la logia del Conde de Saint Germain.

Orígenes.

La Logia Secreta del Conde de Saint Germain o también conocida como La Logia de los Viajeros Espaciotemporales es una sociedad secreta y milenaria. Fundada en el año 1728 por el propio Conde de Saint Germain, primer viajero, alquimista y personaje de sociedad aclamado. Dedicó su vida a desentrañar los misterios de los viajes espaciotemporales, del funcionamiento del cronógrafo y descubrió las fechas y lugares de nacimiento de las futuras generaciones de viajeros. Junto con científicos tales como Albert Einstein e Isaac Newton. A esta sociedad han pertenecido tantas figuras famosas que compone un amplio abanico que abarca desde médicos hasta actores de televisión.

La misión de esta Logia es proteger y guiar a los viajeros para que éstos puedan desvelar el Secreto que se esconde tras El Secreto. Los miembros de la Logia de todas las épocas se mantienen en contacto con el Conde de Saint Germain (que opera desde su época) por medio de los viajeros: que entregan cartas y sirven de mensajeros. Todo aquel que haga juramento, deberá seguir las órdenes del Conde.

Así mismo, dentro de la Logia existen distintos cargos. A saber:

-Gran Maestre: Máxima autoridad después del Conde.
-Círculo Interior: conjunto al que pertenecen un reducido número de personas y sólo pueden acceder a él aquellos que hayan llegado a adepto de primer grado.
-Adeptos: conocidos como afiliados a la Logia, deben pasar exámenes escritos y prácticos de todo tipo para demostrar sus habilidades. Existen tres grados: de primer, segundo y tercer grado (siendo el último el de menor categoría).

*Nota: Algunos de los miembros ejercen a su vez de profesores.

Juramento de lealtad.

Y hago voto de honorabilidad y cortesía,
de honradez y compasión,
de oposición contra la injusticia,
ayuda al débil
y fidelidad a la ley,
de conservación de los secretos
y respeto de las reglas de oro,
desde ahora hasta el día de mi muerte.

El cronógrafo.

Descripción: El cronógrafo es el objeto mediante el cual los viajeros pueden elapsar* en el espaciotiempo de forma controlada. A primera vista, parece un gran reloj de chimenea. Es de madera pulida y metal con innumerables botones, registros y ruedecitas. Todas las superficies están pintadas con miniaturas del Sol, la Luna y las estrellas y marcadas con signos y motivos misteriosos. El aparato tiene forma de albeada, como una caja de violín. Entre las pinturas, signos y motivos, tiene doce agujeros, con un tamaño semejante al puño de un hombre adulto. Ahí es donde cada viajero debe introducir la piedra que le representa en el Círculo una vez la haya encontrado. Cuando todos los huecos hayan sido completados, cada cronógrafo revelará el Secreto para descubrir el Gran Secreto.

Funcionamiento: Para ponerlo en funcionamiento, se debe elegir la fecha, día, hora y lugar al que viajará el viajero, girando las ruedecitas que conforman el aparato. Una vez se ha establecido, se abre el registro que corresponde al viajero, que debe introducir el dedo en la apertura. Dentro, una pequeña aguja se le clavará en la piel y el agujero que corresponde a la línea de viajeros de la que desciende emitirá una luz del color de la piedra correspondiente y el viaje en el tiempo se iniciará.

*elapsar: término con el que se denomina a la acción de viajar en el espaciotiempo.

Tipos de saltos.

Saltos controlados.

Un viaje espaciotemporal realizado con la ayuda del cronógrafo puede durar de 120 segundos a 240 minutos. Para evitar saltos incontrolados en el espaciotiempo, los portadores del gen deben elapsar 180 minutos diariamente. Si el tiempo se sitúa por debajo de este límite, pueden producirse saltos incontrolados dentro de un plazo de veinticuatro horas.

Según investigaciones empíricas realizadas por el conde de Sain Germain en los años 1720 a 1738, un portador del gen puede elapsar diariamente con el cronógrafo un total de hasta cinco horas y media, es decir, 330 minutos. Si se supera dicho límite, aparecen dolores de cabeza y sensaciones de vértigo y debilidad, así como una importante merma de las capacidades perceptivas y coordinativas. Este dato pudo ser confirmado por los hermanos Thomfyth en tres ensayos personales de características semejantes.

Saltos incontrolados.

Los viajes espaciotemporales incontrolados son aquellos que se producen sin utilizar el cronógrafo, impidiendo que el viajero en cuestión tenga la oportunidad de elegir a dónde y cuándo viaja. Lo que pone en riesgo su integridad física. No hay un límite de viajes incontrolados establecidos, se puede llegar a viajar hasta diez veces en un mismo día, siempre y cuando no se sobrepase el límite de tiempo establecido (véase documento anterior). Por ello y para evitar futuras lamentaciones, todos los viajeros están obligados a elapsar un mínimo de 180 minutos al día.

Los viajes incontrolados en el tiempo se anuncian, por regla general, unos minutos, o a veces también horas o incluso días antes, por una sensación de vértigo en la cabeza, en el estómago y/o en las piernas. Muchos portadores del gen han informado también de la aparición de dolores de cabeza del tipo migrañoso. El primer salto en el tiempo - llamado Salto de Iniciación - se produce entre los dieciséis y los diecisiete años del portador del gen.

Transportar objetos.

Los objetos inanimados, sean del tipo que sean y sin que importe el material de que estén hechos pueden ser transportados en el espacio y en el tiempo sin problemas, y además en ambas direcciones. La condición fundamental es que en el momento del transporte el objeto no tenga contacto con nada ni con nadie a excepción del viajero espaciotemporal transpotrtador. Las plantas y partes de plantas, así como seres vivos de todas las clases, no pueden ser transportados, ya que un viaje en el espaciotiempo destruye sus estructuras celulares e incluso puede desintegrarlos totalmente, como ha podido comprobarse en numerosos ensayos realizados con algas, plantones diversos, paramecios, cochinillas de la humedad y ratones.

El transporte de objetos, excepto bajo supervisión o con fines experimentales, está terminantemente prohibido.  

Doce columnas soportan el castillo del tiempo.
Doce animales gobiernan el reino.
El águila está ya lista para alzarse.
El cinco es la llave y también es la base.
Así, en el Círculo de los Doce, es el dos el doce.
Y al halcón, que ocupa el séptimo lugar, el número tres hay que asignar.


Ópalo y Ámbar forman el primer par,
Ágata canta en si, del lobo el avatar,
dueto —Solutio!— con Aguamarina.
Siguen poderosas la Esmeralda y la Citrina,
los gemelos Cornalina en Escorpión,
y Jade, el número 8, digestión.
En mi mayor: negra Turmalina,
Zafiro en fa se ilumina.
Y casi al mismo tiempo el Diamante,
11 y 7, del León rampante.
¡Projectio llega! Fluye el tiempo,
y Rubí constituye el final y el comienzo.

En su cimbreo rojo rubí
oye el cuervo cantar a los muertos,
apenas conoce el precio, apenas la fuerza,
el poder se alza y el Círculo se cierra.

Del orgulloso león de faz de diamante,
vela el súbito hechizo la luz brillante.
Con el sol que agoniza él cambia la suerte,
y el final revela, del cuervo, la muerte.

Cuando el círculo de la sangre se completa,
la eternidad fragua la piedra filosofal.
Vestida de juventud surge una nueva fuerza
que al elegido otorga un poder inmortal.

Más cuando ascienda la duodécima estrella,
reanudará el destino su curso fatal.
Perderá su lozanía el roble con ella,
sometido al yugo del tiempo terrenal.

Hasta que el lucero palidezca y muera,
no tendrá el águila su nido eternal.
Y solo por amor se extingue una estrella,
si ha elegido libremente su final.