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La Dulce Vengansa Joe y Tu
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Página 2 de 4. • 1, 2, 3, 4
Re: La Dulce Vengansa Joe y Tu
Awuaaa me encantooo!!
pemse que no publicarias hazta dentro de 10 dias!! :D
siguelaa porfiss!!!
me encata all fin su primera vez juntos!
siguelaaa!!!
siguelaaa
awuaa me fascinaa! y cuando publicaras??
att: tu mega fielisima lectora!!
pemse que no publicarias hazta dentro de 10 dias!! :D
siguelaa porfiss!!!
me encata all fin su primera vez juntos!
siguelaaa!!!
siguelaaa
awuaa me fascinaa! y cuando publicaras??
att: tu mega fielisima lectora!!
Yhosdaly
Re: La Dulce Vengansa Joe y Tu
ahhh ya lo hicieron.. bueno la rayis se lo hizo a joe.
ahhh q bien q hayas sibido cap!!!
siguelka!!!
ahhh q bien q hayas sibido cap!!!
siguelka!!!
jamileth
Re: La Dulce Vengansa Joe y Tu
Yhosdaly Fast Life! escribió:Awuaaa me encantooo!!
pemse que no publicarias hazta dentro de 10 dias!! :D
siguelaa porfiss!!!
me encata all fin su primera vez juntos!
siguelaaa!!!
siguelaaa
awuaa me fascinaa! y cuando publicaras??
att: tu mega fielisima lectora!!
si se supone que publicaria dentro de 10 dias pero llegue antes de mi viaje asi que pueden contar con mi capitulo diario aunque ya estoy preparando la nueva nove por que esta es cortisima ok ...
Val's Matth.
Re: La Dulce Vengansa Joe y Tu
mell_jonatik escribió:ahhh ya lo hicieron.. bueno la rayis se lo hizo a joe.
ahhh q bien q hayas sibido cap!!!
siguelka!!!
hhhhahahaha asiii auque despues la rayis no se siete muy bien con ue ella solo se lo aga a <joe ahhaha bueno les dejo nove ok
Val's Matth.
Re: La Dulce Vengansa Joe y Tu
OrianaJBLovato escribió:Nueva lectora
Wow Jose no anda con rodeos...
siguela
¡¡Bienvenida!!!! espero que te encanta la nove aun que no es muy larga .... pero no importa disfruta de los siguientes cap ok
Val's Matth.
Re: La Dulce Vengansa Joe y Tu
Nani Jonas escribió:hola nueva lectora
wow como joe es muy directo no? jajajaj
siguela pronto plis
¡¡¡¡Bienvenida!!!! espero que disfruten la nove au que es un poco cortita.
siiii ahahha joe es muy directo aun que igual esconde sus cosas de ___
Val's Matth.
Re: La Dulce Vengansa Joe y Tu
Val's Matth. escribió:Yhosdaly Fast Life! escribió:Awuaaa me encantooo!!
pemse que no publicarias hazta dentro de 10 dias!! :D
siguelaa porfiss!!!
me encata all fin su primera vez juntos!
siguelaaa!!!
siguelaaa
awuaa me fascinaa! y cuando publicaras??
att: tu mega fielisima lectora!!
si se supone que publicaria dentro de 10 dias pero llegue antes de mi viaje asi que pueden contar con mi capitulo diario aunque ya estoy preparando la nueva nove por que esta es cortisima ok ...
Awuaa de pana? q tan corta? y publica capi anda anda!!!
Yhosdaly
Re: La Dulce Vengansa Joe y Tu
ok chicas too volvio a la normalidad seguire subiendo como simpre nove solo les digo que esta nove es corta pero la que biene es muy buena y se que les encantara ok les dejo la nove un beso :)
Capítulo 3
El oasis privado de Joe era aún más hermoso de lo que ________ se había
imaginado. Exuberantes palmeras lo invadían todo, el sonido de pájaros exóticos
y otros animales flotaba en el aire mientras los criados se afanaban en
supervisar las tierras y los arrendatarios.
La hacienda Jonas era incluso más magnífica que Chez Ma Coeur, el gran oasis
particular en las islas Virgin que había pertenecido a la familia Cyrus durante
casi un siglo. La mansión isleña de Joe colosal, de mármol rosado, un claro
ejemplo de influencia española.
________ había imaginado que se sentiría terriblemente avergonzada al tener que
exhibirse desnuda delante de tanta gente, sin embargo, a pesar de sus temores,
lo estaba llevando bastante bien. Aunque aún estaba enfadada.
Joe le había prohibido ponerse la ropa cuando el avión aterrizó, así que había
viajado desnuda todo el trayecto en limusina desde la pista de aterrizaje a la
mansión. Sólo con pensar en cómo la había ofendido, le rechinaban los dientes.
Cuando había firmado en la línea de puntos, no tenía ni idea de que la
humillación iba incluida en la venganza. Menos mal que el par de criados que la
atendían no prestaba atención a su desnudez. Los habían instruido bien en ese
aspecto. Y ahora, cinco horas más tarde, ya se había acostumbrado un poco a la
falta de ropa. Y a sonrojarse. ¿Pero bañarlo? Las fosas nasales se le
ensancharon. Comenzaba a sentirse como una esclava.
"Enjabóname los testiculos," le ordenó Joe con arrogancia. Clavó los
ojos en sus pezones. Rozó uno con la yema del pulgar y luego lo pellizcó con el
índice. "Vas a estar chupándolos constantemente, así que será mejor que
uses algo que no te importe saborear"
La cara de _______ se volvió rojo escarlata . "Sí, señor," apretó los
dientes mientras empapaba su escroto con aceite de coco y en seguida empezó a
extenderlo frotando.
Él no se había dado cuenta de su enfado o la ignoraba a propósito, pensó
sombríamente. ¡Maldito! ¿No saldría nada bueno de este hombre?
Joe cerró los ojos y se recostó hacia atrás en la lujosa bañera, tan grande que
parecía una piscina infantil. Apoyó la cabeza en una almohadilla de baño, y se
relajó alzando los brazos sobre la cabeza. Metida en el agua hasta las
rodillas, ______ lo lavó de pies a cabeza, frotándole la piel con las manos. No
le había permitido usar esponja, así que tenía que lavarlo de esta manera,
deslizando las manos enjabonadas de arriba a abajo por su pecho, su torso, y
sus piernas musculosas. Evitó cuidadosamente su enorme pene, algunas cosas era
mejor no molestarlas.
Se mordió el labio mientras estudiaba su cuerpo. Si acaso, sólo había mejorado
con los años. En el pasado su cuerpo había sido delgado y atlético, ahora en
cambio se veía duro y musculoso. En el pasado su facciones habían poseído un
encanto juvenil, ahora en cambio estaban claramente definidas, enriquecidas con
la experiencia de la madurez. Desvió la mirada, angustiada por la dirección que
tomaban sus pensamientos. Él te odia, idiota. Intenta recordarlo...
"Quiero que la toques," ordenó Joe con voz ronca.
_______ levantó la mirada. Se mordisqueó el labio inferior, notando enseguida
de que "la" hablaba. Su mirada ambarina descendió a lo largo de su
cuerpo, centrándose en la gran erección que sobresalía del agua.
"Tócamelo," murmuró, entreabriendo sus intensos ojos marrones para
mirarla.
Con los párpados entrecerrados, el timbre de su voz revelaba su excitación. Sus
tetillas, relajadas hasta el momento, se habían arrugado en tiesos botones.
_______ expulsó el aliento. Era ella quien había provocado su excitación.
Considerando las circunstancias de su matrimonio, resultaba difícil no
reaccionar al hecho de que ella, la corriente, _______ _______ de siempre,
había conseguido que el atractivo y poderoso Joe se pusiera duro como una roca.
Su mano se movió lentamente, bajando poco a poco a lo largo de su cuerpo.
Sintió como tensaba los músculos del vientre cuando sus dedos se enredaron en
el pelo oscuro de su pubis, para luego ahuecar la parte inferior de sus
testículos.
"El pene," dijo con voz pastosa. "Agárrame el pene."
Ella le apretó los testiculos y luego los soltó, haciéndolo gemir. Animada,
ciñó con la mano su grueso pene, y comenzó a masturbarlo lentamente. Podía oír
como Joe respiraba cada vez con más dificultad mientras su mano se movía arriba
y abajo recorriendo todo su miembro.
"Más fuerte," masculló. "Más rápido." Le meneó el pene muy
rápido, apretándolo tan fuerte como podía. Cualquiera podría pensar que
semejante apretón le dolería horriblemente, pero en absoluto, justo le había
producido el efecto contrario. Segundos después gimió, y su cabeza cayó hacia
atrás apoyándose contra la almohadilla, su pecho latiendo desaforadamente.
"¿Te gusta así?" murmuró ella sintiéndose audaz de repente. Se lo
meneó más fuerte y más rápido. Su mano libre recorrió su pecho, apaciguándolo.
"Me encanta," dijo roncamente. Golpeó su mano débilmente. "Para,
mi amor. Para antes de que me Pero por alguna perversa razón, estaba
disfrutando con el poder que ejercía sobre él. Así que no obedeció, y decidió
sacudirle el pene más fuerte y más rápido.
"Oh _______," gimió, apretando la mandíbula. Sus dedos de los pies se
arquearon mientras ella continuaba meneándosela implacablemente.
Él se dio por vencido, y reclinó la cabeza de nuevo contra la almohadilla de
baño. Cerró los ojos y gozó del asalto sensual, gimiendo y gruñendo mientras
ella lo masturbaba vigorosamente. Mantuvo el ritmo durante dos buenos minutos,
mirándolo más fascinada de lo que le gustaría reconocer mientras él se
aproximaba cada vez más al orgasmo.
Y la tensión de sus músculos, indicaba que ese momento estaba al caer. Sus
dientes apretados, subrayaban este hecho. Pero justo cuando ella se dio cuenta
de que iba a correrse, Joe le agarró la mano para que parase.
"No quiero desaprovechar mi semen," dijo con voz entrecortada.
"Quiero derramar hasta la más mínima gota dentro de tu cuerpo."
Y como ya era habitual, sus palabras la excitaron aún más. _______ expulsó el
aliento. Se puso de pie, sintiéndose torpe de repente.
"S-Será mejor que te alcance una toalla," repuso desviando la mirada
tímidamente pues no sabía cómo reaccionar ante la atracción innegable que
sentía por su marido. "Ehhh, vuelvo enseguida."
Se escabulló rapidamente de la bañera, mostrándole las nalgas desnudas y se
dirigió al estante de las toallas. Se quedó parada ante el estante, aturdida,
mientras sus pensamientos y emociones libraban una dura batalla.
Lo deseaba y no lo deseaba.
Lo amaba y lo odiaba.
No, pensó pestañeando. Eso no era exactamente correcto. No lo odiaba- era él
quien la odiaba a ella.
________ jadeó cuando sintió unas manos húmedas y calientes que ceñían sus
nalgas por detrás y las estrujaban. No lo había oído salir de la bañera.
"Siempre me ha gustado tu trasero," dijo Joe con voz ronca,
sorprendiéndola mientras acercaba sus caderas hasta que ella sintió su pene
excitado empujando en la carne de su trasero.
Sus ojos se abrieron como platos cuando empezó a introducir la punta en la
hendidura de su ano.
"N-no sabía que te habías fijado antes," exhaló.
"Oh, me he fijado mucho," murmuró.
Rotó sus caderas, el
pene excitado empujando de nuevo en la entrada de su trasero. "Tienes un
trasero maravilloso..."
Se le entrecortó la respiración. Se encontraba dividida entre el miedo a lo
desconocido y la excitación de saber que a él le gustaba esa parte de su
cuerpo. Con sus emociones en conflicto, no se resistió cuando él la empujó
hacia abajo hasta que su cuerpo se dobló sobre el estante de las toallas.
"... tan redondeado y dulce. Y tan... virginal."
Ella tragó con brusquedad. Eso sí que era cierto.
"Ningún hombre me ha tomado antes por ahí, " soltó sin aliento
confirmando sus suposiciones.
Estas palabras consiguieron que se excitase aún mas. "Bien," murmuró,
mientras una mano serpenteaba hacia adelante hasta encontrar su clítoris.
"No soporto la idea de que otro hombre te folle –por ningún sitio."
Restregó su clítoris circularmente, masajeándolo hasta que ella comenzó a
jadear entre sus brazos. "Eres tan sexy," ronroneó en su oído,
presionando más su erección contra su ano. "La mujer más atractiva que he
visto nunca."
Sus ojos se abrieron con el elogio, y después se desorbitaron cuando sintió la
firme presión producida por la punta de su pene deslizandose en su interior.
"Joe.." dijo con voz asustada. Gimoteó cuando le frotó más rápido el
clítoris con los dedos; su cabeza cayó sobre el estante de las toallas.
"La he untado con aceite de coco," dijo roncamente, su voz como un
susurro. "Una vez que consigamos que entre la cabeza, todo irá bien,
cariño."
Le acarició el clítoris más fuerte, con lo que el cuerpo de _______ comenzó a
retorcerse involuntariamente contra el suyo mientras gemía. Su hendidura
engulló completamente el glande de su marido y sus ojos se abrieron
desorbitados. Completamente rígida, sus músculos internos se tensaron al
sentirlo dentro.
Joe frotó su clítoris sin piedad, hasta que _______ no pudo hacer otra cosa que
gemir en voz alta mientras él la conducía inexorablemente al orgasmo.
"JOE.." lloriqueó, y su cuerpo se retorció frenéticamente contra él.
"Oh, Dios mío."
_______ estalló en un orgasmo profundo y violento gritando enloquecida. Y
mientras se convulsionaba, Joe le hundió el pene en el trasero clavándoselo
hasta la empuñadura.
"Te lo he metido todo," anunció pastosamente, meciendo las caderas
adelante y atrás. Clavó una mano en su cadera y con la otra continuó
masajeándole el afeitado sexo empapado.
Se hundió dentro y fuera de su trasro, y sus gemidos inundaron el cuarto de
baño.
"Oh, Cristo," masculló, su voz tan ronca como si lo estuviesen
torturando a muerte. Su pene bombeó dentro y fuera de su carne flexible,
aumentando la velocidad y llegando hasta el fondo ahora que su cuerpo se había
ajustado a su tamaño. "Estás tan apretada, cariño. Dios mío, estás tan
condenadamente apretada... "
_______ empujó las caderas contra él, disfrutando de la manera en que la estaba
enculando ahora que ya podía abarcarlo por completo. Sus embestidas la hicieron
lloriquear, sus tetas colgaban brincando frenéticamente mientras su marido
masajeaba su vagina y su pene empalaba su trasero.
"Me vengo," sollozó, y el orgasmo inminente fue tan poderoso que la
condujo a la histeria. "Oh, Dios mío-Joe."
Se corrió violentamente alzando la voz, su cuerpo entero extremadamente
sensibilizado cuando el orgasmo estalló en su vientre. Gritó por su intensidad
y sonidos frenéticos burbujearon en su garganta mientras él continuaba
montándola por detrás.
Él gimió agónicamente, masajeando su vagina empapado con movimientos rápidos,
circulares, mientras le cojia el trasero más y más fuerte. Continuó bombeando
otro minuto más inundando el cuarto de baño con sus gruñidos.
"Yo también me voy a correr," jadeó Joe, incapaz de aguantar tanto
como quisiera dentro de una vaina tan apretada. Sus caderas martillearon
adelante y atrás, golpeando salvajemente su cuerpo contra el suyo.
Ella sintió como se le aceleraba la respiración y los jadeos caldeaban su oído.
"Oh, joder_______"
Gritó su nombre mientras se corría, y todo su cuerpo se estremeció encima de
ella. Ella continuó empujando las caderas contra él haciéndolo gemir, mientras
su cavidad exprimía hasta la más pequeña gota de semen que pudo extraer de su
cuerpo.
" ________" gruñó de nuevo, aunque más débil este vez. Sus dedos se
clavaron en la carne de sus caderas mientras sus movimientos ondulantes
comenzaban a disminuir. " ________," musitó. "Gracias."
________ cerró los ojos cuando cesaron las sacudidas, sintiéndose insegura de
qué debía decir o sentir.
Joe Jonas me ha dado por trasero, pensó, aturdida. No sabía si reír o llorar, o
si dar gracias a Dios porque por fin el hombre que había deseado durante tantos
años había hundido su pene dentro de su cuerpo.
"De nada," susurró, por alguna razón quería que la intimidad entre
ellos se prolongase. Comprendió que en este momento disfrutaban de una tregua.
Mientras estaban así acoplados, eran simplemente un hombre y una mujer, dos
amantes descansando después del juego sexual. Ya no eran dos enemigos, cada uno
tramando como vencer al otro.
Capítulo 3
El oasis privado de Joe era aún más hermoso de lo que ________ se había
imaginado. Exuberantes palmeras lo invadían todo, el sonido de pájaros exóticos
y otros animales flotaba en el aire mientras los criados se afanaban en
supervisar las tierras y los arrendatarios.
La hacienda Jonas era incluso más magnífica que Chez Ma Coeur, el gran oasis
particular en las islas Virgin que había pertenecido a la familia Cyrus durante
casi un siglo. La mansión isleña de Joe colosal, de mármol rosado, un claro
ejemplo de influencia española.
________ había imaginado que se sentiría terriblemente avergonzada al tener que
exhibirse desnuda delante de tanta gente, sin embargo, a pesar de sus temores,
lo estaba llevando bastante bien. Aunque aún estaba enfadada.
Joe le había prohibido ponerse la ropa cuando el avión aterrizó, así que había
viajado desnuda todo el trayecto en limusina desde la pista de aterrizaje a la
mansión. Sólo con pensar en cómo la había ofendido, le rechinaban los dientes.
Cuando había firmado en la línea de puntos, no tenía ni idea de que la
humillación iba incluida en la venganza. Menos mal que el par de criados que la
atendían no prestaba atención a su desnudez. Los habían instruido bien en ese
aspecto. Y ahora, cinco horas más tarde, ya se había acostumbrado un poco a la
falta de ropa. Y a sonrojarse. ¿Pero bañarlo? Las fosas nasales se le
ensancharon. Comenzaba a sentirse como una esclava.
"Enjabóname los testiculos," le ordenó Joe con arrogancia. Clavó los
ojos en sus pezones. Rozó uno con la yema del pulgar y luego lo pellizcó con el
índice. "Vas a estar chupándolos constantemente, así que será mejor que
uses algo que no te importe saborear"
La cara de _______ se volvió rojo escarlata . "Sí, señor," apretó los
dientes mientras empapaba su escroto con aceite de coco y en seguida empezó a
extenderlo frotando.
Él no se había dado cuenta de su enfado o la ignoraba a propósito, pensó
sombríamente. ¡Maldito! ¿No saldría nada bueno de este hombre?
Joe cerró los ojos y se recostó hacia atrás en la lujosa bañera, tan grande que
parecía una piscina infantil. Apoyó la cabeza en una almohadilla de baño, y se
relajó alzando los brazos sobre la cabeza. Metida en el agua hasta las
rodillas, ______ lo lavó de pies a cabeza, frotándole la piel con las manos. No
le había permitido usar esponja, así que tenía que lavarlo de esta manera,
deslizando las manos enjabonadas de arriba a abajo por su pecho, su torso, y
sus piernas musculosas. Evitó cuidadosamente su enorme pene, algunas cosas era
mejor no molestarlas.
Se mordió el labio mientras estudiaba su cuerpo. Si acaso, sólo había mejorado
con los años. En el pasado su cuerpo había sido delgado y atlético, ahora en
cambio se veía duro y musculoso. En el pasado su facciones habían poseído un
encanto juvenil, ahora en cambio estaban claramente definidas, enriquecidas con
la experiencia de la madurez. Desvió la mirada, angustiada por la dirección que
tomaban sus pensamientos. Él te odia, idiota. Intenta recordarlo...
"Quiero que la toques," ordenó Joe con voz ronca.
_______ levantó la mirada. Se mordisqueó el labio inferior, notando enseguida
de que "la" hablaba. Su mirada ambarina descendió a lo largo de su
cuerpo, centrándose en la gran erección que sobresalía del agua.
"Tócamelo," murmuró, entreabriendo sus intensos ojos marrones para
mirarla.
Con los párpados entrecerrados, el timbre de su voz revelaba su excitación. Sus
tetillas, relajadas hasta el momento, se habían arrugado en tiesos botones.
_______ expulsó el aliento. Era ella quien había provocado su excitación.
Considerando las circunstancias de su matrimonio, resultaba difícil no
reaccionar al hecho de que ella, la corriente, _______ _______ de siempre,
había conseguido que el atractivo y poderoso Joe se pusiera duro como una roca.
Su mano se movió lentamente, bajando poco a poco a lo largo de su cuerpo.
Sintió como tensaba los músculos del vientre cuando sus dedos se enredaron en
el pelo oscuro de su pubis, para luego ahuecar la parte inferior de sus
testículos.
"El pene," dijo con voz pastosa. "Agárrame el pene."
Ella le apretó los testiculos y luego los soltó, haciéndolo gemir. Animada,
ciñó con la mano su grueso pene, y comenzó a masturbarlo lentamente. Podía oír
como Joe respiraba cada vez con más dificultad mientras su mano se movía arriba
y abajo recorriendo todo su miembro.
"Más fuerte," masculló. "Más rápido." Le meneó el pene muy
rápido, apretándolo tan fuerte como podía. Cualquiera podría pensar que
semejante apretón le dolería horriblemente, pero en absoluto, justo le había
producido el efecto contrario. Segundos después gimió, y su cabeza cayó hacia
atrás apoyándose contra la almohadilla, su pecho latiendo desaforadamente.
"¿Te gusta así?" murmuró ella sintiéndose audaz de repente. Se lo
meneó más fuerte y más rápido. Su mano libre recorrió su pecho, apaciguándolo.
"Me encanta," dijo roncamente. Golpeó su mano débilmente. "Para,
mi amor. Para antes de que me Pero por alguna perversa razón, estaba
disfrutando con el poder que ejercía sobre él. Así que no obedeció, y decidió
sacudirle el pene más fuerte y más rápido.
"Oh _______," gimió, apretando la mandíbula. Sus dedos de los pies se
arquearon mientras ella continuaba meneándosela implacablemente.
Él se dio por vencido, y reclinó la cabeza de nuevo contra la almohadilla de
baño. Cerró los ojos y gozó del asalto sensual, gimiendo y gruñendo mientras
ella lo masturbaba vigorosamente. Mantuvo el ritmo durante dos buenos minutos,
mirándolo más fascinada de lo que le gustaría reconocer mientras él se
aproximaba cada vez más al orgasmo.
Y la tensión de sus músculos, indicaba que ese momento estaba al caer. Sus
dientes apretados, subrayaban este hecho. Pero justo cuando ella se dio cuenta
de que iba a correrse, Joe le agarró la mano para que parase.
"No quiero desaprovechar mi semen," dijo con voz entrecortada.
"Quiero derramar hasta la más mínima gota dentro de tu cuerpo."
Y como ya era habitual, sus palabras la excitaron aún más. _______ expulsó el
aliento. Se puso de pie, sintiéndose torpe de repente.
"S-Será mejor que te alcance una toalla," repuso desviando la mirada
tímidamente pues no sabía cómo reaccionar ante la atracción innegable que
sentía por su marido. "Ehhh, vuelvo enseguida."
Se escabulló rapidamente de la bañera, mostrándole las nalgas desnudas y se
dirigió al estante de las toallas. Se quedó parada ante el estante, aturdida,
mientras sus pensamientos y emociones libraban una dura batalla.
Lo deseaba y no lo deseaba.
Lo amaba y lo odiaba.
No, pensó pestañeando. Eso no era exactamente correcto. No lo odiaba- era él
quien la odiaba a ella.
________ jadeó cuando sintió unas manos húmedas y calientes que ceñían sus
nalgas por detrás y las estrujaban. No lo había oído salir de la bañera.
"Siempre me ha gustado tu trasero," dijo Joe con voz ronca,
sorprendiéndola mientras acercaba sus caderas hasta que ella sintió su pene
excitado empujando en la carne de su trasero.
Sus ojos se abrieron como platos cuando empezó a introducir la punta en la
hendidura de su ano.
"N-no sabía que te habías fijado antes," exhaló.
"Oh, me he fijado mucho," murmuró.
Rotó sus caderas, el
pene excitado empujando de nuevo en la entrada de su trasero. "Tienes un
trasero maravilloso..."
Se le entrecortó la respiración. Se encontraba dividida entre el miedo a lo
desconocido y la excitación de saber que a él le gustaba esa parte de su
cuerpo. Con sus emociones en conflicto, no se resistió cuando él la empujó
hacia abajo hasta que su cuerpo se dobló sobre el estante de las toallas.
"... tan redondeado y dulce. Y tan... virginal."
Ella tragó con brusquedad. Eso sí que era cierto.
"Ningún hombre me ha tomado antes por ahí, " soltó sin aliento
confirmando sus suposiciones.
Estas palabras consiguieron que se excitase aún mas. "Bien," murmuró,
mientras una mano serpenteaba hacia adelante hasta encontrar su clítoris.
"No soporto la idea de que otro hombre te folle –por ningún sitio."
Restregó su clítoris circularmente, masajeándolo hasta que ella comenzó a
jadear entre sus brazos. "Eres tan sexy," ronroneó en su oído,
presionando más su erección contra su ano. "La mujer más atractiva que he
visto nunca."
Sus ojos se abrieron con el elogio, y después se desorbitaron cuando sintió la
firme presión producida por la punta de su pene deslizandose en su interior.
"Joe.." dijo con voz asustada. Gimoteó cuando le frotó más rápido el
clítoris con los dedos; su cabeza cayó sobre el estante de las toallas.
"La he untado con aceite de coco," dijo roncamente, su voz como un
susurro. "Una vez que consigamos que entre la cabeza, todo irá bien,
cariño."
Le acarició el clítoris más fuerte, con lo que el cuerpo de _______ comenzó a
retorcerse involuntariamente contra el suyo mientras gemía. Su hendidura
engulló completamente el glande de su marido y sus ojos se abrieron
desorbitados. Completamente rígida, sus músculos internos se tensaron al
sentirlo dentro.
Joe frotó su clítoris sin piedad, hasta que _______ no pudo hacer otra cosa que
gemir en voz alta mientras él la conducía inexorablemente al orgasmo.
"JOE.." lloriqueó, y su cuerpo se retorció frenéticamente contra él.
"Oh, Dios mío."
_______ estalló en un orgasmo profundo y violento gritando enloquecida. Y
mientras se convulsionaba, Joe le hundió el pene en el trasero clavándoselo
hasta la empuñadura.
"Te lo he metido todo," anunció pastosamente, meciendo las caderas
adelante y atrás. Clavó una mano en su cadera y con la otra continuó
masajeándole el afeitado sexo empapado.
Se hundió dentro y fuera de su trasro, y sus gemidos inundaron el cuarto de
baño.
"Oh, Cristo," masculló, su voz tan ronca como si lo estuviesen
torturando a muerte. Su pene bombeó dentro y fuera de su carne flexible,
aumentando la velocidad y llegando hasta el fondo ahora que su cuerpo se había
ajustado a su tamaño. "Estás tan apretada, cariño. Dios mío, estás tan
condenadamente apretada... "
_______ empujó las caderas contra él, disfrutando de la manera en que la estaba
enculando ahora que ya podía abarcarlo por completo. Sus embestidas la hicieron
lloriquear, sus tetas colgaban brincando frenéticamente mientras su marido
masajeaba su vagina y su pene empalaba su trasero.
"Me vengo," sollozó, y el orgasmo inminente fue tan poderoso que la
condujo a la histeria. "Oh, Dios mío-Joe."
Se corrió violentamente alzando la voz, su cuerpo entero extremadamente
sensibilizado cuando el orgasmo estalló en su vientre. Gritó por su intensidad
y sonidos frenéticos burbujearon en su garganta mientras él continuaba
montándola por detrás.
Él gimió agónicamente, masajeando su vagina empapado con movimientos rápidos,
circulares, mientras le cojia el trasero más y más fuerte. Continuó bombeando
otro minuto más inundando el cuarto de baño con sus gruñidos.
"Yo también me voy a correr," jadeó Joe, incapaz de aguantar tanto
como quisiera dentro de una vaina tan apretada. Sus caderas martillearon
adelante y atrás, golpeando salvajemente su cuerpo contra el suyo.
Ella sintió como se le aceleraba la respiración y los jadeos caldeaban su oído.
"Oh, joder_______"
Gritó su nombre mientras se corría, y todo su cuerpo se estremeció encima de
ella. Ella continuó empujando las caderas contra él haciéndolo gemir, mientras
su cavidad exprimía hasta la más pequeña gota de semen que pudo extraer de su
cuerpo.
" ________" gruñó de nuevo, aunque más débil este vez. Sus dedos se
clavaron en la carne de sus caderas mientras sus movimientos ondulantes
comenzaban a disminuir. " ________," musitó. "Gracias."
________ cerró los ojos cuando cesaron las sacudidas, sintiéndose insegura de
qué debía decir o sentir.
Joe Jonas me ha dado por trasero, pensó, aturdida. No sabía si reír o llorar, o
si dar gracias a Dios porque por fin el hombre que había deseado durante tantos
años había hundido su pene dentro de su cuerpo.
"De nada," susurró, por alguna razón quería que la intimidad entre
ellos se prolongase. Comprendió que en este momento disfrutaban de una tregua.
Mientras estaban así acoplados, eran simplemente un hombre y una mujer, dos
amantes descansando después del juego sexual. Ya no eran dos enemigos, cada uno
tramando como vencer al otro.
Val's Matth.
Re: La Dulce Vengansa Joe y Tu
Awuaaaa la ameeee!!
ahora is estuvieron juntos oficialmente!!
muajajajaja
quiiero saber q sigue!!!
siguelaa
amo como escribes!!
att: tu megaa fielisima lectora!!
ainnsss y me alegro q todo volvia a la normalidad y q publicaras todos los dias!! como te fue?? disfrutaste??
besoss y siguela!!
ahora is estuvieron juntos oficialmente!!
muajajajaja
quiiero saber q sigue!!!
siguelaa
amo como escribes!!
att: tu megaa fielisima lectora!!
ainnsss y me alegro q todo volvia a la normalidad y q publicaras todos los dias!! como te fue?? disfrutaste??
besoss y siguela!!
Yhosdaly
Re: La Dulce Vengansa Joe y Tu
wow la rayis ya ni sabe lo que siente
entonces hasta que estan juntos de verdad
ahhh
siguela!!!
entonces hasta que estan juntos de verdad
ahhh
siguela!!!
jamileth
Re: La Dulce Vengansa Joe y Tu
Joe mantuvo una tranquilidad inusitada,
como si reconociera también el patetismo del momento. Sin decir
nada salió con ternura de su cuerpo y la llevó de nuevo a la bañera.
_______ se mordió el labio, rehuyendo su mirada mientras la bañaba. ¿Por qué
estaba siendo tan dulce con ella? se preguntó mientras sus manos le lavaban los
pechos. Decidió no cuestionar sus motivaciones y simplemente gozar del momento.
No obstante, reconoció que le gustaría que pudiera ser siempre así. Quisiera
ser capaz de borrar el pasado, hacerlo desaparecer para siempre. ¿La traición
de Lorenzo planearía siempre sobre sus vidas?
Suspiró al tiempo que reconocía con tristeza que eso era lo más probable.
"No puedo creer que no permitas que me
vista," siseó _________a su marido. Sonrió tímidamente al criado que le
estaba sirviendo la cena, luego se volvió de nuevo hacia Joe mientras el
sirviente desaparecía tan discretamente como había llegado. El comedor en que
se encontraban era enorme y espacioso, decorado en estilo español.
Los pensamientos de ______ volvieron a centrarse en su desnudez. Éste era el
tercer día que pasaba en la isla y todavía no se había podido ponerse ni una
sola prenda de ropa. La buena disposición que había empezado a experimentar
hacia su marido la noche de bodas se había disuelto, y la irritación había
ocupado su lugar.
"De saber que iba a ser tratada de esta manera..."
"¿Qué habrías
hecho?" murmuró Joe, y sus ojos penetrantes se clavaron en los de ella.
Sus aletas de la nariz se ensancharon. Se habría casado con él igual y los dos
lo sabían. Era eso o observar impotente como ponía en la calle a su madre y a
su hermano.
"Espero que estés disfrutando..."
"Muchísimo."
"...porque no va a durar siempre."
Él arqueó una ceja. "¿No piensas cumplir tu parte del acuerdo?" Él
acercó su vaso de Pinot Grigio a los labios. "Qué poca deportividad por tu
parte, amor."
"Encontraré la manera de recuperar ______(tu apellido) Chemicals,"
masculló ella. "Ya lo verás." Silencio.
______ se preguntó inútilmente por qué había estado atacándolo todo el dia. Su
desnudez no le había molestado tanto los dos primeros días de su luna de miel,
¿entonces por qué ahora?
Frunció el ceño. Se negaba a aceptar que quizás se sintiese rechazada porque,
hasta el momento, él no hubiese intentado consumar el matrimonio. De hecho, no
la había tocado desde la noche en que tomó su virginidad anal. Ahora se sentía
absurda por haber albergado semejantes ideas románticas sobre él después de que
eso hubiera pasado. Su orgullo, reconoció, se resentía al sentir su rechazo
evidente.
Joe posó el vaso de vino blanco y chasqueó las yemas de los dedos.
"No tienes ninguna posibilidad de recuperar la compañía y ambos lo
sabemos. Ahora quiero ver como desaparece tu enfado y te comes el
pescado."
Bufó, poniendo los ojos en blanco. " Querer es poder. Además soy alérgica
al pescado."
Juraría que sus amenazas no lo habían preocupado ni lo más mínimo, sin embargo,
curiosamente, el comentario sobre su alergia sí que pareció molestarle.
"Lo siento, amor. No lo sabía. Te pediré otra cosa."
________ movió rapidamente una mano para posarla sobre la de Joe.
"Por favor, no toques el timbre," dijo tímidamente. "Casi
prefiero comer el pescado antes de que alguien más me vea desnuda."
Le pareció que su mirada se suavizaba, pero no podía estar segura.
"¿Tuviste algo que ver con eso?" preguntó suavemente, poniéndose en
guardia.
________ parpadeó arrugando la frente. "¿Algo que ver con qué?"
"Con que me despidiesen hace años." Su mandibula se endureció.
"Con robar mis ideas y fingir ante la junta que eran de Lorenzo."
Suspiró. "Joe... me siento fatal por lo que hizo mi padre, pero..."
"Nada más responde a mi pregunta," murmuró. "Con un si o un no
será suficiente."
Lo miró directamente a los ojos. "No," dijo firmemente. "No me
enteré de que te habían despedido hasta una semana después de que sucediera.
Pasaron otros dos meses antes de que descubriese lo que te había hecho."
Su espalda se enderezó. "Puede que no me creas, porque está claro que soy
una (tu apellido) , pero es la verdad." Silencio.
Joe cogió el vaso de vino y bebió. "Si te sentías tan mal," preguntó,
con una voz que pretendía sonar indiferente, "¿entonces por qué no me
ayudaste?"
Agitó una mano. "Lorenzo habría hecho cualquier cosa que tú le pidieras y
todo el mundo lo sabía."
"Eso no es verdad," susurró. Se aclaró la garganta y desvió la
mirada. Le había suplicado a su padre que le devolviese el empleo a Joe hasta
quedarse afónica... pero fue inútil.
"No sé de donde sacaste esa información, pero es falsa. Lorenzo sólo
confiaba en las personas que podía controlar. Y yo no estaba entre ellas. Y
tampoco tú."
"Touché."
"Me dejó todo en su testamento, es verdad, pero puedo asegurarte que no
fue por amor."
"A sus ojos supongo que fue el menor de tres males."
Se encogió de hombros, aunque el gesto distaba de parecer despreocupado.
Siempre deseó que Lorenzo la amara. Aún le dolía que nunca lo hubiera hecho.
Puede ser que hubiese sido un hombre deshonesto, pero seguía siendo su padre.
"Algo así," susurró. "Puedes ponerte la ropa cuando los criados
estén alrededor, pero cuando estemos sólo los dos quiero verte siempre
desnuda."
Ella alzó la mirada, los ojos como platos. No contaba con esa concesión.
"¿Entonces me crees?" preguntó en voz baja. Él suspiró. "Puede
ser que parezca un maldito idiota, pero sí, te creo."
"¿Entonces no vas a seguir castigándome por más tiempo?"
Frunció la frente. "¿Castigarte?"
Ella agitó una mano. "Obligándome a pasearme desnuda delante de todo el
mundo."
La miró socarronamente. "No fue nunca un castigo."
Ella bufó al oír eso. ¿"Entonces por qué lo has hecho? ¿Para hacerme mejor
persona?" preguntó sarcásticamente.
Él encogió los hombros. "Prefiero verte desnuda."
Sus ojos se endurecieron. "Y no ha sido todo el mundo. Han sido tres
personas. Tres personas en las que confío totalmente. Hay una diferencia."
Dos eran gays, agregó mentalmente. Creía que Tom también lo era... hasta que el
muy bastardo había tenido una erección mirando como ________ se masturbaba. A
la mierda su teoría. Y a la mierda Tom como se le ocurriese acercarse a ella de
nuevo. ________ movió la cabeza y suspiró, decidiendo que no era probable que
solucionase el misterio de Joe Jonas esta noche. Y, francamente, estaba
demasiado cansada para intentarlo.
Ella rechazó su explicación con un gesto de la mano y se apretó las sienes.
"Bien. ¿Entonces me puedo vestir ya?"
"No."
Le lanzó una mirada exasperada. "Pero si acabas de decir..."
"He dicho que cuando estemos solos tú estarás siempre desnuda." Miró
alrededor del comedor. "De hecho, estamos solos."
Apretó los dientes con fuerza. "Eso es un tecnicismo. Podría entrar un
criado en cualquier momento."
"No sin mi permiso. Saben bien lo que hacen."
"¿Y si se declara un fuego en la cocina y vienen todos aquí
corriendo?" Él puso los ojos en blanco.
"¿O si, no sé, un huracán va a pasar por la isla y entran corriendo para
advertirte? ¿O si...?"
" Creo que te estás olvidando de las cláusulas 52 y 53 de nuestro acuerdo
prematrimonial, " interrumpió.
Ella entornó los ojos. "¿Cuáles son las cláusulas 52 y 53? Había tantas
malditas cláusulas que es imposible acordarse de todas!"
"Puedo hacerte una fotocopia si quieres."
"¡... Arrg!"
"La cláusula 52," continuó sin inmutarse, "declara que mi esposa
hará siempre lo que le diga sin rechistar. La cláusula 53 indica que mi esposa
permanecerá siempre dulce, bien dispuesta y preparada para mí." Sus cejas
se levantaron.
"Has roto dos cláusulas en dos minutos. No es un buen comienzo, querida. Y
en nuestra luna de miel aún menos. Tsk. Tsk."
Se le ensancharon las fosas nasales. "¡Ese acuerdo prematrimonial es
ridículo y ambos lo sabemos!"
Él se levantó de la silla y arrojó la servilleta sobre la mesa. "Para ti,
quizás, pero no para mí."
________ se apretó las sienes, el ánimo de lucha se había apagado. "¿A
donde vas?" preguntó débilmente. Sus labios se apretaron juntos. "¡Y
no quiero volver a oír que hacerte una pregunta rompe una de tus estúpidas
cláusulas!"
"Voy a traerte algo de comer," dijo con paciencia exagerada. "No
puedes comer pescado ni quieres que Marcel entre aquí, así que tendré que
traerte la cena yo mismo."
"Oh." Contra eso no podía replicar nada malicioso.
Fiel a su palabra, le trajo una fuente llena de fruta, verdura, quesos y un
buen trozo de tarta de chocolate. Era imposible que ella sola pudiese comerse
todo eso Pasaron el resto de la comida en silencio, ensimismado cada uno en sus
pensamientos. Cuando acabaron, Joe la escoltó a su dormitorio en el tercer piso
usando una entrada trasera para que nadie la viese desnuda. Después de cerrar
la puerta a su espalda la estrechó entre sus brazos y la besó apasionadamente.
Sus manos acariciaron sus pechos, su trasero, su sexo, todo su cuerpo, y sus
labios le devoraron la boca. Cuando levantó la cabeza y se apartó, ella jadeaba
sin aliento.
"Hasta mañana," murmuró, posando posesivamente la mano en su pecho.
Rozó uno de sus pezones con la yema de los dedos. "Te estoy dando un poco
más de tiempo para que te acostumbres a la idea de ser mía, así que te sugiero
que lo uses sabiamente." Sus ojos descendieron desde su cara hasta su
vagina afeitada y retrocedieron de nuevo. "No soy un hombre demasiado
paciente."
_________ asintió, timidamente, mientras una especie de depravada desilusión la
invadía. Miró como Joe atravesaba la puerta doble del dormitorio; una parte de
ella se alegraba de que se fuese pero otra parte deseaba que volviera.
Se hundió en la lujosa cama y un suspiro se escapó de sus labios. Deslizándose
entre las sábanas, alcanzó la lámpara de la cabecera y la apagó, luego se
acurrucó sintiéndose sola en el inmenso lecho.
¿Por qué se había casado Joe con ella? se preguntó por enésima vez. ¿Qué quería
de ella? Siempre estaba hablando de posesión y de estrictas cláusulas
matrimoniales, pero hasta el momento había sido delicado con ella, incluso
comprensivo. Era como si quisiera realmente que ella se acostumbrase a él.
_______se dió la vuelta y se apoyó en un costado, diciéndose que sería mejor
que durmiese un poco e intentara olvidarse de su enigmático marido. El amanecer
llegaría enseguida. Y traería respuestas prometedoras.
Joe siempre había sabido que, con el tiempo, ______ acabaría viendo las cosas a
su manera. Y había tenido razón. La hija de Lorenzo (tu apellido) era todo lo
que el viejo bastardo había pregonado que sería e incluso más. Durante todos
estos años había sido la roca que había mantenido unida a la familia del
corrupto patriarca. Era el cerebro de la compañía y había conseguido desviar
tres de las anteriores tentativas de Joe de asumir el control de (tu apellido)
Chemicals.
Pero al final, su victoria había sido inevitable.
Joe se había mostrado paciente en todas las anteriores ocasiones en que ________había
conseguido frustrarlo. Él sabía que Lorenzo había malgastado los activos de la
compañía antes de su muerte, y eso significaba que no era mucho lo que la
pequeña _______podría hacer para salvarla.
Una vez más había tenido razón. Por fin -por fin- los pecados de Lorenzo (tu
apellido) habían completado el círculo. Y Joe Jonas recibiría la herencia que
los labios mentirosos de Lorenzo le habían prometido tiempo atrás.
Conseguiría a la hermosa y práctica
_______ _______. Conseguiría a la mujer con la que había sido torturado y
acicateado todos los años que había trabajado para Lorenzo. Conseguiría a la
mujer que había colocado en un pedestal, la mujer que había parecido
inalcanzable para un hombre de baja clase social.
"Es una auténtica joya," presumía Lorenzo mientras los dos hombres
miraban como ______trabajaba en su escritorio. Ella no sabía que la miraban.
"Oh, si, ya sé que no es muy hermosa, pero es más inteligente que un rayo
y leal hasta la médula."
Joe frunció el ceño. ¿Cómo podía decir que no era hermosa? No se parecía a las
amantes anoréxicas de Lorenzo que siempre aparecían por la oficina reclamando
su atención (y la de su cartera), pero nunca había visto una belleza más
exótica y exhuberante. Personalmente, Joe prefería sus curvas voluptuosas a las
mujeres esqueléticas y de pecho inexistente con quien Lorenzo engañaba a su
mujer. "Estoy de acuerdo," murmuró Joe , "en que es una
joya."
Lorenzo sonrió. "Me agrada que pienses así, porque pienso dártela,
hijo."
Sus cejas se levantaron. "¿Dármela?"
Lorenzo resopló ante su confusión. "Sé que no es políticamente correcto
hablar así de una mujer, pero créeme, hijo, los matrimonios de los ricos y los
poderosos siempre son concertados. Un hombre de mi posición no puede permitirse
que su heredera se vaya con cualquiera."
"¿Heredera? ¿No heredera su hijo?"
"Ni un centavo."
Recordando el pasado, Joe se decía que debería haberse percatado de la primera
pista de la verdadera personalidad de Lorenzo. Que un hombre pudiese desheredar
a su propio hijo sin ningún remordimiento estaba más allá de su capacidad de
comprensión. Pero él lo admiraba, incluso había evitado pensar en que sus
infidelidades eran una muestra de debilidad. Todo porque Lorenzo (tu apellido)
había conseguido hacer creer a Joe que estaba destinado a ser alguien. Lorenzo
lo había convencido de que su origen humilde no importaba. Y estaba en lo
cierto. Joseph Jonas tenía el valor y el empuje necesarios para llegar a la
cima.
como si reconociera también el patetismo del momento. Sin decir
nada salió con ternura de su cuerpo y la llevó de nuevo a la bañera.
_______ se mordió el labio, rehuyendo su mirada mientras la bañaba. ¿Por qué
estaba siendo tan dulce con ella? se preguntó mientras sus manos le lavaban los
pechos. Decidió no cuestionar sus motivaciones y simplemente gozar del momento.
No obstante, reconoció que le gustaría que pudiera ser siempre así. Quisiera
ser capaz de borrar el pasado, hacerlo desaparecer para siempre. ¿La traición
de Lorenzo planearía siempre sobre sus vidas?
Suspiró al tiempo que reconocía con tristeza que eso era lo más probable.
"No puedo creer que no permitas que me
vista," siseó _________a su marido. Sonrió tímidamente al criado que le
estaba sirviendo la cena, luego se volvió de nuevo hacia Joe mientras el
sirviente desaparecía tan discretamente como había llegado. El comedor en que
se encontraban era enorme y espacioso, decorado en estilo español.
Los pensamientos de ______ volvieron a centrarse en su desnudez. Éste era el
tercer día que pasaba en la isla y todavía no se había podido ponerse ni una
sola prenda de ropa. La buena disposición que había empezado a experimentar
hacia su marido la noche de bodas se había disuelto, y la irritación había
ocupado su lugar.
"De saber que iba a ser tratada de esta manera..."
"¿Qué habrías
hecho?" murmuró Joe, y sus ojos penetrantes se clavaron en los de ella.
Sus aletas de la nariz se ensancharon. Se habría casado con él igual y los dos
lo sabían. Era eso o observar impotente como ponía en la calle a su madre y a
su hermano.
"Espero que estés disfrutando..."
"Muchísimo."
"...porque no va a durar siempre."
Él arqueó una ceja. "¿No piensas cumplir tu parte del acuerdo?" Él
acercó su vaso de Pinot Grigio a los labios. "Qué poca deportividad por tu
parte, amor."
"Encontraré la manera de recuperar ______(tu apellido) Chemicals,"
masculló ella. "Ya lo verás." Silencio.
______ se preguntó inútilmente por qué había estado atacándolo todo el dia. Su
desnudez no le había molestado tanto los dos primeros días de su luna de miel,
¿entonces por qué ahora?
Frunció el ceño. Se negaba a aceptar que quizás se sintiese rechazada porque,
hasta el momento, él no hubiese intentado consumar el matrimonio. De hecho, no
la había tocado desde la noche en que tomó su virginidad anal. Ahora se sentía
absurda por haber albergado semejantes ideas románticas sobre él después de que
eso hubiera pasado. Su orgullo, reconoció, se resentía al sentir su rechazo
evidente.
Joe posó el vaso de vino blanco y chasqueó las yemas de los dedos.
"No tienes ninguna posibilidad de recuperar la compañía y ambos lo
sabemos. Ahora quiero ver como desaparece tu enfado y te comes el
pescado."
Bufó, poniendo los ojos en blanco. " Querer es poder. Además soy alérgica
al pescado."
Juraría que sus amenazas no lo habían preocupado ni lo más mínimo, sin embargo,
curiosamente, el comentario sobre su alergia sí que pareció molestarle.
"Lo siento, amor. No lo sabía. Te pediré otra cosa."
________ movió rapidamente una mano para posarla sobre la de Joe.
"Por favor, no toques el timbre," dijo tímidamente. "Casi
prefiero comer el pescado antes de que alguien más me vea desnuda."
Le pareció que su mirada se suavizaba, pero no podía estar segura.
"¿Tuviste algo que ver con eso?" preguntó suavemente, poniéndose en
guardia.
________ parpadeó arrugando la frente. "¿Algo que ver con qué?"
"Con que me despidiesen hace años." Su mandibula se endureció.
"Con robar mis ideas y fingir ante la junta que eran de Lorenzo."
Suspiró. "Joe... me siento fatal por lo que hizo mi padre, pero..."
"Nada más responde a mi pregunta," murmuró. "Con un si o un no
será suficiente."
Lo miró directamente a los ojos. "No," dijo firmemente. "No me
enteré de que te habían despedido hasta una semana después de que sucediera.
Pasaron otros dos meses antes de que descubriese lo que te había hecho."
Su espalda se enderezó. "Puede que no me creas, porque está claro que soy
una (tu apellido) , pero es la verdad." Silencio.
Joe cogió el vaso de vino y bebió. "Si te sentías tan mal," preguntó,
con una voz que pretendía sonar indiferente, "¿entonces por qué no me
ayudaste?"
Agitó una mano. "Lorenzo habría hecho cualquier cosa que tú le pidieras y
todo el mundo lo sabía."
"Eso no es verdad," susurró. Se aclaró la garganta y desvió la
mirada. Le había suplicado a su padre que le devolviese el empleo a Joe hasta
quedarse afónica... pero fue inútil.
"No sé de donde sacaste esa información, pero es falsa. Lorenzo sólo
confiaba en las personas que podía controlar. Y yo no estaba entre ellas. Y
tampoco tú."
"Touché."
"Me dejó todo en su testamento, es verdad, pero puedo asegurarte que no
fue por amor."
"A sus ojos supongo que fue el menor de tres males."
Se encogió de hombros, aunque el gesto distaba de parecer despreocupado.
Siempre deseó que Lorenzo la amara. Aún le dolía que nunca lo hubiera hecho.
Puede ser que hubiese sido un hombre deshonesto, pero seguía siendo su padre.
"Algo así," susurró. "Puedes ponerte la ropa cuando los criados
estén alrededor, pero cuando estemos sólo los dos quiero verte siempre
desnuda."
Ella alzó la mirada, los ojos como platos. No contaba con esa concesión.
"¿Entonces me crees?" preguntó en voz baja. Él suspiró. "Puede
ser que parezca un maldito idiota, pero sí, te creo."
"¿Entonces no vas a seguir castigándome por más tiempo?"
Frunció la frente. "¿Castigarte?"
Ella agitó una mano. "Obligándome a pasearme desnuda delante de todo el
mundo."
La miró socarronamente. "No fue nunca un castigo."
Ella bufó al oír eso. ¿"Entonces por qué lo has hecho? ¿Para hacerme mejor
persona?" preguntó sarcásticamente.
Él encogió los hombros. "Prefiero verte desnuda."
Sus ojos se endurecieron. "Y no ha sido todo el mundo. Han sido tres
personas. Tres personas en las que confío totalmente. Hay una diferencia."
Dos eran gays, agregó mentalmente. Creía que Tom también lo era... hasta que el
muy bastardo había tenido una erección mirando como ________ se masturbaba. A
la mierda su teoría. Y a la mierda Tom como se le ocurriese acercarse a ella de
nuevo. ________ movió la cabeza y suspiró, decidiendo que no era probable que
solucionase el misterio de Joe Jonas esta noche. Y, francamente, estaba
demasiado cansada para intentarlo.
Ella rechazó su explicación con un gesto de la mano y se apretó las sienes.
"Bien. ¿Entonces me puedo vestir ya?"
"No."
Le lanzó una mirada exasperada. "Pero si acabas de decir..."
"He dicho que cuando estemos solos tú estarás siempre desnuda." Miró
alrededor del comedor. "De hecho, estamos solos."
Apretó los dientes con fuerza. "Eso es un tecnicismo. Podría entrar un
criado en cualquier momento."
"No sin mi permiso. Saben bien lo que hacen."
"¿Y si se declara un fuego en la cocina y vienen todos aquí
corriendo?" Él puso los ojos en blanco.
"¿O si, no sé, un huracán va a pasar por la isla y entran corriendo para
advertirte? ¿O si...?"
" Creo que te estás olvidando de las cláusulas 52 y 53 de nuestro acuerdo
prematrimonial, " interrumpió.
Ella entornó los ojos. "¿Cuáles son las cláusulas 52 y 53? Había tantas
malditas cláusulas que es imposible acordarse de todas!"
"Puedo hacerte una fotocopia si quieres."
"¡... Arrg!"
"La cláusula 52," continuó sin inmutarse, "declara que mi esposa
hará siempre lo que le diga sin rechistar. La cláusula 53 indica que mi esposa
permanecerá siempre dulce, bien dispuesta y preparada para mí." Sus cejas
se levantaron.
"Has roto dos cláusulas en dos minutos. No es un buen comienzo, querida. Y
en nuestra luna de miel aún menos. Tsk. Tsk."
Se le ensancharon las fosas nasales. "¡Ese acuerdo prematrimonial es
ridículo y ambos lo sabemos!"
Él se levantó de la silla y arrojó la servilleta sobre la mesa. "Para ti,
quizás, pero no para mí."
________ se apretó las sienes, el ánimo de lucha se había apagado. "¿A
donde vas?" preguntó débilmente. Sus labios se apretaron juntos. "¡Y
no quiero volver a oír que hacerte una pregunta rompe una de tus estúpidas
cláusulas!"
"Voy a traerte algo de comer," dijo con paciencia exagerada. "No
puedes comer pescado ni quieres que Marcel entre aquí, así que tendré que
traerte la cena yo mismo."
"Oh." Contra eso no podía replicar nada malicioso.
Fiel a su palabra, le trajo una fuente llena de fruta, verdura, quesos y un
buen trozo de tarta de chocolate. Era imposible que ella sola pudiese comerse
todo eso Pasaron el resto de la comida en silencio, ensimismado cada uno en sus
pensamientos. Cuando acabaron, Joe la escoltó a su dormitorio en el tercer piso
usando una entrada trasera para que nadie la viese desnuda. Después de cerrar
la puerta a su espalda la estrechó entre sus brazos y la besó apasionadamente.
Sus manos acariciaron sus pechos, su trasero, su sexo, todo su cuerpo, y sus
labios le devoraron la boca. Cuando levantó la cabeza y se apartó, ella jadeaba
sin aliento.
"Hasta mañana," murmuró, posando posesivamente la mano en su pecho.
Rozó uno de sus pezones con la yema de los dedos. "Te estoy dando un poco
más de tiempo para que te acostumbres a la idea de ser mía, así que te sugiero
que lo uses sabiamente." Sus ojos descendieron desde su cara hasta su
vagina afeitada y retrocedieron de nuevo. "No soy un hombre demasiado
paciente."
_________ asintió, timidamente, mientras una especie de depravada desilusión la
invadía. Miró como Joe atravesaba la puerta doble del dormitorio; una parte de
ella se alegraba de que se fuese pero otra parte deseaba que volviera.
Se hundió en la lujosa cama y un suspiro se escapó de sus labios. Deslizándose
entre las sábanas, alcanzó la lámpara de la cabecera y la apagó, luego se
acurrucó sintiéndose sola en el inmenso lecho.
¿Por qué se había casado Joe con ella? se preguntó por enésima vez. ¿Qué quería
de ella? Siempre estaba hablando de posesión y de estrictas cláusulas
matrimoniales, pero hasta el momento había sido delicado con ella, incluso
comprensivo. Era como si quisiera realmente que ella se acostumbrase a él.
_______se dió la vuelta y se apoyó en un costado, diciéndose que sería mejor
que durmiese un poco e intentara olvidarse de su enigmático marido. El amanecer
llegaría enseguida. Y traería respuestas prometedoras.
Joe siempre había sabido que, con el tiempo, ______ acabaría viendo las cosas a
su manera. Y había tenido razón. La hija de Lorenzo (tu apellido) era todo lo
que el viejo bastardo había pregonado que sería e incluso más. Durante todos
estos años había sido la roca que había mantenido unida a la familia del
corrupto patriarca. Era el cerebro de la compañía y había conseguido desviar
tres de las anteriores tentativas de Joe de asumir el control de (tu apellido)
Chemicals.
Pero al final, su victoria había sido inevitable.
Joe se había mostrado paciente en todas las anteriores ocasiones en que ________había
conseguido frustrarlo. Él sabía que Lorenzo había malgastado los activos de la
compañía antes de su muerte, y eso significaba que no era mucho lo que la
pequeña _______podría hacer para salvarla.
Una vez más había tenido razón. Por fin -por fin- los pecados de Lorenzo (tu
apellido) habían completado el círculo. Y Joe Jonas recibiría la herencia que
los labios mentirosos de Lorenzo le habían prometido tiempo atrás.
Conseguiría a la hermosa y práctica
_______ _______. Conseguiría a la mujer con la que había sido torturado y
acicateado todos los años que había trabajado para Lorenzo. Conseguiría a la
mujer que había colocado en un pedestal, la mujer que había parecido
inalcanzable para un hombre de baja clase social.
"Es una auténtica joya," presumía Lorenzo mientras los dos hombres
miraban como ______trabajaba en su escritorio. Ella no sabía que la miraban.
"Oh, si, ya sé que no es muy hermosa, pero es más inteligente que un rayo
y leal hasta la médula."
Joe frunció el ceño. ¿Cómo podía decir que no era hermosa? No se parecía a las
amantes anoréxicas de Lorenzo que siempre aparecían por la oficina reclamando
su atención (y la de su cartera), pero nunca había visto una belleza más
exótica y exhuberante. Personalmente, Joe prefería sus curvas voluptuosas a las
mujeres esqueléticas y de pecho inexistente con quien Lorenzo engañaba a su
mujer. "Estoy de acuerdo," murmuró Joe , "en que es una
joya."
Lorenzo sonrió. "Me agrada que pienses así, porque pienso dártela,
hijo."
Sus cejas se levantaron. "¿Dármela?"
Lorenzo resopló ante su confusión. "Sé que no es políticamente correcto
hablar así de una mujer, pero créeme, hijo, los matrimonios de los ricos y los
poderosos siempre son concertados. Un hombre de mi posición no puede permitirse
que su heredera se vaya con cualquiera."
"¿Heredera? ¿No heredera su hijo?"
"Ni un centavo."
Recordando el pasado, Joe se decía que debería haberse percatado de la primera
pista de la verdadera personalidad de Lorenzo. Que un hombre pudiese desheredar
a su propio hijo sin ningún remordimiento estaba más allá de su capacidad de
comprensión. Pero él lo admiraba, incluso había evitado pensar en que sus
infidelidades eran una muestra de debilidad. Todo porque Lorenzo (tu apellido)
había conseguido hacer creer a Joe que estaba destinado a ser alguien. Lorenzo
lo había convencido de que su origen humilde no importaba. Y estaba en lo
cierto. Joseph Jonas tenía el valor y el empuje necesarios para llegar a la
cima.
Val's Matth.
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