In Wonderland | Zayn Malik.

—Todos creen que saben a dónde vamos, pero les digo una cosa ¡No sabemos nada! — Gritaba una chica— ¡No sabemos a dónde nos van a llevar, ni siquiera porque nos separan de nuestros padres!
 
—¡Sí lo saben! ¿Qué no se los han dicho? — Dijo una mujer— Estamos aquí porque allá fuera hay una serie de personas que quieren destruir al mundo. Personas que les quieren matar, personas que saben que ustedes los jóvenes son el futuro de todo esto— dijo firme mientras cada uno le escuchaba— Si se quieren salir de aquí para regresar con sus familias ¡Háganlo! Pero si luego vienen arrepentidos porque les han herido o incluso han matado a sus familiares y se encuentran solos, ya no hallarán la forma de encontrarnos. Quiero que sepan que no todos tienen el privilegio de viajar en un autobús para llegar a Wonderland. Hay formas más peores de llegar.
 

—¿Qué haces? — Le preguntó una joven a Dolly. Esta levantó la mirada y la observó sonrientemente— ¿Sabes a dónde vamos?
 
—Leo un libro. Si te preguntas a dónde vamos, creo que no podré responder a eso— con un tonó de desgano Dolly respondió.
 
—Soy Mickeyla, pero puedes llamarme Keyla— estrechó su mano en forma de saludo.
 
Dolly no sabía que las personas en Inglaterra fuesen tan respetuosas.
 
—Dollymond, pero puedes decirme Dolly.
 
Todos los jóvenes estaban en su mundo; como si a nadie le importaba realmente a dónde iban.
 
Dolly se preguntaba si en realidad Wonderland existía, ¿Cómo es que decidió subirse a ese Autobús?

 
 
—Su nombre por favor.
 
—Dulce Luna Wellinton Zapata— entregó su credencial de mayor de edad para que le otorgaran el permiso de pasar.
 
—Usted no parece Inglesa, ¿Segura que es de allá?
 
—Soy inglesa ¿Sí? No creo que tenga que explicarles a todos la historia de mi vida— respondió enfadada; siempre ocurría lo mismo.
 
—Puedes pasar.
 
Dulce miró a su alrededor y se dio cuenta que valía la pena haber sufrido tanto para llegar a Wonderland. Al menos sus padres ahora estarían tranquilos.
 
—¡Lo siento! — Una joven se topó con ella—Estoy aprendiendo a… bueno, eso no importa— pensó que a la chica no le importaría que estuviera comenzando a darse cuenta que podía ver por detrás de todo.
 
—No te disculpes, también ha sido mi culpa, Soy dulce.
 
—Gabriela, dime Gabbe.
—¿Te encuentras bien? Puedo darte algo para…— decía Dulce mientras buscaba algo en su bolso. Tengo unas paletas que..
 
—Lo sé.
 
—¿Qué sabes?
 
Lo de las paletas— pensó Gabriela.
 
 
 
—Como se habrán dado cuenta, no están en su país. Ni siquiera estamos en la tierra. Estamos en un mundo mágico. — Todos comenzaron a cuestionar. —Muchos de ustedes se habrán dado cuenta de los diferentes dones que cada uno en particular tienen. Algunos se repiten, otros no. Hay quienes no tienen la menor idea de lo que hacen aquí, porque ni siquiera se han dado cuenta de sus dones. Pero para eso están todos aquí. Deberán cambiar su forma de alimentación, adaptarse al nuevo clima, al ambiente. Aquí se viene a trabajar chicos. — sonó a una orden —. Cada territorio que pisen será parte de Wonderland, pero no pueden pasar detrás del muro de protección. ¿Qué hay allí? — Y se hizo un silencio aterrador— No podemos protegerles pisando ese muro. Hay cosas por las que le hemos traído a luchar y no podemos darnos el lujo de perder vidas ¿No es así? — Miró a cada uno. Era como si tuviera el poder de hipnotización— En total son cincuenta jóvenes, veinticinco de ustedes estarán en la tropa de los Durmius y los restantes en los Calpurnius.
 
—¿Pero qué coños significa eso?
 
—Cállate Niall ¿Podrías poner atención?— Le pidió Liam.

—Tendremos que convivir con veinticinco personas más ¿Sabes lo que es eso?

— Sí, y ruega por que dentro de esos veinticinco, a nosotros dos nos escojan para estar en la misma tropa.

—Mira...— suspiró — ¿Viste quien ha llegado?

—Tendremos que convivir con veinticinco personas más ¿Sabes lo que es eso?
 
— Sí, y ruega porque dentro de esos veinticinco, a nosotros dos nos escojan para estar en la misma tropa.
 
—Mira...— suspiró — ¿Viste quien ha llegado?
 
Era Karolina, la chica de la cual Niall estaba enamorado.
 
Karolina tenía la misma edad de Niall.  Apenas algunas veces se habían topado en el mismo camino. Niall nunca había hallado la manera de llamar su atención. No es que no quisiera hacerlo; no sabía cómo.
 
—¿Y ella que hace aquí? — Liam preguntó perplejo—. Nunca pensé que tuviera dones como los nuestros.
 
—Yo tampoco.
 
Se miraron preguntándose muchas cosas. En ese momento Niall hubiese querido tener el don de poder escuchar los pensamientos de los demás.
 
Las veinticinco personas fueron cada una elegidas.  Desafortunadamente Niall y Liam no quedaron juntos. Miraban a las personas que tenían a su alrededor. Todos eran la tropa de los Calpurnius.

Todos fueron dejando cada una de sus pertenencias. Incluyendo celulares, reproductores de música o cualquier tipo de aparato mundano. Dulce odio aquello, pues ya no podría escuchar música. En cambio, Dolly se sintió tranquila al pensar que no escucharía la música escandalosa que su hermano escuchaba.

A todos les ordenaron que se cambiasen. En aquellas barracas que habían, hechas de  materiales como el barro o las cañas. Las paredes eran construidas con ladrillos de adobe y la cubierta se realizaba con cañizo y paja. A Dolly le parecieron a las pequeñas casas que habían en el campo de su abuelo; casi idénticas.
 
Las barracas eran pequeñas. En cada una de ellas podían habitar tan solo siete personas. Cinco habitantes y dos personas de guía. Estas serían más bien, sus líderes.
 
—Hola, mi nombre es Zayn Malik. Soy el líder de esta barraca.
 
Él estaba parado justo frente a la pequeña choza con una mano dentro del bolsillo y otra señalaba el lugar que había detrás de él. La puerta de madera tenía un gran número de color azul que decía III.
 
—Barraca número tres. De esa manera les podré llamar ¿De acuerdo? —Todos asintieron.
 
Dolly, que estaba un poco confusa, lo miraba de pies a cabeza. Era como si lo que estuviera viendo se tratara de un tipo de ángel mitológico.
 
Lo bueno que Zayn podía llamar a todos mediante sus pensamientos. Pero no podía saber lo que estaban pensando antes de conectarse con alguno de ellos.
 
Dolly había dejado a Keyla en otra barraca. Le había parecido tan simpática esa chica, que ahora deseaba haber quedado junto a ella para así no sentirse tan sola.
 
—Yo me llamo Dollymond Bennett . Me agrada que me digan Dolly; tengo veintidós años. Mi don es el de poder retroceder el tiempo.
Y así cada uno de los cinco visitantes se fueron presentando a Zayn, su líder.
 
—Soy Karolina Vázquez, pueden decirme Karol— la chica se sonrojó—Tengo veintiún años y puedo estar en dos o tres lugares a la vez.
 
—Mi nombre es Niall Horan—el chico parecía nervioso. Todos esperaron unos segundos para que recuperara el aliento y siguiese en lo que estaba—Puede que mi don no les impresione tanto, de hecho es uno de los más vistos. Puedo correr con mucha velocidad.
 
—Verás que eso nos servirá— Zayn le consoló con una palmada en el hombro—. Yo soy Zayn Malik, no tengo la edad que ustedes podrían pensar. Tengo más de mil años viviendo en este mundo. Así que no pierdan el tiempo—bromeó— Puedo meterme a los pensamientos de los demás.
 
“No te espantes” — le dijo a Dolly y ella lo miró con esos ojos negros y saltones que destacaban en ella. “Estoy hablando con tigo, no hay necesidad de hablar. Puedes decirme cualquier cosa con solo pensarlo".
 
Ella quiso intentar.
 
“No me espantas” — pensó con una sonrisa en el rostro. “¿Te puedes salir ya de mis pensamientos?”.
 
“De acuerdo. Luego te hablo, cariño” — le respondió este. Y luego salió de su mente para no sentirse hostigado. A veces no se sentía bien en las memorias en las que se metía.
 
A Dolly se le saltó el corazón.
 
 
 
—Soy Louis Tomlinson. Creerán que tengo aproximadamente veintitrés, con esta barba parezco de veintisiete, aunque en realidad tengo muchos más años de losque piensan— todos comenzaron a reír. —Esta es la barraca número cinco.
 
Mickeyla pensó en el número romano que estaba pintado en la puerta principal. No conocía a nadie, ni siquiera a la chica que había viajado con ella.

—Mickeyla— le llamaron —¿Estás bien?
 
Keyla se había perdido en la vista que había desde la ventana.  Allá fuera todos parecían trabajar sin parar. Era como si alguien los apurase a algo. Todos estaban vestidos con pantalones anchos. Un chaleco duro que les cubría de algo y botas grandes. Ninguna mujer estaba ahí.
 
—Llámame Keyla, por favor.
 
—De acuerdo, Key— Louis comenzó a reírse por el comportamiento de la chica que tenía enfrente.

—Keyla.
 
—No querrás tener problemas con tu líder el primer día ¿Verdad?, será mejor que te llame Keylaaa— pronunció su nombre alargándolo más de lo normal— No quiero que te enojes.
 
Louis podía ser muy sarcástico si hacía lo quería.
 
—Soy Liam y puedo comunicarme con los animales— dos de aquellas siete personas comenzaron a reír.
 
—Yo soy Gabriela, aunque prefiero que me digan Gabbe— sonrío pasándose un mechón de su cabello rubio detrás de la oreja. —Puedo mirar detrás de los objetos. Sé que es un tanto raro.
 
—No más que el mío— Liam le miró con esos ojos cafés que podían dejar hipnotizada.
 
Como si transmitiera tanto en una sola mirada. 

Okey primero que nada me alegra ser asi decirlo una amiga de Dolly, segundo apa! el negro empezo cn el coqueteo ahr tercero mendigo louis se hace el vivo cnmigo quien se cree el lider? Ahr q si jajaja bueno espero cn ansias el otro cap c: besos