Guilty Secret ||

La música a todo volumen, todos ensayando mostrando lo mejor de si en las audiciones, los hombres se desnudaban hasta dejar los calzoncillos seduciendo a la dura mujer que los juzgaba junto al serio jefe que los contrataría, también las chicas daban lo mejor en ellas. Desnudándose lo más falsamente inocente y seductor que pudieran. Para cautivar las miradas de cada parte del salón donde se presentarían si fueran elegidas. Pegatinas, algunas con pinturas extravagantes en las pieles, bailando los temas de Beyonce, Lady gaga, o Madonna. Más no todas podrían ser escogidas, ni escogidos.

Dos semanas antes.

El joven y desempleado Aarón visitaba otra vez en la semana, ya sería la quinta, el departamento de su amiga en busca de algún compañero de lamentos. Desgraciadamente la chica siempre fue muy pesada referente al cesante hombre.

—De verdad me llegas a dar pena bro. ¿Por qué no le pides trabajo a tu primo ese el de las empresas chulas? —Cuestiono el compañero de piso y amigo de su mejor amiga, Colton—. De seguro te darían mucha pasta por trabajar ahí y además ser familiar del pez más gordo.

—Colton no le des esas horribles ideas a Aarón —murmuro la chica entrando al salón con una red en el cabello, de seguro tiñendo su cabellera—, cariño. Puedes hacer lo que tú quieras, si quieres te puedo buscar algún trabajo yo misma.

—Serias mi salvación Heather—suspiro desganado tomando la cerveza que sostenía desde hace casi media hora—, pero últimamente los empleos más cool están tomados o están llenos de viejos gordos antipáticos. 

La moren bufo golpeando con el cojín más cercano el rostro del castaño, los tres rieron dejando aquella conversación por terminada.

Varios días después de ese, y de muchas conversaciones extrañas con su amiga, la chica por fin le confeso a que se debían los raros, bizarros, e invasores cuestionarios a los que él era expuesto. Revelando también el trabajo que le había encontrado al susodicho en el antro de un amigo suyo de nombre Félix, que más que gustoso recibiría al chico.

— ¡¿Striptease?! —grito molesto—. ¡¿ME CONSEGUISTE TRABAJO DE PUTO!? —exclamo mirando a la chica furioso y hasta con un sentimiento de traición hacia ella.

—Yo trabajo con Félix, no es un mal hombre —interrumpió el rubio, ambos chicos voltearon. La chica con una sonrisa agradecida mientras el chico estaba con un rostro de pavor mismo—, no me mires así. No tenemos relaciones sexuales con los clientes, no somos un cabaret de los sesenta.

—dios mío, ¡escúchate a ti mismo Colton! 

— ¡Aarón! —Llamo más que molesta por la situación la morena—. Me comprometí a encontrarte trabajo, y respecto al cuestionario el resultado dio que no tenías ningún problema en trabajar ahí. Félix se hizo un tiempo en su atareada agenda para recibirme y aceptarte como parte del elenco. Además, Colton te puede ayudar, dejarías de ser cesante y tendrías bastante pasta para sobrevivir al mes. Piensa que solo serán unos meses y luego puedes buscar un trabajo mejor si lo prefieres.
—Heather tiene razón. Llevo más de tres años y medio con el francés ese. No hay asuntos turbios ni nada de eso. Vamos bro, no te acojones tanto por simplemente bailar un poco y mostrar la polla, ¡Y a veces ni siquiera eso! —acotó, viendo como el semblante del castaño se comenzaba a calmar.

—Bien, are la mierda de trabajo que me dicen ustedes. ¡Pero que conste! —Señalo a ambos—. Apenas pueda dejare esa cosa, no me importa si el tal Félix se acojona con ello. Escapare apenas vía una oportunidad.

Ahora, día de la presentación para Aarón.

Los nervios lo carcomían por dentro, tenía la esperanza de no lucir así el primer día de trabajo. O bueno, el prefacio al día de trabajo, puesto que Félix ni la otra chica lo habían visto moverse y si lo hacía como tabla era más que seguro que se iría por la misma puerta donde entro, y a pesar de las molestias que le causo este jodido trabajo; no tenía nada más en que ganar dinero y ya se había atrasado bastante en la renta, nada más si no fuera porque el tipo que le rentaba el departamento estaba de vacaciones con su esposa de seguro lo echaba del sitio.

Ver como las chicas se movían en los tubos demostrando lo mejor de sí, no podía negarlo, le calentaban la polla. Pero no podía presentarse con tremenda tienda de campaña entre los pantalones para su nuevo trabajo, así que hacia todo para no mirarlas, más de una vez se concentró en mirarle el paquete a uno de los feos guardias para ahuyentar los libidinosos pensamientos que venían con las hermosas, sensuales y... ¡maldición! Que ahí venían los pensamientos lujuriosos con esas largas piernas y senos hermosos.

— ¡Aarón Britt! —llamo una femenina vos, tomo aire lo mejor que pudo y lo botó para poder tranquilizarse.

No podía decir que dio lo mejor de sí, no sabía bailar coño. Con suerte había aprendido algunos pasos de baile y seducción con la mirada que le había enseñado Colton, pero viendo las miradas de los dos “jueces” quedo demostrado que no había esperado que se mostrara tan vigoroso y libre en el escenario.

A la mierda todo, si no lo escogían se había divertido. Terminaría viviendo debajo de un puente pero no podrían decir que no lo intento.

Esmeralda les comunica: