Re: What I Did for love [Audiciones Abiertas]

por **Emma Scott** Dom 12 Jul 2015, 5:40 pm

Gabriela de Tommo escribió:Yo voy a participar eh! 7uu7
ya mismo dejo mi ficha ¿de acuerdo?
bueno bueno, mi nombre es Gabriela pero dime Gaby o Gabs como gustes ¿vale? vale.
cuidate & esas cosas xx

Claro Gabs, dejala cuando quieras.

por Invitado Dom 12 Jul 2015, 8:03 pm

lo siento, me despisté. ya lo edité, ahí esta el gif, lols.

por **cecy'p** Miér 05 Ago 2015, 2:24 am

¡HOLA! soy Cecilia y me ha gustado mucho tu idea, así que sin mas preámbulo aquí esta mi ficha, discúlpame si me emocione y termino siendo este monstruo gigante, espero te guste:)
-Foto o gif:
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-Nombre completo: Cecilia Casiopea Maximoff (Kana) de Mónaco
-Representante: Elizabeth Olsen
-Edad (+21): 26
-Trabajo (no tiene por qué tenerlo): La “princesa” por accidente o la millonaria por error. Dice que no tiene dinero, que su padrastro sí. Ósea, no trabaja la floja. Es una mantenida:p
-Descripción Física: De 1.73 con piel clarita pero apiñonada, tiene los ojos cafés oliváceos (tirandole a verde) aun que son pequeños, al igual que sus labios y sus pestañas. Su cuerpo no es la gran cosa, con una que otra curva y piernas largas, aun que les hace falta un poco de ejercicio. Tiene lindos atributos, pero lo que más le gusta de ella es su cabello, siempre tiñéndolo de distintos colores (incluso lo ha traído de arcoíris), le llega hasta la cintura y normalmente lo trae suelto.
-Personalidad: Loca, descrita así por su padrastro y uno que otro amigo incluyendo a su hermanastro Alexander. Incomprendida según su madre y especial según su chico (Ansel), no tiene pelos en la lengua, no le gustan los hipócritas así que siempre es honesta sin importar con quien esté hablando; puede llegar a ser muy grosera cuando utiliza su sarcasmo, pero ella se auto describe como un alma libre. La mayoría de las veces calculadora, experta en ocultar sus más profundos sentimientos y especialista en comedia. Puede llegar a parecer fría y distante pero eso está muy alejado de la realidad, su sonrisa es la más cálida del mundo, sus ojos son su talón de Aquiles, siempre revelan sus sentimientos, solo a aquellos que saben leerlos como su madre y Louis, también Ansel. Su inteligencia (incluyendo su deducción) impresiona a muchos. Por último, pero no menos importante, ama con locura, siempre y cuando las personas lo merezcan.
-Familia: Magda Maximoff, Louis Grimaldi, Alexander Grimaldi (hermanastro de 8 años), la familia Grimaldi y Andreus Kana.
-Historia de cómo conociste a tu pareja: Después de que Louis recibiera de nuevo su título Cecilia fue preparada para la familia real, eso incluía la vestimenta, los modales y si, los eventos sociales. Durante su primera gala real conoció a Shawn, el propietario de industrias Harris, un prometedor joven que a tan corta edad había logrado lo que muchos no logran en una vida, era simplemente un sueño, todas las mujeres hablaban de él, era joven, apuesto y millonario, el sueño e toda mujer. Pero Cassie era la excepción, ella no buscaba si quiera un pretendiente, ella solo quería pasar la velada sin tirar todo al basurero, así que trato de pasar desapercibida… y funciono, hasta que su padrastro le pidió frente a todos que bailara un vals con él, una de las pesadillas más horribles de ella, fue en la pista de baile al terminar la balada con Louis cuando Shawn se acercó a ellos y le pidió permiso a su padrastro para bailar con ella cuando todo cambio. Con el temor a flor de piel y sus pies izquierdos presentes tomo la mano de Harris mientras él tomaba su cintura con su mano libre. El baile fue todo menos perfecto, las pisadas por parte de ella fueron inminentes, tanto que una semana después las personas seguían hablando de ello. Pero Shawn no lo tomo en cuenta, y una semana después se encontraba en las puertas del palacio con un enorme ramo de peonias (las favoritas de Cess) y la invito a pasear por la ciudad. Ahí comenzó todo, se contaron sus vidas y mientras lo hacían se dieron cuenta que ella era una incomprendida y el un necesitado de atención, él estaba dispuesto a descifrar todo lo que Cecilia era, ella por su parte, estaba decidida a prestarle toda su atención por el resto de sus días.
-Historia: Nacida el 6 de Julio en una pequeña aldea de Rusia; vive con su madre y su padrastro en Mónaco, su madre se llama Magda Maximoff, es de familia Rusa (muy humilde, campesina) mientras que su padre Andreus Kana de descendencia Griega (no especificada la familia paterna) se marchó tres años después de su nacimiento, no tiene muchos recuerdos de él. Cuando tenía doce su madre decidió que era buena idea irse de Rusia para tener una mejor vida, así que se marchan a Francia donde Magda conoce a Louis Grimaldi de Mónaco, heredero al trono, tiene una relación en secreto y dos años después son descubiertos, Louis termina dejando la sucesión real de Mónaco, pues no debería casarse con una plebeya como Magda. Después de 4 años de casados tienen a un pequeño niño llamado Louis Alexander Grimaldi Maximoff de Mónaco, Cecilia tenía 18, es entonces que a Louis se le devolvió su título y hoy ella es parte de la realeza de Mónaco, aunque no podría importarle menos.
-Años que duró la relación: 4 (desde que ella tenía 22 y el 28 hasta que ella tiene 26 y el 32)
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-Nombre del chico: Shawn Harris
-Trabajo (no tiene por qué tenerlo): Exitoso empresario multimillonario.
-Representante del chico: Chris Evans
-Edad del chico: 32

-Escrito:

El 5 de julio siempre me pareció un día como cualquier otro. Para mis amigas, y mi madre, les parecía un día tan especial como la navidad o el día de san Valentín −los cuales no me podían importar menos− pero no más importante que mi cumpleaños, porque claro, el 5 de julio era la víspera de mi cumpleaños.

Nunca me gusto festejar el hecho de que me estoy volviendo más vieja, o el que ya estoy por cumplir veinte y aun no sé qué hacer con mi vida. Cuando era pequeña, nunca me preguntaron qué era lo que quería ser de grande, dieron por sentado que seguiría los pasos de mi madre, y aquí estoy, en un avión que me llevara directo al condado de Leesburg, Virginia, mi futuro hogar por algunos años.

Mientras los demás pasajeros terminan de abordar, me doy un momento para pensar en lo que está a punto de suceder, me voy de la ciudad, después de tantos años de verdad estoy viendo mi sueño cumplirse, no más monotonía ni días sin color, de verdad estoy a punto de largarme de Oregon, adiós Condado de Clackamas y por supuesto que le diré au revoir a Boring, la ciudad donde nada interésate pasa ─literalmente, su nombre lo dice─ le digo adiós a todo, a mis peores momentos de la adolescencia y a los mejores de mi infancia, e incluso a mi madre, que en su intento por prestarme atención, se ha olvidado de lo que en verdad me interesa.

Cuando dejo de pensar en mi pasado, me percato de que mi teléfono no ha dejado de vibran en mi bolsillo delantero, lo saco rápidamente de donde se encuentra y lo abro.

- ¿Hola?

- ¡Hija!- con el apuro no me he dado el tiempo de ver quien marcaba-. Solo llamo para recordarte que la familia Favre te estará esperando, ya les he informado que es la víspera de tu cumpleaños y que es costumbre en nuestro hogar celebrarlo.

- ¡Mamá...!- le reprendo mientras alargo la última “a”.

- Por favor compórtate cuando llegues allá y se amable con ellos...

Lo dice como si yo fuese la problemática de la casa, cuando en realidad, fue ella quien se acostó con el vecino y llevo a su matrimonio a la ruptura. Se supone que esta movilidad escolar me servirá para reflexionar y entender a mis padres, no creo que ayude en nada, solo quiero terminar el maldito año escolar sin ninguna materia reprobada. Eso es todo.

- Faith, ¿Sigues ahí?

- Si, lo siento ¿Qué decías?

- Por favor avísame cuando llegues a Leesburg.

Entonces los clásicos timbres que me indican que el vuelo está listo y que es tiempo de despegar suenan. Mamá se da cuenta de lo que ocurre y solo dice un “te quiero” y corta la llamada, apago mi teléfono y abrocho bien el cinturón, este será un viaje relativamente largo.

La azafata termina de dar las indicaciones cuando por fin he desenredado el cable de mis auriculares, y justo antes de que el capitán anuncie que estamos listos para el despegue, la misma azafata de micro falda se acerca mientras contonea su exuberante cadera.

- Señorita…

- ¿Si?

- Hemos tenido un percance con uno de los pasajeros, así que le pido de favor que retire su bolso del asiento junto a usted.

No me da tiempo de hacer la acción por mí misma, pues no termina la oración y ya me ha pasado mi pequeño bolso de mano en el regazo. Justo cuando comenzaba a creer que por lo menos algo bueno tendría el vuelo, generalmente me rehusaría a subir a un avión sin pensarlo, pero Lessburg se encuentra a muchas horas de distancia de mi hogar y un viaje en autobús hubiese sido un desastre.

Cuando me he acomodado de vuelta observo la patética escena.

- Bueno joven aquí podrá tener un cómodo vuelo- la azafata rubia y de ojos verdes se marcha, no sin antes acariciar el brazo del joven y guiñarle el ojo.

Me retuerzo incomoda en mi asiento y encojo mis piernas para que el chico —al cual no le veo la cara— pase, lo que acaba de suceder es grotesco, la azafata es una zorra.

Para cuando el joven de rostro aún desconocido termina de acomodarse, yo ya me puesto los auriculares y he cerrado mis ojos, el avión comienza a moverse lentamente hacia la pista y tras una ligera sacudida el avión se encuentra elevándose en el aire.

Una vez estables las luces que indican que podemos desabrochar los cinturones se encienden, aunque no lo hago, me siento más segura con el puesto.

No me di cuenta cuando me he quedado dormida pero cuando despierto apenas vamos a la mitad del camino, no tengo un audífono puesto y la azafata de micro falda se encuentra junto a mí, ¿ahora que quiere?

- ¿le ofrezco algo de beber señorita?

Ah, solo era eso.

- Me vendría bien un poco de agua, gracias.

- ¿tienes café?- dice una voz detrás de mí.

- Claro que si- responde rápidamente la azafata.

Observo la pequeña placa que se encuentra en su blusa mientras esta se desvive por servirle café al chico junto a mí, se llama Marie. Estoy molesta, mi boca esta seca y creo que incluso estoy poniendo jeta.

La tal Marie le entrega una pulcra taza blanca con humo saliendo de ella, el pequeño pedazo de porcelana pasa frente a mi justo cuando una micro-turbulencia asalta al avión.

- ¡Mierda!- exclamo ante el pequeño chorro caliente que se expande entre mi cuello y la entrada de mi blusa.

- ¡Oh disculpa!- dramatiza la azafata-. No ha sido mi intención, de verdad lo siento.

Sé que no lo ha hecho a propósito pero me siento aún más molesta ante la incompetencia del servicio.

- No te preocupes está bien- respondo serenándome un poco.

- ¿Estas bien?- pregunta el chico junto a mí.

- Lo estoy.

- ¿Segura?

- Te he dicho que lo estoy- replico con lo último que queda de mi pequeño ataque de ira-. Lo siento no pretendía sonar tan hostil.

- No te preocupes, yo también lo haría si fuera tú- sonríe, lose porque por primera vez desde que se sentó junto a mí lo he observado.

La descuidada/zorra azafata se aclara la garganta y pone una sonrisa de un millón de dólares, estoy segura de que no la dirige a mí.

- ¿Necesita algo más?- de nuevo no se dirige a mí.

Recargo mi cabeza un tanto cansada en el respaldo, cierro los ojos un momento y suelto un pequeño suspiro que tenía guardado.

- Para empezar podrías traer la botella de agua que la señorita te pido anteriormente y para finalizar unas cuantas servilletas para que la chica junto a mi pueda limpiarse el café que derramaste.

La azafata y yo abrimos los ojos tal cual platos, lo observo y él me está viendo con la misma sonrisa de antes. Marie sale prácticamente huyendo de la escena y cinco minutos después me encuentro un tanto limpia y con mi boca rebosante de agua.

- ¿Algo más?- yo niego ligeramente-. ¿Va a pagar con efectivo o tarjeta?

No logro articular respuesta pues el chico junto a mi desliza su tarjeta frente a mí y se la entrega.

- Cárgalo todo a mi cuenta- me da un pequeño guiño y me deja desconcertada.

Antes de que pueda protestar por lo que acaba de hacer me dice:

- Era mi café, es justo- y se encoje de hombros.

- ¿Cuál es el margen de error?- pregunto divertida cuando descubro su juego.

- máximo cinco por ciento- responde naturalmente.

Una carcajada sale de mis labios, es gracioso que revele su método de conquista, incluso cuando no lo pretendía hacer, ¿será cierto que solo el cinco por ciento de las chicas le digan que no? Bueno, eso va a cambiar.

- Ahora son seis punto cinco- informo.

- No, ¿de verdad? ¿Me estás diciendo que no tengo ninguna oportunidad contigo?- sonríe de lado, si sigue sonriendo así su probabilidad de rechazo se quedara justo como esta.

- No lo sé, no lo he decidido aún.

-No es justo eres demasiado linda para caer a la primera.

Sonríe de nuevo, mis mejillas se encienden como luces en un árbol de navidad. Se acomoda en el asiento de tal forma que su cara da con mi perfil, no sé por qué pero lo imito.

- ¿Cómo hiciese la cuenta tan rápido?

- Es muy fácil.

Entonces saco una pequeña libreta de mi bolso y comienzo a explicarle lo fácil que resulta utilizar las matemáticas. Para cuando acabo solo faltan dos horas para llegar, termino mi botella de agua y me vuelvo a dormir.

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