(Solo son ... cuentos para niños (Capitulo 2)

—Ésta es mi oportunidad—Susurró el Lobo feroz mientras sonreía con malicia.—Serás mio, pequeño Caperucito Rojo. 

*Actualidad*

—Caperucito Rojo descansaba un poco, pues ¿Quién demonios no se cansaba de ir saltando como un niño con problemas mentales por todo el bosque?—Narró Zayn con una sonrisa .Los chicos habían soltado unas pequeñas risitas pensando lo mismo, Zayn tenía la mente tan fumada.—El lobo feroz estaba tan concentrado imaginándose a Caperucito rojo desnudo o con un traje de conejito *No lo juzguen, tiene problemas x3*que no se dio cuenta de que Caperucito se iba alejando poco a poco de aquel lugar.

—¡Oh, Mierda!—Pensó El lobo mientras corría sigilosamente hasta donde estaba el pequeño. Al ver que el pequeño había parado enfrente del letrero que indicaba cual era el camino largo y el camino corto corrió un poco y se acerco un poco más cerca de él.

—¡Dios! ¡Ya habla, Idiota!—Gritó Niall mientras llegaba con otro Bowl de palomitas. Todos lo miraron sorprendidos, porque ninguno de ellos habían visto pasar al rubio. Todos decidieron ignorarlo y siguieron escuchando.

*Dentro del cuento*

—¡Maldita sea! ¿Cuál camino había dicho mi madre?— Se preguntó Louis mientras veía el letrero. Ahí decía:

Camino de la derecha: Camino largo.

Camino de la izquierda: Camino corto. *Wow que ciencia .-.*

¿Cuál era?

Mientras Louis intentaba recordar el jodido camino El lobo pensó bien sus palabras y salió de su escondite, convencido de que atraer al pequeño sería fácil...

Qué equivocado estaba... O no?

Al notar su presencia Louis volteó para encarar a la persona, encontrándose con un hermosos chico alto de increíbles ojos verdes, una bonita sonrisa con hoyuelos y cabello ruloso y castaño claro, pero lo que más le sorprendió fueron las grandes orejas y la cola peluda y esponjosas que provenían de él y sus grandes y un poco filosos colmillos. Le había quitado el aliento.

El lobo feroz se acercó lentamente y le sonrió coquetamente, logrando sacarle un gran sonrojo al pobre de caperucito rojo.

—Hola, pequeño— dijo con voz seductora.— ¿Qué haces tan solito en un lugar como éste?—

Caperucito Rojo iba a contestar cuando recordó las palabras de su madre: "No hables con extraños, recuerdalo", por lo que no contestó y se volteó hacia el letrero, intentando recordar que camino debía tomar.

—¿Qué demonios le pasa?— pensó enfadado el lobo feroz. Llamó repetidas veces a Caperucito rojo para conseguir su atención, pero no lo logro. Parecía que el niño quería ignorarlo y eso no lo iba a permitir.

—¿Qué hago aho.... ¡Ya se! Con esto tendrá que ponerme atención por las buenas o por las malas— Pensó maliciosamente mientras sonreía.

*¡Alerta de Smut! Si no te gusta salta esta parte, yo pondré cuando se acabe, gracias :3)

Él lobo feroz se acercó lentamente al menor y lo abrazó por la espalda, notando la diferencia de estatura, pues el pequeño apenas le llegaba a la mitad del rostro.

—¿Qué haces?—Preguntó confundido el menor. El lobo no respondió y fue depositando pequeños besos húmedos en el cuello, sacándole unos cuantos jadeos.

—¡O-oye! ¡N-no hagas eso!— El menor intento separarse del ruloso pero éste lo tomó por la cintura y lo atrajo más a su pecho, metiendo sus largas manos por debajo de la camisa del pequeño y yendo directamente hacia sus pequeños pezones, masajeando y apretando suavemente.

—D-deten-te, Po-r F-fav-or— Jadeó el pequeño. Debía llegar con su tia antes de que anocheciera... Pero eso se sentía tan jodidamente bien. 

—¿De verdad quieres que me detenga?—Susurró el lobo sensualmente en su oído. Al no recibir respuesta mordió y lamió el lóbulo del pequeño, arrancándole fuertes gemidos.—Contesta.

—No.—Susurró el menor un poco apenado. En un deseo de jugar un poco con el pequeño el lobo bajo rápidamente una mano hacia la —ya despierta— entrepierna de éste, apretándola y apretando suavemente por arriba de su pantalón—¿Podrías repetirlo? No te he escuchado.

—No te detengas.— dijo el pequeño entre gemidos . El lobo empezó a sobar más fuerte la llevando al borde de la locura al pobre chico. Él jamás había estado en una situación tan ... Sensual y excitante. Todo esto era demasiado nuevo para él... Pero sí que le estaba gustando.

—S-señor Lobo...— Jadeo el ojiazul mientras pegaba su cabeza al pecho del ojiesmeralda.

—Dime, pequeño.— respondió con una sonrisa coqueta.

—P-podría...¿Podría m-meter su mano? ¿Por favor?— Preguntó sonrojado el pequeño. Le daba mucha pena tener que pedirle "eso" a un desconocido.

La sonrisa del lobo creció y realizó la petición del menor, metiendo su mano en los pantalones y jugando un poco con la punta del pene. El pobre de caperucito rojo no paraba de jadear y retorcerse, encajando un poco sus dedos en los fuertes y dormidos brazos del lobo.

—Volteate.— ordenó el lobo. Caperucito no lo pensó mucho y lo hizo, Sintiendo como él lobo lo cargaba y él instintivamente abrazó el cuello el mayor y enredó sus piernas en su cintura, recibiendo besos, mordidas y chupetones en el cuello.

—Ahhhh...— gimió al sentir como el ruloso metía otra vez su mano en su pantalón y empezaba a tantear su pequeña entrada virgen.

—Sabes tan bien.— susurró el lobo en su oído , dando una pequeña lamida al lóbulo del castaño. 

—¡DETENTE! ¡AHORA, YA NO CUENTES MÁS!—gritó Liam completamente rojo.— ¡Ya no quiero escuchar esto! ¡Me voy!

—¡Liam! ¡Vuelve! ¡Ya casi acababa el cuento!— gritó Niall mientras perseguía a Liam. Louis y Harry estaban más rojos que un tomate pero no quería dejar de escuchar, mientras que Niall había estado con una gran sonrisa y comiendo palomitas, como si fuera una hermosa historia de princesas. El pobre de Liam ya estaba que moría de vergüenza pero se quedo solo porque quería demostrar que no era tan inocente como todos lo llamaban —Aunque lo único que demostró fue que si tenían razón—.

Al cabo de 5 minutos Niall regresó con Liam y se sentaron en sus antiguos lugares. Zayn esperaba pacientemente a que todos estuvieran listos para poder continuar.

—¿Ya?

—Sí...?

Se aclaro la garganta y empezó a narrar otra vez.

*En el cuento*

El lobo estaba demasiado excitado como para esperar más. Bajo al menor y le arranco , la camisa, los pantalones y la ropa interior, desgarrándolos un poco, pero dejando únicamente la hermosa caperuza roja.

—Colocate en cuatro, pequeño.

Louis asintió y se puso como el lobo le dijo, escuchando como el mayor se quitaba la ropa—Por que no estaba desnudo, traía ropa de campesino normal, solo que sus pantalones tenían un orificio por donde sacaba su cola— y lo tomaba de la cintura. Llevó tres dedos a la boca del pequeño y le dijo que los lamiera, cosa que cumplió de inmediato, lamiéndolos como si fueran una deliciosa paleta. El ojiesmeralda al ver como lo hacia el menor no pudo evitar pensar que tan bien se sentiría si le hiciera eso a su pene.

—Así esta bien— dijo con dificultad cuando sintió que sus dedos ya estaban suficientemente lubricados.—Ahora relajante un poco, sino te dolerá.

—¿Me qu...¡Mmhg!— Sintió mucho dolor cuando el mayor metió el primer dedo— ¡Sacalo! ¡D-duele!

El mayor empezó a depositar pequeños besos en la espalda y nalgas del menor, para hacer que se olvidara un poco del dolor. 
Metió el segundo dedo, abriéndolos y cerrándolos en forma de tijera y recibiendo a cambio un jadeo de dolor. Para distraer al menor besó y mordió una de sus grandes y redondas nalgas, haciendo que poco a poco este fuera olvidando el dolor hasta que metió el tercer dedo.

—¡Ahhhh! ¡Sacalo! ¡Sacalo! ¡Sa...— No pudo terminar la frase pues el lobo empezó a besarlo, primero suavemente tomando fuerza y rudeza con cada minuto que pasaba. Sus lenguas luchaban con fuerza para ver quien ganaría la pelea, la cual —Obviamente— ganó el lobo. Siguieron así hasta que el menor empezó a gemir de placer. Ya estaba listo.

El mayor saco los dedos y alineo la punta de su gran pene, metiéndolo lentamente para no lastimar al pequeño—Aunque ya tenía 18 años—.

Al sentir la estreches del pequeño sintió la gran necesidad de moverse. Se sentía tan bien.

Pasó un rato sin moverse para que Louis se acostumbrara a su miembro y cuando estuvo listo empezó a dar estocadas lentas pero firmes, dando en el punto que hacia gritar de placer a Louis. Aumento las embestidas, haciéndolas fuertes y precisas, siempre dando en la próstata del menor. 

Al sentir que pronto llegaría empezó a masturbar el miembro del ojiazul. Movía su cola sin poder controlarla, se sentía tan jodidamente bien.

Los dos estaban sumergidos en un mar de sensaciones y placer. Sintiendo como pronto llegarían al final .

—S-señor Lobo...¡Ahhh!...me vengo...

—Correte pequeño, correte para mí.— Con esas palabras el menor se corrió, manchando el abdomen de ambos y apretando su entrada, haciendo que el lobo se corriera en ella.

*¡Fin del Smut! :D

El Lobo y Louis estaban acostados en la hierva del camino. Estaban muy cansados y felices por la maravillosa experiencia que habían tenido y los dos pensaban que realmente debían hacerlo otra vez. 

Louis estaba apunto de dormirse en el pecho del lobo cuando de repente recordó que tenía que llevarle la canasta a su tia, sino su madre lo castigaría y no lo dejaría salir—Y eso significaba no ver al señor Lobo—.

Se levanto lo más rápido que pudo e intento ir hacia su —un poco rota— ropa, sorprendiendo un poco al lobo.

—¿Qué haces?— preguntó confundido el lobo ¿Por qué se iba? ¿No había disfrutado estar con él? ¿Hizo algo malo?

Louis le explico que tenía que llevarle la cesta a su tia, sino ya no podría verlo. El lobo comprendió y le dijo que lo acompañaría. Lo llevaría por el camino corto y así llegarían rápido con si tia. 

Se limpiaron, se vistieron y fueron por el camino, platicando y conociéndose un poco más—Ya que los dos querían verse muy seguido y no querían ser como dos simples desconocidos que tenían sexo—.

—Así fue como los dos empezaron una hermosa relación que fue creciendo y creciendo hasta que se convirtieron en novios y al final en esposos y vivieron felices por siempre. Fin— dijo Zayn con una gran sonrisa mientras cerraba el libro. Los chicos estaban fascinados con la historia, se notaba y mucho. Niall lloraba y aplaudía de felicidad junto con Liam, Louis y Harry sonreían y se abrazaban más y Zayn... Pues Zayn estaba orgulloso de su jodido cuento. Le había quedado genial y nadie lo podía negar.

—Bien, ahora es mi turno.— dijo Niall mientras se quitaba algunas lágrimas y agarraba el libro.—Mi cuento es... La sirenita.

  

[~]

¡¡Espero que les haya gustado!! :D

Perdón si el Smut fue un asco pero pues la verdad no soy muy buena escribiendolo u.u

¡Den gracias a mi amiga Andrea, sin ella no abría actualizado hoy! :'D

Hasta luego :D