I'll do it for you

El día de hoy, el country club más lujoso de San Francisco realizaba su fiesta anual. Cada año un grupo familiar miembro tiene el deber de organizar la fiesta, donde el objetivo puede variar, a veces se aprovecha para presentar en sociedad a un hijo o hija, o para celebrar los premios y o logros que hayan ganado. El año pasado, los Salvatore celebraron que su hija menor, Genevieve ganó un certamen internacional de equitación.

La selección se hace en base a un sorteo o puede ser voluntaria, los Oxenford fueron escogidos para ser la familia anfitriona de este año, con una fructífera inversión y la expansión de su empresas lograron buenas ganancias.

Los preparativos estaban listos y los invitados están ingresando. Los padres y hermana sonreían, deben hacerlo, para hacer quedar bien a la familia, y que si va a haber un rumor de los Oxenford es por su amabilidad. Pero había algo que faltaba, o más bien alguien, Lucien Oxenford, el segundo mellizo y menos por dos minutos.

No muy lejos, en un departamento del otro lado del country club, una pareja recién abrían los ojos, perezosos por el sueño del cual fueron sacados por la luz matutina. El sol se reflejaba en las paredes blancas creando un ambiente cómodo y cálido.

La noche anterior, luego de una película y una cena de diez puntos en un local de comida rápida, la pareja decidió coronar la noche con vino y un juego de cartas que se tornó en una situación excitante, ambos se deseaban más que otras veces, tal vez era el vino o el hecho de que estaba a un pedazo de tela del desnudo. No duraron más que una sesión de besos desesperados y ya estaban acostados en la cama del joven, este tomándola y haciéndola suya.

—Lucien —Susurró la joven quien no podía liberarse de los brazos del rubio.—Lucien —No quería despertarlo, sonrió y deposito un beso suave en sus labios.

Una pequeña risa gutural fue la respuesta, seguido de otro beso. Misión completa, pensó la rubia. Cuando se separaron, Lucien se le quedo viendo, su mirada transmitía un sentimiento que nunca había llegado a experimentarlo por completo, así se sentía él al ver a Charlotte, completo.

—Lottie, te dije que eres hermosa. —El sol se coló por la ventana, que estaba junto a la cama, iluminando por detrás a la joven tornando su cabello rubio en un ángel con resplandor.
—Si anoche, varias veces. —Se levantó ignorando a Lucien, quien al parecer quería seguir en cama. —Arriba Lucien, hoy es la fiesta del club. —Camino en busca de algo para cubrirse sin pudor alguno. Ya se habían visto así que no tenía porque ocultar su cuerpo.

No llevaban mucho de conocerse, pero lograron crear una unión que iba de lo carnal, el sexo era increíble, a lo emocional, compartían los mismos pensamiento, increíble a pesar de ser del mismo entorno pero estilos de vida diferentes.

Pese a la mirada extraña de sus amigos más cercanos cuando se enteraron que salían no fueron las únicas. Los padres de Charlotte, los Bourgois no les agradaba que de todos los jóvenes de sociedad con dinero, su amada hija saliera con Lucien Oxenford. Caso contrario fueron los Oxenford, ellos estaban ansiosos de que su hijo les presente a la joven.

Luego de una refrescante ducha ambos jóvenes ya estaba cambiándose para el evento. Cada uno en lo suyo, Charlotte se terminaba de peinar y maquillar, solo le faltaba el vestido, Lucien se anudaba la corbata como su padre le había enseñado.

Dejar la ropa del evento en la casa de Lucien fue una buena idea, pensó Lottie. Ella sabía que seguro terminaría pasando la noche con su chico desaliñado favorito. Tomo el vestido, el cual la noche anterior lo había colgado en el armario del joven y se lo puso, era algo ajustado así que tardó un poco el subir por su figura. El problema era cerrar el vestido, como era ajustaba y las tiras abrazaban sus hombros le cotaba llegas al cierre. 
Lucien quien la observaba desde el espejo, decidió ayudarla.

—Espera, lo haré por ti. —Charlotte le dio la espalda y con delicadeza subió el cierre, sin antes no depositar un beso en su hombro descubierto. Ella volteó para verlo.

Parpadeo varias veces, lo único que logro divisar a la joven que tenia enfrente, con un vestido color borgoña que resaltaba su piel.

—¿Sin palabras? —Lo pasó de lado para poder agarrar su bolso. Lo había dejado en estado inmóvil. Era oficial, Lucien estaba perdido.

Treinta minutos después, tras el pequeño momento de pánico que pasaron al mirar la hora, el joven heredero corría por las calles de San Francisco, pero no estaba solo. Aferrándose con fuerza de la mano del rubio, la joven le seguía el paso.

—Lucien —Gritó la joven. —Lucien —Este segundo grito logró detenerlo, al igual que otras personas.
—¿Qué pasa Lottie? —Registró la cara de la joven para poder ver si demostraba dolor, los zapatos que llevaba no eran los indicados para correr.
—¿No crees que ya es tarde? Me refiero a la fiesta, no llegaremos. —Suspiró, era cierto. Iban media hora tarde. Ella hizo una mueca que le insinuaba algo.
—¿Que sugieres? ¿Escapar e ir a otro lado y dejar a nuestras familias plantadas? —No lo iba a negar él también lo deseaba, imaginar a sus padres horrorizados y decepcionados por no ir al evento de la mayor farsa del club.
—Me conoces tan bien Lucien Oxenford– Se acercó y lo besó en los labios.

holaa: