Diario de un suicidio{Harry Styles.

Mis pasos eran lentos, el frío arremetía contra mi cara aturdiendome un poco, mi cabello se desordenaba contra cada enmestida que el viento daba, podía sentir como calaba hasta los huesos, arrastraba los pies por el pavimento y podía sentir algo en mi pecho que me mantenía lejos de la realidad.
Al llegar a casa esperaba regaños y castigos de por vida, quizás, pero en cambio nadie se encontraba ahí, suspiré con cansancio al llegar, mi mente se mantenía en shock, tratando de aclarar mis pensamientos con cosas coherentes, pero esto era tan extraño.
Subí a mi habitación y me recoste en mi cama perfectamente hecha, el techo blanco topó con mi vista, quisiera que mi mente así se mantuviera, en blanco.
Tomé el telefono que se encontraba en la mesa de noche en mis manos, y busqué en los contactos el celular de Destiny, al encontrarlo marqué, y espere a que contestará.
—¿Hola?—Su voz sonó ronca, miré hacia el reloj del despertador y caí en cuenta que aún era muy temprano.
—Destiny—Susurré—¿Te he despertado?
—¡Dios, Harry!—Exclamó—¿Cómo estas?, ¿Estás bien?, ¿Dónde estabas?, tú madre llamo diciendo que no habías llegado, dios, estaba tan preocupada por ti, ¿Qué fue o que paso?—Sonaba preocupada.
—Estoy bien, solo... me quede dormido en casa de Madison, de igual forma me gustaría verte—Las lágrimas picaron en mis ojos.
—Sí—Susurró—También necesito verte—Una sonrisa inconciente se formo en mis labios.
—No creo ir al instituto Destiny.
—Estabien, no te preocupes, iré luego de clases, ¿Está bien?—Cerré mis ojos, no, quería verla ahora.
—Sí, estabien—Susurré.
—Oye... sí quieres puedor pasar a verte un momento, solo quiero que estés bien—Tapé mi boca con mi mano desocupada, escondiendo el sollozo.
—Te esperare después de clases, adiós.
—Harry, yo....—Y colgé.
No quería que ella se preocupara más por mí, ya era suficiente la lástima que las personas me tenían al verme, mi mente estaba llena de tanta mierda que no podía contenerla en mi mente más, la necesitaba sacar para poder aspirar un poco de paz.
La puerta de repente se abrió mostrando la cara de mi madre, se notaba cansada, sus ojos, nariz, y mejillas estaban rojos, su cabello desordenado, y terribles ojeras, al verme se quedó en silencio, mientras me sentaba en la cama, y después de varios segundos se ablanzó contra mí, abrazandomé.
No quería llorar, esto aveces era tan pátetico pero aunque nadie lo creyera toda esta confución dolía, mamá apretaba sus brazos, y lloraba contra mí pecho, pero solo me inmutaba a ver hacía al frente y perderme entre tantos pensamientos, después de que se tranquilizó, se separo un poco de mí, y con sus manos acarició mi rostro.
—Estaba tan preocupada por tí, Harry.
—Pensé que te había ocurrido algo, llamé a la policía pero me dijeron que debía esperar por lo menos setenta y dos horas, creí que iba a morír, llamé a todos tus amigos pero nadie sabía nada de ti—Su voz era débil, y entrecortada al hablar, ¿Amigos?, yo no tengo amigos, no creo que ese tipo de personas exista, solo están ahí para lástimarte, lo más cercano a un amigo que puedo tener es a Destiny y a Louis.
—¿Quieres desayunar?, ¿Quieres descansar?—Asentí, y me recoste en la cama, ella me abrigó con las sabanas, ayudanme a quitarme los tenis, para sentirme más comodo me quite la ropa quedandome solamente en boxer's, cerré los ojos, en un suspiró, y ella besó mi frente, murmurando un "Descansa" para luego marcharse, y yo quedarme profundamente dormido.
[***]
Abrí mis ojos, y bostece, tallé mis parpados con mis puños, y me paré de la cama quedando sentada en está, miré hacia mi alrededor acostubrandome a la luz parpadeando varias veces.
Salí de las sabanas, y me dirijí al baño, para poder tomar una ducha caliente.
[***]
—Llamé a Destiny y a Louis pero me dijerón que no sabían nada de ti, solo que te escapaste después de que el director habló contigo—Mi madre me explicó mientras comía mi desayuno.
—¿Una pelea, Harry?—La miré sin ninguna expresión, mientras masticaba lentamenta.
—¿Porqué?—Su expresión cambio a una molesta, esperaba una sincera explicación pero por que le diría algo, si ella nisiquiera le importaba lo que me pasará.
—No te importa—Murmuré.
—¿¡Qué no me importa!?—Exclamó sarcasticamente con falsa sorpresa.
—Wow, parece que crees que no me ocupo de ti—Reí—¿Qué carajos te causa tanta gracia?, que yo sepa he estado al pendiente de tí, y de Gemma desde que tú padre...
—¿¡De mí!?—Exclamé, arrojando lejos el tenedor estrellandolo contra el suelo.
—¿Cuando te he importado?, ¿Acaso de importe cuando todos se burlaban de mí en la primaria por no tener un papá?
—Eso no dependía de mí hay cosas que no se pueden solucionar—Murmuró cabizbaja, me paré de la silla.
—Que yo sepa una madre hace hasta lo imposible por sus hijos, quizás si tan solo hubieras hablado con los maestros ya no se hubieran burlado de mí, ¡Pero no!, tú solución a todo siempre fue escapar, Gemma sufría, yo sufría, y tú solamente andabas de perra con todos los vecinos—Ella se paró de la silla, estampando su mano contra mi mejilla, giré mi cara.
—¡No te atrevas faltarme al respeto!—Mordí mi lengua fuertemente, y mis ojos los apreté tanto, como mi corazón, provocando que las lágrimas no salieran.
—Quizás papá no se hubiera marchado por tú culpa—Susurré, dandome la vuelta, dispuesto a irme, pero su voz me detuvo.
—Irás a ver un psicologo, el director me ha hablado de tú estado, preparaté porque hoy mismo te llevaré—Apreté fuertemente los puños, para luego ir director a mi habitación.
[***]
Llamarón a la puerta, pero me negué a hablar, seguro era mi madre con una estúpida disculpa, no era la primera vez que me pegaba, y tampoco a Gemma.
—Harry, soy yo, tú madre ma ha echo pasar—Me paré inmediatamente de la cama, corriendo hacia la puerta, tratando de acomodar mis rulos abrí la puerta, encontrandome con una linda sonrisa, unos ojos miel, unas mejillas sonrojadas.
—Hola—Susurré, sonriendo.
—Hola—Me hice aun lado, abriendo más la puerta, dejandola pasar, y cuando lo hizo, la cerré tras mío.
Ella me miraba, y luego de unos segundos se acercó temerosamente a mí, para poder rodearme con sus brazos, yo imité su gestó, cerrando mis ojos, aspirando el rico aroma que desprendía.
—Estaba tan preocupada por ti—Susurró, y pude distinguir que comenzó a llorar.
—Lo lamento—La abracé más a mi, tratando que entre nosotros no quedara ni un pequeño pedazo de separación, adoraba estar cerca de ella, hacía que mí corazon latiera con tanta fuerza pareciendo que en cualquier momento se saldría de mi pecho.
Ella se separó de mi, y pude admirar sus lágrimas, acaricie su mejilla con la palma de mi mano, mientras con la otra mano la tenía aún sujeta de la cintura.
Mordí todo mi labio inferior, hacía que comenzara a temblar, alg en mí se encendía causandome senaciones extrañas en mi estómago, lentamente me acerqué a ella, mientras ella se quedaba estatica, respire en su rostro, cerrando mis ojos, anciando el momento, pero ella beso rápido mi mejillas, alejandose, completamente de mí, causandome un sentimiento de tristeza, decepción, desilusión, y frío.
—¿Qué paso con Madison?—Ví como se sentó en el borde de la cama, me quedé en silencio mirandola, lucía nerviosa, y estaba totalmente roja.
—Pues, fuí a verla, y al llegar la encontré llena de sangre, la ayudé a limpiarse, y luego comenzó a murmurar cosas sin sentido, su madre dice que necesita ir a un centro psiquiatrico—Me cruce de brazos.
—Sí, lose, Louis me lo contó—Hice una mueca.
—¿Hoy lo viste?—Pregunté desivando mi mirada hacia otro punto.
—Sí, nos fuimos juntos, y luego me acompaño a casa, nos juntamos en las clases que nos tocaba juntos, y almorzamos juntos en la cafetería, es muy simpatico, y gracioso.
—Sí...—Susurré.
—¿Por qué te has quedado a dormir con Madison?
—Me lo pidió—Suspiré—me ha dicho que Summer va a visitarla por las noches y le cuenta sobre nosotros, ya sabes Louis, Zayn, Niall y yo... entonces me quedé con ella por curiosidad.
—¿Y qué paso?.
—Sí, alguien la visita, al parecer es una chica, rubia, pero no pude distinguir su rostro porque me quede dormido, y ella desaparció antes de que despertada, así que depronto me desperte por los murmuros, salí por la ventana y corrí por la calle viendo como una extraña silueta subia a un coche, y arrancaba, paso a mi lado, pero solo distingui eso...
Ella guardó silencio.
—No creerás que es Summer, ¿No?
—No, sería imposible, lo más raro es que si fuera ella de todos modos por algún milagro, Summer no sabía manejar, y ahora que lo pienso no era tan alta como aquella silueta—Susurré recordando.
—¿Crees que alguien está haciendo que Madison pierda la cabeza?
—Sí—Asentí, perdido en mis pensamientos—Summer tenía muchas enemigas, rubias, y altas, podría ser cualquiera.
—¿por qué alguien quisiera hacerles daño?—Me encogí de hombros, y la miré.
—Estoy tan asustado, Destiny—Ella se acercó a mí.
—No te preocupes, yo estoy aquí Harry...
No quería asustarla diciendole que aquella extraña persona, quisiera también provocarle algún daño, me importaba poco que algo me pasará a mí, pero Destiny no tenía nada que ver en esto.

Nos encontrabamos recostados en mi cama, mantenía mi vista fija en el techo blanco, mientras Destiny, acariciaba mi mano, mirandome a mí, amaba las extrañas sensaciones que me transmitía el estar así con ella, una especie de corriente traspasaba toda mi espina dorsal estremeciendome, suspirando casi todo el tiempo.
—Te llame un par de veces a tú celular pero no contestaste—Su voz topó contra mis oídos, un bello susurro parecido al terciopelo, con olor a mento, haciendome sonreír inconcientemente.
Me giré a verla, topandomé con esos ojos color miel, en los cuales te podías perder.
—Lo olvide en casa de Madison, lo siento—Mi mano fué director a para en su mejilla, acariciandola, sientiendo como la suave piel se estremecía a mi toque.
—¿Necesitas ir por el?, puedo acompañarte, si quieres—Sus labios se movían, rosados y finos, creo que si alguna vez llegaba a tocarlos, imaginaría estar en el cielo, juagando con las nubes.
—Sí...—Susurré—Mamá me ha dicho que me llevará a ver a un psicologo—Suspiré.
—Entonces vamos—Ella se levantó de mi lado, acomodandose su desordenado cabello, ¿Por qué el estar con ella era tan distinto?, nos podíamos pasar horas y horas en silencio mirando hacia el techo, sintiendo el toque del uno contra el otro, arropandonos con nuestro propio calor corporal y nunca nos sintiríamos incomodos, más bien era casi como tocar el cielo, como si ya nos conocieramos de por vida.
Asentí, y también me levanto arreglado mi cabello, y tomando un suetér del armario, abrí la puerta de la habitación cuando ella estuvo lista, y salimos para luego bajar al living.
—¡Anne!—Mamá apareció por la puerta de la cocina, sabía que cuando teníamos alguna fuerte discución no la llamaba madre.
—¿Sí?—Su voz sonaba como una especie de suplica al perdón pero siempre la ignoraba, sus ojos mostraban verguenza, pero me importaba un reverendo pepino su estado de ánimo al igual que a ella aveces le importaba el mío.
—Iré por algo a la casa de Destiny, ¿A que hora es la cita con el psicologo?—Anne volteó su vista hacia el reloj de pared, y luego murmuró.
—A las ocho—Asentí, para luego tomar rumbo a la puerta, cerrandola con un portazo.
El frío nos abrazaba, revolteando nuestro cabello, Destiny se abrazó a sí misma, mirando hacía el cielo.
—¿Has peleado con tú madre?—Frunció su ceño, con su vista aún en el cielo y murmuró—Creo que lloverá.
Imité su gesto, afirmando el mal clima que se notaba, metí mis manos en los bolsillo de mi suetér.
—¿Por qué lo preguntas?, ¿Se nota mucho?—Ella asintió, apegandose más a mí, supongo que por el frío.
—Sí, tienes la costumbre de llamarle madre, o mamá, y ahora la has llamado por Anne, y has salido sin despedirte—Reí, y luego la miré.
—Eres muy observadora—Murmuré con una sonrisa, Destiny irá mucho más pequeña que yo, por lo que tenía que agachar mi cabeza para poder mirarla, mientras ella tenía que elevar la suya para mirarme a los ojos.
—Bueno—De soslayo pude notar una sonrisa dibujada en sus labios—Creo que lo soy, ¿Por qué te has enojado con ella?—Me encogí de hombros, sin darle importancia.
—Nada importante—Después de varios minutos charlando de cosas triviales, llegamos a la casa de Madison.
Al llegar a la entrada, toque la puerta, y la madre de ella nos recibió con una pequeña sonrisa.
—¿Cómo estás Harry?—Se hizo aún lado, dejandonos pasar, para luego cerrar la puerta tras nosotros, y guiarnos hacía el living.
—Bien, Señora Johnson, ¿Cómo esta Madison?—Ella suspiró, invitandonos con una seña tomar asiento.
—Pues, hoy por la mañana me han hablado del hospital psiquiatrico, creo que ya es hora de que ella entre allá, he hablado con ella pero lo ha tomado demasiado mal que tuvierón que sedarla, entro en una pequeña crisis, creo que lo mejor es que la lleve allá sin que se de cuenta, ellos me han dicho que se harán cargo muy bien, temo mucho Harry, es mi única hija ¿Sabes? siempre he cuidado de ella, pero ahora con todo esto de Summer ha estado muy mal, me quedaré sola si ella se va allá—Su voz se quebró, Destiny tomó mi mano, apegandose aún mas a mí, entrelacé nuestros dedos dandole un poco de seguridad, sabía que ella le temía a todo esto, y se preocupaba mucho por mí.
—Tranquila, Señora—Le dí una sonrisa tímida.
—Quisiera que ella fuera tan fuerte como ustedes, Harry, todos han salido adelante después de la muerta de Summer, y solamente ha sido ella quien se ha puesto muy mal, estoy de acuerdo con el psiquiatra, ella tenía algunos traumas, la muerte de su padre y sus abuelos, se culpa de casi todo, era muy frágil, todo estaba bien la primera semana cuando se enteró de la muerte, pero luego vinieron las cartas, y más cartas, luego días encerrada en su habitación, supe que ando estaba mal cuando la escuché hablar sola en su habitación—Comenzó a llorar—y luego el psiquiatra me dice que necesita rehabilitación, fue demasiado para mí, Harry, no me imaginó una vida sin mi pequeña...
[***]
Giré la perilla de la puerta, abriendola lentamente, sujetando fuertemente la mano de Destiny, su rostro mostaraba temor, preocupación y tristeza, había muchas cosas que no sabía de Madison, que si me ponía a pensar todo encajaba perfectamente, ella era muy débil y quien sea que está ahora jugando con nostros de alguna manera sabe como engañarnos, todo parecía un pequeño juego, ¿Pero cual era el fin?, Madison por lo que su madre me contó era fácil de engañar, y persuadir, Louis era igual de frágil con sus sentimientos, Zayn y Niall parecían fuertes, así que sea quien sea esa persona nos conoce demasiado bien, podría ser cualquiera, había por lo menos un millón de chicas que odiaban a Summer, había un millón de chicas que estaban secretamente enamoradas de Zayn, Niall o Louis, había un millón de chicas que odiaban a Madison, así que cualquier chica podría estar haciendo esto.
—¿Madison?—Dije cuando nos encontrabamos dentró de su habitación, la mirada de Destiny viajaba en todo nuestro alrededor admirando los muchos dibujos extraños y un poco diabolicos que se encontraban en las paredes.
—¿Harry?—Ví como la pequeña chica salió de abajo de su cama, tenía puesta una diferente pijama, manchada de sangre que parecía fresca, y sus cabellos desordenados, un rostro cansado con evidentes ojeras, y rasguños en el.
—Hola, Madison—Susurré—¿Qué hacía ahí?—Su vista bajó hacia mi mano entrelazada con la de Destiny, Destiny, se apegó aún mas a mí.
—Estaba jugando—Susurró distraída—¿Ella es Destiny?—Tragué.
—Eh... sí, ¿A qué juagabas?—Pregunté tratando de atraer su atención para que no pusiera nerviosa a Destiny.
—Jugaba a estar muerta—Río macabramente—Summer me ha hablado de ella—La apuntó—Me ha dicho cosas muy feas...
—¿Sabes donde están mis cosas? he venido por ellas—Dije buscando con la mirada mi mochila, ella apuntó desinteresadamente hacía el baño, aún manteniendo su vista fija en Destiny.
—Ire por ellas—Susurré soltandome de Destiny, alejandome para poder ir al baño en busca de mis cosas.
Abrí la puerta rápidamente y la encontré en una esquina del baño, la tome, y salí rápido de ahí, salí y luego tome la mano de Destiny nuevamente.
—Nos tenemos que ir, Madi, gracias por cuidar mis cosas—Ella sonrió.
—Si, le dire a Summer que ella es tú nueva novia—Mi corazón latió fuerte—Le dire que la quieres mucho...
Una sonrisa apareció en su rostro dandole ese aspecto maligno, que hacía que tus piernas temblarán y tú corazon casi saliera del pecho.
[***]
Al salir de aquella casa, nos encaminamos hacía la casa de Destiny, ella parecía algo distraída, y yo simplemente trataba de ignorar las últimas palabras de Madison, realmente me preocupa esa chica, parecía estar relamente loca.
Pequeñas gotas comenzarón a caer del cielo, Destiny se estremeció a mi lado, soltandome de la mano, nuestras manos permanecieron juntas hasta ahora, coloque la capucha del suetér en mi cabeza, y ella hizo lo mismo con el de ella.
La lluvia comenzó a estar más y luego más fuerte, comenzamos a correr, aunque nos faltaba poco.
Pasamos por una especie de tienda de ropa donde distingui una cabellera rubia, me detuve mirando fijamente a esa chica, su cabello caí en perfectas ondulaciones, rubio, y era alta, exactamente como aquella silueta, a su lado un chico moreno la acompañaba, y entonces lo distingui, Zayn.
—¡Harry!—Giré mi vista, aturdido, Destiny se encontraba a unos metros por delante de mí, hizo una seña con su mano para que me acercará. Dí una última vista a aquella pareja, y distingui el rostro de la chica, era Perrie Edwards, la mejor amiga de Madison.
—¡Harry!—Destiny comenzó a caminar en dirección hacia mí, mientras mis pensamientos comenzaban a volar.
Ví hacia Destiny nuevamente, y comencé a caminar en su dirección, ella paró de caminar, pero yo comencé a correr, hasta estar frente a ella, ella me miraba extrañada, mientras yo la miraba con dulzura, perdiendome en esos ojos miel que tanto me gustaban, era tan hermosa.
—Harry, ¿Qué estab...—Entonces sin pensarlo un poco más, siguiendo los sentimientos que ella hacia florecer en mí, la tome en por la cintura, acercandola, su pecho pego en el mío, y su mirada me mostarba total extrañeza, entonces dejando de lado todos esos pensamientos, dejando de lado Madison, a Zayn, a Niall, a Louis, y a Summer, la besé.
Uní nuestros labios en un suave movimiento, mientras las gotas caían sobre nosotros, dejando de lado a todo el mundo y las posibles miradas que estabamos recibiendo, la besé como si fuera la chica más hermosa en todo el jodido mundo.
Mis piernas temblaban, pero me dí cuenta que no era por el frío, mis ojos estaban cerrados pero no era porque las gotas cayeran en ellos, mi cuerpo se estremecía pero no era por el viento.
Mi corazón latía fuertemente, y mi estómago se revolvía cada sutil roce, y pude darme cuenta que todo me llevaba a una misma respuesta.
Me gustaba Destiny, y todo eso era por amor.