"ROSE GARDEN" (Nick y Tu) 2° Temporada TERMINADA!!!

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CAPITUL0 30

—Segura que te sientes bien—

¬—Ángel en serio, si no dejas de decir eso, te golpeo—

—que violenta—

—es que estoy bien, y ya van como mil veces que me lo preguntas—

—bueno, me preocupo, no es por nada, pero cuantas veces volviste el estomago en el vuelo¬—

—Solo tres, además es normal, estaba nerviosa, comí mucho, y te recuerdo que tengo un bebé que causa eso, y lo seguirá causando por unas semanas más—

—tal vez, pero…para estar seguro, mejor me aseguro—

—eres raro—

—tu también— dijo y me enseño la lengua, mientras seguíamos esperando a que dieran la orden de poder descender del avión.

En cuanto a través de unos pequeños parlantes anunciaron que podíamos descender Ángel tomo el pequeño bolso que traía y su pequeño maletín, majamos del avión y entramos en una sala repleta de gente, aunque debo admitir que había más gente en el aeropuerto de los Ángeles, eran cerca de las siete de la noche cuando llegamos al aeropuerto de Londres, lo note por el gran reloj que había y claro, por la oscuridad y la tenue luz del lado oeste que indicaba el termino del día.

— ¡Ángel, hermano!— una voz masculina grito alegremente, nos giramos, y me encontré con un hombre joven, bueno más bien se veía de mi edad o quizá un poco mayor, cuando mi hermano lo vio, su rostro se ilumino, y se abrazaron mutuamente, cuando se separaron, pude ver a ese chico enfundado en un abrigo gris, con una bufanda alrededor de su cuello, me sonrió, lo admito, tiene una sonrisa encantadora, y su mirada gris irradia algo que me agrado al instante.

—Y bien, nos vas a presentar— dijo separándose de Ángel, y mirándome con una sonrisa en los labios, mientras quitaba de su cabeza un pequeño gorrito negro, para dejar a la luz un cabello castaño claro, casi rubio levemente ondulado.

—Hola— dije con voz suave

—hermanita, el es Latham Windsor, el hermano menor de Richard el amigo del que te hable, y él que se supone vendría por nosotros—

—lo siento amigo, pero tuvo mucho trabajo el día de hoy, así que vine solo yo, pero…es un placer— dijo al tiempo que tomaba mi mano entre las suyas, la acaricio con delicadeza, mientras me miraba directamente a los ojos, y luego, lentamente la acerco a sus labios, soplo un poco en ella, y luego la beso tan delicadamente, que me sentí incomoda, y sentí hervir mis mejillas, lo noto, pues sonrió, aun con mi mano en la suya.

—Bueno, bueno…aleja tus garras de mi hermana Latham—

—Lo siento— se disculpo con una sonrisa, y luego se dirigió de nuevo a mí. —_______ ¿cierto?—

—s…si—

—bien, es un verdadero placer el conocer a una hermosura como tu—

—si gracias por elogiar a MI hermana— enfatizo —pero mejor vámonos, que tenemos camino por delante— al parecer tengo un hermano celoso, pues lo empujo levemente hasta que el chico aparto la vista de mi, a lo que agradecí >> ¿segura?<< si lo agradecí. Caminamos hasta llegar a la salida del aeropuerto, donde un auto aun más lujoso que el que ángel usaba en los Ángeles nos esperaba, Ángel se acerco a donde estaba el equipaje, estaba checando que estuviera todo completo—

—Adelante primero las damas— dijo Latham con un ademan, mientras sostenía la puerta con una mano y me invitaba a subir, sonreí y aborde el auto, y él detrás de mí. —lo siento amigo, te toca adelante— le dijo a mi hermano, quien lo fulmino con la mirada y cerró la puerta de un portazo, para subirse en la parte delantera.

—Tu hermano trabajara hasta tarde, ¿cierto?— pregunto Ángel.

—si, ¿por?— Ángel saco su móvil y tecleo, para luego ponérselo cerca del oído.

—Richard— dijo ¬sonriente

—mi hermano y el tuyo fueron juntos en el colegio hace unos años— comento Latham acercándose un poco a mí, para hablar bajo y no molestar la llamada de mi hermano, pero su cercanía me puso nerviosa.

—bien todo bien, oye… ¿tendrás tiempo de una última consulta antes de que vayas a casa?... o vamos…si pero quiero estar seguro, y la verdad es que me tranquilizare solo si tú la revisas— así que hablaba de mi, bueno sabía que su amigo era doctor, pero no se qué tipo de doctor. —de acuerdo, vamos saliendo en este momento— y efectivamente, en ese instante, un señor regordete se subió del lado del conductor, saludo amablemente, le devolví el saludo, y encendió el auto para ponerlo en marcha enseguida. —de acuerdo, sabía que contaba contigo, te veo en una hora más o menos, adiós— se despidió y guardo el teléfono en su abrigo.

—entonces vamos a la clínica del señor Windsor, ¿verdad?—

—Así es Alfred, es nuestra primera parada, antes de ir a casa—

—Ángel— le dije

—Ángel nada, no estaré tranquilo, hasta que Richard te revise, es el mejor ginecólogo que conozco, así que más te vale que me hagas caso hermanita, es por el bien de mi sobrino—

—hazle caso, mi hermano es excelente, tu y el bebé están en buenas manos, además, así tengo otra escusa para pasar un poco más de tiempo contigo— vaya que no se andaba con rodeos, sus palabras y su mirada me decían sus intenciones.

Unos minutos después de partir me percate que Latham se mantuvo imparcial ante la conversación acerca del bebé, y me di cuenta también de que sabía mi nombre, pero al recordar que su hermano era el mejor amigo del mío, llegue a la conclusión de que, ellos ya sabían bien quién era yo, desde antes de conocerme.

El camino al parecer era largo, Ángel dijo que una hora, y la carretera no brindaba mucha vista ante la noche obscura, hacía algo de fresco, y la calefacción en el interior del auto, me dio motivos suficientes para quedarme dormida.

—Oye, ________, llegamos— escuche una voz no muy familiar.

¬—A un lado Latham, no te acerques mucho a ella— su tono de voz era algo posesivo, no abrí los ojos, esperando escuchar mas.

—tranquilo viejo, no estoy haciendo nada malo—

—ni lo harás, Latham te recuerdo que es mi hermana la chica que está ahí, y si tu hermano te conto algo, ella…—

—lo sé, pero ese tipo debe ser un completo ciego e idiota, y yo no lo soy—

—lo sé, pero no quiero…—

—que la lastime, lo sé, pero primero te digo que ella apenas y me conoce, y aunque yo no la conozco nada, me llamo la atención, y demasiado la forma en cómo describiste a esa chica linda e inocente que viste por primera vez en una florería, y te digo que es mucho más de lo que la describiste amigo, me dejo impresionado, y si hubiera estado en los zapatos de ese torpe, no dejaría ir a una chica como ella, ni mucho menos con mi hijo— sus palabras, aunque fueran en un buen sentido, me dolieron, más de lo que deberían.

—Latham no…—

—ya te lo dije, no tengo malas intenciones, solo seré su amigo de acuerdo, no tocare a tu hermana Ángel, es una chica linda— después de eso, se bajo del auto y Ángel intento despertarme, aunque dilate un poco en reaccionar, no quería que supiera que estaba despierta.

—Mucho gusto— extendió la mano un chico con el mismo perfil de Latham, alto, fornido, de rostro aristócrata al igual que su hermano, claro más que obvio que lo era—

—Hola—

—creo que has de saber que soy Richard ¿verdad?—

—sí, claro— me sonrió, y me tendió los brazos.

— ¿puedo darte un abrazo de bienvenida?—

—Claro— respondí a aquel chico, que me pareció de lo mas gentil.

—no veo el motivo— Dijo Richard sentado detrás de un enorme escritorio que olía a roble.

—oh vamos—

—Ángel, hermano estas exagerando, según este historial, tu hermana está sana, ya no tiene problemas anémicos, no le falta ni calcio, y hace dos semanas de la amenaza de aborto se le practico una ecografía, no hace falta otra, no por el momento, según esta que tengo en mis manos todo está en orden—

—Pero, estás seguro—

—Por supuesto— sonrió Richard mirándome con una sonrisa —siempre es así de exagerado así que acostúmbrate a querer ahorcarlo cuando te sientas mal—

—lo tomare en cuenta— respondí.

—Bien __________, tienes diez semanas de embarazo si no me equivoco—

—exacto—

—solo come bien, para no regresar al problema de la anemia, y eso es todo, y claro sigues en reposo, aunque ya no como hace semana y media, pero trata de no esforzarte demasiado no hacer movimientos bruscos de acuerdo—

—De acuerdo—

—ahora tú— dijo señalando a mi hermano, que lo miro con cara de niño regañado —deja de ponerla nerviosa, bastante tiene con el bebé, como para que la atosigues demasiado, las cosas están en orden, y si siguen así, yo creo que hasta dentro de unas cuatro semanas más le haremos otra ecografía—

—pero sería buena una ahora—

—No amigo, de hecho es dañino para el bebé exponerlo con frecuencia a la radiación de la ecografía—

—está bien, me rindo—

—que bien, porque ya pasan de las diez, y aunque mañana es sábado, ________ necesita descansar, un viaje de casi catorce horas no es cualquier cosa— y tenía razón, seguía torcida, y necesitaba con urgencia una ducha y una cama.

¬

Quince minutos después, ya estábamos en camino a mi nuevo hogar, Latham y Richard prometieron ir a comer al día siguiente, y eso me parecía bien, pues aunque no llevaba ni veinticuatro horas en ese nuevo mundo, ya me sentía mucho menos incomoda de lo que pensaba.

La vista de la carretera dejo atrás la ciudad, para internarse en un paisaje alejado de las luces, más calmo con menos iluminación, pero a la vez por lo poco que veía, mas privado, y lo confirme al pasar frente a casas extremadamente grandes, pero eso no fue nada a comparación con la casa al final de la colina hacia donde parecía, nos dirigíamos.