The Punk Muffins Tour.

MILENKA QUE HAS HECHO MUJER
QUÉ. HAS. HECHO.
AMÉ EL CAPITULO DEMASIADO, ¿SABES? ¡¡DEMASIADO!!
Y PASARON TANTAS COSAS
Y EL DRAMA
Y TRISTAN Y ED Y TRISTAN Y KRISTY Y NO.
creo que me va a dar algo

MILEEEEEEEEEEEEE
AQUI VENGO A COMENTARTE COMO LO MERECES
TU CAP que me hizo feliz después de tanta espera

mile escribió:Así que lo hizo, al ser dueño de una tienda de instrumentos le enseñó a Ziggy a tocar el violín, luego el piano y ella quiso más por lo que cuando cumplía los nueve Zamora Koren tocaba a la perfección alrededor de veintiocho instrumentos, estaba en el equipo de atletismo de su escuela, cantaba regularmente y solo sufría de insomnio un par de noches cada dos meses.

Yo creo que lo que Ziggy es, es una chica prodigio por asociación, porque jesús      todos esos instrumentos      puede crear una banda de un solo hombre xd

mile escribió:Ya instalada en la habitación que compartiría con su hermana y Rebekah, se metió al baño para cambiarse a algo más cómodo. Quería despejarse un rato antes de volver a todo el ajetreo. Debía ensayar con Sydra y Svy a las once, intentar que Carter y Ryder hagan algo de calentamiento de voz en lugar de esconderse de ella. “Yo soy la asistente, no tú. Así que relájate, Ziggy. Tienes suerte.” Le había dicho decenas de veces Aleen al percatarse que ella hacía su trabajo. Luego, a la una debía ayudar a las Wild Lilies para su turno en el soundcheck, si es que podía encontrar a Derrie por alguna parte o a Emma y Nova sin resaca.

Tengo el prsentimiento de que Ziggy es una persona que trabaja demasiado y que necesita a alguien que la haga relajarse un poco okno, pero sí, que no lo haga todo porque va a terminar volviéndose loca u.u y me agrada, es una buena chica y no le gusta que se preocupen por ella (que no se si es bueno o malo, supongo que está entre dos).

Me dio risa esa línea de las wild

La situación Ziggy-Theo-Reb-Thomas me dejó intrigada, ¿sabes? porque no tengo la más mínima idea de qué rayos fue lo que ocurrió con ellos  y bueno, yo quiero saber tengo el leve presentimiento de que Andy me llegó a contar qué pasó con Thomas y Reb pero...se me olvidó(?

Ziggy en su actitud de 'si haces que Reb llore de nuevo, olvídate de que vivirás para los 40' me agrada mucho

mile escribió:Por lo menos Brazil ya no le huía, ese definitivamente era un gran avance. Ahora solo necesitaba conseguir una cita con ella, el resto se daría muy fácil luego de que ella se diera cuenta de la increíble suerte que tuvo al salir con alguien como Kenzo Ogden.

JAJAJAJAJAJAJAJA 'por lo menos Brazil ya no le huía'
Kenzo, querido Kenzo, pero qué modesto y humilde eres zezycat:

mile escribió:—Get your shit together, Kenzo. Es la última vez que lo repito. —indicó Reed arrojando las maletas vacías a la cama de Kenzo.
—Muchos envidiarían esta relación de hermanos. Amor fraternal, increíble. —comentó sarcástico.
—Muchos no soportarían vivir contigo.
—Justo en la hermandad. —dramatizó el oji-azul.
—No sé cómo les gustas a las chicas.

AY LOS AMO     'Amor fraternal, increíble' 'Justo en la hermandad' 'No sé como le gustas a las chicas'
KENZO Y REED, brotp, los amo      me dan demasiada risa, pelean por cosas tan idiotas y sus réplicas son cada vez más divertidas xd

—Soy alto, rubio de ojos azules, talentoso e increíblemente atractivo. Como Taylor Swift, sólo que punk rock y hombre.

AJAJAJAJAJAJAJJAJAJJAJAJAJAJA
COMO TAYLOR SWIFT
MORÍ
 

Kenzo detestaba los deportes. Detestaba los deportes y detestaba a la gente que practicaba deportes y detestaba a la gente que los veía y detestaba a las personas que no detestaban a las personas que los veían o los practicaban.

Chico, eres raro, pero no puedo decir que no me gusta el Taylor Swift punk rock hombre

Zamora se echó a reír. —Estoy tratando de averiguar por qué vistes todo de negro siempre.
—Tal vez en realidad soy gótico y oscuro —sonrió mordiendo levemente el aro negro de su labio inferior.— pero solo en determinados días. Ya sabes, como cuando hay luna llena.
—Es ideal para sacrificios.
—Exacto. —ambos rieron, pero rápidamente se convirtió en una risa incómoda.

Presiento algo aquí me gustaría poder decir lo que es con exactitud pero no sé bien solo sé que hay algo ahí, con esos dos, que hablaron de góticos haciendo sacrificos en la luna llena vestidos de negro pero sé que hay algo  

―De hecho ya terminé. ―Delaware miró a Tessa indicándole que le siguiera la corriente. ―o no, no lo sé.
―Ya deja que mi pobre kći se relaje. Se lo merece.
―En esta industria, relajarse te hace perder tiempo valioso. Mi niña no puede permitirse eso.―Hizo comillas en “relajarse”.
―Tranquila, Delly. Está bien. ―Tessa intentaba calmarla.
―Tessa, no hagas caso a lo que este tipo diga.
―¿Y mi kći debe hacer lo que la dictadora ordene? No. No lo creo. Tessa, no tienes por qué obedecerle.
―Ah, pero esto es increíble. Me quitas autoridad frente a la niña. Hablaré con Chelsie sobre esto. ―le advirtió Delaware.
―Sólo digo que ella es joven, tiene que disfrutar.
―Ustedes dos. ―La oji-azul interrumpió apuntándoles. ―Tienen problemas, una fuerte atracción y yo no voy a solucionarlo ―tomó sus cosas que estaban sobre el piano. ―y me niego a ser usada como excusa en sus discusiones. ―se despidió de ambos dándoles un beso en la mejilla. Le susurró a Delaware que no la odiara por eso y los dejó solos.

El Ricky hace su aparición   me encanta  
JO, AQUÍ SÍ HAY ALGO, LA MISMA TESSA DE CALCUTA LO HA DICHO, SEÑORAS Y SEÑORES    
jo, quién lo diría, al Ricky le gusta la dictadura  

estoy disfrutando esto  

―Shelby, sé que te gusta cantar y quiero ayudarte.
―Oh, Tessa. No tienes por qué, de verdad.

No sé qué pensar de estas dos
No me malinterpretes, las adoro. Su amistad-hermandad es tan bella, y Shelby admira tanto a su hermana y Tessa adora tanto a su hermana y las dos se apoyan y se quieren y desean lo mejor para la otra pero las personas a sus alrededores (Amelia   ) estan yéndose por el lado que no es y al final no quiero que terminen peleando o siendo influídas por la bitch de su madre sin darse cuenta    eso sería horrible

Quería hablarlo con Circe, pero extrañamente ella se había distanciado bastante desde el after party en New York. Cuando la veía, si es que lo hacía, siempre estaba con Ed y eso le jodía el día. Ed era un buen chico y lo que quieran, pero Tristan no lo quería cerca de su Cece.

ALERTA CELOS DE TRISTAN EL MOLUSCO
ALERTA CELOS
oh jojojojojo amo esto, amo cuando pasa esto, de verdad que sí  

A penas logró evadir a Rob, que no dejaba salir a ninguno del camerino desde que Kenzo y Adam decidieron darse una vuelta por el estadio en Texas y aparecer cuando Tristan y Blake estaban por salir al escenario como la mitad de Mad Sounds. Rob le advirtió que debía regresar en diez minutos o iría a buscarlo.

AJAJAJAJAJAJAJA ESOS CHICOS ESTAN DEMENTES, AY SANTO              

—En serio no puede ser que no sepas esa historia, es como… es como un requisito para graduarte. —Carter sonaba sorprendido. —Yo la sé.
—Si lo dices de esa forma, me siento estúpido.
—No lo eres. —pensó ella en voz alta. —Quiero decir, ahora la sabes ¿no? —Él asintió. —Los Mercury te han enseñado algo, pero debo preguntar ¿por qué querías saberlo?

Amé como Kristy y Carter terminaban la oración del otro y contaban toda la historia de esa manera los mercury son geniales

No fue hasta ahora que se percató del pálido cuello de Tristan, de lo puntiaguda que era su nuez de Adán, que no se había rasurado en una semana y que sus cejas se tornaban más espesas cerca del centro. Las de Nikola no eran así en absoluto, sus cejas, por alguna extraña razón, tenían la perfecta simetría y espesor. Pero Nikola era otra cosa, a Nikola quería asesinarlo, y es más, ni siquiera debería estar pensando en él en este momento.

Sentí el ambiente de 'awkward moment' desde mi casa, Mile, desde mi casa. Porque estaba todo bien hasta que Kristy preguntó por qué había preguntado y tuvo que decirle lo del cuento que ella era su Isolda y blablá y los cerebros de las mujeres que piensan a 1000000000000 infinito por segundo..bueno, ya Kristy estaba pensando que Tristan siente algo por ella y luego se estaba fijando en que Tristan no es feo y bueno, bueno bueno esa es mi ansiedad hablando de cómo me sentí en toda esa parte

—¿Estás segura que nos querrán ahí? —Katherine sonaba nerviosa.
—Somos las McPhee, deben hacerlo; —en ocasiones, varias de hecho, Eden tenía este aire de confianza que no es muy común en las chicas de su edad. A Kathe le sorprendía el positivismo en la pequeña rubia, tanto como le sorprendía lo ajustado de su top. —además, Zack dijo que estaba bien.
—No, Zack dijo que le daba igual.
—Es lo mismo. Rainbow estará ahí, Marc y Jason también, y por amor a Dios, veremos a Dexter, adoramos a Dexter.

Ya quiero ver como serán las cosas con estas chicas en el tour porque son tan diferentes y tengo el leve (muy grande) presentimiento de que Eden es un imán de problemas y situaciones que ponen a Kathe incómoda
Zack no me cae bien    

—Hermanas de Zack, supongo. —la rasposa voz del chico le erizó la piel.
—Wow, que voz. —dijo Eden. —Te conservaré. Seremos amigos, ya verás.
—Me pagan por cuidar a la gente, no para hacer amigos.
—Hablas, pero no hago caso, Sasha. —decía entregándole sus cosas.
—Solo cuida que no beba ni muestre más de lo que ya ves y te aseguro que te dejarán conservar tu trabajo.

AAJJAJAJAJAJA Sasha buscando ser antisocial y nadie lo deja      

—Es Jayden. —Dijo una voz familiar al lado de las rubias. —Coach de canto o instrumentos, acabo de olvidarlo.
—¡Arabella! —Tan pronto como Katherine lo dice, la pequeña intenta esconderse.
—Katherine, por Dios. Shh. —Susurró —Intento pasar desapercibida.
—¿Qué has hecho ahora? —preguntó la rubia menor.
—Esa no es la forma en la que saludas a una vieja amiga, Eden.
—Ha pasado mucho, Ara. —siguió Katherine.
—Es lindo verlas, las extrañaba. Pero justo ahora no tengo tiempo, y si alguien pregunta, —hizo una seña para que se acercaran, como si fuera a contarles un secreto. —ustedes ni me han visto. —se aclaró la voz. —E imitando al director Dwight: Cubra ese abdomen, señorita McPhee. — dijo antes de desaparecer detrás del botones que pasó por recepción.

Jayden

No sé si estoy muy paranoica por estar sospechando de cada momento que creo que es 'clave' en el cap, Mile, porque ahora creo que Eden no se va a conformar con saber el nombre de Jayden y bueno xd ya quiero ver que pasa

¿Qué habrá echo Arabella?

—Me agradas, y no lo digo porque en todo el tiempo que llevamos hablando no me has visto los senos ni una sola vez. —Peter la miró sorprendido. —Debí advertirte, pero por algo no pasó. Como sea, declaro que eres mi primer amigo aquí así que ahora estaré pegada a ti.
—¿No hay opción?
—En absoluto.
—Me parece bien, entonces.

Peter no es...¿gay? creo que alguien me dijo que era gay u.u lo siento, no recuerdo de quien es...¿es de steph? Mi meoria está fallando  
Eden me agrada

Ni por sus cortas relaciones se preocupaba como lo hacía por sus amigos, así que estaba algo decepcionado. Por otro lado una parte de él se desesperaba para que finalmente Blair y Jason dejaran aquello del estira y afloja y estuvieran juntos porque POR UN DEMONIO QUE ERA FRUSTRANTE VERLOS ASÍ. Casi lo mismo que pasaba con Rainbow y Marc, pero Marc era muy distinto a Jason así que aquello era aún más incierto.

AJAJAJAJAJA LOS CELOS DE DEXTER ME ENCANTAN       porque es tan puto y promiscuo cuando se trata de relaciones y citas y todo eso y luego viene aconvertirse en un  posesivo y celosos y fácil de ofender, como un osito enojado, cuando se trata de sus amigos y lo dejan de lado      es tan tierno    

―Dejé plantada a Adelice por ti, idiota. ―escupió molesto. ―¿Entiendes? Adelice. Dejé a ese ejemplar de mujer por ayudarte.
—No me odies, hermano. —dijo mostrándole su mejor cara de “lo siento”.
―Perra, yo te amo. ―Bromeó Dexter después de unos segundos, golpeando el pecho de Jason. No podía enojarse con él, no en vano era su mejor amigo.
―Igual yo. No homo, pero eres hot as fuck. No homo, pero si fuera chica estaría contigo 24/7.
―No homo. ―dijeron ambos al unísono.
―Entonces qué dices, ¿momento Jexter? —Jason empezó a alistar sus cosas para seguirlo.
―Nah, ahora yo soy quien no tiene tiempo. Llevaré a Mia por un café.
―¿Puedo ir con ustedes?
―No. Jódete.
―Me lo he ganado.

'Ese ejemplar de mujer'      
'No homo' Jódete'    

Amo como se llevan estos chicos, es demasiado hermoso, esta nc está cocida junto con mi corazón

—Gracias, lo digo en serio. —sonrió y él le devolvió el gesto.
—Soy más que un rostro y cuerpo hermoso ¿huh?
—Dexter, tienes una doble moral muy extraña.
—Soy un tipo complejo, qué puedo decirte. —respondió llevándose el cigarro a la boca. —¿Quieres ir por unos cafés? —Mia asintió. Elevó el tono de voz para decir: —Por cierto, Arabella, tú también puedes venir.

Creo que he encontrado a alguien con el ego más grande que el de Marc   pero sí, Dexter tiene una doble moral demasiado rara xd

Arabella stalking since the beginning of times.  

Y creo que adivinaron que los chicos iban siguiéndolos, ¿o no? otros stalkers más para el tour

C’est la vie ¿no? Las cosas pasan por algo. Las emociones son las que te indican que sigues vivo y blah, blah, blah. Sí, bueno, Tristan justo en este instante tenía una mezcla de emociones. Dolor, abatimiento, rabia, decepción, traición… sentía como si la persona en la que más confianza había depositado hubiera tirado todo eso a la mierda (y tanto Circe como Ed hicieron eso). Y claro, el corazón se le oprimía cada vez más. Ni el color rojizo de su cabello se comparaba con el de su rostro. Adam juraría que el rostro de su amigo irradiaba calor. Kenzo escuchaba sus dientes rechinar y Blake, él simplemente se removió nervioso en su asiento.

Ahora sobre el drama
Cuando leí ese párrafo te prometo que tuve que poner la mano en el que seguía para no adelantarme y leer lo que seguía de golpe xd y fue como que QUÉ PASÓ, TRISTAN, A QUIÉN VAN A MATAR, A QUIÉN MATARON, QUEEEE y luego lo de  tanto circe como ed y yo estaba como WHAT THE FUCK CÓMO SABE ÉL ESO        SE HA DESPERTADO TRISTAN EL DEMONIO

y luego lo siguiente

Dos fotos y un video fueron subidos, en una se veía a Rainbow y Freddie besándose en la fiesta de cumpleaños de Marc; en el video, Sydra salía de un armario seguida por Dexter, y en la última foto se podía ver a Circe y Ed besándose en el after party de New York.

y esta soy yo:
                 

—Será mejor que corras, Edmond. —dijo Reed acercándosele y tomando las bolsas. —Vio la foto de Circe y tú besándose.
—¡Voy a matarte! —Gritó Tristan levantándose furioso del sofá.

Ed no tuvo tiempo para correr porque cuando se dio cuenta Tristan lo tenía estampado contra la pared sosteniéndolo del cuello.

—Tri-Tristan. Puedo explicarlo. —pedía Ed intentando zafarse del agarre del chico.
—¡Tristan, tranquilo. Se supone que no debías saberlo! —Blake se acercó rápidamente intentando que el pelirrojo soltara el débil y pálido cuello de Ed.
—¡¿Tú sabías de esto, Blake?! —Tristan soltó a Edmond que se puso a toser en el suelo. El castaño bajó la mirada. —¡Se supone que eras mi amigo!

Y FUE COMO QUE BAM
TRISTAN LO AGARRÓ Y LO IBA A NOQUEAR Y LO IBA A DEJAR CON UN LADO DE CARA MUERTO Y  OMG
EL DRAMA MILENKA
YOU IS A DRAMA QUEEN
AND ME LOVES IT

Y Blake se ha metido en el medio, igual buscando que Tristan lo golpee por ser culpable por asociación

—¡Eres un hijo de puta, Edmond! —Gritaba Arabella golpeando el pecho del peli-negro. —¡Cómo pudiste arruinar el OTP del fandom! ¡Cómo pudiste arruinar mi OTP!
—¿De qué hablas, Arabella? Tú subiste la foto. —Decía Kenzo intentando alejarla de Edmond, ayudado por Reed.
—Por supuesto que no. ¿No leyeron toda la descripción acaso? —Los hermanos Ogden se miraron confundidos.
—Dios santo, ¿alguna vez leen algo completo? —ambos se encogieron de hombros. —Fue Margo, y ambos suéltenme porque no importa lo mucho que te ame, Kenzo. —el rubio ladeó la cabeza. —Estoy dispuesta a pasar sobre ti para matar a ese rompe-otps.

o sea yo creía que ella era un poquito anormal y todo pero... ARABELLA ESTÁ LOCA   Viene así de lo más normal '¡ERES UN ROMPE OTP!' y Ed todo 'no fue algo que hice en mis 5 sentidos, si solo me dejaran expicar'      pobre Ed    nadie lo escucha  

—No entiendes la gravedad de esto.
—Entonces explícame. —Reed se inclinó levemente hacia ella, con las cejas enarcadas y una sonrisa dibujada en su rostro.
—Sé lo que intentas, pero no vas a distraerme. Ni ahora ni nunca.
—Fuerza de voluntad. Me gusta.

Ay no, Ay, no puedo expresarte lo mucho que amo a estos dos, de verdad que no cuando pelean y cuando se dicen estupideces y viene Reed y adjsjdkahka no sé, actúa como Red y es como YA BÉSENSE Y SEAN PAREJA, ARABELLA NO SIGAS LOS PASOS DE MARC QUE NO QUIERE ACEPTAR QUE MAINBOW ES REAL Y ES LO MÁS REAL DE TODO EL TOUR, PORQUE REED Y TU    

necesito descansar  

―Kristy, ¿estás abandonando tu asexualidad? ―Bromeó Carter sentándose al medio empujando Damian y a su melliza.
―Yo no soy asexual. Soy arelacional. —le corrigió.
—No de nuevo. Se supone que debemos conocer gente nueva —insistió Carter.
—Yo no necesito gente nueva.
—Eso demuestra lo mucho que necesitas gente nueva.... —Carter le quitó las palomitas.
—Tengo a Damian —apuntó a su amigo. —e intento hacerme amiga de Hellen. —“Para ayudar a Damian.” Pensó.

Estos dos son un amor necesito ver más de ellos en el tour

—Kristy. —una voz familiar la llamaba, giró encontrándose con Tristan a centímetros de ella. —No me mates. —dijo antes de tomarla por lo hombros y juntar sus labios con los de ella. Con una mano tomó el rostro de la chica y con la otra la sostuvo por la cintura. Kristyana se quedó quieta, le tomó unos segundos seguir el beso. Sentía sus mejillas arder. —¿Quieres salir conmigo? —susurró juntando su frente con la de ella y dando por terminado el beso. Seguía con los ojos cerrados.
—No puedo. No así. —Kristy se alejó, su voz era débil. No quiso mirar ni escuchar a nadie. Salió corriendo pensando en lo vergonzosa que había sido esa escena y lo estúpida que había sido por darle esa respuesta a Tristan.

CUANDO YO CREÍA QUE TODO ESTABA CALMANDO
VIENE ESTO Y PASA
ASÍ DE LA NADA
COMO QUE OH VAMOS A VER UNA PELÍCULA
OMG OMG OMG MLENKA QUÉ FUE ESO
POR QUÉ PASÓ ESO
   

es decir, tengo muchas teorías en mi cabeza y de verdad quiero encontrar una que sea justificable y que no esté relacionada con el despecho y los celos y todo lo malo que sentía Trsitan en ese momento por la cuestión del beso entre Circe y Ed pero es que NO PUEDO

y eso me divide en varias cosas:
1) estoy como que: SE BESARON      LA BESÓ      HUBO CON-TAC-TO    
2) Tristan eres un idiota porque hiciste eso justo después de saber que circe y ed se besaron, puto  
3) KRISTY POR QUÉ TE FUISTE ASÍ CHICA    

eso es todo un desastre  

—Y a ti te gusta, por supuesto.
—¿Estás de broma?
—Sólo digo lo que he visto. —El rubio se encogió de hombros.
—Kenzo, Arabella Allman está fuera de mi lista.
—Bueno, justo por eso Arabella Allman acaba de entrar en la mía.
—¿Qué dices?
—Eso mismo, que la invitaré a salir.
—¿Por qué, en el mundo, alguien haría eso?

Volviendo un poquito a la calma *suspira*, hablemos de Kenzo y Reed ya te dije que los amo, ¿verdad? ¿verdad?
Y KENZO SABE DE LO QUE HABLA es que Reed, no eres tan disimulado como crees ser, cariño
Y preguntándole por qué va a salir con ella no te ayuda, tampoco

—¿Qué ocurre aquí? —preguntó ella. —He imaginado esto decenas de veces, pero algo me dice que no confié.
Kenzó sonrió mordiéndose el aro del labio. —Una salida de amigos. Solo eso… y sé que quieres fastidiar a Reed tanto como yo.
—No sé cómo el hecho de que salgamos fastidie a tu hermano, pero estoy dentro. —intentó forzar una sonrisa. —¿Cuál es el plan?
—Mi plan es hacer cosas que te hagan querer salir conmigo de nuevo. ¿Cuál es tú plan?
—Molestar a Reed.
—Razonable.

Arabella tampoco se ayuda

yo creo que esos dos son como los niños que pelean y pelean y pelean y pelean pero en realidad se gustan tanto que no saben como expresarse de otra forma que no sea molestandose, y además, la relación así es más divertida y quiero ver qué les va a pasar cuando se den cuenta de que se gustan, hehehe

Ninguno de los managers le reclamó, es más, aplaudieron -de cierta forma- su trabajo y el de Margo. “Simple marketing, muy bien.” le escuchó decir a Kelsie. Incluso la señora Kravitz les pidió que estuvieran atentas a Marc y Tessa, si conseguían fotos de ambos besándose, serían recompensadas.

No sé si Margo me cae bien o no okey está haciendo su trabajo, por eso dijo que no sé, y trato de verlo del lado racional pero(? ahora hay una discordia en el equipo Greenless y eso no me gusta

Que no se comparen con Perez Hilton, que odio al tipo u.u

—Estás loca.
Arabella chirrió los dientes. ―Reed, hazme feliz.
―¿Cómo? —preguntó despreocupado.
―No sé, muérete. —Tanto Margo como Jackie, Ives y Nikola rieron.

creo que están en camino a ser de mis top 5 de ships favoritos de TMPT    

—Muy bien, gente. ¿Ideas para el plan “Hagamos que Gus salga con Tessa Kravitz”?—Peter lucía animado.
—¿Puedo preguntar algo? —Dijo Lucy reprimiendo un bostezo. —¿Por qué, idiotas, me llamaron para esto? Son casi las dos de la mañana.
—Porque eres parte del squad ¿que no? —suspiró Peter. Lucy soltó un quejido de cansancio aceptando el hecho de que sí, era amiga de Augustus.
—Elliot y yo hemos hablado —Thomas quiso señalar a su compañero y a él, pero Elliot estaba durmiendo a su lado. —Como sea, quedamos que lo primero es un acercamiento discreto, o sea. Gus va por buen camino.
—Creo que olvidan algo importante, —habló Mia que estaba sentada junto a Lucy, también bostezando. —Gus está comprometido, y me dijeron que Tessa anda con ¿Marc Allman?

Gus y Tessa, me agrada no tiene nada que ver con que pienso que Marc tiene que darse cuenta de que Rainbow es su única y verdadera alma gemela, no, para nada pero sí, en realidad Tessa y Gus me parecen una linda pareja, son tan tiernos y adakdjakdad creo que congeniarian muy bien

Me recordó a mis amigas de la uni, que nos pusimos a hablar sobre una de nosotras que tiene un crush por un chico xd era como 'lo que tienes que hacer es esto, eso y aquello, y listo'

—Rainbow quiere quitarte a Allman. —Tessa no pudo evitar reírse ante el comentario de la pelirroja. —No es gracioso.
—No pretendía ser grosera.
—No importa.
—¿Puedo preguntar por qué vienes a decirme esto, justo a esta hora? —se tallaba los ojos con el dorso de su mano.
—Se me ocurren cosas locas por las noches. —admitió Derrie.
—Entonces, ¿sólo viniste a advertirme?

AJAJAJAJAJA DERRIE YENDO A ADVERTIRLE A TESSA
Todos parecen saber que la chica tiene algo de sentimientos por Freddie
Conflicto de intereses

Calma que desapareció al abrirse las puertas del ascensor y reconocer la espalda del chico que estaba parado a tres metros de ellos. Entonces recordó que se le había ido decirle a Mia que Beckham llegaría.

—Sorpresa, perras. —Beckham se dio la vuelta dramáticamente, adoraba hacer eso, y con su mejor imitación de Emma Roberts en American Horror Story: Coven, continuó —¿Creyeron haber visto lo último de mí?

Bueno la verdad es que no tengo idea alguna de quien es Beckham y no pudo evitar imaginármelo como David Beckham
pero amé como dijo la frase de Emma

Y AMÉ TU CAPÍTULO DEMASIADO, MUJER, EN SERIOOOOO

El ácido quemaba el esófago de Circe. Había vomitado todo lo que tenía en el estómago pero las náuseas no se detenían. Ardientes lágrimas bañaban sus mejillas, tanto de esfuerzo como de dolor, gimoteaba entre arcada y arcada y sus piernas temblaban. Un golpe en la puerta y Vesna habló.
—Dios, Circe. ¿Segura que no quieres que pida ayuda? Parece que estas muriendo.

¿Estar muriendo? Sí, estaba muriendo. Estaba muerta, básicamente. Había despertado y una foto suya había sido subida a la cuenta de Arabella, la hermana de Marc. Besaba a Ed, Ed la besaba a ella. Ambos estaban borrachos y ella apenas sí lo recordaba, pero ese no era el problema.
—Circe, voy a entrar –la castaña no esperó respuesta, se llevó una sorpresa al ver a Circe llorando, era como si fuera otra persona. Rápidamente corrió a abrazarla en la incomodidad del baño, limpió sus lágrimas y barrió su cabello de la cara. No entendía por qué lloraba Circe, pero quería que dejara de hacerlo.
Tan pronto como la foto había sido subida, Circe le rogó a Vesna que la escondiera, así que se la llevó al cuarto de Nikola, porque nadie sospecharía que estaba ahí. A penas llegó, comenzó a tener náuseas al leer los comentarios de la foto y corrió al baño. Llevaba ahí desde entonces.
—Regresé –anunció Nikola, entró al baño y palideció –, demonios, luces terrible, ¿quieres agua? –Circe asintió–, Eh, ¿Ives? ¿Me puedes pasar una botella de agua?
— ¿Trajiste a Ives?
— ¿Qué? Ives es confiable.
—Es una vlogger.
—Ese tono despectivo me ofende, Prim –le sonrió pobremente a Circe–, vamos, pequeña. Descansa en mi cama. –Nikola tiró suavemente de Circe y, con ayuda de Vesna, la llevaron a sentarse al borde de la cama. Ives apareció con la botella de agua.
—Hola, Circe. Soy Ives. Lamento que tu privacidad fuera violada de tal manera.
—Pero Arabella es inocente –señaló Nikola, Ives rodó los ojos–, todo fue culpa de Margo.

A Circe no le importaba. Sus manos temblaron cuando tomó la botella de las manos de Ives, dio un trago largo y suspiró, controlando el llanto. Vesna acariciaba suavemente su espalda, y nadie decía nada.
—Gracias –su voz sonó gruesa y forzada. Carraspeo un poco–, no importa quién lo subió. Está en Internet y estoy siendo humillada a nivel mundial, algo así –se frotó los ojos. En realidad le costaba mucho pensar, porque desde que vio la foto solo pensaba en una cosa: Tristan. Estaría molesto, seguramente. ¿La estaría buscando? No, lo dudaba. Estaría tan cabreado que quizá intentaría matar a Ed. Luego quién sabe. Había una presión en su pecho que le hacia doloroso respirar. ¿Lo había perdido? ¿Había perdido a Tristan? ¿Qué demonios buscaba besando a Ed?–. No hay nada que hacer.
—Perdóname si soy insensible, pero, ¿es para tanto?
—Sí, Ives. Eres muy insensible. –dijo Vesna de golpe.
— ¿Hay alguna foto tuya en internet besándote con alguien?
—No.
—No lo entiendes, entonces. Carajo, Ed y yo no tenemos nada. Estaba ebria y pensé: maldición, Ed es tan lindo. Y me dije que quería besarlo, pero él nunca había besado a nadie, así que quería asegurarme que su primer beso fuera con alguien que de verdad lo quisiera. Porque yo lo quiero, porque es muy dulce, pero –tomó aire y se dio cuenta de lo que iba a decir. Entonces se calló. Una sonrisa cruzó su rostro. ¿Pero qué, Circe? “Pero no es Tristan.” Una risa nerviosa escapó de sus labios–, soy una zorra, ¿no?
—No –unísono.
— ¿Sabes algo? Iremos por algo de comer. ¿Quieres donas? O una hamburguesa... ¡Ya sé! Pizza. A las mujeres les encanta la pizza, ¿no?
—Nikola, eres un desastre. Iré contigo. –se fueron discutiendo sobre comida. Vesna seguía acariciando a Circe.
— ¿Por qué sufres tanto, Circe? Dímelo. No es bueno que te lo guardes, puedes confiar en mi. –¿Podía? Tomó aire.
—Cuando tenía catorce mi amigo me llevó a mi primer concierto, de Fall Out Boy. Nos sabíamos todas las canciones y cantamos como nunca, más tarde, de camino a casa en su auto, se quedó dormido sobre mi regazo. Bajó la guardia por mi, porque confiaba en mi, y se durmió sobre mis piernas. Respiraba dulcemente y yo me quedaba muy quieta porque no quería despertarlo. Su aroma me llegaba desde dónde estaba y mi corazón se aceleró sin parar. Quería abrazarlo, que me abrazara, lo necesitaba. Y fue cuando lo supe. Me había enamorado de mi amigo –sacó su celular, buscó un poco y finalmente le mostró una foto a Vesna. Una Circe más pequeña se abrazaba de la cintura de Tristan, ambos sonreían, Fall Out Boy tocaba al fondo. De pronto, Vesna lo entendió–, las cosas cambian. Pronto tu mejor amigo se vuelve famoso y tú eres su apoyo, sólo eso. Tuve parejas, claro, pero no eran serias, más como por salir con alguien intentando sacarme a Tristan de la cabeza. Era inútil. Tristan siempre me trató como su hermana, y bueno, ahora esto.
—No entiendo. ¿Por qué no le dices? –Circe sonrió con pena.
—No quiero alejarlo. Sé que mis sentimientos no son correspondidos, lo sé. Entonces pensé que, sin importar qué, nada me alejaría de su lado, por eso decidí que lo mejor era no decir nada, sí eso significaba que él confiara en mí, que seguiría bajando su guarda conmigo, que seguiría durmiéndose en mi regazo. Prefiero eso, porque es lo mejor para él, y aunque no sabe mis verdaderos sentimientos, sabe que lo amo mucho, mucho, y soy capaz de decírselo sin esperar que piense que lo digo en serio. Puedo ser su apoyo, y abrazarlo, y siempre estaré para él. Soy más una novia que otra cosa, en realidad. Estoy bien así, es lo mejor. Pero pasan éstas cosas, nunca tuve una relación con alguien a quien conociera, ¿sabes? Siempre tenía que presentarlo, desde cero. Ahora, esto es otro nivel. Él conoce a Ed, es el maldito asistente de su mánager, confía en Ed. Debe estar cabreado, debe estar dolido y todo lo que pienso es que lo jodí. Estaba jodido desde el principio, desde que me enamoré de él, pero esto es el colmo.
—Madre mía... –Circe subió los pies a la cama y abrazó sus rodillas.
—El tour solo me ha hecho sacar estos sentimientos... Tristan es hermoso, ¿sí? Siempre lo supe. Tiene fans que pagarían por estar con él, millones y millones, pero aquí está rodeado de tantas mujeres bonitas. Mil veces más bonitas que yo, y él está interesado en Kristy, y, demonios, es perfecta para él. Los celos me consumían por dentro, porque yo quería ser la Isolda de Tristan, pero era fantasear demasiado. He estado celosa y a veces no lo controlo, él igual, pero es porque soy su otra hermana, realmente no hay diferencia de como trata a Cora. Y esto. Ah. Reaccionará mal, y comenzará a cuestionarse la lealtad de todos. Yo debería volver con Stella, dejar el tour y dejar de preocupar a Tristan.
—Venga ya, Circe. No hay que llegar a tales extremos. No estás pensando con cabeza fría. Tienes hambre, tienes náuseas... –Vesna quedó en blanco por un momento–, ¿No estarás embarazada?
—Vesna, sólo lo besé.
—Lo siento, lo siento –mordisqueó su pulgar–, ¿qué harás?
—Voy a irme muy lejos, internarme en la selva y morir como hermitaña. Después de quince años, encuentra el cuerpo de alguien y cremalo en mi nombre.
—Já. ¿Quién diría que detrás de ese sol destellante habría una persona tan dramática?
—Cállate.
—En fin. Necesito un cigarrillo... ¿te molesta?
—Nah.
—Bien –pero se levantó y abrió la ventana, ahí encendió el cigarrillo. Circe comenzó a sentir cansancio, sus ojos debían estar hinchados, tenía sueño.
—Olvidé decirle a Nikola que soy vegetariana, sí trae hamburguesas, vomitaré el estómago.
—Le enviaré un mensaje de inmediato –deslizó el celular y comenzó a tipear. Eso le recordó su propio celular, lo había apagado. Lo deslizó de su bolsillo trasero y presionó la tecla de bloqueo para que se encendiera. Se preguntó quién le habría escrito. ¿Tristan? ¿Ed? Se mordisqueó la uña del pulgar mientras el celular encendía. Tardaba siglos, dios. Finalmente vio su fondo de pantalla, dibujó el simple patrón (una T) y entonces su teléfono se volvió loco. Comenzó a vibrar mientras las llamadas llegaban rápidamente. Ed, Tristan, Kenzo, ¿Reed? ¿Cuánto tiempo había estado escondiéndose? Tenía casi cien mensajes de whatsapp y veinte llamadas perdidas, como un millón de notificaciones en twitter e instagram. Suspiró. Abrió su whatsapp y saltó a los últimos mensajes de la conversación con 'Molusco'.

"¿Dónde carajo estás? Que no me entere que te has regresado a casa, Circe Westerland."

"Si crees que estoy enojado, no es así. Llámame o escríbeme, por favor."

"Circe, por favor. ¿Dónde estás?"

"¡Circe desearíaquetuvierassegundonombre Westerland!"

"¿En qué puto hueco te estás escondiendo?"

"Llamé a Stella, ¿acaso fuiste a casa sin avisarle?"

"Circe, dime que no te has ido porque, como me llamo Tristan, te iré a buscar."

Apretó el celular entre sus dedos, con lágrimas picando sus ojos, el maldito la conocía demasiado bien. Se deslizó hasta el menú de llamadas y marcó el número de Tristan, se llevó el teléfono a la oreja y se mordió el pulgar. Contestó al segundo tono.
— ¡¿Circe?! ¡¿Dónde estás?!


Pero no pudo contestarle. Entró en pánico, un bulto creció en su garganta y colgó. Apagó el celular, le quitó la batería y se quedó ahí, resollando, con el pecho en llamas.

                                             
Sydra tenía el día libre (qué alegría) y, dado a que Ziggy se hallaba un poco... ¿distante? (¿qué pasa con ella?), había decidido pasar el resto del día con el MontergrimmSquad, sin embargo, todos parecían tener algo mejor qué hacer y ella no quiso molestar a nadie. Por eso estaba yendo de compras sola (¡qué divertido! Inserte el sarcasmo). Era raro, porque siempre iba con Ziggy, no estaba acostumbrada a hacerlo sola.
— ¿Se puede saber a dónde va el Hobbit?
—Hey, Blake –se animó un poco al ver una cara conocida. Le dio un corto abrazo–, sólo iré de compras.
— ¿Tú sola? ¿Y si alguien te roba?
— ¿Quién soy? ¿Woody? Puedo cuidarme sola.
—Deberías llevar, al menos, algún guarda contigo.
—No-o-pe. Estaré bien.
—Dios. A veces olvido que las hadas son tan pequeñas que solo pueden tener un sentimiento a la vez, en tu caso, testarudez.
—Eso no es un sentimiento... Espera, ¿hada? –antes de poder responder, su teléfono sonó. Blake lo miró y suspiró–, tienes que irte.
—Avísame de tu interesante día de compras por whatsapp, ¿podrías?
—Claro –Le regaló una sonrisa. Blake la despeinó y besó su frente antes de perderse. Sydra suspiró intentando suprimir el sofocante sentimiento de soledad que tenía en su pecho. Sola, se sentía muy sola aunque estuviera rodeada de gente que se preocupaba por ella. En la recepción del hotel pidió que le ordenaran un taxi, la joven tras el recibidor asintió y tomó el teléfono.

Sydra estaba conectando sus audífonos al celular cuando sintió un golpecito en su hombro.
—Su taxi llegará en seguida.
—Gracias.

Así fue, pronto (a través de los vidrios de cristal de la recepción) vio el taxi llegando. Se colocó ambos audífonos sin presionar play al reproductor aún y caminó hasta la salida tranquilamente. Los fans de las diferentes bandas (y el tour en general) estaban siendo retenidos por las barricadas y los guardias, cuando salió escuchó parte de la conmoción por ella. Quiso llorar. Se rió nerviosamente y agitó una mano a manera de saludo, cuando iba a tomar la manija del taxi, alguien más lo hizo por ella. Vio una mano tatuada y suspiró.
—Ma'am.
—Gee...
—Blake me dijo.
—Claro que lo hizo. –se introdujo en el taxi seguida de Gerard, le dijo al conductor a dónde se dirigía y él, con un asentimiento, arrancó el auto. Se sentía bien teniendo a Gerard junto a ella, inspiró su perfume. Olía como olería un padre.
—Entonces, ¿cuál es el plan? ¿Ir de compras, luego al salón a hacernos el cabello y las uñas? –el conductor miró de reojo por el retrovisor y Sydra soltó una carcajada.
— ¿No estabas ocupado?
—No realmente. Sólo arreglábamos un par de cosas, hm, hoy salimos a las nueve, ¡rumbo a las vegas, cariño!
—Aún no soy mayor de edad, para mi, los casinos están muy lejos de mi alcance.
—Eso es bueno, significa una green menos que cuidar.
—Si, preocupate por Carter y Ryder.
—Eso hago. O más bien, eso hace Nikki.
—Es la mejor.
—Claro que sí. –el taxista anunció que llegaron, Gerard pagó y le dejó quedarse el cambio y Sydra de colocó los lentes de sol más hipster que tenía–. ¿A dónde primero?
—Hot Topic.
—Pensé que Ziggy no te dejaba comprar ahí.
—Eso es correcto, pero Ziggy no está hoy, ¿no?

Sydra compró bastante ropa, la mayoría era negra y le hacían recordar sus años de 'emo', eso le regaló una sonrisa, Gerard suspiró mientras ella observaba una camiseta del Coachella.
— ¿No tienes una de esas ya?
—Hm. Sí, pero no es eso. Me estaba preguntando si este año podré ir al festival. El año pasado no pude ir.
— ¿En abril? Bueno, cariño. ¿Quién sabe? –Sydra suspiró.
—Algo me dice que tú no.
—Lo siento.
—No te disculpes, Nikki es la encargada de los horarios. Hm. ¿Quieres comer algo?
— ¡McDonalds!
— ¿Cuántos años tienes, Gee?
—Calla y vamos a McDonalds.

¿Cuándo fue la última vez que ella comió en McDonalds? Con Rita y su padre. Su pecho se comprimió dolorosamente. Mordió su cuarto de libra sin ganas.
—Y, ¿como van las cosas? –Sydra parpadeó, tragó lo que tenía en la boca.
—Bueno, van bien.
— ¿En serio?
—Ah, dios. Gee...
—Sólo me preocupo por mi hijastra. Además tú eres la que tiene complejo de Electra, no yo. –Sydra se sonrojó.
—No sé de qué hablas...
—Por favor. Siempre te rodeas a ti misma de hombres.
—Eso no es el complejo de Electra, Gerard.
—Digamos que lo es.
—Pero no lo es.
—Sydra, vamos. ¿Crees que no veo lo vacíos que se ven tus ojos? –Sydra rápidamente mordió de nuevo la hamburguesa y de pronto su celular era muy interesante. Tomó soda y mordió de nuevo, masticaba rápidamente.
—Señorita Victorya, te vas a ahogar.
—Hm... Mphm... Hpm. —Gerard se recostó sobre la silla, cruzándose de brazos.
— ¿Te apetece ir a la librería después? –Sydra asintió–, bien, entonces, iré un momento al baño. –Gerard se fue caminando con su teléfono en la mano, escribía algo. Sydra tomó una servilleta y escupió todo lo que tenía en la boca, dio un trago largo de soda y abrió la cámara de su teléfono. ¿Ojos vacíos, decía? Arregló un poco su cabello, sintió que estaba muy largo. Tal vez podría cambiar un poco de look. Pronto, Gerard estaba regresando. Dio una última mordida a la hamburguesa y se levantó, Gerard hizo un gesto con la cabeza para que se marcharan.
— ¿Qué libro quieres leer, Gerard?
—Ninguno, realmente. Pero la librería siempre me anima un poco y termino comprando un libro de Ernest Hemingway o Charles Bukowski.
—Nunca pensé que un punk como tu leería a Bukowski.
— ¿Tú has leído a Bukowski? –Sydra le sacó la lengua–, eso pensé.

La librería estaba atiborrada de libros juveniles. John Green, Suzanne Collins, Verónica Roth, Sydra no se sentía realmente interesada en ninguno de esos libros, había visto las películas. Caminó un poco más allá y encontró un libro de Hemingway. Por quién suenan las campanas. Aún tenía su empaque, lo observó llena de curiosidad, leyó la sinopsis y se decidió a comprarlo, no era tan largo. Se encontró con Gerard, que estaba en la sesión de manga.
— ¿Cuántos años tienes, Gerard, en serio?
—Es Seraph of the end, no me culpes a mi, culpa al mangaka.
—Eres un adulto muy extraño.
—Claro que lo soy. Hm. ¿Hemingway? Así que te interesó de todas formas.
—Dios, no te llenes de ti mismo.
—Bien, acepta otra recomendación y compra Seraph of the end.
—Aquí dice que es un shōnen.
—Lo es. Pero vamos, niña. No eres del tipo shoujo, ¿o sí? –Sydra rodó los ojos.
—No...
—Entonces está decidido. –le pasó el primer volumen del manga–, ¿vamos a pagar?
—Sabes, creo que prefiero el seinen...
— ¿Y no el josei? ¿Y dices que el raro soy yo?
—Sí. Eres muy raro.

A partir de ahí no había mucho más qué hacer. Si fuera alguien del común estaría aplicando para universidades. Habría elegido alguna carrera relacionada con el dibujo y eso habría desquiciado a su padre, porque creería que "no tendría ningún futuro". Estaría llena de trabajos y sólo saldría con amigos los fines de semana. No conocería a Carter ni a Ryder ni a Nikki ni a Gerard, probablemente ni siquiera tendría más contacto con Svy. ¿Sería feliz? Se dijo a sí misma que no había forma de saberlo. Regresaron al hotel y finalmente vio a Ziggy. Notó algo diferente en su aura, no sabía decir qué, tal vez le ocultaba algo. Iba a decirle que lo escupiera, pero Ziggy vio las bolsas de Hot Topic y arrugó la nariz.
—Sydra Victorya Monterleigh.
—Ziggy.
—Tienes prohibido ir a esa tienda. Ya hemos discutido que la  ropa femenina va mejor con tu delicado y femenino cuerpo.
—No me culpes a mí, culpa a las bandas.
—Al menos dime que no todo es negro. –Sydra sonrió, dejó las bolsas en el suelo y rodeó el cuello de Ziggy con los brazos.
—Te preocupas demasiado, Ziggy. –besó su mejilla, y rozó sus narices en un beso esquimal. Entonces se volvió por las bolsas y dio saltitos hasta el elevador, feliz de lo que había hecho.

Cuando el elevador se abrió, se encontró con una chica que había visto en la banda de apoyo. Era guitarrista, intentó recordar su nombre. La chica subió al ascensor, con una guitarra colgando de su hombro y la mano en el bolsillo de sus vaqueros. Miró las bolsas de Hot Topic y reprimió una risa.
—Soy Sydra.
—Lo sé.
—Oh. Lo siento.
—No importa –dijo sacudiendo la cabeza, su cabello liso se movió de manera hipnotizante–. Soy Blythe.
—Banda de apoyo. Hey, de una compañera música a otra, gran trabajo. Te vi tocar en Good Morning America. –Blythe la miró por primera vez a los ojos. Le sacaba una cabeza completa, tenía un par de ojos verdes. Era muy bonita. Parecía perpleja ante la idea de que alguien la reconociera, de que alguien se fijara en ella en lugar del acto principal. El timbre del ascensor las sorprendió.
—Blythe... ¿Sydra? –Marc enarcó su cejas.
— ¡Hola! –saludó Arabella.
—Hola, yo...
—¿Qué hacen ustedes juntas? –suspiró Blythe.
—Marc...
— ¿Desde cuando te importa...?
—Blythe es mi sobrina. Arabella, no publiques nada en twitter, por dios.
—Eso es...
— ¿Qué está pasando? Agh.
— ¿Preguntas tú? ¡Yo debería preguntar eso! De hecho es lo que estoy preguntando.
—Marc, por favor.
—Como sea, me voy.
—No vas a ningún lado... –Marc sujetó a Sydra del brazo y la tiró de regreso, lo suficientemente suave como para no see maltrato, lo suficientemente brusco como para marearse. Su celular salió de su bolso y se deslizó en el ascensor, cuando las puertas se cerraban.
— ¿Qué demonios? –Sydra dejó caer las bolsas e intentó abrir las puertas del ascensor, en vano–, ¿A qué piso se dirige?
—Al número quince.
—Mierda. –no dudó dos veces en subir corriendo por las escaleras. Faltaban siete pisos, pero podría llegar a tiempo. Sentía sus músculos de gelatina mientras subía escalón tras escalón, forzosamente. Cuando llego al piso quinceavo su respiración estaba fuera de control, su garganta seca y veía bordes negros. El ascensor se estaba cerrado y se dirigía al primer piso. Maldijo en voz baja y comenzó a bajar las escaleras, agradeciendo que fuera más fácil que subirlas. Aún así, bajar quince pisos era exhaustivo. Llegó bañada en sudor, jadeando y al borde de la muerte al primer piso. El ascensor estaba abierto de par en par y no veía su celular por ningún lado. Se apoyó en las rodillas para intentar recuperar el aliento, toda su sangre venía a su cabeza.
—Carajo, Marc –dijo cuando los tres se acercaron a ella–. Vete... Al... Infierno... Marc... –Blythe le tendió las bolsas de Hot Topic a lo que ella las tomó y volvió a subir al ascensor. Su cabeza estaba en negación, ella misma estaba en negación. Cuando llegó al cuarto, se sentó en el borde de la cama preguntándose qué coño había pasado. Había sido errática, impulsiva e inmadura.

Apretó los puños sobre sus rodillas, las lágrimas comenzaron a empañar sus ojos y su corazón latía pesadamente. Ella conocía realmente la razón de éste comportamiento, no podía ser nada más: se estaba perdiendo a sí misma. Cuando eso pasaba... Qué decía, nunca le había pasado. Resolló intentando controlar las lágrimas.
— ¡Sydra! –August entró en su cuarto y la morena barrió agresivamente sus lágrimas.
— ¿Qué pasa, Auggie?
—Es Rita. –hubo un silencio incómodo.
—Ya... ¿hablaste con ella respecto a eso?
—Uh, no. Pero dice que necesita hablar contigo, pero que tu teléfono sonaba apagado. –August le tendió el teléfono celular, el corazón le latía más dolorosamente aún, un vacío latía en su estómago. Tomó el teléfono con el pulso vacilante.
— ¿Rita?
— ¡Sydra Victorya Monterleigh! ¿Por qué coño no contestas tu celular!
—Uhm, lo perdí... –su tono era el de una niña regañada.
— ¿Lo perdiste? Dios... bueno, no es importante ahora. Es sobre papá...
— ¿Qué pasó con papá? –se levantó de la sorpresa, August palideció como ella.
—Él... lo llevamos al hospital hace dos días.
— ¿Qué tiene?
—Se estaba quejando de dolor en el pecho y...
— ¿Qué tiene?
—Los doctores dijeron...
—Rita Alexandra Monterleigh, ¿qué tiene mi padre?
—Le diagnosticaron cáncer de pulmón. –como si la hubieran golpeado, se le cortó la respiración. Se quedó de piedra frente a August y las lágrimas afloraron con el doble de rapidez. Su pulso se volvió loco. Tiró el teléfono al suelo y salió corriendo de la habitación, la vista nublada, resollando, solo corría. Estaba gimoteando, no sabía qué buscaba. Mentira. Buscaba a Gerard, buscaba a Ziggy, buscaba a Nikki. Buscaba a alguien que la protegiera del horror del mundo.

Divisó a Gerard en el vestíbulo con Ziggy, aún, y hablaban con las chicas de Wild Lilies. Varios más del tour estaban ahí. Ella corrió, llorando, a los brazos de Gerard.
—Wow, wow, Sydra, cariño, ¿qué pasa?
—Tengo que irme... tengo... que... irme. Mi papá... Gee... tengo que irme. –sus piernas perdieron fuerza, se aferró de Gerard y siguió llorando durante mucho rato. Escuchó preguntas, sintió manos, sintió una cama suave abrazándola. Se abandonó a la inconsciencia sin darse cuenta, sólo sentía dolor, solo tenía miedo. Finalmente se tranquilizó y se quedó mirando al techo, durante horas y horas. El sueño la mareaba, iba y venía, estaba sola y quería dormir. Sus párpados pesaban cuando su nariz percibió el aroma a fuego, se congeló en el acto, desde aquel día había desarrollado fobia al fuego. Se incorporó lentamente y, con un par de ojos bien abiertos observó las lenguas de fuego asomarse por la parte de abajo de la puerta. Y escuchó las voces gritando su ayuda, pero no podía moverse. Temblaba, lloraba, sus ojos muy fijos en el fuego. La habitación se llenó de humo, respirar era doloroso y los ojos le escocían, ya casi no veía nada. La puerta cedió y vio cuerpos ardiendo, sangrientos acercándose, los reconoció apenas, Gerard, Svytlana, Carter, Ryder, Nikki, Ziggy, Aleen. Chilló y se alejó aterrada, tosiendo el desagradable olor de carne quemada. Pronto todo se volvió negro, se vio a sí misma con la piel sucia y diez años más joven. La miraba duramente.
— ¿Quieres saber por qué no moriste esa vez, Sydra? Porque, en comparación, vivir es mucho más duro. ¿Crees que te salvaste de milagro? Pon más cuidado, Victorya. Los milagros no existen. Pagarás en vida lo que no pudiste pagar con muerte. Dejar morir a tu madre en tu lugar, ¿qué clase de mala hija eres? Pudiste morir como ella y haber sido buena niña, porque, después de todo, ¿no la dejaste ahí para morir?, ¿no la mataste, Sydra?

Se despertó gritando.




Vesna encendió un cigarrillo pero no se lo llevó a los labios. Circe había caído dormida, y Niko e Ives tenían una conversación rara sobre cosas de vloggers, entonces ella bajó a la recepción. Eran las cuatro de la tarde y había poca gente en el vestíbulo, todos estarían empacando cosas porque se irían a Las Vegas. Se sentó en la zona para fumadores y observó su celular. Tenía mensajes de Kristy y Carter, los respondió rápidamente. Ara le habría escrito algo también, era sobre el fin del mundo. Por algún motivo no le sacó la sonrisa que habitualmente le sacaría. La dejó en visto y dejó su celular a un lado, suspirando, aún no probaba el cigarrillo pero lo apagó. En momentos de ansiedad la simple nicotina no era suficiente, su cabeza comenzaba a dar vueltas y ella sentía la necesidad escarbando entre sus venas, buscando los últimos restos de sustancias tóxicas, probablemente no habría nada ahí porque llevaba meses 'limpia'.

Subió los pies al asiento y hundió la cabeza entre sus rodillas, mientras resollaba de impaciencia y con el corazón latiendo pesadamente. No la dejarían, nadie la dejaría, pero lo más molesto de todo es que siempre era la misma terrible conversación con esas personas que no pueden entender que, a veces, estar 'limpio' de drogas tiene menos que ver con la adición y más con la cordura. Se estaba volviendo loca. Y a pesar de ser llamada una 'chica fuerte', no lo era realmente. Era torpe y débil, y joven. Y había tenido una infancia asquerosa y su familia estaba en algún lugar muriendo mientras ella se había salvado. ¿Qué te da el derecho? Ella tampoco lo sabía. Comenzó a regular su respiración. Escuchó su teléfono estallar en mensajes así que lo tomó y vio como Ara reclamaba que no la dejara en visto. Eso le sacó una pequeña sonrisa, se disculpó.

—Ve-es-na –una voz canturreó su nombre.
—Hey, Alex. ¿Qué tal todo?
—Bueno, eso podría preguntarte yo.
— ¿Huh? –Alex le sonrió un poco.
—Estás haciendo ésta cara... como si estuvieras pasando por mucho dolor, ¿sabes? –Vesna sonrió y mordisqueó su labio interior un poco.
—Escuché que tenías una entrevista en la Billboard y la Rolling Stone.
—La Billboard ya fue, la Rolling Stone, bueno, espero a mi mánager para ir a esa. Ahora, dime, ¿Qué tienes?
—Bueno, Circe besó a Ed y Trisrce ya no es tan otp.
—Uhm. Ajá. Sí. –asintió con cada palabra, luego se sentó frente a ella–, ahora dime la verdad.
— ¿Yo? Cómo si acaso te dijera la verdad gratis alguna vez. –sonrió aunque estaba reteniendo la ganas de llorar.
— ¿Por qué no lo harías? Soy honesto contigo.
— ¿Ah, sí? Creo que Aleen estaría en desacuerdo contigo.
—Golpe bajo. –Vesna se rió, para sus oídos sonó falsa, pero seguramente Alex no notaría la diferencia.
—Ara me dijo, así que no vayas coqueteando con mujeres por ahí por deporte, idiota. Eso es lo que hace Dexter.
—Eso es casi sexista.
— ¡Claro que no! –mantener la sonrisa comenzaba a costarle un esfuerzo sobrehumano. Entonces suspiró y rebuscó en su bolsillo la caja de cigarrillos.
—Otra vez.
— ¿Huh?
—Estás haciendo la cara de sufrimiento otra vez. –Alex apoyó los codos en las rodillas y ahí su mentón. Miró a Vesna entre sus pestañas–, sí. Tengo novia. Y a pesar de eso coqueteé contigo. No es un crimen. Pero sí me interesas, Vesna. Y nadie dice que no podemos ser amigos. –Vesna se llevó un cigarrillo a los dientes y enarcó una ceja.
— ¿Amiga de Alex DeLarge? Hm. Me gusta. –lo encendió y caló lentamente.
—Bien, los amigos se dicen cosas entre ellos. Con-fi-an-za.
—Bueno, eso es una cosa. ¿Quién dice que lo que te diré, hipotéticamente hablando, no será mentira?
—Ahí entran dos aspectos. Uno: –levantó un dedo en el aire–, mi parte de la confianza, que sería confiar en ti. Y dos: tu honestidad. Dime, Vesna, ¿eres honesta? –Vesna vaciló un poco.
—Bueno, no siempre.
—Es bueno saberlo.
—No significa que sea mentirosa. –Vesna se sintió sonrojar un poco. Alex enarcó ambas cejas.
—Ah, ¿no? ¿Entonces qué significa?
—Es sólo que a veces... Hm, no digo todo lo que siento.
—Dicen que no hay peor mentira que una verdad a medias.
—Mira quién lo dice. –Alex le sonrió ampliamente.
—Te entiendo, tranquila. A veces la verdad duele. –Vesna se quedó callada un minuto, reflexionando. Entonces caló y escupió humo.
—Cierto. Aunque también duele la mentira. –Alex lucía complacido, como si su punto hubiera quedado cien por ciento confirmado y ahora Vesna no tuviera opción. Suspiró. Podía hacerlo, ser honesta, para variar.

Un terapeuta le había dicho: 'Siempre hay opciones, Vesna. Puedes rendirte o puedes lograrlo. Puedes callarte o puedes gritar. Pero los extremos no son las únicas opciones. Si tienes dudas, ve por el medio. No te rindas pero no lo logres de inmediato. No te calles pero no grites. Siempre hay opciones, Vesna. Es bueno saber qué opciones tienes.'

—Si tanto quieres saber...
—Y quiero saber.
—Es una larga historia –Alex asintió, solemne–. Bueno, tendría quince años cuando me introduje al mundo de las drogas. Mi vida actual era una pesadilla. Era la hija del medio, mi hermana mayor se cortaba y se aislaba y mi hermano menor era autista. Mi padre le pegaba a mi madre, a mi hermano y a veces, si su ira era demasiada, incluso a mi. Quería salir de la realidad y las drogas eran la mejor manera. La manera más efectiva –Vesna apagó el cigarrillo–. LSD, cocaína, anfetaminas, cualquier cosa, ¿sabes? –una pequeña pausa y entonces arrugó la nariz–, bueno. No cualquier cosa, no soporto la marihuana –Alex se rió, eso le dio a Vesna la confianza para continuar–. Kristy, de algún modo, se dio cuenta de que su prima estaba literalmente en el fondo y corrió a ayudarla. Gracias a ella estoy aquí, en realidad. Eso hace dos años.
—Hm. –Alex asintió suavemente. Vesna escudriñó su rostro, buscando cualquier signo de desprecio o lástima en la forma en la que la miraba ahora. No encontró ninguno–. ¿Cuánto llevas limpia?
—Huh. Un año y un poco más.
—Ah. Ya veo. Entonces esa expresión de dolor es porque...
—Sí –se encogió de hombros–, ¿qué te digo? La auto-destrucción es una cosita muy bonita.
—Dimelo a mi.
—Hey, sin derecho a juzgar. –Alex levantó ambas manos a la altura de sus hombros.
—No juzgo, Vesna. Todos pecamos, sin excepción. –Vesna asintió–, ¿no te sientes mejor?
— ¿De que sepas que soy una yonki de mierda?
—No te trates así, con lo hermosa que eres. –Vesna se sonrojó y apartó la mirada. En realidad, se sentía al menos más tranquila. Su respiración regularizada. Se había calmado.
—Ah. Como sea. Nunca pruebes drogas, Alex. Serán tu muerte.
—En serio. –Vesna le sonrió y Alex suspiró, aliviado–. Una sonrisa verdadera, al fin. –Más sangre vino a sus mejillas.
—Alex, dios. Sólo...
—Me alegra saber que fue útil. ¿Vendrás a mí la próxima vez que te sientas ansiosa? –Él lo llamaba "sentirse ansiosa", para Vesna era ser yonki. Vesna asintió y su celular sonó otra vez. Ara, por supuesto. Y, sorpresa, un mensaje de Carter. Alex besó su mejilla antes de irse con su mánager, Vesna le deseó suerte.

"¿Todo bien?"

«Sí –pensó mientras le dirigía una mirada a Alex–, sí. Podría decirse.»


Reed llevaba cuarenta minutos intentando no enloquecer. Era más difícil de lo que sospechaba, en realidad. Así que cuando Ives apareció (el infierno sabrá de dónde), Reed pensó que ya iba siendo el maldito tiempo de que lo hiciera. La adoró desde el momento que la vio. Olvidó qué era lo que había dicho al llegar (algo sobre conocer más sobre la vida de Kenzo), así que comenzó rápidamente un movimiento.

— ¿Serás buen chico y responderás las preguntas para el vlog?
—No lo sé. ¿Sobre Kenzo? Ara lleva molestándome un rato para que le hable más sobre su infancia. ¿Qué te hace diferente?
— ¿Diferente? –Ives, una sonrisa colgate, se acercó más a Reed–, ¿No querrás decir mejor?
«No» pensó. En lugar de eso dijo:—Estamos a punto de saberlo. –alargó una mano y colocó su cabello tras su oreja. Su rostro con forma de corazón, su piel aceitunada y sus ojos oscuros mirándolo. Era hermosa. Bordeó su mentón con la yema del índice y le sonrió una vez más mientras se acercaba, lentamente, a besarla.

Cabe decir que eso fue lo único lento que ocurrió. En un instante Ives estaba sobre Reed y éste acariciaba sin vergüenza alguna la tersa piel de sus muslos, su cintura, su espalda, por sobre la ropa. Con el corazón latiendo rápidamente.
—Entonces... ¿cómo describirías la infancia de Kenzo?
—Joseph Reed Prewett, no respondas esa pregunta. –Ives lo miró sonriendo, sin molestarle la intromisión.
— ¿Te llamas Joseph? –Reed se encogió de hombros.
—Formalidades. –Arabella llevó ambas manos a la cadera y observó, con una ceja alzada, como Ives se acomodaba.
—Me debes esas preguntas. Adiós, Arabella. –la chica rodó los ojos dramáticamente y, cuando escuchó la puerta cerrarse tras de ella, tomó un cojín y se lo lanzó.
— ¿En qué demonios estabas pensando?
—Es un gusto verte a ti también, primor. Aunque, en realidad estaba en la mitad de algo.
—No puedo creer que te vendas por un par de piernas.
—No sé, soy un hombre de palabra. Me parece un trato justo–Arabella gruñó y le lanzó otro cojín. Entonces se sentó lo más lejos que pudo en el sofá.
—Eres desagradable. Vender la integridad de tu hermano... ¿qué tienes con esa cara tonta?
— ¿No me vas a decir que me muera? O la típica de: "¿Sabes qué te caería bien? Un rayo" –Arabella no dijo nada, sólo lo miró, claramente molesta–, Kenzo te dijo de mi primer nombre.
—Dijo que te molestaría.
—Y tú haces de todo para molestarme. Qué linda. –Reed, en realidad, estaba molestándose por el rumbo que estaba tomando la conversación. Se incorporó y se estiró–. Por mucho que ame discutir contigo sobre mí, voy a buscar a Ives... –Arabella abrazó un cojín, a Reed le daba la impresión de que estallaría de ira en cualquier momento. Cuando pasó junto a ella, sintió un tirón. Se congeló y vio a Arabella sujetar su manga sin mirarlo.
—Ives no me gusta. Si no puedo evitar que hables sobre Kenzo, bueno, no tengo que ser yo, pero que al menos no sea con Ives. –Reed se quedó callado, suspiró y por primera vez admitió que se sentía un poco celoso. Sonrió con amargura y soltó el agarre de Arabella, entonces ella lo miró.
—Qué bicho tan insoportable eres, Arabella. Poniendo esa cara de perro triste –golpeó suavemente la frente de Arabella usando su dedo como una especie de gatillo. Arabella se quejó y su mal humor volvió rápidamente.
— ¿A quién llamas bicho, idiota? –estaba frotándose la frente. Reed recordó su charla con Kenzo, como ahora Arabella estaba en su lista. «Bien, no importa.» pensó. Pero sí importaba. Reconocía una derrota cuando la veía.
—Obviamente a la enana que tengo en frente.
—Tch. Idiota.
—Voy a buscar a Rainbow.
— ¿Rainbow? ¿Te llevas bien con Rainbow?
— ¿Llevarme bien? –Reed le sonrió –, ¡Es el amor de mi vida!

Reed no lo decía en serio pero, ahora, ¿últimamente cuándo decía algo en serio? Había hablado con Rainbow, se habían llevado especialmente bien y ahora la iba a visitar a ratos, cuando el aburrimiento vencía. Jugaban un rato con todo el asunto amor-de-mi-vida/esposa(o)/amantes (hasta que Marc en serio se disgustaba) y luego solo charlaban un rato.

Había algo en Reed (cómo, de alguna manera, se metía con algunas féminas importantes para Marc) que hacía que éste lo mirara peor que Arabella. A veces se sentaban juntos y solo lo miraban... Y dios sabía que era idénticos.
— ¿Listos para las vegas?
—Reed, apenas si pasas la mayoría de edad. Compórtate.
— ¡Vamos, Blythe! Eres la mayor aquí y actúas así. ¿No te emociona?
—No, el mundo del azar no me interesa.
—Una lástima, tienes pinta de tener suerte –«No mucha» pensó Blythe encogiéndose de hombros. Rainbow rodeó los hombros de Reed con un brazo.
—No te preocupes, cariño. La pasaremos bien –Marc gruñó.
—Eso seguro –se burló Blythe–, (a.k.a vírgenes)
— ¿A quién llamas virgen mujer? –dijo Reed soltándose del agarre para sentarse junto a ella. Le sonrió y Blythe se cohibió por la cercanía–. Eso pensé.
—Reed, no jodas. Ve a molestar a Arabella.
—Hm, no lo sé. Tú pareces más interesante. –la sangre subió a las mejillas de Blythe.
—Oye, idiota. Eso es acoso sexual. –Reed pasó deliberadamente de Arabella y sacó su teléfono–, ¡Oye!, te estoy hablan... –Arabella se vio a sí misma interrumpida por el sonido de su celular. Lo tomó y le dirigió una mirada mortal a Reed. Blythe vio lo que Reed había escrito y se cubría la boca con una mano.

“Piérdete.” le había escrito, pero era esa reacción, como si fuera demasiado molesto que él se dirigiera a ella de esa manera, que hacia todo mil veces más... ¿adorable?
—Vamos, cariño. No le saques más canas a los Allman. –Rainbow hizo un puchero. Reed se incorporó, y escribió una vez más. Le dirigió una corta mirada a Arabella, quién no cabía de indignación en sí misma, entonces abrió la boca para decir algo pero su teléfono sonó, con una canción de Fall Out Boy (un título demasiado largo para citarlo). Contestó y al escuchar la voz, una sonrisa se formó en su rostro.
—Hey –se abrió paso a la salida y cerró la puerta detrás de él.
—Reed, cariño. Sé que dijiste que no llamara tanto...
—No, no. Está bien, está bien. Te extrañaba un eón.
—Eso dices, pero llamar te es imposible –escuchó su risa a través del teléfono–. ¿Cómo es todo?
—Genial.
— ¿Y tú hermano?, ¿se están llevando bien? –Reed pasó su mano libre por su cabello.
— ¿Cuándo me he llevado mal con ese pedazo de idiota?
—Bueno, mantenlo así. Recuerda lo que te he enseñado.
—En lugar de lastimar a alguien, se tú la persona lastimada. Sí, sí. Lo sé.
— ¡Saluda a Kenzo de mi parte!
—Lo haré. Hey, pórtate bien.
— ¿Quién es el adulto aquí? –más de su risa–, cuídate, Reed. Te amo.
—Sí, yo te amo a ti. Cuidate. –colgó y se quedó mirando el celular un momento, entonces escuchó la respiración de (probablemente) Arabella a través de la puerta. Pensó en abrir y molestarla un poco por ser tan chismosa, pero a medio camino de tocar el pomo se detuvo. Kenzo. «Bien, está bien.»

Se dio media vuelta y caminó hacia el ascensor. Escuchó la puerta abrirse detrás suyo, se giró a tiempo para ver a Arabella. Le sonrió (¿sonreír dolía tanto?) y agitó una mano. Entonces se introdujo en el ascensor y no se giró hasta que las puertas se cerraron.


Cuando Nikola pensaba en Ives, la imagen de una fogata volaba a su cabeza. Nunca habían ido a acampar pero Nikola creía que sería exactamente el tipo de persona con quién iría a acampar. Ahora, observándola dormir, no pensaba diferente. Aunque habían pasado dos años y hubieran perdido contacto. Él nunca le dijo cómo se sentía, sólo la observó enrollarse con un hombre tras otro mientras pensaba que si hablaba, tal vez sólo sería el siguiente. Fue por eso que, cuando ella se fue, no la siguió.
—Hey –susurró Vesna al entrar–, ¿cansadas, huh?
—Ives se quedó hasta tarde viendo películas conmigo. Ahí dónde la ves, es una dormilona. Tardará siglos en despertar.

Ives se había dormido junto a Circe, quien aún dormía. Y ahora el aire parecía estar lleno de feromonas de morfeo. Nikola bostezó. Vesna se estiró y supo que ambos sintiendo el látigo del cansancio sobre sus espaldas. "Un día duro" decía su tía cuando llegaba de la universidad tan exhausto que siquiera comer parecía un esfuerzo sobrehumano, sí, tenía un par de esos últimamente. Más con Ives a su lado.
—Ah, me voy a mi cuarto a dormir un poco antes de irnos. Te invitaría pero...
—Kristy entraría en pánico. –Vesna sonrió.
—No es que no le agrades, Nikola.
—Está bien –sonrisa–, no tengo sueño. Y si me da, dormiré en la cama de Ives.
—Bueno, las dejo a tu cuidado. –Vesna besó la mejilla de Nikola antes de irse. Nikola tomó su celular y comenzó a responder tweets.

"¡@NikoTeens! ¿Escuché que trabajas de nuevo con @Ives_Kane? ¡Kya! Son mi otp favorito."
"@Dun_girl Escuchas bien, @Ives_Kane y yo estamos trabajando juntos de nuevo. ¡Sólo somos amigos!"

Después de responder eso, mensajes comenzaron a llegar rápidamente. Muchos taldos, gente preguntando qué había pasado, gente mencionando a otra gente. Nikola sonrió levemente.

"@NikoTeens @Ives_Kane ¿No estáis saliendo?"
"@Jerseylol Nop, sólo amigos."

Miró a Ives por un momento, tomó una fotografía y pensó en subirla a Twitter, pero se arrepintió. Dejó el teléfono a un lado y suspiró, pensando en Alemania. La universidad, su tía. Seguramente quería seguir estudiando comunicaciones. El partner de youtube le daba para darse lujos, caprichos, no que lo necesitara, porque su tía le daba todo lo que pedía. Pensó en su hermana, la pequeña diva que tanto amaba. Y en Alex. Bueno, no había mucho qué pensar sobre Alex. Se removió en la silla, incómodo. Su hermana estaría por ahí, debía buscarla y pasar tiempo de calidad con ella, pero no quería dejar a Ives y Circe solas. Se dijo a sí mismo que ella podía esperar y sintió un vacío en su estómago. Sí, ¿pero por cuánto más? No era un buen hermano. A decir verdad, sólo era buen youtuber. Nikola Harrison parecía más un personaje que él mismo, era como si aquel en la pantalla no tuviera problemas. Se pasó una mano por el rostro, frustrado. Debería ser más honesto consigo mismo, y con todos en general.

—Luces en una gran batalla interna –se sobresaltó.
—Oh, ¿te desperté, Circe? –la rubia sacudió su cabeza. Su ojos estaban hinchados rojos. Sus labios secos, su cabello parecía una maraña. Se frotó un ojo.
—No, muero de hambre.
—Te trajimos pizza, vegetariana. Claro. –asintió, no parecía esa chica alegre por mucho.
— ¿Tendrás aspirinas? –Nikola asintió y se levantó. Caminó hasta su maleta y rebuscó en los bolsillos hasta dar con un frasco naranja, se lo lanzó a Circe–, gracias.
—Y, ¿cómo estás? –Circe se tomó dos píldoras y las pasó con agua de la botella que Ives le había traído.
—Bueno, siento como si me hubieran anestesiado. ¿Qué hora es?
—Seis, en punto. Pronto nos vamos, así que si quieres descansar.
—Debería ir y hacerme cargo de mis propias cosas. ¿He dormido todo el día?
—Tuviste un colapso, no te culpo.
—Salvo que sí es mi culpa.
—Hm. No creo... –se sentó nuevamente dónde estaba, frente a ella–, besaste a un chico, es normal. Temes que Tristan se enoje contigo, ¿no? Bueno, es humano, lo hará, pero pueden resolverlo. Nadie se queda molesto para siempre.
—Es más complicado que eso. –Nikola enarcó las cejas.
—Me lo figuré cuando te vi vomitando bilis. –Circe rió.
—No mi mejor aspecto.
—Es ¿complicado-complicado? O ¿complicado-muy-complicado?
—No entiendo lo que dices.
— ¿Es cuestión de orgullo o de amor? –Circe se sonrojó. Nikola asintió–, sip. Eso creí. Si lo piensas, no estan diferente, después de todo lo opuesto al amor no es el odio sino la indiferencia.
—No veo cómo son diferentes.
—Bueno, el orgullo es el amor a ti mismo. Al menos yo lo veo así. Algunas personas tienen tanto orgullo que se considera un pecado. Pero el otro... –Circe asintió, pensativa, Nikola entendió que no quería hablar–, bien. Te diré mi dilema. ¿Conoces a Kristy Mercury?
—La prima de Vesna –dijo finalmente, pero eso no fue lo primero que pensó. «Isolda». Su cabeza palpitó de dolor.
—Y obviamente conoces a Ives –Circe le dirigió una mirada–. Bueno, Ives es una mujer bastante promiscua. No te preocupes, ella misma te lo dará a saber eventualmente. Hace dos años yo me habría enamorado de esa promiscua. Y nunca se lo dije.
—Y ahora que vuelves a verla hay sentimientos encontrados.
—Sí. –Circe miró de Nikola a Ives un par de veces.
—No entiendo, ¿qué tiene que ver Kristy Mercury en todo esto?
—Ah, bueno. Ella, ella es lo más cercano que tengo a un crush actualmente.
—Bueno, te tengo malas noticias –se mordió la lengua al ver a Nikola. No, no le diría que Tristan iba tras Kristy–, por lo que veo, tienes algo serio ocurriendo aquí. –gesticuló al aire, refiriéndose a Ives. Nikola asintió.
—Comienzo a creer que debí quedarme en Alemania.
—Eres de Alemania, genial. Yo soy de Australia.
—He escuchado que es linda.
—Sí, bueno. Todo es peligroso en Australia. Digo más peligroso. Medusas, canguro, cangrejos, arañas, serpientes.
—Especialmente las arañas –Nikola se estremeció y Circe se rió.
—Ni que lo digas, una vez encontramos una del tamaño de la palma de mi mano en el baño. Fue muy gracioso porque todos estábamos agazapados del miedo y mi padre finalmente la tomó y la arrojó al inodoro. Amo a los animales, créeme, pero las arañas sólo... Ugh. No sé, son aterradoras. –Nikola se rió, sabiendo que jamás haría tal cosa. No, él estaría en una esquina y arrojaría a su hermana como sacrificio. Probablemente. Ives se removió en la cama y ambos supieron que debían hacer silencio.
—Recuérdame jamás ir a Australia. —Circe asintió.
—Fue linda ésta charla, pero iré a empacar mis cosas. Y a hablar con Tristan, de una buena vez. Gracias, Nikola.

Nikola no sabía por qué le agradecía, pero estaba feliz de tomar el agradecimiento. Cuando Circe se fue comiendo la pizza vegetariana, se quedó mirando a Ives, preguntándose qué sería lo mejor. Sí dejar que sus sentimientos se desarrollaran o volver a Alemania. Se dijo que cualquier decisión, la tomaría mañana. En Las Vegas.


Gerard no había permitido que nadie hablara con Sydra hasta que ella estuviera cien por ciento mejor. Eso significa viajar sólo con él rumbo a Las Vegas. Se había quedado dormida camino al avión, y al parecer Gerard se las había arreglado para adentrarla al avión somnolienta como estaba.

Sydra se levantó y fue al baño. Se miró al espejo e intentó no llorar. De Nueva York a las vegas eran cinco horas de vuelo y ella había dormido dos. No tenía teléfono y estaba demasiado desanimada para hacer nada, igualmente. Ella sabía que tenía que componerse para el iHeartStereo. Lo sabía mejor que nadie.

Tomó asiento y miró al techo, cansada. Era de noche, pero ya no sentía poder dormir más. Pensó en su apellido, Monterleigh. Pensó en su familia.

Cuando pensaba en “Monterleigh” pensaba en ella y Rita. Pensaba en Rita siendo la mayor, la que siempre la cuidó, y en ella siendo la menor, callada, dejándose cuidar. Pensaba en un padre ausente y una secretaria que asistía a sus reuniones familiares. Pensaba en una cama grande y sola, bajo la cual nadie había buscado monstruos. Pero sí pensaba en “Monterleigh”, no podía evitar pensar en Augustus. Entonces ya no sólo eran ella y Rita, también era Auggie, y Thomas y Peter. Por eso, cuando volvió a pensar en su familia, pensó en su padre comprándole un bajo. Pensó en Rita, riéndose al verla caer torpemente. Pensó en una cama más angosta en la casa de August dónde dormía con Thomas, Rita, Peter y August.

Le pareció tonto haberse sentido tan sola. Sydra nunca estaría sola siempre que hubiera familia. Por eso cuando pensó en “Monterleigh”, pensó en Svytlana, y en Carter, en Ziggy, en Ryder, en Aleen, en Gerard, en Nikki, en Thomas, Peter, August y Rita. Suspiró más tranquila y buscó en el bolso de mano que Gerard había empacado. Encontró el libro, lo destapó e inspiró el aroma adictivo de algo nuevo. Entonces empezó a leer, más tranquila.

— ¡Las Vegas, Nevada, nena! –Ives grababa con la cámara frontal del celular–, y aquí vemos a Nikola Harrison molesto porque aún es menor de edad.
—No estoy interesado, en serio.
—Ha, ha. Llorón. –el tiempo de vídeo se acabó y ella lo subió a snapchat. Eran las dos de la mañana, y sólo Ives Kane Starr tenía energía para joder la vida. Incluso su hermano estaba cansado. Ives se separó de Nikola para colgarse de Sydney y casi se caen en el acto.
—No entiendo de dónde sacas tu energía, hermana.
—Ya sabes, ¡Las Vegas!
—Deja de actuar tan virginal, ¿quieres?
—Está bien, está bien. –Sydney abrazó a su hermana y caminaron juntos camino por el equipaje.
—Me preguntaba cómo estás. Pareces muy metida en eso de ser vlogger.
—Bueno, tu hermana está bien. Gracias, pero me preocupo más por ti.
— ¿Por mí?
—Si, ¿no puedo?
— ¿Recuérdame quién es el mayor aquí?
—Oh, vamos, Syd.
— ¡Tenía cuatro años! Cuatro años cuando un bulto de carne y sangre, calvo y sin dientes llegó a mi vida. –Ives le sacó la lengua. Syd besó su frente— Estoy bien, qué crees.
—Hm. Más te vale.

Ah, sí. Los hermanos Starr. Ives no se ha sentido tan conectada a alguien en toda su vida tanto como se siente con Syd. Y no especialmente porque comparten útero o casa desde hace... Siempre. O bueno, sí. Pero realmente el par no desentendía tanto respecto a personalidad. Ambos eran coquetos de nacimiento, ambos eran (un poco) promiscuos, ambos sacaban provecho de todo. ¿Qué puedes esperar de Sydney e Ives Starr? Nunca aburrirte.
—Tengo hambre –anunció tras veinte minutos de ver maletas salir y salir y no ver la suya con un gato estampado en ella–. Iré por algo de comer, ¿te apetece algo, Syd?  
—Un sándwich estará bien.
—En seguida. –Ives caminó fuera de la multitud y se dirigió al primer Subway que vio. Al parecer no fue la única con tal idea. Un chico que había visto un par de veces (y claro que sabía quién era) estaba bloqueándole la entrada. Ives palmeó su hombro y cuando se giró, por un instante, quedó en blanco. Él le sonrió e Ives sintió el nerviosismo bullir en la boca de su estómago, se sonrojó.
— ¿Quieres que te deje pasar?
—Sí. Esa es una buena idea.  –su voz salió un poco aguda. Se aclaró la garganta–. Digo, sí. Sí, por favor.
—Bien –se apartó a un lado y le sonrió–, adelante.
—Ian, ¿cierto?, Hepburn –el chico sonrió más ampliamente.
—Vaya, me siento en desventaja. Tengo qué preguntar tu nombre.–dijo cruzándose de brazos, se marcaron sus bíceps. Ives se recordó cómo respirar.
—I-Ives. –se pasó un cabello detrás de la oreja–. Ives Starr. –«¿En serio, Ives?, ¿En serio?»
— ¿Te parece si te invito un sándwich, Ives? –su nombre sonó suave en su voz. Se estremeció y asintió.
—Igualmente tengo qué comprarle uno a mi hermano. –se giró a ver a su hermano quien la observaba con una ceja alzada–. O no.
—Ian, ¿de qué querías el...? –una pelirroja se detuvo a examinar a Ives. De pies a cabeza, una mirada de disgusto. Ives quiso desaparecer. —Olvídalo, Luce. Ordenaré yo mismo. —la chica abrió la boca para argumentar pero Ian besó su frente. Ives se sintió muy incómoda ante la escena. 'Luce' dio media vuelta y se fue no sin antes dirigirle una mirada desagradable a Ives.
—Wow.
—Es mi hermana, Lucy. Es un amor... A veces.
—Amor o no, tiene un serio complejo de hermana.
— ¿Complejo de hermana?
—Es cuando son muy celosos con sus hermanos. A menudo menores, pero algo me dice que los roles se invierten aquí.
—Oh –Ian abrió la puerta para que Ives entrara– ¿El tuyo no? –Ives le dirigió una mirada a Sydney. Entonces negó con la cabeza y entró.
—Syd (mi hermano) y yo no tenemos ese tipo de relación. Nos amamos, y eso. Él no me cela, más bien le da igual con quién esté. Sólo se asegura que no aparezca muerta.
—Una labor muy noble. –se encogió de hombros mientras se sentaba en una de las mesas.
—Somos familia.
— ¿Qué vas a ordenar?
—Con atún, mostaza, queso chesier, pan integral, lechuga, cebollas, y una Coca Cola.
— ¿Vienes mucho a Subway?
—Subway es mi vida. –Ian asintió y se fue a ordenar. Ives le tomó una foto y la subió a snapchat. Se dijo a sí misma que Ian sería el siguiente, claro, sí lograba dejar de sentirse virginal cuando estaba junto a él. El chico tardó quince minutos y durante ese tiempo su hermano le envió un mensaje de texto diciendo que él llevaría su equipaje. También añadió algo sobre no babear tanto, rodó los ojos dramáticamente y envió una hilera de emojis indignados. Entonces Ian le pasó el sándwich en un plato y ella bloqueó su celular.
— ¿Qué tal el tour hasta ahora?
—Genial. Llanto, drama, hotties, justo como lo imaginé. –Ian enarcó una ceja. Ives mordió su sándwich, cubrió su boca para hablar–, ¿qué tal para ti?
—Es como un paseo familiar. Mía, Lucy, Dexter, Beckham, yo. Sólo añade a nuestros padre y es como acción de gracias o navidad. –Ives se rió un poco. Tragó y tomó Coca Cola.
—Genial tener una familia tan grande. Y... variada.
— ¿Qué?
—Digo que sus padres tienen genes interesantes. Tú, Lucy y Dexter. No se parecen en nada, casi podría decir que son hijos de otros padres. –se llevó el borde del vaso frío (lleno de gotitas de condensación) a los labios. Ian sonrió y tragó.
—Eso es porque soy adoptado. –Ives jadeó y gas amenazó con entrar a su conducto respiratorio causado que comenzara a toser. Miró a Ian con ojos llorosos–. Bueno, no tan así. Soy hijo de mi padre, pero no de la madre de Dexter y Lucy. Mi madre murió cuando yo tenía cuatro y los Hepburn me adoptaron.
—Dios –su voz sonaba ronca–, fui imprudente. Muy imprudente. Lo siento mucho.
—Está bien, le he dicho a Dexter que lo haga público pero nunca es el 'momento indicado'. Quizá tú podrías ayudarnos. –Ives asintió, muy consciente de que estaba sonrojada.
—Uhm, ¿Lucy?
—No, ella sí es hermana de Dexter. Medio hermana mía, ¿por qué no se parecen? –Ian sacudió la cabeza–. Hey, ahora que lo pienso, Ives se escribe con 'I' latina, ¿no?
—Ajá.
—Somos las únicas dos personas de todo el tour cuyos nombres empiezan por 'I' latina. –Ives sonrió ampliamente.
—Yo digo que brindemos por eso. –chocaron sus vasos de Coca Cola.
— ¿Qué harás después?
—Dormir. –Ives miró a Ian–. O tal vez no. –mientras sus ojos se conectaban, ambos contenían la sonrisa. «Sí –pensó Ives–, definitivamente no dormiré.»

Vesna se sentía mejor a la mañana siguiente y se fue dando saltitos al cuarto de Tessa. Cuando entró, se lanzó sobre la cama de la chica (¿seguía durmiendo en serio?) y ésta se quejó somnolienta. Vesna se colocó junto a ella, quién entornó los ojos para ver quién era.
—Prim –su voz era ronca.
—Buenos días, princesa. –la chica metió la mano bajo su celular y miró la hora.
—Son las siete am, dejame dormir.
—Argh. Vine a darte amor y me recibes así.
—Primrose, largo. –Vesna rodó los ojos y besó la frente de su amiga, diciéndose a sí misma que luego la molestaría.
—Descansa, entonces. Nos vemos más tarde. –se fue haciendo tan poco ruido como le fue posible. Bajó a la recepción y fue directo al comedor, moría de hambre. Vio a Circe, mirando su teléfono, comiendo sola.
—Hey, Prim –le regaló un sonrisa destellante.
—Hola. –se sentó frente a ella–. ¿Cómo estás?
—Superando mi pequeña crisis  de ayer, sí.
—Oh, ¿ya hablast...? –Circe negó con la cabeza.
—Ya hablaré con él –agitó una mano restándole importancia–. No te agradecí por todo lo que hiciste por mi ayer.
—No hay necesidad, ¿para qué son las amigas? –Circe asintió.
—Bueno, no importa. O bueno, sí. Importa mucho. ¡Pero el pasado es pasado y hoy es un día hermoso! ¿Viste la piscina del hotel? ¡Tenemos que ir más tarde! Debido a que soy menor el 90% de la “diversión” está fuera de mi alcance, PERO, se que podemos divertirnos mucho. Bueno, si quieres. Sé que eres mayor de edad y todo el asunto.
—Nah, pasar contigo el día debe ser mejor. –Además, en la ciudad del pecado se encontraría a sí misma, no buscando la droga, sino siendo literalmente arrastrada a ella. Con Circe cerca, eso no pasaría. La rubia había comenzado a hablar sin parar, otra vez, como hacia antes. Vesna se quedó muy callada y asentía eventualmente, para formar parte de la conversación. Un mesero le trajo un plato de pancakes y los comió tranquilamente mientras Circe no se callaba. No le molestaba en lo absoluto, prefería eso a verla llorando. Cuando terminó varias personas se estaban reuniendo para desayunar, Circe comía tranquila y ésta vez Vesna hablaba sobre una anécdota con Carter. En un momento Circe se quedó mirando un punto más alejado, justo detrás de ella. Vesna se giró y vio al chico con cabello tinturado viniendo con Kenzo y Reed. Cuando miró a Circe, hubo un ambiente tenso y se hizo un poco el silencio entre aquellos que lo notaron.
— ¿Quieres que me quede o...? –pero Circe ya se estaba levantando. Y cuando lo hizo, sí hubo silencio. Algunos cubiertos sonaron pero eventualmente todos estaban más enfocados en el suceso. Vesna divisó a Ives y Nikola grabando lo que pasaba mientras murmuraban entre ellos. Vesna negó, y también se levantó. Tomó a Circe del brazo y caminaron juntas. Al pasar junto a Tristan, éste iba a hablar pero Vesna interrumpió.
—No te atrevas a gritarle. Vayan a algún lugar privado a arreglar sus problemas, y cómo la trates mal, ya verás. Ahora, vayan, vayan, vayan. –Circe y Tristan se fueron, extrañados, y la habitación estalló en ruido. — ¿Amiga de Circe? –Vesna vio a un chico sonriéndole –, soy Reed.
—Tú le coqueteas a todo lo que se mueva, dios.
—El molesto junto a mi y no tan atractivo es Kenzo.
—Mad Sounds, lo sé. Son geniales, chicos.
—Gracias, noso... –Reed lo interrumpió.
—Creo que Arabella está por allá y yo, de pronto, no tengo más hambre. Ve a comer solo, hermanito –Kenzo rodó los ojos y se despidió, agitando la mano.
—Soy Vesna, por cierto.
—Un placer.
—Hey, ¿Vesna? ¿No significa primavera?
—Sip.
—Hm, okay. Little Spring, ¿qué tal si me das tu número? –Vesna rodó los ojos.
—Gánatelo, Reed.

×××

Cuando Ian encontró a Lucy, ella estaba en serio molesta, sin embargo le tomó cerca de cinco minutos contentarla. Todo empezó con 'tu amiguita'.
—Lucinda.
—No, no, nada de ‘Lucinda’. 1) Se nota que te la restregaste entera. 2) Se supone que éste era un viaje familiar. 3) Dexter, apoyame.
— ¿Apoyarte? Más bien quiero que se callen. Los dos. Ugh –el pelinegro se frotó los ojos–, malditos aviones, malditos vuelos. ¿Para qué coño fuimos a Nueva York si tendríamos que viajar al otro puto lado del país de todas formas?
— ¿Vienes con lo de ‘viaje familiar’ en serio?, ¿por qué no hablamos de tu noviecito?
—Lo siento, Luce, pero Ian tiene un punto. –comentó Dexter.
— ¿No tenías dolor de cabeza?
—Sí. Y como no me los aguanto a los dos, me voy al cuarto de Marc.
—Ives tenía razón, sí tienes complejo de hermana.
—Ahí está esa zorrita otra vez.
—Luce.
—En serio, ¿por qué tienes que mencionarla?
—Lucy.
—No necesito saber qué piensa esa zorra sobre mí, yo...
— ¡Lucy! –Ian se sentó junto a ella y le sujetó los hombros. Lucy se sonrojó–, es gracioso que siempre pase esto. Cuando te enojas solo hablas y hablas y hablas. Es casi imposible callarte. –Ian sonrió.
—Maldición, no sonrías así. –dijo apartando el rostro.
— ¿Por qué no? –buscó la mirada de Lucy, sin dejar de sonreír.
—Cuando sonríes así, olvido que eres un cabeza-hueca.  –debió hacer una expresión dolorosa porque Lucy frunció el ceño y ahuecó su rostro en su pequeña mano. Estaba caliente. Ian tragó saliva cuando sus ojos se conectaron. Ah, sí. Era hermosa. Siempre había sido Lucy, ¿no? Sacudió esos pensamientos, sabiendo lo que ya sabía. "Es horrible, es asqueroso, es una abominación." Ahora él apartó la mirada y soltó el agarre.
—Eh, ¿quieres dar una vuelta? Sin Ives, sin noviecitos.
—No recuerdas su nombre.
—Está lejos de interesarme hacerlo, Lucinda –su voz, suave y baja, sonó extraña para él. Impulsiva. Se levantó, poniendo distancia segura entre su hermana y él.
—Hm, ¿estás bien, Ian?
—Cansado –sonrió penosamente –, no he dormido mucho, sabes. –Lucy rodó los ojos.
—Dúchate, ¿quieres? Yo espero aquí. –sacó su celular y eso fue todo. Ian asintió y caminó al baño. Sin ropa y listo para bañarse, el agua fría, punzando en su espalda como un millón de agujas, le hizo bastante bien. Quería congelar el latido acelerado de su corazón. Las partes dónde había hecho contacto con Lucy ardían. Respiraba suavemente, sintiendo el vacío del pecho haciendo eco el pulso de su sangre. Era doloroso, era más doloroso guardarlo. Inspiró fuerte, una, dos, tres veces. Pensó en Ives, los besos de Ives, las largas y delgadas piernas de Ives, la piel tersa de Ives. Maldijo en voz alta y golpeó la pared. Él sabía que las cosas con Ives no seguían (simplemente no), que todo había sido cosa del momento. Pero la estaba usando para respaldarse de los sentimientos (horribles sentimientos) que bullían en su pecho. Necesitaba otra distracción, necesitaba más distracciones. Podía besarlas a todas, tocarlas a todas, estar con todas, siempre y cuando no sea Lucy. Lucy era la manzana de la discordia y él no daría la mordida.
—Maldición, Ian. Si sigues ahí, te enfermarás. – ¿Cuánto tiempo había estado duchándose? Cerró la llave.
—Lo siento, salgo de inmediato.

Se vistió rápido y pronto estaba saliendo con Lucinda por el vestíbulo. Mantuvo su distancia respetuosa y le sonrió a todos. Lucy reclamó tener algo qué hacer y dijo que no tardaría. Ian esperó, justo dónde estaba, a su hermana.

Entonces una chica bajita (mucho) pasó, murmurando a un teléfono. Su cabello castaño saltaba eventualmente y su piel más oscura iba perfecta con sus ojos oliva.
—Maldito Hepburn.
— ¿Disculpa? –la chica se detuvo  elevó la cabeza. Se sonrojó.
—Oh, lo siento. Es sólo que... Nada. Uhm, ¿Soy Sydra? Sydra Monterleigh. –extendió una mano (pequeña a él), Ian le sonrió. Y estrechó su mano.
—Ian. Ian Hepburn –la pequeña se sonrojó más. A Ian le pareció encantador, se rió echando la cabeza para atrás.
—Dios, qué vergüenza.
—No, no te preocupes. Qué vergüenza yo, mejor. Me disculpo por cualquier idiotez que te esté diciendo mi hermano.
—Oh, Dexter está... No, no. Bueno, yo...
—Estás nerviosa. –Sydra finalmente soltó aire. Asintió
—Normalmente no soy así, pero cosas están pasando y... Me pongo nerviosa.
—Hm. Cosas. Eso es un marcador de posición.
—Perdona, ¿qué?
—Palabras que usamos para evitar decir algo específico. ‘Cosas’, un gran marcador de posición.
—Huh.
—Entonces, Syd. ¿Qué estás evitando decirme?
—Yo...
—Está bien, puedes decirme. No juzgo.
— ¿Cómo estaré segura?
—Yo no miento.
—Claro.
—Es en serio, Syd.
—Todos mienten.
— ¿Incluso tú?
—Claro que miento.
—Interesante. –Sydra se sonrojó–. Bueno, yo no.
—Entonces sí preguntara algo...
—Sería honesto al respecto –Sydra se quedó analizando lo que dijo un momento, sin creerlo–. ¿Quieres probar?
—No, está bien. Te creo.
—Entonces, dime. –Sydra mordisqueó un poco su uña. Tomó aire y, en contra de todo lo que le decía que no, lo dijo en voz alta.
—Mi padre tiene cáncer.
—Wow. Tú, chica, necesitas un abrazo. –sin decir nada, la rodeó con sus brazos. Sydra sintió su perfume, y su corazón palpitando (él ta alto, ella tan enana), y casi rompe en llanto nuevamente. Ian separó el abrazó y miró a Sydra, sujetan sus hombros, directo a los ojos–. No te puedo decir que todo va a estar bien, porque no lo sé. Lo que sigue será duro y debes ser fuerte, ¿está bien? Puedes contar conmigo para lo que sea. Mi madre murió cuando tenía cuatro años, y no estoy diciendo que tu padre vaya a morir pero en estos casos debemos esperar lo peor. Sin importar qué, debes seguir adelante. Y hacerlo orgulloso lo que puedas. –ahora Sydra sí quería llorar.
—Juro por dios que no lo puedo dejar solo un segundo porque saca una chica de dónde no la hay y ya está coqueteando.
—Uhm, ¿Sydra?
—Oh, Dexter. No me dijiste que tenías un hermano. –Lucy y Dexter estaban observando al par. Ian soltó a Sydra.
—Y una hermana.
—Es un gusto.
—Ah, ¿pensé que ibas a preparar todo para la entrevista de iHeartRadio?
—Mierda –Sydra palideció –, Ziggy me va a matar. –no de despidió de nadie, segura de que los vería de nuevo, y salió corriendo camino al vestíbulo. Dexter tenía una extraña mirada.
—No sé cómo suene esto pero... No ella, Ian. No ella. –Ian asintió. Se dirigió a Lucy.
—Ya escuchaste a Dexter, la dejaré en paz. ¿Nos vamos? –Lucy asintió. Besó la mejilla de Dexter y se adelantó, Ian le regaló una sonrisa a Dexter–, pero sí ella me busca entonces no puedo hacer nada. –Dexter enarcó una ceja. Ian se giró y caminó detrás de Lucy, con una sonrisa en la cara.


El día anterior, cuando Circe apareció en la habitación de Tristan y suya, Reed y Kenzo (no sabía qué hacían ahí) la secuestraron. Kenzo dijo que era mejor esperar un poco más, pero que no se preocupara por Tristan. “No te odia”, había dicho. Circe asintió, sabiendo que eso no importaba. “Lo opuesto al amor no es el odio –recordó le dijo Nikola–, sino la indiferencia.”

Reed dijo que ya habían empacado sus cosas (Aleen lo había hecho), y la misma había accedido a cambiar tiquetes de avión con ella. Circe asintió y asintió y luego le dijeron que esperara a que el vuelo saliera. Viajaría con Greenless, pero lo más probable era que no la notaran. Así que cuando se acercó al grupo y fue lo primero que pasó, supo que sería un viaje largo. Pensó en lo que Nikola había dicho. En todo caso, la indiferente era ella, ¿no?

Entonces ahí estaba, en el ascensor con Tristan, ni siquiera habían oprimido un botón, solo estaban ahí. Deseaba poder leer su mente, como hacia antes, cuando eran pequeños. Supuso que había perdido el don hace mucho. El aire se llenó de melancolía, y Circe podía escucharle respirar. Se arriesgo a tocar su brazo, entonces Tristan la miró fijamente. No era una mirada de odio, casi estaba aliviado. Había dolor en sus ojos, a Circe se le partió el alma. Iba a decir algo cuando Tristan se lanzó sobre ella. Se aferró con fuerza a su cintura (ella era pequeña a comparación) y se dejó caer en sus rodillas, apoyando la cabeza sobre su vientre. Circe no se podía mover pero aunque pudiera, no lo haría.

Él estaba molesto, lo sabía porque no le hablaba, pero el otro lado, el chico que la había llevado al concierto de Fall Out Boy y se había dormido en su regazo, había estado aterrado de que ella lo dejara. Circe acarició el cabello de Tristan. Presionó varios botones al azar en el ascensor (forzosamente) y aprovechó para hablar.
—No tienes qué decir nada. Lamento ‘desaparecer’, molusco. No lo haré de nuevo, no te dejaré, ¿me oyes? Es una promesa. Es sólo que pensé que estarías muy molesto por todo el ruido que había y, no sé, entré en pánico. Lo siento. –finalmente Tristan levantó la cabeza.
— ¿Entraste en pánico?
—Sip, ¿por qué?
—Bueno, es que para mi eso no es entrar en pánico –Tristan sd levantó pero no dejó de abrazar a la blonda–, para mi entrar en pánico es golpear a alguien.
—Lo sé, lo sé –Circe se colgó de su cuello–, y vas a tener que disculparte con Ed.
— ¿Disculparme con...? ¿Qué demonios, Circe? ¿Cómo sabes que lo golpeé, de cualquier manera?
—Soy tu mejor amiga, idiota. Te conozco como la palma de mi mano. –Tristan alargó una mano y tomó la de ella, con la palma mirando arriba. Se la llevó a los labios y Circe se sonrojó.
—Estás temblando.
—Hace frío.
—No, estamos en Las Vegas. Nevada. No hace frío. –le corrió el cabello del rostro–, estuviste llorando.
—Bueno, fui expuesta a nivel mundial, claro que estuve llorando. –Circe se calló al ver su expresión tan dolorosa.
— ¿Te importa tanto que...?– Circe cubrió su boca.
—Ed es sólo un amigo. Estaba ebria, eso es todo. No actúes como si cuando estoy ebria no soy una idiota. –Tristan asintió solemnemente–. ¿Hago bien en creer que me perdonas?
— ¿Por desaparecer o por beber cuando eres aún menor de edad? –hizo especial hincapié en lo último. Circe rodó los ojos–. Claro que sí, sardina. Sólo no me vuelvas a dar ataques al corazón.
—Lo tendré en cuenta.

El ascensor finalmente se abrió en uno de los últimos pisos. Marcaron el piso indicado y finalmente todos bajaron. Circe le rogó que le acompañara a la piscina, Tristan murmuró que tenía un poco de tiempo libre (desde que era aún temprano) y eso fue todo, estaba decidido. Tristan tomó la mano de Circe y la rubia sintió su corazón caer al suelo.

«En otra vida –pensó–, en otra vida sería tu Isolda.»

—En todo caso, ¿qué hiciste durante este tiempo?
—Oh, bueno. Buscarte como loco y pelear con muchos, y oh, ya se quiénes son Tristan e Isolda. Seguro tienes ideas raras.
—Te tomó mas tiempo del que creí darte cuenta.
—De todas maneras, creo firmemente que lo he arruinado con Kristy. –Circe lo miró por un instante. Quería preguntar ‘por qué lo dices’ pero tuvo un presentimiento de que la respuesta sería amarga. Trago saliva. En su lugar sacudió una mano.
—Sé que lo puedes solucionar. En cualquier caso, el mar está lleno de peces. Já. Estamos llenos de metáforas marinas.
—Cierto. ¿Por qué me dices Molusco, por cierto?
—Hm, no lo sé. ‘Tristan’ me parece un nombre muy marino.
—En serio, tienes cada idea.
— ¡Ajoy!

Cuando cruzaron la esquina, lo que Circe literalm vio primero fue a Ed. Tristan apretó la mano de la blonda, y cuando Circ giró vio la rabia. Ella devolvió el apretón.
— ¿Te parece sí...?
—No.
—Molusco, no eres el único que no me ha visto en un día. Tengo que hablar con él.
—Circe...
—No tardaré, lo juro. –se inclinó y beso su mejilla, entonces intentó soltar su mano, Tristan se mostró reacio. Circe suspiró y soltó su agarre difícilmente. Sintió su corazón romperse mientras caminaba hacia Ed. Él la saludó a medio camino, y lo que Circe hizo primero fue colgarse de su cuello.
—Hey, pero si es la perdida.
—Eddie, lo siento mucho. Por todo. –Circe cubrió su rostro.
—No, está bien, está bien –Ed tomó sus manos–, no sabía si recordabas.
—No. Pero cuando vi la imagen recordé un par de cosas.
—Está bien, está bien.
—Ah, soy la peor. Yo...
—Sh. Está bien. Todo fue un malentendido. –Circe lo miró y vio la sonrisa.
—Oh, dios, para ti fue serio.
— ¿Qué? –se zafó del agarre del chico y cubrió su boca.
—Ah, Ed, lo siento mucho.
—Está bien...
— ¿Está bien? No digas eso, porque las personas creerán que está bien, y que pueden volver a hacerlo. ¿Me dices que está bien? ¿Que puedo volver a besarte? –Ed se sonrojó. Circe suspiró–, Tristan me espera. Hablemos esto más tranquilamente luego.
—Uhm, de acuerdo.
—Y, lo siento, por lo que sea que Tristan te hiciera.
—No, no fue nada. –Circe asintió y suspiró.
—Entonces te veo por ahí, supongo. –no esperó respuesta, se giró y volvió con Tristan, la cabeza hecha un nudo.
— ¿Todo bien?
—Todo bien. –Circe tomó su mano y tiró de él.

La piscina del hotel era grande, con la forma de una mancha, y Circe la adoraba. Estaba vacía y el sol brillaba con toda fuerza, destellando como cristales sobre el agua. Circe ya se estaba sumergiendo cuando Tristan habló.
—Circe, ¿puedo preguntarte algo?
—Claro. –salpicón. El agua estaba fría y su piel se erizó entera ante el tacto, ese sentimiento de ensoñación era relajante. Salió tomando aire y nadó hasta la orilla, dónde Tristan estaba de cuclillas–. ¿No vas a entrar? –Tristan sacudió la cabeza. Circe lo salpicó –, aburrido.
—Ven, sal un momento. –Tristan se incorporó, Circe rodó los ojos y se apoyó en el borde de la piscina para salir. Estaba escurriendo agua, se ayudó de las manos para incorporarse y cuando medianamente estuvo sobre sus pies, Tristan la sujeto. La pegó a ella. La beso. El mundo se detuvo (¿Qué?), su cabeza comenzó a dar vueltas. Ella besó a Ed. Ed la besó a ella. Margo tomó la foto. Tristan se enojó por la foto. Tristan ‘lo arruinó’ con Kristy. Tristan le dijo algo a Kristy. Kristy rechazó a Tristan. Circe abrazó a Ed. Ed sonreía con dolor. Ed dijo que estaba bien. Circe besó a Ed. Tristan besó a Circe. El corazón le palpitaba con dolor. Le dolía. Le dolía esto Esto ESTO ¿es amor? Lágrimas picaron sus ojos. ¿Es amor? Besó a Ed. ¿Le dolía? Margo la tomó. ¿Es amor? Tristan besó a Kristy. ¿Lo rechazó? Margo tomó la foto. Ed sonreía con dolor. Circe sonreía con dolor. Tristan la besó.
—No hagas esto, Tristan. No juegues conmigo.
— ¿Qué dices, Sardina? Yo no...
—Me duele –se colocó una mano en el pecho.
— ¿Qué pasa?
—No me beses porque Kristy te rechazó. Hace que me duela aquí.
— ¿Qué estas diciendo?
—Te amo.
—Lo sé.
—No, no lo sabes. Estoy enamorada de ti.

Circe sintió el agua entrar por sus poros, se había arrojado a la piscina. El agua estaba fría. Se había confesado. El sol calentaba su piel. Sonreía con dolor. «Lo arruinaste, Circe. Lo arruinaste». Cerró los ojos para que el cloro no los quemara. «Sólo te besó porque Kristy lo rechazó». Sus pulmones necesitaban aire, pero ella se hundía, se hundía. Había un terrible dolor en su pecho. Tocó el fondo de la piscina y se impulsó. Tristan seguía ahí, Circe le sonrió.
—Lo siento, Tristan.


Sydra lucía impecable, a diferencia de su terrible colapso el día anterior. Había reunido a la familia Greenless para hablar rápidamente.
—Sé que ayer fue intenso, lamento haber perdido de esa manera la cordura. Hm. Hoy estoy mejor y quería decirles qué pasó. Algunos sabrán que perdí a mi madre cuando era pequeña y, bueno, resulta que ahora mi padre tiene cáncer de pulmón. Por fumar toda su vida, creo yo. La posibilidad de perder a mi padre me golpeó realmente fuerte. Pero ahora sé que tengo la fortaleza de enfrentarlo si estoy con ustedes, así que, por favor cuiden de mi. –un ‘Aw’ colectivo, Svy abrazo fuertemente a Sydra y a ellos se le unieron Carter, Ryder, Gerard, Aleen, Ziggy, Nikki, hasta que eran un enorme abrazo.

Como detalle final, todos imprimieron la palma de su mano con su color respectivo en su mejilla, como hacían en cada presentación importante. Sydra abrazó un poco más a Ziggy, quién le susurró que todo iba a estar bien.
—Salen en veinte, diecinueve... –todos se pusieron en posición, Sydra tomó un gran respiro antes de entrar a escena. «No me verán llorar».

La entrevista fue bien, Sydra decidió no mencionar la condición de su padre, en lugar de eso, hablaron del tour, de las personas, su relación con las demás bandas. Sydra aprovechó para exponer el hecho de que Marc le hizo perder su celular. Carter dijo que ya estaban planeando su nuevo álbum, entre tiempo libre, y que agradecían todo el apoyo. Svy mencionó lo nerviosa que siempre se ponía antes de cantar, y dijo que Ryder lo hacía igualmente, y también mencionó que cuando Ryder se ponía nervioso durante un concierto, golpeaba con más fuerza la batería. Y cuando fue el turno de Ryder de hablar, bromeó diciendo que era baterista para evitar exactamente eso, hablar en público.

Después de eso, aprovecharon sus quince minutos en el escenario, Svy le dejó un par de solos a Sydra que no habían acordado y eso la puso nerviosa, pero Carter estaba ahí para apoyarla. Sydra se paseó por todo el escenario y aprovechó las pausas entre canciones para tomar las manos de algunos fans, los más cercanos. Miss Nothing, Just Tonight y Decode. Fue una gran presentación, y todos estaban felices de que Sydra pudiera reponerse para lograrla.