Clases de sexo » {Larry Stylinson Smut - One Shot}

por **ziallgirl** Jue 14 Mayo 2015, 2:23 pm

Primera Parte.

Ha habido historias de miles de personas que se obsesionan con sus
alumnos y canturrean lo adorables que son y que se los quieren coger de
una vez. Todos son los acosadores en narrador protagonista, pero yo no
soy uno. Soy el del segundo bando; el abusado.
Mi profesor de Lenguaje era quién siempre me acorralaba al terminar las
clases.

Lucía una bata blanca, unos anteojos con marco grueso y su cabello lo
escondía siempre un gorro de lana; así despistaba a todo aquel que dijera
que él era un pervertido.

Justamente estaba en su clase.

Justamente tocaron el timbre.

Los cosquilleos de nerviosismo llegaron a la hora de siempre, con el tragar
de saliva de siempre y las manos temblorosas de siempre. Traté de
caminar rápido otra vez, pero su fuerte mano atrapó mi antebrazo,
llevándome hasta la puerta y soltándome cuando la cerró con seguro.

— ¿A dónde ibas? — habló quitándose los objetos antes dichos. Cuando su
gorro salió de su cabeza, sus rizos saltaron a la vista en un perfecto quiff.
Estaba justo frente a mí, en medio de la salida y yo.
— Hoy no puedo, mi madre está esperando afuera. — Retrocedí a cada
paso que el dio.
— Le diré que te daba una charla.
— Por favor, estoy cansado…

El Sr. Styles me acorraló, haciendo que mis libros cayeran al suelo.
Desabrochó la bragueta de mis jeans cuando ya estaba recostado sobre su
escritorio.

Cada semana, por ser una materia importante, nos tocaba tres bloques de
lenguaje de lunes a jueves y el viernes, el Sr. Styles nos daba una hora de
orientación.

Por ser así, terminaba follándome todos los días de clase, cada semana,
cada día… esta era mi realidad.
Se adentró en mí y solté un quejido al no darme cuenta. Mis piernas
estaban abiertas y flectadas sobre su escritorio de madera, mis brazos
flectados hacia mi y uno hasta mi boca, mientras comía mis uñas con
nerviosismo, en una manera de intentar reprimir algún sonido de
satisfacción ante sus acciones.
El Sr. Styles, con salvajismo tomó de mis caderas empujando con ímpetu,
obligándome alentador-amente a gemir su nombre… Harry.

Él se agasajaba cuando lo hacía, porque le veía sonreír y soltar jadeos
largos.

Me halagaba a tiempos y besaba mi cuello, mordiendo y repartiendo saliva
por doquier. Mis ojos estaban cerrados, pero podía sentir sus manos
acariciar bajo mi camiseta blanca mi abdomen, sentía sus uñas clavarse en
aquella área y luego sus dedos fundirse en la piel de mis caderas.
— Ah… mm…
— Suenas tan dulce cariño…— dijo cuando mi voz sonaba más aguda de lo
normal.

Esto parecía costumbre.

Mi voz… mi voz solía ser como la de una chica cuando él me follaba. Él
siempre decía que adoraba aquellas quejas y ademanes de satisfacción
que hacía, pero que de verdad quería oírme gemir. Gemir alto.
Pidiéndole más de sus manos y su cuerpo.

Él me lo exigió hace un par de días, pero no quería hacerlo.
Realmente no quería hacerlo.

— ¡Oh! ¡ahí! — exclamé, tomando rápidamente de sus antebrazos que se
encontraban a cada costado de mi cuerpo. El Sr. Styles siguió tocando mi
punto, obligándome a simplemente dejarme… dejarme llevar por mis
sensaciones. — ¡Oh dios, Ha-harry…! — abrí mis ojos y lo encontré
mirándome ferozmente.

Mi polla golpeaba sobre mi abdomen duramente.

A pesar de sinceramente no querer que él hiciera esto, no podía negar el
hecho de que me gustaba.
— Mi madre… — suspiré y fui interrumpido con un beso apasionado de su
parte.
Me soltó.
— Tu madre se puede ir a la mierda; ¡quiero que me pidas más de esto,
Louis!
Su velocidad aumentó y tuve que colocar mi propio antebrazo sobre mi
boca, frunciendo el entrecejo. No quería… no debía…
— ¡Ah, joder! ¡No me hagas esto! No quiero- oh…. —Relajé el rostro un
instante y volví a sumergirme en mi propio cuerpo, sintiendo otra vez el
constante y rápido empuje de sus caderas en contra de las mías.
— Quiero oírte, Tomlinson…
— Por favor…
— Vamos, ¿por qué no? Sé que te gusta…
Harry subió mi camiseta y tomó de mi miembro, masturbándome con
agilidad. Subí mi otro brazo y coloqué una de mis manos en su hombro
cercano. Abrí mis ojos otra vez y le miré, dejando que mi otra mano hiciera
la misma acción.
— Tus labios son muy apetitosos, Tomlinson… — suspiró.
No…
— ¿Te gusta que te joda? puedes decírmelo… — Añadió.
— ¡Oh dios me encanta!

Y no pude más.

Mis gemidos llenaron el salón, mientras que la sonrisa del Sr. Styles se
amplió, hundiéndose más en mí y tocando mi punto repetidas veces más.
Solté maldiciones y su nombre se escapaba de mis labios cada cuando,
pidiéndole que no se detuviera… que esto me gustaba… que de verdad
me gustaba la forma en la que me follaba.

Al final, tiras y tiras al haberme dejado ir, empezaron a salir como oleadas
sobre mi abdomen y su camisa. Mi respiración vacilaba, mientras le
observaba con mi boca abierta y él… sonriente como siempre. Su mirada
carcomía mis sentimientos y me dejaba como la hoja de un escritor sin
inspiración, llenando todo aquel espacio con sus orbes verdes.

Penetrantes, fríos… pero llenos de un salvajismo cuando estábamos
juntos, que me gustaba de alguna manera.

Con una mano, fue desabrochando su camisa celeste sin despintar la curva
en sus labios carnosos. Su abdomen bien trabajado quedó al descubierto y
tomó de mi miembro satisfacido, masturbándolo… otra vez.
Temblé ante su fría mano en aquella parte de mi cuerpo.

— Toca. — Ordenó, sin despegar sus ojos de los míos.

Yo lo hice sin chistar.

Bajé mis manos suavemente y acaricié desde los últimos dos cuadros
hasta los dos primeros… estaban tan firmes y duros… de verdad no lo
había notado. Él mordió su labio inferior, fijando ahora su vista en mi boca.
Al poco tiempo, volvió a besarme con pasión, jugando con mi lengua y
marcando la comisura de mis propios labios.

— Ah… cielos…
Su mano estaba haciendo un buen trabajo.
— Es la primera vez que reaccionas tanto ante lo que hago por ti… —Me
robó otro beso rápido. — Ahora si que me encantas, Tomlinson.

Volvió a embestirme con dureza y gemí ante el movimiento que había
cesado por completo antes.

Él jadeó.

— Eres adorable.

Y otra.

Esta vez clavé mis uñas en su cintura, cuando logré acariciar todo a su
abdomen y llegué a ella sin querer.

— Me gusta cogerte.
Sus penetraciones eran lentas, sensuales y me hacían desear la fricción
rápida de antes. Empecé a sentir esa necesidad de gemir con ganas otra
vez, cuando tocó mi punto.
— Mm… no más, basta. —Traté de empujarle. — Tuviste lo que querías, mi
madre se preocupará.
— Córrete por segunda vez y te dejo ir.
— Harry—
— Y tus preciosos gemidos incluidos.
— ¡Mm, mm, mm! ¡Saca tu mano de mi boca! —Traté de decir, pero sólo
salió un par de sonidos raros que no parecían palabras en realidad.

Esta era la tercera vez y Harry tenía su mano tapando mi boca, con mis
manos sobre el escritorio y mi trasero en contra de su polla, alzado.
Mi pecho en contra de la ya, tibia madera.
Mi madre golpeaba la puerta. Veía su silueta y escuchaba mi nombre salir
de su boca.

Logré venirme en ese instante, esparciendo todo mi esperma por el suelo.
Harry mordió mi cuello y sus labios rozaron el borde de mi oído, cuando
decidió mover mi cabeza hacia la suya.

— Estuviste genial. Te veo mañana en clases cariño. —Murmuró, para luego
pasar su lengua, de-volviéndome ese bailar de emociones.

Me soltó con brusquedad y caí desfallecido sobre mis rodillas, respirando
con dificultad y deseando que mi madre no llamara a alguien para que la
ayudase entrar.

El Sr. Styles abrochó su camisa, se volvió a colocar la bata, tapando donde
le había manchado, acomodó sus pantalones, su gorro de lana y sus
lentes.

— Le diré a tu madre que conversábamos sobre tu buen rendimiento y la
conversación se alargó de improviso. —Dijo él. Yo asentí, aún sin moverme
de mi puesto. — ¿Te ayudo a vestirte?

No esperó mi respuesta.

Me ayudó a levantar el peso de mi cuerpo y con sumo cuidado, subió mis
jeans, abordándolos mientras me rodeaba con sus brazos. Mi cabeza
descansó en su hombro, echada hacia atrás; estaba muerto.

— Pronto habrá más de esto; tendrás que acostumbrarte.
— Si, señor. —Dije sin pensar.

Alargó su mano y tomó la camiseta que me había sacado del escritorio. Sin
soltarme, giró alrededor hasta estar frente de mi, alzarme y subirme sobre
el escritorio. La camiseta pasó por mi cabeza y la acomodó.
Pasaron unos segundos, hasta que asentí, diciéndole de alguna forma que
ya estaba listo. Respiré hondo y me bajé del escritorio rápidamente, yendo
a una mesa cualquiera frente al mismo.

— Buenas tardes, señora Tomlinson. —Saludó el Sr. Styles, mientras que
mi madre le ignoró, fulminándome con la mirada y caminando hasta llegar a
mí.
— ¿Te encuentras bien querido? estás caliente, ¿tienes fiebre? —Negué, la
cabeza gacha.
— Estábamos hablando y se nos pasó el tiempo.

Jay, mi mamá, se dio media vuelta, enfrentándole.

— ¿Qué se supone que habla un chico de dieciséis años con un hombre de
treinta? –Se cruzó de brazos, molesta.
— Sobre su vida en el exterior. Le comentaba acerca de su buen
rendimiento, pregunté que planes tenía para el futuro y la conversación se
prolongó hacia otros temas.
— ¿Cómo cuáles?
— Confidencialidad entre alumno y profesor, señora Tomlinson. — una
sonrisa socarrona brotó de sus labios.
— Así que, conversaban con la puerta cerrada con seguro… –Se dio la
vuelta, esta vez su mirada asesina recayó en mi. — ¿Algo que decir respecto
a eso, Louis?

Aclaré mi garganta y fruncí al ceño al sentirla algo adolorida. El Sr. Styles
me obligó a colocarme de rodillas y chupar su miembro mientras me
masturbaba a mi mismo.

— Yo pedí eso. No quería que interrumpieran, porque es un tema muy
personal.
— ¿Ni siquiera tu propia madre?
— Si, ni siquiera tú. –Refuté.

Ella pareció no creerme y estaba en lo correcto.
Se giró.

— Espero que no me esté ocultando nada, Sr. Styles, puesto que puedo
demandarlo por acoso.
— ¿De que está hablando, señora? —Preguntó confundido y sin borrar su
sonrisa.
— Usted sabe muy bien de que estoy hablando. —Salía como veneno de su
boca. — Louis, vamos, hora de ir a casa.

Me levanté quejumbroso, frunciendo el ceño y yendo detrás de mi madre
que ya salía del salón. Justo antes, el Sr. Styles tomó de mi antebrazo y me
giró, dándome un último beso.

— Hasta mañana.
Asentí.

Y tal vez en el fondo de mí, de verdad esperaba que la promesa pre-dicha
se cumpliera.

Puft.

Claramente se cumpliría. Y tal vez, comenzaba a gustarme esto

------------

HOLA, COMO SABEN O NO(? YO SOY NUEVA EN ESTO ASÍ QUE ESPERO QUE ESTE OS QUE ES ADAPTADO, LES GUSTE TANTO COMO A MI. ES UNA DE BIENVENIDA(? AHQ BUENO ESPERO QUE LES GUSTE MUCHO.

ESTA ES LA PRIMERA PARTE 1/2 YA QUE SON DOS PARTES. SI QUIEREN PREGUNTARME ALGO PUES YA SABEN ME PREGUNTAN Y YA.

ESPERO QUE LO LEAN Y LES GUSTE. NOS LEEMOS PRONTO.

Ziallgirl
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