entrevista. Shawn Mendes

Vaya, como es la vida. En un momento es maravillosa y predecible y en cuestión de segundos toda percepción se pierde en un agujero negro.
Hace dos semanas era una persona normal, a quien a penas conocían por ser una joven presentadora de televisión en un espacio de cinco minutos. Y ahora, soy odiada por muchas personas.
Aunque, esa entrevista también me ha permitido tener mucha gente que me admira. Los seguidores en mis redes sociales han aumentado escandalosamente. Pero no solo de personas de las cuales me eh ganado su simpatía y agrado, otra parte del conglomerado de seguidores solo están esperando que cometa un error para hablar mal de mi. Más mal, de lo que ya han hecho.
En lugar de ir escalando al éxito en mi carrera, gracias a esa entrevista ni siquiera quiero volver a poner mi cara frente una cámara.
Apreté mis ojos y una lágrima se deslizó por mi mejilla.
Y en el preciso momento en que iba a permitir que mil gotas más salieran, escucho alguien tocar la puerta.
Me tomo un momento y limpio mi rostro rápidamente con una toalla blanca. Seguramente era Cathy, ya había regresado del supermercado.
No. Estaba equivocada, en lugar de unos ojos azules; en la puerta hay unos color café.

—Ho... Hola —dice Shawn, era obvio que se sentía culpable.
—¿Qué haces aquí? —pregunté, bajando las mangas de mi enorme hoodie rosa, y escondiendo levemente mi pierna izquierda detrás de la otra, mi pantalón amarillo tembló. Estaba vestida como una payasa.

—Eh visto todo este problema en el que te ha metido esa entrevista que me hiciste. Y quiero decirte que lo siento mucho. Y...

—... —asentí con seriedad—, esta bien, acepto tu disculpa, pero eso no cambia absolutamente nada.
—Soy consciente de ello
—Por supuesto que lo eres ¡todos allá afuera están hablando sobre que me muero por ti cuando...
—¿Cuando que? —me pregunto ansioso y mirándome suplicante.

No sabía que se suponía que debía hacer en esa situación, todos mis sentidos me habían abandonado dejando unos músculos inmóviles frente a él.

—¿Qué? —. Puedo asegurar que otra pregunta no era la respuesta que esperaba.

—Yo... Tú —tomó una bocanada de aire—. Me gustas mucho ______

Me quede paralizada, pero mi mente estaba descontrolada. ¿Le gusto a Shawn Mendes?

El me miraba, expectante. Yo no tenía ni idea de como actuar. ¿Debería decirle que me gusta también?

—Es, muy lindo lo que me dices —expuse haciendo una linea imaginaria con la mirada, hasta apartarla de los ojos de él.

Y un momento incomodo nos envolvió. Shawn parecía desanimado. Yo me sentía mal por no poder decirle lo que él parecía querer escuchar.

Shawn me miraba. Yo no, a él, pero aun con la vista en el suelo, podía sentir sus ojos bailoteando en busca de mi mirada.

—Entiendo. Yo —sus labios solo se cerraron, reprimiendo algunas palabras.

—Adiós. —dijo dando la vuelta y caminando hasta la salida de mi departamento.