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Pisando la misma suela de depresión. {novela.
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Pisando la misma suela de depresión. {novela.
- Ficha.:
- título: pisando la misma suela de depresión.
autor: camille, yo, vicious.
género: generales.
adaptación: no.
advertencias: por ahora, ninguna.
otras página: no.
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vicious.
Oh bueno no era tan difícil de describir la vida del joven Sam Beckham, ese chico adinerado a montones, con un carácter del que hablar y una sonrisa tramposa. Vale, ponlo así. Sam, un chico con amigos, mujeres por detrás y el sarcasmo como mejor amigo pierde todo lo que tenía, pierde el dinero, la fama de chico malo y pierde el autoestima. ¿Qué pasa adelante? Una familia a la cual mantener, una misma vida a la cual cuidar, quién sabe, tal vez ya es padre y él no tiene la idea minina. ¿Qué haría? ¿Qué pasa con el muchacho con una seguridad completa que acababa con todas las opiniones de los demás?
Antes de diagnosticarte depresión o baja autoestima, asegúrate de no estar, de hecho, rodeado de idiotas. Y sí, la vida de Sam estaba llena de ignorancias, de irresponsabilidades, de tentaciones, hasta que el dichoso karma le entregó la depresión, ¿a dónde te vas muchachito? ¿no te irás lejos? ¿acaso.. estas huyendo?
Antes de diagnosticarte depresión o baja autoestima, asegúrate de no estar, de hecho, rodeado de idiotas. Y sí, la vida de Sam estaba llena de ignorancias, de irresponsabilidades, de tentaciones, hasta que el dichoso karma le entregó la depresión, ¿a dónde te vas muchachito? ¿no te irás lejos? ¿acaso.. estas huyendo?
"La depresión es cuando miras abajo y no ves tus pies, así que ¡animo! sigue pisando una suela, que faltan pocas para parar el dolor".
- presentación :
- bueno holaa, soy camille again con una adicción a escribir y vale, hoy traigo una novela sobre un chico, que bueno, tiene una vida perfecta y de la nada pierde todo, so vive y ve a la gente sufrir, también sufre él y tatatat, (?). espero que les guste u know, tenía ganas de escribir, ando depre so, here is
ceonella.
Re: Pisando la misma suela de depresión. {novela.
Camille, hola, qué tal, yo bien. Más te vale terminar esta novela por el amor de dios y de Sid, gracias che, te extraño mucho. Por cierto, soy tu lectora como siempre, so, la seguís.
proserpina
Re: Pisando la misma suela de depresión. {novela.
Sabés que amo cómo escribís y todo, además de las historias que creás para cada novela. Acá Leo, ahre. Aaron es perfecto para la personalidad del protagonista, te lo voy a decir toda la vida. Te amo, y subí rápido que quiero leer.
dépayser
Re: Pisando la misma suela de depresión. {novela.
por el amor a sid bue, te amo muchísimo jacksonsita querida ahRE. bue te extraño y qsyu, la voy a seguir ehhh <3.Jackson. escribió:Camille, hola, qué tal, yo bien. Más te vale terminar esta novela por el amor de dios y de Sid, gracias che, te extraño mucho. Por cierto, soy tu lectora como siempre, so, la seguís.
ceonella.
Re: Pisando la misma suela de depresión. {novela.
leeeeeeeeeeeeeel, vos escribís mejor que todo lo que existe leo, so shut up. sisi, aaron <3. TE AMOpiper. escribió:Sabés que amo cómo escribís y todo, además de las historias que creás para cada novela. Acá Leo, ahre. Aaron es perfecto para la personalidad del protagonista, te lo voy a decir toda la vida. Te amo, y subí rápido que quiero leer.
ceonella.
Re: Pisando la misma suela de depresión. {novela.
¡Hola camille! Amé la sinopsis. La verdad hace mucho que buscaba algo que leer y me encantó ésta. Tené por seguro que me vas a tener como súper fiel lectora y.. subí rápido, si no, voy a morir. ahqué (?) Bueno, el punto es que espero que la sigás pronto. Besos
I'm just not sure whether my heart is working. And yours is beating double time. Cole & Ro. New Rules
Kida
---------
Re: Pisando la misma suela de depresión. {novela.
Yo necesito seguir leyendo. Me llamó la atención el título, me llamó la atención la sinopsis y me llamó la atención la foto de Aaron para que voy a mentir. Me llamo Jenny y espero que escribas más de esto, me gustaría ver como transcurre la historia y que pasará con Sam:-)
Stardust.
Re: Pisando la misma suela de depresión. {novela.
¡hola nenis! ah, muchísimas gracias je. la voy a seguir ya que volví de un largo viaje (?) idk, so eso muchas gracias y ya la sigo <3.Grimes. escribió:¡Hola camille! Amé la sinopsis. La verdad hace mucho que buscaba algo que leer y me encantó ésta. Tené por seguro que me vas a tener como súper fiel lectora y.. subí rápido, si no, voy a morir. ahqué (?) Bueno, el punto es que espero que la sigás pronto. Besos
ceonella.
Re: Pisando la misma suela de depresión. {novela.
hola jenn (?) ke no sé, tengo re paja de hacer esto más largo pero muchísimas gracias <3 ya la sigo.Stardust. escribió:Yo necesito seguir leyendo. Me llamó la atención el título, me llamó la atención la sinopsis y me llamó la atención la foto de Aaron para que voy a mentir. Me llamo Jenny y espero que escribas más de esto, me gustaría ver como transcurre la historia y que pasará con Sam:-)
ceonella.
wild child
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vicious.
Vale venga, ya me levantó, paren de romper sus gargantas con gritos pidiendo a que me levanté. Sí, soy Sam y pues, que vida es la que nos toca ¿no? Díganme ignorante, arrogante o irresponsable, pero ¿qué quieren que les diga? Me encuentro en mi mejor momento y eso no me lo quitará nadie.
Cogí un pequeño peine para dejar mi cabello intacto. Eso, sonríe al espejo, sonreír, sigue así. Tendría un día largo en lo que le llaman secundaria y, nada iba a arruinar la dichosa racha que se obtiene con el pasar de los tiempos ¿o sí? Tenía que asegurar de que me iba bien, empezar con el pie derecho y dejar el izquierdo tranquilo.
Contando un poco, aquí lo importante es lo bien preparado que estas, el dinero y bueno.. la actitud. Siempre fue así, y adaptarse aquello era algo de esperar, con el tiempo, lo lograbas. ¿Qué era de mi antes? Un joven obeso y sin algún sentido del humor. Recuerdo que mi rostro no soltaba ninguna expresión y mi voz era baja y sensible. ¿Ahora? Cambié, demasiado, y eso es bueno.
De calle en calle, de la mano de una bicicleta de mi abuelo, íbamos a la escuela y en el camino, molestábamos y hacíamos el tonto. Siempre sacando a cualquier compañero que pasara de sus casillas. Los clásicos insultos, los golpes, los besos a las chicas, así era el principio de mi día.
—Arielle, luz a la faz de la tierra, ¿cómo van tus pechos?—sonreí mientras molestaba a una de las chicas que posiblemente, más me gustaban.
—Idiota.—la rosa perdida cruzaba los brazos.
—Hum, eso no decías anoche, ¿no Hotton?—golpeé a mi amigo y comenzamos a reír a mandíbula agitada, sí, podía ser una molestia a veces, pero de las tiernas.
—Sam, estoy en la cocina, necesito que vengas.—vale, hoy se encontraba en casa.
—Mamá, ¿qué haces tan temprano en casa? ¿qué son todos estos sobres?—comencé a agarrar uno por uno, mientras que el rostro de mamá no era bueno.
—Deudas, nada importante, sólo que no encuentro el que mandaría tu padre con dinero.—
—¿Te refieres el de cada mes que trae de Australia?—arquee una ceja.
—Sí, ese mismo, no lo has cogido de broma ¿no es cierto?—
—No no, no bromeo con el dinero.—reí un poco.
—Vale, puedes llevar esta carta al correo, debes mandarla a tu padre, por favor.—asentí y prendí camino al correo, algo cansado y preocupado, sí.
Cogí un pequeño peine para dejar mi cabello intacto. Eso, sonríe al espejo, sonreír, sigue así. Tendría un día largo en lo que le llaman secundaria y, nada iba a arruinar la dichosa racha que se obtiene con el pasar de los tiempos ¿o sí? Tenía que asegurar de que me iba bien, empezar con el pie derecho y dejar el izquierdo tranquilo.
Contando un poco, aquí lo importante es lo bien preparado que estas, el dinero y bueno.. la actitud. Siempre fue así, y adaptarse aquello era algo de esperar, con el tiempo, lo lograbas. ¿Qué era de mi antes? Un joven obeso y sin algún sentido del humor. Recuerdo que mi rostro no soltaba ninguna expresión y mi voz era baja y sensible. ¿Ahora? Cambié, demasiado, y eso es bueno.
+++
Era como una aventura pequeña el transcurso a la escuela, iba con Hotton, mi torpe mejor amigo. Los dos juntos, maquinas de humo, de casa y divirtiéndonos como en los viejos tiempo. Sí, un viejo amigo.De calle en calle, de la mano de una bicicleta de mi abuelo, íbamos a la escuela y en el camino, molestábamos y hacíamos el tonto. Siempre sacando a cualquier compañero que pasara de sus casillas. Los clásicos insultos, los golpes, los besos a las chicas, así era el principio de mi día.
—Arielle, luz a la faz de la tierra, ¿cómo van tus pechos?—sonreí mientras molestaba a una de las chicas que posiblemente, más me gustaban.
—Idiota.—la rosa perdida cruzaba los brazos.
—Hum, eso no decías anoche, ¿no Hotton?—golpeé a mi amigo y comenzamos a reír a mandíbula agitada, sí, podía ser una molestia a veces, pero de las tiernas.
+++
Otro grito, así era de tedioso el director. Que te encuentren distraído en clase, era normal, en mi caso. Quedo siempre dibujando garabatos porque la misma clase me aburre, no me atrae, no me interesa. ¿Para qué necesito la escuela? Si quiero ser un músico, ¿para qué quiero saber cómo analizar oraciones? Sé escribir, sé algo de historia y sé hablar, simple y claro, terminado. Pero había algo en el señor McHang que me irritaba, todo el tiempo la típica mirada mala a mi, me tenía más que vigilado. A todo lo que hacía, él opinaba, sea malo o bueno. Oh vale y luego los míticos cigarrillos, con tan sólo sacar uno, él me mataba, odiaba verme fumar, parecía mi padre con las ordenes, que obviamente, no iba a cumplir.+++
—¿Mamá? ¿Estas en casa?—asomé mi cabeza por la puerta y me dispuse a seguir, no era raro que mi mamá no este presente, me daba tiempo para fumar, irme y descansar por ahí, o lograr las mías con Hotton.—Sam, estoy en la cocina, necesito que vengas.—vale, hoy se encontraba en casa.
—Mamá, ¿qué haces tan temprano en casa? ¿qué son todos estos sobres?—comencé a agarrar uno por uno, mientras que el rostro de mamá no era bueno.
—Deudas, nada importante, sólo que no encuentro el que mandaría tu padre con dinero.—
—¿Te refieres el de cada mes que trae de Australia?—arquee una ceja.
—Sí, ese mismo, no lo has cogido de broma ¿no es cierto?—
—No no, no bromeo con el dinero.—reí un poco.
—Vale, puedes llevar esta carta al correo, debes mandarla a tu padre, por favor.—asentí y prendí camino al correo, algo cansado y preocupado, sí.
ceonella.
Re: Pisando la misma suela de depresión. {novela.
CAMILLE, ESCRIBÍS HERMOSO. Tu narrar es perfecto, ¿sabías? Sí, sí. Tu escritora tiene aire soñador, not a joke. Me encanta todo. SAM<3. No sé, quiero leer más, obvs. Necesito más (?). Repito que escribís hermoso para que te entre en la cabeza.
Y esto me recuerda a, mmmmmm, vos sabés quién (?) bueñ.
Y esto me recuerda a, mmmmmm, vos sabés quién (?) bueñ.
¿Para qué necesito la escuela? Si quiero ser un músico, ¿para qué quiero saber cómo analizar oraciones? Sé escribir, sé algo de historia y sé hablar, simple y claro, terminado.
dépayser
bring me a dream.
pasar cursor por la imagen.
vicious.
Durante el camino hacía el correo comencé a pensar en papá, hace tanto que no lo veía. No creo que se haya olvidado de su familia, no, espero que no. Mamá siempre lloraba por él, mi abuelo trataba de ayudarla, pero no había caso. Sigo diciendo que no quiero que seamos los tres contra el mundo, necesito a mi padre, lo necesito.
Luego de dejar la carta, me di unas vueltas por un café. Buena comida, Rocket 88 de Ike Turner, lindas mujeres y un cigarrillo para terminar el día. Daría un paseo por la casa de Arielle, sólo para ver que todo estuviera en orden, ¿no?
—¡Arielle! ¡Arielle!—tire varias piedritas a la ventana de su cuarto, como en las películas.
—¿Sam?—se asomó, luego de varios intentos por llamar su atención.
—No, Nelson Mandela, sí Sam, soy yo.—
—¿Qué estas haciendo ahí? No voy a abrirte.—
—¡Pff! Anda, voy a seguir esperando hasta que me abras..—
—Vale vale.—
Arielle era la mejor de todas, sí, todas. Ella me soportó desde hace bastante tiempo, ni siquiera sé cómo hizo pero lo hace, sin problemas. A veces me siento mal por ella, no tendría que estar gastando tiempo en mi. Hoy no tenía ganas de jugar, quería más que nada hablar, necesitaba. No era el mismo de antes, algo andaba pasando, espero que nada malo, sólo espero que siga todo bien, todo.
—Estas muy linda hoy.—le sonreí calidamente.
—Tengo pijama Sam.—soltó, algo molesta.
—Sigues estando linda.—subí por el balcón y pude quedar por fin, frente a ella. Definitivamente esto se había tornado en una película romántica de los 50, o cual película romántica poco actual.
—¿Qué quieres ahora?—
—Quería hablar, las personas normales lo hacen ¿sabías eso?—
—¡¿Tú?! ¡¿Hablar?! No es día de bromas Sam.—
—Dime Sammie, solías decirme así.—
—Correcto, solía.—se adentró a su dormitorio y luego, posó su cuerpo en la cama. Me metí en el cuarto, rosado, bonito. Muy femenino, eso sí. Pero, eso no era de mi importancia, para nada. Quería estar un rato con mi chica. Sí, mi chica y de nadie más. ¡Mía!
—¿Y a qué se debe todo esto?—
—En mi casa las cosas están un poco tensas, quería venir aquí, todo es más tranquilo. Arielle, ¿te he dicho lo cuanto que te quiero? Pues, qué crees, te quiero. Hoy es noche, bueno no noche, día, de confesiones.—me levanté y comencé a dar vueltas por su pieza. Prendí un cigarro y volví al tema de conversación. Estaba perdiendo la cabeza.—Estaba pensando en hacer una fiesta, ¡en lo de Hotton! Mañana es Martes, que follen a la escuela, hoy a la noche, confesiones. ¡Así será el nombre! "Confesiones".—formé un cartel con mi imaginación.
—Estas loco.—soltó con pequeñas risas Arielle.
La había pasado bien con Arielle, fue un poco raro, pero lindo de todos modos. No fue de esas tardes donde nos revolcábamos, fue más de risas, y de cómo Arielle me veía perder la cabeza. Algo distinto a lo que suelo ser yo, con las chicas, ya saben. La mamá de mi futura chica, era una amable persona. Muy humilde y dulce, al igual que su hija. No soy el típico chico que se junta con una joven a mirar películas y a tomas chocolate caliente, por más que quieran un chico así, yo no lo soy. Pero por alguna razón, esa tarde sí lo fui.
Llegué a casa a eso de las 7:00 pm. El abuelo Augusto y mamá cocinaban la cena, y yo subí a mi cuarto, a fingir que estudiaba. Mis ojos se centraron en una guitarra, perteneciente a mi abuelo. Me la había dado de regalo a los 8 años, pensaba que era un regalo estúpido por lo que nunca le presté mucha atención, hasta hoy. Observé bien, y sí, Gallotone acústica. La favorita de mi papá. Pensé en intentar, tocar algo, no me iría tan mal ¿cierto? Tomé la guitarra en mis manos e iba a tocar algo al azar, pero el grito de mi madre, indicaba algo. La cena estaba lista.
—Bueno guitarra, luego nos vemos. Últimamente le hablo a todo, estoy perdiendo, lentamente, la cabeza.—pensé en voz alta.
Luego de dejar la carta, me di unas vueltas por un café. Buena comida, Rocket 88 de Ike Turner, lindas mujeres y un cigarrillo para terminar el día. Daría un paseo por la casa de Arielle, sólo para ver que todo estuviera en orden, ¿no?
—¡Arielle! ¡Arielle!—tire varias piedritas a la ventana de su cuarto, como en las películas.
—¿Sam?—se asomó, luego de varios intentos por llamar su atención.
—No, Nelson Mandela, sí Sam, soy yo.—
—¿Qué estas haciendo ahí? No voy a abrirte.—
—¡Pff! Anda, voy a seguir esperando hasta que me abras..—
—Vale vale.—
Arielle era la mejor de todas, sí, todas. Ella me soportó desde hace bastante tiempo, ni siquiera sé cómo hizo pero lo hace, sin problemas. A veces me siento mal por ella, no tendría que estar gastando tiempo en mi. Hoy no tenía ganas de jugar, quería más que nada hablar, necesitaba. No era el mismo de antes, algo andaba pasando, espero que nada malo, sólo espero que siga todo bien, todo.
—Estas muy linda hoy.—le sonreí calidamente.
—Tengo pijama Sam.—soltó, algo molesta.
—Sigues estando linda.—subí por el balcón y pude quedar por fin, frente a ella. Definitivamente esto se había tornado en una película romántica de los 50, o cual película romántica poco actual.
—¿Qué quieres ahora?—
—Quería hablar, las personas normales lo hacen ¿sabías eso?—
—¡¿Tú?! ¡¿Hablar?! No es día de bromas Sam.—
—Dime Sammie, solías decirme así.—
—Correcto, solía.—se adentró a su dormitorio y luego, posó su cuerpo en la cama. Me metí en el cuarto, rosado, bonito. Muy femenino, eso sí. Pero, eso no era de mi importancia, para nada. Quería estar un rato con mi chica. Sí, mi chica y de nadie más. ¡Mía!
—¿Y a qué se debe todo esto?—
—En mi casa las cosas están un poco tensas, quería venir aquí, todo es más tranquilo. Arielle, ¿te he dicho lo cuanto que te quiero? Pues, qué crees, te quiero. Hoy es noche, bueno no noche, día, de confesiones.—me levanté y comencé a dar vueltas por su pieza. Prendí un cigarro y volví al tema de conversación. Estaba perdiendo la cabeza.—Estaba pensando en hacer una fiesta, ¡en lo de Hotton! Mañana es Martes, que follen a la escuela, hoy a la noche, confesiones. ¡Así será el nombre! "Confesiones".—formé un cartel con mi imaginación.
—Estas loco.—soltó con pequeñas risas Arielle.
La había pasado bien con Arielle, fue un poco raro, pero lindo de todos modos. No fue de esas tardes donde nos revolcábamos, fue más de risas, y de cómo Arielle me veía perder la cabeza. Algo distinto a lo que suelo ser yo, con las chicas, ya saben. La mamá de mi futura chica, era una amable persona. Muy humilde y dulce, al igual que su hija. No soy el típico chico que se junta con una joven a mirar películas y a tomas chocolate caliente, por más que quieran un chico así, yo no lo soy. Pero por alguna razón, esa tarde sí lo fui.
+++
Llegué a casa a eso de las 7:00 pm. El abuelo Augusto y mamá cocinaban la cena, y yo subí a mi cuarto, a fingir que estudiaba. Mis ojos se centraron en una guitarra, perteneciente a mi abuelo. Me la había dado de regalo a los 8 años, pensaba que era un regalo estúpido por lo que nunca le presté mucha atención, hasta hoy. Observé bien, y sí, Gallotone acústica. La favorita de mi papá. Pensé en intentar, tocar algo, no me iría tan mal ¿cierto? Tomé la guitarra en mis manos e iba a tocar algo al azar, pero el grito de mi madre, indicaba algo. La cena estaba lista.
—Bueno guitarra, luego nos vemos. Últimamente le hablo a todo, estoy perdiendo, lentamente, la cabeza.—pensé en voz alta.
ceonella.
never can say goodbye boy.
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vicious.
Luego de cenar, y de convencer a mi mamá de que en verdad me iba a la cama, cerré la puerta de mi dormitorio y abrí una ventana. Bar Ockley, allí voy.
Suelo ir a este bar, la mayoría del tiempo. Chicas lindas, tragos gratis para mi y amigos, muy buenos amigos. Era normal verme en ese bar, que no era de los mejores, pero si querido por mi. Ya siendo las doce, decidí salir.
La adrenalina corría por mi cuerpo, y era uno de los mejores sentimientos del mundo. Y es que sentirse libre y dueño de todo, sin ningún miedo pero a la vez lleno de este mismo. Es la adrenalina de ser libre. A la gente le sube la adrenalina al ver su nombre publicado en un periódico: es como una prueba de su existencia. Me imaginé una pelea entre fantasmas revolviendo frenéticamente entre montones de periódicos y señalando un nombre en concreto en una página: "¿Lo ves? Ahí estoy. Ya te dije que existí. Ya te dije que fui alguien". Sí señores, la adrenalina de la fama.
Puedes prender de un hilo por tomar un riesgo, pero si lo haces bien, el hilo crece, y se transforma en un seguro puente. Conquistar sin riesgo, es triunfar sin gloria.
Las luces brillaban, al igual que las hermosas estrellas que prendían una buena noche. Crucé la puerta y muchos saludos vinieron a mi. Vaya personaje resulte ser ¡ja! Saludas a tus amigos, sonríes a las chicas y vas y te sientas en la barra.
—¡Hola querido Sammie!—me saludó muy alegre, Eddie, el dueño de la barra, un amigo muy querido. Un segundo padre, o tal vez el único que tengo como figura paterna.
—Que tal Eddie-boy.—
—Aquí como siempre niño, esperándote.—dijo entre risas las cuales compartí.
—Terminando una linda cena de la señora más insoportable, mamá, pensé en venir, sabes, a veces siento que..—fui interrumpido por una voz angelical. Una voz que hizo que mis ojos brillaran. Y vaya que voz. Sentí que mis oídos estaban siendo acariciados por fino terciopelo. Créanme, no bromeo.
Miré hacía el escenario para ver de quién se trataba. Casi todos los días en el bar, mujeres o bandas venían a cantar y no eran ángeles precisamente. En especial las mujeres de aquí, con las cuales terminaba estando todo el jodido tiempo. Pero aquella jovencita era diferente, era especial. Una caballera rubia y un rostro precioso. Parecía de hielo, tan delicada y brillante, sentí que en cualquier momento se iba a romper.
Y trasmitió algo en mi que nadie había hecho antes. Inocencia, inocencia pura. Sus labios iban al compás de Never Can Say Goodbye de los Jackson 5. Su rostro reflejaba miedo a medida que cantaba, y cómo no tener miedo si hombres de más de 36 le gritaban que se quitara la ropa. Sí, de estos tipos de bares hablo.
Damas y caballeros, aquí venía la gran pregunta que uno siempre se hace en algún momento. ¿Qué hacía una joven tan bella, inocente y delicada en un bar tan brusco como este? ¡Hombre! ¡Parece que regala biblias y cupcakes en las iglesias todos los domingos! ¡¿Qué hace aquí?! Cerca de mi.
Luego de que terminara su bella presentación y los alcohólicos que veían el show se quejaran de que no se haya quitado ninguna prenda, ella bajó y fue a la barra, a pedir agua. Sí, agua.
Seguí con la mirada todos sus pasos. Bebió el agua, tapó su rostro y comenzó a sollozar, y fue ahí cuando mi corazón se partió de tanta pena y dulzura.
—Eh.. ¿estas bien?—de a poco me miró y vi por primera vez sus ojos sobre los míos. Estaba fatal, pero aún así se veía hermosa.
—Sí.. sí, lo siento.—
—¿Por qué me pides perdón? ¿Por ser tan preciosa?—joder, aquí venía el pesado de Sam. Ella se sonrojó y paro un poco con su llanto, lo cual me alivio bastante. No respondió, sólo me volvió a mirar. Y es que nunca pensé que una mirada tan perfecta me iba a calentar tanto, vaya que sí. Pero inmediatamente luché por sacar pensamientos de este tipo de mi cabeza, no quería molestarla ni incomodarla. —Perdón por las preguntas vale, pero quería saber.. ¿qué hace una niña tan linda como tú aquí?—pregunté sin rodeos, y ella abrió los ojos y mordió sus labios. Oh santo cielo.
—Yo.. em, consigo dinero.—
—¿En serio? Es tarde para que niñas buenas anden solas en bares como este, buscando dinero.—tomé el mentón entre mi mano para acercarme a ella pero suavemente la quito, y sentí su piel, suave otra vez.
—No me conoces.—
—Pero me gustaría hacerlo.—
—Eh... emm.. no entiendes. No sabes de mi.—
—Puedes contarme tu secreto, esta a salvo conmigo. Y mi nombre es Sam, Samuel Beckham para ser exactos.
—Rachel Barton.—y jure desde ese momento que había escuchado el nombre más lindo de todo el mundo.
Salimos afuera, pues la música ya no dejaba escuchar bien a la perfección su hermosa voz. Tomé un cigarro y lo encendí, la miré y moví con mi boca el cigarro, ofreciéndole. Negó con la cabeza y luego con sus pequeñas manos se abrazo, tratando de calmar el frío. Y se lo calmé yo, entregándole mi campera de cuero.
—Bien, cuéntame que hace caperucita en la boca del lobo.—
—No tengo hogar, no tengo familia.—dijo y un pequeño silencio abarcó la vereda. Sólo miraba al suelo, apenada tal vez. —Tuve un hijo y no sé en dónde esta, con qué familia. Debería estar estudiando, debería estar feliz con mis buenas notas y mi traje de porrista. ¿Sabes lo que se siente perder todo lo que amabas? ¡¿Lo sabes?! ¡No, claro que no! ¡No lo sabes!—y sus lágrimas volvieron a caer, a dañar su rostro.
—Vaya.. yo lo siento.—
—No sientas pena por mi, yo soy el desastre.—
—Oh no digas eso, acabo de conocerte y pienso que eres increíble.—me miró, dudando. —En serio.—y escondió su cabeza en mi pecho, me abrazó, la abracé y a eso de cinco minutos, nos separamos. —¿No tienes ningún conocido con el cual pasar la noche, ya sabes, no dormir en la calle. Si fuese por joder, te quedarías conmigo sin ningún problema. Ambos juntos en mi cama.—guiñé el ojo, reí ante este comentario y ella sólo frunció el ceño. —El tema es que mi madre se volvería loca, y le podríamos explicar tu situación pero, aún así diría que no. A veces presiento que no tiene corazón.—y volvió a soltar una risita.
—No importa Sam, podré con ello.—escuché mi nombre salir de su boca y nunca me había vuelto tan loco.
Pensé en dejarla en la casa de Hotton, pero trataría de follársela, y claramente no iba a permitir eso. Y fue en ese momento que la mágica lamparita de ideas, se encendió. La casa de Arielle.
Subí hacía el balcón como pude mientras Rachel miraba desde lejos, un tanto preocupada. Toqué la gran ventana, esperando a que Arielle se levantara, pues no era tan tarde, espero.
Esperé como ocho minutos y una molesta y despeinada Arielle abrió la puerta.
—Dios Sam, no pienso abrirte para que molestes..—
—No no Arielle, necesito un favor, es importante.—
—Dime.—bufó.
—¿Puede quedarse una chica a dormir contigo? Es una larga historia pero ella no tiene hogar.—
—¿Y qué acaso no puede quedarse contigo?—
—No, de verás que no. Se llama Rachel, sólo deja que duerma esta noche contigo. Mañana antes de ir a la escuela, paso a recogerla.—
—Vale, ¿dónde esta la maldita?—
—Oye... no la llames así. Es un ángel.—
—¿Ah sí?—
—No te molestes—hice un puchero y ella me dio un pequeño beso. Bingo.—Ella estaba abajo, sólo abre la puerta y no causará ningún problema. No quiero que suba por el balcón.—
—¿Desde cuándo tan considerado Beckham?—
—Desde siempre.—claro que sí.
Suelo ir a este bar, la mayoría del tiempo. Chicas lindas, tragos gratis para mi y amigos, muy buenos amigos. Era normal verme en ese bar, que no era de los mejores, pero si querido por mi. Ya siendo las doce, decidí salir.
La adrenalina corría por mi cuerpo, y era uno de los mejores sentimientos del mundo. Y es que sentirse libre y dueño de todo, sin ningún miedo pero a la vez lleno de este mismo. Es la adrenalina de ser libre. A la gente le sube la adrenalina al ver su nombre publicado en un periódico: es como una prueba de su existencia. Me imaginé una pelea entre fantasmas revolviendo frenéticamente entre montones de periódicos y señalando un nombre en concreto en una página: "¿Lo ves? Ahí estoy. Ya te dije que existí. Ya te dije que fui alguien". Sí señores, la adrenalina de la fama.
Puedes prender de un hilo por tomar un riesgo, pero si lo haces bien, el hilo crece, y se transforma en un seguro puente. Conquistar sin riesgo, es triunfar sin gloria.
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Las luces brillaban, al igual que las hermosas estrellas que prendían una buena noche. Crucé la puerta y muchos saludos vinieron a mi. Vaya personaje resulte ser ¡ja! Saludas a tus amigos, sonríes a las chicas y vas y te sientas en la barra.
—¡Hola querido Sammie!—me saludó muy alegre, Eddie, el dueño de la barra, un amigo muy querido. Un segundo padre, o tal vez el único que tengo como figura paterna.
—Que tal Eddie-boy.—
—Aquí como siempre niño, esperándote.—dijo entre risas las cuales compartí.
—Terminando una linda cena de la señora más insoportable, mamá, pensé en venir, sabes, a veces siento que..—fui interrumpido por una voz angelical. Una voz que hizo que mis ojos brillaran. Y vaya que voz. Sentí que mis oídos estaban siendo acariciados por fino terciopelo. Créanme, no bromeo.
Miré hacía el escenario para ver de quién se trataba. Casi todos los días en el bar, mujeres o bandas venían a cantar y no eran ángeles precisamente. En especial las mujeres de aquí, con las cuales terminaba estando todo el jodido tiempo. Pero aquella jovencita era diferente, era especial. Una caballera rubia y un rostro precioso. Parecía de hielo, tan delicada y brillante, sentí que en cualquier momento se iba a romper.
Y trasmitió algo en mi que nadie había hecho antes. Inocencia, inocencia pura. Sus labios iban al compás de Never Can Say Goodbye de los Jackson 5. Su rostro reflejaba miedo a medida que cantaba, y cómo no tener miedo si hombres de más de 36 le gritaban que se quitara la ropa. Sí, de estos tipos de bares hablo.
Damas y caballeros, aquí venía la gran pregunta que uno siempre se hace en algún momento. ¿Qué hacía una joven tan bella, inocente y delicada en un bar tan brusco como este? ¡Hombre! ¡Parece que regala biblias y cupcakes en las iglesias todos los domingos! ¡¿Qué hace aquí?! Cerca de mi.
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Luego de que terminara su bella presentación y los alcohólicos que veían el show se quejaran de que no se haya quitado ninguna prenda, ella bajó y fue a la barra, a pedir agua. Sí, agua.
Seguí con la mirada todos sus pasos. Bebió el agua, tapó su rostro y comenzó a sollozar, y fue ahí cuando mi corazón se partió de tanta pena y dulzura.
—Eh.. ¿estas bien?—de a poco me miró y vi por primera vez sus ojos sobre los míos. Estaba fatal, pero aún así se veía hermosa.
—Sí.. sí, lo siento.—
—¿Por qué me pides perdón? ¿Por ser tan preciosa?—joder, aquí venía el pesado de Sam. Ella se sonrojó y paro un poco con su llanto, lo cual me alivio bastante. No respondió, sólo me volvió a mirar. Y es que nunca pensé que una mirada tan perfecta me iba a calentar tanto, vaya que sí. Pero inmediatamente luché por sacar pensamientos de este tipo de mi cabeza, no quería molestarla ni incomodarla. —Perdón por las preguntas vale, pero quería saber.. ¿qué hace una niña tan linda como tú aquí?—pregunté sin rodeos, y ella abrió los ojos y mordió sus labios. Oh santo cielo.
—Yo.. em, consigo dinero.—
—¿En serio? Es tarde para que niñas buenas anden solas en bares como este, buscando dinero.—tomé el mentón entre mi mano para acercarme a ella pero suavemente la quito, y sentí su piel, suave otra vez.
—No me conoces.—
—Pero me gustaría hacerlo.—
—Eh... emm.. no entiendes. No sabes de mi.—
—Puedes contarme tu secreto, esta a salvo conmigo. Y mi nombre es Sam, Samuel Beckham para ser exactos.
—Rachel Barton.—y jure desde ese momento que había escuchado el nombre más lindo de todo el mundo.
Salimos afuera, pues la música ya no dejaba escuchar bien a la perfección su hermosa voz. Tomé un cigarro y lo encendí, la miré y moví con mi boca el cigarro, ofreciéndole. Negó con la cabeza y luego con sus pequeñas manos se abrazo, tratando de calmar el frío. Y se lo calmé yo, entregándole mi campera de cuero.
—Bien, cuéntame que hace caperucita en la boca del lobo.—
—No tengo hogar, no tengo familia.—dijo y un pequeño silencio abarcó la vereda. Sólo miraba al suelo, apenada tal vez. —Tuve un hijo y no sé en dónde esta, con qué familia. Debería estar estudiando, debería estar feliz con mis buenas notas y mi traje de porrista. ¿Sabes lo que se siente perder todo lo que amabas? ¡¿Lo sabes?! ¡No, claro que no! ¡No lo sabes!—y sus lágrimas volvieron a caer, a dañar su rostro.
—Vaya.. yo lo siento.—
—No sientas pena por mi, yo soy el desastre.—
—Oh no digas eso, acabo de conocerte y pienso que eres increíble.—me miró, dudando. —En serio.—y escondió su cabeza en mi pecho, me abrazó, la abracé y a eso de cinco minutos, nos separamos. —¿No tienes ningún conocido con el cual pasar la noche, ya sabes, no dormir en la calle. Si fuese por joder, te quedarías conmigo sin ningún problema. Ambos juntos en mi cama.—guiñé el ojo, reí ante este comentario y ella sólo frunció el ceño. —El tema es que mi madre se volvería loca, y le podríamos explicar tu situación pero, aún así diría que no. A veces presiento que no tiene corazón.—y volvió a soltar una risita.
—No importa Sam, podré con ello.—escuché mi nombre salir de su boca y nunca me había vuelto tan loco.
Pensé en dejarla en la casa de Hotton, pero trataría de follársela, y claramente no iba a permitir eso. Y fue en ese momento que la mágica lamparita de ideas, se encendió. La casa de Arielle.
+++
Subí hacía el balcón como pude mientras Rachel miraba desde lejos, un tanto preocupada. Toqué la gran ventana, esperando a que Arielle se levantara, pues no era tan tarde, espero.
Esperé como ocho minutos y una molesta y despeinada Arielle abrió la puerta.
—Dios Sam, no pienso abrirte para que molestes..—
—No no Arielle, necesito un favor, es importante.—
—Dime.—bufó.
—¿Puede quedarse una chica a dormir contigo? Es una larga historia pero ella no tiene hogar.—
—¿Y qué acaso no puede quedarse contigo?—
—No, de verás que no. Se llama Rachel, sólo deja que duerma esta noche contigo. Mañana antes de ir a la escuela, paso a recogerla.—
—Vale, ¿dónde esta la maldita?—
—Oye... no la llames así. Es un ángel.—
—¿Ah sí?—
—No te molestes—hice un puchero y ella me dio un pequeño beso. Bingo.—Ella estaba abajo, sólo abre la puerta y no causará ningún problema. No quiero que suba por el balcón.—
—¿Desde cuándo tan considerado Beckham?—
—Desde siempre.—claro que sí.
ceonella.
Re: Pisando la misma suela de depresión. {novela.
CAMILLE!! perdón por haber sido tan mala lectora, pero la uni me tenía fatal con el tiempo y luego tener que acostumbrarme a estar en vacaciones, lo siento
Pero ya me puse al día con esta bella novela y te juré que amé cada nuevo capítulo que subiste. Me encanta como lográs describir tan bien la personalidad de Sam, tu capacidad de detalle y escritura es estupenda y me dejaste con ganas de más, por lo tanto, espero que la sigás pronto
Espero que estés bien
Pero ya me puse al día con esta bella novela y te juré que amé cada nuevo capítulo que subiste. Me encanta como lográs describir tan bien la personalidad de Sam, tu capacidad de detalle y escritura es estupenda y me dejaste con ganas de más, por lo tanto, espero que la sigás pronto
Espero que estés bien
I'm just not sure whether my heart is working. And yours is beating double time. Cole & Ro. New Rules
Kida
---------
Re: Pisando la misma suela de depresión. {novela.
muchas gracias por estar bae tan lindas palabras, sinceramente graciasss mil gracias. ya la sigo, besitos <3.Grimes. escribió:CAMILLE!! perdón por haber sido tan mala lectora, pero la uni me tenía fatal con el tiempo y luego tener que acostumbrarme a estar en vacaciones, lo siento
Pero ya me puse al día con esta bella novela y te juré que amé cada nuevo capítulo que subiste. Me encanta como lográs describir tan bien la personalidad de Sam, tu capacidad de detalle y escritura es estupenda y me dejaste con ganas de más, por lo tanto, espero que la sigás pronto
Espero que estés bien
ceonella.
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