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FIRST LOVE |Harry Styles|
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 1 de 1. • Comparte
FIRST LOVE |Harry Styles|
por OhxxFranxx Vie 11 Nov 2016, 8:58 pm
Título: First Love
Autor/a: Yo
Adaptación: Sí, es adaptada del anime y maga Sekaiichi Hatsukoi en una versión heterosexual y un poco más occidental. Dejo por aquí el link del anime:
Advertencias: No
Otras páginas: No
Sinopsis:
Cansada de oír como la gente habla mal sobre cómo consiguió su trabajo, ______ Miller, abandona su empleo en la compañía de su padre para trabajar en la editorial enemiga Hearst Corporation. Sin embargo, aun cuando se postuló al departamento de periodismo, se le asigna al departamento encargado de la prensa adolecente en el cual no tiene experiencia ni interés. Su nuevo jefe resulta ser, Harry Styles, un ser digno de su desprecio, intolerable y desconcertante, ese que alguna vez fue su primer amor.
Autor/a: Yo
Adaptación: Sí, es adaptada del anime y maga Sekaiichi Hatsukoi en una versión heterosexual y un poco más occidental. Dejo por aquí el link del anime:
- Código:
http://animeflv.net/anime/sekaiichi-hatsukoi.html
Advertencias: No
Otras páginas: No
Sinopsis:
Cansada de oír como la gente habla mal sobre cómo consiguió su trabajo, ______ Miller, abandona su empleo en la compañía de su padre para trabajar en la editorial enemiga Hearst Corporation. Sin embargo, aun cuando se postuló al departamento de periodismo, se le asigna al departamento encargado de la prensa adolecente en el cual no tiene experiencia ni interés. Su nuevo jefe resulta ser, Harry Styles, un ser digno de su desprecio, intolerable y desconcertante, ese que alguna vez fue su primer amor.
Última edición por OhxxFranxx el Sáb 12 Nov 2016, 3:56 pm, editado 1 vez
OhxxFranxx
Re: FIRST LOVE |Harry Styles|
por TecnoPanda2419 Sáb 12 Nov 2016, 11:36 am
Hola, me gusto la sipnosis,
escribes muy bien,soy nu-
eva lectora...Siguelaa.
TecnoPanda2419
PRÓLOGO: NO ES COMO EL AMOR A PRIMERA VISTA
por OhxxFranxx Sáb 12 Nov 2016, 1:34 pm
No es como el amor a primera vista
"Incluso yo pienso que mi personalidad está torcida, bueno, no es que quisiera ser así"...
Intentando alcanzar ese libro de la cima de la estantería mal cuidada, estirando mi torpe cuerpo todo lo que podía, incluso hoy no sé si mi esfuerzo por ello valió o no la pena, no sé si debería arrepentirme o no de intentar alcanzar ese maldito o bendito objeto, al final terminé por tambalearme hacia los lados y hacia atrás chocando con alguien a sus espaldas, ¿vamos que tantos problemas podría traer un simple libro de verde color? Me giré avergonzada esperando que aún con mi voz baja por culpa de la embarazosa situación escuchase mis disculpas.
-"Lo siento"- murmuré, era extraño que el calor no se hubiese subido a mis mejillas, topé con otra mirada de color verde, el chico dueño de ello mantenía un rostro inexpresivo. Aún con ello el joven estiró tan solo un poco su brazo y con tan simple movimiento le sacó el libro y me lo extendió con aire despreocupado, con mis manos un tanto temblorosas lo acepté, mientras él volvía su cuerpo al estante en busca de algo más.
Incluso yo creo que estoy mal de la cabeza, por enamorarme por algo como esto...
Esa vez lo noté, tenía un perfil perfecto, aunque su rostro seguía serio, como la primera vez que lo vi, entregaba un libro cualquiera mientras la joven que atendía coqueteaba de manera poco sutil, aunque no es como si él le hubiese prestado mucha atención, sin mayor cuidado dejó a la chica aquella que jugaba nerviosa con su cabello de oscuro color y comenzó a avanzar por donde yo me encontraba, y en un intento de pasar desapercibida comencé a fingir que buscaba algo en específico en esa estantería desde la cual lo había estado observando con detención. Parado ya en el inicio de ese pasillo de libros, escogió uno de extraña portada blanca y se marchó. Con ello sentía que mi corazón volvía a latir, aunque a un ritmo más desenfrenado.
Puede que lo que me hubiese picado en ese momento sólo fuese curiosidad, pero con cuidado caminé hasta el puesto de la bibliotecaria donde se encontraba la misma joven con su sonrisa falsa; ignoré sus suspiros y tomé el libro de portada azul que él había entregado hace unos minutos atrás y que aún reposaba sobre el mueble de madera clara.
Comencé a hojearlo fingiendo desinterés hasta llegar a la última página, ahí donde se encontraban escritos los nombres de quienes lo habían pedido antes, solo había uno, en perfecta caligrafía y tinta negra.
Harry Edward Styles
De manera inmediata mis ojos comenzaron a buscarlo por toda la biblioteca escolar, hasta que lo encontré, con su camisa desarreglada y sus ojos opacos, a lo lejos, sentado frente a una de las mesas del sector mientras que con un movimiento delicado pasaba las páginas.
Creo que pensar en la frase "amor a primera vista" es bastante irresponsable, ¿qué se puede saber de una persona con solo haberla visto una vez?, a pesar de que solo nos habíamos visto una vez.
Intentando no parecer embobada, rápidamente miré a la chica que se encontraba atendiendo y de manera bruta dije que iba a pedir el libro que tenía en mis manos, ese que tenía escrito su nombre, y que aprisionaba levemente contra mi pecho como si fuese la cosa más preciosa en este mundo. Puede que fuera algo estúpido, pero me hacía sentirme levemente más cerca de él.
Ella me extendió un lápiz y con cuidado anoté mi nombre, justo bajo el suyo y cuando estaba por anotar mi apellido lo noté, ¿Qué estaba haciendo?, ¡no era normal!, estaba confundida, era como si fuese una verdadera acosadora, no era mucho el cambio, pero en vez de anotar "Miller" como mi apellido, anoté "Mayer", aunque fuese un sin sentido, de esa forma me sentía menos psicópata.
Y así continué por tres años, leyendo lo mismo que él, viéndole pasar frente a mí, escondiéndome nerviosa.
Aun así, ese día llegó repentinamente.
Nuestras manos chocaron intentando tomar ese libro de lomo amarillento pálido, retiré la mía como si el breve contacto que tuve con la suya me hubiese quemado, esta vez el rojo si se acumuló en mis mejillas, mis ojos se abrieron levemente por la sorpresa y pronuncié su nombre asustada, casi a los gritos; vaya que tenía talento para encontrarme en situaciones vergonzosas.
Él me miró extrañado.
-"¿Cómo sabes mi nombre?"-.
Estoy segura que las personas tienen dentro un medidor que indica cuánto pueden soportar un amor no correspondido, el declararse o no depende de la distribución del raciocinio y la confianza en uno, supongo que fue debido a que me habló de repente, debido al asombro y el entusiasmo, mis sentimientos se desbordaron en un instante y rebasaron lo que mi medidor podía aguantar...no sé qué fue lo que pasó.
-"Me gustas"- pronuncié sin tener la conciencia en mí y con el rosto al rojo vivo. Cuando entré en cuenta en lo que había dicho mi bochorno no pudo ser peor, intenté decir algo para retractarme, pero su fría mirada no me dejaba pensar con claridad.
-"¿Quieres salir conmigo?"- Su gruesa voz sonaba confiada, lo miré nerviosa, sinceramente creí que podía morir ahí mismo.
-"¡¿Eh?!, ¡No!, ¡No es que no quiera, pero!"- mis palabras se atropellaban, no pensaba ni una de ellas, y aun así su frío rostro no demostraba nada.
-"No me importaría, salir contigo"-.
Y como la mayoría de las cosas que miro hacia atrás no las recuerdo, no recuerdo cómo fue que un tiempo después terminé por ir caminando a su lado para ir a su hogar, parecía un sueño, mis pasos eran como los de un robot.
-"No creo que tengas que ponerte tan nerviosa"-
No fui nada cuidadosa en ocultarlo.
Al llegar noté una casa común, dos pisos y de un tono azul gastado. Me abrió el cerco y la puerta principal, era demasiado natural, ¿era real lo de su propuesta o solo estaba jugando conmigo?, poco después lo descubriría.
-"Vivo casi solo, no tienes de qué preocuparte"- mencionó relajado.
-"¿Tus padres están de viaje?"- pregunté.
-"Bueno, algo así"-.
Al entrar noté como su aura dejaba de ser tan amenazante, aunque fuera levemente.
-"Ya llegué Dusty"- un tierno y pequeño gato llegó a la entrada y maulló, Harry se agachó y lo tomó con cariño acariciándolo levemente. -"Traeré algo de beber así que espera en mi habitación, está subiendo las escaleras a la derecha"- dijo señalando hacía las escaleras.
-"Vale"-.
Se podía decir que su cuarto era un pequeño desastre, pequeño porque todo parecía estar en orden a excepción de los libros que habían desparramados por aquí y por allá, aunque no lo encontraba molesto, el mío debía estar en una condición similar, era increíble.
Me senté en el suelo abrazando mis rodillas, cuidando de que no se me viese nada puesto a que andaba con la falda escolar, poco después la puerta fue abierta y Harry aparecía.
-"¿Te parece bien un té helado?"- preguntó, lo miré nerviosa y respondí con un simple "si", el pareció desviar su mirada hasta su televisor -"¿Te gustaría mirar una película?"-.
-"Si"- en ese instante me maldije internamente, era realmente patética hasta cuando solo quería cruzar una palabra con él -"Cualquier cosa está bien"-.
El terminó por colocar la película en su televisor y se sentó a mi lado con una posición mucho más relajada entregándome el vaso de té helado.
En ese instante mi cabeza se cuestionaba si es que acaso estaba muy cerca.
-"Lo siento, mi habitación está desordenada"-
-"Para nada, me gusta una habitación llena de libros como ésta"- respondí.
-"Oye"- me miró y agaché la cabeza -"¿Cómo puedes decir que te gusto?"-.
-"Es que..."-
-"No sabes nada acerca de mí, ¿no?"-
-"Puede que sea así, pero, ¡hay cosas que sí sé!"- la pregunta me había tomado por sorpresa -"Como el gato de hace un rato"- Él me miró extrañado y mi respiración se comenzó a acelerar -"Lo siento, yo lo vi, hace un tiempo, un gato abandonado lloraba en la calle y las personas pasaban de él, pero tú..."-
-"¡¿No me digas que me viste?!"-
-"Lo siento"-
-"¿Cómo debería ponerme después de que me viste en una escena tan fanfic?"-
-"Lo siento, yo no leo fanfics así que no entiendo muy bien"-
-"Ah, sí...bueno"- por primera vez noté un sonrojo muy leve en las mejillas de él -"Dime, acaso ¿eres mi acosadora?"- eso me había pillado volando bajo.
-"Lo siento, lo sé, pero, aun así, yo, actuó como una estúpida, pero, me gustas"- estaba apenada, y por eso no noté nada hasta que su rostro se encontró muy cerca del mío, lo alejé torpemente mientras ocultaba mi rostro mirando hacia algún lugar más.
-"¿Por qué escapas?, quieres estar conmigo ¿no es así?"-
-"Pero, lo lame-
-"No tienes que disculparte, ya comprendí muy bien tus sentimientos"- Sus labios se acercaron lentamente y en el instante en el que se posaron sobre los míos, no supe exactamente responder. Apreté los labios nerviosa al igual que los ojos y con un corazón que latía más de lo que recordaba hasta ese instante.
Poco después él se separó y me observó de una manera indescifrable, sacó levemente la lengua sin quitar su mirada de mí.
-"No cierres la boca con tanta fuerza"- y antes de que pudiese responder algo sus labios se habían posado sobre los míos de nueva cuenta, siguiendo su consejo le dejé paso a mi boca, mi primer beso, y sus manos sobre mi cuerpo desabotonado la camisa lentamente.
No podía ser, la temperatura de mi cuerpo comenzaba a subir, se entumecía, incapaz de oponerme.
-"Vamos"- su tono sereno como siempre -"Tócame tú también"- guio una de mis manos hasta su mejilla derecha y con cuidado me abrazó.
Los años se han encargado de borrarlo casi todo, pero no su cuerpo sobre el mío, tampoco se ha podido borrar su tacto, la oscuridad de su cuarto, su voz susurrando mi nombre y yo el suyo, mis manos enredándose en su cabello rizado, preguntándome si era una broma, aunque yo realmente le quisiera, en ese instante pensaba en que si él me quisiese tan solo un poco mi corazón se pararía.
Poco después ambos estábamos en la biblioteca de nueva cuenta, yo tenía el cuaderno de matemáticas abierto de par en par, pero con tenerlo a él al lado nada parecía resultar bien, era inicios de primavera y el viento movía las cortinas dejando entrar el aire fresco.
-"Oye, te estoy enseñando porque dijiste que no entendías"- su voz sonaba levemente hastiada -"En ese caso ¿por qué no te concentras un poco más?"- y mientras mi voz le respondía con un "si" sólo pensaba que concentrarme era imposible -"Por mí no hay ningún problema, pero las fórmulas que estás usando son un asco"- dijo señalando lo que acababa de escribir en el cuaderno.
Imposible al cien por ciento, además era la primera vez que nos veíamos luego del "incidente" en su casa, ¿que era? antes y después estaba muriendo de vergüenza, mi sonrojo se podía notar a kilómetros.
-"¿Tu cuerpo se encuentra bien?"- preguntó y con ello logró alterarme.
-"¡Muy bien!, es decir..."- ahí entré en cuenta que era mejor bajar la cabeza y mejor solo decirle -"Estoy bien"- me levanté de la silla y aprovechando que mi pelo cubría uno de mis ojos coloqué la excusa de que iba por un diccionario.
Diccionario para matemáticas, penoso.
Paseando por los pasillos encontré un diccionario de una editorial cualquiera mientras me recordaba actuar normal, a pesar de que él me estaba dedicando su tiempo.
Cerca de mí una pareja se encontraba, ella parecía buscar un libro y él la ayudaba, la conversación fluía con tanta naturalidad, daba envidia.
-"No creo que necesites un diccionario para repasar matemáticas"- me volteé sorprendida y Harry con su aire de indiferencia me observaba.
Reí nerviosa -"Así es"- devolví el libro a la estantería y él se recargo en la misma.
-"¿Por qué pareces tener la cabeza en las nubes desde hace algún rato?"-
-"Lo siento, al tenerte cerca mi corazón late muy rápido"- susurré mientras tapaba mi boca levemente con mi mano, la sinceridad y la idiotez por ello siempre han sido mis mayores defectos, me preguntaba si ya se había cansado de mí -"Mejor, me voy a casa, ¿y tú?"-.
-"Me quedaré hasta que cierren"- respondió.
-"Siempre te quedas hasta tarde, ¿verdad?"-.
-"Porque mi casa es aburrida"-.
-"¿A qué te refieres?"-
-"Bueno mi familia se está desintegrando"-.
-"Pregunté algo que no debía"- estaba luchando por hacer las cosas bien, pero todo parecía ser peor de lo que imaginaba.
-"No importa, ahora que tengo un gato, la situación ha mejorado"- a eso era a lo que se refería con vivir casi solo...-"¿Hoy pasarás la noche en mi casa?"- su pregunta me sorprendió.
-"¡A-aunque lo digas de repente, tengo que decirles a mis padres y ...! ¡No importa, iré!"-.
-"¿Cuál es tu decisión final?"-.
-"Iré"- por primera vez mi voz tenía un tono fuerte a su lado -"Si de esa manera no te sientes triste, eso me haría muy feliz"-.
-"¿Qué insinúas?"- su semblante frío, su tono...no parecía, todo era peor de lo que imaginaba.
-"Tienes razón"- mi voz volvía a ser tímida -"No tendría caso que yo vaya, simplemente pensé que me gustaría hacer algo por ti"- rasqué mi nuca con debilidad -"Soy molesta ¿verdad?, bueno, mejor me voy"- mis pies comenzaron a moverse en dirección a la salida de la biblioteca -"Gracias por ayudarme a estudiar"- el pulso lo tenía casi detenido.
-"No quise decir eso"- y antes de que me alejara lo suficiente él me tomó del brazo, giré sorprendida y sus labios ya se encontraban sobre los míos.
Y ahí, cuando todos ya se habían marchado de esa biblioteca, Harry cerró las cortinas.
-"Harry...estamos en la escuela, creo que esto deberíamos hacerlo en casa"- mi voz se quebraba al sentir su frio abrazo.
-"No aguantaré hasta llegar a casa"- Entre besos, ocultos, pero a la vista de quien pasase por la biblioteca -"¿Por qué te gusto?"-.
-"Porque se trata de ti"-
-"¿Qué quieres decir? no me estás respondiendo nada"- cuando susurró eso, sentí que reía un poco.
Pero eso ya fue hace diez años.
"Incluso yo pienso que mi personalidad está torcida, bueno, no es que quisiera ser así"...
Intentando alcanzar ese libro de la cima de la estantería mal cuidada, estirando mi torpe cuerpo todo lo que podía, incluso hoy no sé si mi esfuerzo por ello valió o no la pena, no sé si debería arrepentirme o no de intentar alcanzar ese maldito o bendito objeto, al final terminé por tambalearme hacia los lados y hacia atrás chocando con alguien a sus espaldas, ¿vamos que tantos problemas podría traer un simple libro de verde color? Me giré avergonzada esperando que aún con mi voz baja por culpa de la embarazosa situación escuchase mis disculpas.
-"Lo siento"- murmuré, era extraño que el calor no se hubiese subido a mis mejillas, topé con otra mirada de color verde, el chico dueño de ello mantenía un rostro inexpresivo. Aún con ello el joven estiró tan solo un poco su brazo y con tan simple movimiento le sacó el libro y me lo extendió con aire despreocupado, con mis manos un tanto temblorosas lo acepté, mientras él volvía su cuerpo al estante en busca de algo más.
Incluso yo creo que estoy mal de la cabeza, por enamorarme por algo como esto...
Esa vez lo noté, tenía un perfil perfecto, aunque su rostro seguía serio, como la primera vez que lo vi, entregaba un libro cualquiera mientras la joven que atendía coqueteaba de manera poco sutil, aunque no es como si él le hubiese prestado mucha atención, sin mayor cuidado dejó a la chica aquella que jugaba nerviosa con su cabello de oscuro color y comenzó a avanzar por donde yo me encontraba, y en un intento de pasar desapercibida comencé a fingir que buscaba algo en específico en esa estantería desde la cual lo había estado observando con detención. Parado ya en el inicio de ese pasillo de libros, escogió uno de extraña portada blanca y se marchó. Con ello sentía que mi corazón volvía a latir, aunque a un ritmo más desenfrenado.
Puede que lo que me hubiese picado en ese momento sólo fuese curiosidad, pero con cuidado caminé hasta el puesto de la bibliotecaria donde se encontraba la misma joven con su sonrisa falsa; ignoré sus suspiros y tomé el libro de portada azul que él había entregado hace unos minutos atrás y que aún reposaba sobre el mueble de madera clara.
Comencé a hojearlo fingiendo desinterés hasta llegar a la última página, ahí donde se encontraban escritos los nombres de quienes lo habían pedido antes, solo había uno, en perfecta caligrafía y tinta negra.
Harry Edward Styles
De manera inmediata mis ojos comenzaron a buscarlo por toda la biblioteca escolar, hasta que lo encontré, con su camisa desarreglada y sus ojos opacos, a lo lejos, sentado frente a una de las mesas del sector mientras que con un movimiento delicado pasaba las páginas.
Creo que pensar en la frase "amor a primera vista" es bastante irresponsable, ¿qué se puede saber de una persona con solo haberla visto una vez?, a pesar de que solo nos habíamos visto una vez.
Intentando no parecer embobada, rápidamente miré a la chica que se encontraba atendiendo y de manera bruta dije que iba a pedir el libro que tenía en mis manos, ese que tenía escrito su nombre, y que aprisionaba levemente contra mi pecho como si fuese la cosa más preciosa en este mundo. Puede que fuera algo estúpido, pero me hacía sentirme levemente más cerca de él.
Ella me extendió un lápiz y con cuidado anoté mi nombre, justo bajo el suyo y cuando estaba por anotar mi apellido lo noté, ¿Qué estaba haciendo?, ¡no era normal!, estaba confundida, era como si fuese una verdadera acosadora, no era mucho el cambio, pero en vez de anotar "Miller" como mi apellido, anoté "Mayer", aunque fuese un sin sentido, de esa forma me sentía menos psicópata.
Y así continué por tres años, leyendo lo mismo que él, viéndole pasar frente a mí, escondiéndome nerviosa.
Aun así, ese día llegó repentinamente.
Nuestras manos chocaron intentando tomar ese libro de lomo amarillento pálido, retiré la mía como si el breve contacto que tuve con la suya me hubiese quemado, esta vez el rojo si se acumuló en mis mejillas, mis ojos se abrieron levemente por la sorpresa y pronuncié su nombre asustada, casi a los gritos; vaya que tenía talento para encontrarme en situaciones vergonzosas.
Él me miró extrañado.
-"¿Cómo sabes mi nombre?"-.
Estoy segura que las personas tienen dentro un medidor que indica cuánto pueden soportar un amor no correspondido, el declararse o no depende de la distribución del raciocinio y la confianza en uno, supongo que fue debido a que me habló de repente, debido al asombro y el entusiasmo, mis sentimientos se desbordaron en un instante y rebasaron lo que mi medidor podía aguantar...no sé qué fue lo que pasó.
-"Me gustas"- pronuncié sin tener la conciencia en mí y con el rosto al rojo vivo. Cuando entré en cuenta en lo que había dicho mi bochorno no pudo ser peor, intenté decir algo para retractarme, pero su fría mirada no me dejaba pensar con claridad.
-"¿Quieres salir conmigo?"- Su gruesa voz sonaba confiada, lo miré nerviosa, sinceramente creí que podía morir ahí mismo.
-"¡¿Eh?!, ¡No!, ¡No es que no quiera, pero!"- mis palabras se atropellaban, no pensaba ni una de ellas, y aun así su frío rostro no demostraba nada.
-"No me importaría, salir contigo"-.
Y como la mayoría de las cosas que miro hacia atrás no las recuerdo, no recuerdo cómo fue que un tiempo después terminé por ir caminando a su lado para ir a su hogar, parecía un sueño, mis pasos eran como los de un robot.
-"No creo que tengas que ponerte tan nerviosa"-
No fui nada cuidadosa en ocultarlo.
Al llegar noté una casa común, dos pisos y de un tono azul gastado. Me abrió el cerco y la puerta principal, era demasiado natural, ¿era real lo de su propuesta o solo estaba jugando conmigo?, poco después lo descubriría.
-"Vivo casi solo, no tienes de qué preocuparte"- mencionó relajado.
-"¿Tus padres están de viaje?"- pregunté.
-"Bueno, algo así"-.
Al entrar noté como su aura dejaba de ser tan amenazante, aunque fuera levemente.
-"Ya llegué Dusty"- un tierno y pequeño gato llegó a la entrada y maulló, Harry se agachó y lo tomó con cariño acariciándolo levemente. -"Traeré algo de beber así que espera en mi habitación, está subiendo las escaleras a la derecha"- dijo señalando hacía las escaleras.
-"Vale"-.
Se podía decir que su cuarto era un pequeño desastre, pequeño porque todo parecía estar en orden a excepción de los libros que habían desparramados por aquí y por allá, aunque no lo encontraba molesto, el mío debía estar en una condición similar, era increíble.
Me senté en el suelo abrazando mis rodillas, cuidando de que no se me viese nada puesto a que andaba con la falda escolar, poco después la puerta fue abierta y Harry aparecía.
-"¿Te parece bien un té helado?"- preguntó, lo miré nerviosa y respondí con un simple "si", el pareció desviar su mirada hasta su televisor -"¿Te gustaría mirar una película?"-.
-"Si"- en ese instante me maldije internamente, era realmente patética hasta cuando solo quería cruzar una palabra con él -"Cualquier cosa está bien"-.
El terminó por colocar la película en su televisor y se sentó a mi lado con una posición mucho más relajada entregándome el vaso de té helado.
En ese instante mi cabeza se cuestionaba si es que acaso estaba muy cerca.
-"Lo siento, mi habitación está desordenada"-
-"Para nada, me gusta una habitación llena de libros como ésta"- respondí.
-"Oye"- me miró y agaché la cabeza -"¿Cómo puedes decir que te gusto?"-.
-"Es que..."-
-"No sabes nada acerca de mí, ¿no?"-
-"Puede que sea así, pero, ¡hay cosas que sí sé!"- la pregunta me había tomado por sorpresa -"Como el gato de hace un rato"- Él me miró extrañado y mi respiración se comenzó a acelerar -"Lo siento, yo lo vi, hace un tiempo, un gato abandonado lloraba en la calle y las personas pasaban de él, pero tú..."-
-"¡¿No me digas que me viste?!"-
-"Lo siento"-
-"¿Cómo debería ponerme después de que me viste en una escena tan fanfic?"-
-"Lo siento, yo no leo fanfics así que no entiendo muy bien"-
-"Ah, sí...bueno"- por primera vez noté un sonrojo muy leve en las mejillas de él -"Dime, acaso ¿eres mi acosadora?"- eso me había pillado volando bajo.
-"Lo siento, lo sé, pero, aun así, yo, actuó como una estúpida, pero, me gustas"- estaba apenada, y por eso no noté nada hasta que su rostro se encontró muy cerca del mío, lo alejé torpemente mientras ocultaba mi rostro mirando hacia algún lugar más.
-"¿Por qué escapas?, quieres estar conmigo ¿no es así?"-
-"Pero, lo lame-
-"No tienes que disculparte, ya comprendí muy bien tus sentimientos"- Sus labios se acercaron lentamente y en el instante en el que se posaron sobre los míos, no supe exactamente responder. Apreté los labios nerviosa al igual que los ojos y con un corazón que latía más de lo que recordaba hasta ese instante.
Poco después él se separó y me observó de una manera indescifrable, sacó levemente la lengua sin quitar su mirada de mí.
-"No cierres la boca con tanta fuerza"- y antes de que pudiese responder algo sus labios se habían posado sobre los míos de nueva cuenta, siguiendo su consejo le dejé paso a mi boca, mi primer beso, y sus manos sobre mi cuerpo desabotonado la camisa lentamente.
No podía ser, la temperatura de mi cuerpo comenzaba a subir, se entumecía, incapaz de oponerme.
-"Vamos"- su tono sereno como siempre -"Tócame tú también"- guio una de mis manos hasta su mejilla derecha y con cuidado me abrazó.
Los años se han encargado de borrarlo casi todo, pero no su cuerpo sobre el mío, tampoco se ha podido borrar su tacto, la oscuridad de su cuarto, su voz susurrando mi nombre y yo el suyo, mis manos enredándose en su cabello rizado, preguntándome si era una broma, aunque yo realmente le quisiera, en ese instante pensaba en que si él me quisiese tan solo un poco mi corazón se pararía.
Poco después ambos estábamos en la biblioteca de nueva cuenta, yo tenía el cuaderno de matemáticas abierto de par en par, pero con tenerlo a él al lado nada parecía resultar bien, era inicios de primavera y el viento movía las cortinas dejando entrar el aire fresco.
-"Oye, te estoy enseñando porque dijiste que no entendías"- su voz sonaba levemente hastiada -"En ese caso ¿por qué no te concentras un poco más?"- y mientras mi voz le respondía con un "si" sólo pensaba que concentrarme era imposible -"Por mí no hay ningún problema, pero las fórmulas que estás usando son un asco"- dijo señalando lo que acababa de escribir en el cuaderno.
Imposible al cien por ciento, además era la primera vez que nos veíamos luego del "incidente" en su casa, ¿que era? antes y después estaba muriendo de vergüenza, mi sonrojo se podía notar a kilómetros.
-"¿Tu cuerpo se encuentra bien?"- preguntó y con ello logró alterarme.
-"¡Muy bien!, es decir..."- ahí entré en cuenta que era mejor bajar la cabeza y mejor solo decirle -"Estoy bien"- me levanté de la silla y aprovechando que mi pelo cubría uno de mis ojos coloqué la excusa de que iba por un diccionario.
Diccionario para matemáticas, penoso.
Paseando por los pasillos encontré un diccionario de una editorial cualquiera mientras me recordaba actuar normal, a pesar de que él me estaba dedicando su tiempo.
Cerca de mí una pareja se encontraba, ella parecía buscar un libro y él la ayudaba, la conversación fluía con tanta naturalidad, daba envidia.
-"No creo que necesites un diccionario para repasar matemáticas"- me volteé sorprendida y Harry con su aire de indiferencia me observaba.
Reí nerviosa -"Así es"- devolví el libro a la estantería y él se recargo en la misma.
-"¿Por qué pareces tener la cabeza en las nubes desde hace algún rato?"-
-"Lo siento, al tenerte cerca mi corazón late muy rápido"- susurré mientras tapaba mi boca levemente con mi mano, la sinceridad y la idiotez por ello siempre han sido mis mayores defectos, me preguntaba si ya se había cansado de mí -"Mejor, me voy a casa, ¿y tú?"-.
-"Me quedaré hasta que cierren"- respondió.
-"Siempre te quedas hasta tarde, ¿verdad?"-.
-"Porque mi casa es aburrida"-.
-"¿A qué te refieres?"-
-"Bueno mi familia se está desintegrando"-.
-"Pregunté algo que no debía"- estaba luchando por hacer las cosas bien, pero todo parecía ser peor de lo que imaginaba.
-"No importa, ahora que tengo un gato, la situación ha mejorado"- a eso era a lo que se refería con vivir casi solo...-"¿Hoy pasarás la noche en mi casa?"- su pregunta me sorprendió.
-"¡A-aunque lo digas de repente, tengo que decirles a mis padres y ...! ¡No importa, iré!"-.
-"¿Cuál es tu decisión final?"-.
-"Iré"- por primera vez mi voz tenía un tono fuerte a su lado -"Si de esa manera no te sientes triste, eso me haría muy feliz"-.
-"¿Qué insinúas?"- su semblante frío, su tono...no parecía, todo era peor de lo que imaginaba.
-"Tienes razón"- mi voz volvía a ser tímida -"No tendría caso que yo vaya, simplemente pensé que me gustaría hacer algo por ti"- rasqué mi nuca con debilidad -"Soy molesta ¿verdad?, bueno, mejor me voy"- mis pies comenzaron a moverse en dirección a la salida de la biblioteca -"Gracias por ayudarme a estudiar"- el pulso lo tenía casi detenido.
-"No quise decir eso"- y antes de que me alejara lo suficiente él me tomó del brazo, giré sorprendida y sus labios ya se encontraban sobre los míos.
Y ahí, cuando todos ya se habían marchado de esa biblioteca, Harry cerró las cortinas.
-"Harry...estamos en la escuela, creo que esto deberíamos hacerlo en casa"- mi voz se quebraba al sentir su frio abrazo.
-"No aguantaré hasta llegar a casa"- Entre besos, ocultos, pero a la vista de quien pasase por la biblioteca -"¿Por qué te gusto?"-.
-"Porque se trata de ti"-
-"¿Qué quieres decir? no me estás respondiendo nada"- cuando susurró eso, sentí que reía un poco.
Pero eso ya fue hace diez años.
OhxxFranxx
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