The Purge | Actividad Halloween OWN

Esta no es una prueba, este es su sistema de transmisiones de emergencia anunciando el inicio de la depuración anual, sancionada por el gobierno de los Estados Unidos.

Se autoriza el el uso de armas de clase 4 e inferiores durante la depuración, se restringen las armas de otra clase. A los funcionarios gubernamentales de rango 10, se les otorga inmunidad y no deben ser agredidos. Al sonar la sirena, todo y cualquier delito, incluido el asesinato, será legal durante 12 horas continuas.

Los servicios policiales, de bomberos y médicos de emergencia no estarán disponibles hasta mañana a las 7am, al concluir la depuración.

Benditos sean los nuevos padres de la patria y nuestro país, una nación renacida.

May God be with you all.

7:00 pm

El sonido de la alarma aún retumbaba en sus oídos, aunque ya hubieran pasado varios minutos desde que había dejado de sonar.

7:19:56, 57,58,59. 7:20:00

La mente de Sy estaba enfocada en el reloj, pensaba que si tal vez solo veía la pantalla que contaba las horas esta horrible noche terminaría más rápido. Pero al igual que todos los años, muy dentro sabía que realmente no funcionaría.

– Sy, aléjate de la ventana. – su madre corrió asustada al verle y cerró las cortinas de golpe, haciendo que el cuerpo de Sy se moviera en el camino – no necesitas ver ese reloj, la noche pasará más rápido si no piensas en eso. Estaremos bien mientras nos quedemos en el apartamento. La cena estará lista en unos minutos.

Removió el cabello de Sy y tomó camino de vuelta a la cocina. Sy pudo notar el temblar de sus manos, pero decidió no decir nada al respecto, no era extraño tomando en cuenta el día que era.  

Caminó hacia la sala, esperando remplazar el sonido de la alarma por el del televisor y por las risas de su hermana. Cuando la alcanzó, se sentó en el suelo a su lado y comenzó a mover los bloques con ella.


Cuando escuchó el llamado de su madre para la cena, Sy agarró a la pequeña y caminó hacia la cocina, la puso en la silla para niños y se encaminó a sentarse cuando vio que su mamá tomó camino fuera de la cocina y en dirección hacia las habitaciones.

Maldijo en voz baja y corrió detrás de ella.

– ¿Adónde vas? Trevor está durmiendo.
–Tiene que comer. – Sy se colocó en medio de la puerta y su mamá.

Mamá no se puede enterar. Las palabras de Trevor retumbaban en la cabeza de Sy.

– Mamá, él solo nos pide que lo dejemos en el cuarto. Es su manera de lidiar con la purga, déjalo ser.
– Encerrado en la habitación no está lidiando con nada. Se lo he permitido muchos años, pero ya es suficie–
– Es solo una noc –

Sy comenzó a hablar al mismo tiempo que su madre cuando el sonido de una explosión los calló a ambos, se había escuchado demasiado cerca. El edificio se sacudió tras la explosión, provocando el retumbar de las ventanas y que algunas cosas del apartamento se cayeran de sus lugares, pero más allá del miedo inicial de la explosión, lo que realmente los atormentaba era lo que le podía seguir a esa explosión. En los siguientes segundos, ninguno habló, ninguno se movió, ninguno siquiera respiró y cuando por fin escucharon el click de la puerta al liberarse el seguro, la realización hizo que las pocas esperanzas que mantenían se desplomaran.

– Ve por tu hermana – las palabras de su madre lograron sacarle del trance en el que se encontraba. Hasta ese momento fue consciente de los gritos que escuchaba en los otros pisos y del llanto de Lorelai que retumbaba por todo el apartamento.

Corrió de vuelta a la cocina y tomó a la pequeña en sus brazos, escondiendo su cabeza en el hueco de su cuello y abrazándola fuerte.

Caminó de vuelta al pasillo para ver a su madre golpeando la puerta del cuarto de Trevor.

– Trevor, Trevor, tienes que abrir la puerta ya – continuó tratando de empujar la puerta y de girar el pomo de la puerta con las llaves, pero Sy sabía que no conseguiría abrirla.
– Tenemos que irnos. – habló acercándose a su madre.
– No podemos irnos sin Trevor, ¿por qué no abre? – la desesperación se comenzaba a notar en su voz, las lágrimas rodando de sus mejillas.
– Mamá, mamá – gritó poniéndose en medio de ella y la puerta, logrando que sus ojos se enfocaran en Sy – el no está ahí. Nunca lo ha estado. – la realización y la decepción que tantos años había querido evitar se reflejaron en los ojos de su madre. – Nosotros estamos aquí, tenemos que irnos. – su mamá le miró a ambos, luego a la puerta y luego a ellos de nuevo. Asintió tratando de retener las lágrimas, sabía que Sy tenía razón.

Tomó a la pequeña de los brazos de Sy y luego agarró la mano de Sy para después tomar camino a la salida del apartamento. La vio contener su respiración mientras abría lentamente la puerta de salida. Los gritos se escuchaban mucho más fuertes y el olor a humo incrementaba a cada segundo.

Los tres caminaron afuera del apartamento hacia las escaleras. La luz tintineante hizo que Sy mirara hacia arriba, observando las llamas que comenzaba a bajar, consumiendo los últimos pisos del edificio. El jaloneo de su madre al comenzar a bajar las gradas devolvió su mirada hacia los escalones. El aire se hacía más denso cada segundo y tenían que salir de ahí de prisa.

Cuando llegaron al nivel del lobby, varios de los vecinos del edificio estaban amontonados en la puerta intentando abrirla, el calor del fuego les hacía saber que este estaba cada vez más cerca, haciendo que este peligro fuera mucho mayor al peligro que había allí afuera, o al menos eso creían.

Su madre frenó al terminar de bajar las gradas, dudosa de si ir hacia el montón de personas sería lo correcto. Sy volteó la mirada hacia su hermana la cuál miraba hacia el fuego, luego volteó a ver a Sy.

– ¿Bomeros? – pronunció a penas entendible sobre el ruido del lugar. Sy solo negó haciendo que Lorelai se apegara más al cuello de su mamá.

Comenzaron a caminar dudosos hacia la entrada cuando los demás lograron abrir las puertas. El resto de las personas salieron corriendo del edificio, pero no llegaron muy lejos antes de empezar a caer todos al suelo.

El sonido de la ametralladora fue seguido por risas mientras un grupo de personas con ropas negras y máscaras de neón comenzaban a entrar al edificio disparándole a las personas más cercanas a la entrada que intentaban correr.

Sy sintió el jaloneo de su madre mientras tomaba dirección a la salida de servicio. No sabía si era peor el sonido de los disparos, los gritos de miedo o los sollozos de su hermana que estaban siendo acallados por la mano de su mamá.

Abrió la puerta al cuarto de servicio y la cerró detrás de ella, se escuchó una risa cercana que los detuvo en sus pasos.

– Corre corre corderito, pero no te podrás esconder – la voz incluso se hubiera podido considerar casi melodiosa y se escuchaba cada vez más cercana.

Su madre reaccionó y terminó el camino hacia la puerta de salida, la abrió para permitir que Sy saliera, pero ella se quedó debajo del umbral.

– Tienes que estar muy callada sí, por Sy. ¿Puedes hacer eso? – Lorelai miró extrañada a su madre, pero el miedo en sus ojos le impidió hablar, así que solo asintió. Le dio un beso en la frente y se la pasó a Sy, quien la tomó en sus brazos aún sin entender. – Y tú, tienes que correr, corre y no pares hasta que encuentres un lugar en el que puedan esconderse. – los abrazó a ambos, pero los soltó rápidamente cuando escuchó la manija de la puerta de servicio comenzar a moverse. – Sy, corre.

Su mamá le cerró la puerta, quedando ella del otro lado y dejándole con su hermana en brazos en el callejón.

Sy, corre.

Corre.

7:59:56, 57,58,59.

8:00:00.