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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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"La Imagen Del Amor" - Joe y tu Terminada
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "La Imagen Del Amor" - Joe y tu Terminada
Capitulo 6
-Entiendo -susurró ella. Inconscientemente, comenzó a morderse el labio inferior.
—No tienes que reaccionar como si yo te hubiera hecho una proposición indecente, _______—dijo Joe, con voz seca—. Sólo se trata de un acuerdo de negocios.
—Eso lo comprendo perfectamente, señor Jonas —repuso ella en tono desafiante—. Lo que ocurre simplemente es que nunca he firmado un contrato para un proyecto a largo plazo.
—No tengo intención alguna de permitir que te escapes. Los contratos son obligatorios, para Larry y para ti. Durante los próximos meses, no quiero que os distraigáis con otros trabajos. Económicamente, os compensaré con creces. Si tenéis alguna queja en ese sentido, lo negociaremos. Sin embargo, mis derechos para disponer de tu rostro durante los próximos seis meses serán exclusivos.
Joe quedó en silencio mientras observaba la amplia variedad de expresiones que se reflejaban en el rostro de ________. Efectivamente, la joven se sentía muy atraída por el proyecto, aunque no por el hombre que se lo había propuesto. Sería un trabajo fascinante, pero le costaría atarse a un único cliente durante un periodo de tiempo tan largo. No podía evitar pensar que firmar un contrato era como perder su libertad. Un contrato a largo plazo equivalía a un compromiso a largo plazo.
Finalmente, se deshizo de toda su cautela y le dedicó a Bret una de las sonrisas que habían hecho que su rostro fuera conocido por todos los Estados Unidos.
—Tiene su rostro —dijo.
..................
Joe Jonas se movió muy rápidamente. En menos de dos semanas, se habían firmado los contratos y se había acordado «que las sesiones fotográficas empezaran a principios de octubre. La primera imagen que habían de conseguir era la de la inocencia juvenil y la sencillez inmaculada.
_______se reunió con Larry en un parque que Joe había seleccionado. Aunque la mañana era fresca y luminosa y el sol se filtraba cálidamente a través de los árboles, el parque estaba desierto. _______ no pudo evitar preguntarse si el autocrático señor Jonas sería el responsable de aquella soledad.
Unos vaqueros remangados hasta la mitad de la pantorrilla y jersey de cuello de cisne de color rojo era la ropa que se había elegido para la sesión. _________ se había recogido su brillante cabello con dos trenzas y se las había atado con cinta roja. Se había aplicado un ligero maquillaje, basándose simplemente en la natural belleza de su piel. Era la quintaesencia de la juventud sincera y vibrante y sus ojos azules oscuros brillaban de anticipación.
—Perfecto —le dijo Larry—. Joven e inocente. ¿Cómo lo has conseguido?
—Yo soy joven e inocente, vejestorio —replicó ella arrugando la nariz.
—Muy bien. ¿Ves eso? —le preguntó Larry mientras señalaba un parque infantil en el que había columpios, barras y un tobogán—. Ve a jugar, niñita, y deja que este vejestorio te tome unas fotos.
______ echó a correr hacia el columpio. Allí, se dio una total libertad de movimientos. Se estiró por completo e inclinó la cabeza hacia el suelo mientras sonreía al brillante cielo. A continuación, se subió al tobogán y levantó los brazos. Entonces, tras soltar un grito de desinhibida alegría, se deslizó hasta el suelo para acabar con el trasero sobre la tierra. Larry no dejaba de tomar fotografías desde varios ángulos, siempre dejando que fuera ella la que dirigiera la sesión.
—Parece que tienes doce años —dijo, con una risa ahogada tras la cámara.
—Tengo doce años —afirmó ______. Entonces, se subió a las barras—. Me apuesto algo a que tú no puedes hacer esto —añadió. Se había colgado boca abajo de una de las barras, de manera que las trenzas le barrían el suelo.
—Sorprendente...
Aquella afirmación no vino de Larry. Cuando _______ giró la cabeza, se encontró directamente con un par de pantalones hechos a medida. Al subir un poco más, se encontró con una chaqueta a juego y, un poco más arriba, con una sonriente boca y unos burlones ojos grises.
—Hola niña, ¿sabe tu madre dónde estás?
— ¿Qué está haciendo aquí? —replicó _______. Boca abajo se sentía en franca desventaja.
—Supervisando mí proyecto. ¿Cuánto tiempo piensas estar colgada de esa barra? La sangre debe de estar subiéndosete a la cabeza.
_________ agarró la barra con las manos y lanzó las piernas en una limpia voltereta que la dejó cara a cara con Jonas. Él le dio un suave golpecito en la cabeza, le dijo que era una buena niña y se volvió a hablar con Larry.
-¿Cómo ha ido, Larry? Me parece que has conseguido unas buenas fotos.
Los dos hombres comenzaron a hablar de los aspectos técnicos de la sesión mientras ______ se columpiaba suavemente. Había visto a Joe en varias ocasiones durante las dos últimas semanas y, cada vez, se había sentido muy inquieta en su presencia. Era un hombre vital y turbador, con un potente poder masculino, por lo que ella no estaba del todo segura de querer verse asociada con él. Su vida era ordenada y corría por los cauces que ella había trazado, por lo que no quería complicación alguna.
Sin embargo, había algo en Joe Jonas que sugería complicaciones con mayúsculas.
—Muy bien —dijo la voz de Joe—. Lo organizaremos todo en el club a la una en punto. Ya está todo preparado —añadió. _______ se levantó del columpio y se dirigió hacia Larry—. No tienes que irte ahora, pequeña. Tienes más o menos una hora libre.
—Ya no quiero jugar más en los columpios, papá —replicó ella muy tensa. Entonces, agarró su mochila y se la colgó al hombro. Consiguió dar un par de pasos antes de que Joe le agarrara la muñeca.
—Veo que eres una niña mimada, ¿verdad? —murmuró—. Tal vez debería darte un azote sobre mis rodillas.
—Eso le resultaría más difícil de lo que cree, señor Jonas — le espetó ella con toda la dignidad que pudo reunir—. Tengo veinticuatro años, no doce, y soy bastante fuerte.
— ¿De verdad? —replicó él. Entonces, inspeccionó el esbelto cuerpo de ________ como si lo dudara—. Supongo que es posible. Vamos. Me apetece tomar un café.
Aqi les dejo 2 caps disculpen la tardansa disfrutenlos
-Entiendo -susurró ella. Inconscientemente, comenzó a morderse el labio inferior.
—No tienes que reaccionar como si yo te hubiera hecho una proposición indecente, _______—dijo Joe, con voz seca—. Sólo se trata de un acuerdo de negocios.
—Eso lo comprendo perfectamente, señor Jonas —repuso ella en tono desafiante—. Lo que ocurre simplemente es que nunca he firmado un contrato para un proyecto a largo plazo.
—No tengo intención alguna de permitir que te escapes. Los contratos son obligatorios, para Larry y para ti. Durante los próximos meses, no quiero que os distraigáis con otros trabajos. Económicamente, os compensaré con creces. Si tenéis alguna queja en ese sentido, lo negociaremos. Sin embargo, mis derechos para disponer de tu rostro durante los próximos seis meses serán exclusivos.
Joe quedó en silencio mientras observaba la amplia variedad de expresiones que se reflejaban en el rostro de ________. Efectivamente, la joven se sentía muy atraída por el proyecto, aunque no por el hombre que se lo había propuesto. Sería un trabajo fascinante, pero le costaría atarse a un único cliente durante un periodo de tiempo tan largo. No podía evitar pensar que firmar un contrato era como perder su libertad. Un contrato a largo plazo equivalía a un compromiso a largo plazo.
Finalmente, se deshizo de toda su cautela y le dedicó a Bret una de las sonrisas que habían hecho que su rostro fuera conocido por todos los Estados Unidos.
—Tiene su rostro —dijo.
..................
Joe Jonas se movió muy rápidamente. En menos de dos semanas, se habían firmado los contratos y se había acordado «que las sesiones fotográficas empezaran a principios de octubre. La primera imagen que habían de conseguir era la de la inocencia juvenil y la sencillez inmaculada.
_______se reunió con Larry en un parque que Joe había seleccionado. Aunque la mañana era fresca y luminosa y el sol se filtraba cálidamente a través de los árboles, el parque estaba desierto. _______ no pudo evitar preguntarse si el autocrático señor Jonas sería el responsable de aquella soledad.
Unos vaqueros remangados hasta la mitad de la pantorrilla y jersey de cuello de cisne de color rojo era la ropa que se había elegido para la sesión. _________ se había recogido su brillante cabello con dos trenzas y se las había atado con cinta roja. Se había aplicado un ligero maquillaje, basándose simplemente en la natural belleza de su piel. Era la quintaesencia de la juventud sincera y vibrante y sus ojos azules oscuros brillaban de anticipación.
—Perfecto —le dijo Larry—. Joven e inocente. ¿Cómo lo has conseguido?
—Yo soy joven e inocente, vejestorio —replicó ella arrugando la nariz.
—Muy bien. ¿Ves eso? —le preguntó Larry mientras señalaba un parque infantil en el que había columpios, barras y un tobogán—. Ve a jugar, niñita, y deja que este vejestorio te tome unas fotos.
______ echó a correr hacia el columpio. Allí, se dio una total libertad de movimientos. Se estiró por completo e inclinó la cabeza hacia el suelo mientras sonreía al brillante cielo. A continuación, se subió al tobogán y levantó los brazos. Entonces, tras soltar un grito de desinhibida alegría, se deslizó hasta el suelo para acabar con el trasero sobre la tierra. Larry no dejaba de tomar fotografías desde varios ángulos, siempre dejando que fuera ella la que dirigiera la sesión.
—Parece que tienes doce años —dijo, con una risa ahogada tras la cámara.
—Tengo doce años —afirmó ______. Entonces, se subió a las barras—. Me apuesto algo a que tú no puedes hacer esto —añadió. Se había colgado boca abajo de una de las barras, de manera que las trenzas le barrían el suelo.
—Sorprendente...
Aquella afirmación no vino de Larry. Cuando _______ giró la cabeza, se encontró directamente con un par de pantalones hechos a medida. Al subir un poco más, se encontró con una chaqueta a juego y, un poco más arriba, con una sonriente boca y unos burlones ojos grises.
—Hola niña, ¿sabe tu madre dónde estás?
— ¿Qué está haciendo aquí? —replicó _______. Boca abajo se sentía en franca desventaja.
—Supervisando mí proyecto. ¿Cuánto tiempo piensas estar colgada de esa barra? La sangre debe de estar subiéndosete a la cabeza.
_________ agarró la barra con las manos y lanzó las piernas en una limpia voltereta que la dejó cara a cara con Jonas. Él le dio un suave golpecito en la cabeza, le dijo que era una buena niña y se volvió a hablar con Larry.
-¿Cómo ha ido, Larry? Me parece que has conseguido unas buenas fotos.
Los dos hombres comenzaron a hablar de los aspectos técnicos de la sesión mientras ______ se columpiaba suavemente. Había visto a Joe en varias ocasiones durante las dos últimas semanas y, cada vez, se había sentido muy inquieta en su presencia. Era un hombre vital y turbador, con un potente poder masculino, por lo que ella no estaba del todo segura de querer verse asociada con él. Su vida era ordenada y corría por los cauces que ella había trazado, por lo que no quería complicación alguna.
Sin embargo, había algo en Joe Jonas que sugería complicaciones con mayúsculas.
—Muy bien —dijo la voz de Joe—. Lo organizaremos todo en el club a la una en punto. Ya está todo preparado —añadió. _______ se levantó del columpio y se dirigió hacia Larry—. No tienes que irte ahora, pequeña. Tienes más o menos una hora libre.
—Ya no quiero jugar más en los columpios, papá —replicó ella muy tensa. Entonces, agarró su mochila y se la colgó al hombro. Consiguió dar un par de pasos antes de que Joe le agarrara la muñeca.
—Veo que eres una niña mimada, ¿verdad? —murmuró—. Tal vez debería darte un azote sobre mis rodillas.
—Eso le resultaría más difícil de lo que cree, señor Jonas — le espetó ella con toda la dignidad que pudo reunir—. Tengo veinticuatro años, no doce, y soy bastante fuerte.
— ¿De verdad? —replicó él. Entonces, inspeccionó el esbelto cuerpo de ________ como si lo dudara—. Supongo que es posible. Vamos. Me apetece tomar un café.
Aqi les dejo 2 caps disculpen la tardansa disfrutenlos
Nani Jonas
Re: "La Imagen Del Amor" - Joe y tu Terminada
damned escribió:nueva lectora!!!
siguela pronto xfa me facina
tu nove!!
bienvenida gracias por pasarte :D
Nani Jonas
Re: "La Imagen Del Amor" - Joe y tu Terminada
Capitulo 7
Le soltó la muñeca, pero entrelazó sus dedos con los de ella. _______ apartó la mano, sorprendida y desconcertada por la calidez que había encontrado.
—_______ —dijo él, con la voz marcada por una tensa paciencia—. Me gustaría invitarte a tomar un café —añadió. Más que una invitación era una orden.
Jonas avanzó por la hierba a grandes zancadas, arrastrando tras él a una reacia _________. Larry observó los movimientos de ambos y, automáticamente, tomó una fotografía. Decidió que componían un estudio muy interesante. Un hombre alto y rubio, vestido con un carísimo traje tirando de una esbelta mujer—niña.
Cuando ella se sentó frente a Joe en la pequeña cafetería, tenía el rostro arrebolado de la indignación y el esfuerzo que le había supuesto mantenerle el paso. Joe observó atentamente las sonrosadas mejillas y los brillantes ojos y sonrió un poco.
—Tal vez te debería comprar un helado para que te refresques —dijo él. La camarera apareció entonces, lo que le evitó a _______ tener que responder. Inmediatamente, Joe pidió dos cafés.
—Té para mí — afirmó _______ secamente. Le agradaba contradecirle en algo.
— ¿Cómo has dicho? —preguntó él fríamente.
-He dicho que tomaré té, si no le importa. No bebo café. Me pone muy nerviosa.
—En ese caso, un café y un té —le informó Joe a la camarera antes de que ella se marchara—. ¿Cómo eres capaz de despertarte por las mañanas sin la inevitable taza de café?
—Soy una mujer de hábitos sanos.
—Efectivamente, en estos momentos pareces un anuncio de la vida sana —replicó él. Entonces, se recostó en su asiento y sacó un paquete de cigarrillos. Tras ofrecerle uno a ella, que no aceptó, se encendió su pitillo antes de seguir hablando-. Me temo que nunca aparentarías veinticuatro años con esas trenzas. No se ve a menudo un cabello tan negro... y mucho menos con ojos de ese color... Son fabulosos —añadió, tras mirárselos un instante—.A veces son tan oscuros que resultan casi violetas. Tan dramáticos... Además, tu estructura ósea es elegante y exótica. Dime, ¿dónde conseguiste ese rostro tan maravilloso?
______ se creía ya inmune a comentarios y cumplidos sobre su físico, pero, de alguna manera, las palabras de Joe la azoraron. Dio las gracias al ver que la camarera se acercaba con lo que habían pedido, porque así tuvo tiempo de recuperar la compostura.
—Según me han dicho, soy la viva imagen de mi abuela -dijo, tras tomar un sorbo de té—. Era una india arapahoe.
—Tendría que habérmelo imaginado. Los pómulos, la estructura ósea... Sí, se te notan los rasgos indios, pero los ojos despistan. No heredaste los ojos negros de tu abuela.
-No -respondió ella. Le costó mucho enfrentarse a la penetrante mirada de Jonas con frialdad-. Me pertenecen a mí.
—A ti —repitió él—, y, durante los próximos seis meses, a mí. Creo que me gustará tener la propiedad conjunta. ¿De dónde eres, _______ Baxter? Tú no eres de Nueva York.
-¿Tanto se me nota? Pensé que ya había adquirido la pátina de la Gran Manzana —comentó. Entonces, se encogió de hombros y agradeció que la intensidad del examen al que la había sometido Jonas hubiera terminado—. Soy de Kansas. Vivía en una granja que hay a algunos kilómetros al norte de Abilene.
Joe inclinó la cabeza y levantó la taza del café.
-Pareces haber pasado del trigo al hormigón sin dificultad alguna. ¿No hay cicatrices de la batalla?
—Unas cuantas, pero ya han sanado. No creo que tenga que explicarle las ventajas de Nueva York, especialmente en el mundo en el que yo trabajo.
Joe asintió con una leve inclinación de cabeza.
—Resulta muy fácil verte tanto como una chica que vive en una granja de Kansas como una sofisticada modelo. Tienes una notable habilidad para adaptarte a lo que te rodea.
-Eso me hace parecer como si no tuviera personalidad alguna, como si fuera... Casi invisible.
— ¿Invisible? —repitió Joe. Entonces, lanzó una carcajada que hizo que varias personas se volvieran a mirar—. No, no creo que seas invisible, sino más bien una mujer muy compleja con una notable afinidad con el mundo que la rodea. No creo que sea un talento adquirido, sino más bien una habilidad intrínseca.
Aquellas palabras agradaron a _______. Tuvo que ponerse a remover su té para no mostrar lo avergonzada que se sentía. ¿Por qué un simple cumplido era capaz de dejarla completamente muda?
—Juegas al tenis, ¿verdad?
Una vez más, el rápido cambio de conversación la dejó completamente confusa. Lo miró fijamente, sin comprender, hasta que recordó que la sesión de aquella tarde tendría lugar en el campo de tenis de un elegante club de campo.
—Consigo golpear la pelota para que, de vez en cuanto, pase por encima de la red —replicó ella.
—Bien. Las fotografías serán mejores si eres capaz de realizar correctamente los movimientos —dijo. Entonces, miró el reloj de oro que llevaba en la muñeca y sacó la cartera—. Tengo algunas cosas de las que ocuparme en mi despacho.
Joe se puso de pie y la ayudó a ella a levantarse. Una vez más, le dio la mano sin prestar atención alguna a los esfuerzos que ________ hacía por soltarse.
—Te conseguiré un taxi. Te llevará algún tiempo transformarte de niña pequeña en atleta. Tu atuendo de tenis ya está en el club y supongo que tienes todo lo que necesitas en esa pequeña maleta, ¿verdad? -dijo, señalando la bolsa que ________ llevaba colgada del hombro.
—No hay por qué preocuparse, señor Jonas.
—Llámame Joe —repuso él. De repente, empezó a acariciarle suavemente la trenza izquierda—. Yo no tengo intención alguna de dejar de llamarte por tu nombre de pila.
—No hay por qué preocuparse —repitió ella, evitando hacer uso del nombre de pila tal y como él le había dicho—. Cambiar de imagen forma parte de mi profesión.
—Resultará muy interesante verlo —murmuró él, aún con la trenza en la mano. Entonces, adquirió un tono más profesional—. La pista está reservada para la una. Hasta entonces.
-¿Va a estar usted allí? —preguntó ________. No pudo evitar fruncir el ceño. La turbaba el hecho de tener que volver a verlo.
-Es mi proyecto, ¿recuerdas? —afirmó. Entonces, la metió en un taxi, sin darse por aludido o sin darse cuenta del ceño fruncido de _______—. Tengo la intención de supervisarlo muy cuidadosamente.
Mientras el taxi se fundía con el tráfico, _______ sintió que sus sentimientos estaban completamente revolucionados. Joe Jonas era un hombre increíblemente atractivo que podría distraerla muy fácilmente.
Además, había algo en él que la turbaba. La idea de tener un contacto casi diario con él la intranquilizaba profundamente.
gracias por sus comentarios chicas las qiero
Le soltó la muñeca, pero entrelazó sus dedos con los de ella. _______ apartó la mano, sorprendida y desconcertada por la calidez que había encontrado.
—_______ —dijo él, con la voz marcada por una tensa paciencia—. Me gustaría invitarte a tomar un café —añadió. Más que una invitación era una orden.
Jonas avanzó por la hierba a grandes zancadas, arrastrando tras él a una reacia _________. Larry observó los movimientos de ambos y, automáticamente, tomó una fotografía. Decidió que componían un estudio muy interesante. Un hombre alto y rubio, vestido con un carísimo traje tirando de una esbelta mujer—niña.
Cuando ella se sentó frente a Joe en la pequeña cafetería, tenía el rostro arrebolado de la indignación y el esfuerzo que le había supuesto mantenerle el paso. Joe observó atentamente las sonrosadas mejillas y los brillantes ojos y sonrió un poco.
—Tal vez te debería comprar un helado para que te refresques —dijo él. La camarera apareció entonces, lo que le evitó a _______ tener que responder. Inmediatamente, Joe pidió dos cafés.
—Té para mí — afirmó _______ secamente. Le agradaba contradecirle en algo.
— ¿Cómo has dicho? —preguntó él fríamente.
-He dicho que tomaré té, si no le importa. No bebo café. Me pone muy nerviosa.
—En ese caso, un café y un té —le informó Joe a la camarera antes de que ella se marchara—. ¿Cómo eres capaz de despertarte por las mañanas sin la inevitable taza de café?
—Soy una mujer de hábitos sanos.
—Efectivamente, en estos momentos pareces un anuncio de la vida sana —replicó él. Entonces, se recostó en su asiento y sacó un paquete de cigarrillos. Tras ofrecerle uno a ella, que no aceptó, se encendió su pitillo antes de seguir hablando-. Me temo que nunca aparentarías veinticuatro años con esas trenzas. No se ve a menudo un cabello tan negro... y mucho menos con ojos de ese color... Son fabulosos —añadió, tras mirárselos un instante—.A veces son tan oscuros que resultan casi violetas. Tan dramáticos... Además, tu estructura ósea es elegante y exótica. Dime, ¿dónde conseguiste ese rostro tan maravilloso?
______ se creía ya inmune a comentarios y cumplidos sobre su físico, pero, de alguna manera, las palabras de Joe la azoraron. Dio las gracias al ver que la camarera se acercaba con lo que habían pedido, porque así tuvo tiempo de recuperar la compostura.
—Según me han dicho, soy la viva imagen de mi abuela -dijo, tras tomar un sorbo de té—. Era una india arapahoe.
—Tendría que habérmelo imaginado. Los pómulos, la estructura ósea... Sí, se te notan los rasgos indios, pero los ojos despistan. No heredaste los ojos negros de tu abuela.
-No -respondió ella. Le costó mucho enfrentarse a la penetrante mirada de Jonas con frialdad-. Me pertenecen a mí.
—A ti —repitió él—, y, durante los próximos seis meses, a mí. Creo que me gustará tener la propiedad conjunta. ¿De dónde eres, _______ Baxter? Tú no eres de Nueva York.
-¿Tanto se me nota? Pensé que ya había adquirido la pátina de la Gran Manzana —comentó. Entonces, se encogió de hombros y agradeció que la intensidad del examen al que la había sometido Jonas hubiera terminado—. Soy de Kansas. Vivía en una granja que hay a algunos kilómetros al norte de Abilene.
Joe inclinó la cabeza y levantó la taza del café.
-Pareces haber pasado del trigo al hormigón sin dificultad alguna. ¿No hay cicatrices de la batalla?
—Unas cuantas, pero ya han sanado. No creo que tenga que explicarle las ventajas de Nueva York, especialmente en el mundo en el que yo trabajo.
Joe asintió con una leve inclinación de cabeza.
—Resulta muy fácil verte tanto como una chica que vive en una granja de Kansas como una sofisticada modelo. Tienes una notable habilidad para adaptarte a lo que te rodea.
-Eso me hace parecer como si no tuviera personalidad alguna, como si fuera... Casi invisible.
— ¿Invisible? —repitió Joe. Entonces, lanzó una carcajada que hizo que varias personas se volvieran a mirar—. No, no creo que seas invisible, sino más bien una mujer muy compleja con una notable afinidad con el mundo que la rodea. No creo que sea un talento adquirido, sino más bien una habilidad intrínseca.
Aquellas palabras agradaron a _______. Tuvo que ponerse a remover su té para no mostrar lo avergonzada que se sentía. ¿Por qué un simple cumplido era capaz de dejarla completamente muda?
—Juegas al tenis, ¿verdad?
Una vez más, el rápido cambio de conversación la dejó completamente confusa. Lo miró fijamente, sin comprender, hasta que recordó que la sesión de aquella tarde tendría lugar en el campo de tenis de un elegante club de campo.
—Consigo golpear la pelota para que, de vez en cuanto, pase por encima de la red —replicó ella.
—Bien. Las fotografías serán mejores si eres capaz de realizar correctamente los movimientos —dijo. Entonces, miró el reloj de oro que llevaba en la muñeca y sacó la cartera—. Tengo algunas cosas de las que ocuparme en mi despacho.
Joe se puso de pie y la ayudó a ella a levantarse. Una vez más, le dio la mano sin prestar atención alguna a los esfuerzos que ________ hacía por soltarse.
—Te conseguiré un taxi. Te llevará algún tiempo transformarte de niña pequeña en atleta. Tu atuendo de tenis ya está en el club y supongo que tienes todo lo que necesitas en esa pequeña maleta, ¿verdad? -dijo, señalando la bolsa que ________ llevaba colgada del hombro.
—No hay por qué preocuparse, señor Jonas.
—Llámame Joe —repuso él. De repente, empezó a acariciarle suavemente la trenza izquierda—. Yo no tengo intención alguna de dejar de llamarte por tu nombre de pila.
—No hay por qué preocuparse —repitió ella, evitando hacer uso del nombre de pila tal y como él le había dicho—. Cambiar de imagen forma parte de mi profesión.
—Resultará muy interesante verlo —murmuró él, aún con la trenza en la mano. Entonces, adquirió un tono más profesional—. La pista está reservada para la una. Hasta entonces.
-¿Va a estar usted allí? —preguntó ________. No pudo evitar fruncir el ceño. La turbaba el hecho de tener que volver a verlo.
-Es mi proyecto, ¿recuerdas? —afirmó. Entonces, la metió en un taxi, sin darse por aludido o sin darse cuenta del ceño fruncido de _______—. Tengo la intención de supervisarlo muy cuidadosamente.
Mientras el taxi se fundía con el tráfico, _______ sintió que sus sentimientos estaban completamente revolucionados. Joe Jonas era un hombre increíblemente atractivo que podría distraerla muy fácilmente.
Además, había algo en él que la turbaba. La idea de tener un contacto casi diario con él la intranquilizaba profundamente.
gracias por sus comentarios chicas las qiero
Nani Jonas
Re: "La Imagen Del Amor" - Joe y tu Terminada
Capitulo 8
«No me gusta», decidió con una firme inclinación de cabeza. «Es demasiado seguro de sí mismo, demasiado arrogante, demasiado...».Trató de buscar desesperadamente una palabra. Físico. Aunque de mala gana, admitió que Joe Jonas era un hombre muy sexual y que ese hecho la ponía nerviosa. No sentía deseo alguno de que él la molestara. Había algo en el modo en el que la miraba, algo en el modo en el que su cuerpo reaccionaba cuando estaba cerca de él.
Se encogió de hombros y empezó a mirar por la ventana. No quería pensar en él. Mejor dicho, pensaría en Joe Jonas sólo como la persona que la había contratado, no como un hombre. Aún sentía en la mano el calor de la de él y, tras mirársela, suspiró. Era necesario para su tranquilidad mental realizar su trabajo evitando más contactos personales con él. La relación que tendría con él sería exclusivamente profesional. Eso era, exclusivamente profesional.
La niña se había transformado en una tenista muy a la moda. Un corto vestido blanco de tenis acentuaba las largas y esbeltas piernas de _______ y le dejaba al descubierto los brazos. Mientras esperaba sobre la pista de tenis, se los cubrió con una ligera chaqueta, dado que aquella tarde de octubre resultaba agradable aunque algo fresca. Llevaba el cabello recogido con un pañuelo azul, lo que dejaba sus delicados rasgos completamente al descubierto. Se había maquillado los ojos, acentuándolos con lápiz de ojos negro, y los labios, con un profundo carmín rosado. Unas impecables zapatillas de tenis completaban su atuendo, junto con la ligera raqueta que tenía entre las manos. El blanco inmaculado del vestido contrastaba muy bien con la piel dorada y el cabello negro de ______ y le daba un aspecto muy femenino y profesional al mismo tiempo.
Detrás de la red, comenzó a calentar un poco y a servir pelotas a un compañero inexistente mientras Larry se ocupaba de encontrar los ángulos y las medidas correctas.
—Creo que sería mejor que alguien te devolviera la pelota.
Cuando _______ se dio la vuelta, vio que Joe la estaba observando con un brillo jocoso en los ojos. Él también iba vestido de blanco, con la chaqueta de su traje de calentamiento arremangada hasta los codos.
Acostumbrada a verlo con traje, _______ se sorprendió al ver la atlética apariencia de su cuerpo, esbelto, de anchos hombros, con brazos firmes y musculosos... En aquel momento, su masculinidad resultaba demasiado dominante.
— ¿Es que no estoy bien? —preguntó con una sonrisa. Al escuchar aquellas palabras _______ se sonrojó al darse cuenta de que lo había estado mirando fijamente.
—Me sorprende verlo vestido de ese modo.
—Es más adecuado para el tenis, ¿no te parece?
— ¿Acaso vamos a jugar? —preguntó ella, atónita.
—Me gusta bastante la idea de fotografía de acción. Te prometo que no seré muy duro contigo. Mis golpes serán suaves y fáciles.
________ necesito toda su fuerza de voluntad para no sacarle la lengua. Jugaba al tenis a menudo y lo hacía bien. El señor Jonas se iba a llevar una buena sorpresa.
—Trataré de devolverle la pelota —prometió, con el rostro tan ingenuo como el de una niña—, para así poder darle realismo a las fotografías.
—Muy bien —repuso Joe. Entonces, se dirigió al otro lado de la pista mientras _______ tomaba una pelota—. ¿Sabes servir?
—Haré lo que pueda —respondió ella. Después de mirar a Larry para ver si estaba listo, lanzó la pelota suavemente al aire. Al ver que el rostro de Larry ya estaba oculto por la cámara, se colocó al otro lado de la línea y lanzó la pelota una vez más. Aquella vez, la golpeó con la raqueta y lanzó un buen servicio. Joe se lo devolvió con suavidad, pero ella golpeó la pelota con fuerza y se la mandó a la esquina opuesta de la pista—. Creo que también me acuerdo cómo se puntúa —añadió, frunciendo el ceño—. Quince a nada, señor Bardoff.
—Buen golpe, _______. ¿Juegas a menudo?
-De vez en cuando -replicó ella-. ¿Listo?
Joe asintió. La pelota viajó con rapidez de un lado al otro del campo. ________ se dio cuenta de que él se estaba conteniendo para que a Larry le fuera más fácil tomar las fotografías, pero ella también lo estaba haciendo. Golpeaba la pelota con ligereza y sin ningún estilo. Permitió unos cuantos golpes más antes de lanzar la bola muy lejos de él, casi al otro lado de la pista.
—Oh —susurró ella. Se colocó un dedo sobre los labios, fingiendo inocencia-. Eso es treinta a nada, ¿verdad?
Joe entornó los ojos mientras se acercaba a la red.
— ¿Por qué me está dando la sensación de que me estás tomando el pelo?
-¿Tomarle el pelo? -repitió ella, con los ojos muy abiertos—. Lo siento, señor Jonas, no me he podido resistir —añadió. Entonces, se echó a reír—. Se estaba usted comportando de un modo tan condescendiente...
-Muy bien -replicó él, también con una sonrisa para alivio de _______—. Ya no hay condescendencia que valga. Ahora, quiero sangre.
—Empezaremos desde el principio —dijo ella mientras regresaba a la línea—. No quiero que diga que yo tenía una ventaja injusta.
Joe le devolvió el servicio con fuerza. Los dos se movían con rapidez por la pista. Batallaban con ahínco por los puntos, llegaron a deuce e intercambiaron ventaja en varias ocasiones. ________ se olvidó por completo de la cámara, dado que el clic de la misma quedaba completamente enmascarado por los golpes de las pelotas y los susurros de las raquetas contra el aire.
________ se maldijo cuando no pudo devolver una pelota limpiamente. Rápidamente tomó otra y se preparó para servir.
—Eso ha estado muy bien —dijo Larry, rompiendo así la concentración de la joven—.Tengo unas fotos fantásticas. Pareces una verdadera profesional, _______. Ya podemos dejarlo por hoy.
— ¿Dejarlo? —replicó ella mirándolo con incredulidad—. ¿Has perdido la cabeza? Estamos en deuce.
Tras mirarlo durante unos instantes como si estuviera loco, retomó el juego rápidamente. Durante los siguientes minutos, los dos jugaron para recobrar la ventaja hasta que Joe la consiguió y lanzó la última pelota demasiado lejos para que ella pudiera devolverla.
________ se colocó las manos en las caderas y respiró profundamente.
—Bueno, ésa es la agonía de la derrota -dijo con una sonrisa. Entonces, se aproximó a la red—. Enhorabuena —añadió mientras extendía la mano—. Juega de un modo muy competitivo.
Joe aceptó la mano que ella le ofrecía, pero, en vez de estrechársela, se limitó a agarrarla.
—Te aseguro que me has obligado a ganarme la victoria, ______. Creo que me gustaría probar suerte en dobles, pero contigo a mi lado -dijo. La miró durante un instante antes de hacerlo con la mano que aún tenía cautiva entre las suyas—. ¡Qué mano tan pequeña! —añadió mientras las levantaba para examinarla cuidadosamente-. Me sorprende que pueda manejar una raqueta de ese modo...
«No me gusta», decidió con una firme inclinación de cabeza. «Es demasiado seguro de sí mismo, demasiado arrogante, demasiado...».Trató de buscar desesperadamente una palabra. Físico. Aunque de mala gana, admitió que Joe Jonas era un hombre muy sexual y que ese hecho la ponía nerviosa. No sentía deseo alguno de que él la molestara. Había algo en el modo en el que la miraba, algo en el modo en el que su cuerpo reaccionaba cuando estaba cerca de él.
Se encogió de hombros y empezó a mirar por la ventana. No quería pensar en él. Mejor dicho, pensaría en Joe Jonas sólo como la persona que la había contratado, no como un hombre. Aún sentía en la mano el calor de la de él y, tras mirársela, suspiró. Era necesario para su tranquilidad mental realizar su trabajo evitando más contactos personales con él. La relación que tendría con él sería exclusivamente profesional. Eso era, exclusivamente profesional.
La niña se había transformado en una tenista muy a la moda. Un corto vestido blanco de tenis acentuaba las largas y esbeltas piernas de _______ y le dejaba al descubierto los brazos. Mientras esperaba sobre la pista de tenis, se los cubrió con una ligera chaqueta, dado que aquella tarde de octubre resultaba agradable aunque algo fresca. Llevaba el cabello recogido con un pañuelo azul, lo que dejaba sus delicados rasgos completamente al descubierto. Se había maquillado los ojos, acentuándolos con lápiz de ojos negro, y los labios, con un profundo carmín rosado. Unas impecables zapatillas de tenis completaban su atuendo, junto con la ligera raqueta que tenía entre las manos. El blanco inmaculado del vestido contrastaba muy bien con la piel dorada y el cabello negro de ______ y le daba un aspecto muy femenino y profesional al mismo tiempo.
Detrás de la red, comenzó a calentar un poco y a servir pelotas a un compañero inexistente mientras Larry se ocupaba de encontrar los ángulos y las medidas correctas.
—Creo que sería mejor que alguien te devolviera la pelota.
Cuando _______ se dio la vuelta, vio que Joe la estaba observando con un brillo jocoso en los ojos. Él también iba vestido de blanco, con la chaqueta de su traje de calentamiento arremangada hasta los codos.
Acostumbrada a verlo con traje, _______ se sorprendió al ver la atlética apariencia de su cuerpo, esbelto, de anchos hombros, con brazos firmes y musculosos... En aquel momento, su masculinidad resultaba demasiado dominante.
— ¿Es que no estoy bien? —preguntó con una sonrisa. Al escuchar aquellas palabras _______ se sonrojó al darse cuenta de que lo había estado mirando fijamente.
—Me sorprende verlo vestido de ese modo.
—Es más adecuado para el tenis, ¿no te parece?
— ¿Acaso vamos a jugar? —preguntó ella, atónita.
—Me gusta bastante la idea de fotografía de acción. Te prometo que no seré muy duro contigo. Mis golpes serán suaves y fáciles.
________ necesito toda su fuerza de voluntad para no sacarle la lengua. Jugaba al tenis a menudo y lo hacía bien. El señor Jonas se iba a llevar una buena sorpresa.
—Trataré de devolverle la pelota —prometió, con el rostro tan ingenuo como el de una niña—, para así poder darle realismo a las fotografías.
—Muy bien —repuso Joe. Entonces, se dirigió al otro lado de la pista mientras _______ tomaba una pelota—. ¿Sabes servir?
—Haré lo que pueda —respondió ella. Después de mirar a Larry para ver si estaba listo, lanzó la pelota suavemente al aire. Al ver que el rostro de Larry ya estaba oculto por la cámara, se colocó al otro lado de la línea y lanzó la pelota una vez más. Aquella vez, la golpeó con la raqueta y lanzó un buen servicio. Joe se lo devolvió con suavidad, pero ella golpeó la pelota con fuerza y se la mandó a la esquina opuesta de la pista—. Creo que también me acuerdo cómo se puntúa —añadió, frunciendo el ceño—. Quince a nada, señor Bardoff.
—Buen golpe, _______. ¿Juegas a menudo?
-De vez en cuando -replicó ella-. ¿Listo?
Joe asintió. La pelota viajó con rapidez de un lado al otro del campo. ________ se dio cuenta de que él se estaba conteniendo para que a Larry le fuera más fácil tomar las fotografías, pero ella también lo estaba haciendo. Golpeaba la pelota con ligereza y sin ningún estilo. Permitió unos cuantos golpes más antes de lanzar la bola muy lejos de él, casi al otro lado de la pista.
—Oh —susurró ella. Se colocó un dedo sobre los labios, fingiendo inocencia-. Eso es treinta a nada, ¿verdad?
Joe entornó los ojos mientras se acercaba a la red.
— ¿Por qué me está dando la sensación de que me estás tomando el pelo?
-¿Tomarle el pelo? -repitió ella, con los ojos muy abiertos—. Lo siento, señor Jonas, no me he podido resistir —añadió. Entonces, se echó a reír—. Se estaba usted comportando de un modo tan condescendiente...
-Muy bien -replicó él, también con una sonrisa para alivio de _______—. Ya no hay condescendencia que valga. Ahora, quiero sangre.
—Empezaremos desde el principio —dijo ella mientras regresaba a la línea—. No quiero que diga que yo tenía una ventaja injusta.
Joe le devolvió el servicio con fuerza. Los dos se movían con rapidez por la pista. Batallaban con ahínco por los puntos, llegaron a deuce e intercambiaron ventaja en varias ocasiones. ________ se olvidó por completo de la cámara, dado que el clic de la misma quedaba completamente enmascarado por los golpes de las pelotas y los susurros de las raquetas contra el aire.
________ se maldijo cuando no pudo devolver una pelota limpiamente. Rápidamente tomó otra y se preparó para servir.
—Eso ha estado muy bien —dijo Larry, rompiendo así la concentración de la joven—.Tengo unas fotos fantásticas. Pareces una verdadera profesional, _______. Ya podemos dejarlo por hoy.
— ¿Dejarlo? —replicó ella mirándolo con incredulidad—. ¿Has perdido la cabeza? Estamos en deuce.
Tras mirarlo durante unos instantes como si estuviera loco, retomó el juego rápidamente. Durante los siguientes minutos, los dos jugaron para recobrar la ventaja hasta que Joe la consiguió y lanzó la última pelota demasiado lejos para que ella pudiera devolverla.
________ se colocó las manos en las caderas y respiró profundamente.
—Bueno, ésa es la agonía de la derrota -dijo con una sonrisa. Entonces, se aproximó a la red—. Enhorabuena —añadió mientras extendía la mano—. Juega de un modo muy competitivo.
Joe aceptó la mano que ella le ofrecía, pero, en vez de estrechársela, se limitó a agarrarla.
—Te aseguro que me has obligado a ganarme la victoria, ______. Creo que me gustaría probar suerte en dobles, pero contigo a mi lado -dijo. La miró durante un instante antes de hacerlo con la mano que aún tenía cautiva entre las suyas—. ¡Qué mano tan pequeña! —añadió mientras las levantaba para examinarla cuidadosamente-. Me sorprende que pueda manejar una raqueta de ese modo...
Nani Jonas
Re: "La Imagen Del Amor" - Joe y tu Terminada
jaja esta geniall me encanta sigeulaaaaaaaaaaaaa
next to you
Re: "La Imagen Del Amor" - Joe y tu Terminada
Capitulo 9
Entonces, le dio la vuelta y, tras colocar la palma hacia arriba, se la llevó a los labios. Al sentir aquel beso, _______ experimentó unas sensaciones extrañas por la espalda. Se miró la mano como hipnotizada, incapaz de hablar o de retirarla.
—Vamos —dijo Joe, consciente de la reacción que ella había tenido-. Te invito a comer. Y a ti también, Larry.
—Gracias, Joe —repuso Larry mientras recogía su equipo—, pero quiero irme a mi estudio a revelar esta película. Me tomaré un bocadillo.
—Bien, _______ —murmuró Joe tras volverse de nuevo a ella—. Solos tú y yo...
—Se lo agradezco mucho, señor Jonas— replicó ella. Se sentía al borde del pánico ante la perspectiva de almorzar con él—, pero no es necesario que me invite a comer.
—______, _______... ¿Te cuesta siempre tanto aceptar una invitación o sólo es cuando la realizo yo?
—No sea ridículo —contestó ella. Trató de mantener un tono casual, pero cada vez la turbaba más notar la calidez de la mano de él sobre la suya. Miró fijamente las manos unidas y se sintió completamente indefensa—. Señor Jonas, ¿me podría devolver la mano, por favor?
—Joe, _______ —le pidió él sin prestar atención alguna a la petición que ella le había hecho—. Es muy fácil. Tan sólo tiene una sílaba. Adelante.
—Está bien —dijo ella. Sabía que, cuanto antes accediera, antes se vería libre—. Joe, ¿me podrías devolver la mano, por favor?
—Ya está. Hemos superado el primer obstáculo. No ha resultado tan difícil, ¿verdad? —repuso él, con una ligera sonrisa en los labios. En cuanto la soltó, ________ se sintió inmediatamente más segura.
—No demasiado.
—Ahora, a almorzar —afirmó. Al ver que _________ abría la boca para protestar, levantó una mano para impedírselo—. Comes, ¿verdad?
—Claro, pero...
—No hay peros. Casi nunca presto atención alguna a peros o a noes.
En poco tiempo, _______ se encontró sentada frente a Joe en una pequeña mesa del club. Las cosas no iban tal y como ella había planeado. Resultaba muy difícil mantener una relación profesional e impersonal cuando estaba tan a menudo en su compañía. Era inútil negar que lo encontraba muy interesante, que su vitalidad la estimulaba y que Joe era un hombre tremendamente atractivo. Sin embargo, se recordó que él no era su tipo. Además, no tenía tiempo para relaciones sentimentales en aquel momento de su vida. No obstante, las señales de alerta que recibía su cerebro le decían que tuviera cuidado, que aquel hombre era capaz de trastocar sus cuidadosos planes.
— ¿Te ha dicho alguien alguna vez lo buena conversadora que eres?
_______ levantó los ojos para encontrarse con la mirada burlona de Joe.
—Lo siento. Estaba pensando en otras cosas —se disculpó. Una vez más, el rubor le había teñido las mejillas.
—Ya me he dado cuenta. ¿Qué vas a tomar para beber?
-Té.
-¿Sólo?
—Sí —afirmó. Entonces, se dijo que debía relajarse—. No bebo mucho. Me temo que no me sienta muy bien. Con más de dos copas me transformo en Mr. Hyde. Debe de ser el metabolismo...
—Me encantaría ser testigo de esa transformación —comentó él, tras soltar una carcajada—.Tendremos que organizarlo pronto.
Para sorpresa de _______, el almuerzo resultó ser una experiencia muy agradable, a pesar de que Joe reaccionó con cierto disgusto y puro desdén masculino por el hecho de que ella se inclinara por una ensalada. Ella le aseguró que era una comida más que adecuada y realizó un comentario sobre la brevedad de la carrera de las modelos con sobrepeso.
Cuando se relajó por completo, la joven se divirtió mucho y se olvidó de mantener las distancias entre Joe y ella. Mientras comían, él le habló de los planes que tenía para la sesión del día siguiente. Había escogido Central Park para más fotografías en el exterior en la que se resaltara una imagen atlética.
—Mañana tengo reuniones durante todo el día y no podré hacerme cargo de la supervisión. ¿Cómo puedes sobrevivir con eso? —le preguntó cambiando abruptamente de conversación. Estaba señalando la ensalada de ________—. ¿No quieres un poco de comida de verdad? Te vas a diluir.
Ella negó con la cabeza y sonrió mientras tomaba un sorbo de té. Joe, por su parte, musitó algo sobre las modelos medio muertas de hambre antes de retomar el hilo de la conversación.
-Si todo va según lo previsto, comenzaremos el próximo segmento el lunes. Larry quiere empezar temprano mañana.
—Como siempre —afirmó ella, con un suspiro—. Si el tiempo lo permite.
—Va a brillar el sol -comentó Joe, con absoluta seguridad en sí mismo—. Ya me he ocupado yo de ello.
________ se recostó en el asiento y contempló a Joe con una desinhibida curiosidad.
—Sí —afirmó—. Creo que podrías hacerlo. No se atrevería a llover.
Se sonrieron y, mientras se miraban a los ojos, ________ experimentó una extraña sensación corriéndole por las venas, algo rápido, vital y anónimo.
— ¿Te apetece algo de postre?
—Estás decidido a hacerme engordar, ¿verdad? —comentó ella, con una sonrisa—. Eres una mala influencia para mí, pero mostraré una determinación de hierro.
— ¿Pastel de queso, tarta de manzana, mousse de chocolate? —preguntó, con una picara sonrisa. Sin embargo, ella negó con la cabeza y levantó la barbilla.
—No te va a servir de nada. No voy a rendirme.
—Seguro que tienes una debilidad. Con un poco más de tiempo, la encontraré.
—Joe, cariño, ¡qué sorpresa verte aquí!
Entonces, le dio la vuelta y, tras colocar la palma hacia arriba, se la llevó a los labios. Al sentir aquel beso, _______ experimentó unas sensaciones extrañas por la espalda. Se miró la mano como hipnotizada, incapaz de hablar o de retirarla.
—Vamos —dijo Joe, consciente de la reacción que ella había tenido-. Te invito a comer. Y a ti también, Larry.
—Gracias, Joe —repuso Larry mientras recogía su equipo—, pero quiero irme a mi estudio a revelar esta película. Me tomaré un bocadillo.
—Bien, _______ —murmuró Joe tras volverse de nuevo a ella—. Solos tú y yo...
—Se lo agradezco mucho, señor Jonas— replicó ella. Se sentía al borde del pánico ante la perspectiva de almorzar con él—, pero no es necesario que me invite a comer.
—______, _______... ¿Te cuesta siempre tanto aceptar una invitación o sólo es cuando la realizo yo?
—No sea ridículo —contestó ella. Trató de mantener un tono casual, pero cada vez la turbaba más notar la calidez de la mano de él sobre la suya. Miró fijamente las manos unidas y se sintió completamente indefensa—. Señor Jonas, ¿me podría devolver la mano, por favor?
—Joe, _______ —le pidió él sin prestar atención alguna a la petición que ella le había hecho—. Es muy fácil. Tan sólo tiene una sílaba. Adelante.
—Está bien —dijo ella. Sabía que, cuanto antes accediera, antes se vería libre—. Joe, ¿me podrías devolver la mano, por favor?
—Ya está. Hemos superado el primer obstáculo. No ha resultado tan difícil, ¿verdad? —repuso él, con una ligera sonrisa en los labios. En cuanto la soltó, ________ se sintió inmediatamente más segura.
—No demasiado.
—Ahora, a almorzar —afirmó. Al ver que _________ abría la boca para protestar, levantó una mano para impedírselo—. Comes, ¿verdad?
—Claro, pero...
—No hay peros. Casi nunca presto atención alguna a peros o a noes.
En poco tiempo, _______ se encontró sentada frente a Joe en una pequeña mesa del club. Las cosas no iban tal y como ella había planeado. Resultaba muy difícil mantener una relación profesional e impersonal cuando estaba tan a menudo en su compañía. Era inútil negar que lo encontraba muy interesante, que su vitalidad la estimulaba y que Joe era un hombre tremendamente atractivo. Sin embargo, se recordó que él no era su tipo. Además, no tenía tiempo para relaciones sentimentales en aquel momento de su vida. No obstante, las señales de alerta que recibía su cerebro le decían que tuviera cuidado, que aquel hombre era capaz de trastocar sus cuidadosos planes.
— ¿Te ha dicho alguien alguna vez lo buena conversadora que eres?
_______ levantó los ojos para encontrarse con la mirada burlona de Joe.
—Lo siento. Estaba pensando en otras cosas —se disculpó. Una vez más, el rubor le había teñido las mejillas.
—Ya me he dado cuenta. ¿Qué vas a tomar para beber?
-Té.
-¿Sólo?
—Sí —afirmó. Entonces, se dijo que debía relajarse—. No bebo mucho. Me temo que no me sienta muy bien. Con más de dos copas me transformo en Mr. Hyde. Debe de ser el metabolismo...
—Me encantaría ser testigo de esa transformación —comentó él, tras soltar una carcajada—.Tendremos que organizarlo pronto.
Para sorpresa de _______, el almuerzo resultó ser una experiencia muy agradable, a pesar de que Joe reaccionó con cierto disgusto y puro desdén masculino por el hecho de que ella se inclinara por una ensalada. Ella le aseguró que era una comida más que adecuada y realizó un comentario sobre la brevedad de la carrera de las modelos con sobrepeso.
Cuando se relajó por completo, la joven se divirtió mucho y se olvidó de mantener las distancias entre Joe y ella. Mientras comían, él le habló de los planes que tenía para la sesión del día siguiente. Había escogido Central Park para más fotografías en el exterior en la que se resaltara una imagen atlética.
—Mañana tengo reuniones durante todo el día y no podré hacerme cargo de la supervisión. ¿Cómo puedes sobrevivir con eso? —le preguntó cambiando abruptamente de conversación. Estaba señalando la ensalada de ________—. ¿No quieres un poco de comida de verdad? Te vas a diluir.
Ella negó con la cabeza y sonrió mientras tomaba un sorbo de té. Joe, por su parte, musitó algo sobre las modelos medio muertas de hambre antes de retomar el hilo de la conversación.
-Si todo va según lo previsto, comenzaremos el próximo segmento el lunes. Larry quiere empezar temprano mañana.
—Como siempre —afirmó ella, con un suspiro—. Si el tiempo lo permite.
—Va a brillar el sol -comentó Joe, con absoluta seguridad en sí mismo—. Ya me he ocupado yo de ello.
________ se recostó en el asiento y contempló a Joe con una desinhibida curiosidad.
—Sí —afirmó—. Creo que podrías hacerlo. No se atrevería a llover.
Se sonrieron y, mientras se miraban a los ojos, ________ experimentó una extraña sensación corriéndole por las venas, algo rápido, vital y anónimo.
— ¿Te apetece algo de postre?
—Estás decidido a hacerme engordar, ¿verdad? —comentó ella, con una sonrisa—. Eres una mala influencia para mí, pero mostraré una determinación de hierro.
— ¿Pastel de queso, tarta de manzana, mousse de chocolate? —preguntó, con una picara sonrisa. Sin embargo, ella negó con la cabeza y levantó la barbilla.
—No te va a servir de nada. No voy a rendirme.
—Seguro que tienes una debilidad. Con un poco más de tiempo, la encontraré.
—Joe, cariño, ¡qué sorpresa verte aquí!
Nani Jonas
Re: "La Imagen Del Amor" - Joe y tu Terminada
quien sera
que llego a arruinar el momento :¬¬:
jummm
esta como para decirle:
por favor me colaboras con la salida gracias :roll:
esta genial
que llego a arruinar el momento :¬¬:
jummm
esta como para decirle:
por favor me colaboras con la salida gracias :roll:
esta genial
next to you
Re: "La Imagen Del Amor" - Joe y tu Terminada
quien llego???? xq la que llego va a ser mujer muerta.... siguela..
jonatic&diectioner
Re: "La Imagen Del Amor" - Joe y tu Terminada
NUEVA LECTORA...
Me encanta, esta increible!
me encanto cuando jugaron tennis...
siguela pronto
Me encanta, esta increible!
me encanto cuando jugaron tennis...
siguela pronto
vale_ana
Re: "La Imagen Del Amor" - Joe y tu Terminada
quien fue la bep d 5º k arruino esa... :¬¬: ......
maravillosa charla...? :¬¬:
siguela y enserio k la modelo morena hermosa preciosa k cautiva d seguro a joe
tiene k alimentarce... :zz: ........
m facina la nve...siguela xfis.. :z: ....
maravillosa charla...? :¬¬:
siguela y enserio k la modelo morena hermosa preciosa k cautiva d seguro a joe
tiene k alimentarce... :zz: ........
m facina la nve...siguela xfis.. :z: ....
Invitado
Invitado
Re: "La Imagen Del Amor" - Joe y tu Terminada
Capitulo 10
________ se dio la vuelta y observó a la mujer que acababa de saludar a Joe con tanto entusiasmo.
—Hola, Charlene -dijo él, refiriéndose a la elegante pelirroja con una encantadora sonrisa—. Charlene Masón, _______ Baxter.
-Señorita Baxter —repuso Charlene con una inclinación de cabeza como saludo. Entonces, entornó los ojos verdes—. ¿Nos conocemos?
—No lo creo —respondió ______.
—El rostro de _______ aparece en la portada de muchas revistas —explicó Bret—. Es una de las mejores modelos de Nueva York.
—Por supuesto —comentó Charlene. ______ observó cómo la mujer entornaba aún más los ojos, la examinaba y la catalogaba como mercancía inferior—. Joe, tendrías que haberme dicho que estarías aquí hoy. Podríamos haber pasado un rato juntos...
—Lo siento —contestó él—. De todos modos, no voy a estar aquí mucho tiempo. Además, he venido por negocios.
Sin que pudiera evitarlo, _______ se sintió algo desilusionada por aquella afirmación. A pesar de que sabía que era una reacción ridícula, irguió inmediatamente la espalda. « ¿No te lo advertí?», se dijo. «Tiene razón. Sólo estamos aquí por negocios». Entonces, recogió sus cosas y se puso de pie.
-Por favor, señorita Masón, tome mi asiento. Yo ya me marchaba.
Se volvió para mirar a Joe y sintió una ligera alegría al ver que él se mostraba algo enojado por su apresurada marcha.
—Gracias por el almuerzo, señor Jonas —le dijo. Al ver que él fruncía el ceño al escuchar su apellido, sonrió—. Ha sido un placer conocerla, señorita Masón.
Tras dedicarle a la pelirroja una cortés sonrisa, _______ se dispuso a marcharse.
—No sabía que invitar a tus empleadas a almorzar era algo tan corriente, Joe...
Mientras se alejaba de la mesa, _______ escuchó el comentario de Charlene. Sintió el deseo de darse la vuelta y decirle a la mujer que se ocupara de sus asuntos, pero se controló y se marchó sin escuchar la respuesta de Joe.
La sesión del día siguiente resultó más ardua. Con los brillantes colores otoñales de Central Park como fondo, las ideas que se le ocurrieron a Larry fueron variadas y llenas de energía. Tal y como Joe había predicho, el día era luminoso y soleado. Hojas de tonalidades doradas y rojizas caían de los árboles y cubrían el suelo. Con aquella variedad de tonos, _______posó, corrió, arrojó discos voladores, se subió a los árboles, alimentó a las palomas y se cambió tres veces de atuendo a medida que iba pasando el día. A lo largo de la sesión, se sorprendió varias veces buscando a Joe, aunque en realidad no lo esperaba. La desilusión que sintió por su ausencia la sorprendió y la desagradó a la vez y se recordó que la vida sería mucho más tranquila si nunca hubiera puesto los ojos sobre cierto hombre alto y esbelto.
-Alégrate, ______. Deja de fruncir el ceño -le ordenó Larry, sacándola así de sus pensamientos. Con resolución, ella apartó a Joe Jonas de su cabeza y se concentró en el trabajo.
Aquella noche, introdujo su agotado cuerpo en la bañera y suspiró al sentir cómo el agua, cálida y perfumada, ejercía su efecto sobre sus doloridos músculos. «Gracias a Dios que he terminado hasta el lunes», pensó.
Aquella serie fotográfica era un proyecto muy importante y habría muchos días más como aquél. Además, aquel trabajo supondría un gran empuje para su carrera. Aparecer repetidamente en una revista con la reputación y la calidad de Mode le daría a su imagen un reconocimiento internacional. Además, con el apoyo de Joe, habría dado un paso de gigante para convertirse en una de las mejores top-models del país.
De repente, frunció el ceño sin saber por qué. « ¿Por qué no me agrada esa perspectiva? Tener éxito en mi profesión es algo que yo siempre he deseado...». Cuando la imagen de Joe se abrió paso en sus pensamientos, sacudió la cabeza con fiereza para hacerla desaparecer.
—No, tú no —le dijo en voz alta a su imagen—. No voy a permitir que te introduzcas en mis pensamientos y confundas mis planes. Tú eres el emperador y yo tu humilde súbdita. Mantengámoslo así.
______ estaba sentada con Chuck Carlyle en una de las discotecas más populares de Nueva York. La música llenaba todos los rincones, inyectando el ambiente con su ritmo mientras que los efectos de luz reflejaban colores cambiantes sobre los bailarines. Mientras la música iba adueñándose de ellos, ______ reflexionó sobre las razones que tenía para que su relación con Chuck siguiera siendo platónica.
No se debía a que no le gustara la compañía masculina ni a que no disfrutara con los abrazos o los besos de un hombre. Sin que pudiera evitarlo, un par de ojos grises de mirada burlona se entrometieron en sus pensamientos. ______ frunció el ceño.
Si se mantenía apartada de las relaciones más íntimas no sólo era porque nadie le había llegado lo suficientemente adentro como para que ella sintiera el deseo de dejarse llevar por una aventura a largo o a corto plazo. Hasta aquel momento, el amor la había eludido, algo por lo que ella se sentía muy agradecida. Con el amor venían los compromisos, unos compromisos que no encajaban con los planes que tenía para su futuro inmediato. No. La relación con un hombre le llevaría complicaciones e interferiría con su ordenada vida.
-Es siempre un placer salir contigo, _______ -dijo Chuck, sacándola así de sus pensamientos.
______ miró a su acompañante y vio que él sonreía y que, a continuación, miraba el vaso que ella había tenido entre las manos desde que llegaron al local.
-Además, me sales tan barata.
______ sonrió también y apartó sus pensamientos.
—Por mucho que buscaras por ahí, te aseguro que no encontrarías a otra mujer que se preocupara tanto por el bienestar de tu bolsillo.
—Es cierto —afirmó Chuck. Entonces, suspiró y adoptó una actitud de gran tristeza—. O van por mi cuerpo o por mi dinero. Tú, mi dulce ________, no vas detrás de ninguna de las dos cosas —añadió mientras le agarraba las manos y se las cubría de besos—. Ojalá te casaras conmigo, amor de mi vida, y me permitieras apartarte de toda esta decadencia. Encontraríamos una casa de campo rodeada de viñas, tendríamos 2,7 hijos y sentaríamos la cabeza.
—Sabes que si te dijera que sí, te caerías muerto inmediatamente, ¿verdad? —comentó ella, con una sonrisa.
—Cuando tienes razón, tienes razón —repuso Chuck—. Por eso, en vez de llevarte a una casa de campo rodeada de viñas, me conformaré con hacerlo a la decadencia.
Ojos llenos de admiración contemplaron a la alta y esbelta mujer vestida con un traje tan azul como sus ojos. La falda de¬¬¬¬¬______ tenía una abertura lo suficientemente atrevida como para revelar unas largas y torneadas piernas mientras giraba y se contoneaba con su acompañante. Los dos poseían una gracia natural para el baile y una afinidad tal con la música que su presencia resultaba espectacular sobre la pista.
Terminaron el baile con un profundo y dramático movimiento en el que Chuck bajó a _______ hacia el suelo. Cuando ella volvió a ponerse de pie, reía a carcajadas por la excitación del momento.
Se abrieron paso entre el resto de los bailarines y regresaron a su mesa. Chuck le había rodeado el hombro con los brazos. Sin embargo, las risas de ______ enmudecieron cuando se encontró frente a los ojos grises que la habían turbado pocos minutos antes.
—Hola, _______ —le dijo Joe, saludándola de forma casual. La joven se sintió muy agradecida por el hecho de que el sistema de luces la ayudara a ocultar el cambio de color que se produjo en su rostro.
Disfrutenlo
________ se dio la vuelta y observó a la mujer que acababa de saludar a Joe con tanto entusiasmo.
—Hola, Charlene -dijo él, refiriéndose a la elegante pelirroja con una encantadora sonrisa—. Charlene Masón, _______ Baxter.
-Señorita Baxter —repuso Charlene con una inclinación de cabeza como saludo. Entonces, entornó los ojos verdes—. ¿Nos conocemos?
—No lo creo —respondió ______.
—El rostro de _______ aparece en la portada de muchas revistas —explicó Bret—. Es una de las mejores modelos de Nueva York.
—Por supuesto —comentó Charlene. ______ observó cómo la mujer entornaba aún más los ojos, la examinaba y la catalogaba como mercancía inferior—. Joe, tendrías que haberme dicho que estarías aquí hoy. Podríamos haber pasado un rato juntos...
—Lo siento —contestó él—. De todos modos, no voy a estar aquí mucho tiempo. Además, he venido por negocios.
Sin que pudiera evitarlo, _______ se sintió algo desilusionada por aquella afirmación. A pesar de que sabía que era una reacción ridícula, irguió inmediatamente la espalda. « ¿No te lo advertí?», se dijo. «Tiene razón. Sólo estamos aquí por negocios». Entonces, recogió sus cosas y se puso de pie.
-Por favor, señorita Masón, tome mi asiento. Yo ya me marchaba.
Se volvió para mirar a Joe y sintió una ligera alegría al ver que él se mostraba algo enojado por su apresurada marcha.
—Gracias por el almuerzo, señor Jonas —le dijo. Al ver que él fruncía el ceño al escuchar su apellido, sonrió—. Ha sido un placer conocerla, señorita Masón.
Tras dedicarle a la pelirroja una cortés sonrisa, _______ se dispuso a marcharse.
—No sabía que invitar a tus empleadas a almorzar era algo tan corriente, Joe...
Mientras se alejaba de la mesa, _______ escuchó el comentario de Charlene. Sintió el deseo de darse la vuelta y decirle a la mujer que se ocupara de sus asuntos, pero se controló y se marchó sin escuchar la respuesta de Joe.
La sesión del día siguiente resultó más ardua. Con los brillantes colores otoñales de Central Park como fondo, las ideas que se le ocurrieron a Larry fueron variadas y llenas de energía. Tal y como Joe había predicho, el día era luminoso y soleado. Hojas de tonalidades doradas y rojizas caían de los árboles y cubrían el suelo. Con aquella variedad de tonos, _______posó, corrió, arrojó discos voladores, se subió a los árboles, alimentó a las palomas y se cambió tres veces de atuendo a medida que iba pasando el día. A lo largo de la sesión, se sorprendió varias veces buscando a Joe, aunque en realidad no lo esperaba. La desilusión que sintió por su ausencia la sorprendió y la desagradó a la vez y se recordó que la vida sería mucho más tranquila si nunca hubiera puesto los ojos sobre cierto hombre alto y esbelto.
-Alégrate, ______. Deja de fruncir el ceño -le ordenó Larry, sacándola así de sus pensamientos. Con resolución, ella apartó a Joe Jonas de su cabeza y se concentró en el trabajo.
Aquella noche, introdujo su agotado cuerpo en la bañera y suspiró al sentir cómo el agua, cálida y perfumada, ejercía su efecto sobre sus doloridos músculos. «Gracias a Dios que he terminado hasta el lunes», pensó.
Aquella serie fotográfica era un proyecto muy importante y habría muchos días más como aquél. Además, aquel trabajo supondría un gran empuje para su carrera. Aparecer repetidamente en una revista con la reputación y la calidad de Mode le daría a su imagen un reconocimiento internacional. Además, con el apoyo de Joe, habría dado un paso de gigante para convertirse en una de las mejores top-models del país.
De repente, frunció el ceño sin saber por qué. « ¿Por qué no me agrada esa perspectiva? Tener éxito en mi profesión es algo que yo siempre he deseado...». Cuando la imagen de Joe se abrió paso en sus pensamientos, sacudió la cabeza con fiereza para hacerla desaparecer.
—No, tú no —le dijo en voz alta a su imagen—. No voy a permitir que te introduzcas en mis pensamientos y confundas mis planes. Tú eres el emperador y yo tu humilde súbdita. Mantengámoslo así.
______ estaba sentada con Chuck Carlyle en una de las discotecas más populares de Nueva York. La música llenaba todos los rincones, inyectando el ambiente con su ritmo mientras que los efectos de luz reflejaban colores cambiantes sobre los bailarines. Mientras la música iba adueñándose de ellos, ______ reflexionó sobre las razones que tenía para que su relación con Chuck siguiera siendo platónica.
No se debía a que no le gustara la compañía masculina ni a que no disfrutara con los abrazos o los besos de un hombre. Sin que pudiera evitarlo, un par de ojos grises de mirada burlona se entrometieron en sus pensamientos. ______ frunció el ceño.
Si se mantenía apartada de las relaciones más íntimas no sólo era porque nadie le había llegado lo suficientemente adentro como para que ella sintiera el deseo de dejarse llevar por una aventura a largo o a corto plazo. Hasta aquel momento, el amor la había eludido, algo por lo que ella se sentía muy agradecida. Con el amor venían los compromisos, unos compromisos que no encajaban con los planes que tenía para su futuro inmediato. No. La relación con un hombre le llevaría complicaciones e interferiría con su ordenada vida.
-Es siempre un placer salir contigo, _______ -dijo Chuck, sacándola así de sus pensamientos.
______ miró a su acompañante y vio que él sonreía y que, a continuación, miraba el vaso que ella había tenido entre las manos desde que llegaron al local.
-Además, me sales tan barata.
______ sonrió también y apartó sus pensamientos.
—Por mucho que buscaras por ahí, te aseguro que no encontrarías a otra mujer que se preocupara tanto por el bienestar de tu bolsillo.
—Es cierto —afirmó Chuck. Entonces, suspiró y adoptó una actitud de gran tristeza—. O van por mi cuerpo o por mi dinero. Tú, mi dulce ________, no vas detrás de ninguna de las dos cosas —añadió mientras le agarraba las manos y se las cubría de besos—. Ojalá te casaras conmigo, amor de mi vida, y me permitieras apartarte de toda esta decadencia. Encontraríamos una casa de campo rodeada de viñas, tendríamos 2,7 hijos y sentaríamos la cabeza.
—Sabes que si te dijera que sí, te caerías muerto inmediatamente, ¿verdad? —comentó ella, con una sonrisa.
—Cuando tienes razón, tienes razón —repuso Chuck—. Por eso, en vez de llevarte a una casa de campo rodeada de viñas, me conformaré con hacerlo a la decadencia.
Ojos llenos de admiración contemplaron a la alta y esbelta mujer vestida con un traje tan azul como sus ojos. La falda de¬¬¬¬¬______ tenía una abertura lo suficientemente atrevida como para revelar unas largas y torneadas piernas mientras giraba y se contoneaba con su acompañante. Los dos poseían una gracia natural para el baile y una afinidad tal con la música que su presencia resultaba espectacular sobre la pista.
Terminaron el baile con un profundo y dramático movimiento en el que Chuck bajó a _______ hacia el suelo. Cuando ella volvió a ponerse de pie, reía a carcajadas por la excitación del momento.
Se abrieron paso entre el resto de los bailarines y regresaron a su mesa. Chuck le había rodeado el hombro con los brazos. Sin embargo, las risas de ______ enmudecieron cuando se encontró frente a los ojos grises que la habían turbado pocos minutos antes.
—Hola, _______ —le dijo Joe, saludándola de forma casual. La joven se sintió muy agradecida por el hecho de que el sistema de luces la ayudara a ocultar el cambio de color que se produjo en su rostro.
Disfrutenlo
Nani Jonas
Re: "La Imagen Del Amor" - Joe y tu Terminada
vale_ana escribió:NUEVA LECTORA...
Me encanta, esta increible!
me encanto cuando jugaron tennis...
siguela pronto
bienvenida :D
Nani Jonas
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