생존자 {vic.

Ha Ri proviene de una familia adinerada, con su padre jugador de fútbol y su madre modelo, donde la apariencia suele serlo todo. Es hijo único de dicho matrimonio, sumamente deseado aunque criado más por el servicio doméstico que por sus progenitores. Tal vez su vida no fue tan perfecta como puede verse de afuera, aun así Hari se rodeó de gente bondadosa entre ellos, la familia Whu, que supo casi adoptarlo como hijo propio, y donde conoció a quien sería su mejor amigo, Ryo Kai.
Ha Ri desde pequeño se vio encantado por el fútbol, pues de los momentos que podía compartir con su padre, era haciendo este deporte que los unia aunque fuera cada tanto. Él comenzó en ello como una diversión que se fue convirtiendo en una pasión y siendo solo un adolescente, su talento era imparable, por lo cual comenzaron a llover ofertas a la familia Kim para representar al menor y el mejor postor fue nada más y nada menos que Jin Tae Won, reconocido por llevar a la cima carrera de múltiples futbolistas. Hari se convirtió en su último y mejor descubrimiento, llegado a ser casi una figura paterna más. Él era solo un joven lleno de ilusiones, que creía que todo era por y para el bien de su carrera, pero casi sin darse cuenta, su representante se volvió demasiado presente en su vida, aconsejándole, coordinándole citas, entrevistas, y todo lo que fuera para que la imagen de Ha Ri fuese más y más renocida.
Era extraño que el joven siendo tan apuesto y reconocido siguiera siendo soltero, nunca fue necesaria la charla explícita entre ellos para saber que a Hari simplemente no le gustaban las mujeres, pero tanto su crianza como el ambiente en el que crecía, le decían que su inclinación no era la adecuada, que no era correcto, que estaba mal, y el mismo quiso creerlo, fue por eso que aceptó el noviazgo con la modelo Jin Chae Young, hija de su representante. Ella era bonita, y mantenía su reputación impecable, ¿Qué más podía pedir? Fue simplemente acostumbrándose a ello, llegando a engañarse a si mismo, a decirse que tal vez podría llegar a quererle, también por eso aceptó el compromiso, y la luna de miel adelantada que su representante les regaló, sin saber, que ese viaje, sería un antes y un después en su vida.

Rae Hee es el primogénito de la familia Hwang. Criado con su hermano Myungdae en un barrio trabajador de Busan. Nunca tuvieron lujos, pero tampoco les hizo falta nada. Su madre empleada doméstica, y su padre trabajador en diferentes empresas de seguridad, hasta que gracias a un ascenso, y por un llamado de la guardia presidencial, llegó a trabajar en esa casa, pasando de ser un empleado más, a con los años, convertirse en guardaespaldas del esposo de la presidenta. Fue entonces que la familia Hwang mejoró su posición económica, pero casi perdieron a su padre, pues aquel empleo le ocupaba mucho tiempo, por eso, para estar un poco más cerca, se mudaron a Seúl. Raehee tomó el puesto de hombre de la casa a temprana edad y por desición de sus padres, al terminar la escuela secundaria, debió cumplir el servicio militar, para en un futuro, poder cubrir el puesto de Yong Ho, su padre, aunque ese no fuera su deseo.
Pasados los dos años, y habiendo extrañado demasiado su casa y familia, pudo comenzar la universidad teniendo un empleo de medio tiempo pero al poco tiempo una mala noticia hizo que tuviera que abandondarla, su padre, tras un accidente se vio imposibilitado de seguir en su puesto, tanto física como psicológicamente, pues presenció la muerte del esposo de la presidenta sin poder evitarla y siendo herido de gravedad también, el hombre pudo salvarse pero tuvo que dejar su puesto, el cual Raehee se vio obligado a tomar. Su vida cambió por completo desde ese momento, con tan solo veintiún años, pasó a ser el guardaespaldas de la famila presidencial, teniendo que dejar de lado sus propios sueños y metas, y alejándose de su hermano y su madre contra su voluntad. 

Sooyoo es el menor de tres hermanos, la oveja descarriada, el "accidente" de su padre. Pues a diferencia de sus hyungs, él no fue buscado, simplemente llegó, veinte años después, cuando ya no había ganas ni energías por parte del señor Han de cambiar pañales y dedicarle tiempo a una criatura. Fue así, que su abuela se hizo cargo de él, y que su madre a diferencia del hombre, era demasiado joven para hacerlo. 
Su abuela lo fue todo para él, si no hubiese sido por ella el niño no hubiese tenido ni un poco de amor, pero ella era la luz de sus ojos, y él, de ella. Fue criado con lo justo y necesario, pero aun así siempre fue un niño muy alegre y agradecido, no era de los mejores en su clase, pero tampoco los peores, rasguñaba las buenas notas pasando de año sin problemas.
Nunca le costó sociabilizar, por el contrario, se destacaba por ser el charlatán de su grupo, lo que de vez en vez lo metía en problemas pero solía salir de ellos. 
En la transición de su niñez a adolescencia, un chico "raro" se mudó con familia junto a su casa, y aunque al principio todo daba a parecer que no tenían nada en común, con el tiempo, ese chico se convirtió en mucho más que un amigo, Moon Young Gi terminó siendo un hermano para Sooyoo. Incluso en sus peores momentos, cuando el menor, luego de fallecimiento de su abuela, fue enviado a donde su padre, a quien poco le importaba y era como si no estuviese ahí. Younggi hizo esa tortura más corta, prometiéndole que apenas cumpliera su mayoría de edad, se irían a vivir juntos. El mayor comenzó a trabajar y a ahorrar para hacerlo, mientras que Sooyoo terminó sus estudios acompañado por un trabajo de medio tiempo para tener algo de dinero que aportar a su hyung, y así fue, apenas Sooyoo cumplió los dieciocho, ambos se mudaron a un modesto apartamento en el centro de Daegu, el trabajo de Sooyoo se volvió de tiempo completo, pero eso no importaba, mientras le alcanzara para vivir bien junto a su hyung, todo esfuerzo valía la pena. 

De padre coreano y madre tailandesa, Dongmun nació en Corea, siendo el mayor de los hijos del matrimonio Lee. Ambos niños fueron criados dentro de una burbuja, siendo demasiado protegidos, jamás les faltó nada y sus padres los llenaron de amor. Aunque Dongmun fuese un chico tranquilo, desde pequeño tuvo algunos problemas que afectaron su paso por la escuela, haciendolo un niño bastante solitario, algo que sus padres se encargaron que no afectara a la menor, mandandolos a ambos a escuelas separadas, por su cercanía en edad. Dongmun fue creciendo y encerrándose cada vez más en si mismo, tratando aquellos episodios de pánico en manos de profesionales y ayudándole a llevarlos de mejor manera, tanto a él como a sus padres. 
Siempre fue bastante tímido y reprimido, siempre evitando ir a sitios demasiado concurridos por temor a que su ansiedad apareciera, apartándose a si mismo de los chicos de su edad. 
Con el tiempo se fue acostumbrando a ello, centrándose en sus estudios y sus hobbies, sin sentirse afectado realmente por pasar más encerrado en su cuarto que rodeado de gente de su edad. Disfrutando de su música y su arte.
La secundaria no fue sencilla, aun así, siendo el alumno favorito de los profesores y al que molestaban los brabucones. Por ello, la terapia se volvió algo frecuente, también que sus padres lo llevasen y recogiesen del instituto luego de que una broma, se convirtiera en algo que volvió a despertar el pánico en Dongmun al punto de cambiarlo a la secundaria que aistía Eunsun, en su último año.
La universidad fue un nuevo comienzo, y aunque por recomendación de su terapeuta ingresó al equipo de béisbol -ago en lo que supo destacarse-, no duró demasiado, pero tuvo la suerte de conocer a Myung Dae, quien se convirtió en alguien cercano, y aunque sus personalidades no fueran similares, el menor se sentía a gusto a su lado, algo que no había pasado con la mayoría de las personas que se habían acercado a él anteriormente. Aun así prefirió mantenerse al margen de las actividades extracurriculares en las que hubiera que trabajar en equipo, él era un chico solitario desde siempre y estaba ya bien con ello. Prefirió los talleres de dibujo, y centrarse en su carrera de animación.

Nacido en cuna de oro. Codeándose con la elite de Corea desde pequeño, criado con lujos para ser el mejor. Y es que... No se puede esperar menor del hijo del fiscal general de Corea. 
Yoongsoo lo tiene todo. Desde pequeño se destacó por ser excelente en todo. Estudios, deportes, él puede con lo que sea. Tiene una mente brillante, fue casi lo que se dice un niño prodigio, siendo premiado y adulado por ello. Con el tiempo Yoongsoo fue creciendo y convirtiéndose en alguien que no se permite el fracaso, siempre debe ser el mejor en todo, no importa el precio que se deba pagar para ello, ni cuantas cuantas cabezas haya que aplastar para conseguirlo. 
Obviamente asistió a los mejores centros educativos de Seúl. Donde además de destacarse por su nivel académico y su buen rendimiento en los deportes, había algo más que lo hacía destacar entre los alumnos; Él era todo un galán. Desde siempre tuvo cierta debilidad por las mujeres, sin tener un tipo espécifico, fue bastante prematuro en el asunto y rompiendo varios corazones en el camino.
Cumplió con el servicio militar al terminar la secundaria para empezar luego su carrera de abogacía, para seguir los pasos de su padre. 
Si bien no se destaca por ser alguien amable y considerado, ha sabido sembrar amistades, y a diferencia de como se dejar ver antes el mundo, ese pequeño circulo que realmente le conoce, sabe que no es alguien realmente malo, aunque haya hecho cosas malas, no ha sido más que para mantener su imagen, y dejar en claro, que meterse en su camino no es bueno.

Hyunra es el único hijo del matrimonio Han, siendo así mimado y consentido. Siempre fue bueno en todo sin esforzarse demasiado, él tiene desde siempre eso que llaman encanto natural. 
Desde la primaria es el "niño bonito" ese del que las niñas del salón siempre hablan y al que no dejan de mirar, algo a lo que supo acostumbrarse. 
El deporte ha sido parte importante de su vida, el béisbol su gran pasión. El deporte favorito de su padre, el cual solían practicar en el jardín de su casa e ir a ver juntos en familia y mirar por televisión. 
La vida de Hyunra es bastante ocupada, siendo el capitán del equipo de la universidad, parte del comité de estudiantes de la universidad, y además, de sus clases extracurriculares de inglés, japonés y lecciones de piano, un capricho que quiso cumplirle a su madre. Él apenas tiene tiempo de ocio, también por eso -y porque ninguna chica ha llegado a calar profundo en su corazón- sus relaciones no duran demasiado tiempo, aunque si ha tenido varias pasajeras. 
Es muy meticuloso y nunca actúa si no está seguro, pero tiene una gran confianza en si mismo por lo cual las cosas suelen salirle siempre de acuerdo a lo planeado. Es el tipo de joven que prefiere pasar tiempo leyendo un libro y bebiendo té antes que salir de fiesta hasta altas horas de la madrugada, a diferencia de sus amigos, y es que con todo lo que hace, apenas si tiene tiempo para descansar en las noches.

Hay tres palabras que irían a la perfección para describir a Jesun; rebelde, atrevido, libre. 
Jesun nació en los Estados Unidos, aunque toda su familia es coreana, vivieron allí por el trabajo de su padre, quien es ingeniero en una importante multinacional. 
Jesun desde pequeño fue un niño problema, de esos que no pueden quitarle la vista de encima porque sabes que harán una travesura, volviendo loco a sus padres y haciendo renunciar a un par de niñeras. Todo lo contrario a Dae Sun, su hermano mayor por cuatro años. 
Las travesuras infantiles fueron volviéndose un poco complicadas a medida que el chico crecía, haciendo que más de una vez sus padres tuviesen que dar la cara por él en la secundaria cuando eran llamados a dirección.
Jesun siempre fue alguien que se rodeaba de problemas, y sus amistades no eran las mejores. Los poblemas comenzaron cuando sus padres ya no tenían control sobre él, se volvió un adolescente rebelde, conflictivo y su primer entrada a la comisaría hizo que sus padres tomasen la desición de volver a Corea, con la esperanza de que las cosas cambiaran.
Con dieciséis años, y contra su voluntad, comenzó al secundaria en Corea, y aunque en principio algunos le molestaban por su acento o simplemente por ser el chico nuevo, dejó en claro que no tenía problemas de patear traseros y supo ganarse su lugar en el instituto, aunque en los estudios iba de mal en peor, pues aunque en su casa se hablara en coreano, jamás había querido aprender el idioma y la educación era bastante diferente. Fue entonces que conoció a Young Ji, y aunque en principio la vio como a una más de sus conquistas, luego de conocerla, solo se fue encantando con la chica, ella era diferente a todas, y él solo quería protegerla como si fuese su hermano mayor, hasta el punto de volverse practicamente inseparables.
Luego de cumplir la mayoría de edad, quiso alejarse de su casa, pues aunque fingiera que no le importaba, vivir bajo la sombra de su hermano mayor era algo que lo tenía cansado, y sus padres, también estaban cansados de él. Algunos trabajos de medio tiempo, repartiendo pizza, vendiendo comida rápida... No era suficiente para Jesun, fue entonces que por algunos conocidos, llegó a algo un poco más peligroso, pero que dejaba mucho más dinero. ¿Qué más daba? No tenía nada que perder mientras mantuviese al margen a Young Ji y a su familia, nada podía salir mal.

Nacido en una familia Hongkonesa de clase media, Jian Qiu, es el hermano del medio de tres. Siempre han sido muy unidos, de esas familias que se reunen cada domingo con abuelos, primos, tios, y todo lo cercano. Un ambiente alegre, divertido, y un poco agotador a medida que pasa el día.
Desde temprana edad ayuda en el negocio de la familia, una florería, algo que de pequeño le ha ayudado a conquistar a las chicas que le gustan, aunque "robarse" flores no fuera gratis, pues solía llevarse algún tirónd e orejas de su madre cuando esta lo notaba.
Todo en la vida de Jian Qiu era bueno, era un buen estudiante, tenía aspiraciones, amigos... 
Todo cambió en aquel viaje en barco junto a su padre, abuelo, tio y hermano, los hombres de la familia tendrían un fin de semana inolvidable, y vaya que lo fue. La tormenta no estaba pronosticada, y los encontró en altamar, alejándolos cada vez más y más de la costa, haciendo que perdiesen señal con tierra firme y el barco se voltease. 
Jian Qiu llegó a tierra con su abuelo, pero a diferencia de él, el hombre ya mayor estaba mal herido, y no pudo hacer mucho por él. 
Los días fueron pasando, convirtiéndose en meses y luego años en donde Jian Qiu sobrevivió, creció, y se acostumbró a aquella soledad, perdiendo de a poco la esperanza de que alguien llegase por él, incluso, que alguien lo recordara. Siendo que el chico de catorce años que había llegado a la isla, no lo sabía, pero ya había cumplido veintitrés.