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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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El guardián de la diversión es el guardián de mi corazón.
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Re: El guardián de la diversión es el guardián de mi corazón.
Chapter 27
Third day[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Al terminar la película me despedí de Ethan, quien regresó a su casa, y me encerré en mi habitación.
Toqué canciones tristes en mi guitarra, y… bueno, sentí que todo el ambiente se puso triste y melancólico.
Me dormí, pensando en mi querido Otaku Friki, el guardián de mi corazón.
Al día siguiente, fui a la preparatoria y traté de prestar atención a las clases, pero nada resultaba.
No paraba de pensar en qué había pasado con Jack. No paraba de pensar en… No. No pienses eso. No le ha pasado nada, él es Jack Frost. Nada puede pasarle, ¿Cierto?
En el periodo libre, me senté sola en una mesa de la cafetería, lo más alejada de las personas posible. Me puse a dibujar a Jack jugando con unos niños en el parque, cuando sentí que alguien se sentó a mi lado.
Levanté la mirada y me encontré con mi amigo Ethan.
–Hola, Ethan. –Sonreí débilmente. Pero él no pareció tragarse mi cuento, o al menos, eso me decía su expresión.
–¿Qué te está sucediendo, Clary? –Me miró, la preocupación en su mirada era notoria y me decía que él quería ayudarme, aunque no podría.- Últimamente estás muy decaída, algo triste y solitaria.
Pensé en alguna excusa para contarle un cuento, pero finalmente dije otra cosa.
–Es solo que extraño a un amigo, no lo veo hace mucho. –Suspiré.
–¿Ese amigo del que me hablaste el otro día? –Preguntó, con suavidad en su voz.
–Sí. –Dije, casi inaudiblemente.
–Yo creo que solamente necesitas distraerte. –Me dedicó una sonrisa.- ¿Necesitas ayuda con eso?
No sé a qué se refería, pues sus ojos claros no los podía leer, así que simplemente asentí.
–Yo… no sé, me siento rara. –Confesé sin saber explicarme.
–Cierra los ojos. –Me dijo.
No se cómo ni porqué, pero obedecí.
Momentos después… Bueno, sentí sus labios sobre los míos.
Sólo necesitaba a alguien que me confortara, que me hiciera sentir mejor, así que le seguí el beso. Al separarnos me sonrió, e hice lo mismo, aunque débilmente.
–¿Mejor? –Me preguntó, suavemente. Simplemente asentí con una sonrisa pequeña en los labios.
La verdad era que ese beso me había gustado, me había reconfortado.
Pero… ¿Y Jack?
Jack era el dueño de mi corazón. No podía traicionarlo de esa manera. Ya estaba harta de esperar.
Era hora de actuar. Era hora de recuperar a mi Otaku Friki y acabar con Pitch de una vez por todas.
–Debo irme. –Dije rápidamente, tomé mis cosas y salí corriendo del lugar.
Ya en casa, dejé a Jamie a cargo, me puse mi anillo-arma y tomé una de esas bolas que tele-transportan. La lancé, diciendo “con los guardianes.”
Aparecí en lo que era, el taller de Norte, creo… Pero estaba diferente a lo que yo recordaba.
Muchas cosas fuera de lugar, y no habían señales de los guardianes o los yetis, o lo que sea. Me armé y caminé atenta, lista para disparar.
Algo no estaba bien aquí.
Vi el globo, estaba apenas tintineando, unas pocas luces encendidas.
Mierda.
Pitch de seguro le hizo algo a Jack.
Corrí buscando a Norte, Hada, o alguna señal de vida.
Encontré a Conejo semi inconsciente tirado en el piso.
–¡CONEJO! –Chillé y corrí a ayudarlo.- ¿Estás bien? ¿¡Qué pasó aquí!? –Lo miré espantada. Algo estaba muy, muy mal.- ¿¡Dónde están todos!?
Él abrió los ojos y me miró débil.
–Pitch… –Susurró, con la poca fuerza que tenía reservada.- …se llevó a todos.
–¿Qué? –Dije, incrédula y atemorizada.
¿Qué pasaría con los niños del mundo sin los guardianes? ¿Cómo había logrado capturar a todos?
–A todos… –Repitió, asustado y tosiendo.- A las haditas, a los yetis, los duendes… –Tosió de nuevo y lo miré asustada.- Y a los guardianes, también.
Me helé al oír aquello.
Este lugar no era seguro. Ya no más.
Corrí a la oficina de Norte y tomé varias bolas transportadoras, junto a algunas cosas más de un cofre guardado en una esquina, que creí que serían de mucha ayuda.
Regresé con Conejo y lancé una bola, diciendo “Con Jamie.”
Ambos llegamos a mi casa luego de que arrastrara a la bola de pelos gigante a través del portal.
Dejé a Conejo sobre mi cama, lo abrigué con muchas sábanas, ya que estaba temblando de frío.
–¡JAMIE! –Chillé, llamándolo asustada. Mi hermano entró corriendo a mi habitación, junto a los otros cuatro pequeños.
Jamie me miró espantado, luego miró mi cama y al conejo gigante en ella, y su mirada cambió a una mirada de preocupación y emoción.
–¿¡Qué le pasó!?
–Él nos explicará en cuanto se sienta mejor. –Dije, evitando que hicieran preguntas.- Arabella, Harry y Sophie, traigan agua y el botiquín. Daanial, ve por toallas. Jamie, cuídalo mientras voy a asegurar la casa, el lugar no es seguro si él está aquí.
Cuando ya todo lo que dije estaba hecho, atendí a Conejo, quien se encontraba mucho mejor.
–¿Estás mejor? –Pregunté. Él asintió.- ¿Qué pasó allá, Conejo? –Pregunté, asustada por su respuesta.
–Estábamos tratando de localizar al refrigerador andante… –Comenzó a contar.- …Cuando oímos a los yetis gritar, y a Hada decir que sus haditas estaban en peligro. Luego pasó. Sentí un duro golpe en la cabeza que me dejó inconsciente, oí a los guardianes luchar con pesadillas y gritar. Escuché a Pitch reír, luego vi una sombra de alguien más, luego se rompieron las ventanas del taller y sentí frío entrar, congelando todo. Luego todo quedó en silencio, y… después llegaste, Clare.
Mierda. No debí esperar tanto para hacer algo.
Si tan sólo hubiera actuado antes.
–Lo siento, Conejo. –Bajé la mirada, avergonzada por mis acciones.- Todo es mi culpa. –Se me cristalizaron los ojos.- Pitch me había capturado, y Jack se intercambió por mí. Dije que si no aparecía en los próximos tres días, iría a buscarlos, pero… Esperé demasiado. Todo esto es culpa mía. –Sollocé, rompiendo en llanto.
Loki.
Re: El guardián de la diversión es el guardián de mi corazón.
Chapter 28
Pitch's cave[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
–No es culpa tuya. –Me miró, serio.- Tenemos que rescatarlos y vencer a Pitch.
–No podremos hacerlo solos. –Sonreí. Se me había ocurrido una gran idea. Le susurré algo a Jamie, y éste rió, para luego salir de la casa, corriendo hacia el parque.
Momentos después, muchos niños estaban en casa, emocionados.
Alguien más tocó el timbre, y al abrir la puerta, vi que Val, Alex, Mateo, Sebastian e incluso Ethan estaban en la puerta de mi casa.
Los dejé pasar y los llevé a mi habitación, donde Conejo reposaba.
–Niños, estamos en problemas. –Comenté, hablándole a los amigos de Jamie.- Capturaron a Sandman, a Santa Claus, al Hada de los dientes y a Jack Frost. –Dije, tragando con dificultad al mencionar aquel nombre.
–Y cada uno tiene una misión muy importante. –Habló mi hermanito, notando que me dolía seguir hablando. Asentí.
–Quiero que cada uno de ustedes transforme a las pesadillas en sueños. –Sonreí de lado.- Solo deben pensar en algo que adoren y tocan a la pesadilla. Así es como la transforman. No hay ningún peligro.
–¿Y qué vas a hacer tú? –Preguntó una chica peli-negra de ojos verdes.
–Iré con Jamie y estos amigos a rescatar a los guardianes. –Dije, con seguridad.
La pequeña peli-negra asintió.
–Vale. –Dijo ella y luego se acercó a mi hermano. Arqueé una ceja, observando atentamente sus movimientos.- Ten cuidado, Jamie. –Y lo abrazó. Sonreí al ver que las mejillas de mi hermano se tornaban rosadas al corresponder el abrazo.
–Tú también, Kate. –Sonrió mi hermano, aún sonrojado.
Luego, todos los niños –excepto mi familia– corrieron fuera de mi casa. Mis cinco amigos me miraron con una cara de bicho raro.
–Sé que es difícil de creer. –Dije, suspirando.- Pero todo esto es real. –Los miré con súplica, esperando que no quisieran mandarme a un manicomio.- Por favor… Ayúdenme a salvar a mis amigos. –Sentí mis ojos aguarse.
–Yo estoy contigo, aunque estés un poco loca. –Rió Val, poniéndose a mi lado. Sonreí, agradecida.
–Sabes que te seguiré a todas partes, mujer. –Sebastian asintió, sonriéndome de lado.
–Yo voy con ustedes. –Sonrió Mateo. Mi sonrisa se expandió más.
–Y yo. –Ethan se unió también. Alex estaba por unirse pero lo detuve.
Sonreí débilmente y me acerqué al chico.
–Alex, ¿podrías quedarte aquí y cuidar de mis primos y de Sophie? –Sonreí de lado. Alex asintió, sonriendo también.- Gracias. –Lo abracé, con todas mis fuerzas. Tenía el presentimiento de que algo saldría mal. Al separarme miré a Conejo.- Conejo…
–¡Andando! –Conejo se levantó de mi cama de un salto y tomó sus boomerangs. Val lo miró con la boca abierta. Había comenzado a creer y lo estaba viendo.
–Sí, sí. –Dije, sonriente.- Es el conejo de pascua. ¡Ahora vamos a salvar a mis amigos!
–¿Eh, Val? –Sebastian susurró una pregunta inaudible, pero Val lo calló, señalando a Conejo. Al parecer el chico no vio nada.
–Vamos. –Afirmó Ethan, aún extrañado por la situación, ya que no veía a Conejo.
Saqué una de las bolas tele-transportadoras de Norte y susurré “A la entrada de la guarida de Pitch.” Y la lancé contra la pared. Al instante un portal se abrió allí.
–¡Todos crucen el portal! –Exclamé. Primero fue Conejo, seguido de un dubitativo Mateo, un confundido Ethan, una emocionada Val, un incrédulo Sebastian, luego Jamie y finalmente yo.
Saqué mi arco y coloqué una flecha en éste. Conejo sacó sus boomerangs y los demás se pusieron en posición de combate.
–¿De dónde sacaste ese arco y flechas? –Preguntó Sebastian, frunciendo el ceño en modo de confusión.
–Eres… el… yo… tú… –Balbuceó Mateo. Rodé los ojos. Había podido ver a Conejo. Sólo faltaba que Ethan y Sebastian creyeran.
–Ve tú primero. –Susurró Jamie a Conejo. Negué y me interpuse en su camino.
–Tú tienes un arco y flechas, y he visto lo que puedes hacer. –Dijo Conejo, mirándome.- Me siento mejor si vas cubriendo nuestra retaguardia.
–Está bien, pero vayan con cuidado. –Dije, amenazante.
Conejo entró primero, luego fue Mateo, Val, Ethan, Sebastian, después Jamie, y yo fui última. Era una especie de cueva oscura, justo donde días antes me encontraba encarcelada en una jodida celda.
Una nube de humo negro nos rodeó y nos pusimos espalda contra espalda. Muchas pesadillas se abalanzaron sobre nosotros y comenzamos a pelear contra ellas. Oí el grito de Val y el de Jamie. Luego vi a cinco pesadillas abalanzarse sobre mí.
Sentí que todo se volvió negro y poco a poco mi conciencia me abandonó.
Loki.
Re: El guardián de la diversión es el guardián de mi corazón.
Chapter 29
My voice[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Al despertar, noté que me encontraba en una especie de mini-celda. Intenté levantarme pero no lo logré, ya que me tambaleaba mucho. Observé a mí alrededor. No tenía mi arco, y me encontraba en una de esas jaulas que colgaban de la cueva.
Busqué a los demás con la mirada. Jamie, Val, Ethan, Sebastian, Mateo y todos los demás guardianes también se encontraban ahí. Todos… excepto uno.
–¿Dónde está Jack? –Pregunté, nerviosa y preocupada.
Él no se encontraba en ninguna de las otras jaulas. Norte me dedicó una triste mirada y yo sentí mi corazón partirse en diez mil pedazos. Él no podía haber… No. Simplemente no. Sentí mis ojos aguarse y no me atreví a decir nada más.
–¡Qué bueno que ya todos estemos aquí! –Sonrió Pitch, apareciendo de entre las sombras de su cueva.- Aunque, me sorprende que ustedes hayan necesitado ayuda de inútiles humanos que no creen… –Señaló a mis amigos y a mí.
–¡Nosotros sí creemos, bastardo! –Gritó Sebastian, en nuestra defensa. Lo miré, tratando de dedicarle una sonrisa. Había comenzado a creer también.
–¡Sí, claro! –Carcajeó Pitch.- Como sea, quiero presentarles a mi nuevo aliado. Juntos, ¡conquistaremos el mundo! –Gritó, para luego soltar una risa malévola.
–Já. ¿Quién se aliaría contigo, Black? –Reí ásperamente, de manera burlona.
Pitch no dijo nada. Simplemente me miró con una gran sonrisa malévola y chasqueó sus dedos.
Pronto, de las sombras, salió… No.
No.
No.
Esto es imposible.
Era… Jack.
No.
Este no era MI Jack.
Este Jack tenía los ojos amarillos como los de Pitch, el cabello se le había oscurecido, ahora estaba negro como la noche. Y su buzo azul, ya no era azul. Estaba más oscuro.
–¡Jack! –Chillé con fuerza, sujetando las barras de mi jaula tratando inútilmente de que me prestara atención.- ¿¡Qué le hiciste, jodido imbécil!? –Grité, furiosa.
–Yo no le hice nada. –Sonrió.- Él se dio cuenta de qué lado es el ganador, de qué lado jamás lo lastimará.
Parpadeé. No sabía de lo que estaba hablando este idiota.
–¡Jack! –Grité, intentando hacer que me oyera, pero ni siquiera volteaba a mirarme.- ¡Jack! –Un sollozo escapó de mi boca, acompañado de débiles lágrimas.- ¡Jack! ¡Soy yo!
Jack voló hacia mí con su cayado y se detuvo delante de mi jaula. Lo miré a los ojos, él reflejaba venganza, odio y… dolor.
–Tú no eres nadie. –Gruñó. Su voz era la de él pero… tenía un sonido amargo.- Gracias a ti, capturamos al último guardián que nos hacía falta. Y nuestra venganza será… –Cerró los ojos y sonrió.- …exquisita. –Abrió los ojos, rió y voló junto a Pitch.
–¡Frost! ¡Traidor! ¡Jamás debimos haber confiado en ti! –Gritó Conejo, dolido.
–Ahora, si nos disculpan, tenemos a unos niños que aterrorizar. –Dijo Pitch, antes de desaparecer en una nube de humo negro con el oscuro Jack.
Me hice bolita y comencé a llorar sin control.
–¡Clary! –La voz de Ethan gritó desde unas cuantas jaulas más allá de la mía.- ¡Clary! ¡Hijos de puta, libérenme! –Gritó, buscando a Pitch o a alguien que pudiera ver. Pero él ya se había ido a quién sabe dónde.
Ignoré el llamado de Ethan y hundí mi cara en las rodillas.
Jamás creería que Jack me haría esto a mí. Que nos haría esto a nosotros.
¿Me mintió todo el tiempo? ¿Todo el tiempo estuvo del lado de Pitch? ¿Algo de lo que pasamos juntos fue real? ¿O Pitch lo manipuló de alguna manera?
–¿Clary? –Oí la voz de Ethan de nuevo, con esa calidez, característica tan suya.- ¿Te encuentras bien? –Preguntó, luego de varios minutos.
Cerré los ojos con fuerza. Les di la espalda a todos y los ignoré. Estaba muy dolida, y con el corazón partido en millones de pedacitos.
–¡Ustedes, guardianes! ¡Sáquennos de aquí! –Oí de nuevo la voz de Ethan, se oía molesto.
Al menos había comenzado a creer también.
–Si pudiéramos, ya lo habríamos hecho, chico. –Respondió Conejo, con sarcasmo.
Cerré los ojos, me limpié las lágrimas, e hice lo que más me gusta hacer. Comencé a cantar. Porque recordé que esa era un arma a mi favor, y comencé a cantar la canción que había escrito para Jack mientras estaba prisionera aquí.
Escuchar canción mientras leen: (https://www.youtube.com/watch?v=2kltwYSwtXQ)
Transmití todos mis sentimientos con esa canción. Demostré cuánto me dolía el jodido corazón.
–I don't want to make a scene
I don't want to let you down
Try to do my own thing
And I'm starting to figure it out
That it's alright
Keep it together wherever we go
And it's alright,
oh, well, whatever everybody needs to know
You might be crazy
Have I told you lately
that I love you?
You're the only reason that I'm not afraid to fly
And it's crazy
that someone could change me
Now—no matter what it is I have to do—I'm not afraid to try
And you need to know that you're the reason why
I don't even care when they say
You're a little bit off
Look 'em in the eye, I'd say,
"I could never get enough."
'Cause it's alright
Keep it together wherever we go
And it's alright,
oh, well, whatever everybody needs to know
You might be crazy
Have I told you lately
that I love you?
You're the only reason that I'm not afraid to fly
And it's crazy
that someone could change me
Now—no matter what it is I have to do—I'm not afraid to try
And you need to know that you're the reason why
If it was raining, you would yell at the sun
Pick up the pieces when the damage is done
You say it's just another day in the shade
But look at what a mess we made
You might be crazy
Have I told you lately
that I love you?
You're the only reason that I'm not afraid to fly
And it's crazy
that someone could change me
Now—no matter what it is I have to do—I'm not afraid to try
And you need to know that you're the reason why
You might be crazy
Have I told you lately
that I love you?
You're the only reason that I'm not afraid to fly
And it's crazy
that someone could change me
Now—no matter what it is I have to do—I'm not afraid to try
And you need to know that you're the reason why
I don't want to make a scene
I don't want to let you down…
Al terminar la canción, decidí hablarles a los demás, pero noté que algunos derramaban lágrimas de tristeza, y otros simplemente tenían la cabeza baja, y sus ojos reflejaban tristeza pura.
Miré a las pesadillas que nos vigilaban, ellas también estaban con las cabezas bajas y sus ojos mostraban dolor y tristeza, justo lo que yo sentía en ese momento. Entonces me di cuenta de mi don.
Me puse de pie como pude, cerré los ojos y traté de concentrarme en mi voz. Respiré profundamente varias veces y grité tan fuerte como pude. Grité, intentando concentrar el sonido de mi voz en mis manos, para dirigirlo hacia las rejas de mi jaula.
Me sentí como una banshee de aquella serie Teen Wolf, aunque claro, yo estaba muy segura de que no lo era.
Sentí que algo se rompió. Entonces abrí mis ojos, y me encontré con la libertad. Las barras de metal de mi jaula se habían quebrado, y ya podía escapar.
–¡Hermana! ¿Cómo hiciste eso? –Preguntó Jamie, con una gran sonrisa y emoción reflejada en su mirada.
–No tengo idea. –Confesé, antes de saltar fuera de mi jaula y caer en el suelo. Me dolieron mis tobillos, pero ahora mismo había cosas más importantes de qué preocuparse.
Corrí hasta nuestras armas, que se encontraban por ahí. Rápidamente tomé mi arco y flechas, y comencé a dispararle a las pesadillas vigilantes, hasta que logré acabar con ellas.
Suspiré y tomé los boomerangs de Conejo, lanzándoselos. Tomé las espadas de Norte, y se las lancé. Busqué en mi bolsillo y… ¡bingo! Aún tenía una bola tele-transportadora más.
–Chicos, voy a detenerlos. Libérense y… los veo allá. –Dije, antes de susurrar.- Con Pitch y Jack. –Y lancé la bola contra una pared.
–¡Clary, espera! –Oí el grito de Ethan. Me detuve y lo miré.- Ten cuidado. –Dijo.
Asentí y me lancé al portal.
Loki.
Re: El guardián de la diversión es el guardián de mi corazón.
Chapter 30
Let the final battle begin[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Al llegar al otro lado del portal, me encontré con muchos niños llorando acorralados por pesadillas en la calle.
El ambiente de la noche estaba oscuro y sombrío, hacía mucho frío, y todo parecía estar sin esperanza.
Busqué con la mirada a Pitch y a Jack, y los vi riendo desde una gran masa de humo oscuro en el cielo. Sabía que no tenía oportunidad contra ellos, pero tenía que salvar a los niños que podía.
–¡Niños! –Los llamaba, gritando con fuerza.- ¡Estas cosas no son reales! ¡Desaparecerán si piensan en algo bonito! –Grité, siendo ignorada por los niños.
Demonios, ¿Cómo llamo su atención?
Rodé los ojos y coloqué tres flechas en mi arco. Apunté a tres pesadillas que rodeaban a un grupo de niños y disparé.
Las tres pesadillas se desvanecieron. Ayudé a varios niños así, y estos me siguieron, buscando protección.
–Escuchen, no voy a poder sola. –Los miré.- ¿Quieren ayudarme? –Rogué con la mirada. Los niños asintieron.- Necesito que piensen en lo que les haga más felices y con ese sentimiento toquen a una de esas pesadillas. ¿Pueden hacer eso?
–¡Sí! –Exclamaron los niños y corrieron a hacer lo que les había ordenado.
Los niños comenzaron a transformar varias de las pesadillas de Pitch en sueños de Meme.
Sonreí, orgullosa y noté que varias pesadillas me acorralaron. Pero estas no eran pesadillas normales. Eran pesadillas con una especie de armadura de hielo.
Joder, Frost. Te odio.
Les lancé varias flechas a las pesadillas, pero éstas se quedaban incrustadas en el hielo que las protegía. Varias pesadillas me atacaron, así que opté por mi única alternativa: correr.
Salí disparada, evitando a las pesadillas, hasta que oí un silbido que reconocería en cualquier lugar. Giré para ver de dónde venía y vi a mi hermano menor hacerme señas desde una terraza.
Subí por los techos de las casas hasta Jamie y, muy cansada, esperé a las pesadillas.
–¡Hermana! –Me gritó. Giré para verlo, nerviosa y él sonreía, con un micrófono en la mano. Fruncí el ceño.
Observé a Ethan, Val y Mateo e incluso Sebastian estaban allí, y cada uno tenía un instrumento en manos, conectado a grandes estéreos. Ethan estaba listo para tocar el bajo, Mateo tenía una guitarra eléctrica, Sebastian tenía un teclado y Val estaba sentada para tocar la batería.
–¡Haz lo que mejor sabes hacer! –Dijo mi hermano, antes de lanzarme el micrófono, que atrapé en el aire.
–No sé si funcione, Jamie. –Dije yo, muy nerviosa.
–¡No hay tiempo para dudar! ¡Conectamos estéreos en todas partes con muchos cables y ayuda de los guardianes! –Gritó Val, muerta de miedo.- ¡Listos o no…! ¡Cinco, seis, siete, ocho!
Y Val comenzó a tocar la batería. Pronto Mateo, Sebastian y Ethan se le unieron.
Reconocí la canción al instante y les sonreí, porque lo que decía la canción, era lo que estaba sintiendo en ese momento, y era justo lo que necesitaba para vencer a las pesadillas con armadura.
Reproducir canción mientras leen: (https://www.youtube.com/watch?v=nEO139KXB6s)
–I just missed my exit
Last night I lost my keys
I'm fumbling over the words
I don't feel a bit like me
These days…
Las pesadillas con armadura llegaron a nosotros, pero no nos atacaron, era como si un campo de fuerza nos protegiera.
–I would be a liar if I said I was fine
But I can't help being honest
And I know now is not the time
'Cause...
The truth is I'm fallin' to pieces
Anytime that you're around
Trouble is the truth keeps slippin' out
Ooh..
Miré al oscuro Jack, quien estaba en la masa de humo negro con un ceño fruncido.
–Can't seem to hide what I'm feelin'
Can't believe what I'm sayin' out loud
Truth is there's no turnin' back now
I guess I should've learned how to lie a little better.
Dejé de ver al oscuro Jack y miré mal a las pesadillas mientras bailaba con mi música. Me acerqué al borde de la terraza y miré a los niños de la calle.
Ellos me sonrieron y sentí que se armaron de valor para correr hacia las pesadillas con armadura y volverlas sueños de Meme con algo de agua.
Sonreí. Les había dado valor a los niños para enfrentar a sus temores.
–Been trying to cover
This heart out on my sleeve
Been set on playing this down
But i think you're catchin' on to me
The truth is I'm fallin' to pieces
Anytime that you're around
Trouble is the truth keeps slippin' out
Oh
Can't seem to hide what I'm feelin'
Can't believe what I'm sayin' out loud
Truth is there's no turnin' back now
Well, I guess I should've learned how to lie a little better
Sonreí ampliamente y bailé feliz con mi canción. Noté una intensa mirada sobre mí y por instinto supe que era el oscuro Jack, quien estaba muy, muy molesto.
–I'm losing this battle
With every word I say
Wish I had a better lesson
Of not givin' myself away
'Cause...
The truth is I'm fallin' to pieces
Anytime that you're around
Trouble is the truth keeps slippin' out
Oh
Can't seem to hide what I'm feelin'
Can't believe what I'm sayin' out loud
Truth is there's no turnin' back now
Well, I guess I should've learned how to lie a little better
Well, I guess I should've learned how to lie a little better
Al terminar de cantar, vi que el oscuro Jack y Pitch bajaron de su masa de humo negra y se colocaron delante de todos nosotros, muchos de los niños comenzaron a reír y a perseguir a las pesadillas que ahora escapaban.
Sonreí al darme cuenta de algo, y luego Pitch se volvió loco y desesperó al ver que los niños ya no le temían de nuevo.
El oscuro Jack sonrió con malicia y apuntó a Jamie con su cayado. Entré en pánico y miré al oscuro Jack suplicante.
–Jack. Por favor. No lastimes a Jamie. –Lo miré, temiendo por mi hermanito.- Jack. Por favor. –Rogaba, mientras mis ojos se cristalizaban y todos los demás se quedaban paralizados.
El oscuro Jack me miró unos segundos y yo rogaba que alguien hiciera algo para ayudar a mi hermano. No quería que lo lastimaran. No permitiría que le hicieran daño.
–¡CLARE! –Oí un grito conocido y giré.
Loki.
Re: El guardián de la diversión es el guardián de mi corazón.
Chapter 31
The day after war[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Conejo me había lanzado una especie de lanza dorada que atrapé en el aire y, sin pensarlo dos veces, la lancé hacia el oscuro Jack, clavándola en su costado.
Él gimió de dolor, y me lanzó trozos de hielo puntiagudos como estacas con su cayado.
Logré esquivar varios, pero uno de ellos se incrustó en mi vientre y me sentí caer, cuando un dolor inmenso me invadió.
Tratando de no preocupar a los demás, me quité rápidamente el trozo de hielo de mi cuerpo y me levanté como pude, para acercarme al oscuro Jack mientras mi herida comenzaba a sangrar.
Noté que el lugar en el que se había clavado la lanza de Meme, comenzaba a herir al oscuro Jack, quien se quejaba de dolor y se encontraba en el suelo, agonizante.
Pitch entró en pánico y desapareció junto a sus pesadillas. Sentí mis ojos aguarse al recordar todo lo vivido con Jack y miré a Norte, suplicante.
–¿Qué le está pasando? –Pregunté, en un hilo de voz mientras me encontraba presionando una mano contra mi herida para evitar la hemorragia que aún no habían notado los demás.
–Ha entrado oscuridad a su corazón. –Comenzó a explicar.- Si la oscuridad es mayor que la luz dentro de él, morirá.
–¿Y si no? ¿Sobrevivirá? –Tenía una pequeña esperanza de que este espíritu volviera a ser el Jack al que yo amaba y trajera diversión a los niños una vez más.
–Creo que todos ya sabemos qué es lo que pasará con él. –Dijo Val, señalando sus ojos y su cabello.
Miré al oscuro Jack a los ojos, y vi que aún eran amarillos como los de Pitch.
–Jack. –Dije, tomando entre mis manos la cara helada del oscuro chico.- Por favor. –Una lágrima rebelde resbaló por mi mejilla.- Regresa. Vuelve a ser tú. Este no eres tú. Tú eres divertido, arrogante, egocéntrico y un amor de persona.
Solté un pequeño sollozo mientras el oscuro Jack me miraba con dolor, la lanza lo estaba matando, no lo estaba salvando.
–Jack. Dijiste que nunca me dejarías. Dijiste que siempre serías mi Otaku Friki, y que yo siempre sería tu niña grande. Nunca me dejaste, incluso cuando ni yo misma me soportaba. –Lo miré a los ojos y pude ver un pequeño destello azul. Aún había esperanza. Aún podía ser salvado.- No me dejes ahora. –Susurré.
–No te dejaré. –Susurró, y luego sonrió, con malicia. Fruncí el ceño con confusión.- Te llevaré conmigo.
Acto seguido, me clavó otro trozo de hielo en forma de cuchillo en mi vientre, y con eso, caí al suelo, quejándome de dolor.
Mierda.
–¡Hermana! –Chilló Jamie, corriendo para arrodillarse a mi lado.- ¡No! ¡No! ¡No! –Sentí sangre llegar a mi boca y un gran dolor invadió todo mi cuerpo, no podía ponerme de pie. Ni siquiera podía moverme.
¿Es que acaso iba a morir?
No podía morir.
No podía dejar a mis hermanos solos.
No podía.
Pero el dolor era demasiado…
–Jamie… está bien. –Dije, mirando con tristeza a mi hermano.
–¡Clare! –La voz de Conejo aproximándose se escuchó distante.
Él se arrodilló a mi otro lado y me miró con dolor.
Pude ver sus ojos cristalizados y sentí que los míos se aguaron también. Todos sabíamos cómo iba a terminar esto.
–¡Clare! ¡No! –Esa voz sí la reconocí, aunque parecía estar a millas de distancia.
Esa era la voz de Jack.
De MI Jack.
–¡No te acerques, maldito bastardo traidor! –Gritó Conejo, sacando su boomerang de forma amenazante.
Observé a Jack como pude, aunque mi vista había comenzado a nublarse. Su cabello había vuelto a ser blanco.
Ese era el Jack verdadero. El Jack que yo amaba.
La lanza de Meme lo había salvado.
–Deja… que se acerque… –Susurré como pude.
Conejo, muy furioso, se movió para conceder mi deseo.
Jack corrió y se arrodilló a mi lado, colocando una mano sobre mi herida, como si eso ayudara en algo.
–Clare… No… Yo no quise… –Sus azules ojos brillantes reflejaban puro dolor y tristeza, pero sobretodo… arrepentimiento.- Todo esto es mi culpa. Nunca me lo voy a perdonar. Yo hice todo esto. –Una lágrima corrió por su mejilla y se congeló a medio camino.
–No fuiste tú. –Dije, secando con una mano su lágrima congelada.- Ese… no eras tú.
–No me dejes, hermana. –Rogó Jamie, tomando mi otra mano.- Por favor…
–Estaré bien. –Lo miré, y una lágrima se me escapó de los ojos, era hora de decirle la verdad, aunque fuera de otro modo.- Estaré con mamá y papá. –Susurré, sintiéndome más débil.
El dolor incrementó, y dejé de sentir mis piernas y mis brazos. Era obvio lo que iba a suceder.
Tenía que despedirme.
Y había tantas cosas que tenía que decir…
Todo se ve borroso… A penas puedo distinguir los rostros de todos, frente a mí.
–Clare… Quédate conmigo, no te atrevas a cerrar los ojos. –Sollozó Jack, tomando mi mano y apretándola contra su pecho.
–Gracias a todos por ser parte de mi vida. –Susurré, con la poca fuerza que me quedaba. Miré a los que se encontraban a mí alrededor.
Val, Mateo, Ethan, Sebastian, los guardianes y Jack, Jamie y algunos otros niños también. Miré los azules ojos de Jack una vez más, y sonreí nostálgica, recordando todo lo que había vivido con él.
–Te quiero, Otaku Friki. Qué bueno que volviste a ser tú. –Susurré.- Y… ¿Jack?
–¿Sí, Clare? –Preguntó, mirándome con tristeza. A penas pude distinguir sus ojos, eran como dos manchas azules.
–Ya sé cuál es mi centro. –Fue lo último que dije, antes de cerrar los ojos, sin borrar mi débil sonrisa.
Y entonces, todo se volvió negro.
Loki.
Re: El guardián de la diversión es el guardián de mi corazón.
Chapter 32
Regret[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Jack
–Ya sé cuál es mi centro. –Dijo Clare, con una hermosa sonrisa triste y débil, para después cerrar sus azules ojos.
Entré en pánico al sentir que su mano dejó de hacer presión sobre la mía.
–Clare. Clare. Clare. –Dije, intentando despertarla. No se movía.- No. No. No. –La cargué en brazos y tomé mi cayado.- ¡No te dejaré morir así! –Grité, para luego salir volando hacia un hospital humano.
Al llegar, la dejé recostada en la puerta de emergencias y llamé la atención de los paramédicos lanzándoles bolas de nieve.
–¡Preparen la sala de operaciones! –Oí gritar a uno de los paramédicos, mientras subían a Clare a una camilla y se la llevaban dentro del hospital.- ¡Su pulso es débil!
Me senté en el suelo y me hice bolita, comenzando a llorar.
Yo le había hecho eso a Clare. Yo le había clavado dos veces estacas de hielo.
¿Por qué dejé que Pitch me influenciara? ¿¡Por qué!?
El hecho de que Clare haya besado a ese chico Ethan no me daba derecho a hacerle eso. No me daba el derecho de traicionarla. De traicionar a los guardianes. De traicionar a los niños del mundo.
¿Por qué me dejé llevar por los celos? ¿Cómo pude ser capaz de herir a la única persona que he amado desde que soy Jack Frost?
–Frost. Vas a pagar lo que le has hecho a Clare. –Oí la voz de Conejo detrás de mí.
Me levanté y lo miré con el ceño fruncido, limpiándome las lágrimas.
–Harás lo que quieras conmigo cuando sepa que Clare está bien. –Dije, frío y serio.
–Tú no vas a volver a ver a mi hermana nunca más en tu vida. –Dijo Jamie, bajando del trineo de Norte.- Vete, Frost. –El pequeño tenía los ojos hinchados y rojos, y su voz estaba quebrada.
–No mereces estar aquí. Clare te quería, Jack. –Hada me miró con decepción, su mirada reflejaba dolor.
–¡Tú! –Una pelirroja loca que tenía lágrimas cayendo por sus mejillas se me acercó y me dio una cachetada.- ¡Tú le hiciste esto a Clarisse! ¡Date por muerto! –Gritó entre lágrimas. No dije nada, merecía eso y más.
–¡Hijo de puta! –El tipo que había besado a Clare se acercó a mí y me golpeó en la cara con un puño. Fruncí el ceño y estuve a punto de reaccionar, pero Norte lo puso detrás de él.
–Lárgate. Tú no mereces nada, chico congelado. –Habló un rubio.- Vete antes de que de deje sin cubitos de hielo. –Fruncí el ceño y salí volando.
Decidí volar hacia la casa de Clare, donde encontré a sus tres pequeños primos y a Sophie, junto a un chico castaño.
–¡Jack! –Los cuatro pequeños corrieron a abrazarme y les correspondí, algo triste. No tardarían en odiarme al enterarse de la historia.
–¿Qué pasó? ¿Dónde están Agus y Jamie? –Preguntó la pequeña Sophie.
Agus.
Así era como sus hermanos llamaban a Clare.
–Llegarán a casa un poco más tarde, ¿está bien? –Traté de sonreír, y la pequeña asintió, sonriendo.
Clare
Me encontraba en una especie de túnel, donde había muchos grafitis y cosas escritas en las paredes. Una gran luz blanca llamó mi atención, y supe ahí que iba a morir.
Suspiré y decidí aceptar mi destino, comenzando a caminar hacia esa luz.
Al llegar al final del túnel, vi un hermoso campo lleno de flores de colores, pastos verdes y lagunas de aguas cristalinas.
Si esto era morir, no podría pasarla tan mal, ¿Cierto?
Noté dos caras conocidas también. Ambos vestían ropa completamente blanca, mientras que yo aún estaba con mis jeans azules y mi camiseta gris.
–¡Mamá! ¡Papá! –Grité y corrí a abrazar a ambos, y los dos me devolvieron el abrazo con una gran sonrisa.- ¡Los he extrañado! ¡No tienen idea de cuánta falta me han hecho!
–Pequeña, lo sabemos. –Dijo mi madre, con una voz tan dulce como la miel, y me sentí completa y feliz.- Y siempre estamos contigo. Aquí. –Colocó su mano en mi pecho, donde se encontraba mi corazón.
–Hija, aunque quisiera tenerte de vuelta, tus hermanos te necesitan. –Dijo papá, acariciando mi mejilla como solía hacerlo cuando era una pequeña niña.- Todavía puedes tomar una decisión.
–¿Una… Decisión? –Pregunté, confundida.- ¿Qué decisión?
–Tu ropa. –Dijo mamá, señalándome.- Aún es de color. Eso significa que aún puedes vivir. Tu alma todavía está conectada con tu cuerpo.
–Si regresas ahora por ese túnel, vivirás. –Sonrió papá, dándome ánimos.- Pero si te quedas, bueno… te quedarás con nosotros aquí…
–Si me quedo, moriré. –Dije, ambos asintieron.
–No tienes mucho tiempo, pequeña. –Papá señaló el túnel.- Debes decidir.
Me llené de nervios, pero pensé en mis hermanos.
Ellos ya habían perdido a mamá y a papá.
No podían perderme a mí también.
Mis hermanos me necesitaban.
–Jamie y Sophie me necesitan. –Dije finalmente, dando a conocer mi opinión.
–Cuídalos por nosotros, mi amor. –Mamá me abrazó. Le devolví el abrazo con fuerza.
–Lo haré. Los amo. –Sonreí. Y comencé a caminar de regreso al túnel.
–También te amamos, hija. –Dijeron al unísono.
–Siempre estaremos contigo. –Dijo papá, luego de besar mi frente cariñosamente.
Asentí con una sonrisa y comencé a correr por el túnel, hasta que cerré mis ojos. Al volver a abrirlos, noté que me encontraba en una sala extraña, y me encontraba rodeada de… ¿médicos?
–¡Volvió! ¡Volvió! –Gritó una enfermera.- ¡Anestesia! ¡Necesitamos sedarla! –Y sentí que mis ojos se volvieron a cerrar, dejando todo a mí alrededor negro.
Loki.
Re: El guardián de la diversión es el guardián de mi corazón.
Chapter 33
Waking up[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Cuando volví a abrir mis ojos, vi a un cansado Ethan tomando mi mano, él estaba sentado en una silla y dormía apoyado en la cama.
Esa escena me causó ternura y sonreí levemente. Giré para ver al otro lado, y a través de un vidrio transparente vi a Val, Alex, Mateo, Sebastian y a mis tíos, a mis pequeños primos y a mi abuela.
Todos me sonrieron emocionados y les devolví la sonrisa.
–¡No me dejaste! –Exclamó Jamie, entrando a la habitación y subiéndose a la cama para darme un abrazo.
Le correspondí como pude, pues me dolía mi vientre, donde seguro tenía varios puntos.
–Jamie, no puedes entrar así nada más. –Dijo mi tía Hannah desde la puerta, y Val entró sigilosamente para despertar a Ethan con un golpe en la cabeza.
–¡Au! –Se quejó, para después mirarme y sonreír ampliamente.- ¡Clary! ¡Despertaste! –Exclamó con una sonrisa de felicidad y me abrazó también, con cuidado de no lastimarme.
–Vámonos, tarados. –Susurró Mateo, luego de besar mi frente suavemente.
–Quiero que se quede mi hermano. –Dije, mirando a Jamie con una sonrisa triste.
Todos asintieron y salieron, dejándome sola con Jamie. La tía Hannah cerró la cortina de la ventana, permitiéndome privacidad con mi hermano.
Tenía que hablar con él sobre nuestros padres, él ya sabía que no iban a volver, tenía que contarle todo.
–Jamie… –Comencé a decir, siendo interrumpida por el pequeño.
–Mamá y papá ya no van a regresar, ¿cierto? –Me miró triste. Lo miré con la misma tristeza y negué, sin decir nada.- Bueno, me alegra que tú no nos hayas dejado también. –Trató de sonreír, pero sabía que él estaba triste.
En ese momento un portal se abrió en la pared, y de allí salieron los guardianes.
Todos, excepto… excepto Jack.
–¡Miren quién despertó! –Sonrió Norte, mirándome sonriente.
–¡Clare! ¡No moriste! –Conejo corrió hacia mí y me abrazó. Sonreí y le devolví el abrazo, pues era como un peluche gigante y… ¿Cómo no abrazarlo?
–Gracias a ti logramos vencer a Pitch. –Sonrió Hada, y le devolví la sonrisa.
–¿Y… Jack? –Pregunté, sintiendo un nudo en mi garganta. Algo no andaba bien, tenía una corazonada.
–¿Tú… quieres verlo? –Gruñó Conejo.- ¡Él fue quien te hizo esto!
–No fue él. –Gruñí de vuelta.- ¡El que me hizo esto no era él! ¡Era una forma oscura de él, que Pitch quiso controlar!
–Jack no va a ver a mi hermana mientras esté en este hospital. –Dijo Jamie, serio. Lo miré atónita.
¿En serio todos se habían enfadado con él por esto?
¡Pero ese no era él! ¡No me imagino cómo se debe estar sintiendo en estos momentos!
–Yo quiero verlo. –Dije, mirando seria a Jamie.
–Cuando estés sana. –Me respondió, serio.
Meme me miró y sobre su cabeza hizo un pequeño símbolo de arena de un regalo. Parpadeé y lo miré, mientras él me entregaba un pequeño regalo.
Sonreí agradecida y abrí la pequeña caja. Era una pequeña bolsa con sus polvillos mágicos para dormir.
–Gracias, pequeño hombrecito. –Le sonreí.
–Yo también tengo una sorpresa para ti. –Dijo Norte, con su acento ruso.- Pero la verás por ti misma cuando vayas a visitarme a mi taller, porque irás, ¿cierto? –Preguntó, sonriente.
–Claro que iré, Norte. –Sonreí emocionada y él me guiñó. Suspiré y unos momentos después caí dormida de nuevo, sin previo aviso.
***
Luego de dos semanas en el jodido hospital, me quitaron los puntos y finalmente regresé a casa, donde pertenecía.
Aún estaba muy adolorida, pero podía soportar aquel dolor, no significaba nada. Tenía que permanecer fuerte por mi familia.
Mis tíos, mi abuela y los policías, me hicieron muchas preguntas sobre lo que me había sucedido, y les dije que no recordaba nada. Esa era mi mejor opción.
Luego de acomodar todas mis cosas en casa y asegurarme de que nadie fuera a interrumpirme, tomé una bola tele-transportadora de Norte y sonreí, susurrando: “Al taller de Norte.”
Momentos después, aparecí en el taller de Norte. Todos los guardianes estaban ahí, incluso Jack.
Mi corazón se aceleró al verlo de espaldas. Luego todos los guardianes me notaron y él giró para verme también.
Noté que se puso aún más pálido al verme. ¿Era eso posible?
Como sea, caminé lentamente hacia él, y él hacia mí.
Me detuve unos metros antes y le sonreí.
Corrí a abrazarlo y él me correspondió abrazándome con más fuerza.
–Lo siento, lo siento, lo siento. –Susurró, aferrándose más a mí, como si no fuera real.
Como si fuera a desaparecer si me soltaba.
–No tienes nada por qué disculparte, Jack. –Le sonreí ampliamente al separarnos.- No fuiste tú, fue el tú que no eras tú.
–Todo fue mi culpa, yo fui un idiota. Yo fui quien te hirió, y casi te mato, y…
–No, Frost. No fue culpa tuya. –Le sonreí.- No vuelvas a decir eso.
–Pero todo lo hice yo, Clare, y…
No soporté más y tomé sus mejillas con mis manos, para atraerlo hacia mí y callarlo uniendo mis labios con los suyos.
El me correspondió luego de unos segundos.
Una explosión de mariposas comenzó a revolotear en mi estómago y sentí que me ruborizaba mientras nuestros labios bailaban una dulce melodía que solo nosotros podíamos escuchar.
Sus labios eran fríos por naturaleza, pero me agradaba.
Nuestros labios bailaban juntos una dulce y armoniosa melodía. El tiempo se detuvo y sentía como si muchos fuegos artificiales volaran a nuestro alrededor haciendo el momento perfecto para ambos.
Todo se detenía, y no importaba nada ni nadie más.
Solo él y yo.
Loki.
Re: El guardián de la diversión es el guardián de mi corazón.
Chapter 34
Love[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Me separé de Jack luego de unos segundos, pues oí pequeños gritos de los guardianes. Miré a Jack a los ojos y me ruboricé.
Para evitar avergonzarme más, caminé hasta los demás guardianes y abracé a cada uno, tomándome mi tiempo.
Era una idiota.
Acababa de besar a Jack y todos los guardianes me habían visto hacerlo. Era algo que yo no podía manejar.
Luego de abrazar a todos, me quedé ahí parada, sin saber qué hacer. Y luego recordé lo que Norte me había dicho.
–Entonces… ¿Tienes un regalo para mí? –Pregunté, rompiendo el silencio.
Norte sonrió ampliamente y se hizo a un lado.
Una hermosa bicicleta verde esmeralda estaba decorada con un rosón de regalo. Sonreí ampliamente y no pude evitar soltar un leve grito de alegría.
–¡Mi bicicleta! –Chillé, abalanzándome para abrazar a Norte.- ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias!
Norte rió levemente y me abrazó con ternura, para luego soltarme y permitirme ir a observar mi nueva bicicleta con detenimiento.
Era perfecta. La bicicleta con la que siempre había soñado desde los diez años.
–Debes esperar a recuperarte completamente para montarla. –Dijo Conejo, acercándose con preocupación al ver que la montaría.- No queremos que te hagas daño otra vez.
Sonreí ampliamente y miré a Conejo con ternura.
–No te preocupes. –Sonreí.- Creo que ya los preocupé bastante.
–¿Por qué no cenamos? –Sugirió Hada, al ver que la mesa estaba preparada.
Asentí y todos nos acomodamos para cenar. Norte en la cabecera, seguido de Conejo, yo y Meme. Al frente nuestro estaban Hada y Jack.
Sentí la mirada del peliblanco durante toda la cena, y no pude hacer más que ruborizarme porque ahora era él quien querría una respuesta.
Conversamos de cosas banales por la siguiente hora, cuando supuse que era hora de regresar para no preocupar a mis tíos. Conejo se ofreció a acompañarme pero lo rechacé de manera sutil, con la excusa de que Jack me acompañaría.
Este último aceptó gustoso.
Norte abrió un portal y ambos lo cruzamos, quedando en la puerta de mi casa.
Miré a Jack algo nerviosa.
–¿Me esperas en mi habitación? –Pregunté. Él asintió y voló hasta allí.
Yo entré por la puerta principal para encontrarme con mis tíos y mi abuela conversando en la cocina.
–Regresé. –Sonreí levemente.
–¿Cómo te fue en tu cita? –Preguntó la abuela.
Me sonrojé al instante.
–Yo…
–¡Já! ¡Sabía que era una cita! –Exclamó la tía Hannah, sonriendo.- Su nombre es Jack, ¿cierto?
–Jamie nos lo dijo todo antes de tu accidente. –Sonrió la abuela.- Ese chico Jack es quien has estado viendo. –Afirmó.- ¿Él te visitó en el hospital?
–No. –Susurré.- Jamie no permitió que entrara porque está enfadado con él. Ahora si me lo permiten, quisiera descansar. –Rogué que no me interrogaran más y el tío Louis asintió.
Sin decir más subí las escaleras para dirigirme a mi habitación y saludé a mis hermanos y primos en el camino. Luego entré a mi habitación y cerré la puerta. Jack estaba sentado en mi cama.
Sus azules orbes se posaron en mí y sentí como si las mariposas que estaban en mi estómago iban a salir de mi cuerpo en cualquier momento, haciéndome explotar.
Caminé hacia él y me senté a su lado.
–Así que… –Comencé a decir, sin mirarlo.
Jack me tomó de la barbilla, provocando que levantara la mirada y nuestras miradas chocaran. Luego posó sus labios sobre los míos sin previo aviso.
Sentí que el calor llegaba a mis mejillas una vez más y le correspondí el beso, colocando mi mano en su cuello. Jack estaba congelado, pero por algún motivo eso me encantaba.
Nuestros labios bailaban juntos, encajando de manera perfecta el uno con el otro, como si estuvieran hechos para estar así, como ahora.
Nos separamos levemente, y apoyó su frente con la mía, quedándonos en aquella posición tan tierna que me encantaba y provocaba que me derritiera de amor.
–¿Recuerdas la pregunta que jamás te respondí? –Preguntó, casi en un susurro.
–Sí. –Afirmé.
Era la pregunta que había causado que peleáramos en primer lugar. “¿Por qué me besaste?” había sido la cuestionante.
–Fue porque sentía algo muy fuerte por ti. –Susurró, mirándome a los ojos.- Y cada vez que te miro, el sentimiento solo se hace más fuerte.
–¿Qué sientes por mí, Jack? –Pregunté, casi quedándome sin aliento.
Necesitaba oírlo. Necesitaba saber que él sentía por mí, lo mismo que yo sentía por él. Necesitaba saber que correspondía mis sentimientos.
–Amor, Clare. –Respondió, mordiéndose el labio interior.- Estoy enamorado de ti.
Sonreí ampliamente y lo besé cortamente.
–Me alegra saber que correspondes mis sentimientos. –Susurré, mirándolo.
Entonces la cara de Jack se iluminó de una manera increíble y sus labios buscaron los míos de manera desesperada una vez más. Le correspondí el beso con el mismo entusiasmo, colocando mis brazos alrededor de su cuello.
Sin darme cuenta él estaba sobre mí y nos besábamos de manera desesperada y apasionada. Aunque Jack estaba congelado, había encendido el fuego en mi habitación.
Y eso me encantaba.
Me hacía desearlo.
Loki.
Re: El guardián de la diversión es el guardián de mi corazón.
Chapter 35
Secrets[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Una ligera capa de sudor cubría mi cuerpo. El congelado cuerpo desnudo de Jack a mi lado hacía que tuviera algo de frío, pero el estar bajo mis sábanas compensaba la sensación. Miré a Jack una vez más y sonreí.
Le había regalado mi virginidad, y no me arrepentía ni un poco.
Porque lo que sentía por Jack, era algo más profundo que el amor. Sentía que él y yo estábamos hechos el uno para el otro. Y sin importar qué sucediera, siempre sería así.
–Ya no puedo seguir guardándote secretos, Clare. –Susurró, mirándome.
–Entonces no lo hagas. –Respondí, incitando a que me dijera aquello que le estaba molestando.
–Pitch no me manipuló. –Dijo, evitando mirarme. Fruncí el ceño levemente, sin lograr comprender lo que estaba diciéndome.
–¿A qué te refieres?
–Cuando estuve en la cueva me enseñó imágenes tuyas con ese chico, Ethan. –Dijo, tensando la mandíbula.- Al principio creí que todo eran mentiras. Él tomando tu mano, tú sonrojándote, y la manera en la que te miraba… Rogaba porque aquello fuera mentira.
Lo miré atenta, dejando que soltara todo.
–Y luego me mostró que él te besaba y tú le correspondías. –Dijo, en un hilo de voz.- Y no lo soporté. Pitch me ofreció dejar de sentir ese dolor que sentí al verte besarlo. Dijo que si me unía a él todo desaparecería. Y lo hice.
–Jack, yo… –Traté de decir algo pero no me lo permitió.
–Y ahí entra la otra parte. –Me interrumpió.- Hace muchos años el hombre de la luna soltó una profecía que conocían todos los espíritus. La profecía dice que llegará una mujer con tez pálida y ojos grandes a la vida de los espíritus y los guardianes. Ella será la debilidad del guardián más joven y la razón por la que el mayor enemigo de los guardianes alcanzará su mayor deseo. Ese es un buen resumen de la profecía.
–¿Creen que la profecía habla de mí? –Pregunté, algo atontada.
–Sé que sí. –Dijo, mordiéndose el labio.- Tú eres tanto mi fortaleza como mi debilidad, Clare. Y por poco Pitch alcanza su mayor deseo.
–Pero no lo hizo. –Lo interrumpí.- Es por eso que la profecía no se cumplió. No habla de mí, Jack.
–Yo no me veo amando a alguien que no seas tú. –Soltó, de repente.
Mis mejillas ardieron por lo que acababa de decir. Sin querer decirlo, dijo que me amaba.
No podía creerme lo que acababa de decir. No sabía que responder. Simplemente sonreí de manera emocional y besé sus labios cortamente.
–Somos dos, Jack. –Susurré, para luego acomodarme entre sus brazos y caer dormida junto a la persona de la que me había enamorado profundamente.
***
Amanecí al lado de Jack. Sonreí ampliamente al verlo dormido plácidamente a mi lado. Sus brazos me rodeaban y me sostenían como si nunca quisiera soltarme.
Besé el puente de su nariz, para luego liberarme de su agarre de manera suave y delicada para no despertarlo. Elegí la ropa que utilizaría y me dirigí al baño para tomar una ducha.
Una vez preparada para la escuela, salí del baño. Jack ya se encontraba vestido y me miraba con una leve sonrisa. Sonreí también y me acerqué para plantarle un beso suave en los labios.
–Buenos días, paleta de hielo. –Saludé.
–Buenos días, hermosa. –Dijo.
Me ruboricé al oír aquella palabra. No me iba a acostumbrar a la idea de que Jack fuera romántico conmigo, pero era algo muy tierno de su parte y me encantaba.
–¿Te veré en el parque luego de la escuela? –Pregunté, antes de irme.
–Cuenta con ello. –Sonrió.
Asentí con una sonrisa y salí de mi habitación. El tío Louis se había ofrecido para llevarme a la escuela ya que temía que me pasara algo de nuevo. Agradecí el gesto porque estaba algo cansada.
Al llegar, noté que mis amigos me esperaban en la entrada. Val corrió hacia mí y me abrazó con fuerza, seguida de los demás.
–¡Qué bueno que estás de vuelta! –Susurró la pelirroja.- Estos tres estaban volviéndome loca.
Sonreí ampliamente.
–Es bueno estar de vuelta. –Dije, agradecida por la pequeña bienvenida.
Mateo sonrió ampliamente y me abrazó con fuerza.
–Gracias por no morir. –Dijo, como si no creyera que estaba frente a él.- Teníamos mucho miedo de perderte. Y Ethan no se callaba, preocupado por tu salud.
Me sonrojé levemente al oír aquello, pues había recordado el beso que habíamos compartido. Parecía como si hubiera sido hace mucho tiempo.
El rubor desapareció cuando recordé que fue mi culpa que Jack hubiera cedido a la oscuridad. Lo había hecho porque me había visto besando a alguien más y eso lo había lastimado.
Me sentí mal porque sentí que le había sido infiel, aunque no éramos nada.
Ni siquiera sabía qué éramos ahora.
El timbre me sacó de mis pensamientos. Los cinco nos dirigimos a clases. Historia solamente la compartía con Val.
Me senté a su lado, en el asiento más alejado.
–Val, tengo algo que contarte. –Dije, suspirando.- Sobre Jack.
Al oír su nombre frunció el ceño.
–Solo escucha. –Dije, mordiendo mi labio inferior.
Y entonces le conté sobre la profecía, y sobre lo que Jack me había dicho. Le conté que había sido culpa mía que Jack hubiera renunciado a la luz.
–No fue tu culpa. –Dijo ella.- Él podía haber elegido el camino difícil, al verte ser feliz con otro. Pero escogió el fácil y casi te mata por eso.
–Lo sé, –Admití, dándole la razón.- pero aun así. Lo perdoné.
–¿Qué? –Preguntó, claramente molesta.
–Cuando era el oscuro Jack, tenía los sentimientos apagados por la oscuridad. No era capaz de sentir. Todo lo que sentía era el odio y la oscuridad. No supo lo que hacía hasta que la lanza de Meme lo salvó.
Ella gruñó, sin creerse completamente la historia.
No quise decirle que había pasado la noche con él, porque se iba a alarmar. Tenía que esperar a que se le pasara su enojo y luego se lo diría.
Después de todo, Val era mi mejor amiga.
Loki.
Re: El guardián de la diversión es el guardián de mi corazón.
Chapter 36
Sweet couple[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Las clases habían terminado y mis cinco amigos me acompañaron hasta mi casa. Agradecí el gesto y los invité a quedarse para comer.
Luego de la comida llevé a mis hermanos y primos al parque, siendo acompañada por mis cinco amigos.
Los pequeños fueron con sus amigos a jugar, mientras nosotros nos sentamos en los bancos del parque para conversar.
Sabía que debía contarles a mis amigos lo que le había contado a Val, pero simplemente no podía. Los hombres reaccionaban diferente a las mujeres y de seguro querrían golpearle la cara si se enteraran de la verdad.
Además, no creían en las profecías.
Y especialmente no en el hombre de la luna.
Entonces vi que Val sonrió ampliamente y se levantaba, para luego correr hacia un lugar. Giré para ver hacia dónde iba, y la vi correr hacia Sebastian, quien estaba llegando. Lo abrazó con fuerza y luego lo besó.
Fruncí el ceño, claramente confundida.
–¿Val y Sebastian? –Pregunté, sin comprender.
–Salen desde hace tres semanas.
Me quedé en shock. Salían desde la segunda semana que pasé en el hospital y no me lo habían comentado. No podía creerlo.
Ambos se acercaron a nosotros tomados de las manos y Val me miró con una sonrisa nerviosa. De seguro estaba esperando mi reacción.
–Me alegro por ustedes, chicos. –Sonreí, sincera.
Me alegraba que dos de mis mejores amigos estuvieran juntos y sean felices. Por el rabillo de mi ojo vi a Jack llegar y mantenerse detrás de un árbol para no ser visto por mis amigos.
Suspiré y me levanté, para caminar hacia él. Tomé su mano y entrelacé nuestros dedos.
–Ven conmigo. –Susurré.
Jack se vio inseguro de enfrentar a mis amigos, pero ambos sabíamos que ya era hora.
Salimos de detrás del árbol tomados de la mano y caminamos hacia los demás.
Todos se pusieron de pie y nos miraron incrédulos.
–Es mi turno de sorprenderlos. –Dije, algo nerviosa.- Val, Seb, estoy feliz por ustedes. –Comencé a decir.- Y sé que los chicos también lo están. –Me referí a Mateo, Alex y Ethan.
Intercambiaron miradas entre ellos.
Suspiré.
–Sólo espero que ustedes también sean felices por mí. –Finalicé, dando a entender que ahora Jack y yo estábamos juntos.
–Clary… Pero, no entiendo. –Dijo Ethan, con un notorio dolor en su mirada.- Creí que…
–Lo siento, Ethan. –Lo interrumpí, sabiendo que me diría que creía que nosotros teníamos algo especial.
–Clary, él fue quien te mandó al hospital en primer lugar. –Gruñó Mateo, muy molesto.
–Sí. –Afirmé.- No lo voy a negar. Anoche lo hablamos. Y ahora estamos juntos.
–¿Cómo? –Preguntó Alex.
–Siempre fue él. –Fue todo lo que dije, mirándolo con una leve sonrisa.- Y si yo lo perdoné, me gustaría que ustedes lo hicieran también. –Miré a mis amigos.- No me gustaría que mis amigos odiaran a mi novio.
Jack me miró con una amplia sonrisa. Ambos sabíamos que no habíamos hecho oficial lo que teníamos, pero al parecer yo lo acababa de hacer.
Ethan se fue hecho una furia.
Bajé la mirada, avergonzada. Sabía que sentía algo por mí, y que quizás lo había ilusionado con aquel beso. Pero la realidad era otra.
Porque yo amaba a Jack.
Val suspiró y soltó la mano de Sebastian para acercarse a Jack.
–Tienes suerte de tener a Clary de tu lado. –Dijo, seria.- Ella es demasiado buena. Así que si ella te perdona, lo haré también, por ella. Pero si le haces daño, te mataré.
Jack sonrió nervioso y asintió.
Luego todos estábamos conversando sentados. Jack se había hecho uno más de nosotros aquella tarde.
Sonreí al verlo disfrutar el momento como si fuera un adolescente más, como nosotros. Como si no fuera un espíritu, sino un chico normal de diecisiete años.
Me encantaba verlo feliz.
***
Al regresar a casa, llevé a Jamie a mi habitación, donde se encontraba Jack. Jamie lo miró mal y se enfadó conmigo por hacer que se reunieran.
–Jamie. –Dije, cerrando la puerta con llave para que no saliera sin oírme.- Jack es tu mejor amigo. Ambos lo sabemos.
–No lo es desde que te envió al hospital. –Gruñó.
–Sé que sabes en el fondo, que ese no era él. –Susurré, agachándome para llegar a su altura.- El oscuro Jack casi me quita la vida, sí. Pero Jack Frost, el Jack que tú y yo amamos, me llevó al hospital a tiempo y salvó mi vida. –Dije.
Jamie no dijo nada, pensando.
–Y me gustaría que perdonaras a tu cuñado. –Solté, para luego levantarme.
Jamie abrió los ojos como platos. Una sonrisa se formó en su rostro.
–¿¡Jack Frost es mi cuñado!? –Exclamó, con emoción.
Jack sonrió levemente y Jamie lo abrazó con fuerza. Jack se agachó y correspondió su abrazo.
–Lamento todo lo que hice Jamie. –Susurró, arrepentido.
–Lo sé. –Susurró.- Lamento haberte odiado, pero temía no volver a ver a mi hermana.
–Lo sé. –Sonrió de lado.
–¿Así que al fin están juntos? –sonrió.
Ambos asentimos. Jamie gritó de emoción.
Loki.
Re: El guardián de la diversión es el guardián de mi corazón.
Chapter 37
Is it too late to say sorry?[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Otro día de escuela había terminado. Jack no estaría por el día de hoy, porque debía llevar un día nevado a los otros Estados.
Y yo debía intentar arreglar las cosas con Ethan.
Me dirigí hacia su casa junto a Alex y Mateo, quienes se habían ofrecido para acompañarme. Porque sabían que quizás no querría hablar conmigo luego de lo que había pasado el día anterior.
Mateo fue quien tocó el timbre.
Ethan no tardó en abrir, recibiendo con una sonrisa a mis dos amigos.
–Hay alguien que quiere conversar. –Dijo Alex, haciéndose a un lado para mostrarme.
La sonrisa del pecoso se borró de manera rápida y su semblante se puso serio y molesto. Claramente no quería verme allí.
–Cinco minutos, Ethan. –Dije, mirándolo.- Por favor.
Ethan soltó un leve gruñido pero asintió, haciéndose a un lado para que pasara. Entré a su casa y me guió hasta su sala de estar, mientras Mateo y Alex me esperaban afuera.
Tomó asiento y esperó a que lo hiciera, al frente de él. Suspiré y lo miré, sin estar segura de qué decirle.
–Lo siento. –Susurré.- Debí habértelo dicho. –Murmuré, refiriéndome a mi relación con Jack.
–Sí. –Dijo, de manera cortante y seria.- Debiste haberlo hecho.
Suspiré.
–De verdad nunca quise lastimarte, Ethan. –Dije, seria.- Lamento haberte ilusionado, pero siempre fue él.
–Ya lo sé. Lo dejaste claro ayer. –Gruñó.- ¿Es todo?
–No. –Dije.- No quiero que me odies por esto.
–No te odio, Clary. ¿Qué no lo entiendes? –Soltó una risa sarcástica.- ¡Yo fui el imbécil que te quiso! ¡Debí haberme dado cuenta de cuando hablabas de “tu amigo” te referías al chico del que estabas enamorada! Fui un imbécil al creer que sentirías algo por mí.
–No digas eso, Ethan…
–¡Es la verdad! –Me interrumpió, levantándose de su asiento.- ¡Clary, es un jodido espíritu! ¿Cuánto crees que durarán? ¡Tú envejecerás y él se cansará y te dejará por una más joven! ¡Lo de ustedes no durará! ¿Por qué no entiendes que tienes que estar con alguien real?
Eso provocó que me sintiera mal.
–Quizás tengas razón. Pero voy a amarlo con todo mi corazón mientras esté con él. Y creo que eso es algo que tú no puedes entender, Ethan.
Sin decir más, me levanté y salí de su casa, bastante molesta.
Mateo y Alex me preguntaron qué sucedió y no les dije nada. Mateo corrió detrás de mí y Alex se quedó con Ethan.
Agradecí su gesto de mantener silencio durante todo el camino a mi casa. Me despedí de él y entré, para tomar mi sudadera y dirigirme hacia el cementerio.
Era la primera vez que iba allí luego de un mes.
Caminé entre las sepulturas de todos los difuntos, hasta que encontré las de mis padres.
–Hola, mamá. Hola, papá. –Susurré, mirando las sepulturas.- Los extraño mucho. Jamie y Sophie están cada día más grandes, estarían orgullosos de los dos. Jamie incluso se ha enamorado. –Reí levemente.- De una chica de su clase, se llama Kate. Sé que tú le darías consejos para conquistarla, papá. Y tú estarías orgullosa de tu hombrecito, mamá.
–Y ambos están orgullosos de ti. –Habló una voz profunda a mis espaldas.
Sonreí de lado y giré para ver a Conejo.
–¿Qué haces aquí? –Pregunté, sonriendo.
–Vine a asegurarme de que estés bien. –Dijo, encogiéndose de hombros.
Se paró a mi lado y colocó una mano en mi hombro. Miré las sepulturas una vez más.
–Su hija es una heroína. –Habló Conejo, mirándolas también.- Sé que están orgullosos de ella, porque yo lo estoy.
Miré a Conejo con una enorme sonrisa y lo abracé. Amaba sus abrazos porque eran como abrazar a un enorme peluche.
Conejo me acompañó a casa luego de visitar las tumbas de mis padres y agradecí que lo hiciera, porque realmente no quería estar sola.
–Gracias por todo, Conejo. –Sonreí.
–Vendré a visitarte pronto, lo prometo. –Dijo.
Luego pisó dos veces el suelo y desapareció en uno de sus túneles. Sonreí y entré a casa.
Jamie y Sophie me esperaban para ver una película de Disney. Los tres nos acomodamos en la sala de estar y comenzamos a ver la película. Más tarde los mellizos y Harry se nos unieron.
Terminamos viendo la película juntos.
Loki.
Re: El guardián de la diversión es el guardián de mi corazón.
Chapter 38
I love you[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
La mañana siguiente las clases en la escuela se cancelaron porque una nevada la cubrió de nieve. Sonreí ampliamente, sabiendo que era Jack, compensando que no habíamos estado juntos el día anterior.
Me vestí para ir a la laguna a patinar con mis hermanos y Jack.
Bajé las escaleras y junto a mis hermanos salimos de allí, para caminar hasta el lago escondido. Jamie se colocó los patines y yo ayudé a Sophie. Luego me coloqué los míos.
Jack llegó volando y saludó a mis dos hermanos, para luego darme un beso en los labios. Sonreí ampliamente.
–Te extrañé. –Sonreí.
–Suelo causar eso en las personas. –Sonrió, antes de guiñarme.
Ayudó a Sophie y a Jamie a ponerse de pie en el hielo. Una vez que lograron mantener el equilibrio me ayudó a mí.
–¿Una carrera? –Sonreí, mirando a mis hermanos.
–Cuenta con ello. –Sonrió Jamie. Nos colocamos en posición.
–En sus marcas… –Dijo Jamie.
–¡Listos! –Exclamó Sophie.
–¡Ya! –Anuncié, para luego comenzar a patinar hasta el otro lado del lago.
Vi a Jack rebasarnos junto a Sophie, quien reía y anunciaba que nos iba ganando.
–¡Hey, eso es trampa! –Gruñó Jamie, llegando de segundo.
Sonreí al llegar de tercera y miré a Jack.
–Si haces trampa utilizando a mi hermanita, no cuenta.
Jack se encogió de hombros y guio a Sophie por el lago congelado, tomándola de la mano. Jamie y yo los imitamos, comenzando a patinar juntos.
Reímos por horas, divirtiéndonos sin parar. Sophie y Jamie se cansaron, así que se sentaron en la nieve. Jack y yo comenzamos a patinar juntos por todo el lago.
Hacía mucho tiempo que no patinábamos juntos y extrañaba aquello.
La estaba pasando muy bien.
–¡Hermana! –Oí el grito de Jamie, provocando que Jack y yo nos detuviéramos y giráramos para verlo.
Jamie se veía asustado pero nada había pasado. Eso provocó que un sentimiento de inseguridad se plantara en mí.
Entonces vi cómo los pies de Jack estaban siendo rodeados por una especie de arena negra, lista para atacar. Miré mis pies por instinto y noté que yo estaba en la misma posición.
Mierda.
Pitch.
¿Qué no se cansaba de joderle la vida a todo el mundo?
Oí el hielo quebrantarse a nuestro alrededor. Jack estaba en la parte más blanda, y se iba a caer si nos e movía.
La sombra de Pitch se hizo presente, apareciendo frente a ambos. Lo miré con repudio.
–La cucaracha nunca muere. –Dije, con sorna.
Él sonrió sin decir nada.
Con un movimiento de mano el hielo se hizo más delgado, aguantando apenas el peso de Jack. Si no se movía, el hielo no aguantaría. Jack quedaría congelado en el lago, porque no sería capaz de descongelarlo.
Si Jack tocaba agua, la congelaría.
Eso significaba que si caía en agua, quedaría atrapado en el hielo. La simple idea de aquello provocaba que mi corazón se hiciera añicos.
Pitch soltó una risa.
–Si no pude conseguir lo que quería, lo conseguiré luego de quitarte del camino. –Le dijo, serio.
–No puedes matarme. –Gruñó Jack.
–¿Estás seguro de eso? –Preguntó Pitch, sin borrar su estúpida sonrisa.
Tragué con dificultad, tratando de pensar en qué hacer.
Si Jack caía, se quedaría congelado. Si yo caía, había dos probabilidades: una, moriría. O dos, podría nadar y ser rescatada por Jack, antes de que entrara al estado de hipotermia.
Cualquiera de las dos opciones, Jack sobreviviría y podría enfrentarse a Pitch.
Inhalé. Exhalé.
Sin importarme si caía en el intento, salté por el hielo y corrí hasta Jack para empujarlo con fuerza. Cayó fuera del alcance del hielo roto, y yo quedé en su lugar, con el hielo cada vez más frágil. No duraría más que un par de minutos aquí.
Jack me miró con miedo.
Sabía que iba a caer. Pero yo sentía que podría sobrevivir, porque tenía que vivir por mis hermanos. Y por Jack.
Él intentó acercarse, pero Pitch lo detuvo, sonriendo.
–Si te acercas, se cae. –Sonrió.- Mi pesadilla la jalará hasta el fondo del lago. Y morirá ahogada y congelada.
Jack se quedó quieto, sin saber qué hacer.
–Ahora sí que estoy disfrutando de la función. –Dijo Pitch.
Lo ignoré.
Mis ojos no se separaban de los de Jack. Respiraba con dificultad. Y tuve miedo.
–Clare. –Dijo, en un hilo de voz.
Mi corazón se partió al verlo tan vulnerable y asustado.
–Te amo, Jack. –Dije.
Entonces el hielo se partió ante mis pies y sentí el agua congelada envolverme. Sentí el frío rodearme y en pocos segundos dejé de sentir mis dedos. Sabía que debía salir de aquí.
Me moví intentando nadar, pero sentí que algo me mantenía bajo el agua. Aunque no lo veía, sabía que era una de las pesadillas de Pitch.
Cerré los ojos y me concentré en la noche que había pasado con Jack. Toqué la pesadilla con mi mano y la convertí en un sueño de Meme. Intenté nadar a la superficie pero dejé de sentir mis brazos y piernas.
Grité, sin poder nadar para salvar mi vida.
El agua congelada comenzó a lastimar mis ojos así que me vi obligada a cerrarlos. Abrí la boca porque mis pulmones rogaban por aire, pero todo lo que ingresaba era agua.
Acepté mi destino y dejé de pelear contra el agua congelada.
Centré mis pensamientos en mis padres. En Jamie y sus historias. En Sophie y su inocencia.
En Alex y su carisma. En Mateo y su cariño. En Val y la hermosa amistad que teníamos. En Sebastian y su rubio cabello. En Ethan cómo habían terminado las cosas con él.
En los guardianes y todas las aventuras por las que pasamos juntos.
Y lo último que ocupó mis pensamientos fue Jack.
Su sonrisa blanca, su tez pálida, su cabello blanco y sus preciosos ojos que parecían un mar celeste con un toque de blanco. Como si estuviera nevando en el mar.
Lo último que le había dicho era que lo amaba.
Y no fue mentira.
Loki.
Re: El guardián de la diversión es el guardián de mi corazón.
Chapter 39
Gone[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Era un día grisáceo con nubes que señalaban que una tormenta de nieve se avecinaba.
Los señores Hannah y Louis Bennett, junto a sus tres hijos, sus dos sobrinos y la madre de Louis se encontraban de luto.
Frente a ellos se encontraba la tumba simbólica de la mujer que había salvado al mundo y pocos lo sabían.
“Agustina Clarisse Bennett. Amada hermana. Que en paz descanse.”
El hermano menor de la difunta sollozaba abrazando a sus tíos, porque había presenciado el momento en el que ella había perdido la vida.
No muy alejados de la familia Bennett, se encontraban los amigos en vida de Clarisse. Mateo, Alex, Sebastian, Val y Ethan. Todos derramando lágrimas de tristeza e impotencia. Enfadados con la vida, deseando haber sabido que el día anterior en el parque, iba a ser la última vez que la habían visto.
Desearon que las cosas hubieran sido diferentes.
Desearon haberle dicho cuándo la apreciaban.
Porque ya era tarde.
Ella se había ido.
***
Muy lejos del lugar, en el taller de Santa Claus, los guardianes estaban invadidos por una inmensa tristeza. Gracias a Clarisse habían logrado vencer a Pitch una vez más.
Los cinco guardianes estaban en un círculo tomados de las manos. Al centro, se encontraba una pintura de la mujer que había perdido la vida el día anterior, hecha por el mismo Santa Claus.
El espíritu del invierno sollozaba desconsoladamente, al igual que el Conejo de Pascua. Ellos habían sido los guardianes con mayor cercanía a Clarisse, y eran quienes se encontraban más afectados por su prematura muerte.
En un acto simbólico, Santa Claus colgó la imagen de la heroína en el salón principal de su taller, para que todo aquel que pasara por allí, lo viera y recordara la gran hazaña de aquella mujer.
Agustina Clarisse Bennett, la humana más valiente que habían conocido.
The end.
Loki.
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