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Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Cliché. n.c
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Cliché. n.c
- Ficha Obligatoria:
- titulo: Cliché
Autor: Colectiva
Adaptación: No.
Genero: General.
Advertencia: Depende de cada escritora.
Otras Paginas: Solo OWN.
Your love is cliché, and so it is everything else about you.
Películas, libros, frases, canciones, cualquier de ellas servía como fuente de información para aquellos que no buscaban más que conquistar fácilmente a base de palabras ensayadas o sencillamente aquellos que deseaban cumplir estereotipos para “encajar” en la sociedad; y, aunque la mayoría se encuentre de acuerdo con ello, a otros les parece tediosa la idea de ser un personaje sacado de una novela romántica o de una película de Mark Waters. En un mundo plagado de reglas sociales, sólo hay dos opciones, ir contra la corriente y disfrutar de ello, o ser predecible y seguir la corriente del cliché.
"You won't get me with roses. Actually, you won't get me at all." ¡Bienvenidos a un nuevo año en la preparatoria Philadelphia High! Para los que realmente se esfuerzen, su último año en ella. Hagan de este año, un año inolvidable, uno en el que no se arrepientan, para que cuando, en el futuro, vean el pasado, digan, yo viví mi último año de colegio, tanto como su fuera el último de mi vida. Sueñen, estudien y excedan tanto sus expectativas como las nuestras y de nuevo, bienvenidos. |
"Forever? Really? But till the dawn is way more fun." Reglas Orden de escritoras Código de capítulo El instituto y sus graduandos Periódico en línea Personajes - Anti-cliché Personajes- Cliché |
"I don't need your heart and your certantly don't need mine." ¡Hola a todas! Lectoras y escritoras. Me alegra que podamos comenzar con esta novela colectiva, tengo grandes expectativas y yo sé que todas están tan emocionadas como yo con esta novela. Entonces espero que logremos poder avanzarla sin ningún inconveniente. Las quiero un motón a todas, y lo principal, diviértanse. |
Última edición por Grimes. el Vie 01 Ene 2016, 10:33 pm, editado 3 veces
Kida
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Re: Cliché. n.c
I'm just not sure whether my heart is working. And yours is beating double time. Cole & Ro. New Rules
Kida
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Re: Cliché. n.c
Sólo kate sabe las sorpresas jajaja
I'm just not sure whether my heart is working. And yours is beating double time. Cole & Ro. New Rules
Kida
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Re: Cliché. n.c
Oh por Dios, Ally, me encanto todo<3333 Desde la ficha de Liam, hasta no el orden de escritoras. Ah. Estoy demasiado ansiosa y espero las sorpresas pegada a la pantalla Quiero que elimines de la lista de mis pjs a Ian, Erin y Chris. Mis principales solo son Liam y Morgan
bigtimerush.
Re: Cliché. n.c
Capítulo 01 "New year, new memories, new hopes." Norah Keen - Lucas Fedder - by Ally |
El bullicio de los pasillos era obligatorio un primer día de clases. Pasillos llenos de adolescentes emocionados por un nuevo año lectivo, si tan solo los estudiantes recordaran esa emoción que sintieron ese día por el resto del año, la secundaria no se volvería algo tan tedioso por recorrer. No obstante, esa emoción no se debía a retomar los cursos lectivos, no, esa emoción era meramente destinada para amistades encontradas, amistades por formarse, viejos amores y lo más emocionante de todo nuevos amores por encontrar.
Aunque eso no estuviera en los planes de Norah, le resultaba divertido ver la esperanza marcada en más de una niña de primera año y la sonrisa traviesa en más de otro muchacho de, bueno, del resto de los años. Pero es no significaba que no estuviera emocionada. Sólo que su emoción recaía en algo mucho más personal que las relaciones escolares. Era su último año, y tenía planeado volverlo un año inmemorable y productivo, más que todo productivo.
Ya llevaba semanas hablando con India y Megan, reasegurándoles que seguiría en el periódico y que su fotógrafa permanecería por el último año. Además, el grupo de whatsapp del periódico había provocado que su teléfono no dejara de sonar con notificaciones en la última semana anterior a las lecciones. Hasta ella misma estaba emocionada por el periódico, aunque no tuviera nada que ver con la redacción o edición del mismo, estaba feliz por el esfuerzo que sus compañeros habían puesto en él. Además, le encantaba saber que podía ser la fotógrafa en el mismo.
– ¿Qué haces ahí? – escuchó una risa, que al igual que las palabras, estaban dirigidas a ella. Bajó la mirada, encontrándose con unos ojos verdes que le miraban con diversión.
Una diversión justificada puesto que estaba sentada encima del muro que separaba los pasillos de los jardines del instituto. Un muro lo suficientemente alto para sobrepasar la altura de un estudiante promedio, uno al que no se hubiera podido subir sin ayuda.
– Quería buenas fotos del primer día, la única forma de conseguirlo es con buen ángulo, no en medio de un tumulto de adolescentes extasiados con hormonas revueltas.
– Ajá – exclamó aún riendo.
– Vamos Drew, no seas un idiota. Ayúdame a bajar.
Las fotografías las había conseguido hace algún buen tiempo, el problema recaía en que Arthur, quien la había ayudado a subir, había desaparecido súbitamente y temía saltar por el hecho de que la cámara estaba en sus manos (el estuche de esta en su casillero, lo que imposibilitaba la idea de guardarla).
– Lo haría, pero te estaría mintiendo si te dijera que la situación no me parece divertida ni que el hecho de que dependas de mí en algo me agrada y mucho.
– Como quieras, ya encontraré a alguien más
– Aguafiestas – bufó, luego tendió sus manos hacia ella y la bajó.
Norah rodó los ojos y comenzó a caminar con dirección a su casillero, sabiendo que Drew la estaría siguiendo. Al llegar a este, lo abrió, guardó la cámara en el estuche (uno que nunca salía de su casillero) y sacó su mochila. Luego se volvió a Drew, este estaba apoyado en el casillero de al lado, sus ojos cerrados y su cabeza apoyada en el metal.
– ¿A dónde están tus cosas? Y ¿Por qué parece que no hubieras dormido en un mes?
– Ya las guardé en el casillero, no creo hagamos nada el primer día de clases, además, ni siquiera he visto cual es mi horario ni en qué clase estoy. La segunda pregunta, no puedes culparme, he estado al menos dos meses con la posibilidad de dormir libremente, levantándome al medio día, y eso sólo para ayudarle a tu madre, y ahora repentinamente tengo que levantarme de nuevo a las siete de la mañana.
– Oh claro que puedo. En serio Drew, si no hubieras sido lo suficientemente inteligente para hacerte mi amigo de niña, no creo que ahora podría considerarte siquiera un conocido. – rodó los ojos de nuevo, dejando de lado recalcarle la mediocridad de su vida ni que las clases comenzaba a las siete y media, en realidad no era su problema.
– Pero lo fui – se encogió de hombros – dame algo de crédito, eras insoportable de niña – exageró, con una sonrisa de nuevo en su rostro.
– Probablemente – se encogió de hombros. – Pero tú tampoco eras un ángel.
– Nunca dije que lo fuera, ahora vamos, aún tengo que averiguar si voy a seguir viendo tu trasero en clase por el resto del año.
*****
Y así será. Pensó al ver como el muchacho se desplomaba en el asiento a su lado en su primera clase.
Desde hacía varias semanas que no lo veía, para el momento que él llegaba a la compañía de su madre, ella ya se había ido a alguno de sus otros trabajos o voluntariados. La última vez que lo vio, su pelo constaba de sólo un color castaño, un poco común, sabía que no iba a acorde a su personalidad y que en cualquier momento llegaría a cambiarlo. Ahora, no sólo tenía un color diferente, tenía al menos tres (morado, azul y verde) coloreando cada uno de los mechones de su cabello, que, aunque en otra persona se vería mal, en ella le quedaba; era muy, ella. Por lo que en este momento era muy entendible que Drew mantuviera su mirada perdida en el cabello de Norah.
– Me gusta tu cabello
– A mi madre también, no ha dejado de insistir que le tengo que ayudar con la última campaña que firmó la compañía.
– ¿Y por qué no le ayudas?
– Por favor, ya tengo problemas por los padres que tengo, la prensa no dejaría mi trasero tranquilo si salgo en alguno de los anuncios de mi madre. No es lo que necesito.
– Como sea – se encogió de hombros – yo ya le dije que sí. A mí sí me funciona estar bien con tu madre, me da más puntos contigo – elevó ambas cejas, dedicándole una mirada tanto pícara como divertida.
– Ya quisieras. – rodó los ojos. Drew la imitó y luego empezó a reír, ella rió también. Sí, algunas veces era un idiota, pero también era su mejor amigo, por lo tanto, si él reía de su propio mal chiste, probablemente ella lo haría también.
– Megan, deja eso ¿quieres? – calmó a su novia luego de verla revisar las secciones del periódico por décimo sexta vez – todo está bien, ahora deja de estresarte. Todo va a salir perfecto – aseguró, depositando un beso en sus labios y tomando sus manos, levantándola de la computadora y sacándola de su oficina en el club de periodismo.
Debido a la posición de Megan como presidenta y la suya como capitán del equipo de soccer, ambos debían estar ahí aproximadamente una media hora antes de que el resto de los estudiantes llegara para arreglar todo en sus clubes. La primera semana siempre era la más atareada puesto que era la semana de bienvenida. Más que todo para los encargados de los grupos y año graduando, el año en el que Lucas se encontraba en ese momento.
Por lo tanto, mientras todos los demás caminaban extasiados por los pasillos, asegurándose de nada más socializar, encajar y disfrutar de su primer semana lectiva, él tenía que partirse la cabeza pensando en nuevas actividades para su club y, debido a su relación, también debía encargarse de ayudar a su novia de vez en cuando en el club de periodismo. Desde que Megan supo que el club de Ajedrez había cerrado por falta de integrantes se había vuelto mucho más obsesiva con todo lo relativo a su club, por lo tanto, le había puesto más trabajo a él, no obstante, no se quejaba. Le agradaba sentir que podía ser de ayuda en algo, eso tampoco significa que su entrenador entendiera porqué llegaba algunos minutos tarde en las pre-prácticas que siempre hacían en verano.
Tomó la mano de Megan y se metió a los concurridos pasillos de la preparatoria. En el camino a la oficina de administración para recoger sus horarios, Lucas miró a un niño de primer año sentado en una de las bancas al lado de la puerta e inmediatamente le recordó a sí mismo unos años atrás.
Sin ninguna idea de qué esperar de este año. Con tanto miedo como para establecer una conversación pero con tantas esperanzas de crear amistades que duraran no sólo la primera semana, si no toda su curso por la preparatoria. Se recuerda viendo el viejo reloj que reposaba frente el escritorio de la secretaria. La hora de entrada le parecía tan lejana y el camino a cursar imposiblemente inalcanzable, pero ahora, estaba a unos pocos meses de su graduación, a unos pocos meses de terminar una nueva etapa de su vida.
Sonrió y dejó a Megan ir por los papeles mientras él tomaba lugar al lado del niño. Lo único que le había faltado ese primer día era tomar la seguridad de sus movimientos y acciones, por eso se había asombrado tanto al ver esa joven y confiada rubia, aquella que proyectaba una imagen de estar preparada para la vida, de saber que quería en su vida y luchar por ello. Se volvió en su asiento y miró por la ventanilla a Megan hablando con la secretaria y sonriendo al recibir los papeles, ella le había dado la seguridad que necesitaba, tal vez él podría ayudarle en algo al niño a su lado.
– ¿Primer año? – preguntó, intentando iniciar una conversación, aunque ya sabía la respuesta.
– Sí – respondió, cambiando la vista del suelo a Lucas. – ¿Último? – Lucas asintió, con una sonrisa en su rostro. – ¿Eres mi mentor?
– ¿Qué? No, no lo soy.
– Ah, lo siento, en el correo de bienvenida decía que a todos se nos asignaría un mentor de último año, pensé, pensé que como me hablaste serías tú.
– No lo soy, supongo – agregó al recordar que aún no sabía que clase le correspondía, por lo que aún no podía asegurar nada. – Sólo quería decirte que el instituto no es tan tenebroso como parece, verás que el tiempo se pasa más rápido de lo que te imaginas y si no sabes cómo empezar, no tengas miedo de preguntar, porque puede ser la mejor decisión de tu vida – terminó la oración con la mirada perdida en Megan, quien ahora se acercaba a ellos. Ella le sonrió, besó la mejilla de Lucas y dirigió su vista al niño.
– ¿Cómo te llamas? – preguntó Megan. En ese momento Lucas se pegó mentalmente, ni siquiera le había preguntado el nombre al niño y ya estaba dándole una lección de vida. Su plan era comenzar con el tema despacio, pero siendo sincero, había entrado en pánico y no supo qué otra cosa decir más que eso.
– Max.
– Encantada. Yo soy Megan, él es Lucas. – ambos asintieron. Lucas se levantó de la banca y tomó la mano de su novia.
– ¿Necesitas ayuda para llegar a tu clase?
– No, nos dieron un mapa, pero gracias de todas maneras.
– De acuerdo, entonces nos vemos luego Max.
– Claro – respondió esta vez con una sonrisa en su rostro, una que no estaba ahí cuando había empezado a hablar.
Puede que no hiciera absolutamente nada y probablemente sólo hubiera asustado a un estudiante de primer año dándole lecciones de vida a las siete y once de la mañana sin siquiera saber el nombre de Lucas o Lucas saber el del niño, pero por alguna extraña razón, Max había sonreído, y aunque no tuviera ningún sentido, para él era suficiente saber que lo había hecho sonreír.
– Entonces, ¿clase? – le preguntó a su novia.
– Clase A – respondió al mismo tiempo que le tendía sus papeles. – Al parecer nos tocará planear el evento de cierre de bienvenida el viernes.
– Perfecto – besó la frente de Megan. – Un cosa más que planear.
Aunque eso no estuviera en los planes de Norah, le resultaba divertido ver la esperanza marcada en más de una niña de primera año y la sonrisa traviesa en más de otro muchacho de, bueno, del resto de los años. Pero es no significaba que no estuviera emocionada. Sólo que su emoción recaía en algo mucho más personal que las relaciones escolares. Era su último año, y tenía planeado volverlo un año inmemorable y productivo, más que todo productivo.
Ya llevaba semanas hablando con India y Megan, reasegurándoles que seguiría en el periódico y que su fotógrafa permanecería por el último año. Además, el grupo de whatsapp del periódico había provocado que su teléfono no dejara de sonar con notificaciones en la última semana anterior a las lecciones. Hasta ella misma estaba emocionada por el periódico, aunque no tuviera nada que ver con la redacción o edición del mismo, estaba feliz por el esfuerzo que sus compañeros habían puesto en él. Además, le encantaba saber que podía ser la fotógrafa en el mismo.
– ¿Qué haces ahí? – escuchó una risa, que al igual que las palabras, estaban dirigidas a ella. Bajó la mirada, encontrándose con unos ojos verdes que le miraban con diversión.
Una diversión justificada puesto que estaba sentada encima del muro que separaba los pasillos de los jardines del instituto. Un muro lo suficientemente alto para sobrepasar la altura de un estudiante promedio, uno al que no se hubiera podido subir sin ayuda.
– Quería buenas fotos del primer día, la única forma de conseguirlo es con buen ángulo, no en medio de un tumulto de adolescentes extasiados con hormonas revueltas.
– Ajá – exclamó aún riendo.
– Vamos Drew, no seas un idiota. Ayúdame a bajar.
Las fotografías las había conseguido hace algún buen tiempo, el problema recaía en que Arthur, quien la había ayudado a subir, había desaparecido súbitamente y temía saltar por el hecho de que la cámara estaba en sus manos (el estuche de esta en su casillero, lo que imposibilitaba la idea de guardarla).
– Lo haría, pero te estaría mintiendo si te dijera que la situación no me parece divertida ni que el hecho de que dependas de mí en algo me agrada y mucho.
– Como quieras, ya encontraré a alguien más
– Aguafiestas – bufó, luego tendió sus manos hacia ella y la bajó.
Norah rodó los ojos y comenzó a caminar con dirección a su casillero, sabiendo que Drew la estaría siguiendo. Al llegar a este, lo abrió, guardó la cámara en el estuche (uno que nunca salía de su casillero) y sacó su mochila. Luego se volvió a Drew, este estaba apoyado en el casillero de al lado, sus ojos cerrados y su cabeza apoyada en el metal.
– ¿A dónde están tus cosas? Y ¿Por qué parece que no hubieras dormido en un mes?
– Ya las guardé en el casillero, no creo hagamos nada el primer día de clases, además, ni siquiera he visto cual es mi horario ni en qué clase estoy. La segunda pregunta, no puedes culparme, he estado al menos dos meses con la posibilidad de dormir libremente, levantándome al medio día, y eso sólo para ayudarle a tu madre, y ahora repentinamente tengo que levantarme de nuevo a las siete de la mañana.
– Oh claro que puedo. En serio Drew, si no hubieras sido lo suficientemente inteligente para hacerte mi amigo de niña, no creo que ahora podría considerarte siquiera un conocido. – rodó los ojos de nuevo, dejando de lado recalcarle la mediocridad de su vida ni que las clases comenzaba a las siete y media, en realidad no era su problema.
– Pero lo fui – se encogió de hombros – dame algo de crédito, eras insoportable de niña – exageró, con una sonrisa de nuevo en su rostro.
– Probablemente – se encogió de hombros. – Pero tú tampoco eras un ángel.
– Nunca dije que lo fuera, ahora vamos, aún tengo que averiguar si voy a seguir viendo tu trasero en clase por el resto del año.
*****
Y así será. Pensó al ver como el muchacho se desplomaba en el asiento a su lado en su primera clase.
Desde hacía varias semanas que no lo veía, para el momento que él llegaba a la compañía de su madre, ella ya se había ido a alguno de sus otros trabajos o voluntariados. La última vez que lo vio, su pelo constaba de sólo un color castaño, un poco común, sabía que no iba a acorde a su personalidad y que en cualquier momento llegaría a cambiarlo. Ahora, no sólo tenía un color diferente, tenía al menos tres (morado, azul y verde) coloreando cada uno de los mechones de su cabello, que, aunque en otra persona se vería mal, en ella le quedaba; era muy, ella. Por lo que en este momento era muy entendible que Drew mantuviera su mirada perdida en el cabello de Norah.
– Me gusta tu cabello
– A mi madre también, no ha dejado de insistir que le tengo que ayudar con la última campaña que firmó la compañía.
– ¿Y por qué no le ayudas?
– Por favor, ya tengo problemas por los padres que tengo, la prensa no dejaría mi trasero tranquilo si salgo en alguno de los anuncios de mi madre. No es lo que necesito.
– Como sea – se encogió de hombros – yo ya le dije que sí. A mí sí me funciona estar bien con tu madre, me da más puntos contigo – elevó ambas cejas, dedicándole una mirada tanto pícara como divertida.
– Ya quisieras. – rodó los ojos. Drew la imitó y luego empezó a reír, ella rió también. Sí, algunas veces era un idiota, pero también era su mejor amigo, por lo tanto, si él reía de su propio mal chiste, probablemente ella lo haría también.
{*}
– Megan, deja eso ¿quieres? – calmó a su novia luego de verla revisar las secciones del periódico por décimo sexta vez – todo está bien, ahora deja de estresarte. Todo va a salir perfecto – aseguró, depositando un beso en sus labios y tomando sus manos, levantándola de la computadora y sacándola de su oficina en el club de periodismo.
Debido a la posición de Megan como presidenta y la suya como capitán del equipo de soccer, ambos debían estar ahí aproximadamente una media hora antes de que el resto de los estudiantes llegara para arreglar todo en sus clubes. La primera semana siempre era la más atareada puesto que era la semana de bienvenida. Más que todo para los encargados de los grupos y año graduando, el año en el que Lucas se encontraba en ese momento.
Por lo tanto, mientras todos los demás caminaban extasiados por los pasillos, asegurándose de nada más socializar, encajar y disfrutar de su primer semana lectiva, él tenía que partirse la cabeza pensando en nuevas actividades para su club y, debido a su relación, también debía encargarse de ayudar a su novia de vez en cuando en el club de periodismo. Desde que Megan supo que el club de Ajedrez había cerrado por falta de integrantes se había vuelto mucho más obsesiva con todo lo relativo a su club, por lo tanto, le había puesto más trabajo a él, no obstante, no se quejaba. Le agradaba sentir que podía ser de ayuda en algo, eso tampoco significa que su entrenador entendiera porqué llegaba algunos minutos tarde en las pre-prácticas que siempre hacían en verano.
Tomó la mano de Megan y se metió a los concurridos pasillos de la preparatoria. En el camino a la oficina de administración para recoger sus horarios, Lucas miró a un niño de primer año sentado en una de las bancas al lado de la puerta e inmediatamente le recordó a sí mismo unos años atrás.
Sin ninguna idea de qué esperar de este año. Con tanto miedo como para establecer una conversación pero con tantas esperanzas de crear amistades que duraran no sólo la primera semana, si no toda su curso por la preparatoria. Se recuerda viendo el viejo reloj que reposaba frente el escritorio de la secretaria. La hora de entrada le parecía tan lejana y el camino a cursar imposiblemente inalcanzable, pero ahora, estaba a unos pocos meses de su graduación, a unos pocos meses de terminar una nueva etapa de su vida.
Sonrió y dejó a Megan ir por los papeles mientras él tomaba lugar al lado del niño. Lo único que le había faltado ese primer día era tomar la seguridad de sus movimientos y acciones, por eso se había asombrado tanto al ver esa joven y confiada rubia, aquella que proyectaba una imagen de estar preparada para la vida, de saber que quería en su vida y luchar por ello. Se volvió en su asiento y miró por la ventanilla a Megan hablando con la secretaria y sonriendo al recibir los papeles, ella le había dado la seguridad que necesitaba, tal vez él podría ayudarle en algo al niño a su lado.
– ¿Primer año? – preguntó, intentando iniciar una conversación, aunque ya sabía la respuesta.
– Sí – respondió, cambiando la vista del suelo a Lucas. – ¿Último? – Lucas asintió, con una sonrisa en su rostro. – ¿Eres mi mentor?
– ¿Qué? No, no lo soy.
– Ah, lo siento, en el correo de bienvenida decía que a todos se nos asignaría un mentor de último año, pensé, pensé que como me hablaste serías tú.
– No lo soy, supongo – agregó al recordar que aún no sabía que clase le correspondía, por lo que aún no podía asegurar nada. – Sólo quería decirte que el instituto no es tan tenebroso como parece, verás que el tiempo se pasa más rápido de lo que te imaginas y si no sabes cómo empezar, no tengas miedo de preguntar, porque puede ser la mejor decisión de tu vida – terminó la oración con la mirada perdida en Megan, quien ahora se acercaba a ellos. Ella le sonrió, besó la mejilla de Lucas y dirigió su vista al niño.
– ¿Cómo te llamas? – preguntó Megan. En ese momento Lucas se pegó mentalmente, ni siquiera le había preguntado el nombre al niño y ya estaba dándole una lección de vida. Su plan era comenzar con el tema despacio, pero siendo sincero, había entrado en pánico y no supo qué otra cosa decir más que eso.
– Max.
– Encantada. Yo soy Megan, él es Lucas. – ambos asintieron. Lucas se levantó de la banca y tomó la mano de su novia.
– ¿Necesitas ayuda para llegar a tu clase?
– No, nos dieron un mapa, pero gracias de todas maneras.
– De acuerdo, entonces nos vemos luego Max.
– Claro – respondió esta vez con una sonrisa en su rostro, una que no estaba ahí cuando había empezado a hablar.
Puede que no hiciera absolutamente nada y probablemente sólo hubiera asustado a un estudiante de primer año dándole lecciones de vida a las siete y once de la mañana sin siquiera saber el nombre de Lucas o Lucas saber el del niño, pero por alguna extraña razón, Max había sonreído, y aunque no tuviera ningún sentido, para él era suficiente saber que lo había hecho sonreír.
– Entonces, ¿clase? – le preguntó a su novia.
– Clase A – respondió al mismo tiempo que le tendía sus papeles. – Al parecer nos tocará planear el evento de cierre de bienvenida el viernes.
– Perfecto – besó la frente de Megan. – Un cosa más que planear.
Sigue: dragón.
- HI:
- yyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy me devolvieron la computadora jamás había acosado tanto a un servicio técnico
pero que puedo decir, quería mi computadora de vuelta, más que todo porque quería subirles el capítulo. En serio lamento que hayan tenido que esperar tanto, pero quería dar tiempo a las que faltaban, no obstante, ya es hora de empezar con la novela y espero que ustedes estén igual de emocionadas que yo. Espero que les guste el capítulo, que comenten y que de ahora en adelante podamos seguir con la novela sin ningún problema.
Besos, las quiero.
Última edición por Grimes. el Miér 23 Dic 2015, 10:56 pm, editado 1 vez
I'm just not sure whether my heart is working. And yours is beating double time. Cole & Ro. New Rules
Kida
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Re: Cliché. n.c
Ayy sigo yo
¿hasta cuándo tengo? Es que debo subir para otra colectiva antes
¿hasta cuándo tengo? Es que debo subir para otra colectiva antes
indigo.
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Re: Cliché. n.c
Tenés semana y media, pero si querés podemos pasar tu turno para el final de la ronda
I'm just not sure whether my heart is working. And yours is beating double time. Cole & Ro. New Rules
Kida
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