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Could you be my HEROINE? | BL |
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Could you be my HEROINE? | BL |
- Ficha:
- § NOMBRE: could you be my heroine?§ ADVERTENCIAS: Es una historia BL o sea, chico por chico así que si no te gusta te recomiendo no leer. No subo actualizaciones seguido.§ GENERO: Drama / Romance / BL§ OTRAS PAGINAS: No, por el momento.§ AUTOR: Moonie.
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"¿Podrías ser mi heroína?".
¿Qué pasa cuando un engaño va más allá del teatro mismo?
Ronan era lo que sé diría un patético chico universitario homosexual virgen, tenía miedos y muchos sentimientos mezclados pero siempre se mantenía positivamente.
Kyros era aquel tipo que parecía un misterio a simple vista pero era como un pastel recién salido del horno, sólo que no con todos.
Una noche Kyros besa a Ronan esperando alejar a la chica que ha estado acosandolo por años, pidiéndole un favor el mundo de ambos comienza a cambiar pero ¿cuánto pueden soportar actuando esta nueva escena en sus vidas?
- HOLA:
- Primero que nada,hola. Esta es mi primera novela, si es que se le puede decir así con temática BL (Boys Love). No espero tener lectores y como siempre hago esto por diversión, eso si me toma tiempo actualizar y realmente espero poder terminar esta novela. Si les gusta lean. Hasta pronto :)
Primero que nada,hola. Esta es mi primera novela, si es que se le puede decir así con temática BL (Boys Love). No espero tener lectores y como siempre hago esto por diversión, eso si me toma tiempo actualizar y realmente espero poder terminar esta novela. Si les gusta lean. Hasta pronto :)
Última edición por Moonstar el Dom 17 Mayo 2020, 8:19 pm, editado 2 veces
Moonstar
Re: Could you be my HEROINE? | BL |
¡Hola! :))Jaaaylen escribió:Espero que la comiences linda :)
Planeo subir el primer capitulo pronto aunque he tenido ciertas demoras pero en estos días lo subiré n.n
Moonstar
uno
"...The color of our mood is so rude, a could June, we're not inmmunine but if we're way too faded to fight, you can stay one more night. We said we'd both loved higher than we knew we could go but still the hardest part is knowing when to let go. You wanted to go higher, higher, higher. We burned too bright, now the fire's gone, watch it all fall down, Babylon..."
Púrpura, violeta, azul, amarillo, verde... podías notar como el reflector de las luces bailaba al mismo ritmo de la música haciendo que sus cuerpos calientes y extasiados necesitaran bailar a su misma manera. Los distintivos vasos de tono rojo brillante se hallaban alrededor de aquella casa, en su interior estaba lleno por el agua bendita de color ámbar. Había botellas de grandes marcas de vino, ron, whisky repletas por todo el lugar y la música parecía querer dejarte sordo.
En un rincón se notaba a distancia las aquellas parejas que se comían casi como si el mundo fuera a acabarse mientras otras tantas casi se encontraban semidesnudas sobre los sillones de cuero y la mesa central con aquel líquido rociado y cayendo cual cascada.
Era difícil no resistirse a ese montón de jóvenes adultos bailando, bebiendo alcohol o casi teniendo relaciones como si se tratara de un espectáculo triple equis en vivo y directo. El dueño de aquella casa se encontraba en otro rincón con una chica de piel pálida; mantenía sus manos recorriendo curiosamente el cuerpo de aquella muchacha mientras ella rodeaba su cuello con ambos brazos moviendo sus labios sobre el rubio al compás de la música, ambas piernas de ella estaban sobre las caderas del chico sin importar que tanto dejará a desear aquella falda púrpura de brillas apretada.
Tomó otro sorbo del vaso de plástico, jamás le había encantado beber debido a que no era divertido tener una súper resistencia al alcohol como si se tratara de un súper poder, pero así era. Esa noche había decidido acompañar a sus amigos; los siguió por instinto y por los berrinches de la chica castaña que ahora había desaparecido al igual que el resto. Lamió el líquido que escurría por sus labios sin apartar la vista de aquella exótica pareja, ¿Por qué no podía sentir esa misma atracción hacía una chica de grandes pechos, ebria y dispuesta a tener sexo con alguien como él? En cambio, sólo lograba fijar sus ojos esmeraldas en el joven de cabellera rubia; alto, ojos celestes, piel blanca y hombros tan formados como su cuerpo ¿Qué acaso no era el tipo de chico cliché de cada historia de romance? Sonrió de manera sarcástica al pensar eso.
Apartó la vista dándole otro sorbo a la bebida. Era la séptima de esa noche y aún sentía que sus cinco sentidos funcionaban de maravilla. Metió su mano derecha en su sudadera mientras caminaba alrededor de la fiesta escuchando como aquella canción de un grupo australiano sonaba.
Encima del comedor se encontró a su querida amiga besando a otra chica que parecía ser asiática. Tenía el cabello azabache cual noche, llevaba un top rojo infierno de tirantes dejando al descubierto su piel semi bronceada además de que usaba un short de mezclilla que fácilmente podría mostrar más allá de sus muslos en cambio, Caddie tenía su cabello castaño revuelto con una blusa que mostraba mas de lo que alguien querría, tenía una minifalda negra con toques metálicos y llevaba sus medias negras junto a sus botas. Era obvio quien era la dominante en ese fogoso beso de aquellas chicas.
- Caddie, ¿estás disponible? - preguntó con timidez aquel chico de pecas acercándose a su mejor amiga quien instantáneamente paro en cuanto lo escucho.
- ¿tú que piensas, genio? -preguntó sarcásticamente mientras alejaba su cara de la asiática. Aquella chica era más pequeña que su amiga y era obvio que estaba sentada sobre el comedor teniendo Caddie su mano izquierda sobre el muslo de está. - ¿quieres unirte?
- ¿he? ¡Claro que no pervertida! -exclamó molesto haciendo que sus mejillas tomaran un color rosa por la vergüenza. Caddie simplemente se río. - necesito encontrar a August, ¿sabes dónde está?
La castaña lo miró unos segundos mientras parecía pensar en algo, entonces pareció recordar. - Oh sí, subió al cuarto de "visitas" con una ardiente morena de cabello morado -sonrió, pero rápidamente un quejido de dolor salió de sus labios.
- ¿Cómo que ardiente? ¿entonces qué soy yo? -preguntó molesta la pelinegra mirando con enojo a la castaña. Se bajó rápidamente del comedor. - me iré a buscar más alcohol por si se te place buscarme, Caddie.
- ¿he? Aguarda Miko -hablo la chica sin conseguir suerte alguna. Volteó a su amigo algo molesta. - gracias a ti Miko se ha enfadado conmigo, iré a buscarla e intenta no pasártela mal ¿de acuerdo, Ron? -la castaña colocó su mano en una de las mejillas del chico, ambos tenían la misma estatura. Le sonrió y salió en busca de la asiática.
- Bien... así que, ¿una morena ardiente? -se preguntó mirando el piso de azulejos. Era obvio que él no iba a perder la oportunidad con Shia pues llevaba más de dos meses tras ella entonces, ¿Por qué pensó que no iba a suceder nada? -realmente eres un idiota, Ronan...
- Oh, Kyros escuche que eres uno de los chicos más deseados del campus ¿es eso enserio? -preguntó la de cabello rojizo directamente. Que molestia eran fingiendo interés por su pobre amigo para acercarse a él.
- Teff tiene razón, todos dicen que eres demasiado ardiente así que decidimos averiguar el porqué de tantos comentarios sobre ti y si era enserio lo que todos hablaban de ti, pero viéndote ahora podría subir contigo a un cuarto en este preciso momento -habló la de cabello rizado haciendo actos muy obvios, sus pechos parecían querer salir de aquel top brillante y no era para menos.
- Oh, lamento desilusionarlas chicas, pero mi amigo ya tiene una dulce y linda novia, aunque ella es demasiado posesiva... -dijo tratando de conseguir la atención de ambas chicas.
"¿Novia? ¿Acaso hablas enserio o quieres que te meta mi zapato por el ano?" pensó con molestia bebiendo un vaso de alcohol. No tenia porque mencionar eso y mucho menos tratándose de la castaña. Volteó hacia el trío de idiotas con aquella expresión sombría.
- Vaya que mal, ella debe de importar mucho ¿no es así? -preguntó de nuevo la de cabello rizado haciendo una mirada coqueta e instintivamente intento tocar uno de sus brazos.
- Su novia es demasiado posesiva, querida -esta vez una voz femenina habló llamando la atención de todos menos Kyros. Era una chica muy bonita de cabello castaño ondulado, piel aperlada y ojos pequeños de un tono marrón oscuro. Estaba claramente molesta y cruzada de brazos. - Dexter, ¿Por qué no le dijiste a tus "amigas" que Ros tiene una novia psicópata?
- ¿he? Claro que lo hice mas veces de las que desearía siendo sincero, pero bueno son tercas además ya estas aquí, ¿de qué te quejas? -le decía fastidiado por la presencia de ella en ese instante.
- ¿Por qué par de zorras no mueven su trasero ahora mismo antes que les clave mi tacón en sus feos rostros? -preguntó con aún más enojo. Llevaba puesto un vestido rosado metálico haciendo resaltar su busto y junto a esto un par de tacones negros.
- Creo que será lo mejor -habló la pelirroja levantándose, siendo seguida por su amiga. - fue... genial conocerte Kyros, hasta luego.
- Ahg, ¿Qué se creen ese par de brujas? Ros esta conmigo no con ellas -murmuró enojada aporreando uno de sus pies contra el piso de madera, otra vez estaba haciendo un berrinche.
- ¡¿Qué diablos te pasa, Hanna?! ¿Sabes cuánto trate de que se acercaran para coquetearles? y tú llegas como si nada para ahuyentarlas -exclamó molesto el castaño saliendo tras aquel par de chicas.
- Hanna... -la voz profunda de aquel chico pelinegro llamó la atención de la castaña quien rápidamente cambio su rostro a uno de felicidad. -haz algo por mi y piérdete. No soy ni tu novio, no soy de tu propiedad y mucho menos planeo serlo así que ve y orina en otro hombre para marcar tu territorio.
La chica lo miró con una expresión molesta y triste. - pero... pero si lo eres, tú mismo lo habías prometido hace años... ¡¿Por qué eres tan frió conmigo, Ros?! -exclamó llorando, intentando pegarle logrando que aquel hombre sujetara sus muñecas con fuerza mientras las lágrimas corrían por sus mejillas. Varias personas voltearon a verlos.
- ¿Ves de que jodida madre hablo? -preguntó ahora con un tono molesto puesto que había intentado mantener la calma. La empujo ligeramente soltando sus muñecas mientras ella seguía llorando frente a todos. - deja de hacerte la víctima sabes que siempre te lo he dejado en claro, ¿quieres tener sexo? Bien pero no esperes algo más. Además, esa promesa fue cuando éramos unos mocosos ¿enserio creíste lo que un niño te dijo? -preguntó sarcásticamente.
Hanna solo comenzó a llorar mas que antes ocasionando que recibiera una bofetada de su parte. - ¡Eres un bastardo sin sentimientos Herder Kyros! -exclamó cayendo de rodillas al piso. Siempre ha sido una reina del drama y todos lo sabían así que no era sorpresa para ellos verla así, luego se le pasaría y perseguiría a Kyros como si nada.
- Kyros... -susurro un chico a su lado. Volteo encontrándose con el dueño de aquella casa, Pete. Parecía preocupado ante lo que acababa de pasar.
- Hazme un favor y mantenla alejada de mí, ¿puedes? Quiero estar en paz y ella solo me causa dolor de cabeza -le indico llevando una mano a su sien cerrando instantáneamente sus ojos. Los abrió volviendo a mirar al rubio y este solo asintió.
Era demasiado odioso tener que aguantar a alguien tan berrinchuda y que aparentemente tenía cero amor propio hacia sí misma como lo era Hanna. Ambos han sido vecinos desde que él tenía ocho años por lo cual era fácil saber a donde iba su relación, después de que su conejo muriera para consolarla le dijo que podían ser novios pero ella se rehusó diciendo que aún eran niños así que le prometió que en cuanto cumplieran 21 serían una pareja, era claramente una promesa que no iba a cumplir por muchas razones pero la más importante era que ninguna persona cumple su palabra así que, ¿a quién debería creerle realmente? Era patético pensar que una promesa se cumpliría.
"¿Cómo podías deshacerse de alguien como Hanna? Es decir, ella simplemente jamás se rendiría, aunque se tratase de una chica buscaría cualquier alternativa para que ella saliera huyendo lejos de mí, a veces siento que es una completa psicópata." Pensó el chico de piel lechosa, había mil maneras de alejarla, pero cuando se trata de una nueva conquista o alguna chica que termina en su cama un viernes por la noche Hanna terminaría asustándole.
- Mierda, ¿entonces cómo? -se preguntó. Sabia que ya no la quería cerca así que debía encontrar algo que la hiciera alejarse o que le pusiera un alto. Algo que dijera "yo no puedo..."
Metió su mano derecho por el bolsillo de su chaqueta de mezclilla, saco un paquete de cigarrillos mientras se dirigía al patio de su mejor amigo. Una vez fuera pudo sentir como la música comenzaba a sentirse lejana dejando a un Patrick Stump cantar solo en aquella casa. Afuera pudo notar como la fría y oscura noche era abrazada por las miles de estrellas adornándola junto a la luz brillante de la luna llena, en el patio trasero había flores de todo tipo y plantas siendo acompañada por los adornos de luz decorativos que tenia la madre de Pete y más escondido, en una parte apartada se encontraba una mesa con dos sillas y una sombrilla gigante.
Se acercó a esta sin sentarse en ninguna de las sillas marrones que estaban ahí, aún podía sentir la melodía de Centuries sonando lejos. Saco un cigarrillo de la caja y lo colocó en su boca mientras guardaba el resto en el bolsillo de su chaqueta, en un momento de estrés fumar era quizá lo más relajante que tenía. Se decidió a buscar un encendedor entre los diversos bolsillos, pero recordó que lo dejó sobre la hornilla en la cocina de su amigo.
- Mierda...-susurro sosteniendo aquel cigarrillo entre sus labios. Tomó entre sus dedos aquel pequeño objeto para soltar un suspiro. Noto como una persona salía de la puerta que estaba a su lado, si había dos puertas de cristal entre extremo y extremo.
Kyros observó a aquel chico quien tenía uno de sus brazos sobre el otro, parecía temblar aún con una chaqueta encima además traía unos jeans azul oscuros cuál laguna y rasgados, sus tenis amarillos resaltaban entre todo su conjunto sin contar su cabello castaño casi rojizo. No podía verle la cara debido a que miraba hacia sus pies con la cabeza baja, pero el pelinegro pudo observar que tenía un encendedor en una de sus manos, era fácil debido a que era de un rojo intenso y tenía toda la forma de serlo.
- Enciende mi cigarrillo, enano -habló levantando el cigarrillo hasta quedar frente al chico. Este levanto su rostro algo sorprendido, sus mejillas estaban demasiado rojas al igual que su nariz además había pequeñas pecas casi invisibles alrededor de su cara, sus ojos verdes brillaban y sus labios solo formaban una pequeña curva de sorpresa.
- ¿he? -logró emitir con confusión, sus ojos lucían algo hinchados dando a entender que pudo haber estado llorando no hace mucho, pero eso no hacía que luciera menos... ¿inocente?
- Te dije que enciendas mi cigarrillo, ¿acaso eres sordo o mudo? -preguntó dando dos pasos hacía el menor. Era mucho más bajo que Kyros y eso le dio algo de pánico pues creía que lo iba a golpear o algo así.
- Lo siento... si, ya lo enciendo... -habló de una manera suave, pero a su vez tímida como si le tuviera miedo. Se lamió los labios con nerviosismo y tomo con más fuerza aquel encendedor para acercarlo al chico frente a él, intentaba prenderlo, pero fracasó debido a que su mano temblaba y podía jurar que también su cuerpo entero.
Entonces el pelinegro cambio su rostro de cierta molestia hacia una diferente, sonrió de lado sin apartar la vista del menor quien intentaba hacer que saliera fuego de aquel objeto rojo sin logro alguno.
"¿y si...?" pensó un momento. Sus ojos pasaron del menor a la puerta contraria y nuevamente al menor. Con rapidez movió su mano tirando el cigarrillo apagado en el césped artificial mientras que con su otra mano tomo el brazo de aquel chico jalandolo más a él. Sus ojos verdes parecían mirarlo confundido y entonces poso ambas manos sobre las mejillas de su contrario, su tacto era frío aún con las mejillas rojas cual tomate. Acercó su rostro sin pensarlo demasiado. Su aliento, su aliento olía a fresas y era demasiado bueno para ser verdad. La respiración de Ronan se detuvo por un instante pensando que es lo qué está pasando, quién es este tipo, pero... se mantuvo inmóvil sin saber cómo reaccionar.
La poca distancia se acortó, sus labios chocaron unos con el otro.
Eran suaves cual algodón de azúcar y ese sabor a fresas hizo una combinación con su aliento de alcohol, era una sensación rara pero exquisita. No pudo evitar resistirse a esto aunque su mente intentará controlar su cuerpo.
Kyros comenzó a mover sus labios sin respuesta alguna hasta que, el castaño-pelirrojo movió sus labios intentando seguir el compás del ritmo. Sentía miedo, sentía confusión, pero no podía alejarse. Era evidente cuán puro e inocente es este chico. Cerro los ojos dejándose llevar sintiendo como las manos del menor se posaban sobre su pecho, casi podía sentir como los latidos de su corazón se aceleraban pensando que podría salirse de su cuerpo.
Estaba consciente de lo que hacía, pero aún así su lado casi irracional pareció actuar por inercia cuanto más miraba al chico. Lucia tan tierno, confundido e inocente.
Púrpura, violeta, azul, amarillo, verde... podías notar como el reflector de las luces bailaba al mismo ritmo de la música haciendo que sus cuerpos calientes y extasiados necesitaran bailar a su misma manera. Los distintivos vasos de tono rojo brillante se hallaban alrededor de aquella casa, en su interior estaba lleno por el agua bendita de color ámbar. Había botellas de grandes marcas de vino, ron, whisky repletas por todo el lugar y la música parecía querer dejarte sordo.
En un rincón se notaba a distancia las aquellas parejas que se comían casi como si el mundo fuera a acabarse mientras otras tantas casi se encontraban semidesnudas sobre los sillones de cuero y la mesa central con aquel líquido rociado y cayendo cual cascada.
Era difícil no resistirse a ese montón de jóvenes adultos bailando, bebiendo alcohol o casi teniendo relaciones como si se tratara de un espectáculo triple equis en vivo y directo. El dueño de aquella casa se encontraba en otro rincón con una chica de piel pálida; mantenía sus manos recorriendo curiosamente el cuerpo de aquella muchacha mientras ella rodeaba su cuello con ambos brazos moviendo sus labios sobre el rubio al compás de la música, ambas piernas de ella estaban sobre las caderas del chico sin importar que tanto dejará a desear aquella falda púrpura de brillas apretada.
Tomó otro sorbo del vaso de plástico, jamás le había encantado beber debido a que no era divertido tener una súper resistencia al alcohol como si se tratara de un súper poder, pero así era. Esa noche había decidido acompañar a sus amigos; los siguió por instinto y por los berrinches de la chica castaña que ahora había desaparecido al igual que el resto. Lamió el líquido que escurría por sus labios sin apartar la vista de aquella exótica pareja, ¿Por qué no podía sentir esa misma atracción hacía una chica de grandes pechos, ebria y dispuesta a tener sexo con alguien como él? En cambio, sólo lograba fijar sus ojos esmeraldas en el joven de cabellera rubia; alto, ojos celestes, piel blanca y hombros tan formados como su cuerpo ¿Qué acaso no era el tipo de chico cliché de cada historia de romance? Sonrió de manera sarcástica al pensar eso.
Apartó la vista dándole otro sorbo a la bebida. Era la séptima de esa noche y aún sentía que sus cinco sentidos funcionaban de maravilla. Metió su mano derecha en su sudadera mientras caminaba alrededor de la fiesta escuchando como aquella canción de un grupo australiano sonaba.
Encima del comedor se encontró a su querida amiga besando a otra chica que parecía ser asiática. Tenía el cabello azabache cual noche, llevaba un top rojo infierno de tirantes dejando al descubierto su piel semi bronceada además de que usaba un short de mezclilla que fácilmente podría mostrar más allá de sus muslos en cambio, Caddie tenía su cabello castaño revuelto con una blusa que mostraba mas de lo que alguien querría, tenía una minifalda negra con toques metálicos y llevaba sus medias negras junto a sus botas. Era obvio quien era la dominante en ese fogoso beso de aquellas chicas.
- Caddie, ¿estás disponible? - preguntó con timidez aquel chico de pecas acercándose a su mejor amiga quien instantáneamente paro en cuanto lo escucho.
- ¿tú que piensas, genio? -preguntó sarcásticamente mientras alejaba su cara de la asiática. Aquella chica era más pequeña que su amiga y era obvio que estaba sentada sobre el comedor teniendo Caddie su mano izquierda sobre el muslo de está. - ¿quieres unirte?
- ¿he? ¡Claro que no pervertida! -exclamó molesto haciendo que sus mejillas tomaran un color rosa por la vergüenza. Caddie simplemente se río. - necesito encontrar a August, ¿sabes dónde está?
La castaña lo miró unos segundos mientras parecía pensar en algo, entonces pareció recordar. - Oh sí, subió al cuarto de "visitas" con una ardiente morena de cabello morado -sonrió, pero rápidamente un quejido de dolor salió de sus labios.
- ¿Cómo que ardiente? ¿entonces qué soy yo? -preguntó molesta la pelinegra mirando con enojo a la castaña. Se bajó rápidamente del comedor. - me iré a buscar más alcohol por si se te place buscarme, Caddie.
- ¿he? Aguarda Miko -hablo la chica sin conseguir suerte alguna. Volteó a su amigo algo molesta. - gracias a ti Miko se ha enfadado conmigo, iré a buscarla e intenta no pasártela mal ¿de acuerdo, Ron? -la castaña colocó su mano en una de las mejillas del chico, ambos tenían la misma estatura. Le sonrió y salió en busca de la asiática.
- Bien... así que, ¿una morena ardiente? -se preguntó mirando el piso de azulejos. Era obvio que él no iba a perder la oportunidad con Shia pues llevaba más de dos meses tras ella entonces, ¿Por qué pensó que no iba a suceder nada? -realmente eres un idiota, Ronan...
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La música sonaba a todo volumen mientras estaba sentado en una esquina de aquel viejo mueble verde que se encontraba en una parte de aquella casa, junto a él estaba Dexter intentando coquetearles a dos chicas que acababan de llegar; una tenía el cabello corto de un tono rojizo mientras que la otra lo tenía extremadamente rizado. Ambas tenían lo suyo e incluso sólo se habían acercado al castaño para seducirle.
- Oh, Kyros escuche que eres uno de los chicos más deseados del campus ¿es eso enserio? -preguntó la de cabello rojizo directamente. Que molestia eran fingiendo interés por su pobre amigo para acercarse a él.
- Teff tiene razón, todos dicen que eres demasiado ardiente así que decidimos averiguar el porqué de tantos comentarios sobre ti y si era enserio lo que todos hablaban de ti, pero viéndote ahora podría subir contigo a un cuarto en este preciso momento -habló la de cabello rizado haciendo actos muy obvios, sus pechos parecían querer salir de aquel top brillante y no era para menos.
- Oh, lamento desilusionarlas chicas, pero mi amigo ya tiene una dulce y linda novia, aunque ella es demasiado posesiva... -dijo tratando de conseguir la atención de ambas chicas.
"¿Novia? ¿Acaso hablas enserio o quieres que te meta mi zapato por el ano?" pensó con molestia bebiendo un vaso de alcohol. No tenia porque mencionar eso y mucho menos tratándose de la castaña. Volteó hacia el trío de idiotas con aquella expresión sombría.
- Vaya que mal, ella debe de importar mucho ¿no es así? -preguntó de nuevo la de cabello rizado haciendo una mirada coqueta e instintivamente intento tocar uno de sus brazos.
- Su novia es demasiado posesiva, querida -esta vez una voz femenina habló llamando la atención de todos menos Kyros. Era una chica muy bonita de cabello castaño ondulado, piel aperlada y ojos pequeños de un tono marrón oscuro. Estaba claramente molesta y cruzada de brazos. - Dexter, ¿Por qué no le dijiste a tus "amigas" que Ros tiene una novia psicópata?
- ¿he? Claro que lo hice mas veces de las que desearía siendo sincero, pero bueno son tercas además ya estas aquí, ¿de qué te quejas? -le decía fastidiado por la presencia de ella en ese instante.
- ¿Por qué par de zorras no mueven su trasero ahora mismo antes que les clave mi tacón en sus feos rostros? -preguntó con aún más enojo. Llevaba puesto un vestido rosado metálico haciendo resaltar su busto y junto a esto un par de tacones negros.
- Creo que será lo mejor -habló la pelirroja levantándose, siendo seguida por su amiga. - fue... genial conocerte Kyros, hasta luego.
- Ahg, ¿Qué se creen ese par de brujas? Ros esta conmigo no con ellas -murmuró enojada aporreando uno de sus pies contra el piso de madera, otra vez estaba haciendo un berrinche.
- ¡¿Qué diablos te pasa, Hanna?! ¿Sabes cuánto trate de que se acercaran para coquetearles? y tú llegas como si nada para ahuyentarlas -exclamó molesto el castaño saliendo tras aquel par de chicas.
- Hanna... -la voz profunda de aquel chico pelinegro llamó la atención de la castaña quien rápidamente cambio su rostro a uno de felicidad. -haz algo por mi y piérdete. No soy ni tu novio, no soy de tu propiedad y mucho menos planeo serlo así que ve y orina en otro hombre para marcar tu territorio.
La chica lo miró con una expresión molesta y triste. - pero... pero si lo eres, tú mismo lo habías prometido hace años... ¡¿Por qué eres tan frió conmigo, Ros?! -exclamó llorando, intentando pegarle logrando que aquel hombre sujetara sus muñecas con fuerza mientras las lágrimas corrían por sus mejillas. Varias personas voltearon a verlos.
- ¿Ves de que jodida madre hablo? -preguntó ahora con un tono molesto puesto que había intentado mantener la calma. La empujo ligeramente soltando sus muñecas mientras ella seguía llorando frente a todos. - deja de hacerte la víctima sabes que siempre te lo he dejado en claro, ¿quieres tener sexo? Bien pero no esperes algo más. Además, esa promesa fue cuando éramos unos mocosos ¿enserio creíste lo que un niño te dijo? -preguntó sarcásticamente.
Hanna solo comenzó a llorar mas que antes ocasionando que recibiera una bofetada de su parte. - ¡Eres un bastardo sin sentimientos Herder Kyros! -exclamó cayendo de rodillas al piso. Siempre ha sido una reina del drama y todos lo sabían así que no era sorpresa para ellos verla así, luego se le pasaría y perseguiría a Kyros como si nada.
- Kyros... -susurro un chico a su lado. Volteo encontrándose con el dueño de aquella casa, Pete. Parecía preocupado ante lo que acababa de pasar.
- Hazme un favor y mantenla alejada de mí, ¿puedes? Quiero estar en paz y ella solo me causa dolor de cabeza -le indico llevando una mano a su sien cerrando instantáneamente sus ojos. Los abrió volviendo a mirar al rubio y este solo asintió.
Era demasiado odioso tener que aguantar a alguien tan berrinchuda y que aparentemente tenía cero amor propio hacia sí misma como lo era Hanna. Ambos han sido vecinos desde que él tenía ocho años por lo cual era fácil saber a donde iba su relación, después de que su conejo muriera para consolarla le dijo que podían ser novios pero ella se rehusó diciendo que aún eran niños así que le prometió que en cuanto cumplieran 21 serían una pareja, era claramente una promesa que no iba a cumplir por muchas razones pero la más importante era que ninguna persona cumple su palabra así que, ¿a quién debería creerle realmente? Era patético pensar que una promesa se cumpliría.
"¿Cómo podías deshacerse de alguien como Hanna? Es decir, ella simplemente jamás se rendiría, aunque se tratase de una chica buscaría cualquier alternativa para que ella saliera huyendo lejos de mí, a veces siento que es una completa psicópata." Pensó el chico de piel lechosa, había mil maneras de alejarla, pero cuando se trata de una nueva conquista o alguna chica que termina en su cama un viernes por la noche Hanna terminaría asustándole.
- Mierda, ¿entonces cómo? -se preguntó. Sabia que ya no la quería cerca así que debía encontrar algo que la hiciera alejarse o que le pusiera un alto. Algo que dijera "yo no puedo..."
Metió su mano derecho por el bolsillo de su chaqueta de mezclilla, saco un paquete de cigarrillos mientras se dirigía al patio de su mejor amigo. Una vez fuera pudo sentir como la música comenzaba a sentirse lejana dejando a un Patrick Stump cantar solo en aquella casa. Afuera pudo notar como la fría y oscura noche era abrazada por las miles de estrellas adornándola junto a la luz brillante de la luna llena, en el patio trasero había flores de todo tipo y plantas siendo acompañada por los adornos de luz decorativos que tenia la madre de Pete y más escondido, en una parte apartada se encontraba una mesa con dos sillas y una sombrilla gigante.
Se acercó a esta sin sentarse en ninguna de las sillas marrones que estaban ahí, aún podía sentir la melodía de Centuries sonando lejos. Saco un cigarrillo de la caja y lo colocó en su boca mientras guardaba el resto en el bolsillo de su chaqueta, en un momento de estrés fumar era quizá lo más relajante que tenía. Se decidió a buscar un encendedor entre los diversos bolsillos, pero recordó que lo dejó sobre la hornilla en la cocina de su amigo.
- Mierda...-susurro sosteniendo aquel cigarrillo entre sus labios. Tomó entre sus dedos aquel pequeño objeto para soltar un suspiro. Noto como una persona salía de la puerta que estaba a su lado, si había dos puertas de cristal entre extremo y extremo.
Kyros observó a aquel chico quien tenía uno de sus brazos sobre el otro, parecía temblar aún con una chaqueta encima además traía unos jeans azul oscuros cuál laguna y rasgados, sus tenis amarillos resaltaban entre todo su conjunto sin contar su cabello castaño casi rojizo. No podía verle la cara debido a que miraba hacia sus pies con la cabeza baja, pero el pelinegro pudo observar que tenía un encendedor en una de sus manos, era fácil debido a que era de un rojo intenso y tenía toda la forma de serlo.
- Enciende mi cigarrillo, enano -habló levantando el cigarrillo hasta quedar frente al chico. Este levanto su rostro algo sorprendido, sus mejillas estaban demasiado rojas al igual que su nariz además había pequeñas pecas casi invisibles alrededor de su cara, sus ojos verdes brillaban y sus labios solo formaban una pequeña curva de sorpresa.
- ¿he? -logró emitir con confusión, sus ojos lucían algo hinchados dando a entender que pudo haber estado llorando no hace mucho, pero eso no hacía que luciera menos... ¿inocente?
- Te dije que enciendas mi cigarrillo, ¿acaso eres sordo o mudo? -preguntó dando dos pasos hacía el menor. Era mucho más bajo que Kyros y eso le dio algo de pánico pues creía que lo iba a golpear o algo así.
- Lo siento... si, ya lo enciendo... -habló de una manera suave, pero a su vez tímida como si le tuviera miedo. Se lamió los labios con nerviosismo y tomo con más fuerza aquel encendedor para acercarlo al chico frente a él, intentaba prenderlo, pero fracasó debido a que su mano temblaba y podía jurar que también su cuerpo entero.
Entonces el pelinegro cambio su rostro de cierta molestia hacia una diferente, sonrió de lado sin apartar la vista del menor quien intentaba hacer que saliera fuego de aquel objeto rojo sin logro alguno.
"¿y si...?" pensó un momento. Sus ojos pasaron del menor a la puerta contraria y nuevamente al menor. Con rapidez movió su mano tirando el cigarrillo apagado en el césped artificial mientras que con su otra mano tomo el brazo de aquel chico jalandolo más a él. Sus ojos verdes parecían mirarlo confundido y entonces poso ambas manos sobre las mejillas de su contrario, su tacto era frío aún con las mejillas rojas cual tomate. Acercó su rostro sin pensarlo demasiado. Su aliento, su aliento olía a fresas y era demasiado bueno para ser verdad. La respiración de Ronan se detuvo por un instante pensando que es lo qué está pasando, quién es este tipo, pero... se mantuvo inmóvil sin saber cómo reaccionar.
La poca distancia se acortó, sus labios chocaron unos con el otro.
Eran suaves cual algodón de azúcar y ese sabor a fresas hizo una combinación con su aliento de alcohol, era una sensación rara pero exquisita. No pudo evitar resistirse a esto aunque su mente intentará controlar su cuerpo.
Kyros comenzó a mover sus labios sin respuesta alguna hasta que, el castaño-pelirrojo movió sus labios intentando seguir el compás del ritmo. Sentía miedo, sentía confusión, pero no podía alejarse. Era evidente cuán puro e inocente es este chico. Cerro los ojos dejándose llevar sintiendo como las manos del menor se posaban sobre su pecho, casi podía sentir como los latidos de su corazón se aceleraban pensando que podría salirse de su cuerpo.
Estaba consciente de lo que hacía, pero aún así su lado casi irracional pareció actuar por inercia cuanto más miraba al chico. Lucia tan tierno, confundido e inocente.
Todo había logrado desaparecer por un momento y ni siquiera se cruzó por su cabeza que estaba besando a un igual, simplemente se sentía bien.
Moonstar
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Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
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