Hidden. Zayn.

Nicolette estaba en medio de nada y alejada de todo.
Lo primero que recuerda es ver hombres vestidos de negro entrar a su departamento.
Y la mañana siguiente, es la mirada cafe del hombre que estaba a punto de meter a la cárcel.

“Señorita Bloxham, se le sugiere que se aleje de las investigaciones del caso. Malik no tiene nada que ocultar, usted solo esta perdiendo el tiempo, en los...”
Ni siquiera termine de leer la carta. Una sonrisa en mi rostro se transformo en mueca.
Al parecer alguien se siente amenazado. Eso solo significa que sí tiene algo que podría meterlo en problemas.
Deje mi espalda caer al sofá.
Pero esto, que se tome el tiempo de lanzarme esta advertencia, o amenaza —entorno los ojos a la nada para agilizar mi cerebro y procese todo lo mejor posible—; también significa que estoy en su mira.

“Pamelette, hija... Por favor piensalo bien. Este "mundo" es peligroso. No quiero que te arriesgues tanto. Eres joven, puedes estudiar una carrera menos...”

Papá siempre estuvo en contra de mi descision de seguir sus pasos. Se había vuelto costumbre que cada vez que hablemos me ruegue que deje la abogacía. Y al tomar el caso de los negocios fraudulentos de Malik -el cual seria mi primer juicio-, se había puesto peor y mas paranoico, y me estaba pasando la paranoia, pues sus palabras no paran de revolear en mi cerebro. Y esta nota no hace mas que darme coraje, no miedo.

—¡Pamelette! —. La voz de papá me altero mas que el portazo que dio al entrar a la casa, deslice el papel blanco bajo mi muslo— ¡Mira eso! —exclamo con el rostro rojo de furia y la voz era nerviosa y frustrada, una carta salio disparada al sofá y yo la tome con las cejas juntas.

Era una nota como la que yo recibí. Pero iba dirigida a mi padre.
Él me miraba ceñuda y fijamente, pero mi rostro no reflejaba nada, había sacado eso de él, no tenia derecho a quejarse.

Tomo aire y lo exhalo. Se sentó a mi lado viendo hacia enfrente. Estaba tenso y pensativo.

—No, voy a dejar el caso, papá.

Él me dedico una mirada seria y juraría que quería matarme. Pero luego pensó en que era su sangre, y que él era un abogado penalista que pasaría todo la vida en la cárcel. Su facciones se suavizaron y poso una mano en su oscuro cabello.

—Es tan necia —dijo para si, o se disculpaba con Dios, no estoy segura.— Prométeme —tomó en sus manos las mías y me miro justo a los ojos—: que te cuidarás, que si no recapacitas ahora, lo harás cuando no sea demasiado tarde

Asentí. —Te lo prometo papá, no soy una niña. Tengo 21 años. —Lo abrace y el poso su rostro en mi mejilla.

—Esto es una advertencia y...
—Y eso significa que oculta algo —lo interrumpi dándole vuelta a su oración— que yo ya descubrí —dije por lo bajo, no quería contárselo aun. Quería decirlo en el juicio, mañana y que todos se asombraran de mi astucia y capacidad.

Papá se separó de mí, más que impresionado, asustado. Y negó con la cabeza lentamente.

—No lo harás. —Ordenó.
—¿Qué? ¿Estas bromeando? ¡claro que lo haré! Y el quedara hundido en la cárcel. —Refunfuñe levantandome del sillón.

—¡Pamelette! —rugió y me detuve con una cara de frustración. Odio cuando grita así.

—¿Qué? —me volví hacia el, tenia mucha tristeza y la mirada perdida —confía en mi —suplique, y él asintió despaciosamente.

Su boca se abrió, pero el celular comenzó a sonar y lo tomó de inmediato.

Me retire a mi habitación. Cuando papá hablaba con sus amigos del bufete hablaba en términos que ni el rey de Inglaterra comprendería.

Entre en mi recámara y cerré la puerta con seguro. La paranoia se prendía de mi cabeza, y no había forma de sacarla. Aunque alardeaba tanto de ser fuerte e inmutable, la verdad es que si tenia solo un poco de miedo. No, mas bien curiosidad.

Mientras me quitaba la camiseta blanca, sentí un escalofrío, como cuando sientes que te observan. Quise pensar que era solo el frío; la ventana estaba abierta. La cerré con ímpetu.

Y la noche acabó. Y el sol intentaba hacérmelo saber traspasando la vidriosa ventana.
Y por el otro lado de la puerta, unos puños golpeaban incesante.

—¡Pamelette!

Corrí las cobijas y me levante.

—Iba a decírtelo ayer, pero estaba cerrado. —comenzó a argumentar, note que tenia una maleta— Tengo que partir ahora mismo a Toronto, me necesitan allá, —negó con el rostro—, no podre asistir al juicio. ¡Esta es una señal Pamelette, deja el...

—No papá, no necesito que estés allí. Todo saldrá bien —propuse con calma.

—Piensalo mejor. Y cuidate mucho.

Me enfundo en un fuerte abrazo y beso mi frente. Un bocinazo sordo nos separo, y él se fue.

···
Estaba nerviosa. Malditamente nerviosa. Ya había estado antes en tribunales, papá me había llevado a un sinnúmero de sus casos. Pero ahora todo se sentía desconocido e incomodo.

Y cuando lo vi a él. A Zayn Malik, la persona que estaba a punto de meter a la cárcel, todo lo que me incomodaba se volvió pequeño. Él no solo me incomodaba. Su mirada me intimido al grado de que yo evitase en todo momento el contacto visual.

—¿Señorita Bloxham? —dijo Adkins, la jueza, dándome el espacio para desplegar las supuestas pruebas.

Removí los documentos que tenia en frente y me dirigí al estrado con paso seguro. Luego pensé en que él; Malik debía estar viéndome y mi vista callo al suelo.

—En esta carpeta se encuentran las pruebas de que las empresas Malik han estado involucradas en serios problemas de...

Me detengo porque la jueza se aclara acaloradamente la garganta al hojear todos los papeles.

—Aquí no hay mas que recortes sin sentido de periódico —se quejo la señora viéndome como si fuera un bicho raro.

—¿Que..? —No sabia que estaba pasando, había recibido todos los documentos la noche pasada.

¡Esto no estaba pasando!

—... Yo... No se que sucedió... —Adkins me lanzo una mirada de cansancio.

—Se refuta la denuncia por falta de profesionalidad de los demandantes. —Bajo el rostro y sobre sus anteojos se detuvo en mi mirada, yo aprte la mia, con verguenza y sali casi corriendo antes de que ella dijera que ese era su veredicto.

Estaba llorando y no había parado en todo el día. No había respondido llamadas ni mensajes, ni siquiera había visto las redes sociales, en cualquier momento la bomba del ridículo que la hija del prestigioso Danniel Bloxham iba a explotar. Y yo no estaría pendiente a ello.

Unos ruidos de la cocina me hicieron levantar el rostro de mi almohada y mi vista se dirigió a la puerta y me levante, pero, en realidad todo venia de mi ventana. Dos manos taparon mi visión mientras un pañuelo emanaba un intenso olor químico. Después de ver nebuloso con mis párpados cerrados y cuando el olor se hundió completamente en mi pecho; supe que no estaba por ocurrir lo peor de mi día.

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Hola, aun tengo varios detalles que editar, asi que hay algunos errores, lo siento. Dejenme saber que opinan