Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
•Soulmates•
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 1 de 3. • Comparte
Página 1 de 3. • 1, 2, 3
•Soulmates•
- Ficha:
- Ficha de la serie
• Titulo: Soulmates
• Autor: Roses.
• Adaptación: No
• Género: Ciencia ficción / fantasía
• Contenido: De todo un poco, supongo.
• Advertencias: Ninguna por el momento, si es que hay alguna, la pondré al principio de cada capítulo.
• Otras páginas: No
∙Soulmates∙
No sabía cómo describir bien ese sentimiento previo.
Ansias, nervios.
Solo sabía que era algo que lograba revolverle las tripas, y, a pesar de que intuía que probablemente se trataba de una mala jugada de su mete; le dolía ahí, donde en breve aparecería la marca.
La marca que era capaz de cambiarle la vida.
Con las manos sudorosas se puso de rodillas, esperando a que su mentori hiciera lo que le correspondía.
Si sobrevivía pronto partiría a Tierra, en busca de su geminae.
Suyo.
De nadie más.
Ansias, nervios.
Solo sabía que era algo que lograba revolverle las tripas, y, a pesar de que intuía que probablemente se trataba de una mala jugada de su mete; le dolía ahí, donde en breve aparecería la marca.
La marca que era capaz de cambiarle la vida.
Con las manos sudorosas se puso de rodillas, esperando a que su mentori hiciera lo que le correspondía.
Si sobrevivía pronto partiría a Tierra, en busca de su geminae.
Suyo.
De nadie más.
- HEY HEY!:
- Ya comenzó!
Estoy emocionada chicas! de verdad espero poder subir seguido, tanto como el instituto me lo permitasiento que digo mucho esoestoy muy entusiasmada con esta idea y espero poder sorprenderlas y que en más de una ocasión les saque una sonrisa.
Bueno no tengo nada más para decirles.
Cuidense.
Dan.-
- Personajes:
Última edición por Roses. el Lun 21 Mayo 2018, 3:22 pm, editado 6 veces
Roses.
Re: •Soulmates•
OMG!
Ya es 21! Quiero cap please. No aguanto las ganas de saber mas de la trama.
Besos.
Ya es 21! Quiero cap please. No aguanto las ganas de saber mas de la trama.
Besos.
Jules
Re: •Soulmates•
Chicas!
Ya actualicé lo de los personajes, para que se pasen a verlo, les he puesto los nombres reales y antes de que tengan alguna queja al respecto (espero que no) quiero decirles que los escogí por una razón, no fue al azar y aunque luché con algunos, porque no todos me gustaron en un principio, los terminé dejando porque considero que son muy necesarios y porque además no van a aparecer tanto en la historia, o eso espero, la verdad lo sabré una vez que ya vaya por la mitad jaja.
Bueno eso.
Roses.
Re: •Soulmates•
¡Hola Dan! Acá reportándome más que feliz de que ya vayas a empezar. Tengo muchas ganas de empezar a leer.
cipriano.
Re: •Soulmates•
Hey nenas, y hola daaan, AIM HIR FOR YU khshudsdijia
ya tengo muchas ganas de leerla
ya tengo muchas ganas de leerla
mardy bum.
UNO
•Uno•
Bad day
Payton
—Carajo.
Con una destreza digna de un mono amarrado de las patas tomó su teléfono evitando, casi sin éxito, que callera al suelo. Desbloqueó para contestar la llamada, blanqueando los ojos ante la mirada de una madre escrupulosa que tapó los oídos de su pequeño cuando lo escuchó maldecir.
Cuando la mujer le dio la espalda, él le sacó la lengua.
Sí, fácilmente podía tener la edad de aquel niño.
—¿Hola?
Pero ya habían colgado.
Payton sabía muy bien que era su madre la que lo estaba llamando sin necesidad de haber visto si quiera el nombre en la pantalla, volvió a maldecir un poco más alto.
Aquella desconocida se volteó a verlo nuevamente. Él alzó las manos, tanto como las pesadas bolsas se lo permitieron, y formuló un “Ya no lo haré más”, pidiendo disculpas y sonriéndole al mocoso.
Payton y su madre habían tenido un acuerdo desde que él había comenzado la universidad, no solo en otro país sino que en un continente diferente también, y consistía en que lo llamaría todas las semanas el mismo día y a la misma hora, debido al horario de ambos.
Perder la llamada no era la gran cosa, podía volver a marcarle en un segundo, pero ese día había sido un cúmulo de situaciones con la temática de: “Hoy vamos a hacer que Payton haya deseado no haber salido de la cama, ¡que divertido!”
Empezando porque llegó tarde a clases, luego le hicieron la entrega de un examen que reprobó de forma arrasadora, además de que la chica que conoció un par de días atrás le dio el número de un dentista en lugar del suyo y para finalizar sus compañeros de casa lo habían mandado a hacer las compras de la semana. ¿Cuán crueles podían llegar a ser los seres humanos hoy en día? No lo sabía, pero suponía que lo estaba experimentando en ese momento.
Claramente el número de teléfono equivocado de aquella rubia había sido lo peor de todo. Lo trató de estúpido, le vio la cara, ahora entendía el por qué sonreía de esa manera, ¿acaso no había sido suficiente partido para ella? Y decían que los hombres eran los exigentes. De solo recordarlo sentía las ganas de tirar el teléfono desde el segundo piso del centro comercial que era donde se encontraba, de no haber sido porque debía hablar con su madre ya habría perdido los estribos.
Buscó una banca cercana y se sentó, despeinando su cabello y soltando las bolsas por un segundo.
Debía adquirir un auto o terminaría perdiendo las manos cada vez que le tocaba comprar el sustento para semejante batallón de animales que tenía por compañeros.
Pronto su celular vibró antes de que alcanzara a marcar de vuelta.
—Cielo.
—Hey—contestó él entusiasta, al contrario de cómo se sentía en esos momentos.
—Te llamé antes, Pay ¿estabas ocupado? ¿Tienes mucha tarea por hacer, cariño? ¿estás durmiendo bien?¿has comido?
No pudo evitar suspirar, esa era su madre. Desde el primer día que partió de casa sabía cuan difícil sería para ella el tenerlo lejos, también veía venir el que lo llamaría a todas horas. Con mucho trabajo logró convencerla de que lo hiciera a ese horario y alguno que otro día entresemana cuando ambos pudieran, amaba a su madre, pero necesitaba tiempo para dedicarle a sus clases.
Ella, desde el otro lado del océano atlántico recibió el suspiro de su hijo como un alto. De nuevo lo estaba bombardeando con preguntas.
—Lo lamento.
—No, está bien, eres la única que se preocupa por mí justo ahora. Te echo de menos.
Sabía que su madre era una mujer sensible, más últimamente debido a la situación en la que se encontraba, pero por primera vez soltó esas palabras con sinceridad solo para que quizá, si la pilló con las defensas bajas, la escuchara sollozar un poco. Quería sentir que lo querían, aunque le dejara un pequeño nudo en la garganta el saber que no podría estrecharla entre sus brazos.
—¿Ha sido una semana difícil?—Optó por preguntar la mujer en cambio. Ya estaba aburrida de gastar sus lágrimas en vano, eso no arreglaría su situación.
—No, solo el día.
La mujer rió.
—Hay veces en las que me cuestiono lo que nos dijo el doctor, fácilmente podrías ser una mujer con lo dramático que llegas a ser.
—Pues no lo soy y lo sabes bien, debido a que tengo un…
—¡Basta ya!—chilló su madre en carcajadas una vez que entendió a lo que iba—¡Payton Hunt!—le riñó. Siempre usaba su nombre completo para regañarlo.
—¡Lauren Fisher!—respondió él dejando escapar una sonrisa, le encantaba hacerla reír.
—Ya hasta dudo que seas mi hijo, no sé de dónde sacas tantas tonterías y hasta ya perdiste tu acento, seguramente estoy hablando con un estadounidense que se robó el teléfono de mi hijo y se hace pasar por él.
—Oye—sonó ofendido—primero dices que soy mujer y luego dices que no soy tu hijo, qué clase de madre eres.
Ella solo rió más fuerte.
—Además mi acento no ha cambiado—dijo en un fluido inglés americano, exagerando por completo la oración. Sabía que si su madre estuviera junto a él ya lo habría empujado mientras trataba de controlar su risa.
Cuando pudo dejar de reír, la mujer suspiró. Y Payton supo que ese día había valido la pena después de todo.
—Supongo que has estado bien entonces, solo ha sido un mal día, te quedan 243 días más para mejorar este.
—Vaya, los estás contando.
—¿Y lo dudabas? Cada vez que hablo contigo no hallo la hora de volver a verte, pequeña.
—¿Pequeña?
—Hasta que no traigas a una chica a casa asumiré que eres una, eres demasiado dramático para ser hombre.
—Gracias, madre—resopló.
—De nada, hijo.
Hubo una pausa y Payton alcanzó a escuchar un sonido a través del teléfono.
—Supongo que esa es la señal, ¿hablamos luego?—cerró los ojos de repente, recordando donde debía estar su madre mientras hablaba con él.
—Te amo, Pay.—respondió ella en despedida, siempre se despedían así.
Fue el tono de su voz el que le informó que su madre estaba reteniendo las lágrimas.
—Yo te amo más.
Y luego de eso ambos colgaron al mismo tiempo.
Se dio ánimos mentales a sí mismo para acarrear con las bolsas, siete, para ser exactos y la mano derecha llevaba más peso.
Tomó impulso y caminó en dirección a las escaleras mecánicas. Justo en un pasillo donde concurría más gente se vio afectado en la zona de los pulmones, alguien había chocado con él, y peor, una de sus bolsas acababa de romperse por el peso.
—Oh, genial—dijo acompañado de un jadeo de frustración, ni miró a quien estaba frente a él, solo se preocupó de recoger todas las cosas antes de que fueran pisadas por la apresurada multitud. En algún momento la persona se agachó, ya que unas ágiles y grandes manos comenzaron a copiar lo que hacían las suyas.
—Lo siento—dijo una voz gruesa y Payton atinó a levantar la mirada un milisegundo para volver a ponerla en las cosas tiradas en el piso. La imagen que percibió era la de un chico rubio y ojos claros.
Pensaba en que apenas terminara saldría corriendo lo antes posible de ese lugar, la gente lo abrumaba, pero de pronto cuando ya no quedaba más en el suelo, aquel chico rió. Payton lo volvió a mirar y esta vez logró estudiarlo.
Sin lugar a dudas era rubio, con unos ojos azules y muy alto.
Descubrió que un objeto faltaba en sus bolsas y yacía en las manos del extraño.
—Pues no te sentaría mal, pero ¿no crees que ya estás algo pasadito?
Aquel pircing en el labio inferior del chico hacía agregarle aun más tono de burla a lo que había dicho. Payton vio con el seño fruncido el Shampoo de bebé que el chico veía con tanta gracia.
—Muy gracioso—respondió Payton quitándoselo de forma brusca y metiéndolo en una de las bolsas que aun estaban en buen estado.—Es para mi perro.
En realidad el perro no era suyo, era de Mark, uno de sus compañeros de casa, larga historia que no tenía la intención de contar.
—Que gran escusa—dijo el chico metiendo sus manos en los bolsillos de su GAP, de momento relajado entre a la corriente de gente.
Payton de pronto se sintió pasmado ¿Quién era y por qué le hablaba? ¿Qué interés tenía con el tipo de Shampoo que compraba y el uso que le daba? ¿Cómo era posible que estuviera tan tranquilo en un centro comercial? Por lo general para Payton ese lugar encajaba tan perfectamente en la definición de desesperación que lo evitaba cuanto le fuera posible. Claro que las compras de semana debían ser su excepción.
Entrecerró los ojos, siempre sabía qué contestar, pero ese día sí que había sido duro.
—Es un chiste—el chico con expresión neutra y sin salir de su aura de tranquilidad se inclinó a él como si estuviera hablando con alguien con retraso.
Payton bufó en respuesta. Claro que era un chiste, ese día todos parecían querer burlarse de él, hasta su madre.
Y hablando de su madre su celular volvió a vibrar.
Rápidamente y pensado que se trataba de ella nuevamente, no le importó seguir estando frente al extraño chico y contestó la llamada sin ver de quien era.
—¿Hola?
—¿Dónde te metiste?, son las ocho y saliste hace dos horas.
—¿Mark?
—¿Quién si no?, ¿pudiste comprar lo que te pedí?
—Pues sí, yo también estoy bien—dijo girando los ojos, Mark rió.
—Mal día, eh.
—Ni lo digas.
—Pasaré a buscarte, espérame en el estacionamiento, estaré en veinte.
Payton relajó el rostro.
—¡Bendito seas!—gritó y colgó la llamada.
Tomó las cosas nuevamente, ya que se habían caído al momento en el que hablaba por teléfono y se dio cuenta de que se le había roto otra bolsa.
—Vas a necesitar ayuda, bro.
—No gracias.
El rubio se agachó y tomó algunas cosas entre sus grandes manos antes de que Payton fuera capaz de quitárselas con torpeza.
—No estaba preguntando—dijo sin darle la oportunidad de contestar ya que comenzó a caminar en dirección a la salida, evitando triunfante a una familia entera que pasaba por el lado de él.
Que chico tan extraño.
Payton, como pudo lo siguió.
—¿Cómo te llamas?—preguntó el extraño una vez que lo hubo alcanzado.
—No te interesa.—contestó de forma sea, alzando los hombros.
—Bueno, le preguntaré al tal Mark.
Hubo un silencio, un silencio lleno del ruido de personas caminando de un lado para el otro.
—Yo soy Abel.
—¿Como el que mató a su hermano?
Abel lo pensó, por un momento pareció descolocado.
—Ese fue Caín—sonó ofendido—yo soy el hermano bueno.—se quejó.
Y por segunda vez en el día Payton rió, y rió de una forma tan espontanea que contagió a Abel.
Abel había reído de forma real.
Por primera vez desde que había llegado a la Tierra sentía que algo estaba saliendo bien.
Con una destreza digna de un mono amarrado de las patas tomó su teléfono evitando, casi sin éxito, que callera al suelo. Desbloqueó para contestar la llamada, blanqueando los ojos ante la mirada de una madre escrupulosa que tapó los oídos de su pequeño cuando lo escuchó maldecir.
Cuando la mujer le dio la espalda, él le sacó la lengua.
Sí, fácilmente podía tener la edad de aquel niño.
—¿Hola?
Pero ya habían colgado.
Payton sabía muy bien que era su madre la que lo estaba llamando sin necesidad de haber visto si quiera el nombre en la pantalla, volvió a maldecir un poco más alto.
Aquella desconocida se volteó a verlo nuevamente. Él alzó las manos, tanto como las pesadas bolsas se lo permitieron, y formuló un “Ya no lo haré más”, pidiendo disculpas y sonriéndole al mocoso.
Payton y su madre habían tenido un acuerdo desde que él había comenzado la universidad, no solo en otro país sino que en un continente diferente también, y consistía en que lo llamaría todas las semanas el mismo día y a la misma hora, debido al horario de ambos.
Perder la llamada no era la gran cosa, podía volver a marcarle en un segundo, pero ese día había sido un cúmulo de situaciones con la temática de: “Hoy vamos a hacer que Payton haya deseado no haber salido de la cama, ¡que divertido!”
Empezando porque llegó tarde a clases, luego le hicieron la entrega de un examen que reprobó de forma arrasadora, además de que la chica que conoció un par de días atrás le dio el número de un dentista en lugar del suyo y para finalizar sus compañeros de casa lo habían mandado a hacer las compras de la semana. ¿Cuán crueles podían llegar a ser los seres humanos hoy en día? No lo sabía, pero suponía que lo estaba experimentando en ese momento.
Claramente el número de teléfono equivocado de aquella rubia había sido lo peor de todo. Lo trató de estúpido, le vio la cara, ahora entendía el por qué sonreía de esa manera, ¿acaso no había sido suficiente partido para ella? Y decían que los hombres eran los exigentes. De solo recordarlo sentía las ganas de tirar el teléfono desde el segundo piso del centro comercial que era donde se encontraba, de no haber sido porque debía hablar con su madre ya habría perdido los estribos.
Buscó una banca cercana y se sentó, despeinando su cabello y soltando las bolsas por un segundo.
Debía adquirir un auto o terminaría perdiendo las manos cada vez que le tocaba comprar el sustento para semejante batallón de animales que tenía por compañeros.
Pronto su celular vibró antes de que alcanzara a marcar de vuelta.
—Cielo.
—Hey—contestó él entusiasta, al contrario de cómo se sentía en esos momentos.
—Te llamé antes, Pay ¿estabas ocupado? ¿Tienes mucha tarea por hacer, cariño? ¿estás durmiendo bien?¿has comido?
No pudo evitar suspirar, esa era su madre. Desde el primer día que partió de casa sabía cuan difícil sería para ella el tenerlo lejos, también veía venir el que lo llamaría a todas horas. Con mucho trabajo logró convencerla de que lo hiciera a ese horario y alguno que otro día entresemana cuando ambos pudieran, amaba a su madre, pero necesitaba tiempo para dedicarle a sus clases.
Ella, desde el otro lado del océano atlántico recibió el suspiro de su hijo como un alto. De nuevo lo estaba bombardeando con preguntas.
—Lo lamento.
—No, está bien, eres la única que se preocupa por mí justo ahora. Te echo de menos.
Sabía que su madre era una mujer sensible, más últimamente debido a la situación en la que se encontraba, pero por primera vez soltó esas palabras con sinceridad solo para que quizá, si la pilló con las defensas bajas, la escuchara sollozar un poco. Quería sentir que lo querían, aunque le dejara un pequeño nudo en la garganta el saber que no podría estrecharla entre sus brazos.
—¿Ha sido una semana difícil?—Optó por preguntar la mujer en cambio. Ya estaba aburrida de gastar sus lágrimas en vano, eso no arreglaría su situación.
—No, solo el día.
La mujer rió.
—Hay veces en las que me cuestiono lo que nos dijo el doctor, fácilmente podrías ser una mujer con lo dramático que llegas a ser.
—Pues no lo soy y lo sabes bien, debido a que tengo un…
—¡Basta ya!—chilló su madre en carcajadas una vez que entendió a lo que iba—¡Payton Hunt!—le riñó. Siempre usaba su nombre completo para regañarlo.
—¡Lauren Fisher!—respondió él dejando escapar una sonrisa, le encantaba hacerla reír.
—Ya hasta dudo que seas mi hijo, no sé de dónde sacas tantas tonterías y hasta ya perdiste tu acento, seguramente estoy hablando con un estadounidense que se robó el teléfono de mi hijo y se hace pasar por él.
—Oye—sonó ofendido—primero dices que soy mujer y luego dices que no soy tu hijo, qué clase de madre eres.
Ella solo rió más fuerte.
—Además mi acento no ha cambiado—dijo en un fluido inglés americano, exagerando por completo la oración. Sabía que si su madre estuviera junto a él ya lo habría empujado mientras trataba de controlar su risa.
Cuando pudo dejar de reír, la mujer suspiró. Y Payton supo que ese día había valido la pena después de todo.
—Supongo que has estado bien entonces, solo ha sido un mal día, te quedan 243 días más para mejorar este.
—Vaya, los estás contando.
—¿Y lo dudabas? Cada vez que hablo contigo no hallo la hora de volver a verte, pequeña.
—¿Pequeña?
—Hasta que no traigas a una chica a casa asumiré que eres una, eres demasiado dramático para ser hombre.
—Gracias, madre—resopló.
—De nada, hijo.
Hubo una pausa y Payton alcanzó a escuchar un sonido a través del teléfono.
—Supongo que esa es la señal, ¿hablamos luego?—cerró los ojos de repente, recordando donde debía estar su madre mientras hablaba con él.
—Te amo, Pay.—respondió ella en despedida, siempre se despedían así.
Fue el tono de su voz el que le informó que su madre estaba reteniendo las lágrimas.
—Yo te amo más.
Y luego de eso ambos colgaron al mismo tiempo.
Se dio ánimos mentales a sí mismo para acarrear con las bolsas, siete, para ser exactos y la mano derecha llevaba más peso.
Tomó impulso y caminó en dirección a las escaleras mecánicas. Justo en un pasillo donde concurría más gente se vio afectado en la zona de los pulmones, alguien había chocado con él, y peor, una de sus bolsas acababa de romperse por el peso.
—Oh, genial—dijo acompañado de un jadeo de frustración, ni miró a quien estaba frente a él, solo se preocupó de recoger todas las cosas antes de que fueran pisadas por la apresurada multitud. En algún momento la persona se agachó, ya que unas ágiles y grandes manos comenzaron a copiar lo que hacían las suyas.
—Lo siento—dijo una voz gruesa y Payton atinó a levantar la mirada un milisegundo para volver a ponerla en las cosas tiradas en el piso. La imagen que percibió era la de un chico rubio y ojos claros.
Pensaba en que apenas terminara saldría corriendo lo antes posible de ese lugar, la gente lo abrumaba, pero de pronto cuando ya no quedaba más en el suelo, aquel chico rió. Payton lo volvió a mirar y esta vez logró estudiarlo.
Sin lugar a dudas era rubio, con unos ojos azules y muy alto.
Descubrió que un objeto faltaba en sus bolsas y yacía en las manos del extraño.
—Pues no te sentaría mal, pero ¿no crees que ya estás algo pasadito?
Aquel pircing en el labio inferior del chico hacía agregarle aun más tono de burla a lo que había dicho. Payton vio con el seño fruncido el Shampoo de bebé que el chico veía con tanta gracia.
—Muy gracioso—respondió Payton quitándoselo de forma brusca y metiéndolo en una de las bolsas que aun estaban en buen estado.—Es para mi perro.
En realidad el perro no era suyo, era de Mark, uno de sus compañeros de casa, larga historia que no tenía la intención de contar.
—Que gran escusa—dijo el chico metiendo sus manos en los bolsillos de su GAP, de momento relajado entre a la corriente de gente.
Payton de pronto se sintió pasmado ¿Quién era y por qué le hablaba? ¿Qué interés tenía con el tipo de Shampoo que compraba y el uso que le daba? ¿Cómo era posible que estuviera tan tranquilo en un centro comercial? Por lo general para Payton ese lugar encajaba tan perfectamente en la definición de desesperación que lo evitaba cuanto le fuera posible. Claro que las compras de semana debían ser su excepción.
Entrecerró los ojos, siempre sabía qué contestar, pero ese día sí que había sido duro.
—Es un chiste—el chico con expresión neutra y sin salir de su aura de tranquilidad se inclinó a él como si estuviera hablando con alguien con retraso.
Payton bufó en respuesta. Claro que era un chiste, ese día todos parecían querer burlarse de él, hasta su madre.
Y hablando de su madre su celular volvió a vibrar.
Rápidamente y pensado que se trataba de ella nuevamente, no le importó seguir estando frente al extraño chico y contestó la llamada sin ver de quien era.
—¿Hola?
—¿Dónde te metiste?, son las ocho y saliste hace dos horas.
—¿Mark?
—¿Quién si no?, ¿pudiste comprar lo que te pedí?
—Pues sí, yo también estoy bien—dijo girando los ojos, Mark rió.
—Mal día, eh.
—Ni lo digas.
—Pasaré a buscarte, espérame en el estacionamiento, estaré en veinte.
Payton relajó el rostro.
—¡Bendito seas!—gritó y colgó la llamada.
Tomó las cosas nuevamente, ya que se habían caído al momento en el que hablaba por teléfono y se dio cuenta de que se le había roto otra bolsa.
—Vas a necesitar ayuda, bro.
—No gracias.
El rubio se agachó y tomó algunas cosas entre sus grandes manos antes de que Payton fuera capaz de quitárselas con torpeza.
—No estaba preguntando—dijo sin darle la oportunidad de contestar ya que comenzó a caminar en dirección a la salida, evitando triunfante a una familia entera que pasaba por el lado de él.
Que chico tan extraño.
Payton, como pudo lo siguió.
—¿Cómo te llamas?—preguntó el extraño una vez que lo hubo alcanzado.
—No te interesa.—contestó de forma sea, alzando los hombros.
—Bueno, le preguntaré al tal Mark.
Hubo un silencio, un silencio lleno del ruido de personas caminando de un lado para el otro.
—Yo soy Abel.
—¿Como el que mató a su hermano?
Abel lo pensó, por un momento pareció descolocado.
—Ese fue Caín—sonó ofendido—yo soy el hermano bueno.—se quejó.
Y por segunda vez en el día Payton rió, y rió de una forma tan espontanea que contagió a Abel.
Abel había reído de forma real.
Por primera vez desde que había llegado a la Tierra sentía que algo estaba saliendo bien.
- Holas:
- Lo sé.
Me tardé un poco.
Tenía el capitulo listo hace rato, pero lo corregí un millón de veces porque quería que quedara bien. Por lo menos ahora estoy conforme con el resultado.
Bueno quería decirles un par de cosas: fenixx, le puse apellido a la madre de Payton, espero no te moleste jaja Y Mardy como habrás notado, aparece Mark, extraño no?, pero pronto cobrará sentido...
Bueno eso chicas
Roses.
Re: •Soulmates•
Que buena cosa, entrar y ver que hay capítulo . Voy a aceptarlo, tengo abiertas tres ventanas, está, los personajes y las audiciones, me desplace por las tres . C'etait très great -disculpalamezcladeidiomas-. Yo en la vida soy como Payton en este capítulo, todo mal .
Ya quiero saber más. Je l'aime.
Ya quiero saber más. Je l'aime.
pera
Re: •Soulmates•
Que lindo como escribes. si fuera legal me casaria con tu escritura. Me acuerdas un poco a una amiga que tenia en el foro mucho tiempo atras (un minuto de silencio por todas escritoras desaparecidas del foro) Espero saber mas de la trama.
Besos
Besos
Jules
Re: •Soulmates•
pera escribió:Que buena cosa, entrar y ver que hay capítulo . Voy a aceptarlo, tengo abiertas tres ventanas, está, los personajes y las audiciones, me desplace por las tres . C'etait très great-disculpalamezcladeidiomas-. Yo en la vida soy como Payton en este capítulo, todo mal .
Ya quiero saber más. Je l'aime.
Jjajaja gracias, yo igual al momento de escribir tenía como mil ventanas abiertas.
Tengo tan mala memoria.
Debo confesar que me he leído sus fichas un millón de veces para poder escribir :c
Cosas de la vida.
Gracias por comentar.
Roses.
Página 1 de 3. • 1, 2, 3
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 1 de 3.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.