegos de lona del suelo. Pesaba tanto que casi le desencajó el brazo. Apenas podía levantarlo, pero se las arregló para tirar de la correa brazo arriba y colgársela del hombro.

-Déjala aquí. Luego…

-¡No!.-(tu nombre) se agachó a recoger un segundo saco y, en español, a toda velocidad, le advirtió de los ladrones y del peligro de que las armas cayeran en manos enemigas.

-No sigas. No entiendo nada… Mierda, he cambiado de idea. No tengo tiempo.

-No, Tardaremos poco.

Mientras se agachaba para ayudarlo a recoger el último de los pesados talegos, notó que le estaba mirando el desbocado escote del vestido. Aunque se puso roja como un tomate, dibujó una sonrisa seductora, se enganchó a él con el brazo libre y pegó los senos contra su antebrazo, tal como había visto que las prostitutas hacían con sus clientes. El hombre la siguió en silencio. Se abrieron paso por la taberna, que estaba aún más abarrotada, si cabía, que cuando había entrado.

El mercenario se tambaleaba borracho junto a (tu nombre). Ella estuvo a punto de caerse, vencida por el peso de él y del pesado talego que cargaba sobre el hombro. El hombre llevaba los otros dos en sendos hombros, pero no daba la impresión de notarlos siquiera. Estaban ya casi en la puerta cuando un soldado que parecía haber tomado biberones de nitroglicerina chocó contra ella y le agarró un brazo. Le hizo una obscena proposición en español. (tu nombre) negó con la cabeza y plantó una mano sobre el pecho del mercenario.

El soldado parecía dispuesto a pelear, pero debió de advertir el brillo feroz y posesivo de sumirada, porque se retiró sin causarles más molestias. (tu nombre) se felicitó por haber realizado tan acertada elección. Su mercenario infundía temor hasta a los hombres más aguerridos. Nadie más se interpuso en su camino a la salida de la cantina. Sus pulmones anhelaban respirar aire puro. Inspiró profundamente. Había mucha humedad en el aire, pero estaba mucho menos cargado que el de la cantina. Le venía bien. Le despejó la cabeza. Deseó poder descansar, poder decir que, gracias a Dios, todo había terminado ya. Pero aún le quedaba un obstáculo por superar.

Cazar al mercenario era un juego de niños en comparación con lo que la esperaba. Casi arrastrándolo, (tu nombre) llevó a su escolta hasta el camión del ejército, el cual, por suerte, seguía aparcado bajo las impenetrables sombras de un almendro. Mientras abría la puerta, apoyó al hombre contra un lado de aquel camión hecho en Japón. Había pertenecido a un vendedor de fruta en el pasado, pero luego había ido a parar a manos del gobierno.

Introdujo al embriagado mercenario en el asiento del copiloto y cerró la puerta antes de que pudiera caerse afuera. Luego, mirando de reojo sobre el hombro, metió los talegos con las armas y la munición en la parte trasera del camión. Tenía la sensación de que en cualquier momento oiría el tatatatá de una metralleta y notaría un cartucho de balas desgarrándole el cuerpo. En Monterico, primero disparaban y luego preguntaban. Extendió una manta sobre los talegos y se encaramó frente al volante.

Una de dos: o el mercenario no se había dado cuenta de que el camión pertenecía al ejército o le daba igual. Nada más cerrar la puerta del conductor, se abalanzó sobre ella. La besó de nuevo. Su deseo no se había apagado. Al contrario, se había multiplicado. El frescor del aire que había despejado la cabeza de (tu nombre) parecía haber tenido el mismo efecto en él. Aquél ya no era el beso desmañado de un borracho. Sino el beso de un hombre que sabía exactamente qué estaba haciendo, y sabía cómo hacerlo bien.

Su lengua empujó los labios de (tu nombre) con insistencia hasta que ella los abrió. Luego se fundió con la de ella. También sus manos estaban ocupadas. Sus caricias le cortaban la respiración, aturdida y escandalizada.

-Por favor.-susurró (tu nombre) apurada, quitándose sus manos de encima y apartándose de su boca.

-¿Qué pasa?.

-Mi casa. Vamos.

Echó mano al bolsillo de la falda y sacó una llave. La introdujo en el contacto y arrancó el camión, tratando de no prestar atención a los mordisquitos del mercenario en el cuello y el lóbulo de la oreja. Notó sus dientes sobre la piel. A pesar del sofocante calor, se le puso la carne de gallina.

Metió la marcha atrás y se alejó un par de metros de la taberna. El destartalado edificio parecía retemblar entre carcajadas estridentes y aquella música atronadora. Temió los gritos que denunciaran su robo, temió los disparos; pero el camión llegó a la calle sin que nadie lo advirtiese. Pensó en dejar los faros apagados, pero decidió lo contrario. Ver un camión del ejército por la ciudad sin las luces dadas resultaría sospechoso.

Además, era peligroso conducir por aquellas carreteras cochambrosas, llenas de restos de guerra lo más probable. De modo que encendió los faros. Iluminaron las fachadas de los edificios, desmejoradas también por los enfrentamientos bélicos. Incluso por la noche, con lo favorecedora que era, la capital resultaba deprimente. (tu nombre) había pasado horas y horas pensando cómo salir de la ciudad.

Era un problema, porque nadie entraba ni salía sin pasar por un control militar. Después de varias misiones de reconocimiento, (tu nombre) había seleccionado un control concreto. Era uno de los más ocupados. De escoger una carretera menos transitada, los guardias podrían ser más concienzudos. Probablemente le darían el alto y registrarían un camión militar conducido por una mujer. Mientras que en el control que había elegido, se contentarían con una inspección más superficial. Al menos, eso esperaba ella.

Una vez más, repasó mentalmente su plan, lo que diría cuando la parasen. Pero era muy difícil concentrarse en nada. No había seleccionado a un borracho agresivo ni a un borracho gracioso. Había seleccionado a un borracho amoroso. Entre lamentación y lamentación por la falta de tiempo, no paraba de plantarle besos fogosos en el cuello y el pecho. Cuando deslizó la mano bajo su falda, entre sus rodillas, (tu nombre) dio un volantazo y estuvo a punto de salirse de la calzada.

No podía seguir manejando el embrague y el acelerador con las rodillas apretadas. De modo que no le quedó más remedio que permitir que sus fuertes dedos se internaran muslo arriba y juguetearan por debajo de la rodilla. Casi se había acostumbrado cuando la mano empezó a ascender. Notó un nudo en la boca del estómago y, mientras él le daba un pellizquito por la cara interna del muslo, cerró los ojos una fracción de segundo.

Se le subió la falda otro par de centímetros. Ya estaba recogida sobre el regazo prácticamente.

-Señor, por favor.-(tu nombre) intentó desviar la pierna de aquella mano indagadora.

El hombre murmuró algo así como que necesitaba una mujer, aunque (tu nombre) no estaba segura. Sabedora de que no quedaban más que unas cuantas manzanas hasta el crucial control, echó el camión a un lado de la carretera y lo dejó en punto muerto.

-Por favor, señor, ponte esto.-dijo mientras se giraba hacia el asiento trasero, donde había dejado la chaqueta y la gorra militares que había encontrado en la parte delantera del camión. El hombre no pareció advertir que (tu nombre) se había dirigido a él en un inglés mucho más fluido, sin el menor acento. Simplemente, la miró parpadeando, sin comprender.

-¿Eh?.-(tu nombre) le colocó la chaqueta sobre los hombros. No era de la talla del mercenario, que tenía más envergadura, pero lo único que importaba era que el guardia viese el rango del oficial. Lo llevaba grabado en la manga y (tu nombre) le acomodó la chaqueta de modo que estuviese bien a la vista. Luego le puso la gorra sobre la cabeza y se la ajustó, mientras el mercenario peleaba por bajarle los tirantes del vestido.

-Por Dios.-murmuró disgustada mientras se los subía a los hombros.-Eres un animal.

COMENTEEEN! "Los riesgos de amar" (Nicholas y Tú) - Adaptación - Página 2 681836

por **NaTnAt** Dom 01 Abr 2012, 9:33 pm

hola :hi:
llegue yoppp jejejeje
por q te gusta dejarnos con la duda???
eres mala :(
porfis sube aunq sea un cap please
siguelaaaaaaaa

por **NaTnAt** Dom 01 Abr 2012, 9:35 pm

quiero pasar de pagina

voy a ver si puedo

por **NaTnAt** Dom 01 Abr 2012, 9:37 pm

ojala no me demore mucho

tengo q despertarme temprano

por **NaTnAt** Dom 01 Abr 2012, 9:39 pm

te digo algo

casi no me gustan los jonas brothers

leo las noves en este foro porq hay algunas q son verdaderamente buenas

como las tuyas :)

por **NaTnAt** Dom 01 Abr 2012, 9:41 pm

pagina 3

alla vamos

por **NaTnAt** Dom 01 Abr 2012, 9:42 pm

:sleep:

tengo sueño

pero no me rendire

por **NaTnAt** Dom 01 Abr 2012, 9:45 pm

:scratch:

por q te demoras tanto pagina ???

por **NaTnAt** Dom 01 Abr 2012, 9:46 pm

me siento como en mision imposible

no se por q?

pero me siento asi en estos momentos

por **NaTnAt** Dom 01 Abr 2012, 9:49 pm

8 comentarios y nada

nonono

quiero pagina 3 :(

por **NaTnAt** Dom 01 Abr 2012, 9:56 pm

preguntas existenciales:

si pongo una calculadora en el refrigerador entonces tendre todo friamente calculado??? :scratch:

por **NaTnAt** Dom 01 Abr 2012, 10:01 pm

mas preguntas existenciales:

si "car" es carro y "men" es hombre, entonces "carmen" es un transformer??? :?:

por **NaTnAt** Dom 01 Abr 2012, 10:07 pm

tengo q pasar de pagina

no me rendire

se que puedo hacerlo

por **NaTnAt** Dom 01 Abr 2012, 10:10 pm

yeiiiii
pase de pagina!!!

:grupo:

"Los riesgos de amar" (Nicholas y Tú) - Adaptación - Página 2 88550944

sube un cap please!!

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