El principe ruso (Joe y tu)

omj yo quiero qeu sea un final feliz
que no pase nada
malo porfavo
ya quieo mas

aww me encantooo :arre:
joe se porto tierno y :twisted:
me encantoo
siguela

awww Joe es tan tierno :arre:
:¬¬: pero solocuando quiere
si no ay maraton sube 2caps! porfaaa
siguelaaaaa!

Sube otro cap, si? :L: Hazlo en memoria de los dinosaurios(? xD

LiaJonasDh escribió:Sube otro cap, si? :L: Hazlo en memoria de los dinosaurios(? xD

Jajajajajajajja!!!!
Tu comentario es genial!!! XDDDD

Capitulo 12

________ volvía de dar un paseo por los jardines del palacio y encontró a Joe en la terraza, con las manos en los bolsillos del pantalón, perdido en sus pensamientos.

Seguía pareciéndole el hombre más guapo que había visto nunca y su corazón se aceleraba sólo con mirarlo. Y querría preguntar qué le pasaba, pero intuyó que no le agradaría esa intrusión.

Desde que se encontraron en casa de la condesa habían pasado los días charlando, haciendo el amor, cenando en la terraza o frente a la chimenea del salón y yendo a San Petersburgo de vez en cuando.

La había llevado a un crucero por el río Neva, al museo Hermitage, a la catedral de San Isaac y a la fortaleza de Pedro y Pablo en la isla Zayachy, entre otras actividades. También habían ido al teatro y a la ópera, como le había prometido, y su nivel de ruso estaba mejorando, aunque aún no podía mantener una conversación.

Mirando a Joe, ________ se llevó una mano al abdomen. Estaba de catorce semanas y, aunque aún no sentía movimiento alguno, habían visto al bebé en las ecografías. Era demasiado pronto para saber si sería niña o niño pero sólo tenía que recordar ese puñito diminuto en la pantalla para que su corazón se llenase de amor.

La vida con Joe era perfecta durante esas últimas semanas. Él se mostraba atento a todas sus necesidades, cariñoso, divertido y siempre apasionado en la cama. La conocía tan bien... a veces mejor que ella misma. Era asombroso.

De hecho, no podía imaginar la vida con otro hombre. Una vez había pensado que Chad Russell era su hombre ideal. Ya no podía entenderlo.

Mientras observaba a su marido, tan pensativo, no pudo evitar una oleada de tristeza. A pesar de los progresos en su relación o de su deseo de hacerlo feliz, sabía que había una parte de Joe que no podía compartir.

Había sabido desde el principio, cuando intentaba no enamorarse de él, que en su corazón había una profunda tristeza. Era su escudo, su armadura contra el mundo.

Había intentando hablar de Chad y Elena alguna vez, pero Joe siempre cambiaba de conversación. No se enfadaba, pero estaba claro que no quería hablar del asunto.

_______ empezó a subir los escalones de piedra y él se volvió, sus ojos plateados ensombrecidos por alguna emoción que intentaba disimular.

–¿Has disfrutado del paseo?

–Sí, mucho.

–Ven, siéntate. Bebe un poco de agua, pareces acalorada –Joe tomó su mano para llevarla hasta una silla y le sirvió agua de una jarra con hielos.

–¿Ocurre algo? –le preguntó _______ cuando el silencio se alargó.

Él le dio la espalda, vacilando un momento antes de contestar:

–Hoy es el aniversario de la muerte de mi hermana. Murió hace quince años.

_______ lo miró, sorprendida. No había vuelto a hablar de su hermana desde la primera noche. ¿Significaba eso que estaba dispuesto a abrirle su corazón?

–Lo siento mucho. ¿Quieres hablar de ello?

Un golpe de viento abrió una servilleta que había sobre la mesa y ella la dobló mientras esperaba.

–Katerina tenía leucemia –dijo Joe por fin–. Y murió porque yo no podía pagar el tratamiento que necesitaba para salvarle la vida.

–Lo siento muchísimo –murmuró ________, conmovida–. Debió ser horrible para ti y para tu madre.

–Mi madre tenía Alzheimer muy avanzado para entonces. Nunca se enteró de lo que ocurría y murió tres años después que Katerina. Yo soy el único que queda para recordarlas.

–Pero tu tía vive –se arriesgó a decir _______. Quería que supiera que no estaba solo en el mundo, que él tenía el poder de cambiar las cosas. La gente cometía errores, pero tal vez su tía lamentaba lo que había hecho tantos años atrás.

Joe apartó la mirada, cerrándose por completo.

–No hay ninguna posibilidad de reconciliación.

«No lo digas», le advirtió una vocecita, pero no podía dejarlo sin recordarle la verdad.

–Tim Russell está muerto. ¿Por qué dejas que lo que hizo te separe de tu familia para siempre?

–No son mi familia –replico él, con sequedad–. Perdona –dijo luego– no es culpa tuya.

________ se levantó para abrazarlo, apoyando la cabeza en su pecho. No podía soportar verlo sufrir.

–Yo también lo siento, no quería hacerte daño.

–Lo sé.

–Sólo quiero entender, Joseph.

–No hay nada que entender. Sencillamente, las cosas son así.

Joe no podía dormir. Afortunadamente, a su lado, la suave respiración de ________ le decía que ella no tenía ese problema. Al otro lado de la ventana el cielo era blanco, pero no sabía qué hora era. Podría ser medianoche o las tres de la madrugada. Estaban en medio de las beliye nochi, o noches blancas, por las que San Petersburgo era tan famosa.

Joe apartó el edredón y se levantó de la cama para acercarse a la ventana.

Katerina había muerto una noche como aquella, en la que el sol no se ponía nunca del todo y el mundo parecía lleno de luz, como un eterno verano.

Pero no había veranos eternos, ni para Katerina ni para nadie. Sólo una corta temporada de estío entre largas y heladas estaciones.

Y eso lo asustaba. Era por eso por lo que se negaba a encariñarse con nadie. No podían hacerte daño si no te encariñabas con nadie.

________, sin embargo, le había arrebatado ese consuelo. Aunque había intentado que no pasara, se había convertido en alguien importante para él. Cuando volvió a su lado esa noche, varias semanas antes, sabía a lo que se arriesgaba. Sabía que una vez que volviese a tocarla no podría apartarse.

__________ era todo lo que necesitaba; ella y su hijo. No necesitaba tenderle su mano a Chad y Elena Russell.

Sólo la necesitaba a ella y tenía que explicarle por qué había tenido que destruir la empresa Russell. La verdadera razón. Quería que lo entendiera y quería contarle al menos a un ser humano lo que no le había contado a nadie. Necesitaba hacerlo.

–¿Joe?

Cuando se volvió, vio a _________ apoyada en un codo, mirándolo.

–Perdona –se disculpó–. No quería despertarte.

–No pasa nada –_________ se levantó de la cama y se puso una bata antes de pasarle un brazo por la cintura–. Había oído hablar de esto, pero resulta difícil creerlo hasta que lo ves. Es asombroso que nunca se haga de noche.

–No, tú eres asombrosa –murmuró Joe.

Ella sonrió y el mundo pareció iluminarse.

–Siempre dices la palabra adecuada.

–¿Ah, sí?

–Debe ser así. Me convenciste para que te besara cuando no te conocía de nada y has seguido convenciéndome de cosas hasta ahora.

–Tal vez debería meterme en política.

–Ah, entonces seguro que pronto tendríamos paz en el mundo.

Joe se puso serio de repente.

–No siempre digo las palabras adecuadas, angel moy. = Angel mio :arre:

–¿Qué quieres decir?

–Cuando Katerina estaba muriéndose fui a Dallas... fui a ver a Tim Russell para pedirle ayuda, pero no quiso ayudarme. Me dijo que los Voronov estaban muertos para su mujer y, por lo tanto, para él también.

–Lo siento mucho...

–Mi hermana murió porque no pude salvarla. Lo intenté, pero no pude hacer nada.

–No es culpa tuya –los ojos de ________ estaban llenos de lágrimas y Joe se maldijo a sí mismo por hacerla llorar. ¿Por qué la había cargado con ese peso? Había querido compartir su pena con ella, pero desearía dar marcha atrás. Cualquier cosa para verla sonreír de nuevo.

–Nunca se lo había contado a nadie. No se lo conté a Katerina... no hubiera servido de nada.

–¿Has llevado esa carga contigo durante quince años? –________ sacudió la cabeza–. Eres tan obstinado...

Él la miró, sorprendido. ¿Obstinado?

–No tenía razones para contárselo a nadie, lyubimaya moya. Pero no es obstinación.

–Sí lo es –dijo _______, tomando su cara entre las manos–. No puedes guardarte esas cosas dentro para siempre porque te acaban destruyendo.

–Ya no me las guardo dentro, te lo he contado a ti. Y ahora sabes por qué no puedo perdonar a los Russell. Me robaron mucho más que unas tierras... mucho más.

______ se puso de puntillas para darle un beso en los labios y, al notar el sabor de sus lágrimas, se le rompió el corazón al saber que lloraba por él.

Le gustaría llevarla a la cama de nuevo y hacer que olvidase lo que acababa de contarle. ¿Por qué lo había hecho? ¿Y por qué sentía como si se le hubiera quitado un enorme peso de encima?

–Tienes que olvidar todo lo que pasó, cariño. Te está matando.

–No, al contrario, me ha dado un propósito en la vida –dijo él–. Me ha hecho lo que soy. Sin ese propósito, no tendría todo esto...

–Yo no quiero todo esto a expensas tuyas. Nada es tan importante como...

–¿Como qué, _________?

–Tan importante como el amor que siento por ti –le confesó ella entonces. :arre:

El corazón de Joe se encogió dentro del pecho. No era la primera mujer que le decía esas palabras y, sin embargo, el efecto era totalmente diferente. Tanto que empezó a sentir miedo. ¿Cómo podía haber dejado que pasara?, se preguntó. La necesitaba. Estando con ella se sentía más feliz que nunca y escuchar esa confesión completaba una parte de él que se había perdido hacía muchos años.

Pero el amor significaba dolor, inseguridad. Y él había jurado no dejar nunca que otra persona pudiera decidir sobre su felicidad porque sabía, por experiencia propia, que podía no acabar bien.

–¿No vas a decir nada? –le preguntó _______.

Sólo entonces se dio cuenta de que se había quedado callado.

–¿Qué quieres que diga? :¬¬: Mierda, ¿por que siempre lo jodes Joe?

Como si no lo supiera...

Pero no podía hacerlo, no podía decirle algo que temía que se lo tragase entero. Las palabras no salían de su garganta... y no sabía si quería que así fuera.

–Nada –murmuró ella–. Nada en absoluto.

–Vuelve a la cama –dijo Joe, con voz ronca. Le había hecho daño y se odiaba a sí mismo por ello–. Tienes que estar sana y fuerte por el niño. Joe, mejor callate, te ves mas lindo asi

________ dio un paso atrás.

–El niño, claro –murmuró, poniendo una mano sobre su abdomen.

Él no sabía qué decir. Podría cambiarlo todo con una sola palabra, podría decirle lo que deseaba escuchar y hacerla sonreír de nuevo. Pero le resultaba imposible.

Cuando ________ despertó a la mañana siguiente, Joe se había ido. No era la primera vez que despertaba sola en la cama, pero aquella vez era diferente. Lo sabía. Después de haberle confesado su amor la noche anterior, sabía que se marcharía.

Pero una parte de ella esperaba que no fuera así. Se había dejado llevar por la emoción al notar el dolor en su voz cuando hablaba de la muerte de su hermana y de la crueldad de Tim Russell...

Entendía que lo hubiera odiado, pero la horrorizaba pensar lo que habría sido para él vivir con ese odio durante quince años.

Había querido que entendiese lo dañino que era el resentimiento, pero no había querido decirle que lo amaba. Aún no. Era un sentimiento demasiado nuevo, demasiado frágil y temía que él no sintiera lo mismo. Habían pasado unas semanas maravillosas, pero eso no era suficiente para construir una vida entera de amor.

________ suspiró al recordar su expresión cuando le dijo que lo amaba. Parecía tan asustado como si le hubiera dicho que el mundo se iba a terminar al día siguiente.

Joe no la amaba, no la necesitaba. Se había casado con ella por el niño y disfrutaban en la cama. Nada más.

Pero ¿por qué le había contado aquello si no le importaba?

Daba igual, Joe se había ido y ella estaba furiosa consigo misma por haberle hablado de su amor. Si no hubiera dicho nada, seguirían como hasta ese momento.

Pero, se preguntó entonces, ¿era eso suficiente? ¿No merecía algo más?

Cuando salió de la suite encontró a una criada poniendo la mesa en la terraza.

–Dobroye utro –la saludó. = Buenos Dias

La joven le devolvió el saludo y, haciendo una reverencia, salió de la terraza.

Había un sobrecito sobre la bandeja del desayuno y ________ lo abrió con manos temblorosas. Ya sabía lo que era, el único misterio era cómo explicaría su ausencia.

Tengo que ir a Moscú esta mañana. Volveré esta noche. Joseph

_______ miró hacia el golfo de Finlandia, a lo lejos, sintiendo una mezcla de amor, pena y resentimiento. ¿Un día se convertiría en dos? ¿Pasaría una semana, un mes o dos meses antes de que volviese a verlo? ¿Lo había alejado para siempre con esa declaración de amor?

Joe era un hombre rico, poderoso e implacable con sus enemigos. Se había casado con ella porque lo creía su deber, nada más. Dijera lo que dijera, él debería estar con una mujer como la condesa Kozlova, alguien elegante y acostumbrado a su mundo.

No. Eso era ridículo, pensó. Estaba siendo irracional, dejándose llevar por la autocompasión...

Y no pensaba hacerlo.

Entonces sintió una especie de aleteo en el estómago, como un pajarillo diminuto, una mariposa, y se dio cuenta de que era su hijo.

Y eso incrementó su resolución. Ya estaba harta de esperar que Joe decidiera lo que sentía por ella.

Porque ella merecía su amor y merecía a aquel hombre. Y no pararía hasta obtener una respuesta. :grupo: :arre:

Chicas ahi su capi de hoy!!!
Y les tengo malas noticias............ :pale:
Lamentablemente a la nove solo le falta............ :pale: .........UN CAPI!!!! :affraid: :affraid:
Si en el proximo capi la nove se acaba :crybaby: :crybaby:
Ustedes saben como me duele mucho cada vez que una de las adaptaciones que subo se acaban :crybaby: :crybaby:
Pero si es verdad solamente queda el proximo capi, y ADIOS NOVE :crybaby: :crybaby:
Bueno espero ver muchos comments :sad:
Buenas noches :hi:

O_o se acabala nove! No porquée!
Yá quiero el ultimo cap!
Y Joe haber si dejas de joder las casas :risa:

solo uncap????? noo que trsite
ya quero el final

y estare esperando la nuvea nove

Dios mio :') Todo esto está hermosisisisisisisisisimo :c
pobre Joe :( Está muy herido
pero no por miedo a errar, vas a dejar de intentar :(
Lloro :( Porque se va a cabar? T_T
espero que subas otra adaptación después de esta :3
siiiii? (:
sigue porfavor TwT! :DDD

Ashliita! <3 escribió:Dios mio :') Todo esto está hermosisisisisisisisisimo :c
pobre Joe :( Está muy herido
pero no por miedo a errar, vas a dejar de intentar :(
Lloro :( Porque se va a cabar? T_T
espero que subas otra adaptación después de esta :3
siiiii? (:
sigue porfavor TwT! :DDD

Si a mi tambien me dolera que se acabe :crybaby: :crybaby:

Capitulo 13

NO LE resultó fácil ir a Moscú, pero _________ se había negado a aceptar una negativa. Primero, había pedido un coche, sin Mariya y sin seguridad, y luego le indicó al chófer que la llevase al aeropuerto.

Una vez en Moscú, tuvo cierta dificultad para encontrar un conductor que la llevase al cuartel general de Prospecciones Voronov pero, por fin, lo consiguió también. Ahora, sentada en la limusina, se preguntaba si habría ido demasiado lejos.

________ se pondría furioso al verla allí.

Tenía el corazón acelerado desde que empezó el viaje y su estómago empezaba a protestar también. Debería haber comido algo más que una tostada, pensó.

Cuando el conductor se detuvo frente a un edificio de acero y cristal en el distrito Presnensky, ________ bajó del coche. Acostumbrada como estaba al silencio del palacio, el ruido de la ciudad le parecía ensordecedor.

Pero tenía que hacerlo. Porque si ________ no la valoraba, estaría mejor en Dallas. Al menos allí, su vida sería suya. Amaba a Joe, pero si él no la correspondía volvería a su país en lugar de esperarlo perpetuamente en San Petersburgo.

________ entró en el elegante vestíbulo y se acercó al mostrador.

–Vengo a ver al príncipe Voronov.

–Me temo que eso no es posible, señora –le dijo la recepcionista–. Pero si quiere pedir una cita...

–No, no quiero una cita. Soy su esposa y quiero verlo ahora mismo, por favor –la interrumpió ________.

Era un poco ridículo aparecer allí diciendo que era su mujer y quería verlo. Siendo su mujer, debería al menos tener el número de su móvil. Pero Joe nunca se lo había dado.

–Por favor, espere aquí –dijo la recepcionista, señalando una fila de sillas frente a una pared de cristal.

________ iba a protestar, pero pensó que no serviría de nada. Además, estaba agotada y empezaba a desear haberse quedado en San Petersburgo; al menos allí podría tumbarse en la cama.

No sabía cuánto tiempo había estado esperando, pero supo antes de ver a Alexei que estaba allí. Algo había cambiado en el aire, como el lejano retumbar de un trueno.

–¿Estás loca? –le espetó.

–Tal vez sí –respondió ella.

Quería levantarse y exigirle una explicación para su repentina partida, pero no tenía fuerzas. Estaba mareada y lo único que deseaba era tumbarse un rato.

–Le diré a mi chófer que te lleve a mi apartamento. Cuando termine aquí, me reuniré contigo.

–Muy bien –asintió ella, levantándose. Pero, al hacerlo, notó humedad entre las piernas. Tal vez se había sentado en una silla mojada... ¿por qué no había mirado antes de sentarse?

–Joe...

–Dios mío, ________.

Ella siguió la dirección de su mirada y tardó un momento en entender el significado de las manchitas rojas en el suelo... pero cuando lo hizo, un grito sordo escapó de su garganta.

Era culpa suya, pensaba Joe. Había sido un arrogante, un imbécil. ¿Por qué la había dejado así, sin darle una explicación? Había pensado volver a San Petersburgo esa misma noche, pero si era sincero consigo mismo debía admitir que habría encontrado alguna razón para no hacerlo.

¿Por qué?

Porque era un cobarde. Porque no quería enfrentarse con sus miedos. Se le daba muy bien escapar de las emociones que no quería sentir. Llevaba años haciéndolo, subsistiendo a base de odio y ambición. Y, por fin, estaba pagando el precio.

No sólo él, sino _______ y su hijo.

Cuando vio las manchitas de sangre en el suelo y pensó que iba a perderla, juró que entregaría todo lo que tenía, hasta su último rublo, si Dios escuchaba su ruego y le salvaba la vida.

Alguien había escuchado porque ________ estaba bien. Ella y el niño, le habían dicho los médicos. El alivio lo había abrumado de tal modo que tuvo que sentarse cuando le dieron la noticia de que había dejado de sangrar y podía irse a casa, aunque tendría que guardar reposo durante un mes.

Cuando entró en la habitación, ________ estaba sentada en la cama, con las manos sobre el regazo.

–Estás muy pálida, lyubimaya moya.

–Lo siento, Joe –dijo ella entonces–. He puesto al niño en peligro y no puedo perdonarme a mí misma...

–No, por favor, no es culpa tuya –la interrumpió él, abrazándola–. No llores, ________.

–No quería que te fueras así, por eso vine a Moscú. No quiero estar sola otra vez. Quería lo que habíamos tenido estas últimas semanas.

Joe no podía hablar, sólo podía abrazarla para ofrecerle consuelo. Le parecía tan bella, tan pálida y frágil, que no quería soltarla nunca.

–No, eso no es verdad –dijo _______ entonces, sacudiendo la cabeza.

Y a él se le encogió el corazón. Iba a decirle que no lo quería, que estaba harta. Era el castigo por su obstinación, por su incapacidad de ver la verdad.

–Dime lo que quieres y será tuyo –le ofreció. Aunque quisiera marcharse, la dejaría ir. Lo que fuese con tal de hacerla feliz.

–Quiero algo más, Joe –dijo __________ entonces–. Quiero que sientas lo que yo siento. No estoy dispuesta a vivir con un hombre que no me quiere. Me he pasado la vida complaciendo a los demás y quiero que alguien cuide de mí para variar. Y si tú no puedes darme eso, necesito saberlo ahora. Porque aunque te quiero, no voy a quedarme en tu palacio esperando que algún día tú sientas lo mismo.

Era tan orgullosa, tan asombrosa, tan decidida. Y él removería cielo y tierra para hacerla feliz. Haría cualquier cosa por ella.

Lo que sentía en aquel momento era tan poderoso que tuvo que ponerlo en palabras:

–Te quiero –dijo por fin. Pero la frase sonaba ronca, estrangulada–. Te quiero –repitió, con más fuerza esta vez.

–Sólo lo dices porque crees que es lo que espero escuchar. Joe entendía que no lo creyera. ________ pensaba que era un hombre implacable, que había intentado seducirla para conseguir información, que haría lo que fuera para ganar.

De modo que clavó una rodilla en el suelo, frente a la cama, y le tomó la mano.

–Esto no se me da bien –le confesó, con el corazón encogido–. No sé cómo decirte que eres la persona más importante del mundo para mí, que estaba muerto por dentro hasta que apareciste en mi vida. No sé decir las palabras adecuadas, ________. Ti nuzhna mne, ya tebya lyublyu. Eso es todo lo que sé.

–¿Qué has dicho? –preguntó ella, con la voz rota.

–He dicho que te amo, que te necesito. :arre:

–Me gustaría creerte, pero... Creele, no seas estupida

–Por ti, iré a ver a Chad y a Elena.

________ negó con la cabeza.

–Joseph... yo quiero que vayas a verlos por ti, no por mí. Quiero que estés convencido de que eso cerrará la herida por fin.

Joe lo pensó un momento y supo que quería hacerlo por él mismo tanto como por su hijo.

–He tenido tiempo para pensar durante estas horas –empezó a decir–. Y me he dado cuenta de que me había encerrado en mí mismo. Pensé que el niño y tú seriáis suficiente para mí... y lo sois, pero sé que tienes razón. He odiado a los Russell durante quince años y he creído que ellos me odiaban a mí. Tal vez sea así, pero estoy cansado de odiar. Ya no me vale para nada. Y los veré porque tú me has convencido de que eso es lo que debo hacer, __________. Al menos sabré que he hecho el esfuerzo.

–¿Lo dices de verdad?

–Sí.

–Pero ¿por qué me quieres ahora? –le preguntó ella, como si no pudiera creerlo–. Si sólo intentas hacerme feliz hasta que nazca el niño...

–No, no es eso –la interrumpió Joe–. Entiendo que seas escéptica, pero no es eso. Me sentí atraído por ti desde el primer momento. No te pareces a nadie más. Eres tan fuerte, tan especial. No sabes lo preciosa que eres y tienes el corazón más tierno del mundo. Lloras cuando ves una obra de arte, te ríes como un ángel y lucharías a muerte para proteger a tus seres queridos.

Los ojos de ________ se llenaron de lágrimas y él las secó con un dedo.

–No llores, por favor. Me rompe el corazón verte llorar.

–No puedo evitarlo...

–Te quiero, ________, aunque me asusta decirlo. Porque todos aquellos a los que he querido me han dejado y he tenido que seguir adelante sin ellos, echándolos de menos, sabiendo que les he fallado... y no quiero fallarte a ti también. No quiero vivir sin ti, _________. Te necesito tanto. :arre: :arre: :sad:

Ella lo abrazó con todas sus fuerzas.

–Te quiero, Joe. Pero no creo que debamos tener miedo de este amor. Al contrario, debe hacernos felices. Si lo somos, no nos fallará. Como tú no le fallaste a Katerina. Ella sabía que la querías y no fue culpa tuya que muriese. Quiero que creas eso de verdad, Joe.

Él sonrió, estaba abriendo su corazón de tal forma que casi le dolía. El amor que sentía era abrumador, pero el miedo desaparecía poco a poco. Siempre estaría allí, en una esquina de su corazón, pero ya no era lo más importante.

–Intentaré creerlo, lyubimaya moya. Por ti.

–No –dijo ella–. Por ti.

–Por mí –repitió Joe.

Porque tenía razón, porque lo conocía mejor que nadie y lo amaba más que nadie. Y porque él ya no tenía miedo de enfrentarse con sus miedos.



Dallas en invierno era mucho más agradable que San Petersburgo y, sin embargo, _______ echaba de menos Rusia. Echaba de menos el enorme palacio Voronov y los paseos en trineo sobre la nieve. Pero volverían en primavera, cuando el tiempo no fuese tan frío.

–La niña está dormida –anunció su hermana, entrando en el salón.

–Katerina es una niña muy buena –dijo _________. Le pusieron como a la hermana de Joe

Emma se sentó a su lado en el sofá.

–Es maravillosa, sí. Tienes mucha suerte.

________ sonrió. Sí, había tenido mucha suerte. Suerte de tener una hija maravillosa y un marido al que adoraba. Un marido que había comprado una casa en Dallas y la había llevado allí a pasar el invierno porque sabía que echaba de menos su tierra.

Encontraron una casa preciosa, con un jardín lleno de árboles y un porche que daba la vuelta a todo el edificio, con sitio para sentarse por las noches, cuando la temperatura era más agradable.

Había tenido que explicarle a Joe la tradición sureña de sentarse en el porche y saludar a los vecinos y, aunque él no lo entendía muy bien, le prometió que haría lo que ella quisiera.

Emma miró hacia el jardín.

–¿Siguen ahí fuera?

–Sí –respondió ________, riendo–. Creo que Chad le está explicando a mi marido cómo hacer las costillas a la barbacoa al estilo de Texas.

En los últimos ocho meses, Joe había cumplido su promesa de ponerse en contacto con Chad y Elena y, poco a poco, estaba creando una relación con su primo. Desgraciadamente, Elena era una mujer amargada que seguramente se llevaría su odio a los Voronov a la tumba. Afortunadamente, a él no parecía importarle.

Chad, sin embargo, estaba encantado de relacionarse con su primo. Joe no le contó lo que su padre había hecho y ese acto de nobleza hacía que lo amase aún más y que se sintiera orgullosa de ser su mujer.

–Chad me ha dicho que Joe le ha ofrecido un puesto en la empresa, dirigiendo las operaciones en Estados Unidos –le contó Emma–. Imagino que ha sido idea tuya.

–No, en absoluto. La persona que llevaba ese departamento se ha retirado y supongo que Joe ha pensado que Chad podía hacerlo estupendamente. No le habría ofrecido el puesto si no creyese en él.

Emma sonrió, apretándole la mano.

–Da igual. Lo importante es que podamos casarnos.

En ese momento, los dos hombres volvían al salón y pasaron la noche comiendo, charlando y riendo como un grupo de amigos. Paige miró a Alexei, contenta al verlo en animada conversación con su primo. Era tan diferente a como se habían mirado aquella mañana, en la sala de juntas de Moscú.

Más tarde, mientras Chad y Emma llevaban los platos a la cocina, Joe se volvió hacia ella con expresión posesiva, sensual. Y, como siempre, _______ se derritió. Cuando la miraba de ese modo, como si lo fuera todo en el mundo para él, se deshacía de amor.

–Gracias –murmuró, inclinándose para besarla.

_______ le echó los brazos al cuello.

–¿Por qué?

–Por hacer de mi vida mucho más de lo que yo creía posible.

–Aún no he terminado –le advirtió ella–. Tengo muchas más cosas que enseñarte. Y empezaré en cuanto se vayan nuestros invitados.

La sonrisa de Joe era ardiente, sexy.

–Estoy desando –murmuró–. Porque también yo tengo un par de cosas que enseñarte.

Horas más tarde, mientras estaba en la cama exhausta, saciada y feliz, _________ pensó que jamás se cansaría de aquel hombre.

–Te quiero –susurró, besándole la cara.

Joe le besó un hombro, el cuello, los labios.

–Ya tebya lyublyu –musitó–. Más de lo que nunca puedas imaginar. :arre: :arre: :inlove:

Y le demostró de nuevo, sin palabras, cuánto la amaba.

FIN