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EL HIJO DE LA PASION(LIAM PAYNE & TU) Hot-Mantica. ADAPTADA
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 1 de 1. • Comparte
EL HIJO DE LA PASION(LIAM PAYNE & TU) Hot-Mantica. ADAPTADA
Ficha:
Nombre:Hijo De La Pasion.
Adaptada: si, es una historia original de Sarah Morgan.
Advertencias:yo les ire avisando si llega a ver.
Otras paginas:no, solo aqui.
PROLOGO:
El hijo de __Tn Townsed
estaba en peligro y la única
persona que podía ayudarlo era su
padre, el millonario Liam Payne.
Liam ni siquiera sabía que tenía un
hijo y creía que __Tn no era
más que una cazafortunas. Sin
embargo, el guapísimo magnate
brasileño estaba dispuesto a darle
el dinero que necesitaba... a
cambio de que se convirtiera en su
amante.
Pero __Tn ya no era la
muchacha inocente que él había
conocido hacía siete años... e iba a
hacer que perdiera el control de un
modo que jamás habría
imaginado.
Nombre:Hijo De La Pasion.
Adaptada: si, es una historia original de Sarah Morgan.
Advertencias:yo les ire avisando si llega a ver.
Otras paginas:no, solo aqui.
PROLOGO:
El hijo de __Tn Townsed
estaba en peligro y la única
persona que podía ayudarlo era su
padre, el millonario Liam Payne.
Liam ni siquiera sabía que tenía un
hijo y creía que __Tn no era
más que una cazafortunas. Sin
embargo, el guapísimo magnate
brasileño estaba dispuesto a darle
el dinero que necesitaba... a
cambio de que se convirtiera en su
amante.
Pero __Tn ya no era la
muchacha inocente que él había
conocido hacía siete años... e iba a
hacer que perdiera el control de un
modo que jamás habría
imaginado.
fatima Horan
Re: EL HIJO DE LA PASION(LIAM PAYNE & TU) Hot-Mantica. ADAPTADA
CAPITULO 1
Nunca había sentido tanto miedo.
Estaba empezando a hiperventilar y si no respiraba con calma acabaría mareada o sufriendo un ataque de ansiedad. __Tn Townsend, en la imponente sala de juntas con paredes de espejo de Inversiones Santoro, intentó tranquilizarse mirando las vibrantes calles de Río de Janeiro por la ventana.
La espera era una tortura.
Todo en su vida dependía del resultado de aquella visita... todo, y saber eso hacía que le temblaran las piernas.
Era irónico, pensó, que la única persona que podía ayudarla fuera el hombre al que había jurado no volver a ver nunca.
Respirando con más calma, cerró los ojos un momento e intentó ver las cosas fríamente. Seguramente él se negaría a verla.
La gente no podía ver a Liam Payne sin anunciarse previamente. __Tn lo sabía por experiencia.
Sólo estaba sentada allí porque su ayudante personal se había apiadado de ella. Estaba tan angustiada, tan pálida, cuando le dijo que necesitaba verlo que la mujer había insistido en hacerla entrar en la sala de juntas para que se calmase un poco. Luego, después de darle un vaso de agua, le aseguró que el señor Santoro no era tan peligroso como decían las malas lenguas.
Pero __Tn sabía que no era así. Liam Payne no era sólo peligroso, era letal. Y sabía que iba a necesitar algo más que un vaso de agua para enfrentarse al hombre que estaba a punto de entrar.
¿Qué iba a decirle?
¿Cómo iba a decírselo?
¿Por dónde iba a empezar?
No podía apelar a su sentido de la decencia o a su conciencia porque no tenía ni lo uno ni lo otro. Ayudar a los demás era algo que no estaba en su agenda. Liam Paynr usaba a la gente y, especialmente, a las mujeres. Ella lo sabía bien. Paynr era un millonario despiadado con un único objetivo en la vida: la búsqueda del placer.
Y durante un corto período de tiempo, ella había sido su placer.
Le dolía el corazón al recordarlo. Mirando atrás, no podía creer lo ingenua que había sido. Una cría de dieciocho años idealista y romántica que se lo dio todo sin reservarse nada porque no veía ninguna razón para hacerlo. Liam lo había sido todo para ella. Ella no había sido nada para él.
__Tn apretó los puños, diciéndose a sí misma que no había ido allí para recordar el pasado. Tenía que olvidar el dolor, el pánico, la humillación que sufrió a manos de Liam Payne cuando la rechazó después de haberla seducido.
Nada de eso importaba ahora.
Sólo importaba una cosa, sólo una persona. Y por esa persona iba a morderse la lengua, a sonreír, a suplicar... a hacer lo que tuviera que hacer para congraciarse con Liam Paynr porque no podía marcharse de Brasil sin el dinero que necesitaba.
Era una cuestión de vida o muerte.
__Tn paseó por la sala de juntas, intentando formular un plan, intentando encontrar una forma razonable de pedir cinco millones de dólares a un hombre que no sentía absolutamente nada por ella.
¿Cómo iba a hacerlo?
¿Cómo iba a explicarle que tenía un problema gravísimo?
¿Y qué iba a hacer para que a Liam Payne le importase?
Cuando la puerta se abrió y lo vio entrar con su pelo cafe, tan deslumbrante como sus ojos, sintió una oleada de pánico.
Y se dio cuenta de que tenía un problema más serio de lo que había creído.
Parecía un cervatillo cegado por los faros de un coche. Sin revelar sus pensamientos, Liam miró a la esbelta e increíblemente guapa pelirroja que temblaba al otro lado de la habitación.
Parecía tan asustada que casi sentía pena por ella. Pero la conocía demasiado bien.
Y si él estuviera en su lugar, también estaría temblando.
Menuda cara aparecer por allí después de siete años.
No había visto a __TnTownsend en siete años y aún era capaz de turbarlo.
Piernas interminables, pelo sedoso, labios suaves y generosos, sonrisa confiada...
Durante un tiempo lo engañó bien haciéndose la niña buena. Acostumbrado a estar con mujeres tan sofisticadas y calculadoras como él mismo, se había quedado cautivado por la inocencia de __Tn y por su casi infantil sinceridad.
Fue la primera y última ocasión en su vida en la que se había equivocado juzgando a una persona.
__Tn Townsend era una buscavidas.
Ahora lo sabía. Y ella sabía que lo sabía.
Entonces, ¿qué podía haber ocurrido para que volviera a ponerse en contacto con él?
O era muy valiente o muy estúpida. Al verla temblar, decidió que no era lo primero. Pero debía estar desesperada.
Estaba empezando a hiperventilar y si no respiraba con calma acabaría mareada o sufriendo un ataque de ansiedad. __Tn Townsend, en la imponente sala de juntas con paredes de espejo de Inversiones Santoro, intentó tranquilizarse mirando las vibrantes calles de Río de Janeiro por la ventana.
La espera era una tortura.
Todo en su vida dependía del resultado de aquella visita... todo, y saber eso hacía que le temblaran las piernas.
Era irónico, pensó, que la única persona que podía ayudarla fuera el hombre al que había jurado no volver a ver nunca.
Respirando con más calma, cerró los ojos un momento e intentó ver las cosas fríamente. Seguramente él se negaría a verla.
La gente no podía ver a Liam Payne sin anunciarse previamente. __Tn lo sabía por experiencia.
Sólo estaba sentada allí porque su ayudante personal se había apiadado de ella. Estaba tan angustiada, tan pálida, cuando le dijo que necesitaba verlo que la mujer había insistido en hacerla entrar en la sala de juntas para que se calmase un poco. Luego, después de darle un vaso de agua, le aseguró que el señor Santoro no era tan peligroso como decían las malas lenguas.
Pero __Tn sabía que no era así. Liam Payne no era sólo peligroso, era letal. Y sabía que iba a necesitar algo más que un vaso de agua para enfrentarse al hombre que estaba a punto de entrar.
¿Qué iba a decirle?
¿Cómo iba a decírselo?
¿Por dónde iba a empezar?
No podía apelar a su sentido de la decencia o a su conciencia porque no tenía ni lo uno ni lo otro. Ayudar a los demás era algo que no estaba en su agenda. Liam Paynr usaba a la gente y, especialmente, a las mujeres. Ella lo sabía bien. Paynr era un millonario despiadado con un único objetivo en la vida: la búsqueda del placer.
Y durante un corto período de tiempo, ella había sido su placer.
Le dolía el corazón al recordarlo. Mirando atrás, no podía creer lo ingenua que había sido. Una cría de dieciocho años idealista y romántica que se lo dio todo sin reservarse nada porque no veía ninguna razón para hacerlo. Liam lo había sido todo para ella. Ella no había sido nada para él.
__Tn apretó los puños, diciéndose a sí misma que no había ido allí para recordar el pasado. Tenía que olvidar el dolor, el pánico, la humillación que sufrió a manos de Liam Payne cuando la rechazó después de haberla seducido.
Nada de eso importaba ahora.
Sólo importaba una cosa, sólo una persona. Y por esa persona iba a morderse la lengua, a sonreír, a suplicar... a hacer lo que tuviera que hacer para congraciarse con Liam Paynr porque no podía marcharse de Brasil sin el dinero que necesitaba.
Era una cuestión de vida o muerte.
__Tn paseó por la sala de juntas, intentando formular un plan, intentando encontrar una forma razonable de pedir cinco millones de dólares a un hombre que no sentía absolutamente nada por ella.
¿Cómo iba a hacerlo?
¿Cómo iba a explicarle que tenía un problema gravísimo?
¿Y qué iba a hacer para que a Liam Payne le importase?
Cuando la puerta se abrió y lo vio entrar con su pelo cafe, tan deslumbrante como sus ojos, sintió una oleada de pánico.
Y se dio cuenta de que tenía un problema más serio de lo que había creído.
Parecía un cervatillo cegado por los faros de un coche. Sin revelar sus pensamientos, Liam miró a la esbelta e increíblemente guapa pelirroja que temblaba al otro lado de la habitación.
Parecía tan asustada que casi sentía pena por ella. Pero la conocía demasiado bien.
Y si él estuviera en su lugar, también estaría temblando.
Menuda cara aparecer por allí después de siete años.
No había visto a __TnTownsend en siete años y aún era capaz de turbarlo.
Piernas interminables, pelo sedoso, labios suaves y generosos, sonrisa confiada...
Durante un tiempo lo engañó bien haciéndose la niña buena. Acostumbrado a estar con mujeres tan sofisticadas y calculadoras como él mismo, se había quedado cautivado por la inocencia de __Tn y por su casi infantil sinceridad.
Fue la primera y última ocasión en su vida en la que se había equivocado juzgando a una persona.
__Tn Townsend era una buscavidas.
Ahora lo sabía. Y ella sabía que lo sabía.
Entonces, ¿qué podía haber ocurrido para que volviera a ponerse en contacto con él?
O era muy valiente o muy estúpida. Al verla temblar, decidió que no era lo primero. Pero debía estar desesperada.
fatima Horan
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