Crónicas de Helt

por **Blvck** Vie 31 Ago 2018, 7:25 pm

• Título: Las Crónicas de Helt: Primerizos

• Autor: Athenea W. Blackwhistle

• Adaptación: No.

• Género: Fantasía

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SIPNOSIS

¡Bienvenidos! Nos hallamos en un mundo de fantasía y de oscuridad, de luces y de sombras. Dónde nuestos jóvenes también llamados "PRIMERIZOS" son elegidos desde nacimiento para una guerra que se debate desde hace años.»

Fue la primeras palabras que escucho Helt cuando recién llegó a ese enorme recin«to. La dijeron que estaría a salvo, y ese fue su mayor error. Pensar, que estaría a salvo.

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por **Andy Spellman.** Vie 31 Ago 2018, 7:38 pm

Holaaa me intrigó la sinopsis, quiero saber más de la historia! Aquí tienes a tu primera lectora

por **Blvck** Jue 04 Oct 2018, 4:05 pm

Andy Belmar. escribió:
Holaaa me intrigó la sinopsis, quiero saber más de la historia! Aquí tienes a tu primera lectora

Hola. Me alegro que tengas intriga. La verdad es que subiré la historia lentamente, espero que te guste tanto como me hace ilusión escribirla :). Tambien soy nueva y tengo que adaptarme un poco al modo de escrituras en foros ... >q< Espero que perdoneis la tardanza.

— Athenea W. Blackwhistle

por **Blvck** Jue 04 Oct 2018, 5:21 pm

Indice:: • Cap.1: No tengo culpa de nada.

por **Blvck** Jue 04 Oct 2018, 5:26 pm

Cap. 1: No tengo culpa de nada

Las historias que me habían contado mis padres, sobre la magia, eran ciertas, pero esto no lo aprendí hasta mucho después. Me acogieron a los 5 años, después de quedarme huérfana debido a un extraño suceso y fui una excepción; más bien, la única excepción.

La primera vez que llegué aquí, cuando escuché las primeras lecciones con 8 años, mi conocimiento sobre este mundo era escaso. Sabía que había una serie de jóvenes, elegidos, llamados "primerosizos", que eran el futuro del mundo; pero otros corrompidos por la codicia o el poder, acabaron en el Otro Lado. Que también, estos jóvenes desarrollen un poder diferente ... pero ya está. No conocía más. Suena de mis padres me contaron cosas de modo que me quedé en leyendas. Pero ya no recuerdo nada sobre ellos; quiénes eran, como eran, ni a qué familia pertenecía. Todo quedaba en mi memoria. Todo quedaba marchito y tragado por una laguna oscura.
______________________________________________

- Helt— Un susurro, con la ligera sensación de alguien que tiene mi derecho derecho. Gruño, mientras entras en un estado entre el letargo y la realidad. - Helt.

- Déjame— Me doy la vuelta.

- ¡Helt, levántate ahora mismo! - La voz profunda de la Servidora resuena en mis oídos y pego un rebote. Tal es el brinco, que me gusta la litera de arriba. Entonces me llegan unas risotadas a mis oídos. Guess.

- Au, joder Guess, no hace ninguna gracia. - Le digo con mal humor y le pego con la almohada. Adivina es una de mis compañeras de habitación, que una de sus habilidades es poder copiar el aspecto y la voz de quien sea. Su rostro empieza a cambiar; sus ojos indican un pequeño volumen de color gris pizarra, su nariz se alarga y la punta de la nariz se vuelve a sonar, así poco a poco, su rostro se vuelve el mío.

- Au, joder Guess, no tiene no hace gracia- Dice con una voz odiosa. Doy una patada en el estómago y se deja de reír. Chasqueo la lengua y gruñe. - Agresiva ...

- Gracias— Encojo los hombros y me levanto. Aparece una de mi otra compañera, Ada, por la puerta y observa que a la chica le acabo de pegar, que está doblada por la mitad. Me mira, mira a Adivina y me mira a mí de nuevo. Se lleva dos dedos al puente de la nariz.

- ¿Qué has hecho esta vez, Helt? - Mirar de reojo y me vuelvo a encoger de hombros - No puedes ir pegando patadas a todo el mundo.

- Agh, nadie me comprende. Mundo cruel. —Exagero. Cojo unos vaqueros rotos negros y una camiseta, una vez hecho, me dirijo al baño. Contemplo mi cara, dándome cuenta que tenía ojeras de varios días y suspiro. Cuando acabo de vestirme, me hago eco de un poco de maquillaje para mis mejores marcas y me gusta una sonrisa, pero hay algo que tengo claro; Adivina, no te dejes engañar, nada más salir del cuarto de baño, ni verme con aquella sonrisa, ni mire, con una ceja arqueada y buscando respuestas. Simplemente no dije nada. - Helt ...

He de aclarar el nombre de mi nombre. El nombre de Helt me dio la dirección de cuando llegué aquí y fue cuando me enteré que era una Primeriza , siendo irónico porque Helt significa esperanza , ¿esperanza de qué? Río para mis adentros y recojo algunas cosas tiradas en mi litera. Entra la última habitación de la habitación y trae una bandeja, lo que me hace sonreír. Mi desayuno acaba de llegar.

- No entiendo porque te sigo trayendo el desayuno aún.

- Porque eres una buena sirvienta—. Me encojo de nuevo los hombros y todas nos reímos. Pero hay algo que siento que es diferente, una intuición extraña.

- Por cierto, te estaban buscando Helt. - La miro, confundida.

- ¿A mí?

- ¿Tanto te extraña? - Dados socarrona, yo en cambio ignoro su tono de voz.

- Cuando no he hecho nada, sí.

- Al parecer alguien importante te busca. Cómo no. Este último lo dice en apenas un susurro audible.

- Evita la envidia, cara. - La reprende su hermana.

- ¿De ella? ¿Por qué debería tener envidia? A lo mejor realmente se ha dado cuenta que lo único que no hay nada especial y que no hay nada especial.

—Tal vez es cierto lo que ha dicho, pero no te toca a ti juzgarlo. - Ella guarda silencio, mientras que yo salgo sin más, me ha quitado las ganas de desayunar. Escuche que alguien dice mi nombre, pero no le hago ni caso, por lo que usted comienza a perderme, entre los pasillos de la residencia, intentando mantener la cabeza fría.

Cada vez las cosas se teñían más negras; Me aislaban, siendo que un paso que daba la sensación de que un murmullo se extendía como una epidemia por donde pasaba, me estresaba. Yo no pedí no sabre quién era, ni que la gente importante haya sido tras de mí. No era mi culpa que me tuvieran como " la niña prodigio",No era mi culpa que me pusieran de sobrenombre Helt, no era culpa mía, nada lo era. Siento que mi cabeza está a punto de explotar, que las voces me susurran, sin saber de dónde, ¿me había vuelto majara? -, y crítico, sintiendo una sensación de presión en el pecho. Me parece a costar respirar, pero, aun así, no correré en ninguna parte y salgo al exterior. El aire puro inunda mi pecho, así que intento tranquilizar mi pulso, mientras que la sensación de todos me miraban invadía.

- ¿Estás bien? - Una voz solemne, profunda y vacía suena a mi izquierda, me giro. Una chica, —tal vez de 17 años—, me mira con unos ojos azules un tanto extraño; eran tan azules, como el hielo, y la clava sobre los míos como un carro de fuego y un sentimiento de frío. ¿Quién era ella?

- S-sí, supongo— Dudo un poco, apartando la mirada, no puedo aguantarla durante mucho tiempo. Ella guarda silencio un instante.

- Estoy buscando a alguien. - La miro. ¿Es ella?

- ¿A quién buscas? - Solté y armé de valor para volver a mirarla a eso fríos ojos azules. Frunce los labios

- Una muchacha cuyo sobrenombre, ya que el verdadero se desconoce, es Helt.

- Pues aquí estoy. - Asiente, me mira unos instantes como evaluándome en su cabeza, pasando no sé uno uno, dos o diez minutos, pero sí me hicieron eternos.

Me deja perpleja cuando comienza a caminar, dejándome en el sitio. Otra vez los murmullos se generan a mi alrededor, el mar de Maldita. Ignorando todo lo que puedo, intento seguirla, pero antes de que pudiera abrir la boca, se para.

- Cuando quieras realmente saber quién eres, yo te encontraré.

- ¿Qué? - Aquello que me dijo "pillo desprevenida". - ¿Pero por qué me buscabas?

- Porque no soy la única que lo hace. - No tengo que buscar más que unos segundos, teniendo en cuenta que aparte de nuevo. Aquello no tenía sentido, cuando quise volver a preguntar, no estaba. Me giro, mirando hacia todos los lados, no vi ni rastro de ella. Veo como una foto en el aire, cae planeando suavemente hacia el suelo, yo el cojo al vuelo. Es una vieja foto de una niña, tenía los ojos de color pizarra y un cabello castaño claro. Entrecerré los ojos, porque en cierta manera me resultó familiar. No era por una conclusión precipitada, pero ... ¿aquella chica de la foto era yo? Cuando quieras saber quién eres, yo te encontraré, me hizo reflexionar por unos instantes, pero llegué a la conclusión de que no hemos podido resolverlo. Por lo tanto, no entendí el verdadero valor de las palabras y aquel día empezaba a ser ... raro. Realmente no entiendo lo que pasaba y prefiero decirme que estaba loca, ya que era la respuesta más rápida y más lógica de lo que acababa de suceder. Me entra el hambre, recordándome que había dejado el desayuno en la bandeja, en mi habitación. Mierda. Rezo de que no hay nadie en aquel momento en la habitación para evitar situaciones incómodas. Respire hondo y tomo el camino que me lleva de vuelta a mi escondite.

Vuelvo a mi habitación, en principio y para mi alivio, no hay nadie ... pero él no puede cantar demasiado pronto, porque escuchó la mampara de la ducha abrirse. Al rato, venta del baño, más bien de la ducha, Ada, con una simple toalla tanto tapar su cuerpo como su cabello. Pasar por la habitación para sacar ropa limpia, comenzar a notar mis mejillas coloradas y miro mi reloj, evitando el contacto visual, aunque ella ignora mi presencia todo el rato, me quedo inmóvil, una vez menos cuarto. ¿Qué día era hoy ?, me quedo pensativa. Se encuentra completamente desnuda para mostrar su cuerpo esbelto, con solo in ropa interior. Me doy la vuelta de inmediato y que todavía me pongo un poco violenta en situaciones, aunque seamos entre chicas. Se deja caer una blusa de color caqui, poniéndose también unos vaqueros azules. Se ve sobre sus talones y me mira inquisitivamente, tal y como supuse era como supiera perfectamente que había estado aquí en todo momento. Trago saliva.

- Me tienes que explicar una cosa, habla de manera desinteresada, y sí, Ada tiene acento. La verdad es que era raro ya que había pasado tanto tiempo como la diferenciación de idiomas, pero aún así, en ciertos lugares, tenemos una pronunciación u otra. Yo la devuelvo la mirada.

- Si sé responderte ... Ella rodea los ojos, sabiendo que no es ese tipo de respuestas.

- ¿Quién puede saber quién te busca y por qué? - Yo alza una ceja.

- No sé quién me busca y por qué— Encojo los hombros, con inocencia. Pienso en lo que me quiso decir la extraña chica de ojos azules- Pero al parecer no son los únicos que me buscan.

- ¿Pero que quieren de ti? ¿Quién te busca? - Frunce el ceño, yo suspiro. Abro la boca, pero niego con la cabeza; Cojo la bandeja y me siento en mi cama. Empiezo a comer despacito el desayuno, se sienta a mi lado. - Helt ... Yo ...

- Sabes que odio que te pongas compresiva conmigo. Estoy bien, ¿vale? - Ella suspira y sonríe con tristeza, yo aparto la mirada.

- ¿Por qué te sigues encabezonando en ser fuerte? ¿Qué es lo que he visto? ¿Qué es lo que he visto? Prosigue— No te hagas esto. No te fuerces a decirte que estás bien cuando sabes perfectamente que no lo estás. Sé que es todo es confuso para ti, que odias que la gente se entere de manera distinta y que eso conlleva. Pero te juro que no estás sola ...— Le alzo una mano para que pare.

- Basta ya. No quiero sermones, no lo necesito- Me levanto fingiendo frustración, aunque en realidad, es que si lo necesitaba. A alguien con la simpatía y amabilidad de Ada que me apoyara, pero también sabía si me seguían pondría peor. - No quiero nada, no necesito a nadie. Tu hermana y el resto, son personas que no saben nada y solo dedican a molestar al más débil. Yo no tengo la culpa de no saber quién es, ni si es la persona que dice y cree que soy— Suspiro.

- ¿Pero realmente quieres saber quién eres? - La miro sus ojos aguamarina, me miran con comprensión. Guardo silencio un instante.

- No lo sé ... porque saber quién soy ... ¿Qué cambiaría? Por mucho que separe yo no cambiaré nada, me seguirán odiando. - O tal vez, sería peor. No podría ser nadie y .... ¿Qué acabo de hacer? ¿Y si Cara tiene razón? ¿Y si no fuera nadie más que una niña que solo crea problemas?

- ¿No quieres saber de dónde vienes? ¿Ni tu nombre? ¿Quién sabe quiénes son tus padres? - Agacha la mirada- ¿Tanto importa lo que digan ellos como lo que digo yo?
La miré confundida.

******
Estiro mis músculos bajo la sombra de un gran manzano que se encuentra en el exterior. No quería saber de nadie, y me había aislado, como siempre. La charla con Ada, en el momento de aclarar más las ideas que ya tenía, me ha creado más cuestiones aún. Suspiro y la maldigo en bajo mientras me quedo adormecido en este lugar. Unos ojos azules inundaron mi mente por un momento, el frío me recorre la espina dorsal, dejando la piel de gallina ... Me reincorporo, pero no veo a nadie a mí al rededor. Confirmar mis adentros que es solo un producto de mi mente confundida. Me vuelvo a tumbar sobre el césped.

No he mejorado en nada mis habilidades de primeriza ... ni siquiera he descubierto nada nuevo ... A veces me pregunto que si lo soy ... ya que normalmente los poderes se relacionan entre los 8-10 años, mientras que yo tengo 13, con ningún resultado. Hay primerizos más jóvenes que yo que me aventajan en TODO y yo ... Mientras tanto ... Pierdo el tiempo.

- ¿Piensas realmente que sable quien eres te beneficiará? - Me cuestionó mi subconsciente.

No sabría en qué pensar ya ... todo era tan ... raro. ¿Qué debía pensar? ¿Qué estoy loca? Me frustro, porque la vida es tan complicada, bueno, MI vida. Oigo escuchar a los demás estudiantes reírse, hablar, sin angustias ni preocupaciones, mientras que yo como la cabeza. Es sábado, así que no hay ninguna lección por comenzar. La verdad es que mantenemos las costumbres de lo que antes se llamaba "Tierra", pero muchas cosas se dejaron atrás. Se amplió la percepción del mundo y, cuando se dio cuenta, el "Otro Lado" comenzó la guerra. Empiezo a escuchar risas, pero esta vez más cerca.

- Bueno, ¿a quién tenemos aquí? - Me levanto. Veo a cara, acompañada de unas amigas me rodean. ¿Otra vez?

- Lárgate, Cara. ¿No te aburres de siempre lo mismo? - Ella sabía que no podría defenderse en combate directo ...

- Cállate, bastarda. Tu no deberías ni de estar aquí— Contesta una de las seguidoras. Los ojos en blanco y fijo mi vista en cara. Ella me mira con odio. Pero ...

- Oh, venga, vamos. Todas tenemos el resultado. - Sonreí con suficiencia. Fui mejor en el combate evasivo.

—Está vez no.— Escuché a alguien detrás de mí, un golpe fuerte en la nuca, dejándome confundido. Todo me daba vueltas, los ojos empezaron a ver negro. Estuve esperando un poco más, pero lo último que recuerdo fue otra vez esos ojos azules.

Desperté alterada. No me gustó ni mucho menos, ni siquiera 3 horas ni más que un día, pero recuperé el curso normal ... Todo estaba hecho patas arriba. Era como si alguien se hubiera levantado, revolviendo en nuestras cosas o cómo alguien, buscando algo, desordenó todo, sin saber sus probabilidades de éxito. Cuando no hayas tenido ni un alma, ni siquiera he estado aquí. Levante mi cabeza para no darme con la literatura de arriba donde duerme una de mis compañeras. ¿Dónde se encuentra todo el mundo? Aunque fijándome bien, esta habitación era más pequeña de lo normal ... ¿No me encontraría en la mía? ¿Y entonces de quién podría ser? Pensando esa idea, aparece alguien, quien menos quiero y desearía.

- Por fin has despertado - Esa voz de nuevo ... proviene de la zona del baño, la chica que tanto me intimida, la venta con su pelo oscurecido por el agua, y los ojos de un azul más claro de lo normal.

- Ah ...- Balbuceé, estaba un poco cohibida. Ella me mira seria, pero no comenta nada, simplemente coge algunas cosas, metiéndose de nuevo en el baño. Guardo silencio hasta que vuelve a salir de nuevo— ¿Cómo he llegado aquí?

- Después de esa emboscada por la espalda, tuve que intervenir. Salieron corriendo a la primera. - Mira por la ventana, indescifrable. Luego me mira— Ya avisé a Dirección por ello. ¿Te sucede muy a menudo?

- ¿Por qué ha llegado a esa conclusión?

- Porque no ha dicho nada al respecto, aún.

- Porque no necesito ayuda de nadie- Susurro, pero ella al parecer escuchó.

—Que coincidencia, la mayoría decís que al principio —Bufa, socarrona.

- ¿Cómo qué más? No entendí a lo que se refiere, me miro muy fijamente y dije algo así mismo, negando la cabeza. Parece que esto es un desacuerdo en algo.

- Deberías volver a tu habitación, tu compañera debe estar preocupada.

- ¿Quién? - A cada cosa que dijiste, me he producido cada vez más absurdo todo.

- Tú ve. Y recuerda que la oferta sigue en pie. - Venta cerrando la puerta, dejándome sola. ¿Qué narices acaba de pasar? No solo me salva de la paliza de cara, sino que luego se va a dictar que una compañera se preocuparía y que la oferta se exprese en el pastel. ¿Qué oferta? ¿La de saber quién soy?

Yo también salgo al pasillo, encontrándolo solitario. No veo a nadie por ninguno de los lados, siendo lo peor que no tener ni idea en que parte estoy. En esta especie de colegio, no sé si llamamos así, conté con varios edificios, en la misma dirección. cada edificio de habitaciones tiene un sistema de escaleras y pasillos que es como un puñetero laberinto. Así no te lo conoces bien, podrías pasarte horas intentando encontrarte, respiro hondo y empiezas a caminar. En realidad, me gustaría menos de lo que esperaba encontrar la salida, al parecer, como a pocos pasillos del mío, pero cuando llego a lo que debe ser mi pasillo, el pulso se me hiela. Hay un gran tapón alrededor de la puerta donde está mi cuarto, Que obstaculiza mi campo visual, impidiendo que pueda ver qué ocurre. Intento abrirme paso, pero la aglomeración de personas me impide avanzar. Me cuesta llegar hasta ahí, y mi peor temor se cumple. Adivina, con una piel blanca como el papel y con los ojos desorbitados. Murmura algo y vi que me señala. Ada se gira, dejándome ver su preocupación. Ella se acerca poco a poco, abrazándome, pero no lo siento Todavía tengo la vista clavada en la mala cara de mi amiga. dejándome ver su preocupación. Ella se acerca poco a poco, abrazándome, pero no lo siento Todavía tengo la vista clavada en la mala cara de mi amiga. dejándome ver su preocupación. Ella se acerca poco a poco, abrazándome, pero no lo siento Todavía tengo la vista clavada en la mala cara de mi amiga.

- Pero ... - Intento decir, pero solo recibo como respuesta un abrazo más fuerte. Segundo después, sin sentido por qué, era una arca de las obras de Derikin.

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