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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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"La Imagen Del Amor" - Joe y tu Terminada
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "La Imagen Del Amor" - Joe y tu Terminada
Capitulo 28
Él murmuró algo entre dientes y le dio la vuelta para besarla apasionadamente. Aunque se habían besado antes, él siempre lo había hecho con un cierto control. En aquellos momentos, era como si el salvaje terreno que los rodeaba se hubiera adueñado de él. Como un hombre que ha estado reprimiendo su autocontrol demasiado tiempo, le asaltó la boca, le separó los labios y tomó posesión de ellos. Con una mano apretaba las caderas de _________ contra su propio cuerpo, como si quisiera moldearlos juntos en una única forma. Ella se estaba ahogando en aquella explosión de pasión y se aferraba a Joe mientras él le recorría el cuerpo con las manos, buscando, pidiendo, recibiendo. El fuego de su necesidad prendió también la de ella y _________ se entregó sin reservas, tensándose contra él, deseando sólo abrasarse por completo en aquel calor.
El sonido del motor de un coche en el exterior hizo que Joe lanzara una maldición ahogada. Apartó la boca de la de _________ y, tras apoyar la barbilla sobre la cabeza de ella, suspiró.
—Nos han encontrado, _________. Es mejor que abras otra lata.
…………………………..
Desde el exterior se escucharon voces, la risa de June y el tono elevado de Larry mientras compartían una broma. Joe se acercó a la puerta para darles la bienvenida mientras _________ trataba de recuperar un poco de compostura. El intento de seducción de Joe había despertado en ella una respuesta salvaje y primitiva. Sabía que, si no los hubieran molestado, él no se habría contenido ni ella habría protestado. El deseo que habían experimentado había sido demasiado total, demasiado abrasador. El rápido inicio y el súbito final del contacto entre ambos la había dejado temblando. Se llevó las manos a las ardientes mejillas y se dirigió al fogón para ocuparse de la sopa y del café con la esperanza de que aquellas tareas tan mecánicas la ayudaran a recuperar el equilibrio.
-Veo que ya te tiene trabajando en la cocina —comentó June al entrar. En las manos llevaba una enorme bolsa de papel—. ¿Acaso no es esa actitud propia de un hombre?
—Hola —respondió _________, con bastante normalidad—. Parece que a las dos se nos ha asignado un papel. ¿Qué hay en la bolsa?
—Suministros para un fin de semana en la nieve —respondió ella. Rápidamente, desempaquetó los contenidos y sacó leche, queso y otros productos frescos.
—Siempre tan eficiente —afirmó _________ con una sonrisa. Poco a poco, la tensión iba desapareciendo.
—Resulta muy difícil ser perfecta —bromeó June—, pero algunas personas nacemos así.
Cuando terminaron de preparar el almuerzo, llevaron los boles y los platos a una enorme mesa que había en el salón, con largos bancos a cada lado. Todos devoraron la sencilla comida como si hubieran pasado meses desde que habían tomado un mendrugo de pan. _________ trató de reflejar la actitud casual de Joe. Al principio le resultó difícil, pero, tras echar mano de todo su orgullo, se unió a la conversación y recibió los comentarios de Joe con una relajada sonrisa.
Mientras los dos hombres se enzarzaban en una conversación técnica sobre el tipo de fotografías que requerían, _________ se retiró con June a la planta superior para ver el dormitorio que las dos iban a, compartir. Tenía un encanto tan rústico como el resto de la casa. La luminosa habitación tenía unas vistas espectaculares. Había dos camas, cubiertas con rústicos edredones y, una vez más, la madera dictaba la nota predominante.
_________ se ocupó con la maleta en la que llevaba todas sus pertenencias mientras June se tiraba sobre una de las camas.
— ¿No te parece fantástico este lugar? —exclamó—. Lejos de las multitudes, de los ordenadores y de los teléfonos. Tal vez se ponga a nevar con fuerza y tengamos que quedarnos aquí hasta la primavera.
—Sólo podríamos quedarnos aquí si Larry tuviera suficiente película fotográfica para dos meses. En caso contrario, podría empezar con el síndrome de abstinencia —comentó _________ mientras sacaba una parca roja y unos pantalones de esquí de la maleta y los estudiaba con ojo profesional—. Creo que esto debería resaltar bastante en la nieve.
—Ese color te sentará estupendamente —dijo June—. Con el color de tu cabello y de tu piel y con la nieve como fondo, estarás guapísima. El jefe nunca se equivoca.
El sonido de un coche les llamó la atención. Las dos se acercaron a la ventana para ver cómo Bud Lewis ayudaba a Charlene a bajar del vehículo.
—Vaya —suspiró June. Entonces, miró con expresión triste a _________—.Tal vez haya cometido una...
Atónita, _________ no dejaba de mirar la pelirroja cabeza de Charlene.
—Yo no... Joe no me dijo que Charlene iba a venir también -dijo _________. Entonces, enfurecida por la intromisión de la pelirroja en su fin de semana, se apartó de la ventana y siguió deshaciendo la maleta.
—A menos que él no lo sepa —aventuró June—. Tal vez la tire a la nieve.
—Tal vez —replicó _________—, se alegre de verla.
—Bueno, no lo vamos a averiguar quedándonos aquí —afirmó June. Entonces, se dirigió hacia la puerta y agarró a _________ por el brazo de camino—. Vamos a ver.
_________ escuchó la voz de Charlene mientras bajaba por las escaleras.
—No te importa que haya venido a hacerte compañía, ¿verdad, Joe? Pensé que sería una maravillosa sorpresa.
_________ entró en el salón a tiempo de ver cómo Joe se encogía de hombros. Estaba sentado frente al fuego, con el brazo de Charlene sobre el suyo.
—No creí que las montañas fueran de tu gusto, Charlene —dijo él, con una suave sonrisa-. Si querías venir, deberías habérmelo dicho en vez de decirle a Bud que yo quería que él te trajera aquí.
—Cariño, sólo ha sido una pequeña mentirijilla. La intriga resulta tan divertida...
—Esperemos que «tu pequeña intriga» no te lleve a «un gran aburrimiento». Estamos muy lejos de Manhattan.
—Contigo yo nunca me aburro.
Aquella voz tan suave y tan seductora ponía a _________ de los nervios. Pudo ser que hiciera algún sonido que expresara su enojo porque los ojos de Joe se volvieron hacia el lugar donde June y ella estaban de pie. Charlene se volvió también para mirar. Antes de esbozar una vaga sonrisa, tensó los labios durante un instante.
A continuación, se produjo un intercambio de saludos poco sinceros. _________ optó por la distancia y se sentó al otro lado del salón con Bud mientras Charlene dedicaba toda su atención a Joe.
—Pensaba que nunca llegaríamos aquí —se quejaba Charlene con gesto de petulancia—. ¿Por qué se te ocurrió comprar una casa en este lugar apartado de la mano de Dios? No lo comprendo, cariño. Tanta nieve, con nada más que árboles y rocas. Y hace tanto frío... —añadió. Entonces, tras temblar delicadamente, se acurrucó contra él—. ¿Qué es lo que haces aquí cuando estás solo?
Él murmuró algo entre dientes y le dio la vuelta para besarla apasionadamente. Aunque se habían besado antes, él siempre lo había hecho con un cierto control. En aquellos momentos, era como si el salvaje terreno que los rodeaba se hubiera adueñado de él. Como un hombre que ha estado reprimiendo su autocontrol demasiado tiempo, le asaltó la boca, le separó los labios y tomó posesión de ellos. Con una mano apretaba las caderas de _________ contra su propio cuerpo, como si quisiera moldearlos juntos en una única forma. Ella se estaba ahogando en aquella explosión de pasión y se aferraba a Joe mientras él le recorría el cuerpo con las manos, buscando, pidiendo, recibiendo. El fuego de su necesidad prendió también la de ella y _________ se entregó sin reservas, tensándose contra él, deseando sólo abrasarse por completo en aquel calor.
El sonido del motor de un coche en el exterior hizo que Joe lanzara una maldición ahogada. Apartó la boca de la de _________ y, tras apoyar la barbilla sobre la cabeza de ella, suspiró.
—Nos han encontrado, _________. Es mejor que abras otra lata.
…………………………..
Desde el exterior se escucharon voces, la risa de June y el tono elevado de Larry mientras compartían una broma. Joe se acercó a la puerta para darles la bienvenida mientras _________ trataba de recuperar un poco de compostura. El intento de seducción de Joe había despertado en ella una respuesta salvaje y primitiva. Sabía que, si no los hubieran molestado, él no se habría contenido ni ella habría protestado. El deseo que habían experimentado había sido demasiado total, demasiado abrasador. El rápido inicio y el súbito final del contacto entre ambos la había dejado temblando. Se llevó las manos a las ardientes mejillas y se dirigió al fogón para ocuparse de la sopa y del café con la esperanza de que aquellas tareas tan mecánicas la ayudaran a recuperar el equilibrio.
-Veo que ya te tiene trabajando en la cocina —comentó June al entrar. En las manos llevaba una enorme bolsa de papel—. ¿Acaso no es esa actitud propia de un hombre?
—Hola —respondió _________, con bastante normalidad—. Parece que a las dos se nos ha asignado un papel. ¿Qué hay en la bolsa?
—Suministros para un fin de semana en la nieve —respondió ella. Rápidamente, desempaquetó los contenidos y sacó leche, queso y otros productos frescos.
—Siempre tan eficiente —afirmó _________ con una sonrisa. Poco a poco, la tensión iba desapareciendo.
—Resulta muy difícil ser perfecta —bromeó June—, pero algunas personas nacemos así.
Cuando terminaron de preparar el almuerzo, llevaron los boles y los platos a una enorme mesa que había en el salón, con largos bancos a cada lado. Todos devoraron la sencilla comida como si hubieran pasado meses desde que habían tomado un mendrugo de pan. _________ trató de reflejar la actitud casual de Joe. Al principio le resultó difícil, pero, tras echar mano de todo su orgullo, se unió a la conversación y recibió los comentarios de Joe con una relajada sonrisa.
Mientras los dos hombres se enzarzaban en una conversación técnica sobre el tipo de fotografías que requerían, _________ se retiró con June a la planta superior para ver el dormitorio que las dos iban a, compartir. Tenía un encanto tan rústico como el resto de la casa. La luminosa habitación tenía unas vistas espectaculares. Había dos camas, cubiertas con rústicos edredones y, una vez más, la madera dictaba la nota predominante.
_________ se ocupó con la maleta en la que llevaba todas sus pertenencias mientras June se tiraba sobre una de las camas.
— ¿No te parece fantástico este lugar? —exclamó—. Lejos de las multitudes, de los ordenadores y de los teléfonos. Tal vez se ponga a nevar con fuerza y tengamos que quedarnos aquí hasta la primavera.
—Sólo podríamos quedarnos aquí si Larry tuviera suficiente película fotográfica para dos meses. En caso contrario, podría empezar con el síndrome de abstinencia —comentó _________ mientras sacaba una parca roja y unos pantalones de esquí de la maleta y los estudiaba con ojo profesional—. Creo que esto debería resaltar bastante en la nieve.
—Ese color te sentará estupendamente —dijo June—. Con el color de tu cabello y de tu piel y con la nieve como fondo, estarás guapísima. El jefe nunca se equivoca.
El sonido de un coche les llamó la atención. Las dos se acercaron a la ventana para ver cómo Bud Lewis ayudaba a Charlene a bajar del vehículo.
—Vaya —suspiró June. Entonces, miró con expresión triste a _________—.Tal vez haya cometido una...
Atónita, _________ no dejaba de mirar la pelirroja cabeza de Charlene.
—Yo no... Joe no me dijo que Charlene iba a venir también -dijo _________. Entonces, enfurecida por la intromisión de la pelirroja en su fin de semana, se apartó de la ventana y siguió deshaciendo la maleta.
—A menos que él no lo sepa —aventuró June—. Tal vez la tire a la nieve.
—Tal vez —replicó _________—, se alegre de verla.
—Bueno, no lo vamos a averiguar quedándonos aquí —afirmó June. Entonces, se dirigió hacia la puerta y agarró a _________ por el brazo de camino—. Vamos a ver.
_________ escuchó la voz de Charlene mientras bajaba por las escaleras.
—No te importa que haya venido a hacerte compañía, ¿verdad, Joe? Pensé que sería una maravillosa sorpresa.
_________ entró en el salón a tiempo de ver cómo Joe se encogía de hombros. Estaba sentado frente al fuego, con el brazo de Charlene sobre el suyo.
—No creí que las montañas fueran de tu gusto, Charlene —dijo él, con una suave sonrisa-. Si querías venir, deberías habérmelo dicho en vez de decirle a Bud que yo quería que él te trajera aquí.
—Cariño, sólo ha sido una pequeña mentirijilla. La intriga resulta tan divertida...
—Esperemos que «tu pequeña intriga» no te lleve a «un gran aburrimiento». Estamos muy lejos de Manhattan.
—Contigo yo nunca me aburro.
Aquella voz tan suave y tan seductora ponía a _________ de los nervios. Pudo ser que hiciera algún sonido que expresara su enojo porque los ojos de Joe se volvieron hacia el lugar donde June y ella estaban de pie. Charlene se volvió también para mirar. Antes de esbozar una vaga sonrisa, tensó los labios durante un instante.
A continuación, se produjo un intercambio de saludos poco sinceros. _________ optó por la distancia y se sentó al otro lado del salón con Bud mientras Charlene dedicaba toda su atención a Joe.
—Pensaba que nunca llegaríamos aquí —se quejaba Charlene con gesto de petulancia—. ¿Por qué se te ocurrió comprar una casa en este lugar apartado de la mano de Dios? No lo comprendo, cariño. Tanta nieve, con nada más que árboles y rocas. Y hace tanto frío... —añadió. Entonces, tras temblar delicadamente, se acurrucó contra él—. ¿Qué es lo que haces aquí cuando estás solo?
Nani Jonas
Re: "La Imagen Del Amor" - Joe y tu Terminada
AnnaBenoit escribió:NUEVA LECTORA*-*, la ame:3 SIGUE!
bienvenida gracias por pasarte :D
Nani Jonas
Re: "La Imagen Del Amor" - Joe y tu Terminada
ashhh xq tuvo q llegar charlene???
asi va arruinar todo lo q podria pasar entre joe y a rayis..
siguela!!
asi va arruinar todo lo q podria pasar entre joe y a rayis..
siguela!!
jamileth
Re: "La Imagen Del Amor" - Joe y tu Terminada
jumm
me encantooo
el cap genial la nove
que mal que los hayan interumpido
y no es por nada no??
ami no me gusta desear el mal ageno ni nada pfff :fiu:
pero ojala charlene la de hipotermia :¬¬:
me encantooo
el cap genial la nove
que mal que los hayan interumpido
y no es por nada no??
ami no me gusta desear el mal ageno ni nada pfff :fiu:
pero ojala charlene la de hipotermia :¬¬:
next to you
Re: "La Imagen Del Amor" - Joe y tu Terminada
q fastidio de vieja...joe deberia botarl ay enterrarla en la nieve jejeje
siguelaaaaa
siguelaaaaa
Julieta♥
Re: "La Imagen Del Amor" - Joe y tu Terminada
Nueva lectora, m encanta tu novela! Espero que la sigas pronto! (:
PD: No me cae bien Charlene!
Jajajaja, saludos !
PD: No me cae bien Charlene!
Jajajaja, saludos !
Daai.Jonas.Lovato
Re: "La Imagen Del Amor" - Joe y tu Terminada
Capitulo 29
—Consigo encontrar distracciones —contestó Joe. Entonces, encendió un cigarrillo—. Además, nunca estoy solo. Las montañas están llenas de vida. Hay ardillas, conejos, zorros...Toda clase de pequeños animales.
—Eso no es precisamente a lo que yo me refería por compañía... —susurró Charlene, con su voz más seductora.
—Tal vez no, pero a mí me entretienen sin pedirme nada a cambio. Además, a menudo veo pasar ciervos muy cerca de la cabaña cuando estoy al lado de la ventana y también osos...
— ¿Osos? —repitió Charlene horrorizada—. ¡Qué espanto!
— ¿Osos de verdad? —preguntó _________, muy emocionada—. ¿De qué clase? ¿Osos grizzlies?
—No, osos negros, _________ —contestó Joe, sonriendo al ver la reacción que ella había tenido—, pero son igual de grandes. En este momento estamos a salvo porque están hibernando -añadió, mirando a Charlene.
-Menos mal —susurró ella.
-A _________ le gustan bastante las montañas, ¿no es así?
—Son fabulosas —afirmó ella llena de entusiasmo—. Tan salvajes e in-domables...Todo esto debe de tener casi el mismo aspecto que tenía hace un siglo. No hay nada más que naturaleza durante kilómetros y kilómetros.
—Sí, sí, ya veo que te muestras muy entusiasta -observó Charlene.
_________ le dedicó una mirada asesina.
—_________ creció en una granja de Kansas —explicó Joe—. Ella no había visto antes las montañas.
— ¡Qué pintoresco! —murmuró Charlene, con una sonrisa—. Allí cultivan trigo o algo así, ¿verdad? Me imagino que, viniendo de una pequeña granja, estarás bastante acostumbrada a las condiciones primitivas.
El tono de superioridad que Charlene había utilizado enfureció totalmente a _________.
—La granja de mis padres ni es pequeña ni primitiva, señorita Masón. Supongo que, para alguien como usted, resulta imposible imaginarse la eternidad de los campos de trigo o los kilómetros de suaves colinas. No es un ambiente tan sofisticado como el de Nueva York, pero tampoco es prehistórico. Tenemos incluso agua corriente, caliente y fría, en las casas. Hay personas que aprecian la tierra y la respetan en todas sus formas.
—Debes de ser una chica acostumbrada a estar al aire libre —dijo Charlene con voz aburrida—. Yo prefiero las comodidades y la cultura de la gran ciudad.
—Creo que voy a ir a dar un paseo antes de que oscurezca —anunció _________. Se sentía furiosa.
Se levantó rápidamente. Necesitaba poner distancia entre Charlene y ella antes de que perdiera completamente el control.
—Yo iré contigo —dijo Bud mientras ella se ponía el abrigo—. He tenido que cargar con esa mujer todo el día —añadió en voz muy baja, con una sonrisa de conspiración—. Creo que el aire fresco me sentará muy bien.
Mientras se dirigían hacia la puerta, _________ no pudo contener la risa. Se agarró del brazo de Bud sin prestar atención alguna al ceño que se dibujó sobre ciertos ojos grises que no dejaban de mirarla.
Una vez en el exterior, los dos respiraron profundamente y se echaron a reír como niños. Decidieron dirigirse hacia el arroyo y siguieron su curso hasta adentrarse más en el bosque. La luz del sol se colaba esporádicamente entre las ramas y relucía sobre aquel suelo aterciopelado. La sosegada conversación de Bud sirvió para relajar los tensos nervios de _________.
Se detuvieron y descansaron sobre una roca durante un instante.
—Esto es muy bonito —dijo Bud. _________ produjo un pequeño sonido que sirvió tanto de asentimiento como de expresión de placer-. Vuelvo a sentirme humano —añadió guiñando un ojo—. Es muy difícil soportar a esa mujer. No me imagino lo que Joe ve en ella.
-¿Te parece extraño si te digo que estoy completamente de acuerdo contigo?
Al notar un ligero cambio en la luz, que parecía anunciar la cercana puesta de sol, volvieron hacia la cabaña. Una vez más, siguieron el arroyo, guiándose con las huellas que habían dejado sobre la nieve. Cuando entraron en la cabaña, iban riéndose.
— ¿Es que no tenéis la sensatez suficiente para saber que no podéis vagabundear por las montañas después del atardecer? —les espetó Joe al verlos.
— ¿Después del atardecer? No digas tonterías —replicó _________ mientras se quitaba las botas-. Sólo hemos dado un pequeño paseo siguiendo el arroyo —añadió. Entonces, perdió el equilibrio y se chocó con Bud. Él la agarró por la cintura para que no se cayera y no retiró la mano mientras ella se quitaba la otra bota.
—Dejamos un rastro sobre la nieve —afirmó Bud, con una sonrisa-. Es mejor que las migas de pan.
—El atardecer da paso a la noche cerrada con mucha rapidez y esta noche no hay luna —insistió Joe—. Resulta muy sencillo perderse.
—Bueno, ya estamos aquí y no nos hemos perdido -le dijo _________-. No hay necesidad de organizar una búsqueda ni de mandar un perro con una petaca de coñac. ¿Dónde está June?
—En la cocina, preparando la cena.
—En ese caso, es mejor que vaya a echarle una mano, ¿no crees?
Le dedicó una radiante sonrisa y dejó solos a los dos hombres para que fuera Bud el que se enfrentara al mal genio de su jefe.
-A nadie le apetece nunca ocuparse del trabajo de preparar la comida —dijo _________ mientras entraba en la cocina.
—Díselo a la señorita Orgullosa —comentó June mientras desenvolvía los filetes—. Estaba tan fatigada después de tan arduo viaje que tuvo que tumbarse un rato antes de cenar.
—Pues es una bendición —afirmó _________ mientras se unía a su amiga para preparar la cena—. Por cierto, ¿quién dijo que teníamos que ser nosotras las que nos ocupáramos de la cocina? No creo que figure en mi contrato.
—Fui yo.
— ¿Voluntariamente?
—Sencillamente, he probado los talentos culinarios de Larry y no quise correr otra vez el riesgo de una intoxicación. En cuanto al jefe, hasta el café lo hace mal. En lo que se refiere a Bud... bueno, puede que sea un cocinero genial, pero no estaba dispuesta a correr el riesgo.
—Ya entiendo.
En alegre compañía, las dos prepararon la cena. Le dieron vida a la cocina con el golpeteo de los platos y los cacharros y el chisporroteo de la carne. De repente, Larry se materializó en la puerta.
— ¡Qué bien! Estoy muerto de hambre -anunció—. ¿Cuánto queda para cenar?
—Toma —le dijo June antes de darle un buen montón de platos—.Ve a poner la mesa... así no pensarás en tu estómago.
—Sabía que tenía que mantenerme alejado de la cocina —gruñó él. Entonces, desapareció en dirección al salón.
—Supongo que es el aire de la montaña —comentó _________, cuando estuvieron todos sentados alrededor de la mesa del salón y empezaron a cenar—, pero estoy muerta de hambre.
Ver cómo Joe esbozaba una lenta sonrisa le hizo recordar la escena que se había producido horas antes en la cocina. El color tiñó sus mejillas. Tomó la copa de vino para disimular y, tras dar un buen trago, dedicó de nuevo toda su atención a la comida.
Cuando llegó la hora de recoger, se puso de manifiesto una confusión y una desorganización patentes. Al final, June levantó las manos y echó a todos los hombres de la cocina.
—Yo soy el jefe —le recordó Joe—. Se supone que soy yo quien da las órdenes.
—Hasta el lunes no —replicó ella antes de darle un buen empujón. Entonces, observó con desaprobación cómo Charlene se marchaba con él—. Mejor —le dijo a _________—. Probablemente no habría podido evitar ahogarla en el fregadero.
Más tarde, la fiesta se prolongó en el salón. Tras rechazar el coñac que le ofreció Joe, _________ se sentó sobre un pequeño escabel cerca del fuego. Observó cómo danzaban las llamas sin darse cuenta de la imagen que tenía. El cabello y las mejillas le relucían con la suave luz y tenía una expresión suave y soñadora en los ojos. Sólo una pequeña porción de su mente registraba la conversación que se estaba produciendo y el tintineo ocasional de las copas. Con los codos sobre las rodillas y la cabeza sobre las palmas de las manos, se dejó apartar por la magia del fuego de todo pensamiento consciente.
— ¿Te han hipnotizado las llamas, _________? —le preguntó Joe de repente, mientras se agachaba para sentarse sobre la alfombra, al lado de ella.
—Consigo encontrar distracciones —contestó Joe. Entonces, encendió un cigarrillo—. Además, nunca estoy solo. Las montañas están llenas de vida. Hay ardillas, conejos, zorros...Toda clase de pequeños animales.
—Eso no es precisamente a lo que yo me refería por compañía... —susurró Charlene, con su voz más seductora.
—Tal vez no, pero a mí me entretienen sin pedirme nada a cambio. Además, a menudo veo pasar ciervos muy cerca de la cabaña cuando estoy al lado de la ventana y también osos...
— ¿Osos? —repitió Charlene horrorizada—. ¡Qué espanto!
— ¿Osos de verdad? —preguntó _________, muy emocionada—. ¿De qué clase? ¿Osos grizzlies?
—No, osos negros, _________ —contestó Joe, sonriendo al ver la reacción que ella había tenido—, pero son igual de grandes. En este momento estamos a salvo porque están hibernando -añadió, mirando a Charlene.
-Menos mal —susurró ella.
-A _________ le gustan bastante las montañas, ¿no es así?
—Son fabulosas —afirmó ella llena de entusiasmo—. Tan salvajes e in-domables...Todo esto debe de tener casi el mismo aspecto que tenía hace un siglo. No hay nada más que naturaleza durante kilómetros y kilómetros.
—Sí, sí, ya veo que te muestras muy entusiasta -observó Charlene.
_________ le dedicó una mirada asesina.
—_________ creció en una granja de Kansas —explicó Joe—. Ella no había visto antes las montañas.
— ¡Qué pintoresco! —murmuró Charlene, con una sonrisa—. Allí cultivan trigo o algo así, ¿verdad? Me imagino que, viniendo de una pequeña granja, estarás bastante acostumbrada a las condiciones primitivas.
El tono de superioridad que Charlene había utilizado enfureció totalmente a _________.
—La granja de mis padres ni es pequeña ni primitiva, señorita Masón. Supongo que, para alguien como usted, resulta imposible imaginarse la eternidad de los campos de trigo o los kilómetros de suaves colinas. No es un ambiente tan sofisticado como el de Nueva York, pero tampoco es prehistórico. Tenemos incluso agua corriente, caliente y fría, en las casas. Hay personas que aprecian la tierra y la respetan en todas sus formas.
—Debes de ser una chica acostumbrada a estar al aire libre —dijo Charlene con voz aburrida—. Yo prefiero las comodidades y la cultura de la gran ciudad.
—Creo que voy a ir a dar un paseo antes de que oscurezca —anunció _________. Se sentía furiosa.
Se levantó rápidamente. Necesitaba poner distancia entre Charlene y ella antes de que perdiera completamente el control.
—Yo iré contigo —dijo Bud mientras ella se ponía el abrigo—. He tenido que cargar con esa mujer todo el día —añadió en voz muy baja, con una sonrisa de conspiración—. Creo que el aire fresco me sentará muy bien.
Mientras se dirigían hacia la puerta, _________ no pudo contener la risa. Se agarró del brazo de Bud sin prestar atención alguna al ceño que se dibujó sobre ciertos ojos grises que no dejaban de mirarla.
Una vez en el exterior, los dos respiraron profundamente y se echaron a reír como niños. Decidieron dirigirse hacia el arroyo y siguieron su curso hasta adentrarse más en el bosque. La luz del sol se colaba esporádicamente entre las ramas y relucía sobre aquel suelo aterciopelado. La sosegada conversación de Bud sirvió para relajar los tensos nervios de _________.
Se detuvieron y descansaron sobre una roca durante un instante.
—Esto es muy bonito —dijo Bud. _________ produjo un pequeño sonido que sirvió tanto de asentimiento como de expresión de placer-. Vuelvo a sentirme humano —añadió guiñando un ojo—. Es muy difícil soportar a esa mujer. No me imagino lo que Joe ve en ella.
-¿Te parece extraño si te digo que estoy completamente de acuerdo contigo?
Al notar un ligero cambio en la luz, que parecía anunciar la cercana puesta de sol, volvieron hacia la cabaña. Una vez más, siguieron el arroyo, guiándose con las huellas que habían dejado sobre la nieve. Cuando entraron en la cabaña, iban riéndose.
— ¿Es que no tenéis la sensatez suficiente para saber que no podéis vagabundear por las montañas después del atardecer? —les espetó Joe al verlos.
— ¿Después del atardecer? No digas tonterías —replicó _________ mientras se quitaba las botas-. Sólo hemos dado un pequeño paseo siguiendo el arroyo —añadió. Entonces, perdió el equilibrio y se chocó con Bud. Él la agarró por la cintura para que no se cayera y no retiró la mano mientras ella se quitaba la otra bota.
—Dejamos un rastro sobre la nieve —afirmó Bud, con una sonrisa-. Es mejor que las migas de pan.
—El atardecer da paso a la noche cerrada con mucha rapidez y esta noche no hay luna —insistió Joe—. Resulta muy sencillo perderse.
—Bueno, ya estamos aquí y no nos hemos perdido -le dijo _________-. No hay necesidad de organizar una búsqueda ni de mandar un perro con una petaca de coñac. ¿Dónde está June?
—En la cocina, preparando la cena.
—En ese caso, es mejor que vaya a echarle una mano, ¿no crees?
Le dedicó una radiante sonrisa y dejó solos a los dos hombres para que fuera Bud el que se enfrentara al mal genio de su jefe.
-A nadie le apetece nunca ocuparse del trabajo de preparar la comida —dijo _________ mientras entraba en la cocina.
—Díselo a la señorita Orgullosa —comentó June mientras desenvolvía los filetes—. Estaba tan fatigada después de tan arduo viaje que tuvo que tumbarse un rato antes de cenar.
—Pues es una bendición —afirmó _________ mientras se unía a su amiga para preparar la cena—. Por cierto, ¿quién dijo que teníamos que ser nosotras las que nos ocupáramos de la cocina? No creo que figure en mi contrato.
—Fui yo.
— ¿Voluntariamente?
—Sencillamente, he probado los talentos culinarios de Larry y no quise correr otra vez el riesgo de una intoxicación. En cuanto al jefe, hasta el café lo hace mal. En lo que se refiere a Bud... bueno, puede que sea un cocinero genial, pero no estaba dispuesta a correr el riesgo.
—Ya entiendo.
En alegre compañía, las dos prepararon la cena. Le dieron vida a la cocina con el golpeteo de los platos y los cacharros y el chisporroteo de la carne. De repente, Larry se materializó en la puerta.
— ¡Qué bien! Estoy muerto de hambre -anunció—. ¿Cuánto queda para cenar?
—Toma —le dijo June antes de darle un buen montón de platos—.Ve a poner la mesa... así no pensarás en tu estómago.
—Sabía que tenía que mantenerme alejado de la cocina —gruñó él. Entonces, desapareció en dirección al salón.
—Supongo que es el aire de la montaña —comentó _________, cuando estuvieron todos sentados alrededor de la mesa del salón y empezaron a cenar—, pero estoy muerta de hambre.
Ver cómo Joe esbozaba una lenta sonrisa le hizo recordar la escena que se había producido horas antes en la cocina. El color tiñó sus mejillas. Tomó la copa de vino para disimular y, tras dar un buen trago, dedicó de nuevo toda su atención a la comida.
Cuando llegó la hora de recoger, se puso de manifiesto una confusión y una desorganización patentes. Al final, June levantó las manos y echó a todos los hombres de la cocina.
—Yo soy el jefe —le recordó Joe—. Se supone que soy yo quien da las órdenes.
—Hasta el lunes no —replicó ella antes de darle un buen empujón. Entonces, observó con desaprobación cómo Charlene se marchaba con él—. Mejor —le dijo a _________—. Probablemente no habría podido evitar ahogarla en el fregadero.
Más tarde, la fiesta se prolongó en el salón. Tras rechazar el coñac que le ofreció Joe, _________ se sentó sobre un pequeño escabel cerca del fuego. Observó cómo danzaban las llamas sin darse cuenta de la imagen que tenía. El cabello y las mejillas le relucían con la suave luz y tenía una expresión suave y soñadora en los ojos. Sólo una pequeña porción de su mente registraba la conversación que se estaba produciendo y el tintineo ocasional de las copas. Con los codos sobre las rodillas y la cabeza sobre las palmas de las manos, se dejó apartar por la magia del fuego de todo pensamiento consciente.
— ¿Te han hipnotizado las llamas, _________? —le preguntó Joe de repente, mientras se agachaba para sentarse sobre la alfombra, al lado de ella.
Nani Jonas
Re: "La Imagen Del Amor" - Joe y tu Terminada
Daai.Jonas.McGinty ~ escribió:Nueva lectora, m encanta tu novela! Espero que la sigas pronto! (:
PD: No me cae bien Charlene!
Jajajaja, saludos !
bienvenida :D
Nani Jonas
Re: "La Imagen Del Amor" - Joe y tu Terminada
AAAHHHH cada dia esta mejor...
porque la dejas ahí???????
siguela pronto..necesito saber que ocurrira..
porque la dejas ahí???????
siguela pronto..necesito saber que ocurrira..
vale_ana
Página 8 de 15. • 1 ... 5 ... 7, 8, 9 ... 11 ... 15
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